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Para formular una propuesta que nos lleve más allá del pensamiento trascendente: que
de los múltiples cuerpos (lo físico) garantizados en lo Uno (lo metafísico) y más allá del
pensamiento constructivista-nominalista: que podemos resumir en los múltiples cuerpos y su
multiplicidad pertinente (la lengua). Siguiendo a Lacan, (Que Badiou, por lo demás, lo
declara como su maestro) trazaremos las consecuencias del psicoanálisis en los cuerpos y las
lenguas. Donde, respecto al cuerpo se trabajan las consecuencias del concepto de sexualidad
<<en>> el cuerpo (que me adelanto con formular que siguiendo a nietzsche rompe con el
concepto de Uno pero a su vez expone una ficción en el cuerpo remitida al problema del dos)
y luego trabajamos las consecuencias del psicoanálisis en la lengua, tras sus dos facetas que
hemos esbozado con la certeza y la creencia: esto es, el saber y el sentido. (donde, también
me adelanto, allí se trabajará el problema de del agujero en el saber y del sentido horadado
[Conceptos clave dentro del psicoanálisis]) y bueno, hablo en futuro, porque hay bastante
trabajo desarrollado en estos puntos, pero hay algunas lagunas y es una parte de la tesis que
aún está en proceso. En resumen, en esta parte de la tésis se lee a los dos primeros
pensamientos prescritos en la plenitud (es decir cobijados en la no interrupción del saber y el
sentido) y se propone a contraparte un pensamiento en falta, o lo que para el psicoanálisis se
conceptualiza como deseo.
Retomando, en sintonía con mi estado actual de la tesis, haré una escansión, un corte,
en dirección a la propuesta presente en lo que sigue de este trabajo, y que por lo demás, me
parece que es una parte ya casi terminada y que me intriga bastante. Siendo fiel a la filosofía
de Badiou, retomaremos el diagnóstico: no hay más que cuerpos y lenguas. Esta es una
propuesta metafísica, es decir, una lectura del devenir efectivo de lo que hay, o diremos con
zizek, una propuesta ideológica en tanto mediación de la nada como efectividad del aparecer.
Badiou llama a este diagnóstico: materialismo democrático, nos dice con mayor precisión: no
hay más que cuerpos (cuerpos sufrientes o gozantes [dirá badiou]) y lenguas (lenguas
autoritarias y contractuales). Aquí los cuerpos sufrientes son garantizados por lenguas
autoritarias, y los cuerpos gozantes por lenguas contractuales. Las lenguas autoritarias
podemos localizarlas como esta especie de vuelta al pasado de lo Uno dogmático, presente en
pensamientos conservadores, en los neofascismos, etc, Mientras las lenguas contractuales son
las que, por lo menos, por parte de la filosofía actual, se preocupan de permitir y explorar los
cuerpos, exponiendo los cuerpos marginados, permitiendo que el cuerpo no sea restringido
por la lengua o por los injustos tratamientos autoritarios. Podemos decir: en el mejor de los
casos, los cuerpos aquí remiten a su potencialidad, y las lenguas remiten a una comunicación
y transmisión minuciosa de los cuerpos que con sus ejercicios críticos, deconstructivos,
genealógicos, etc, descubren y sostienen pertinencias claves para el pensamiento. Badiou,
verá un importante ejercicio aquí, pero como hemos afirmado, sostiene que no es suficiente,
que es necesario dar un paso más. Y este paso debe ser no sin la caída de lo Uno. Por este
motivo “no hay más que cuerpos y lenguas”, y este no hay más remite a la necesaria
superación de lo Uno, empero no podemos dejar que se lleve consigo conceptos que veremos
que para Badiou, son fundamentales: como Verdad, sujeto, infinitud, la Idea, lo eterno, etc.
Hay en Badiou una concepción de la verdad diferenciada de lo Uno, (como hemos dicho, es
fiel a Nietzsche en aquella superación) pero también diferenciada del saber y del sentido (o
en definitiva, diferenciada del juicio aristotélico, remitido a la adecuación al juicio). Badiou
ofrece, más allá del materialismo democrático, lo que llama “dialéctica materialista”, nos
dice: Sí, efectivamente, “no hay más que cuerpos y lenguas, pero hay verdades, sino que
verdades.” ¿Y a qué remite este tercer término?, es sólo un término que hace replantear los
dos primeros, que intenta releer a la filosofía proponiendo una orientación transversal, a partir
del problema del acontecimiento, que por tiempo no podemos desarrollar aquí. pero que abre
a un término que permite reformular a los cuerpos y lenguas creando cierta orientación que
conceptualizar materialistamente al desvío respecto a lo que el mundo tal cual propone, como
una ruptura en el cuerpo, un agujero en el saber, un sentido horadado que permite novedades
fundamentales. Como un adelanto al acontecimiento, podemos decir que este, para Badiou,
no es, el acontecimiento no es, pero adviene. Podemos decir: mientras en el materialismo
democrático el cuerpo se dirigía a sus potencialidades y la lengua a su comunicación, en esta
dialéctica materialista más allá de la potencialidad de los cuerpos, se propone la conversión
de los cuerpos, Otro cuerpo, y no la comunicación del lenguaje, sino que la fundación, el acto
instituyente de las lenguas.