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Por medio del Gobierno el Estado llega a aplicar la política monetaria, la política fiscal,
la política industrial, la política exterior, la política de rentas, etc., como instrumento para
influir en la actividad económica: inversión, inflación, empleo, pobreza, con el fin de
alcanzar determinados objetivos tanto en el campo económico como en el social. Su
influencia no solo reside en el campo macroeconómico sino también en la esfera de la
microeconomía al regular el mercado de trabajo, de bienes, a la empresa, a las prácticas
monopolistas, etc. Lo cual puede tener fines de bienestar y crecimiento.
La política fiscal es el uso del gasto público y la tributación para influir en la economía.
Mayormente los gobiernos la utilizan para promover un crecimiento fuerte, sostenible y
reducir la pobreza. Esta tiene como objetivos el crecimiento económico, la redistribución
del ingreso, el control del nivel de precios y la fomentación de empleo.
Son gastos totales que el Estado realiza para garantizar los derechos de los ciudadanos
como: educación, salud y seguridad; además de proveer bienes y servicios como:
alcantarillado, electricidad y vías de las que la población es beneficiaria. El gasto público
incluye, por ejemplo, construir colegios, estaciones de policía, juzgados, carreteras y
parques. Asimismo, sirve para pagar los salarios de los profesores, policías y jueces, las
pensiones de los jubilados, los servicios de salud focalizados a través del y el régimen
contributivo de salud.
Es así como el Gobierno realiza inversiones en tres niveles diferentes: Gobierno Central,
Gobierno Regional y Gobierno Local. Estas son: las remuneraciones (sueldos y salarios que
reciben los trabajadores públicos), los bienes y servicios (agua, luz, teléfono, alquiler, etc.),
las transferencias (programas de ayuda social), inversión pública (obras públicas, como
carreteras, puentes, etc.) y pago de intereses (generados por las deudas del Gobierno).
III.2 Impuestos:
Son los tributos más importantes, a través de los cuales se obtiene de la mayoría de lo
ingresos públicos. Con ellos, el Estado obtiene los recursos suficientes para llevar a cabo
sus actuaciones, como, por ejemplo: La sanidad pública, la educación, infraestructura,
administración, becas y ayudas, etc. Por ello, mientras más gasto público tiene un país más
alto son los impuestos que pagan sus ciudadanos. Estos se clasifican en:
Son lo que una, sociedad o empresa deben pagar directamente al estado, para agravar de
esta forma su patrimonio, sus ingresos o cualquier manifestación directa de la riqueza que
posee; ya sea por tener una empresa, recibir herencia, tener propiedades o generar grandes
fortunas. En el Perú, los principales impuestos son: el Impuesto a la Renta (IR) y el
Impuesto Predial y Arbitrarios (IPA).
III.2.2 Impuestos indirectos:
La política fiscal son las decisiones que toman los gobiernos para aumentar o disminuir
las recaudaciones de impuestos, así como también los gastos públicos, con el fin de
mantener la estabilidad económica.
Esto es posible durante un crecimiento económico, ya que, en dicha etapa del ciclo,
aumentan las inversiones, aumentan los ingresos y los consumos, y aumentan los empleos
en el sector privado.
V.POLÍTICA FISCAL CONTRACÍCLICA/ANTICÍCLICA
Para analizar la política fiscal en el Perú hemos decidido plantear siete periodos de
estudios, en las cuales las decisiones gubernamentales han influido en la estabilidad
económica del país. Estos son:
1. 1985-1990: Pdte. Alan García Pérez.
2. 1990-2000: Pdte. Alberto Fujimori Fujimori.
3. 2001-2006: Pdte. Valentín Paniagua Corazao y Pdte. Alejandro Toledo Manrique.
4. 2006-2011: Pdte. Alan García Pérez.
5. 2011-2019: Pdte. Ollanta Humala Tasso, Pdte. Pedro Pablo Kuczynski Godard y
Pdte. Martín Vizcarra Cornejo. (Prepandemia)
6. 2020-2021: Pdte. Martín Vizcarra Cornejo, Pdte. Manuel Merino de Lama y
Pdte. Francisco Rafael Sagasti Hochhausler.
7. 2022-Actualidad: Pdte. Pedro Castillo Terrones – Pdte. Dina Boluarte Zegarra
(Postpandemia)
Para lograr esto, era necesario elevar el poder adquisitivo de la población para que pueda
adquirir esta producción. Y mantener un nivel de protección frente a la competencia
extranjera, para asegurar la compra de los productos nacionales y de esa manera fortalecer
el sector externo con el ahorro de divisas. El estado debía ser un actor importante en el
impulso y orientación de esta política, así como descentralista.
La economía peruana en 1985 heredaba del gobierno anterior, no solo el mercado sino
también al estado como agente económico. Este, no solo como regulador sino interviniendo
directamente en la producción con la propiedad de varias empresas públicas: Petroperú,
Electroperú, Enci, etc. Además, regulaba los precios de los productos que ofertaban.
También disponían de un BCR dependiente del poder ejecutivo. Por otro lado, su poder
adquisitivo era erosionado por los altos niveles de inflación existentes al momento de la
ascensión al gobierno.
Lo mismo pasaba con el presupuesto público que estaba con un resultado económico
deficitario. Por otro lado, había altos niveles de pobreza en amplios sectores de la
población. La distribución del ingreso era altamente desigual. Por otro lado, se heredó, el
problema del terrorismo, el narcotráfico y la corrupción.
En lo que concierne a explicar las causas del problema inflacionario, la existencia de un
déficit fiscal en aumento al ser financiado por emisión monetaria originaba un incremento
de la demanda y ante una oferta rígida, los precios tendían a subir y a generar que las
empresas tengan mayores costos y suban los precios, generándose aumentos de las
expectativas inflacionarias.
Por otro lado, los ingresos públicos no alcanzaban para el cumplimiento de los pagos de la
deuda externa. Ya que, el presidente Belaunde había dejado de pagar las cuotas vencidas.
Sólo pagaba los intereses. Esto se daba dentro del contexto “crisis de la deuda”
El 15 de mayo, de 1989 asume como nuevo ministro de economía César Vásquez Bazán
quien elabora algunos cambios que mejoran el desempeño de la política fiscal, pero no
logra contrarrestar la tendencia hiperinflacionaria, ni la disminución de la tasa de
crecimiento del PBI, que a fin de año fue de 2,1% y la inflación fue de 750%
Posteriormente se abre un nuevo período presidencial a cargo de Alberto Fujimori.
Pdte. Alberto Fujimori (1990-2000)
En 1990 Alberto Fujimori tomó las riendas del Perú, el cual se encontraba devastado con
una inmensa hiperinflación y desequilibrios fiscales. La economía había disminuido un 5%
con respecto al año anterior y el PIB también. Fujimori debía lidiar con un país en crisis es
por ello que instauró diversas reformas para su mejoría
El shock
Lo que Fujimori hizo fue detener de golpe de la hiperinflación, controlando los precios,
aumentando levemente de los impuestos para las empresas, eliminando las exoneraciones
tributarias y arancelarias, y restringiendo los gastos públicos. Incluso se intentó regularizar
la adquisición de bienes y servicios.
Así como se le incrementó los impuestos a todo tipo de empresas a los ciudadanos se le
disminuyó en un 4% el IGV, aunque algunos productos (hidrocarburos) no variaron en
precio.
Se habilitaron las importaciones, así como también las exportaciones ya que García había
decidido nacionalizar al país, algo que claramente no funcionó. De todas formas, la pobreza
seguía vigente debido a esto el BCR otorgó un “crédito puente”. A simple vista el país se
iba a la quiebra, pero era lo que se necesitaba hacer para lograr algún buen cambio.
Reformas
Un año después la inflación bajó de 7000 % a 139 %, los ingresos tributarios aumentaron
en un 400% con respecto al año anterior y el déficit fiscal se redujo en un 9% todo esto
influyó en el ligero aumento del PIB. Las medidas tomadas no cubrieron lo suficiente a las
precariedades así que el gobierno tuvo que implementar nuevas. La SUNAT inició un
proceso de reforma estructural con el fin de mejorar el proceso de recaudación y
fiscalización.
La eliminación de algunos impuestos supuso una recuperación en la estructura tributaria,
los únicos que siguieron vigentes y siguen intactos hasta el día de hoy son las tasas, el
impuesto a la renta, el IGV, aranceles e ISC.
Se logró un considerable equilibrio fiscal, dejando de lado el déficit para llegar a una
política fiscal restrictiva y todo esto fue posible gracias a la reactivación económica, aquella
que generó mayores ingresos y evitó gastos improductivos. La tributación creció en un 51%
hasta 1995, el BCR se autonomiza e inicia con el gestionamiento de su presupuesto
institucional dado.
Finalmente, a mediados de los noventa se logra dar una solución al problema de la deuda
peruana que culminó con la operación de recompra de la misma en condiciones muy
favorables para el Perú.
El otro elemento estaba representado por la voluntad del Perú de reincorporarse al sistema
financiero internacional al entablar rápidamente acuerdos con el Fondo Monetario
Internacional (FMI). Por último, sería el fin de la hiperinflación el factor que contribuiría de
manera más dramática al aumento de la recaudación real, de manera simétrica a la violenta
erosión fiscal que antes había causado. Así, la inflación que en 1990 superó el 7,000 por
ciento, descendió a 139 por ciento en 1991.
La política fiscal se basó en la restricción del gasto público, lo que llevó a una reducción de
gasto corriente y un recorte de proyectos de inversión, Luego, se aplicó una política fiscal
expansiva, con el fin de impulsar la demanda interna.
En el 2001, hay un cambio de gobierno transitorio, donde se aplica una política fiscal
expansiva modificando el impuesto de solidaridad y elevo el impuesto a la renta. Por el
lado del gasto este se aumentó, en programas sociales y sueldos del sector público.
Con las nuevas elecciones del 2001, Alejandro Toledo se condecoró como nuevo presidente
del Perú. El cual destino en dinero a grandes proyectos como la construcción del
gaseoducto del Gas de Camisea y el inicio de la construcción de la carretera interoceánica
Perú-Brasil. Además, buscó nuevos mercados para las exportaciones agroindustriales y
textiles, firmando acuerdos comerciales con MERCOSUR, la comunidad Andina y
Tailandia. Sumado a ello, se aprobó el Tratado de Libre Comercio, con el objetivo las
barreras al comercio de bienes y servicios; y estimular las inversiones privadas en los
respectivos países.
Así en este periodo, la política fiscal ya no tiene el objetivo antinflacionario sino se cambia
a la de sostener la estabilidad financiera pública, lo que significaba reducir el déficit e
impulsar la demanda agregada. Para ello se emitieron bonos globales por 500 millones de
dólares, después de setenta años. Asimismo, la SUNAT emitió varios dispositivos para
mejorar la cobranza de los impuestos y limitar el no pago de los impuestos.
Por otro lado, se descentraliza y se hace un prepago de la deuda por 2313 millones de
dólares.
Por último, el 2006 fue el mejor año fiscal en la historia reciente del Perú. El superávit
fiscal ascendió. Hay buena recaudación, pero los gastos tienen deficiencias en la ejecución.
Con los recursos del 2007 se implementa una política fiscal contracíclica. De tal manera
que se logra ahorrar recursos en época de expansión para poder utilizarlos en épocas
recesivas.
El PBI creció casi 8% en su primer año (2006) y para los dos años siguientes, bordeó el
9%; aunque por efectos de la crisis mundial, en 2009 se creció en 1,12% y en 2010 se elevó
a 8,78%. En promedio, el PBI creció durante los cinco años en 7.2%.
Además, aún en medio de la crisis económica mundial del 2008, que sacudió a los
principales mercados del mundo, la economía peruana se mantuvo sólida, gracias a la
confianza del sector empresarial. El gobierno dejó unas reservas internacionales netas por
US$ 47.059 millones, según el Banco Central de Reserva (BCR).
Alan García continuó con los Tratados de Libre Comercio, los cuales le permitió que a las
exportaciones peruanas tanto tradicionales como no tradicionales, que vivieran una etapa de
bonanza. El crecimiento económico de ese quinquenio y los programas sociales también
permitieron que la pobreza en el Perú se redujera de 49% en el 2006 hasta 27.8% en el
2011, año en el que tomó la posta el expresidente Ollanta Humala.
2011-2019: Pdte. Ollanta Humala Tasso, Pdte. Pedro Pablo Kuczynski Godard y Pdte.
Martín Vizcarra Cornejo.
Desde 2011 al 2019 el panorama internacional es incierto. En ese período el PBI pasa de
crecer 8,3% a 4%. En ese período se toman medidas diversas para apoyar la demanda a
través del gasto público, así como medidas para incrementar los ingresos en la idea de tener
un déficit del 1% del PBI. También se dictan medidas para mejorar la deuda pública,
manteniendo una tendencia decreciente. Así se amplía la base tributaria, y se dictan
medidas para disminuir la evasión y la elusión.
Para enfrentar a este fenómeno la política fiscal recurre a los recursos de emergencia.
Debemos recordar que la política fiscal para el 2017 ya había sido aprobada el año anterior
por lo que se responde con medidas paliativas y al año siguiente se consideran en el
presupuesto dos medidas importantes; por el lado de incrementar el gasto público para
dinamizar la demanda efectiva: Se destinan gastos para el fenómeno del niño, y los juegos
panamericanos.
Antes de la aparición de la COVID-19, el Perú era considerado como un país con fortaleza
en sus finanzas. Tanto el déficit fiscal como la deuda pública estaban entre los más bajos de
la región y del mundo. Lamentablemente, con la aparición del virus, se ha afectado
seriamente a las finanzas públicas. Por un lado, los ingresos han caído ante la grave
recesión económica, y por otro, el gasto público ha aumentado para hacer frente a la
emergencia sanitaria.
Como consecuencia de los mayores déficits fiscales, la economía peruana está financiando
los mismos con un consumo de los ahorros del sector público, los cuales fueron
acumulados en el periodo del boom de precios de las materias primas, y con un incremento
de la deuda pública. Los efectos sobre la deuda pública dependen de los supuestos de
utilización de los ahorros.
Los ingresos fiscales han sido seriamente afectados por la pandemia global debido a la
importante caída de la producción y el empleo. La recaudación colapsó en los meses de
abril, mayo y junio, en los que las caídas fueron superiores al 40%,17 debido a la
cuarentena y a la contracción severa de la actividad económica, así como a los
aplazamientos en la presentación y pago dispuestos por la SUNAT. A partir de julio, la
caída de ingresos se ha ido moderando. En setiembre, la recaudación disminuyó 19.9%.
Si bien aumentaron los gastos para atender la emergencia sanitaria, la cuarentena y los
problemas estructurales para gastar han ocasionado una subejecución de la inversión
pública y de otros gastos. Alrededor de 5200 millones correspondían a la inversión pública.
Los recursos asignados corresponden al pago de dos bonos, de 760 soles cada uno, a
aproximadamente 8.5 millones de familias urbanas y rurales. El pago del segundo bono se
inició el 10 de octubre del 2021 y se preveía su culminación en el mes de diciembre. Si bien
han aumentado los gastos para atender la emergencia sanitaria, la cuarentena y los
problemas estructurales para gastar han ocasionado un aumento de la inversión pública y de
otros gastos.
BIBLIOGRAFÍA