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SAN GIL, SAN JOSÉ Y SANTA ELVIRA

Torrijos, 1941
Hay que ver que bien se llevan los santos.
Dña. Teresa Enríquez, llamada por el Papa Julio II, La loca del Sacramento y
embriagada de vino celestial, todo un cumplido a principios del s. XVI, en lucha con la
reforma protestante, mujer coherente, junto a su esposo Diego Cárdenas, Duque de
Maqueda, fundó numerosos conventos y asilos de dolor, donde ella misma curaba las
llagas de los apestados, entre los que se encontraban el Hospital de la Santísima
Trinidad, fundado en la llamada Casa de Santa Catalina, convento de religiosas
Concepcionistas que ella misma había abierto.
El edificio con sus solitarios claustros, ampliar arcadas, grandes patios, su jardín central
girando en torno al pozo, la palmera, el laurel… La Colegiata, donde a tantos fieles
conmueve el Santísimo Cristo de la Sangre, iban perdiendo su labor hospitalaria, pocos
eran los enfermos que llegan a curar allí sus males. Será otra noble dama, Dña. Elvira
Gallaza, quien dejaría todos sus bienes destinados a Escuelas Católicas. Los Duques de
Maqueda cedieron gustosos los locales y con las orientaciones del Sr. Arcipreste y los
bienes de Dña. Elvira consiguieron abrir un centro educativo totalmente independiente
del Hospital.
“Y primero la piqueta y la pala del albañil y luego los pintores y
carpinteros, y por último la llegada de abundante material pedagógico con
arreglo a las exigencias de la moderna pedagogía, transforman el antiguo
Hospital de la Santísima Trinidad, en un centro de educación sin que por
eso pierda en su totalidad su primitivo carácter, puesto que en completo
aislamiento, sin que para nada tengan las niñas que presenciar servicios de
beneficencia, se conservó un ala del edificio para tales ministerios,
quedando así el Hospital de la Santísima Trinidad”. Histórico de
Fundaciones.
Parece ser que este arcipreste además tener interés grande por la obra material, aún lo
tenía mayor por la espiritual, así lo entendía su obispo, según él, no dejó parar ni a sol
ni a sombra, hasta que no consiguió llevar religiosas a Torrijos, pensando que la
Congregación de Santa Ana cumplía con los ideales preconcebidos, ante todo por estar
formadas en la Escuela del Amor.
El día de la llegada de las religiosas fue memorable, volteo de campanas, balcones
engalanados, bullir de gentes que silenciosas, pero con la alegría en sus rostros se
encaminan hacia la Iglesia del Santísimo Cristo, es la nota saliente en las primeras
horas de la mañana. Tanto se llenó el templo que resultó insuficiente. Se bendijeron los
locales destinados a Escuelas. Tras elocuentes palabras y festejos, la Comunidad quedó
constituida el 22 de abril de 1941.
El Hospital, independiente del Colegio, fue atendido por las Hermanas hasta el año
1963 en el que era innecesario, solo algún accidente acudía al Centro. Posteriormente,
dado el estado de ruina en que se encontraba, las religiosas tienen que abandonarlo. Se
comienzan los trámites para construir un nuevo Colegio. Escritos, cartas, planos,
proyectos y reuniones. 900 alumnos quedan repartidos entre dos edificios. En San Gil se

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impartirán las clases de Educación Infantil (6 aulas) y de Educación Secundaria (9
aulas, de 1° a 3° de ESO). San José y Santa Elvira (19 aulas: 3 aulas de 1° a 5° y 4 aulas
en 6°).
Un nuevo edificio se levanta a instancias de la Fundación Santísimo Cristo de la Sangre
de Torrijos (Toledo). Son aprobados y publicados sus estatutos por el Excmo. y Rvdmo.
Sr. arzobispo de Toledo, D. Francisco Álvarez Martínez, y constituidos por Escritura
pública ante notario, en el año 1977. Por fin, el 10 de septiembre de 1999, se bendice el
nuevo edificio, completando la Educación Secundario Obligatoria con 4.º. En los dos
cursos siguientes se abre Bachillerato.
La Comunidad religiosa, que con tanto cariño ha acompañado este proceso, se retira el
27 de julio de 2002. Una calurosa despedida y un entrañable homenaje las acompaña.
Marchan tranquilas, ¡qué bien se lleva los santos!

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