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21 Hegemonía y,
Intelle ctua 1s y la

An to nio Gramsci

I Hegemonía

(a) El criterio metodológico en el que debe basarse nuestro propio estudio es


el siguiente: que la supremacía de un grupo social se manifiesta de dos
maneras, como "dominación" y como "liderazgo intelectual y moral", Un grupo
social domina a grupos antagónicos, a los que tiende a "liquidar", o a someter
quizá incluso por la fuerza armada; lidera a grupos afines y aliados. Un grupo
social puede, y de hecho debe, ejercer ya el "liderazgo" antes de conseguir el
poder gubernamental (de hecho, ésta es una de las principales condiciones para
conseguir dicho poder); posteriormente, se convierte en dominante cuando
ejerce el poder, pero incluso si lo tiene firmemente en sus manos, también debe
seguir "liderando" (pp. 57-8) ,
(b) (Una) clase es dominante en dos sentidos, es decir, "dirigente" y
"dominante". Dirige a las clases que son sus aliadas y domina a las que son sus
enemigas. Por lo tanto, incluso antes de alcanzar el poder, una clase puede (y
debe) "dirigir"; cuando está en el poder, se convierte en dominante, pero
también sigue "dirigiendo"... puede y debe haber una "hegemonía política"
incluso antes de alcanzar el poder gubernamental, y no se debe contar
únicamente con el poder y la fuerza material que da esa posición para ejercer el
liderazgo político o la hegemonía (p. S7).
(c) El ejercicio "normal" de la hegemonía en el terreno ya clásico del régimen
parlamentario se caracteriza por la combinación de fuerza y consentimiento,
que se equilibran recíprocamente, sin que la fuerza predomine excesivamente
sobre el consentimiento. De hecho, siempre se intenta que la fuerza aparezca
basada en el consentimiento de la mayoría, expresado por los llamados órganos
de opinión pública -periódicos y asociaciones- que, por ello, en determinadas
situaciones, se multiplican artificialmente (p. 80) .

De Gramsci, A., Selection from Prison Notebooks (trans. Quintin Hoare y Geoffrey Nowell-
Smith), Lawrence & Wishart, Londres, 1971.
Hegemonía, intelectuales y Estado zi i

(d1 Indudablemente, el hecho de la hegemonía presupone que se tengan en


cuenta los intereses y las tendencias de los grupos sobre los que se va a ejercer
la hegemonía, y que se forme un cierto equilibrio de compromiso, es decir, que el
grupo dirigente haga sacrificios de tipo económico corporativo. Pero tampoco
cabe duda de que tales sacrificios y tal compromiso no pueden tocar lo esencial,
pues si bien la hegemonía es ético-política, también debe ser económica, debe
basarse necesariamente en el núcleo decisivo de la actividad económica (p.
161).

(e) Un momento posterior es "la relación de fuerzas políticas", en otras palabras,


una evaluación del grado de homogeneidad, autoconciencia y organización
alcanzado por las distintas clases sociales. Este momento puede a su vez
analizarse y diferenciarse en varios niveles, correspondientes a los diversos
momentos de la conciencia política colectiva, tal como se han manifestado en la
historia hasta ahora. El primero y más elemental de ellos es el nivel económico-
corporativo: un comerciante se siente obligado a estar al lado de otro comerciante,
un fabricante al lado de otro fabricante, etc., pero el comerciante todavía no se
siente solidario con el fabricante; en otras palabras, los miembros del grupo
profesional son conscientes de su unidad y homogeneidad, y de la necesidad de
organizarse, pero en el caso del grupo social más amplio todavía no es así. Un
segundo momento es aquel en el que se alcanza la conciencia de la solidaridad de
intereses entre todos los miembros de una clase social, pero todavía en el ámbito
puramente económico. Ya en esta coyuntura se plantea el problema del Estado -
pero sólo en términos de conquistar la igualdad político-jurídica con los grupos
dominantes: se reivindica el derecho a participar en la legislación y la
administración, incluso a reformarlas - pero dentro de las estructuras
fundamentales existentes. Un tercer momento es aquel en el que se toma
conciencia de que los propios intereses corporativos, en su desarrollo presente y
futuro, trascienden los límites corporativos de la clase puramente económica, y
pueden y deben convertirse también en intereses de otros grupos subordinados...
Esta es la fase más puramente política, y marca el paso decisivo de la estructura
a la esfera de las superestructuras complejas; Es la fase en la que las ideologías
previamente germinadas se convierten en "partido", entran en confrontación y
conflicto, hasta que sólo una de ellas, o al menos una combinación de ellas,
tiende a prevalecer, a ganar la partida, a propagarse por toda la sociedad,
provocando no sólo la unificación de los objetivos económicos y políticos, sino
también la unidad intelectual y moral, planteando todas las cuestiones en torno a
las cuales se libra la lucha no en un plano corporativo, sino en un plano "universal", y
creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre una serie de
grupos subordinados. Es cierto que el Estado es visto como el órgano de un
grupo particular, destinado a crear condiciones favorables para la máxima
expansión de este último. Pero el desarrollo y la expansión del grupo particular se
conciben, y se presentan, como la fuerza "motriz" de una expansión universal, de
un desarrollo de
todas las energías "nacionales". En . otras palabras, el grupo dominante se coordina
COncretamente con los intereses generales de los grupos subordinados, y la
vida del Estado se concibe como un proceso continuo de formación y superación
de equilibrios inestables (en el plano jurídico) entre los intereses del grupo
fundamental y los de los grupos subordinados -equilibrios en los que los
intereses del grupo fundamental y los de los grupos subordinados se
superponen.
Antonio Gramsci

grupo dominante prevalezca, pero sólo hasta cierto punto, es decir, dejando de
lado el interés económico estrechamente corporativo (pp. 181-2).
'' ' f) Toda relación de "hegemonía" es necesariamente una relación educativa y ' .
, se produce no sólo dentro de una nación, entre las diversas fuerzas de las que la
nación es
., . compuesto, sino en el internacional y mundial celebrado, entre complejos de
civilizaciones nacionales y continentales"(p. 350)

2 I ntelectuales

(a) Todo grupo social, al nacer en el terreno original de una función esencial
en el mundo de la producción económica, crea junto a sí, orgánicamente, uno o
varios estratos intelectuales que le confieren homogeneidad y conciencia de
su propia función no sólo en lo económico, sino también en lo social y en lo
político. El empresario capitalista crea junto a sí al técnico industrial, al
especialista en economía política, a los organizadores de una nueva cultura,
de un nuevo sistema jurídico, etc. [...]
Si no todos los empresarios, al menos una élite entre ellos debe tener la
capacidad de ser organizadora de la sociedad en general, incluyendo todo su
complejo organismo de servicios, hasta el organismo estatal, debido a la
necesidad de crear las condiciones más favorables para la expansión de su
propia clase; o al menos debe poseer la capacidad de elegir a los adjuntos
(empleados especializados) a quienes confiar esta actividad de organizar el
sistema general de relaciones externas a la propia empresa. Se puede observar
que los intelectos "orgánicos" que toda nueva clase crea junto a sí misma y elabora
en el curso de su desarrollo son, en su mayor parte, "especializaciones" de
aspectos parciales de la actividad primitiva del nuevo tipo social que la nueva
clase ha puesto de relieve (p. 5).
(b) ¿Cuáles son los límites "máximos" de aceptación del término "intelectual"?
¿Se puede encontrar un criterio unitario que caracterice por igual todas las
actividades diversas y dispares de los intelectuales y que las distinga al mismo
tiempo y de manera esencial de las actividades de otros grupos sociales? El error
de método más extendido me parece el de haber buscado este criterio de
distinción en la naturaleza intrínseca de las actividades intelectuales, en lugar
de hacerlo en el conjunto del sistema de relaciones en el que estas actividades
(y por tanto los grupos intelectuales que las personifican) tienen su lugar dentro
del complejo general de las relaciones sociales. En efecto, el obrero o el
proletario, por ejemplo, no se caracteriza específicamente por su trabajo
manual o instrumental, sino por realizar este trabajo en unas condiciones y en
unas relaciones sociales determinadas (aparte de la consideración de que el
trabajo puramente físico no existe [...J: en todo trabajo físico, incluso en el más
degradado y mecánico, existe un mínimo de cualificación técnica, es decir, un
mínimo de actividad intelectual creadora). Y ya hemos observado que el
empresario, en virtud de su propia función, debe poseer en cierta medida un
cierto número de cualificaciones de carácter intelectual aunque su papel en la
sociedad no esté determinado por éstas, sino
Hegemonía, IntelectuaJs y el Sœte zi4
¡'!
por las relaciones sociales generales que' caracterizan específicamente la posición
del empresario en la industria.
Todos los hombres son intelectuales, se podría decir por tanto: pero no todos los hombres tienen en la
sociedad
la función de los intelectuales.
Cuando se distingue entre intelectuales y no intelectuales, en realidad sólo se
hace referencia a la función social inmediata de la categoría profesional de los
intelectuales, es decir, se tiene en cuenta la dirección en la que se orienta su
actividad profesional específica, ya sea hacia la eldboración intelectual o hacia el
malestar músculo-nervioso. Esto significa que, aunque se puede hablar de
intelectuales, no se puede hablar de no intelectuales, porque los no intelectuales
no existen. Pero incluso la relación entre esfuerzo de elaboración intelectual-
cerebral y esfuerzo músculo-nervioso no es siempre la misma, de modo que existen i
diversos grados de actividad intelectual específica. No existe ninguna actividad "
humana de la que pueda excluirse toda forma de participación intelectual: El
Homo /n6er no puede separarse del Homo snpieiis. Cada hombre, en fin, al
margen de su actividad profesional, ejerce alguna forma de actividad intelectual,
es decir, es un "filósofo", un artista, un hombre de gusto, participa en una
determinada concepción del mundo, tiene una línea consciente de conducta
moral y, por tanto, contribuye a sostener una concepción del mundo o a
modificarla, es decir, a hacer nacer nuevos modos de pensamiento (pp. 8-9).
(c) Así pues, existen categorías especializadas históricamente formadas para el
ejercicio de la función intelectual. Se forman en conexión con todos los grupos
sociales, pero especialmente en conexión con'los más importantes, y
experimentan una elaboración más extensa y compleja en conexión con el grupo
social dominante. Una de las características más importantes de todo grupo que
evoluciona hacia la dominación ÎSu lucha por asimilar y conquistar
"ideológicamente" a los intelectuales tradicionales, pero esta asimilación y
conquista se hace más rápida y eficaz cuanto más consigue el grupo en cuestión
elaborar simultáneamente sus propios intelectuales orgánicos.
El desarrollo mormón de la actividad y organización de la educación en sentido
amplio en las sociedades surgidas del mundo medieval es un índice de la ¡,
importancia que asumen en el mundo moderno las funciones y categorías
intelectuales. Paralelamente al intento de profundizar y ampliar la
"intelectualidad" de cada indîviduo, se ha producido también un intento de
multiplicar y estrechar las diversas especializaciones. Esto puede observarse
desde las instituciones educativas a todos los niveles, hasta los "organismos que
existen para promover la llamada "alta cultura" en todos los campos de la ciencia
y la tecnología" (p. lg 0).
(d) Lo que sí podemos hacer, por el momento, es fijar dos grandes "niveles"
superestructurales: el que puede denominarse "sociedad civil", es decir, el
conjunto de organismos comúnmente denominados "privados", y el de la
"sociedad política" o "Estado". Estos dos niveles cor-
$eSponden, por un lado, a las funciones de "hegemonía" que el grupo dominante ]
de la sociedad y, por otro, al de "dominación directa" o
rnmand ejercida a través del Estado y del gobierno "jurídico". Las funciones
son precisamente organizativos y conectivos. Los intelectuales son los
Antonio tsramsci

los "diputados" del grupo dominante que ejercen las funciones subalternas de la hegemonía social
-. y gobierno político. Estos comprenden:

'1. El consentimiento 'espontáneo' dado por las grandes masas de la población


a la dirección general impuesta a la vida social por el grupo fundamental
dominante, este consentimiento está 'históricamente' causado por el prestigio (y la
consiguiente confianza) de que goza el grupo dominante debido a su posición
y función en el mundo de la producción.
, 2. El aparato de poder coercitivo del Estado que impone "legalmente" la disciplina
a los grôupos que no "consienten" ni activa ni pasivamente. Sin embargo,
este aparato se constituye para el conjunto de la sociedad en previsión de
momentos de crisis de mando y dirección cuando el consentimiento
espontáneo ha fracasado (p. 12).

(e) Francia ofrece el ejemplo de una forma lograda de desarrollo armonioso de


las energías de la nación y de las categorías intelectuales en particular.
Cuando en 1789 una nueva agrupación social hace su aparición política en el
escenario histórico, ya está completamente equipada para todas sus funciones
sociales y puede, por tanto, luchar por el dominio total de la nación. No tiene que
hacer ningún compromiso esencial con las viejas clases, sino que puede
subordinarlas a sus propios fines. Las primeras células intelectuales del nuevo
tipo nacen junto con sus contrapartes económicas hrst. (...] Esta masiva
constru£ción intelectual explica la función de
la cultura en Francia en los siglos XVIII y XIX. {...]
En Inglaterra la evolución es muy diferente a la de Francia. La nueva
agrupación social surgida sobre la base del industrialismo moderno muestra un
notable desarrollo económico-corporativo, pero avanza sólo a tientas en el terreno
intelectual-político. Existe una categoría muy amplia de intelectuales orgánicos, es
decir, aquellos que surgen en el mismo terreno industrial que el grupo económico.
- Pierde su supremacía económica pero mantiene durante mucho tiempo una
supremacía político-intelectual y es asimilada como "intelectuales tradicionales" y
como grupo directivo por el nuevo grupo en el poder. La vieja aristocracia
terrateniente se une a los industriales por una especie de sutura que es
precisamente la que en otros países une a los intelectuales tradicionales con las
nuevas clases dominantes (p. 18).

3 E l Estado

(a) En mi opinión, lo más razonable y concreto que puede decirse del Estado
ético, del Estado cultural, es lo siguiente: todo Estado es ético en la medida en
que una de sus funciones más importantes consiste en elevar a la gran masa de
la población a un determinado nivel cultural y moral, nivel (o tipo) que corresponde
a las necesidades de las fuerzas productivas para el desarrollo y, por tanto, a los
intereses de las clases dominantes. La escuela como función educativa pósitiva, y
los tribunales como función represiva.
1]
Hegemonía, intelectuales y Estado 11s

y función educativa negativa, son las actividades estatales más importantes en este
sentido: pero, en realidad, una multitud de otras iniciativas y actividades
llamadas privadas tienden al mismo fin -iniciativas y actividades que forman el
aparato de la hegemonía política y cultural de las clases dominantes (p. 258).
(b)Gobierno con el consentimiento de los gobernados - pero con este
consentimiento organizado, y no genérico y vago como se expresa en el instante de las
elecciones. El Estado tiene y solicita el consentimiento, pero también "educa" este
consentimiento, por medio de las asociaciones pclíticas y sindicales; éstas, sin embargo,
son organismos privados, dejados a la iniciativa privada de la clase dominante (p.
259).
(c) Las clases dirigentes anteriores eran. esencialmente conservadoras en el
sentido de que no tendían a construir un pasaje orgánico de las otras clases a la
suya,
es decir, ampliar "técnica" e ideológicamente su esfera de clase: su concepción
era la de una casta cerrada. La clase burguesa se plantea a sí misma como un
organismo en continuo movimiento, capaz de absorber a toda la sociedad,
asimilándola a su propio nivel cultural y económico. Toda la función del Estado se
ha transformado; el Estado se ha convertido en "educador", etc. (p.. 260).
(d) Seguimos en el terreno de la identificación entre Estado y gobierno,
identificación que es precisamente una representación de la forma económico-
corporativa, es decir, de la confusión entre sociedad civil y sociedad política. En
efecto, hay que señalar que la noción general de Estado incluye elementos que
deben remitir a la noción de sociedad civil (en el sentido de que se podría decir
que Estado = sociedad política + sociedad civil, es decir, hegemonía protegida
por la coraza de la coerción). En una doctrina del Estado que concibe a este
último como tendencialmente capaz de marchitarse y de subsumirse en la
sociedad regulada, el argumento es fundamental. Es posible imaginar que el
elemento coercitivo del Estado se desvanece gradualmente, a medida que
aparecen elementos cada vez más conspicuos de la sociedad regulada (o Estado
ético o sociedad civil) (pp. 262-3).
(e) Papel educativo y formativo del Estado. Su objetivo es siempre crear nuevos
y más elevados tipos de civilización... adaptar la "civilización" y la moralidad de
las masas populares más amplias a las necesidades del desarrollo continuo del
aparato flCOnOmico de producción; por tanto, desarrollar incluso físicamente
nuevos tipos de humanidad (p. 242).
(I) En realidad, el Estado debe concebirse como un "educador", en la medida en que '(
tiende precisamente a crear un nuevo tipo o nivel de civilización. Puesto que se actúa
esencialmente sobre las fuerzas económicas, reorganizando y desarrollando el aparato de
producción económica, creando una nueva estructura, no debe llegarse a la conclusión
de que los Sl3factores estructurales deben dejarse a sí mismos, desarrollarse
espontáneamente, a una germinación azarosa y esporádica. El Estado, también en este
ámbito, es un instrumento de "racionalización", de aceleración [...]. Actúa según un
plan, exhorta, incita, solicita y "castiga"; pues, una vez creadas las condiciones en las
que un
Azztonio Gramsci

cierta forma de vida es "posible", entonces la "acción u omisión criminal" debe


tener una sanción punitiva, con implicaciones morales, y no ser juzgada simplemente
de forma genérica como "peligrosa". La Ley es el aspecto represivo y negativo de
toda la actividad positiva y civilizadora del Estado. Las actividades "premiadoras"
de individuos y grupos, etc. La actividad meritoria y digna de elogio es
recompensada, al igual que las acciones delictivas son castigadas (y castigadas
de forma original, incorporando la "opinión pública" como forma de sanción) (p.
247).
(g) [E]l Estado es todo el complejo de actividades prácticas y teóricas con las
que la clase dominante no sólo justifica y mantiene su dominio, sino que
consigue el consentimiento activo de aquellos sobre los que gobierna [.] (p.
244).

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