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El gato negro: La noche de terror.

En un pequeño pueblo en las afueras de la ciudad, vivía un gato negro llamado Salem. Salem era
un gato astuto y solitario, que pasaba la mayor parte de sus días cazando ratones y pájaros en el
bosque cercano. Pero una noche, todo cambió.

Esa noche, Salem decidió aventurarse más allá del bosque. Mientras caminaba por la oscura
carretera del pueblo, vio una extraña figura en la distancia. Se acercó curioso y descubrió que era
una casa abandonada. Sin embargo, lo que Salem no sabía era que esa casa estaba maldita.

La casa había sido abandonada después de que una familia muriera en un incendio. Se decía que el
espíritu de la madre y su hijo seguían vagando por la casa, buscando venganza contra aquellos que
los habían dejado morir. Pero Salem, sin conocer la leyenda, entró a la casa.

Mientras Salem exploraba la casa, sintió una presencia extraña a su alrededor. De repente, escuchó
un grito escalofriante que lo hizo temblar. Se dio cuenta de que estaba atrapado en la casa maldita.

Salem intentó huir, pero las puertas y ventanas estaban cerradas. Entonces, decidió buscar una
salida. Mientras buscaba, vio a una figura fantasmal que se acercaba a él. Era la madre que había
muerto en el incendio.

Salem trató de correr, pero la madre fantasmal lo atrapó y lo arrojó contra una pared. Salem estaba
gravemente herido, pero sabía que tenía que seguir intentando escapar. Con mucho esfuerzo, logró
abrir una ventana y saltar hacia afuera.

Cuando Salem llegó al suelo, vio a la madre y su hijo acercándose a él. Pero justo cuando pensaba
que todo estaba perdido, un rayo cayó del cielo y golpeó la casa. La casa maldita se derrumbó y la
madre y el hijo desaparecieron.

Salem se alejó de la casa en ruinas y se sentó en una roca para recuperarse de sus heridas. Miró
hacia la casa y vio una figura extraña salir de los escombros. Era una bruja que había estado detrás
de la maldición todo el tiempo.
Salem sabía que tenía que detener a la bruja antes de que hiciera más daño. Se levantó con
determinación y se acercó a la bruja. La bruja intentó lanzarle un hechizo, pero Salem saltó y le
arañó los ojos. La bruja se desvaneció y Salem sabía que había salvado el pueblo del terror.

Desde esa noche, Salem se convirtió en el héroe del pueblo. Ya no era un simple gato negro
cazando ratones, sino un valiente luchador contra las fuerzas del mal. Y aunque nunca volvería a
entrar en una casa abandonada, Salem sabía que siempre estaría listo para enfrentarse a cualquier
peligro que se presentara.

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