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Los primeros zapatos de seguridad con conchas protectoras salieron por primera vez a principios
del siglo XX durante la era industrial. Antes de la aparición de este nuevo tipo de calzado, los
trabajadores usaban zuecos de madera o botas de cuero.
“El zueco (del latín soccus), la almadreña o madreña, la albarca o abarca, la galocha1 y la zoca gallega, hacen referencia
a un tipo de calzado fabricado, por lo general de forma artesana y en madera, y de una sola pieza. Fueron utilizados, y aun
se usan en áreas rurales del Norte de España (Asturias, Cantabria, Galicia, León y País Vasco), y zonas de montaña de
Castilla y León, Aragón y Cataluña, como calzado de trabajo en el campo, además de calzado protector en fábricas, minas
y granjas”.
Los zuecos de madera tienen su origen en el entorno agrícola. Los granjeros los usaban para evitar
que les pisotearan las vacas y los caballos. El zueco se usó en minas, fábricas y durante las labores
de campo resguardando la seguridad de los pies de quien los llevaban. El zueco se fabricaba en
diferentes tipos de madera, como: aliso, nogal o haya.
Cuando la industrialización se aceleró, los empleados iban a trabajar en fábricas con solo su equipo
de protección, su zueco de madera o su bota de cuero. Desafortunadamente, ocurrían muchos
accidentes laborales.
Los zuecos y las botas no se adaptaron a la naturaleza de las tareas realizadas dentro de las
fábricas. Debido a la falta de protección social, era más económico para las empresas reemplazar
a los trabajadores lesionados que introducir medidas de seguridad para evitar accidentes.
Exasperados por los muchos heridos, así como por los riesgos en el trabajo y la falta de
reconocimiento por parte de la gerencia, los trabajadores protestaron por una mejor protección
laboral. Después de varias negativas por parte de las empresas, los trabajadores se quitaron sus
zuecos y los arrojaron a las máquinas industriales para romperlos y detener la producción: nació el
término «sabotaje».
Después de la Segunda Guerra Mundial, el coste de un accidente de trabajo aumentó para las
empresas. Así que necesitaban una solución para reducir esa cantidad.
Los pies son una de las partes más importantes del cuerpo, una lesión en tan sólo un dedo puede
hacer que camines con mucha dificultad.
Lo anterior ha hecho que los zapatos de seguridad cobren vital importancia. En el trabajo puedes
estar expuesto a todo tipo de accidente, como:
Impactos o golpes: una herramienta que caiga desde una altura razonable puede dañar un dedo de
tus pies, un buen zapato de seguridad te protege.
Aprisionamientos: este es uno de los accidentes más típicos en fábricas, donde se manipulan
maquinarias con rodamientos en las que puede quedar aprisionado el pie.
Muchos trabajos tienen riesgos intrínsecos, en ocasiones hasta lo empleos que parecen más
simples, por ejemplo: un abastecedor en un super mercado, a este le puede caer una lata sobre el
pie y realmente hacerle daño, un zapato de seguridad evitaría esta clase de accidente común.
Por todo lo anterior un zapato de seguridad que respalde tus pies es una
obligación.