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No desfallezcas en la fé.

Hermanos en la fé, la esperanza y la caridad, en este trayecto tan corto que es nuestra vida, donde
es tan difícil transcurrir el diario vivir por todos los valores que se han perdido en la sociedad,
donde los jóvenes se dejan llevar por el placer del pecado, es importante mencionar que muy a
pesar de las desventajas que están por vivir nuestros hijos en este mundo tan alejado de Dios y de
su amor, la importante labor que tenemos como padres de familia.

No podemos añorar una sociedad que ame a Dios con todo el ímpetu, cuando nosotros mismo, no
proclamamos con el ejemplo, pues este mismo, al ser observado por nuestros hijos, será una
muestra de lo que ellos se apropiaran para sí mismos y para los demás.

No desfallezcamos en la fé, en la esperanza y la caridad, el asistir a misa, el rezar el rosario en


familia, el llevar a nuestros hijos al catecismo, a la confirmación, pues el ejemplo tan sutil y sencillo
que lo es, arrastrará en su memoria a lo que posteriormente será el presente que queremos para
ellos.

Es de considerar que cuanto más estemos cerca de Dios, más seremos tentados, pues el maligno
no tienta a quien ya le pertenece. En ese mismo sentido, no desfallezcamos en la fé cuando
hallamos caído en tentación, más aun, cuando tenemos un padre amoroso y misericordioso, que
lo dió y lo da todo por nosotros. No nos alejemos de Dios, cuando es él, el que nos da la fortaleza
para no sucumbir ante el pecado.

No todos los días serán fuertes en la fé, cada uno es y se vive diferente, pero con plena conciencia
y con un fuerte ahínco en el amor a Dios transcurramos los días de nuestra vida procurando hacer
lo que le agrada, por amor a él y por el bien de nuestra alma y la de nuestros hijos.

No estamos solos cuando sintamos desfallecer, pues siempre abra alguien a nuestro lado para
apoyarnos y aumentar en la fé. Así, espero con humildad que la presente página ayude a
aumentar su cercanía con Dios.

Así pues, como no estamos solos en este caminar, nos los dice la alabanza “Santa María del
camino”: “Aunque parezcan tus pasos, inútil caminar, tú vas haciendo el camino, otros los
seguirán”. Con toda la fé, la esperanza y la caridad, continuemos siendo el ejemplo de los que
amamos.

Y unido al rosario, les comparto dos jaculatorias creadas con amor por presente autor a nuestra
madre en el cielo, la Santísima siempre Virgen María: “Madre, gracias por darnos la posibilidad de
poder entregarte rosas de amor, rosas que no se marchitan y florecen en el cielo”, “Te entrego
esta corona de rosas a tí que eres la flor más hermosa de todas”.

Así como una oración para pedir protección y fortaleza a Dios ante las afrentas de la vida: “Señor
que has creado todo el universo y haz dotado a la Tierra de riquezas suficientes para alimentar a
todos los hombres que habitan, ven en nuestra ayuda. Señor que cuidas de los lirios del campo y
de las aves del cielo, los vistes, los nutres y los haces prosperar, manifiesta sobre nosotros tu
providencia paterna, ayúdanos Señor, ya que nuestra salvación, solo puede provenir de hombres
honestos y buenos. Infunde en el corazón de nuestros prójimos el sentido de la justicia, de la
honestidad y de la caridad.
Cuida de mí y de mi familia, que muy confiadamente esperamos de tí, tu protección y el pan de
cada día. Fortalece nuestros cuerpos, da serenidad a nuestra vida, a fin de que podamos
corresponder más fácilmente a tu gracia divina, y sentir que, sobre nosotros, sobre nuestras
preocupaciones y angustias, vela tu amor de padre, Amen”.

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