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AREQUIPA
FACULTAD DE DERECHO
Presentado por
Arequipa – 2022
EL DERECHO DE FAMILIA EN BRASIL, CHILE, BOLIVIA, ARGENTINA Y
PERÚ.
OBJETO Y PRINCIPIOS RECTORES DE LAS LEGISLACIONES
Las legislaciones modernas en muchos casos definen su objeto para explicitar
su ámbito de regulación, facilitando luego a los tribunales la determinación de
la normativa aplicable. La explicitación del objeto de regulación interesa en este
documento porque da cuenta cuáles derechos y relaciones se consideraron
deben protegerse y cuáles excluirse en el ámbito de las familias. Por su parte,
los principios rectores son de suma importancia pues revelan explícitamente la
ideología de la ley y además son los criterios de interpretación normativa en
caso de duda en el momento en que la ley se está aplicando a un caso
concreto. En la legislación argentina, los capítulos del Código Civil que regulan
las relaciones de los integrantes de las familias, y sus derechos y obligaciones
en tanto tales, no establecen objeto o principios rectores para estas materias, lo
que puede obedecer a la época de su promulgación (1869), cuando no se
estilaba explicitar los principios orientadores como criterios de interpretación
legal. Ya la Ley 23515 de Matrimonio Civil de 1987 establece la igualdad de
condiciones en varios aspectos. El Código de Familia boliviano se limita definir
como su objeto que las relaciones familiares se establecen y regulan por el
presente Código (el subrayado es de la autora). De esta manera, la ley da
cuenta del nivel de injerencia estatal en la materia, al menos para algunos
temas, pues deja claramente establecido que las relaciones familiares no sólo
se regulan por la ley sino que se originan en ésta. Este código no tiene una
declaración de principios unificada, aunque a lo largo de su articulado se van
refiriendo varios. Así se destaca como criterio rector la preponderancia del
interés de la familia, por sobre el particular de sus miembros. Este principio ha
sido utilizado para postergar a la mujer, dificultando sus procesos de autonomía
y en casos concretos suponiendo trabas para el divorcio. Sin embargo, también
ha sido utilizado para proteger el patrimonio familiar, impidiendo la disposición
de bienes ante la ausencia o falta de consentimiento de uno de los cónyuges.
También se establece el trato jurídico igualitario en las relaciones conyugales y
de filiación, que luego es reiterado al regular diversas relaciones: igualdad de
los convivientes, igualdad de derechos y deberes de los cónyuges respecto de
la educación de los hijos y de la dirección del hogar, y de derechos y deberes
de los hijos respecto de los padres. Los principios citados en conjunto con el
principio constitucional de igualdad dieron lugar a que la jurisprudencia
reconozca que la potestad marital, es decir la obediencia debida por la mujer al
marido, había sido dejada de lado (Morales, 1990). Sin embargo, el principio de
igualdad entre los cónyuges convivía hasta hace poco con un artículo que
sostenía que cada uno de los cónyuges podía ejercer libremente su profesión u
oficio, pero que el marido podía pedir judicialmente que no se permita a la
mujer el ejercicio de su profesión cuando ésta atente contra la moral o
perjudique la labor que la esposa debe cumplir en el hogar. Este artículo fue
declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional en Sentencia 0058 de
2003 en recurso interpuesto por la Defensora del Pueblo. El artículo atentaba
contra la dignidad humana, derecho humano fundamental y a su vez fuente de
otros derechos humanos, pues esta dignidad implica autonomía y
autodeterminación. Este artículo transgredía también los derechos a la igualdad
y la libertad de elección de oficio, tal como se comprueba al decodificar el
significado objetivo contenido en alguna de sus prescripciones y luego por los
resultados jurídicos que éstas ocasionaban (Ruiz, 2003). Los títulos del Código
Civil Chileno que refieren a las familias, son los relativos al matrimonio, la
filiación y la patria potestad, dentro del capítulo relativo a las personas.
Además, está la mencionada Ley de Matrimonio Civil que establece como su
objeto los requisitos para contraer matrimonio, la forma de su celebración, la
separación de los cónyuges, la declaración de nulidad matrimonial, la
disolución del vínculo y los medios para remediar o paliar las rupturas entre los
cónyuges y sus efectos (art. 1). Esta misma ley establece como principios, y en
tal calidad orientaciones que deben tener siempre presente los tribunales, la
protección del interés superior de los hijos y del cónyuge más débil. El Código
Civil en cambio no tiene una declaración expresa de principios, lo que era más
común en los cuerpos legales tan amplios como éste y que además han sido
modificados reiteradamente para hacer frente a los cambios en la sociedad,
dando lugar a un texto sistematizado y refundido que da cuenta de distintas
ideologías. De todas formas, la predilección del Código por las familias
fundadas en el matrimonio legal se aprecia en la Ley sobre Registro Civil, al
final del Código, en su Título V Medidas que favorecen la constitución legal de
la familia, que establece: Los Oficiales del Registro Civil visitarán su respectiva
comuna o sección, en la forma que determine el reglamento, a fin de procurar
la celebración del matrimonio del hombre y la mujer que, haciendo vida marital,
tengan hijos comunes. Durante su visita, harán las inscripciones de nacimiento
que procedan, denunciarán aquellos que no se hubieren inscrito en época
oportuna y cuidarán de que esas inscripciones se verifiquen. En Colombia, el
Código Civil es el cuerpo legal que regula las relaciones de los miembros de las
familias y data de 1873, con modificaciones desde 1887 hasta el año 2006. En
cuanto a los principios orientadores de la legislación, la Constitución (art. 42,
cuarto párrafo) establece que las relaciones familiares se basan en la igualdad
de derechos y deberes de la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus
integrantes, mientras que el Código reconoce igualdad de derechos y
responsabilidades de los cónyuges en la administración y dirección de los
asuntos del hogar, igualdad de derechos para fijar el domicilio o residencia
conyugal y para recurrir al juez. También en diversos artículos está el interés
superior de los hijos como guía para el juez o para las decisiones de las partes.
Por su parte, la legislación venezolana establece que tiene por objeto
establecer los mecanismos de desarrollo de políticas para la protección integral
a las familias, la maternidad y la paternidad así como promover prácticas
responsables ante las mismas, y determinar las medidas para prevenir los
conflictos y violencia intrafamiliar; educando para la igualdad, la tolerancia y el
respeto mutuo en el seno familiar, asegurándole a todas y todos sus
integrantes una vida digna y su pleno desarrollo en el marco de una sociedad
democrática, participativa, solidaria e igualitaria. Se aprecia así desde el primer
artículo de esta norma la orientación de la misma, que tiende más a la
protección de las familias, que a resaltar las funciones y responsabilidades de
éstas y sus integrantes como sucede en otros ordenamientos. En el mismo
sentido, el artículo reproducido se complementa con una declaración de
principios que incluyen la igualdad y la no discriminación, la solidaridad,
corresponsabilidad y la responsabilidad social, entre otros.
BIBLIOGRAFÍA