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Capitulo IT CUASICONTRATOS REGULADOS POR EL CODIGO CIVIL I. EL PAGO DE LO NO DEBIDO 10. Crorzen, Patricia, Pago de lo no de- bido, documento inédito redactado para su incorporacién en este libro, y basado en las explicaciones dadas por el autor en clases. El pago es un efecto normal de las obliga- ciones, y naturalmente todo pago supone una obligacién que éste como consecuencia extingue, Cuando alguien paga por error lo que no debe, tiene una accién para repetir lo que ha pagado indebidament Esta acci6n tiene por objeto -¥ quizas en ninguna institucién se manifiesta con tanta claridad -subsanar el enriquecimiento sin causa que ha experimentado quien recibe el pago, Hamado accipiens por la doctrina, como también el empobrecimiento sin causa sufrido por quien paga sin ser deudor, Hamado solvens. Laaccién de repeticién del pago de lo no debido ha sido denominada tradicionalmen- te por la doctrina condictio indebiti, aludiendo de esta forma a una de las acciones que en el Derecho Romano tendian precisamente a corregir el enriquecimiento sin causa, El pago de lo no debido se encuentra regulado en nuestro Cédigo Civil como uno de los principales cuasicontratos, en el ‘Titulo XXXIV del Libro IV, articulos 2295 al 2803. Requisitos del pago de no debido Los requisitos para que se produzca un pago de lo no debido, y por consiguiente surja la accién para repetir lo que se ha pagado por esta causa, se encuentran sefia- Iados en la misma definicin legal de esta 31 figura. Encontramos esta defin articulo 2295 inciso primero del Cédigo Civil que seftala: “Si el que por error ha hecho un pago, pracba que no lo debia, tiene derecho para repetir lo pagado”. En consecuencia, los re- quisitos de esta figura son los siguientes: —Que exista un pago. Que dicho pago sea realizado sin la existencia de una obligacién previa. —Que el pago haya sido realizado en virtud de un error. En cuanto al primer requisito, no hay mucho que decir al respecto: es necesario que exista un pago que implique el enri- quecimiento del patrimonio del aceipiens, que lo recibe sin causa alguna, Cuando decimos que se requiere que en dicho pago el accipiens se haya enriquecido sin causa alguna, nos estamos refiriendo al segundo, de los requisitos del pago de lo no debido, esto es, que el pago haya sido realizado sin que exista obligacién previa. La ausencia de una obligacién para es- tos efectos puede manifestarse de diversas formas: a) Cuando Ia obligacién simplemente no se ha contraiclo, por ejemplo, si se paga una pena en virtud de una cldusula penal que no se ha estipulado. b) Cuando la obligacion existe, pero el deudor la paga a una persona distinta al verdadero acreedor. c) También hay pago de lo no debido cuando la deuda existe, pero se paga por una persona distinta al verdadero deudor, es decir, una persona paga una deuda ajena creyéndola suya. En este caso, el articulo 2295 inciso se- gundo consagra una importante excepcidn. jurtica secure SB Primera parte Los cuasicontratos Sefala la norma que “Sin embargo, cuando una persona a consecuencia de un error suyo ha pagado una deuda ajena, no tendré derecho de nepeticion contra el que a consecuencia del pago ha suprimido 0 cancelado un titulo necesario para el cobro de su crédito; pero podré intentar contra el deudor las acciones del acreedor”. Aquel a quien se hace el pago es efectiva- mente el acreedor y recibe el pago de lo que se le debe, y como resultado de esto puede destruir © cancelar el titulo, lo que en definitiva le afectaria al momento de obtener la ejecuci6n de la obligacién por parte del verdadero deudor: Es por ello que quien debe soportar el pago indebido es quien pagé erradamente y no el acreedor, sin perjuicio de que el deudor putativo se subrogue en las acciones del acreedor en contra del verdadero deudor. d) También existe ausencia de deuda cuando una obligaci6n se encuentra sujeta auna condicién suspensiva. Si se efectiia el pago estando pendiente la condicién, como senala el articulo 1485 del Cédigo Civil, se podra repetir lo pagado indebidamente, a menos que se cumpla la condicién antes de exigirse la devoluci6n, Esta regla es la opuesta a la prescrita en el caso del plazo suspensivo, atendida la certidumbre que lleva envuelta esa clase de modalidad, con- forme al articulo 1495 del Codigo Civil. Es importante senalar que el pago de las obligaciones naturales, es decir, de aquellas que no dan accién para deman- dar su cumplimiento, pero que cumplidas autorizan a retener lo que se ha dado o pagado en raz6n de ellas, no constituyen pago de lo no debido. Quien paga una obligacién natural paga una deuda real y por consiguiente no podra obtener la devolucién de lo pagado. Asi lo establece expresamente el articulo 2296 del Cédigo ivil, consagrando uno de los principales efectos de las obligaciones naturales. Como dijimos, el tercer requisito del pago de lo no debido es que el pago se haya hecho por error. Este es un requisito esencial del pago de lo no debide, y se encuentra consagrado expresamente en) el articulo 2995 del Codigo Civil. Como 1 JURIDICA pe cite consecuencia, la ley s6lo protege a quien erradamente ha pagado lo que no debia: quien paga a sabiendas que no debia, no podra obtener la devolucién de lo pagado. En este caso, conforme al articulo 2299 del Cédigo Civil, se estima que dicho pago co- rresponde a una donacién. Cabe recordar que en caso de que se pague una deuda ajena, aunque exista error, no se podra repetir lo pagado cuando se verifiquen las circunstancias descritas en el articulo 2295 inciso segundo. Concepto y alcance del error. Se entiende por error el falso concepto que se tiene de la realidad o de una regla de Derecho. Este concepto permite distinguir la ex tencia de dos clases de error: de hecho y de derecho. En la institucion del pago de lo no debido se considera tanto el error de hecho como el de derecho, lo que consti tye una importante excepcién a las reglas generales que impiden invocar el error de derecho, consagradas en los articulos 82, 706 y 1452 del Cédigo Civil. F1 motivo por el cual el legislador se aparta en esta materia de dichas reglas es el fundamento de este cuasicontrato, el enriquecimiento sin causa que se verifica en el pago de lo no debido, lo que demuestra la importancia que el legislador otorgé a dicho principio. Accién de repeticién 0 condictio inde- biti. Concurriendo los requisitos anteriores, quien pagé indebidamente o sus herederos, podra intentar la accién de repeticién con- ua quien recibié el pago o sus herederos, debiendo acreditar: -El hecho del pago, prueba que se en- cuentra sujeta a las reglas generales. —Que el pago era indebido. Conforme lo senala el articulo 2298 del Cédigo Civil, si el demandado confiesa el pago, corres- ponde al demandante acreditar que era indebido. Pero si el demandado niega el ago, correspondera al actor la prueba del pago, el que se presumira indebido. —Elerror en el pago. Fl pago a sabiendas de que una deuda era inexistente importa una donacién. Elarticulo 1397 del Codigo Civil sefiala que hace una donacién “el que Cap. IL. Cuasicontratos regulados por el Cédigo Civil paga a sabiendas lo que en realidad no debe”. Pero como el dnimo de donar n me, conforme lo establece el articulo 1398, del Cédigo Civil, debe probarse por quien pretende que existe una donaci6n. En con- secuencia, el solo hecho de pagar lo que no se debe no supone el animo de donar. Elarticulo 2299 del Cédigo Civil resume estas ideas senalando que “Del que da lo que no debe, no se presume que lo dona, a menos de jprobarse que tivo perfecto conocimiento de lo que hacia, tanto en el hecho como en el derecho”. En consecuencia, el actor no esta obli- gado a probar el error; él s6lo debe probar €l pago y lo indebido de éste, correspon- diendo al demandado probar que no hubo tal error, sino que el pago fue hecho con conocimiento de las cosas. se presu- Efectos del pago de lo no debido El efecto del pago de lo no debido es el de restituir lo indebidamente recibido, y cuando esto no es posible, su equivalente en dinero. En cuanto a la extension de lo que se debe restituir, debemos distinguir si €l accipiens esta de buena o de mala fe a) Si existe buena fe en quien recibid el pago: -Si ha recibido dinero u otras cosas fungibles que no se le debian, es obligado ala restituci6n de otro tanto del mismo gé nero y calidad. Asi lo sefiala el articulo 2300 inciso primero del Cédigo Civi =No es responsable de los deterioros © pérdidas de la especie que se le dio en el falso concepto de debérsele, aunque hayan sobrevenido por negligencia suya. Solamente sera responsable de esta pérdi- da o deterioro cuando se haya hecho mas rico, Asilo establece el articulo 2801 inciso primero del Cédigo Civil. =Si de buena fe ha vendido la especie que se le dio como debida, sin serlo, es s6lo obligado a restituir el precio de la venta, ya ceder las acciones que tenga contra el comprador que no le haya pagado inte- gramente. Asi lo sefiala el articulo 2302 inciso 1! del Codigo Civil. =En cuantoa los frutos, no esta obligado, a devolver los frutos percibides durante su buena fe, conforme a las reglas gene- rales. b) Si existe mala fe en el accipiens: —Si se ha recibido dinero u otras cosas fungibles, ademis de restituir otro tanto del mismo género y calidad, debe también los intereses corrientes. Asi se establece en el articulo 2300, inciso segundo del Cédigo Civil. se trata de una especie 0 cuerpo cierto, responde de los frutos, deterioros © pérdidas y, en general, contrae todas las obligaciones de los poseedores de mala fe. Asi se desprende del articulo 2301 inciso segundo, en relacién con los articulos 904 y siguientes del Cédigo Civil. =En caso de que haya vendido la especie dada en pago, es obligado como todo posee- dor que dolosamente ha dejado de poser, conforme se establece en el articulo 2302 inciso segundo del Codigo Civil. Acciones contra terceros adquirentes Dos factores juegan en este punto: el caracter gratuito u oneroso del titulo y la buena 0 mala fe de los terceros adqui- rentes. a) Siel tercero adquiere la cosa a titulo gratuito: En este caso no importa la buena o mala fe del tercero, ya que como dispone el a~ ticulo 2303 inciso primero: “El que pags lo que no debia, no jruede perseguir la especie poseida, por un tercero de buena fe, a titulo oneroso; pero tendra derecho para que el tercero que la tiene por cualquier titulo lucrativo (gratuito), se la restituya, si la especie es reivindicable y existe en su poder”. En este caso, conforme lo se- la el inciso segundo de dicho articulo: ‘Las obligaciones del donatario que restituye son las mismas que las de su autor segin el articulo 2301". b) Siel tercero adquiere la cosa a titulo oneroso En este caso, el tercero que adquirié de buena fe escapa de la ejecucién de quien efectué el pago indebidamente, como lo sefala el articulo 2303 transcrito en el parrafo anterior. covroun jURIDICA secure SB Primera pare. Los cuasicontratos PREGUNTAS Y EJERCICIOS 1. Enrique Tobar paga a Julio Contardo una deuda que se habia hecho exigible hace ya mas de una década, Posteriormente, alguien le comenta que cometié un error al pagar dicha deuda, que hace varios atios atris se encontraba prescrita. ;Estaba realmente prescrita la deuda en cuustion? ¢Cudndo pruede entenderse prescrita una deuda? 2. Péngase ahora en el caso que la deuda referida hubiera estado realmente prescrita, y Enrique Tobar la hubiera pagado a pesar de esa circunstancia. ;Podré solicitar la devolucién de lo pagado? 3. Bl fundamento del pago de lo no debido es el enviquecimiento sin cansa. ¢Podrd gjercerse la accién dein vem verso con el objeto de obtener lo pagado indebidamente? Fundamente su opinion. 4. A Francisco Valenzuela le prometié su tio obsequiarle la coleccién completa de las obras de don Luis Claro Solar, cuando se titulase de abo- gado. Atendido que Francisco se demoré mds de lo comuin en oblener su titulo, su tio, pensando que a se habia titulado, le hizo entrega del preciado ‘objeto. Al poco tiempo, el téo descubrié la verdad y decidié obtener la restitucion de dichas obyas. @Podré oblener su objetivo? 11, JURISPRUDENCIA FAUNDEZRIOS, OSVALDO CON NUNY FEDER (Corte de Apelaciones de Concepcién, 28 de marzo de 1988)! 24. Que, a mayorabundamiento, como lo ha resuelto esta Corte en fallo de 25 de junio de 1984, publicado en la Revisla de Derecho de la Universidad de Concepcion N® 178, ano 1985, fs. 91, para que el error que justifiea el cuasicontrato de pago de lo no debido, cuyo es el contenido de la demanda de autos, es menester que sea excusable, esto es, que no provenga de culpa de quien lo alega 0 de imprudencia supina o ignorancia, ya que si aparece de los antecedentes que el error “en que habria incurrido el Sr. Fatindez fue inexcusable, ino que, aun mas, se previ que podria GJ, N° 101, sent. 5%, pig. 27. La revista seiiala que se ha transcrito la sentencia sdlo en la parte atinente al cpigrafe y la doctrina. pirowial JURIDICA pe cute ocurrir, el principio de derecho Nemo au- ditur propriam turpitudinem allegans, non est audiendus’, es plenamente aplicable. 25. Que, en efecto, no aparece ni me- dianamente crefble que un empresario de transportes pueda llegar a firmar letras en blanco, que segtin él deberian haber sido Menadas por una suma en total equivalente al precio pactado deducidos los 477.500 pesos que dio de anticipo, como lo repre- senta en las cartas dirigiclas a Nun y Feder de fs. 7y 8. 26. Por lo demas esta aparente creduli- dad no condice con la pretendida ignoran- cia de la existencia del contrato de fs. 110, el que aun cuando se disimulé su existencia, no obstante consintié en Tlevar a la practica pagando una letra correspondiente a seguro como se consigna en el fundamento 6 y 12 de esta sentencia 27. Que en suma no existiendo saldo alguno en favor de ély encontrandose paga- do el precio estipulado por las partes en el contrato de que da cuenta el documento de f5. 110, debe desestimarse la demanda Por estas consideraciones y atendido lo que disponen los articulos 426, 384 N° 1 del Cédigo de Procedimiento Civil y 1545, 1546, 1560 y 1564 del Codigo Civil, se revoca la sentencia de 27 de marzo de mil novecientos ochenta y siete, escrita a fs, 78, en la parte que acoge la demanda de fs. IL y se decide que se desecha la referi- da demanda, sin costas por no haber sido totalmente yencido el actor. Se confirma en lo dema referida sentencia. Registrese y devuélvase Redaceién del Ministro seiior Carlos Cerda Medina. Pronunciado por los Ministros sefiores Victor Herndindez R., Carlos Cerda M. y Enrique ‘Tapia W. Rol N2 52887, apelado La PREGUNTAS Y EJERCICIOS L. Relate los hechos que dieron origen ala causa. Qué fue lo solicitado en ella? Cap. IL. Cuasicontratos regulados por el Cédigo Civil 3. Cudl es el requisite del pago de lo no debido que fue determinante en la resolucién det tribunal? 4. ;Qué criterias fueron tomados en cuenta por los jueces para determinar la existencia o no de un error en el caso? 12. JURISPRUDENCIA COMPANIA GENERAL DE ELECTRICIDAD, INDUSTRIAL Y OTRA CON FISCO. Corte de Apelaciones de Santiago, 10 de junio de 1942.2 En el juicio seguido por la Compania General de Electricidad Industrial y otra en contra del Fisco, reclamando de una mutta, la Corte de Apelaciones de Santiago dict6 el siguiente fallo: LA CORTE Vistos: Reproduciendo Ia sentencia apelada, con excepcidn de los consideran- dos 7° a 13 inclusive y de las citas legales de los articulos 2284, 2295, 2999 y 2300 del Cédigo Civil; sustituyendo el vocablo, “muebles’, tiltimo del considerando 4°, por la palabra “inmuebles”; y teniendo en su lugar present 1°. Que la primera cuestion planteada enesta causa consiste en la improcedencia de la accién deducida por las Compaiias demandantes. En efecto, sostiene el Fisco que aquéllas, para basar su accién en el articulo 2300 del Cédigo Civil, no la fun- dan en el error, que es lo que caracteriza precisamente el cuasicontrato de pago de lo no debido, sino en que el Fisco ha co- brado arbitrariamente un impuesto que no estd establecido en la ley. Para comprobar esta aseveracin cita diversos pasajes de la demanda, entre otros, el que sigue: “con- minadas por la autoridad correspondiente, nuestras representadas han efectuado el pago...") 2". Que de acuerdo con los principios que informan la causa de pedir en una ac- cién deducida en juicio, no puede argitirse que ella esta constituida por el solo precepto ® RDI 7.39, sec. &, pag. 77. # © preceptos legales que se consignan en la demanda, si ellos no son concordantes con el 0 los hechos materiales 0 juridicos en que se funda la accién, pues ésta esta caracterizada siempre por la causa de pe- dir, y ésta, a su vez, por el hecho material 0 juridico que induce al actor a interponer Ia demanda judicial; 3°. Que siguiendo la norma que corres- ponde aplicar tanto a las partes como al jez en esta contienda juridica, es menester recordar que aquéllas son soberanas en cuanto al hecho en que ha de basarse la accidn. Ellas pueden variarlo a su antojo, segiin nuestro Cédigo de Procedimiento, hasta antes de notificarse la demanda, que es la actualizaci6n con la cual se verifica ka relacion procesal. En cambio, el juez no puede hacerlo mismo. El no tiene iniciativa alguna en orden al hecho material o juridico que se invoca en la demanda; pero si tiene completa iniciativa en cuanto al derecho, ya que le corresponde a él aplicar la ley, segtin sea el hecho aducido; 42. Que estudiando el caso que aqui se plantea de conformidad con estos princi- pios, es preciso indagar si, para deducir la accion del pago de lo no debido, esta ella fundada en el error de hecho o de dere- cho, o si en otro motivo de orden material 0 juridico. Desde luego, las demandantes sostienen que la acci6n no esta basada en el error sino que en el articulo 2300 del Cédigo Civil, que no se refiere al error. Por otra parte, el demandado arguye que no estando fundamentada Ia accion en el error, no puede invocarse el pago de lo no debido, ya que aquél es uno de los requisitos para que proceda éste; Que esindudable que el articulo 2300 del referido Cédigo, que se halla en el parrafo del pago de lo no debido, es una consecuencia de la norma © principio ju- ridico establecido ya por el legislador en cl articulo 2295 primero del parrafo, que dice que “si el que por error ha hecho un pago, prueba que no lo debia, tiene derecho para repetir lo pagado”. covroun jURIDICA secure SB Primera parte Los cuasicontratos De modo que, para que se haga la resti- tucién de que habla el citado articulo 2300, es menester que se establezca el error a que se refiere el 299) 6°. Que la acci6n que las demandantes creen ver en el mencionade articule 2300 no tiene individualidad propia; ella es, como se ha dicho, una consecuencia de Ta verdadera accin descrita en el citado articulo 2295, Cosa distinta sucede en otras legislaciones, como por ejemplo con la francesa, en que se puede exigir el pago de lo no debido por cualquier hecho invo- luntario del presunto deudor; 7. Que después de estas argument: ciones, corresponde a este Tribunal, de acuerdo con las normas juridicas ya ex- playadas, calificar la accién que las actoras han entablado, en armonia, naturalmente, con los hechos materiales o juridicos por ellas aducidos. Dicen ellas en su libelo de fojas 29, ademas de las frases consignadas en el considerando 1° de esta sentencia, que “por resolucién de 21 de agosto de 1934 se ordené a los contribuyentes que debian hacer la declaraci6n de esos bienes (lineas eléctricas, postaciones, canalizaciones, etc.) para los efectos del pago del impuesto du- rante el afio 1935 y nuestras representadas cumplieron en su debida oportunidad esa instrucciones con las protestas del caso”. Después agregan “que la falta del cum- plimiento de los tramites de la ley para el cobro de las contribuciones no se debi a omisin, ignorancia 0 acto imputable a las Compafias que representan, sino a las propias instrucciones recibidas o impartidas a la Direccién de Impuestos Internos y a Tas Oficinas de Ia Tesorerfa por los propios Ministros de Hacienda”; 8", Que, como se ve, los hechos que se dejan indicados son los que indujeron a las Compaiias demandantes a pagar el impuesto a que se refiere la Ley N’ 4174, y noala repeticion del pago como pretenden aquéllas; de tal suerte que la accion debe calificarse con respecto a esos hechos y no a otros; 1 JURIDICA pe cite 9°. Que conforme a lo expuesto en los considerandos de la sentencia de primera instanciay de los que aqui se consignan, el Fisco procedié equivocadamente a exigir la inclusi6n en el rol de avaltios, de los bienes ya sefialados y, por ende, el pago de los impuestos establecidos en la referida Ley N° 4174, los cuales, como se demuestra en. cl fallo de alzada, no estan sujetosa tributos; por lo que es incuestionable que las actoras han procedido a hacer un pago sin causa real, requisito esencial para la validez de un acto juridico, como quiera que las Compa- fifas han entregado una cantidad de dinero en pago de una deuda que no existe, que no esta autorizada por la ley, acarreando, en consecuencia, la nulidad del acto que aquéllas sin causa realizaron. De acuerdo, ademas, con lo previsto en los articulos 1467 y 1687 del Cédigo Civil, se confirma la referida sentencia de 27 de noviembre de 1940. Acordada con el voto en contra del Ministro senor Montero, quien estuvo por revocar la sentencia apelada y negar lugar ala demanda. Acepta, al efecto, los seis primeros considerandos de esa sentencia, y tiene presente en lugar de sus demas fundamentos los que siguen: 1°, Que la peticién precisa sometida al fallo del Tribunal, consignada en la con- clusin de la demanda de fojas 29, es la siguiente: “Con el mérito de lo expuesto, de las disposiciones legales citadas y de lo establecido en el articulo 2300 del Cédigo Givily I? de la Ley N° 4174, emtablamos de- manda contra el Fisco para que se declare que no habiendo estado las Compaiifas que representamos obligadas a pagar el impuesto a que se refiere la presente de- manda por las razones que se han expuesto en el cuerpo de este escrito, el Fisco esta obligado a devolver a la Companfa Gene- ral de Electricidad Industrial la suma de $ 2.296,90 y a la Compaitia de Teléfonos de Chile la suma de $ 22.296,52, que han pagado en la Tesoreria de Temuco, segtin los boletines de ingreso que se acompanan_ con mas sus intereses”; Cap. IL. Cuasicontratos regulados por el Cédigo Civil Que de conformidad a lo dispuesto porelarticulo 2295 del Cédigo Civil, *siel que por error ha hecho un pago, prueba que no lo debia, tiene derecho para repetir lo pagado”; 3". Que si bien la demanda no cité el precepto transerito sino el del articulo 200 del mismo Cédigo, es lo cierto que esta iiltima disposici6n legal no establece una ceién especial diversa de la que seriala el articulo 2295 citado, sino que determina solamente la forma en que debe hacer la restituci6n, con o sin intereses corrientes, atin esté de mala o buena fe, quien ha recibido dinero o cosa fungible que no se le debia; Que, de conformidad al texto ex- preso del articulo 2205 del Cédigo Civil, antes transcrito, el que pretenda repetir lo pagado debe acreditar no solamente que ¢l pago es indebido, sino también que se hizo por error; 5%. Que, en el caso de autos, no con- curre este tiltimo requisito, dado que las Compaiifas demandantes efectuaron el pago con perfecto conocimiento de que era indebido. Asi aparece de los pirrafos de la propia demanda, que a continuacién se consignan: “Las Empresas que represen- tamos han considerado invariablemente y sosticnen que los bienes de que se trata, lineas eléctricas, postaciones, canalizacio- nes, €€., no son bienes raices y que, por lo tanto, no debieron incluirse en los roles de ayaltios a que se refiere la Ley N° 4174"; “La ‘Tesoreria Comunal ce esta ciudad ha orde- nado a las Sociedades que representamos que paguen las sumas, etc”; “Conminadas por la autoridad correspondiente nuestras representaclas han efectuado el pago”; “La Compaiiias que representamos cumplicron enelacto la orden transmitiendo los referi- dos avaltios y distribucién, dejando constancia de su correspondiente protesta”, 6%. Que la circunstancia de que las Com- paiifas demandantes efectuasen el pago con- minadas por la autoridad correspondiente, esto es, forzadas por esa autoridad, pudo servir de antecedente para formular en la conclusién de la demanda la peticién con- creta que, en armonia con ese antecedente procediese, mas no la repeticién del pago indebido ¢ intereses. Por lo demas, las partes concuerdan sustancialmente en que la acci6n inter- puesta a fojas 29 es de repeticién de lo indebido y slo discrepan acerca de si el articulo 2300 del Codigo Civil concede una accidn de pago indebido distinta de la del articulo 2295 del mismo Cédigo y de si, en el caso de este tiltimo articulo, es menester © no que concurra el error en el pago. Redaccién del Ministro senor Osvaldo, Manes. Antolin Anguita ~ Manuel Montero — Osvaldo Illanes Benitez. Santiago, 11 de junio de 1942, De acuerdo con el derecho que con- fieren a este Tribunal los articulos 205 y 207 del Cédigo de Procedimiento Civil y apareciendo oscura la expresién: “y no a la repeticién del pago, como pretenden aquéllas” contenida en el considerando 8° del fallo que precede, se reemplaza por la que sigue: “y no al error, que ha debido ser cl fundamento constitutivo del derecho”. Téngase esa resolucién como parte integrante de la sentencia que precede — Antolin Anguita —Manuel Montero — Osvaldo Mlanes Benitez PREGUNTAS Y¥ EJERCICIOS 1. Relate los hechos que dieron origen al juicio, 2. gQué fue lo solicitado por los deman- dantes? 3. gQuéclementos fueron determinantes para la resolucién de la Corte? 4, gBsté usted de acuerdo con la resolucién? Fundamente. II. LA AGENCIA OFICIOSA, 13. CHOTZEN, PATRICIA, La agencia oficiosa 0 gestion de negocios, documento inédito redactado para su incorporacién en este libro y basado en las explicacio- nes dadas por el autor en clases. covoun JURIDICA secure SB Primera parte. Los euasicontratos CONC! EPTO El articulo 2286 sefiala: “La agencia oficiosa o gestién de negocios ajenos, amada cominmente gestién de negocios, es un cua- icontrato por el cual el que administra sin mandato los negocios de alguna persona, se obliga para con ésta, y la obliga en cier- tos casos En cuanto al fundamento de esta institu- cidn, Alessandri y Somarriva sostenian que asumir Ia administraci6n de un negocio ajeno sin que preceda encargo o sin que constrifia a ello una obligacién legal, cons- tituye una invasi6n en la esfera patrimonial ajena, la cual siendo como es cerrada a la injerencia de extraios, debe ser por todos respetada. Si por otra parte este principio se aplicase con todo su rigor, quedaria in- atisfecha la exigencia social de que no se perjudique con daiio general un patrimonio al que actualmente falta la accién admi- nistradora de su titular. El ordenamiento juridico no puede ni debe prohibir la in- tervencidn de terceros ajenos cuando esta intervenci6n sea hecha en ventaja de un patrimonio desprovisto de administracién y expuesto por ello a indudables peligros. Cierto que hay una injerencia ilicita, pero también la hay benéfica, y por tanto licita, caracterizada por el espiritu altruista (que moralmente puede corresponder a un deber), 0 al menos, como dice Picard, sin pensamiento puramente egoista, con que una persona gestiona los asuntos de otra que se halla enferma, ausente, enajenada mentalmente o cualquier otra circunstancia que le impide actuar? En el derecho comparado, especifi- camente el espanol, al conceptualizar la gestion de negocios ajenos sin mandato, se sefiala que se producen determinadas obligaciones cuando alguien se encarga voluntariamente de la agencia o admi- nistracién de los negocios de otro, sin mandato de éste (articulo 1888 del Cédi- go Civil espaiiol), 0 cuando una persona ® ALESSANDRIA, SoMrRRIVA, M., Curso de Derecho Civil, Fuentes de las Obligaciones, Editorial Nascimento, Santiago, 194%, pag. 822. 1 JURIDICA pe cite realiza una gestin en interés de otra, sin haber recibido encargo de ésta (Ley 560 Fuero Nueva Navarra). En suma, cuando una persona (el gestor) por su propia ini- ciativa, altruistamente y sin contar con el interesado (dominus negoti), se encarga de gestionar asuntos ajenos.* INTERVINIENTES En la agencia oficiosa participan dos partes, el gestor 0 gerente, que es aquel que administra sin mandato los negocios de otra persona, y por otro lado el interesado, que es aquella persona que a resultas de la intervencién del gerente o gestor es ob gado a cumplir las obligaciones contraidas por éla su nombre, por haberle resultado beneficiosa dicha administracién. REQUISITC Los requisitos constitutivos de la gestion de negocios son cuatro: a) La intervencién espontinea del ge- rente en los negocios del interesado. De este modo son extraias al cuasi- contrato de agencia oficiosa las gestiones, realizadas en cumplimiento de un mandato legal, como las que realizan el padre o ma- dre, los tutores 0 curadores, En este caso, obligaciones surgen o tienen como fuente la representacién que confiere la ley. Por otra parte, no constituyen agencia oficiosa las gestiones que se realicen a ins- tancias del interesado. En tal caso, hay un mandato y el articulo 2286 del C.C, requiere que la administraci6n sea sin mandato. Es importante tener presente elarticulo 2123, de acuerdo al cual el encargo que constituye cl objeto del mandato puede hacerse aun por la aquiescencia tacita de una persona a la gestion de sus negocios por otra. La aquiescencia del interesado supone su conocimiento de la gestién, pero el simple conocimiento no convertira la agencia oficiosa en mandato: es menester que haya © VALPUESTA FERNANDEZ, MARIA, Derecho de las obligaciones y contrates, Editorial Tirant Lo Blanch, Valencia, 1995, pag. 451. Cap. IL. Cuasicontratos regulados por el Cédigo Civil podido manifestar su disconformidad y no lo haya hecho. b) Que se administren negocios aje- nos: Se estima que es indiferente si se trata de un solo negocio © de una pluralidad de ellos. La palabra “gestién” comprende tanto a los actos juridicos como a los actos materiales. c) Animo de obligar al interesado y de reembolsarse los gastos. Si la gestién se realiza sin la intencié: de obligar al interesado y de reembolsarse de los gastos que ocasionen los actos del gestor, constituye una mera liberalidad. Dos situaciones interesantes pueden producirse en relaci6n con este punto: ~Primero, que una persona gestione equivocadamente los negocios de un tercero creyendo que eran suyos. En este caso, de acuerdo a lo dispuesto en el articule 2292 del Cédigo Civil, s6lo tendri derecho a ser reembolsado hasta la concurrencia de Ta utilidad efectiva que hubiere resultado adicha persona, y que existiere al tiempo de la demanda. ~La segunda situacién es aquella en que una persona administre los negocios de un tercero pensando que gestionaba Jos negocios de otra persona. En este caso, como existe intencién de obligar y de ser reembolsado, existe una verdadera agencia oficiosa, de acuerdo a lo dispuesto en el articulo 2293 del Cédigo Civil. d) Falta de prohibicion del interesado. El legislador en este punto siguié a Pothier, quien consideraba que no habia gestidn de negocios, pero si derecho a recl: mar la utilidad obtenida del interesado. De acuerdo a lo dispuesto en el articulo 2291: “El que administra im negocio ajeno contra la expresa prohibici6n del interesado, no tiene demanda contra él, sino en cuanto esa gestin le hubiere sido efectivamente Util, y existiere la utilidad al tiempo de la demanda; por ejemplo, si de la gestién ha resultado la extincion de una deuda, que sin ella hubiera debido pagar el interesado”. El gestor en este caso solo tendra derecho a reclamar gracias a su gestion aquello en que el interesado se hubiere hecho mas rico, con tal que esa utilidad exista al momento de la demanda. Este precepto se encuentra en evidente contradicci6n con el articulo 1574, confor- me al cual el que paga contra la voluntad del deudor no tiene derecho para que el deudor le reembolse lo pagado. Dos doctrinas intentan resolver este punto. Quienes adhieren a la primera de ellas sostienen que se reconoce la accién de repeticién al solvens cuando el pago ha sido titil, que es el caso contemplado en elarticulo 2291, ysi no tiene tal caricter, se aplicaria el articulo 1574, negandole la accién de reembolso. De no ser asi, se- alan que se estaria permitiendo obtener un enriquecimiento injusto al deudor. Para la segunda de estas doctrinas, el articulo 1574 se aplica cuando el pago ha sido la Ginica gestion del solvens, y en cambio se aplica el articulo 2291 cuan- do se administra un negocio contra la voluntad del interesado y dentro de esta administraci6n se ha producido el pago de una obligacién. OBLIGACIONES DE LAS PART a) Obligaciones del agente oficioso. Conforme al articulo 2987 del Codigo Civil, las obligaciones del agente son las mismas que las del mandatario, remi- tiéndose por lo tanto a las normas que regulan dicho contrato. Con todo, seitala el articulo 2288, en la primera parte de su inciso primero, que el gestor debera emplear en la gestion los cuidados de un buen padre de familia, respondiendo del cumplimiento de su gestién, en virtud de la remisi6n a las normas del mandato -es- pecificamente al articulo 2129 del Codigo Civil, hasta de la culpa leve. No obstante, sefiala el mismo articulo 2288, que su responsabilidad sera mayor o menor en razon de las circunstancias que le hayan determinado a la gestion, Si lo hizo pa salvar los intereses ajenos de un peli inminente, sdlo respondera de dolo o de jurtica secune SB Primera parte Los enasiconuratos culpa grave. Si en cambio tomé la gestin voluntariamente, es responsable de la culpa leve, a menos que se haya ofrecido aella impidiendo que otres la tomaran, caso en el cual respondera de la culpa levisima. b) Obligaciones del interesado. Segiin el articulo 2290 del Codigo Civil, si el negocio ha sido bien administrado, debe el interesado cumplir con las obli- gaciones contraidas por el gerente en la gestion, y reembolsarle las expensas titiles 0 necesarias, pero no le debe salario alguno. Si el negocio ha sido mal administrado, no contrae obligaciones y el gerente es responsable de los perjuicios. En el caso que el negocio sea bien administrado y la gesti6n le resulte util al interesado, podemos observar que se presentan los efectos del fenémeno de la Tepresentaci6n, esto es, los efectos de los actos realizados por el gestor o gerente en los negocios del interesado se radican en el patrimonio de este tiltimo. Pero ello se produce no a consecuencia de una autori- zaci6n previa del interesado, sino como re- sultado de la utilidad recibida. No existe en este caso representacin propiamente tal, puesto que faltan dos de los tres requisitos de la misma, a saber: que el representante acttie a nombre del representado y que esté facultado para representarlo. No obstante, la ley impone esta norma en defensa del principio del enriquecimiento sin causa. PREGUNTAS Y EJERCICIOS 1. Defina ta agencia oficiosa. 2. ¢Considera usted que la agencia oficiosa se relaciona con el principio del enriquecimiento sin causa? 3. {Cudles son los requisites de la agencia oficiosa? 4. Lea el articulo 2123 del Cédigo Civil y responda: ;Cémo se pruede establecer el limite ‘entre la agencia oficiosa y el mandato? 5. @Cudles son las obligaciones del agente oficioso? 6. sado? cuales son las obligaciones del intere- pirowial JURIDICA pe cute 40 14, JURISPRUDENCIA CABRERA, JAIME CON BANCO DO BRASIL. Corte Suprema, recurso de queja, 18 de enero de 1977.2 Vistos y teniendo presente 14, Que los hechos y circunstancias co- rrectamente asentados en los fundamentos del fallo de primera instancia demuestran en su conjunto que el gerente del Banco do Brasil demandado presté su asentimiento inequivoco a la actividad desplegada por elactor don Jaime Cabrera, en su calidad de corredor de propiedades, en la gestion del negocio de compraventa de inmueble perteneciente al Banco O'Higgins, ubicado en calle Huérfanos N* 1269, actuaciones que en el considerando décimo cuarto permiten al Juez afirmar que “en todo caso existié una relacién entre los litigantes situada dentro del ambito profesional del actor que sirvié para que el Banco deman- dado tuviera conocimiento del local que en definitiva compro”, y que en el fundamento sexto del fallo de alzada se mencionan como “los actos que la sentencia de primera instancia reconoce que el actor realiz6 en orden a facilitar la operacién de compra del inmueble de que se trata”; 2. Que lo expuesto es suficiente para estimar que los sentenciadores recurridos se apartaron evidentemente del mérito de Jos autos cuando concluyen que “no existid entre las partes el mandato que se echa de menos”, porque, segtin ellos, el Banco do Brasil no habria manifestado “en forma inequiveca su voluntad de comisionar al demandante para la adquisicion del local de que se trata”; 3°. Que en consecuencia no resulta aceptable que se resolviera el asunto con- trovertido dando aplicacién a una norma como la del inciso segundo del art. 2290 del Cédigo Civil, puesto que para que pueda existir el cuasicontrato de agencia oficiosa €s requisito necesario que la gestion de negocios ajenos se realice “sin mandato”, * Fallos del Mes, N° 218, sent. 7. Cap. IL. Cuasicontratos regulados por el Cédigo Civil es decir, sin el consentimiento expreso 0 ticito del interesado, requisito que, segtin se ha visto, no concurre en la especie: de manera que al decidirlo los jueces de al da, para revocar por tal motivo el fallo de primer grado y rechazar la demanda, han incurrido en falta que debe enmendarse por la via del presente recurso de que} 4°. Que la mediaci6n que ¢jecutan los corredores de propiedades es, por cefi- nici6n, remunerada, de acuerdo con el articulo primero del correspondiente re- glamento aprobado por Decreto Supremo N! 1205, del Ministerio de Economia, de 27 de octubre de 1944; pero en lo tocante al monto de la comisién a que tiene dere- cho el actor por sus servicios, en el caso de autos, conviene tener presente que aun cuando se prolongé por lo menos hasta el mes de julio de 1974, de la propia exposicién de su demanda se desprende que con su concurso no se alcanz6 siquiera un acuerdo entre los interesados acerca de bases concretas relativas al precio de la compraventa proyectada; 5°. Que. por otra parte, cabe expresar que no tiene aplicacién en la especie lo dispuesto por los articulos 5° y 8° de la Ley N! 14.949, como lo ha pretendido el demandante, porque si bien se trata de remunerar servicios de mediacién en un negocio de compraventa en que se convino el precio en délares norteamericanos, no ha existido, sin embargo, pacto expreso de que dicha remuneracién fuese pagadera en la misma moneda, a pesar de que su monto corresponde ser determinado en um porcentaje de este precio, De acuerdo, ademas, con lo que dispone el articulo 540 del Codigo Organico de ‘Tribunales, se acoge el recurso de queja interpuesto a fs. 3, por la parte de don Jaime Cabrera Bouey, slo en cuanto se deja sin efecto la sentencia impugnada de tres de agosto tiltimo, escrita a fs. 98 de los autos tenidos a la vista ~expediente Rol N® 18789-75 del Séptimo Juzgado Civil de Mayor Cuantia de esta capital y se resuelve que se confirma el fallo de primera instan- cia de veintitrés de enero del ano tiltimo, 41 corriente a fs. 76 de dichos autos, sin costas por haber apelado la parte demandada con motivo plausible. Devuélvase la cantidad consignada segtin boleta de fs. 1: y oficiese. Registrese, et Sentencia (3" Sala): 18 de enero de 1977. Sres.: Eduardo Ortiz, Octavio Ramirez (redactor), Marcos Aburto, Estanislao Ziiiiga y Jutio Fabre. PREGUNTAS Y EJERCICIOS 1. Relate los hechos que dieron origen al procedimiento. {Qué fue lo solicitado por el actor? 3. Por qué razin ta Corte recharé la de- manda? 4, {Qué hecho fue determinante para la resolucion del tribunal? 5. Asujuicio, gnos encontrdbamos frente a un mandato o frente a una agencia oficiosa? Ill. LA COMUNIDAD 15. Explicacion Puesto que nos hemos referido a la comunidad en otros tomos de este trabajo yen otras obras,° realizaremos a continua- ci6n s6lo una breve referencia a la misma. Basicamente, nos centraremos en deter- minar si corresponde Ia clasificacion de esta figura como una especie mas de los cuasicontrato: El autor ha dicho en otra oportunidad que “Hay comunidad o indivisién cuando varias personas tienen sobre una misma cosa derechos de igual naturaleza juridi- ca”.7 Entendemos, por ejemplo, que ella existe cuando dos o mas personas detentan un derecho de usufructo sobre una cosa, cuando dos o mds personas detentan un mismo derecho real de herencia, o cuando © Losalumnos que quicran consultar sobre esta materia podran hacerlo en nuestra obra El Patrime- no, 3* edicién, Fdlitorial Juridica de Chile, Sa 2008, pags. 437 y sgtes. *'FicurRoa YANEZ, Gonzato, El Patrimonio, ob. cit, pag. 438. covroun jURIDICA secure SB Primera parte Los cuasicontratos dos 0 mas personas detentan un mismo derecho de propiedad sobre una cosa. En este tiltimo caso se habla de condominio ‘© copropiedad, que como sabemos es una especie del género comunidad. De la comunidad surgen una serie de derechos entre los comuneros, Dentro de estos derechos el Codigo distingue entre los derechos que tiene cada comunero obre su cuota parte ~en cuyo caso de- tenta un derecho absoluto, el cual podra cjercer libremente-; y los derechos que tienen los comuneros respecto a la cosa comtin. Asi también, por la comunidad, los comuneros adquieren una serie de obligaciones. Estas obligaciones pueden ser respecto de terceros, como en el caso de Ia comunidad hereditaria, en que los comuneros estén obligados a las deudas hereditarias y testamentarias (art. 2306). Cuando se trata de una comunidad a titulo ingular, los comuneros pueden también adquirir obligaciones respecto de terceros. Asi sucede, por ejemplo, si han adquirido una cosa mediante una compraventa en la cual convinieron el pago del precio en cuotas. En la comunidad surgen también obligaciones para los comuneros entre si. Asi, existe el derecho de reembolso por el pago de las deudas contraidas por uno de Jos comuneros en pro de la comunidad, regulado en el articulo 2307 del Cédigo Civil. Y también surgen obligaciones de los comuneros a la comunidad. Ello sucede con la obligacién de restituir a la comunidad lo que se saca de ella, as como también los intereses corrientes de los dineros comunes que haya empleado el comunero en sus negocios particulares (art. 2308); y con la obligacién de con- tribucién a las obras y reparaciones de la comunidad, en proporcién a su cuota (art. 2309). La pregunta que nos hacemos es cuales la fuente de tales derechos y obligaciones, dla comunidad misma o una fuente diver- sa? La pregunta que nos hacemos tiene trascendencia, porque si las obligaciones surgen de la comunidad misma, podria pensarse que dicha comunidad puede ser efectivamente un cuasicontrato, como lo 1 JURIDICA pe cite 42 sehala el Cédigo Civil. Mas si conchtimos que ellas surgen de una fuente diversa, la respuesta sera diferente: :Es la comunidad una fuente de las obligaciones, o la fuente de dichas obligaciones es el hecho 0 acto que da origen a la comunidad y por ende alos derechos y obligaciones que por ella se generan? El articulo 2985 del Cédigo Civil men- ciona dentro de los tres principales cuasi- contratos la agencia oficiosa, el pago de lo no debido y la comunidad. Y el parrafo tercero del Titulo XXXIV del Libro IV del mismo Cédigo -titulo referido a los cuasicontratos— esti titulado precisamente Del cnasicontrato de comunidad. No obstante, hemos sefialaco en otro momento que todos los autores nacionales estan de acuerdo en que la comunidad puede tener diversos origenes.® Por ejemplo, la comunidad he- reditaria tiene su origen en la muerte cel causante; la comunidad que se forma a la disolucién de la sociedad conyugal puede tener su origen en la muerte de uno de los cényuges o bien en la sentencia de separacion judicial de cuerpos o de separe cin judicial de bienes, en la sentencia de divorcio o de nulidad putativa, o bien en el pacto regulado en el art, 1728 del C.C la copropiedad de una cosa singular puede tener su origen en un contrato 0 en un tes tamento, en cuyo caso no es el testamento el que da origen a la misma sino el hecho de la muerte del testador, etc. En resumen, podemos sefialar que la comunidad y los derechos y obligaciones que con ella str gen pueden tener su origen en un hecho juridico, en un contrato 6 en Ia ley. a) Tendra su origen en un hecho juri- dico, en el caso de las comunidades here- ditarias, las cuales se forman por el hecho de la muerte del causante. b) Tendrd su origen en un acto juridico en el caso de la comuniclad que se forma cuando dos personas adquieren un bien por compraventa y su posterior tradicién. c) Tendra su origen en la ley en el caso de la medianeria (art. 853 del C.C.); de las * FIGUEROA YANEZ, GONZALO, El Patrimonio, ob. cit, pag. 491. Cap. IL. Cuasicontratos regulados por el Cédigo Civil comunidades que se forman en las socie- dades de hecho (art. 2057 C.C.); y en las que se forman entre la sociedad conyugal y uno de los cényuges en las hipstesis de los articulos 1728 y 1729 del Codigo Civil. F estos dos tiltimos casos podriamos pensar que se trata efectivamente de cuasicontratos, al tratarse de hechos voluntarios, licitos, y que no son convenciones entre los comu- neros (art. 2284). Con todo, sea cual sea la fuente de los derechos y obligaciones que surgen| entre los comuneros, en todos los casos la comunidad se rige por las mismas reglas que se encuentran contenidas en los articu- Jos 2304 y siguientes del Cédigo Civil, en las disposiciones relativas al cuasicontrato de comunidad y su particién se rige por Jas normas senaladas en los articulos 1317 ysiguientes del mismo cuerpo legal. PREGUD SY BJERCICIOS 1. Elabore una definicion de la comuni- dad. 2. A su juicio, jla comunidad es un cuasi- contrato? 3. Si su respuesta anterior fue negativa, gqué es entonces la comunidad? ¢Cudl seria la fuente de los derechos y obligaciones que surgen ‘entre los comuneros? 16, JURISPRUDENCIA CONTRERAS, (SUCESION DE) "ARME! CON RACI AK: PEDRO, ‘asacion en el fondo, 14 de diciembre de 1970." Conociendo del recurso de apelaci6n, LA CORTE Vistos y teniendo presente: 1°. Que acogidas en todas sus partes las peticiones principales de la demanda, esta aceptada, entre ellas, la relativa a que corresponde a la demandada el cincuenta por ciento del caudal de bienes de la co- munidad concubinari * RDJ.T. 67, sece. 1%, pag. 583. 2". Que el abogaco de los demandados sostuvo en estrados como observacién final, que en todo caso tal pronunciamiento era inadmisible en esta causa, pues la determi- nacién de los derechos de la demandada sélo podria hacerse en el subsiguiente juicio de particién; 3°. Que el planteamiento es equivocado, para lo cual basta considerar que el objetivo caracteristico de la particién es “repartit” los bienes comunes entre los coparticipes en conformidad ala cuota que a cada uno co- rresponde en la comunidad. Es presupuesto previo de la particién, en consecuencia, que estén preestablecidas la existencia de la comunidad y la cuota de participacién de cada comunero. Asi lo dice la ley, por lo demas, cuando, traténdose de la comunidad hereditaria, dispone que cabe a Ia justicia ordinaria decidir las controversias sobre derecho a Ia sucesién, asunto que abarea obviamente lo relativo a la entidad de la cuota de cada causahabiente 4°. Que si bien es cierto que tales deci- siones pueden eventualmente ser emitidas por el partidor, ello sdlo ocurrira cuando, suscitada ante él la controversia respecti va, acuerden las partes que la resuelva el mismo partidor y no Ia justicia ordinaria, acuerdo que es perfectamente viable, ya que la voluntad de los comuneros tiene absoluta preeminencia en el desarrollo del juicio particional, salvo alguna prohibicién legal que no existe para el caso de que se trata. Ahora bien, en el presente juicio, que versa sobre la existencia de una comunidad, también forma parte del asunto controve! tido, como aparece de la sola lectura de la demanda, la entidad de la cuota de cada comunero. Esta recibiendo aplicacién, por consiguiente, la regla general, y no puede pretender la parte demandada que este tema tenga que reservarse para su discusién ante el partidor, si, como se ha visto, se encuentra de antemano competentemente planteado ante la justicia ordinari: 5%, Que en lasentencia en alzada se di establecido, en mérito de los antecedentes probatorios que analiza, que la comunidad covroun jURIDICA secure SB Primera parte. Los euasicontratos de bienes de que se trata se originé en el esfuerzo comtin de don Pedro Rachet y de doia Carmen Contreras. Es acertada, en consecuencia, la conclusién del fallo en el sentido de que ambos fueron copro- pietarios por partes iguales de los bienes obtenidos, maxime cuando la comunidad. concubinaria no es, en la realidad de las cosas, sustancialmente diferente de la so- ciedad conyugal en cuanto a la forma de produccién o al origen de los bienes que ingresan a su haber. De conformidad ademas con lo dispues- to en los articulos 1330 y 2813 del Codigo civil, se confirma la sentencia apelada de fecha 16 de diciembre de 1969, escrita a fojas 63 y siguientes Acordada la confirmatoria en cuanto se determina la cuota de cada comunero, en contra de la opini6n del abogado integrante senor Valdés Alfonso, quien estuvo por re- vocar en este punto la sentencia de alzada y por declarar que ésta es una funci6n propia del Juez Partidor, para lo cual tiene presente Jo dispuesto en los N° 1 y2 del articulo 297 del Codigo Organico de Tribunales y las siguientes consideraciones: a) Que de acuerdo con lo establecido en elarticulo 1887 del Cédigo Civil, el partidor tiene dos funciones bien definidas: liquidar To que a cada uno de los consignatarios (sic) se debe y proceder a la distribucién de los efectos hereditarios en Ia forma seiialada por la ley; b) Que si bien el articulo 1880 de dicho Cédigo ordena que antes de procederse a Ja particién la justicia ordinaria debe de~ cidir las controversias sobre derechos a la sucesin, a juicio del disidente esta dispo- sicién sdlo se refiere a las cuestiones sobre existencia o inexistencia de la comunidad, mas no a la cuantia de los derechos que los interesados pretendan tener, porque este Uiltimo detalle seria de la competencia del partidor, quien para determinarlo necesita considerar numerosos antecedentes y prac- ticar diversas operaciones que escapan de Ta competencia de la justicia ordinaria; ©) Que en otras palabras, la justicia ordinaria decide primeramente cuales son 1 JURIDICA pe cite los comuneros y cuales son los bienes que quedaron sometidos a la competencia del partidor para que éste liquide lo que a cada uno se debe, es decir, para que, previas la formacién de acervos, acumulaciones, determinacién de porcién conyugal y otras operaciones sefialadas por la ley, determi- ne el acervo liquido de la comunidad y la cuantia de la cuota que corresponda a cada consignatario (sic); 4d) Que, en concepto del disidente, s6lo después de haber ejecutado estas operacio- nes y de haber determinado el derecho de cada consignatario (sic), segtin el resulta- do de ellas, puede el partidor proceder a cumplir la segunda parte de su misin, es decir, a distribuir los efectos comunes. Redacté el fallo el Ministro senior Brio- nes, y el voto disidente su autor. Julio Aparicio Pons — Ramin Briones Toledo — Benjamin Valdés Afonso. En contra de la sentencia precedente se ha deducido por la parte demandada el recurso de casacién en el fondo, sefialan- dose como causales las infracciones de los articulos 588, 675, 2304, 1437, 2984 y 2313 del Cédigo Civil, cada una de las cuales sera analizada en la parte considerativa de esta sentencia. LA CORTE, Considerando: 1°. Que el recurso sefala, en primer término, que la infraccién de los articu- los 588 y 675 del Cédigo Civil, en la que se habria incurrido por el fallo al dar por establecida la existencia de la comunidad entre las partes, a virtud del concubinato que exists entre la demandante y el cau- sante, don Pedro Rachet, concubinato que no es fuente de derechos personales y no esta contemplado en el articulo 588 citado como modo de adquitir el dominio ni constituye, tampoco, un titulo traslaticio de dominio, como lo exige el articulo 675, por todo lo cual, ambas disposiciones han resultado violadas, al derivarse un domi nio de la demandante que no procede, ni ha sido adquirido en la forma que dichas disposiciones legales exigen; Cap. IL. Cuasicontratos regulados por el Cédigo Civil 2°. Que la sentencia recurrida, en su considerando 5°, que reproduce el de igual numerando de la de primera instancia indi- ca que, en el curso del pleito la demandante haacreditado legalmente en autos que viv en concubinato con don Pedro Rachet desde 1957 hasta 1969, tiempo durante el cual, con el esfuerzo comtin de ambos, adquirieron diversos bienes formando una comunidad..., etc.” 3°. Que, como se ve, no es efectivo que Ja sentencia impugnada haya resuelto que el hecho del concubinato por si solo constituya un titulo y modo de adquirir de los bienes que se suponen comunes, sino que, como se expresa con toda claridad, los convivientes durante el tiempo que vivieron juntos “con el esfuerzo comin de ambos adquirieron diversos bienes, formando una comunidad”. Es decir, no es el concubinato el que dio el dominio en su cuota ala demandante, sino que “el esfuerzo comtin”, mediante el cual adquirieron estos bienes, esto es, los actos y contratos que fueron la consecuencia de dicho esfuerzo comin. No esta de mas reparar que si este es fuerzo comin para adquirir los bienes no constituye titulo y modo de adquirir para Ja demandante seniora Contreras, tampoco lo constituirfan para el demandado senor Rachet, puesto que, como lo expresa el fallo, ambos procedieron de consuno a la adquisicién de los biene: 4°. Que tampoco es acertado el recurso cuando seiiala como infracci6n legal com tida por la sentencia la de los articulos 2804, 1437 y 2984 del Codigo Civil, porque, segti se afirma por el recurrente, lossentenciado- res han entendido que la primera disposicin precepttia que el cuasicontrato que existe entre los comuneros, a falta de convenci6n, genera la comunidad, en cireunstaneia que no es el cuasicontrato el que crea la comunidad, sino que es la comunidad la que configura el cuasicontrato; 5° Que si es el cuasicontrato el que crea la comunidad 0 sies ésta la que da origen al cuasicontrato es s6lo un juego de palabras, que carece de consistencia juridica, y no demuestra en manera alguna que se hayan infringido las disposiciones que se sefialan. Como es sabido, el hecho voluntario de dos ‘© mas personas, sin que medie entre ellas un. contrato de sociedad universal o singular, constituye el cuasicontrato de comunidad que regla el parrafo 3° del Titulo XXXIV del Libro IV del Cédigo Civil. En la especie los jueces del fondo dejan establecido que lasefiora Contreras y el serior Rachet, segtin se ha repetido, ademas de vivir juntos, ad- quirieron bienes durante esa convivencia, Jos que obtuvieron con el esfuerzo comin de ambos y, en presencia de tales hechos, que el Tribunal de Casacién debe respetar, no cabe poner en duda la existencia cle la comunidad, por lo que debe concluirse que la sentencia atacada no ha vulnerado las disposiciones que se sehalan como in- fringidas por este motivo; 6°. Que también se impugna la sentencia indicando la infraccién del articulo 2313 del Codigo Civil, la que se habria producido al establecerse que a cada comunero co- rrespondia el 50% del caudal de los bienes comunes, declaracién que no correspondia hacerla al Tribunal, puesto que ella compete al Partidor al liquidar la comunidad, segtin lo estatuye la disposicién legal referida; 7°. Que la actora en las peticiones se- gunda y tercera de su demanda, solicité que se declarase: “Que sus derechos en la comunidad 0 sociedad de hecho ascendian aun 50% del total de derechos y bienes que tenfa dicha comunidad al momento de fallecer don Pedro Rachet’; peticiones que fueron contradichas por el demandado, negando la existencia de la comunidad asi como el trabajo comtin de los demandan- tes, sosteniendo que tales bienes “fueron adquiridos por el senor Rachet mediante su tinico esfuerzo y trabajo y sin ninguna intervenci6n de la demandante”; 8°, Que por lo dicho, es manifiesto que el demandado no ha planteado, sea como excepcién dilatoria, sea como excepcién de fondo, la de que el Tribunal careciere de competencia para resolver las peticio- nes indicadas en la demanda, de manera jurtica secune SB Primera parte. Los euasicontratos que el recurso, bajo este aspecto, pretende plantear un hecho nuevo que no ha sido invocado en tiempo y forma en el pleito; 9°. Que, por lo demas, siendo aplicables a las divisiones de los bienes comunes las reglas de la particién, los jueces de la instan- cia no han violado el articulo 2313 como se pretende, puesto que se han conformado a Jo que prescriben los articulos 1330 y 1331 del Cédigo Civil, al resolver como lo han hecho, cual era, la parte 0 cuota quea cada uno de los comuneros correspondian en los bienes comunes, cuestién, que como ya se ha dicho, fue propuesta en el pleito, isto, ademas, lo preserito en los ar ticulos 764, 765, 767, 787 y 809 del Codi- go de Procedimiento Civil, se dectara sin lugar el recurso de casaci6n en el fondo, interpuesto a nombre de doa Georgina Valiente de Rachet y compartes, en contra de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, de 7 de julio del presente alto, con costas es (sic) que se condena solidariamente a la parte recurrente y al abogado patrocinante. pirowial JURIDICA pe cute Se aplica a beneficio fiscal el valor de la boleta acompaniada para interponer el recurso. Redaccién del Ministro don Armando Silva Henriquez. Enrique Urrutia M.~ M. Eduardo Ortiz S. — Israel Borquez M. ~ Rafael Retamal L. ~ Luis Maldonado B. ~ Armando Sila HI. ~ Julio Fabres B. PREGUNTAS Y EJERCICIOS 1. Relate los hechos que dieron origen a esta causa. 2. Qué fue lo solicitado por la actora? 3. Guiles fueron los alegatos del deman- dado? 4, Qué resolvié la Corte? 5. Por qué cree usted que la Corte resnelwe que exisle una comunidad de bienes entre los ex concubinos? ¢Existe alguna norma legal que asi lo seiiale? 6. De ser negativa su respuesta anterior, gconsidera usted que correspondia demandar en virtud del cuasicontrato de comunidad? ;Conoce usted alguna otra accién que pottria haber sido invocada por la actora? Capitulo TIT LA LEY, FUENTE PRIMARIA DE OBLIGACIONES 17. Explicacion ‘Al comenzar nuestro estudio sobre las fuentes de las obligaciones en nuestro Derecho Civil, se dejé constancia de las. diferencias que existen en la doctrina al momento de establecer cémo se agrupan dichas fuentes y cual seria la mas correcta de estas agrupaciones. De una parte aparece la clasificaci6n clasica de las fuentes que enumera como talesal contrato, al cuasicontrato, al delito, al cuasidelito ya la ley. En su momento diji- mos que pareciera que es ésta la clasificacion recogida por nuestro Cédigo Civil, como se desprende de la enumeracién sefialada en los articulos 1437 y 2284. Por otro lado, aparecen doctrinas mas modernas que reducen, por ejemplo, esta clasificacion a solo dos: el contrato y la ley, dependiendo de si existe 0 no la voluntad de obligarse por parte del deudor. Se ha seitalado que esta doctrina argumenta en su. favor que esta clasificacién estaria consagrada en elarticulo 578 del Cédigo Civil, articulo que define los derechos personales. Ours autores van mas alli sefialando que la tiniea fuente de las obligaciones es la ley, y asi los interesados en crear obligaciones por medio de un contrato se estarian obligando tan sélo. porque la ley los ha facultado para hacerlo de esta manera. Se senalé en su momento. que esta idea ha sido refutada, puesto que si bien la ley es la fuente de todas las obli- gaciones, puede serlo de manera mediata o inmediata. Acttia como fuente mediata cuando se requiere ademas de un hecho o de unacto de voluntad que crea tales derechosy obligaciones. Y acttia como fuente inmediata cuando las obligaciones nacen por el solo ministerio de la misma, sin requerir de un hecho ni de la voluntad para el nacimiento de los derechos y obligaciones. Finalmente, se ha sostenido que la clasificacién clasiea de las fuentes de las obligaciones es insufi- ciente, agregandose nuevas figuras, como el enriquecimiento sin causa y la declaracién unilateral de Ta voluntad, fuentes que ya han sido estudiadas en este trabajo. Mas alla de las diversas teorias que se han planteado acerca de la enumeracién de las fuentes de las obligaciones, en todas ellas aparece de manifiesto la importancia de la ley como fuente de obligaciones, sea como fuente inmediata y directa de una obligacion, sea como fuente mediata 0 indirecta de todas las demas. 18. CHOTZEN, PATRICIA, La ley como fuente de las obligaciones, documento inédito redactado para su incorporacin en este libro, y basado en las explicacio- nes dadas por el autor en clases. A. La ley como fuente de obligaciones en el dmbito de la agrupacién cldsica de las fuentes de las obligaciones. La ley como fuente clasica directa de las obligaciones, en esta perspectiva s6lo tiene un carcter secundario en consideraci6n a las demas fuentes de las obligaciones. Sobre esta clase de obligaciones, sostie- nen los profesores Alessandri y Somarriva, “la ley no esté enumerada expresamente en el Cédigo”.! Sin embargo, es evidente " Nota del autor: no concordamos en este punto los profesores Alessandri y Somarriva, porque el articulo 1437 del Cédigo Civil, articulo que enumera las fuentes de las obligaciones, la scitala de manera cexpresa, al establecer que ‘Las obligaciones nacen. covroun jURIDICA secure SB Segunda parte. La ley como fuente de kis obligaciones que hay muchas obligaciones cuya fuente linica y directa es la ley. Cuando se habla de la ley como fuente de las obligaciones nos referimos a aquellos casos en que la ley es tinica y absoluta fuente de la obligaci6n. Por ejemplo, en el Derecho de Familia la ley es la mas importante fuente de las obligaciones; os usufructos legales (facultades legales de goce), las obligaciones de los conyuges entre si, las obligaciones de los padres con los hijos, tienen por fuente la ley. Por eso podemos concluir que la ley como fuente de obligaciones recibe su mayor aplicacién en el campo del Derecho de Familia”. Contintian los profesores Alessandti y Somarriva haciendo las siguientes obser vaciones generales: 1. El legislador no impone una obli- gacion legal sino cuando hay una causa suficiente que justifique el imponerla, en otros términos, la ley procede a crear la obligaci6n legal cuando hay motivos de bastante peso que asi lo aconsejen. 2. Con respecto a las obligaciones que impone la ley, la capacidad no juega nin- gtin papel; de manera que por ia ley van a resultar obligados indistintamente capaces incapaces. Ello se explica porque no tiene importancia aqui el elemento voluntad, ya que son impuestas imperativamente y por la sola autoridad de la ley. Asi, la obligaci6n de pagar las contribuciones sobre bienes raices pesa tanto sobre un mayor de edad como sobre un niiio © un loco. Pero hay casos en que por la naturaleza misma de la obligacién impuesta se exige cierta ca- pacidad, como, por ejemplo, para ejercer Ta guarda de un menor. 3. Las obligaciones legales son por lo general irrenunciables, porque en ellas va siempre envuelta la idea del orden publico, del interés general; por eso, aplicando el articulo 12 del Cédigo Civil, son irrenun- ciables.? ya por disposicion de fa k y los hijos sujetos a patria potestad”. re los padres 2 ALESSANDRI, ARTURO, SOMARRIVA, MANUEL, Derecho Civil, ‘Tomo IV, Fuentes de las Obligaciones, Editorial Nascimento, Santiago, 1942, pag. 803. 1 JURIDICA pe cite B. La ley como fuente de las obligaciones segiin la doctrina que plantea la existencia de sélo dos fuentes de las mismas. Segtin Planiol, el principal represen- tante de esta doctrina, “no hay sino dos fuentes de las obligaciones: el acuerdo de voluntades entre cl acreedor y el deudor y la voluntad todopoderosa de la ley que impone una obligacién a una persona, contra su voluntad y en interés de otra Esta clasificacion se reduce a la distincion bien conocida de obligaciones contrac- tuales y no contractuales, pero en lugar de limitarse en cuanto a estas tltimas a una designacién puramente negativa de su fuente, lamndolas “compromisos que forman conyencion”, como dice el Codigo Civil, ella les atribuye positivamente una fuente especial y tinica, la ley”. El profesor Ramén Meza Barros, si- guiendo a este autor en su critica a la cla~ silicacién clsica de las fuentes, sostiene: “en las fuentes distintas al contrato, si de algtin modo interviene la voluntad, no es ella la que genera la obligacién. Esto es evidente en los delitos y cuasidelitos; la comisién del acto es voluntaria, pero no Jo son las consecuencias. Las obligaciones resultantes del acto ilicito no son queridas por el autor y le son impuestas por la ley para reparar el dano causado. El origen legal de la obligacién es patente; el obligado lo esta a su pesar, a favor de la victima del delito o cuasidelito. Del mismo origen es la obligacion resultante del cuasicontrato. La ley impone la obligacién para impedir el enriquecimiento injusto; no es otro el motivo de que deba restituirse lo que se ha recibido en pago o de cumplir el dueno del negocio las obligaciones que en su nombre contrajo el agente oficioso”# En cuanto a las obligaciones legales, distingue a su turno entre las obligaciones, 8 PLANTOR, MARCEL de las Obligaciones”, articulo publicado en la Revista dle Derecho y Jurispradencia de aito 1904-1905, primera te, pags. 73.82, * Mrz BarRos, RAMON, Manual de Derecho Civil. De las Obligaciones, $" edicibn, Editorial Juridica de Chile, Santiago, 1999, pags. 224, Cap. IIL. La ley, fuente primaria de obligaciones legales que tienen por objeto evitar un dao, as que corresponden a lo que tradicional- mente se considera como obligacién legal, y las obligaciones legales que tienen por ‘objeto reparar un daiio ya ocasionado, com- prendiendo las obligaciones delictuales, las cuasidelictuales y las cuasicontractuales. Dejando a un lado las obligaciones le- gales de la segunda especie, senala Planiol, en relaci6n con las obligaciones legales en sentido restringido, que “Estas obligaciones son muy numerosas. En primer lugar, estan todas aquellas que Ia ley penal sanciona y cuya violacién constituye un delito o crimen. En materia civil hay muchas mas de lo que parece. Estan todas las cargas de famili obligacién de ser tutor, curador, obliga- ci6n alimentaria, deber de educacién de los padres para con los hijos, las llamadas obligaciones de vecindad, el secreto profe- sional, etc.”. Puede notarse que esas obli- gaciones tienen objetos variados: algunas son obligaciones de no hacer, de hacer, o de dar. Por tanto, la ley nos impone tanto acciones como abstenciones. Ahora bien, la raz6n que sirve de fundamento juridico a todas estas obligaciones se descubre con un simple procedimiento: analizar qué ocu- rre si se suprime dicha obligacién. Como resultado, aparece inmediatamente un peligro considerable 0 el riesgo de un daiio futuro, que se puede evitar imponiéndose un sacrificio mayor y a veces nulo al sujeto obligado por la ley. En cuantoa esta concepcién amplia de las obligaciones legales, y aquella extrema que considera que en definitiva es s6lo la ey la fuente de las obligaciones, el profesor René Abeliuk la rechaza sosteniendo que “en un sentido amplio toda obligacién en- cuentra su raz6n de ser en el ordenamiento juridico, y en tal sentido tienen su parte de verdad las doctrinas que pretenden que Ia ley es la fuente tinica de las obliga- ciones. Pero la verdad es también que la obligacién nace muy distintamente de la ley en las obligaciones legales stricto sensu, en que no hay hecho alguno del deudor para dar nacimiento a la obligacién, sino a sola voluntad del legislador, que en Tas dems fuentes de obligaciones. Las obliga- ciones legales propiamente tales son, pues, aquellas en que la ley es la fuente directa e inmediata de las obligaciones, y no existe un hecho del deudor en que la obligacién tenga su fundamento. Su ejemplo mas cabal es la obligacién alimenticia, en que la ley determina cuando nace ella, las personas del deudor y del acreedor y la forma de satisfacerla”.* PREGUNTAS Y EJERCICIOS Lea los articulos 426, 526, 658, 662 inc. 2%, 668 inc. 1 y 1725 Ne 38 y 4%, re- lacionandolos con el articulo 1734 del digo Civil. Responda las siguientes preguntas para cada uno de ellos. 1. {Cudil es la fuente de las obligaciones senaladas en tales articulos? ¢Cree usted que podria sehalarse como fuente directa la ley, 0 bien, cree que la fuente es el enriquecimiento sin causa? Fundamente. 2. Si cree que la fuente de tales obligaciones es el enriquecimiento sin causa, y partiendo de Ia base que ciertos autores senialan que los cuasicon- tratos son una fuente residual de las obligaciones, gpodrian tales casos corresponder a los Namados cuasicontratos innominadas, entendiendo por tales aquellos que no se encuentran senalados en el articulo 2285 del Cédigo Civil? "ABELIUK, RENE, rial Juridica de Chile, as Obligaciones, Tom I, Eelito- antiago, 1993, pig. 48. Capitulo IV LA RESPONSABILIDAD CIVIL: CLASIFICACION I. INTRODUCCION AL TEMA 19. Explicacion La Hamada “responsabilidad civil” —contractual o extracontractual- es posible- mente una de Tas areas mas desarrolladas por la doctrina y jurisprudencia recientes. Respecto de ella, se han suscitado las mas variadas e€ interesantes controversias, las que van desde las tendencias que buscan unificar ambas responsabilidades, hasta desarrollos profundos de temas como la responsabilidad objetiva, el concepto de dano moral, el estatuto general de la res- ponsabilidad, ete ‘Todas estas tendencias han levado a que recientemente, muchas Universidade que enseiian el Derecho ofrezcan un curso completo dedicado a esta area. Ouras que han seguido el esquema clasico tratan la responsabilidad eivil contractual en el curso destinado a las obligaciones — basicamente enel incumplimiento-y la responsabilidad. civil extracontractual a propésito de los delitos y cuasidelitos. Nosotros intentare- mos explicar la responsabilidad civil desde ambos puntos de vista. Puesto que este tomo esta enfocado en as fuentes de las obligaciones, estudiaremos aqui la responsabilidad civil extracontrac- tual como una de dichas fuentes. Hablare- mos, por lo tanto, de las obligaciones que emanan de un delito 0 cuasidelito civil. Esto es, aquellas que surgen de un hecho humano, voluntario ¢ ilicito, cometido con dolo 0 culpa, y que produce un daiio a una persona, Para ello, intentaremos responder las siguientes preguntas: zcuando surge la obligacion? y :quién debe responder? Pre- viamente, se entregaran algunas nociones del concepto de delito y cuasidelito civil, las que se compat con la respons lidad contractual, asi como con los delitos y cuasidelitos en materia penal. II. RESPONSABILIDAD GONTRACTUALY EXTRACONTRACTUAL. DIFERENCIAS. RESPONSABILIDAD, PRECONTRACTUAL A. DIVISION DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EN CONTRACTUAL, YEXTRACONTRACTUAL 20. CHOTZEN, PATRICIA, Responsabilidad civil, documento inédito redactado. para su incorporacién en este libro, y basaclo en las explicaciones dadas por el autor en clase: De acuerdo a la estructura que consagra nuestro Cédigo Civil, la responsabilidad civil puede dividirse basicamente en dos ramas: contractual y extracontractual. La utilizacién de la expresi6n “basicamente” no es casual, sino que se ha empleado para recalear que algunos autores aniaden ademas una tercera categoria de responsabilidad civil: la respon sabilidad precontractual, cuya naturaleza es bastante discutida en Ta doctrina. Elhecho de clasificar la responsabilidad civil no impide la formulacién de un con- cepto genérico de responsabilidad, toda vez que no obstante las peculiaridades de cada uno de estos estatutos, el efecto de incurtir covroun jURIDICA secure SB ra parte. Los delitos y cuasidelitos enellaes siempre el mismo: se debe reparar el daiio que se ocasiona a la victima, ya sea por el incumplimiento contractual, ya sea por el delito o el cuasidelito. ‘Antes de realizar un examen de ambos estatutos, cabe senalar que la diferencia substancial que existe entre uno y otro con siste en que en un caso la responsabilidad. civil es un capitulo de los efectos de las obligaciones, y en el otro, constituye fuente de las mismas. En la responsabilidad civil contractual, el responsable y Ia vietima se encuentran ligados por un contrato, media entre ellos una obligacién preexistente. La responsabilidad civil contractual viene a ser, en consecuencia, un efecto de las obligaciones que nacen de los contratos, especificamente, un efecto de las obliga- ciones en su incumplimiento, efecto que conjuntamente con el cumplimiento forza- do configuran los denominados remedios Jegales en caso de incumplimiento, Por esta raz6n, la responsabilidad civil contractual constituye un efecto de los contratos, ella se encuentra regulada en el Titulo XIL del Libro IV del Cédigo Civil, que se de- nomina precisamente “Del efecto de las obligaciones”. En el caso dela responsabilidad delictual © cuasidelictual, la situaci6n es totalmente distinta, puesto que en este caso no existe vineulo alguno previo entre el autor del dano y la victima del mismo. La obligacién nace precisamente de la comision de un delito o cuasidelito. En este caso, la respon sabilidad civil opera como consecuencia de una fuente de las obligaciones. Asi lo disponen los articulos 1437, 2984, 2314 y 2329, Es por ello que el legislador le asignd asta materia un titulo independiente, el Titulo XXXV del Libro IV. Los requisitos necesarios para que una persona se encuentre en la obligacién de indemnizar perjuicios, esto es, para que incurra en responsabilidad civil, difieren segtin se trate de una u otra clase de res- ponsabilidad. En este punto es necesario realizar una distincién: a) Laresponsabilicad civil contractual se configura cuando, de acuerdo alo dispuesto 1 JURIDICA pe cite en elarticulo 1556 del Cédigo Civil, un deu- dor no cumple una obligaci6n contractual, la cumple imperfectamente o la cumple tardfamente. Las dos primeras causales dan lugar a una indemnizacién compensatoria. Sila obligaci6n contractual infringida es la de pagar una cantidad de dinero, es posible obtener el pago en naturaleza a través del cumplimiento forzado. En lo que respecta ala tercera causal, el cumplimiento tardio, ésta origina una indemnizacién morato- ria, la que procede cualquiera que sea el cardcter de la obligacion infringida, y es acumulable a la anterior. En consecuen- cia, cuando una de las partes no cumple a obligacin que ha contraido por medio de la celebracion de un contrato, y dicho incumplimiento causa un perjuicio al otre contratante, el primero debe indemnizar el daiio que ocasione tanto compensatorio como moratorio, Dicho contratante incurre en responsabilidad civil. Para que haya lugar la responsabilidad contractual es menester que se verifique un conjunto de presupuestos, los que deben. coneurrir copulativamente. Estos pres- puestos son los siguientes: El incumplimiento de una obligacion contractual. —Laimputabilidad del deudor. Esto signi- ica que el deudor debe haber incumplido Ia obligacion con dolo o culpa. —Los daiios o perjuicios experimentados por el acreedor. —Una relacién de causalidad entre el incumplimiento y el daiio que se ha oca- sionado. —-La mora del deudor. -No debe concurrir una causal de exen- de responsabilidad. El requisito de imputabilidad del deu- dor (culpa o dolo) es de suma importancia. En un sistema de responsabilidad subjetiva como el nuestro, si el incumplimiento se debe a un caso fortuito, el daiio produci do no se debe indemnizar, incluso en el evento de la ausencia de culpa, sin que ella alcance a configurar un caso fortuito. E este caso, faltaria un requisito necesario para la responsabilidad civil: la culpa del deudor. ci Cap. IV, La responsabilidad civil: clasificacién, Este requisito de la imputabilidad (culpa © dolo) tiene importantes consecuencias juridicas en relacién con los danos que deben ser indemnizados. Estos datios se d terminan atendiendoa siel incumplimiento se debe al dolo oa la culpa del deudor. En el primer caso, que comprende ademas la culpa grave (que el articulo 44 del Cédigo Civil asimila al dolo), el deudor debe in- demnizar los perjuicios directos previstos ¢ imprevistos sufridos por el acreedor. En cambio, si el incumplimiento se debe tan sdlo a la culpa del deudor, éste debera indemnizar s6lo los perjuicios directos previstos al momento de contratar. Asi lo dispone el articulo 1558 del Codigo Civil. Lo anterior permite afirmar que el dolo acttia en esta materia como una agravante de la responsabilidad civil contractual, b) En cuanto a la responsabilidad civil extracontractual, llamada también delictua © cuasidelictual, ella se configura cada ve que una persona, natural o juridica, come- te algtin acto civil ilicito. Asi lo senala el articulo 2814: “El que ha cometido un delito 0 cuasidelito que ha inferido daito a otro, es obligado a la indemnizacién; sin perjuicio de la pena que le impongan tas leyes por et delito 0 cuasidelito”. El Codigo Civil no define lo que se en- tiende por delito 0 cuasidelito. No obstante, el articulo 2284, contenido en las reglas de los cuasicontratos, permite elaborar un concepto de ellos, toda vez que establece Jos elementos fundamentales de los ilicitos civiles. Sobre la base de la descripcién que realiza este articulo, se puede definir al deli- to. como todo hecho woluntario, no convencional, realizado con la intenci6n de daar, vale decir, todo daiio causado con dolo. Por su parte, el cuasidelito puede definirse como todo hecho voluntario, no convencional, realizado sin la intencién de daar, vale decir, todo dao causado por culpa de su autor. Genéricamente, los delitos y los cua- sidelitos constituyen “hechos ilicitos”, y técnicamente ésta es la mejor forma de denominarlos, toda vez que la distincién entre delitos y cuasidelitos en materia civil carece de relevancia juridica. Los efectos juridicos de unos y otres son los mismos, a saber, indemnizar los danos causados a Ia victima, sean éstos materiales o morales, salvo que una disposicién restrinja la in- demnizaci6n a ciertas categorias de daiios. Por lo dems, la distincin entre delitos y cuasidelitos civiles induce a equivocos, dado que en materia penal se utiliza la misma denominacién, distincién que en este caso trae aparejadas diferencias sustanciales.! Visto lo anterior, resulta indispensable precisar qué es lo que se entiende por he- chos ilicitos. Se ha planteado que éstos son Jos contrariosa Ia ley, los hechos contrarios a Derecho, ete. Interesante es la opinion del profesor Ramon Meza Barros sobre este punto, el que sostiene que estos conceptos, extremadamente vagos, carecen de tilidad practica, En realidad el hecho es ilicito por sus consecuencias, por la responsabilidad que genera, especialmente como resultado de los daitos que causa. Para que se configure la responsabilidad civil extracontractual, es menester que concurra un conjunto de requisites. Ellos son los siguiente: Los daios o perjuicios experimentados por la victima. —La imputabilidad del autor. El dao debe ser el resultado de su actuar doloso © culpable. —-Una relacién de causalidad entre el dolo o Ia culpa, por un lado, y el dao causado, por el otro. —La capacidad delictual del autor del dano. Sostiene el profesor Meza Barros que s6lo en la medida en que concurran estos cuatro presupuestos, se engendra la obliga- cidn de indemnizar perjuicios, y solamente en este evento estaremos en presencia de un “hecho ilicito”. Este es el criterio que establece por ejemplo, el Cédigo Civil ar- gentino, que dispone en su articulo 1067 que “No habré acto ilicito punible para los efectos de este Cédigo, si no hubiese daiio causado u otro acto posterior que le pueda causar y que a MANASEVICHL RENE, Las Obligaciones, I Jurfdica de Chile, Santiago, 1993, covroun jURIDICA secure SB fercera par Los delitos y cussidelitos sus agentes se les pueda imputar dolo, culpa o negligencia”? PREGUNTAS Y EJERCICIOS 1. Senale las principales diferencias de ta responsabilidad civil contractual y responsabi- lidad civil extracontractual. 2. jCudles a su juicio la principal semejanza entre ambas responsabitidades? 3. gConsidera usted queel incumplimiento de un contrato es un hecho ilicito? Fundamente. 4. ;Piensa usted que ambas responsabilida- des pueden fundirse en un solo estatuto? {Qué dificultad podria encontrar? 5. Lea los siguientes casos y responda: a. Se produce un accidente en la montana rusa de un parque de diversiones, del que resultan varias personas con lesiones de mediana gravedad. i) gLa responsabilidad del parque de diversiones es contractual o extra- contractual? Fundamente Qué ventajas representa para la victima que se trate de una respon- sabilidad contractual? iii) {Qué ventajas le representa que se trate de una responsabilidad extra- contractual? b. Un-médico que transita por la via priblica, asiste gratuitamente a una persona que presenta diversas contusiones producto de tun accidente automovilistico. Si en vista de-una actuacién negligente del médico se le provoca al herido una situacién médica mas compleja que la que observaba con anterioridad: i) gEn qué responsabilidad incurre et meédico? Justifique su respuesta. Un marido golpea a su mujer producién- dole serios datos fisicos: i) gProcederia ta accion de indemniza- cidn en este caso? i) Considerando que el articulo 102 det Gédigo Civil define el matrimonio como un “contrato solemne”, gbajo ii) Meza Barkos, RAMON, De las fuentes de las obli- gaciones, Santiago, 1997, pags. 258 y 259. pirowial JURIDICA pe cute 58 qué estatuto de responsabilidad de- mandaria? 4. Se produce un grave accidente por la imprudencia del chofer de un microbiis. Junto con tos pasajeros que habian pagado su pasaje, viajaba Andrea, que por no tener dinero aprovechs una detencién del vehiculo para colgarse de la parte trasera. Andrea resulta herida en este accidente. i) {Debe la empresa de transporte res- ponder por los perjuicios ocasionados tanto a los que pagaron su pasaje como a Andrea? gEn qué clase de responsabilidad incurre respecto de todos ellos? gEn qué beneficiaria a los pasajeros el hecho de haber pagado su prasaje al momento de solicitar su iniemni- zacién? aEin qué beneficiaria a Andrea al momento de solicitar su indemniza- cién el hecho de colgarse en ta parte trasera del vehiculo? ii) iii) iv) 21, JURISPRUDENCIA BUSTAMANTE, MIGUEL Y € MA, ORLANDO. RAS 2ON PAL- Corte Suprema. Casacién en la forma y fondo, 8 de agosto 1956.44 Don Orlando Palma promueve recursos de casaci6n en la forma yen el fondo contra la semtencia de fecha 15 de septiembre de 1955, que acoge en parte la demanda contra I promovida por don Miguel Bustamante, dona Elvira Bustamante de Navas y dona Rosa Bustamante de Moller sobre nulidad, inoponibilidad y terminacion de un contrato de arrendamiento y cobro de perjuicios. LA CORTE Considerando: A) En cuanto al recurso de form: 12. Que se estima, en primer lugar, no fundamentada la sentencia en cuanto 3, Sec. 1, pig. 217. to a este fallo, y en lo que respecta a Ja materia en estudio, transcribiremos tan s6lo lo sefialado por la Corte en lo relativo a la casacién en la forma, RDI ‘k Cap. IV, La responsabilidad civil: clasificacién, acoge la peticién cuarta de la demanda, relativa al pago de perjuicios con reserva de discutir su especie y monto en un juicio diverso, sin decirse nada en orden a hallarse © no establecidos dichos perjuicios; omi- i6n violatoria de las normas que en este punto se dan por afectadas, cuya correcta aplicaci6n imponia el debido examen de la prueba y el rechazo consiguiente de la peticion antedicha; 2°. Que puntualizada asi ta impugna- cién de falta de consideracién sobre la existencia de los perjuicios, debe recordarse que fundada la demanda en ser nulo en subsidio inoponible a los demandantes el arrendamiento celebrado por la sucesién aque ellos pertenecen con el demandado, por haber procedido el mandatario de la sucesién extralimitando sus facultades, el tribunal analiza el titulo en que éstas se con fieren y después de un estudio cuidadoso admite en parte, por lo menos, la opinién de los actores y acepta, si no la nulidad, al menos la inoponibilidad del contrato. Acto seguido, como consecuencia de lo anterior y refiriéndose a los perjuicios, la Corte agrega que el demandado goz6 asi el predio “sin contrato alguno que hacer valer ante los demandantes, lo que supone un “menoscabo” para las actoras en su calidad de comuneras”; 3%. Que tal “menoscabo" es el recono- cimiento explicito de Ia existencia de per- juicios, supuesto que, segtin el Diccionario de la Lengua Espaiiola, se menoscaba una cosa cuando se la disminuye, quitindole una parte, s¢ la acorta 0 se la reduce; y si esto ocurre con el patrimonio de los pro- pietarios del inmueble, como el fallo lo dice, y por obra del demandado, es porque hay perjuicios que a él son imputables. manifiesto que los sentenciadores emplean Ja palabra “menoscabo” en su acepcién de danio o perjuicio, como aparece en el fun- damento vigésimo tercio en donde fundan la responsabilidad en el hecho voluntario, ilicito, culpable o doloso y que “importe menoscabo del patrimonio”. La naturaieza y monto del menoscabo y perjuicios, por no ser materia del fallo en raz6n de la reserva reclamada, no ha tenido por qué considerarse; 4°. Queal declararse la responsabilidad extracontractual, que no se reclamaria en los autos, pues el fundamento de la accion seria la responsabilidad contractual del se- hor Pala, el fallo se habria pronunciado ultrapetita. Los sentenciadores manifiestan que no dice la demanda qué perjuicios se reclaman y ellos entienden que son los extracon- tractuales, por las razones que al efecto sefialan, si bien anotan que al fundar un recurso de casaci6n en el fondo contra la sentencia anterior a la actual los deman- dantes invocaron los derivados del contrato de arrendamiento y mas en concreto, los previstos en el articulo 1949 del Codigo Civil como sancién al arrendamiento en mora de restituir. Tiene raz6n el tribunal; en la demanda se ejercitan diversas acciones; como princi- pales las de nulidad del contrato y, en sub- sidio, las de inoponibilidad y terminacién del mismo; como accesoria, los perju La naturaleza de los tltimos, innecesai era decirlo, sera distinta segiin la naturaleza de la accién a que accedan. Si se estima que el contrato es valido y oponible, las prestaciones pertinentes se regulan por era el caso de la sentencia anterior. Pero si el pacto es nulo, 0 siendo valido es inopo- nible, las responsabilidades que procedan no han de buscarse en estipulaciones que no existen © no tienen valor, y esto es lo que resuelve la sentencia, sin que para ello necesite desentenderse de las peticiones concretas de la demanda, Los perjuicios que se cobran, dice el considerando 22, son los que corresponden “al periodo de tiempo en que el demandado permaneci6 ilegalmente dentro del fundo y el que transeurra hasta su restitucién; son perjuicios de indole ex- tracontractual, maxime que la peticién de petjuicios sdlo debe ser examinada como corolario de la peticién ce inoponibilidad y no de las de nulidad y terminacién que han sido desestimadas o no examinadas por improcedentes”. No existe, pues, la ultra petita; se da lo que se pide. covroun jURIDICA secure SB

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