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TEMA II

Teoría del delito


2.1 TEORIA DE LA NORMA PENAL
La teoría de la norma penal estudia las reglas de aplicación según los sujetos, la
materia y el territorio donde se cometan los delitos. La teoría del delito, elabora
una construcción lógica para analizar los elementos predominantes para que una
conducta sea considerara como delito: el Código Penal hace referencia a “el que o
quiénes” realizan u omiten una acción, y determina como delito lo siguiente: Un
delito desde es toda acción u omisión ilícita y culpable expresamente descrita por
la ley bajo la amenaza de una pena o sanción.
2.2 DIVERSAS CLASES DE INTERPRETACIONES DE LA LEY PENAL
Hay tres situaciones que producen confusión y error en lo que toca a la
interpretación y aplicación de la ley penal, a causa de su indebido conocimiento
doctrinal.
Noción de interpretación Interpretar significa explicar, aclarar y entender lo que es
oscuro y confuso.
Clasificación de la interpretación.
Existen diversos criterios de clasificación respecto de la interpretación de la ley,
los cuales se resumen de la manera siguiente:
a) Por su origen. La interpretación puede ser doctrinal, auténtica o judicial.

*Doctrinal. También se le conoce como interpretación privada, porque la


realizan los particulares. Otros la llaman científica, cuando la llevan a cabo los
estudiosos del derecho y los doctrinarios por medio de su obra escrita o de la
palabra oral (conferencias, discursos, cátedras, etcétera).

*Auténtica. También se le conoce como legislativa y es la que realiza el


legislador para precisar o aclarar la significación de la norma jurídica.

*Judicial. También conocida como jurisdiccional o forense, es la que llevan a


efecto los juzgadores (juez, magistrado o ministro) con el fi n de aplicar la
norma jurídica a los casos concretos y con justicia, de manera que
desentrañen el verdadero sentir del legislador cuando creó la norma.
b) Por el método. La interpretación puede ser histórica, gramatical, lógica,
sistemática o analógica.
*Histórica. La interpretación histórica consiste en que la norma debe entenderse
en relación con el momento en que se creó, considerando las circunstancias
sociales, políticas y económicas prevalecientes en el lugar y el momento de su
creación y, por último, entender por qué y para qué de su origen.
Si se quiere interpretar el art. 308, segundo párrafo, del CPF, que señala el duelo
como circunstancia atenuante en los delitos de lesiones y homicidio, se deberá
partir de la época en que se creó dicha norma y las características de la sociedad
en ese periodo. Parte general (Nociones básicas)
*Gramatical. La interpretación gramatical, conocida también como interpretación
filológica o literal, consiste en esclarecer la norma, según el sentido estrictamente
literal de la disposición. Se trata de encontrar el significado de la norma por medio
de las palabras empleadas, precisando su significación y connotación dentro de la
gramática.
En los arts. 318 del CPF y 138, fracc. III, del CPDF se señala a la asechanza
como uno de los medios para atacar a una persona, lo cual constituye la
circunstancia agravante de alevosía en los delitos de lesiones y homicidio. Una
correcta interpretación gramatical llevará a entender por qué el legislador empleó
el término asechanza y no acechanza (el primero significa usar artificios o
engaños para causar perjuicio a alguien, mientras que acechar significa vigilar u
observar cautelosamente). Nótese cómo en el CPF el legislador emplea el vocablo
asechanza y, en el CPDF, acechanza. Hay que insistir en la necesidad de que,
dentro de la formación de licenciados en derecho, como para cualquier otra área
del saber y, a fin de lograr una correcta forma de comunicarse, es recomendable
la consulta constante de un diccionario de la lengua española.
Para todo estudiante y para quien ejerza la profesión en cualquier ámbito, es
indispensable acudir en forma constante al Diccionario de la lengua española, de
la Real Academia Española, o al Diccionario de uso del español, de María Moliner.
Es muy penoso advertir la manera inadecuada en que muchos estudiantes,
abogados, legisladores e incluso profesores escriben, máxime cuando, como es
sabido, una letra, un signo de puntuación o simplemente un acento puede cambiar
radicalmente el sentido de una expresión. En nuestra profesión, éste es un asunto
muy delicado.
*Lógica. La interpretación lógica, también llamada interpretación teleológica o
racional, parte de un análisis histórico, de modo que, de cierta manera, se funden
la interpretación histórica y la lógica. Consiste en revisar las circunstancias
imperantes en el momento en que se creó la norma, conocer la exposición de
motivos respectiva y saber qué factores influían en la sociedad en aquel momento.
Así podemos entender, por ejemplo, por qué surgió la Ley Federal contra la
Delincuencia Organizada o el tipo penal de violencia familiar.
*Sistemática. La interpretación sistemática implica conocer y comprender todo el
cuerpo legal a que pertenece la norma por interpretar, para no considerarla
aisladamente. Sin embargo, erróneamente los códigos penales establecen la regla
de interpretar un vocablo “sólo para efectos” de ese código, de un capítulo o de un
artículo; véanse los arts. 144, segundo párrafo, del CPDF y 265, segundo párrafo,
del CPF, a manera de ejemplo. En dicha interpretación deben tenerse en cuenta
las doctrinas, corrientes y escuelas que ejercieron influencia en la norma y la
orientación jurídica del Estado.
*Analógica. La interpretación analógica consiste en interpretar la norma, de
manera que se recurra a normas o casos similares entre sí, a fin de desentrañar
su sentido. Es importante no confundir la interpretación analógica con la aplicación
analógica.
c) Por sus resultados. La interpretación puede ser declarativa, extensiva,
restrictiva o progresiva.
*Declarativa. En la interpretación declarativa coincide la voluntad de la ley con la
letra de ésta, de modo que existe identidad entre el texto literal y la intención del
legislador.
* Extensiva. En la interpretación extensiva, la intención de la ley es mayor que lo
expresado en el texto, de manera que la letra es más restringida que la voluntad
legal. El intérprete deberá encontrar lo que la ley quiere decir, sin excederse en su
interpretación.
*Restrictiva. La interpretación restrictiva es lo contrario de la extensiva: el texto
legal expresa más que lo pretendido por el legislador. En otras palabras: la letra va
más allá de la voluntad legal.
*Progresiva. Algunos autores la llaman también interpretación evolutiva, como
Porte Petit, quien al respecto expresa: “Consiste la interpretación progresiva o
evolutiva en adaptar, adecuar el texto de la ley a las necesidades imperantes;
interpretación que debe ser utilizada cuidadosamente, para evitar excederse de
los límites señalados en la ley.”4 Una norma que no se adapta a los cambios
sociales es anacrónica, obsoleta y, por tanto, ineficaz.
Resulta importante destacar que esta adecuación de la norma a la realidad no
debe caer en el extremo de pensar que al promulgar leyes los problemas sociales
se resuelven por arte de magia. Las leyes serán útiles si quienes las aplican lo
hacen correctamente, pero sin perder de vista que, ante todo, hay que atacar las
causas de los problemas sociales.
Éste es uno de los principios y finalidades que persigue la criminología.
Erróneamente se cree que en materia penal está prohibida la interpretación; sin
embargo, no es así, pues tanto la doctrina como la jurisprudencia sirven al
abogado y al juzgador para interpretar correctamente la ley cuando ésta no es
clara. En efecto, al impartir justicia el juez no sólo puede interpretar la norma antes
de aplicarla, sino que debe hacerlo.
2.3 AMBITOS DE VALIDEZ DE LEY PENAL
Con este tema se trata de precisar los alcances y límites de la ley penal. Primero,
ante un problema concreto, se debe saber cuáles son las normas aplicables
(ámbito material); después, precisar desde qué momento y hasta cuándo está
vigente la norma (ámbito temporal); luego, determinar en qué demarcación
geográfica o espacio físico tiene aplicación la norma (ámbito espacial) y, por
último, saber a quién o a quiénes se aplica (ámbito personal).

Existen cuatro ámbitos de aplicación de la norma jurídica:

A). Espacial.- Las normas jurídicas son elaboradas para aplicarse en una


sociedad determinada y se pretende que su aplicación sea espacialmente limitada,
es decir, en un territorio específico.

B). Temporal.- Las normas jurídicas nacen a la vida jurídica a partir de una fecha
cierta, que puede ser la fecha de entrada en vigor de una ley que se publica en un
diario o periódico oficial, de igual manera, podrían tener una fecha en que dejan de
estar en vigor, pero regularmente son de carácter permanente o indefinida.

C). Personal.- La norma jurídica tiene validez para toda la sociedad o parte de
ella, por ejemplo el artículo 1° de la Constitución establece: “todo individuo gozará
de las garantías que otorga esta Constitución...” esto quiere decir que la norma se
aplica a todos los individuos que se encuentren dentro del país: mexicanos,
extranjeros, mujeres, hombres, católicos, judíos, etc. Asimismo es importante
aclarar que esta norma al referirse a todos los individuos que se encuentren dentro
del país, alude a un grupo pequeño de individuos con respecto a los que habitan
en el resto del mundo, ya que de otro modo sería una norma destinada al género
humano.

D). Material.- Este ámbito de aplicación de las normas jurídicas deriva del objeto
que regula la norma. Así pues, tenemos normas administrativas que regulan la
naturaleza y las funciones de los órganos encargados de la administración pública.

2.4 TEORÍA DEL DELITO.


La teoría del delito o teoría de la imputación penal se encarga de definir las
características generales que debe tener una conducta para ser imputada
como un hecho punible.
La Teoría del Delito constituye una herramienta básica para la parte acusadora y
la defensa, en virtud que permite, saber cuándo un hecho puede ser considerado
o no delito, grado de ejecución, formas de intervención, naturaleza de la conducta,
razón de mérito justificante o atenuante y las consecuencias jurídicas a que se
haría acreedor su autor o participe
2.5 CLASIFICACION DE LOS DELITOS
Clasificación de los delitos

La clasificación encontrada en el Derecho Penal es basada en criterios


importantes, los cuales nos encargamos de resaltar. Con ello, las clases de
delitos encontradas son las siguientes:

1. Por la forma de culpabilidad

1. Delitos dolosos.
2. Delitos imprudentes.
Cuando se da una culpabilidad dolosa, es porque el actor está consciente que
está cometiendo un daño y delito. Si es culpabilidad imprudente, quien comete
el delito es su actor, pero no tiene la voluntad de hacerlo realmente.

Finalmente, al ser preterintencional, es porque hay dolo de hacer el delito, pero


se tienen daños mayores a lo esperado. Esto puede generar penas aún más
grandes al actor, haciendo que su defensa sea más compleja.

2. Por la forma de acción

1. Delitos de acción.
2. Delitos de omisión.
Si la persona considerada activa no hace posible que se dé el cumplimiento de la
Ley, hay una omisión. Esto involucra que se prohíban los ordenamientos y ahí
nos involucramos como profesionales para que esto no sea posible.

Cuando se da una comisión por acción, la persona es la que realiza el delito sin


que haya alguna duda. Esto casi siempre ocurre en casos de robo, violencia o
intimidación, necesitando una asistencia inmediata de nuestros especialistas.

Cuando se da una omisión propia, es porque la acción puede ser cometida por


cualquiera ya que es un acto ley. Si persona ve un delito que se está cometiendo o
no auxilia a personas en peligro, es dada esta situación.
La omisión impropia es cometida solo por quienes actúan de forma indebida con
lo que dicta la Ley. Esto da una falta de deberes y clasifica entre las más comunes
clases de delitos, teniendo que recurrir a especialistas.

Sin embargo, desde nuestra posición como representantes legales, hacemos


todo lo posible para una asesoría que corresponda a lo ocurrido. Pasado esto,  se
evita aumentar la culpabilidad de lo ocurrido y que así se genere una sentencia
justa.

En relación con la calidad del sujeto activo

1. Delitos comunes.
2. Delitos especiales.
1. Propios: delitos que no tienen figura común
paralela (prevaricación, ya que sólo puede ser cometido por
funcionarios, jueces y magistrados).
2. Impropios: delitos con figura común paralela (allanamiento
de morada cometido por funcionario público).
3. Delitos de propia mano: es necesario que el autor realice
por sí mismo los actos típicos, no pudiendo realizarse por un
tercero (delito de violación).
En esta clase de delitos se encuentran, por una parte, los propios o
comunes que pueden ser realizados cualquier persona. Esto lo establece la Ley y
los reglamentos acorde a la regulación de los sucesos involucrados.

Por otra parte, están los impropios o especiales, teniendo delitos expresados por
la Ley que nombran los que pueden hacerlos. Puede tratarse de delitos
de malversación o prevaricación, siendo de un sujeto explícito y sin dudas de su
falta.

Cualquiera de estos casos tendrá participación, protagonismo o asesoría de


especialistas del Derecho Penal. En base a ello, desde nuestra posición,
podremos brindarte estos servicios y otros que brinden un acompañamiento
completo.
Así tu caso será defendido de la mejor forma posible y no existirá razón para
que seas perjudicado.

Dependiendo del resultado

1. Delitos de mera actividad: se castiga la realización de una conducta


sin exigir un resultado (delito de conducción bajo influencia de bebidas
alcohólicas)
2. Delitos de resultado: el tipo exige la realización de un resultado
1. Resultado material: se produce la alteración material de un
objeto
2. Resultado de peligro concreto: crean una situación de
peligro para un objeto
3. Delitos calificados por el resultado: exigen, además de la
conducta básica, que la misma haya resultado más grave, lo
que fundamenta el aumento de la pena (abandono de
menores calificado por el resultado de puesta en peligro de su
vida).
Por su forma de ejecución

1. Delitos instantáneos: la realización del tipo se agota con su


consumación aunque produzca efectos que perduren en el tiempo
(lesiones)
2. Delitos permanentes: la consumación del delito creo una situación
antijurídica que el autor puede mantener en el tiempo hasta que decida
su cese (detenciones ilegales)
Por una parte, se pueden presentar los instantáneos, siendo delitos consumados
en cuanto se realizan y dan consecuencias inmediatas. Por otra parte, se
encuentran los permanentes, siendo consumados en cuanto se da la acción, pero
se siguen consumando después.

Los delitos continuados, estando en estas clases de delitos, son dados al


cometer delitos continuos hasta consumar el delito final. Para los conexos, se
habla de situaciones llevadas en tiempos y lugares distintos, pero con el mismo
objetivo.
Los delitos flagrantes, dados también en esta categoría, son cometidos en público
y sin objeciones. Para estos se acostumbra tener muchos testigos que hacen
posible llevar a cabo el cumplimiento de la Ley.

Un especialista de nuestra firma puede ayudarte a determinar cuál es la forma


de ejecución de algún delito. Con ello, te mostrará la documentación y
procedimientos a cumplir una vez que se tome el caso desde nuestro bufete.

Según la congruencia de las partes objetivas y subjetivas del tipo

1. Tipos congruentes: la parte subjetiva abarca toda la parte objetiva del


tipo y coincide con ella (homicidio: la parte subjetiva está constituida por
el dolo, que se extiende a todos los elementos objetivos, que deben
realizarse para la consumación del delito)
2. Tipos incongruentes: la parte subjetiva del tipo excede a la parte
objetiva (lo querido por el sujeto va más allá de lo que efectivamente
tiene que realizar para la consumación formal del delito).
1. Delitos de resultado cortado: la parte subjetiva del tipo
incluye la voluntad dirigida a la producción de un resultado
pero la parte objetiva no exige ese resultado (vulneración de
la intimidad apoderándose de papeles cartas etc.; la
consumación exige el apoderamiento de sus cartas etc. Pero
esa conducta debe hacerse con la intención de descubrir
secretos, lo que ya no es necesario que llegue a conseguirse)
2. Delitos mutilados de varios actos: la parte objetiva del tipo
exige sólo la realización de una determinada conducta, pero
la parte subjetiva debe incluir la voluntad de realizar otra u
otras a continuación, que llevarán a la lesión del bien jurídico
(tenencia de moneda falsa para su expedición: para realizar el
tipo basta con la mera tenencia, pero esta conducta debe
realizarse con la intención trascendente de poner la moneda
en circulación)
Por el bien jurídico protegido

1. Tipos simples: el tipo comprende una conducta.


2. Tipos compuestos: el tipo describe varias conductas que deben ser
realizadas por el sujeto para cometer ese delito (robo con fuerza en las
cosas mediante escalamiento)
3. Tipos complejos: cada una de las conductas que se integran en el
nuevo tipo constituyen ya por separado un tipo distinto (robo con fuerza
mediante fractura de muebles: dos conductas que integrarías los tipos
de daños y de hurto pero que unidas forman un tipo diferente: robo)
4. Tipos mixtos
1. Tipos mixtos alternativos: el legislador junta, en un solo
tipo, distintas posibilidades de comisión de manera que quien
realice una u otra o varias realiza solo una vez el tipo.
2. Tipos mixtos acumulativos: el legislador une varias
modalidades de ataque al bien jurídico distintas, y la
realización de varias de ellas debe dar lugar a la apreciación
de varios delitos (quien ocupa un inmueble y además usurpa
un derecho real ha realizado dos delitos de usurpación)
3. Por último, los tipos mixtos de proposiciones
excluyentes: el legislador junta en un solo tipo dos conductas
que corresponden dos formas de cometer el delito
excluyentes entre sí (el CP castiga a la mujer que produce su
aborto o consiente que otra persona se lo cause).
Se encuentran dos clasificaciones en estas clases de delitos, siendo simples y
complejos. Los simples sostienen las vulnerabilidades dadas con el delito
hacia un solo bien jurídico, estos casos pueden ser de homicidios.

Para los complejos, quien hace el delito afecta distintos bienes jurídicos como lo


puede ser una violación y asesinato posterior.

En cada condición, nuestros especialistas harán posible que tu posición sea


defendida a todo momento. A ello se suman los procedimientos, trámites y
documentación que te brinden la oportunidad de tener una efectiva resolución.

Por el daño causado

Los daños causados pueden ser de lesión y de peligro dentro de las clases de


delitos que se pueden encontrar. Si el daño es de lesión, es porque se dio un
delito que la provocó de alguna forma u otra.

En caso de un daño de peligro, tienen que estar las personas en peligro, pero sin
necesidad de sufrir daños. Ambos casos requieren de penalizaciones que, de
alguna forma u otra, no son tan perjudiciales para el actor.

Sin embargo, la excelencia de su representación legal es la que hará esto


posible, siendo nosotros la clave para ello. Pues, desde nuestra firma, se pueden
presentar las pruebas que harán de estas clases de delitos, algunas no tan
complicadas.

Por el resultado

Sostienen casos con resultados formales y materiales, siendo dados bajo


distintas circunstancias. Los formales son por delitos sancionados gracias al
comportamiento de una persona bajo un caso legal.

Los resultados materiales son por delitos que buscan un resultado inmediato de


alguna forma u otra. Esto necesita de una demostración de gravedad,
determinando así los reglamentos o leyes que regulan la situación.

Por los sujetos intervinientes

Existen 3 sujetos intervinientes en las clases de delitos, los cuales pueden ser


el cooperador, el inductor o el autor. El cooperador es el que se encarga de
presentar al autor del delito y se convierte en una ayuda imprescindible.

En cuanto al inductor, es quien se encarga de incitar a cometer un delito de


alguna forma u otra. Por su parte, el autor es el que realiza el delito de forma
propia o desde indicaciones de un inductor.

Un cooperador puede hacer posible que la justicia caiga sobre un inductor o un


autor de alguna manera. Este, sin embargo, requiere asesoría de un
especialista que le ayude a saber los procesos en los que estará involucrado.

Desde nuestra firma, hacemos posible que cualquier de los sujetos intervinientes
tenga los resultados que corresponden según la Ley establece.

Por la forma procesal


En los procesos públicos se encuentran los delitos que cualquier persona puede
denunciar sin problema alguno. En los semipúblicos se da una denuncia que es
solo presentada por la víctima, el fiscal o representante legal.

Para los delitos privados, la denuncia es dada únicamente por el perjudicado o el


representante legal. Estas formas de proceso, en la mayoría de los casos, es
dada desde nuestra disposición como representantes legales activos.

Por su gravedad

Los delitos que no son tan complicados se castigan con una pena leve de acuerdo
a lo cometido. En el caso de las infracciones graves, se habla de homicidios,
tráficos de drogas o secuestros que necesitan más penalización.

Los menos graves son considerados los delitos de vandalismo que, en los casos


más comunes, no llegan a tener juicios. Sin embargo, para los 3 niveles de
gravedad, es importante tener un buen representante legal.

Ya sea desde la posición de víctima o actor, deben presentarse las legalidades


que den sustento a los argumentos presentados

2.6 TEORÍA DE LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO.


Se utiliza para ubicar el tipo penal, la forma de intervención delictiva, excluyentes,
agravantes o atenuantes de la responsabilidad penal, etcétera, ante los cuales se
encuentra las partes intervinientes. De tal forma la teoría jurídica es aquella que
permite al operador de la materia penal, descubrir el significado legal de un hecho
típico, así las cosas, la teoría jurídica se ocupa de la determinación del tipo penal,
además del marco normativo que se debe aplicar al hecho criminal comprende
también la determinación del marco normativo nacional e internacional. Esta
teoría, al unirse a la teoría fáctica permite diferenciar un simple hecho con un
hecho con relevancia jurídico-penal o considerado delito.
2.7 NOCIÓN JURÍDICO FORMAL Y JURÍDICO SUBSTANCIAL DEL DELITO.
Jurídico formal. - Se refiere a las entidades típicas que traen aparejada una
sanción; no es la descripción del delito concreto, sino la enunciación de que un
ilícito penal merece una pena. La definición contenida en el Código Penal en su art
7º. es jurídico formal. De otra manera, la definición legal se equipará a la jurídico
formal.
Jurídico sustancial. - Consiste en hacer referencia a los elementos de que
consta el delito. Los diversos estudiosos no coinciden en cuanto al número de
elementos que deben conformar al delito, de modo que existen corrientes: unitaria
o totalizadora y atomizadora o analítica. a) Unitaria o totalizadora. Los partidarios
de esta tendencia afirman que el delito es una unidad que no admite divisiones b)
Atomizadora o analítica. Para los seguidores de esta tendencia, el delito es el
resultado de varios elementos que en su totalidad integran y dan vida al delito.
Según esta corriente, algunos autores estiman que el delito se forma con un
número determinado de elementos, otros consideran que el delito se constituye
con dos elementos, otros más aseguran que se requieren tres, y así
sucesivamente, hasta llegar a quienes afirman que el delito se integra con siete
elementos.
2.8 CUADRO SINÓPTICO DE LA TEORÍA JURÍDICA DEL DELITO

2. 9 SUJETOS Y OBJETOS DEL DELITO


En derecho penal se habla constantemente de dos sujetos que son los
protagonistas del mismo: el sujeto activo y el sujeto pasivo.
 Sujeto Activo: Es la persona que realiza la conducta considerada
como delito. Por ejemplo, quien comete el delito de secuestro,
denominado secuestrador.
 Sujeto Pasivo: Es la persona titular del interés jurídico lesionado o puesto
en peligro. También se le conoce con el nombre de víctima u ofendido.
OBJETO
Material El objeto material es la persona o cosa sobre la cual recae directamente
el daño causado por el delito cometido o el peligro en que se colocó a dicha
persona o cosa.
Jurídico El objeto jurídico es el interés jurídicamente tutelado por la ley. El
derecho penal, en cada figura típica, tutela determinados bienes que considera
dignos de ser protegidos.

2.10 EL DELITO COMO ACCIÓN.

La acción se define como aquella actividad que realiza el sujeto, produciendo consecuencias en el
mundo jurídico, en dicha acción debe de darse un movimiento por parte del sujeto, de esta manera,
la conducta de acción tiene tres elementos:
a) movimiento;
b) resultado;
c) relación de causalidad.

La acción en sentido estricto, es la actividad voluntaria realizada por el sujeto, consta de un


elemento físico y de un elemento psíquico, el primero es el movimiento y el segundo la voluntad del
sujeto, esta actividad voluntaria produce un resultado y existe un nexo causal entre la conducta y el
resultado. Dicho resultado de la acción debe ser sancionado por la ley penal, es decir, deberá
configurar un delito descrito y penado en la ley, será intrascendente que lesione intereses jurídicos
protegidos por la ley o sólo los ponga en peligro según el tipo penal.

Según nuestro Derecho Positivo Mexicano, en el Código Penal en su artículo séptimo, el delito es
"el acto u omisión que sancionan las leyes penales", de donde se desprende el elemento conducta
pudiéndose presentar como una acción u omisión.

Así pues, la omisión, dice Cuello Calón, es "la inactividad voluntaria cuando existe el deber jurídico
de obrar".

La omisión tiene cuatro elementos:

a) Manifestación de la voluntad.
b) Una conducta pasiva. (inactividad).
c) Deber jurídico de obrar.
d) Resultado típico jurídico.

Estos delitos se clasifican en delitos de omisión simple o propios y delitos de comisión por omisión
o impropios, respondiendo a la naturaleza de la norma, los primeros consisten en omitir la ley,
violan una preceptiva, mientras los segundos, en realizar la omisión con un resultado prohibido por
la ley. La primera no produce un resultado material, la segunda sí.

En los delitos de simple omisión, se viola una norma preceptiva penal, mientras en los de comisión
por omisión se viola una norma preceptiva penal o de otra rama del derecho y una norma
prohibitiva penal.

Los delitos de omisión simple producen un resultado típico, y los de comisión por omisión un
resultado típico y uno material.

En los delitos de omisión simple, se sanciona la omisión y en los de comisión por omisión, no se
sanciona la omisión en sí, sino el resultado producido.

2.11 LA CONDUCTA Y SU AUSENCIA


el aspecto negativo de la conducta es la ausencia de conducta, la cual abarca la ausencia de
acción o de omisión de la misma, en la realización de un ilícito. Nuestro Derecho Positivo
Mexicano, en el artículo 15 del Código Penal Federal, en su fracción primera, determina como
causa de exclusión del delito: "el hecho se realice sin intervención de la voluntad del agente", esto
es la afirmación de que no puede constituir una conducta delictiva cuando no se presenta la
voluntad del agente. El artículo 12 del Código Penal del Estado, menciona como causas
excluyentes de incriminación, en su facción I. "el violar la ley penal por fuerza física irresistible o
cuando haya ausencia de voluntad del agente…".
2.12 LA TIPICIDAD Y SU AUSENCIA.

La tipicidad es la adecuación de la conducta realizada por un sujeto al tipo penal, o sea, el


encuadramiento de un comportamiento real a la hipótesis legal. Así, habrá tipicidad cuando la
conducta de alguien encaje exactamente en la abstracción plasmada en la ley

El aspecto negativo de la tipicidad lo constituye la atipicidad, que es la negación del aspecto


positivo y da lugar a la inexistencia del delito. Noción La atipicidad es la no adecuación de la
conducta de la realidad al tipo penal, lo cual da lugar a la no existencia del delito. La conducta del
agente no se adecua al tipo, por faltar alguno de los requisitos o elementos que el tipo exige y que
puede ser respecto de los medios de ejecución, el objeto material, las calidades del sujeto activo o
pasivo, etc. Por ejemplo, en el robo, el objeto material debe ser una cosa mueble; si la conducta
recae sobre un inmueble, la conducta será atípica respecto del robo, aunque sea típica respecto
del despojo. Existe confusión en cuanto a otra fi gura: la ausencia de tipo, que desde luego es
distinta de la atipicidad. La fracc. II del art. 15 del CPF se refi ere a la atipicidad, así como la fracc. II
del art. 29 del CPDF. Ausencia de tipo La ausencia de tipo es la carencia del mismo. Signifi ca que
en el ordenamiento legal no existe la descripción típica de una conducta determinada. Ejemplo: la
vagancia y malvivencia, brujería, blasfemia, injurias, difamación (en varios códigos penales ya no
existen los tipos penales de vagancia y malvivencia, injurias y difamación). En la legislación penal
mexicana no existe el tipo de blasfemia, a diferencia de algunas legislaciones europeas; por ello, si
en México alguien profi ere insultos o denostación respecto de algún concepto o imagen religiosa,
no cometerá delito, por haber ausencia de tipo. Si la ley no defi ne un delito (tipo), nadie podrá ser
castigado por ello. El art. 288 del Código Penal del Estado de Sonora contempla el delito de
chantaje; en cambio, ni en el CPDF ni en el CPF existe y, por tanto, en ambos códigos hay la
ausencia del tipo respecto del chantaje. Durante muchos años, con un criterio anacrónico y
homofóbico, el Código Penal del Estado de Tamaulipas consideró delito la relación sexual entre
personas del mismo sexo, al que denominaba sodomía; desde su derogación, puede decirse que
73 Capítulo 5 La tipicidad y su aspecto negativo existe ausencia de tipo respecto de la sodomía en
dicho código penal. Recuérdese que en el derecho prehispánico era severamente castigada la
relación sexual habida entre personas del mismo sexo

2.13 LA ANTIJURICIDAD.

La antijuridicidad es lo contrario a derecho. En el ámbito penal precisamente radica en contrariar


lo establecido en la norma jurídica, atacando un bien jurídicamente tutelado. Carnelutti señala:
“antijurídico es el adjetivo, en tanto que antijuridicidad es el sustantivo”, y agrega: “Jurídico es lo
que está conforme a derecho.”1 Si la ley penal tutela la vida humana mediante un tipo que
consagra el delito de homicidio, quien comete éste realiza una conducta típica antijurídica

2.14 LAS CAUSAS DE JUSTIFICACIÓN.

El aspecto negativo de la antijuridicidad lo constituyen las causas de justifi cación, que son las
razones o circunstancias que el legislador consideró para anular la antijuridicidad de la conducta
típica realizada, al estimarla lícita, jurídica o justifi cable
Causas de justifi cación en particular La legislación penal mexicana contempla las siguientes: 1.
Legítima defensa. 2. Estado de necesidad. 3. Ejercicio de un derecho. 4. Cumplimiento de un
deber. 5. Consentimiento del titular del bien jurídico. 6. Obediencia jerárquica. 1. Legítima defensa
Antes de entrar al estudio de esta fi gura, considero oportuno citar la opinión de Juan Andrés
Hernández Islas, quien sostiene que es más adecuada la denominación “defensa legítima”.
Concuerdo con esta opinión, pues en efecto, en nuestra lengua española la estructura gramatical
indica que primero va el sustantivo y después el adjetivo, a diferencia de lo que ocurre en la
lengua inglesa.4 En casi todos los pueblos se ha presentado esta fi gura, que excluye de pena a
quien causa un daño por obrar en virtud de la defensa de determinados intereses previstos en la
ley, según ciertas circunstancias. Quizá la legítima defensa sea la más importante de las causas de
justifi cación. En la práctica, esta fi gura jurídica se presenta con frecuencia y es lamentable su
desconocimiento, tanto por parte de autoridades como de abogados, y no se diga de la gente que
no estudió ni tiene injerencia en la ciencia jurídica, cuando su conocimiento debería ser obligación
de los primeros, necesidad de los segundos y un deber cívico de los terceros. ¡Cuántos
sentenciados saldan una pena que nunca debieron cumplir!

3. Ejercicio de un derecho El ejercicio de un derecho aparece junto con el cumplimiento de un


deber, tal como se dispone en la fracc. VI del mismo art. 15 del CPF.

4. Cumplimiento de un deber A. Noción. El cumplimiento de un deber consiste en causar un daño


obrando en forma legítima en cumplimiento de un deber jurídico, siempre que exista necesidad
racional del medio empleado. El art. 15, fracc. VI, del CPF regula esta fi gura simultáneamente con
el ejercicio de un derecho. El cumplimiento de un deber deriva del ejercicio de ciertas profesiones
o actividades. El CPDF lo prevé en el art. 29, fracc. VI. En ese orden de ideas, aquí se da por
reproducido todo lo manifestado en el apartado relativo al ejercicio de un derecho, pues la ley
penal los iguala al defi nirlos en el mismo precepto. La única diferencia radica en que el primer
caso consiste en ejercer un derecho, mientras que en el segundo, en cumplir un deber, y muchas
veces ambas situaciones se encuentran unidas o una se desprende de la otra. 5. Consentimiento
del titular del bien jurídico En 1994 se adiciona esta circunstancia excluyente del delito. Se
encuentra en el art. 15, fracc. III, del CPF, que establece lo siguiente: Artículo 15. El delito se
excluye cuando: [...] III. Se actúe con el consentimiento del titular del bien jurídico afectado,
siempre que se llenen los siguientes requisitos: a) Que el bien jurídico sea disponible; b) Que el
titular del bien tenga la capacidad jurídica para disponer libremente del mismo; y c) Que el
consentimiento sea expreso o tácito y sin que medie algún vicio; o bien, que el hecho se realice en
circunstancias tales que permitan fundadamente presumir que, de haberse consultado al titular,
éste hubiese otorgado el mismo; [...]

2.15 LA IMPUTABILIDAD

La imputabilidad es la capacidad de entender y querer en el campo del derecho penal. Implica


salud mental, aptitud psíquica de actuar en el ámbito penal, precisamente en el momento de
cometer el delito. Por otra parte, el sujeto primero tiene que ser imputable para luego ser
culpable; no puede haber culpabilidad si antes no se es imputable. A esto se refi ere, entre otras
cosas, el tema de la prelación lógica de los elementos del delito. Es imputable quien goza de salud
mental, no se encuentra afectado por sustancias que alteren su comprensión y tiene la edad que
la ley señala para considerar a las personas con capacidad mental para ser responsables de delito;
en los estados de la República Mexicana, en el Distrito Federal y en materia federal, es a partir de
los 18 años, pues así lo establece el art. 18, párrafo 4º, de la CPEUM.

2.16 LA CULPABILIDAD.

Ya se dijo que el delito es una conducta que debe ser típica y antijurídica; aquí se estudiará el otro
elemento necesario para que el delito se integre en su totalidad: la culpabilidad. 8.1 Noción La
culpabilidad es la relación directa que existe entre la voluntad y el conocimiento del hecho con la
conducta realizada, la cual provocará un juicio de reproche por parte del Estado. Para Vela
Treviño, “la culpabilidad es el elemento subjetivo del delito y el eslabón que asocia lo material del
acontecimiento típico y antijurídico con la subjetividad del autor de la conducta”.1 Para Luis
Jiménez de Asúa, culpabilidad es “el conjunto de presupuestos que fundamentan la
reprochabilidad personal de la conducta antijurídica”.2 Se debe insistir en que para ser culpable,
antes hay que ser imputable

El CPDF establece en su art. 18: Artículo 18 (Dolo y culpa). Las acciones u omisiones delictivas
solamente pueden realizarse dolosa o culposamente. Obra dolosamente el que, conociendo los
elementos objetivos del hecho típico de que se trate, o previendo como posible el resultado típico,
quiere o acepta su realización. Obra culposamente el que produce el resultado típico, que no
previó siendo previsible o previó confi ando en que no se produciría, en virtud de la violación de
un deber de cuidado que objetivamente era necesario observar.

El art. 19 señala: Artículo 19 (Principio de numerus clausus para la punibilidad de los delitos
culposos). Los delitos culposos solamente serán punibles en los casos expresamente determinados
por la ley.

2.17 LA PUNIBILIDAD Y SU AUSENCIA

La punibilidad Es la amenaza de una pena que establece la ley, para, en su caso, ser impuesta por
el órgano jurisdiccional, una vez acreditada la comisión de un delito. Cuando se habla de
punibilidad, se está dentro de la fase legislativa. Por ejemplo: se está ante la noción de punibilidad
cuando el CPDF establece que a quien cometa el delito de homicidio simple se le impondrán de
ocho a 20 años de prisión

Punición

La punición consiste en determinar la pena exacta al sujeto que ha resultado responsable por un
delito concreto.1 Cuando se está ante la punición, nos encontramos en la fase judicial. Por
ejemplo: cuando un juez penal, al dictar sentencia condenatoria, establece que al procesado se le
imponen 10 años de prisión (respetando, claro, el mínimo y máximo de la punibilidad establecida
en la norma).

Pena

Pena es la restricción o privación de derechos que se ejecutan de manera efectiva en la persona


del sentenciado; la pena es, entonces, la ejecución de la punición. Ésta será la fase o etapa
ejecutiva. Es cuando el sentenciado queda a disposición de las autoridades administrativas para
ser internado en el Centro de readaptación social correspondiente. Aquí se está ante la etapa
ejecutiva (administrativa).
Sanción

De manera genérica, el término sanción se usa como sinónimo de pena, pero, propiamente, ésta
corresponde a otras ramas del de recho y es un castigo o carga que se impone al merecedor de
ella, quien quebranta una disposición legal no penal. Sin embargo, el Título Tercero del Libro
Primero del CPF se refi ere a la aplicación de las “sanciones”. El CPDF hace referencia a penas y
medidas de seguridad. La sanción es propiamente impuesta por una autoridad administrativa; por
ejemplo, multa, clausura, etc. Debe tenerse presente que no se podrá imponer una pena si
previamente no existe una ley que la establezca (nulla poena sine lege). Respecto de la punibilidad
como elemento del delito, algunos autores sostienen diversas posturas; así, para unos es un
auténtico elemento de delito, mientras que para otros es sólo una consecuencia del delito.
Recuérdese que el art. 7o. del CPF enuncia: “Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes
penales.” Independientemente de la postura que se adopte, se incluye su análisis como elemento,
a fi n de conocerlo y manejarlo correctamente. En lo personal, no considero la punibilidad como
elemento del delito (conducta típica y antijurídica), sino como consecuencia legal del mismo.

Castigo

Este vocablo obedece a la concepción antigua del derecho penal, cuando no se consideraba al
delincuente merecedor de ser tratado como una persona digna para readaptarla y reinsertarla a la
sociedad, cuando no se veía en la pena función alguna más que la de castigar para lograr el
arrepentimiento del sujeto y escarmiento para los demás (ejemplaridad). De ahí que las penas
fueran verdaderos castigos inhumanos (véanse las penas corporales, capitales e infamantes
antiguas en el cuadro 30). Dentro de la fase humanitaria, esta concepción de pena-castigo-
retribución empezó a cambiar, y ya para la etapa científi ca, la pena es considerada un medio para
lograr la adaptación o readaptación social del delincuente (art. 18, CPEUM), al tiempo que se le
separa del grupo social para, posteriormente, reinsertarlo. De hecho, los organismos de tutela de
derechos humanos vigilan que a los procesados y sentenciados no se les impongan más
penalidades o sufrimientos que atenten contra sus derechos humanos

Variación de la pena

En principio puede decirse, a manera de fórmula, que a delito igual corresponde una pena igual. Si
A mata, la pena imponible será igual a la que se impondrá a B, quien también mató; sin embargo,
existen tres variantes que modifi can la penalidad: arbitrio judicial, circunstancias atenuantes y
circunstancias agravantes. Arbitrio judicial El arbitrio judicial deriva de los márgenes señalados por
la norma penal que establece una punibilidad, al considerar que ésta tiene una dimensión que va
de un mínimo a un máximo, dentro de la cual el juez podrá imponer la que estime más justa y
apegada al caso concreto. Lo anterior signifi ca que el juzgador impondrá la pena que a su arbitrio
considere más adecuada. Para ello, tendrá en cuenta lo establecido en los arts. 51 a 55, CPF y 70 a
72, CPDF. Al respecto, véase el cuadro 25. Del arbitrio judicial se desprende la individualización
judicial

Aspecto negativo:

excusas absolutorias Noción Las excusas absolutorias constituyen la razón o fundamento que el
legislador consideró para que un delito, a pesar de haberse integrado en su totalidad, carezca de
punibilidad. En la legislación penal mexicana existen casos específi cos en los que se presenta una
conducta típica y antijurídica realizada por una persona física imputable y culpable; pero, por
disposición legal expresa, no es punible, esto es, carecerá de castigo. Excusas absolutorias en la
legislación mexicana Esta ausencia de punibilidad obedece a diversas causas o razones, como se
verá en cada caso concreto. Por estado de necesidad. Aquí la ausencia de punibilidad se presenta
en función de que el sujeto activo se encuentra ante un estado de necesidad; por ejemplo: robo
de famélico (art. 379, CPF) y aborto terapéutico (arts. 334, CPF, y 148, fracc. II, CPDF). Por
temibilidad mínima. En función de la poca peligrosidad que representa el sujeto activo, tal excusa
puede existir en el robo por arrepentimiento (art. 375, CPF). Por ejercicio de un derecho. El caso
típico se presenta en el aborto, cuando el embarazo es producto de una violación (arts. 333,
segunda parte, CPF, y 148, fracc. I, CPDF). Por culpa o imprudencia. Un ejemplo de este tipo de
excusa absolutoria es el aborto causado por imprudencia de la mujer embarazada (arts. 333, CPF,
y 148, fracc. IV, CPDF). También se encuentra dentro de esta hipótesis el caso de lesiones u
homicidio previsto en los arts. 321 bis del CPF y 139 del CPDF, que se refi ere a las lesiones u
homicidios culposos en agravio de un ascendiente o descendiente consanguíneo en línea recta,
hermano, cónyuge, concubino, adoptante o adoptado.

Por no exigibilidad de otra conducta. Uno de los ejemplos más comunes es el encubrimiento de
determinados parientes y ascendientes y de otras personas (arts. 400, CPF, y 321, CPDF). Por
innecesariedad de la pena. Esta excusa se presenta cuando el sujeto activo sufrió consecuencias
graves en su persona por senilidad o por precario estado de salud, que hacen notoriamente
innecesaria e irracional la aplicación de la pena (arts. 55, CPF, y 75, CPDF). Este último precepto
considera innecesaria la aplicación de la pena en los casos siguientes: a) por haber sufrido el
agente consecuencias graves en su persona; b) por senilidad avanzada, y c) por padecer
enfermedad grave e incurable avanzada o precario estado de salud

2.18 EL DOLO, EL ERROR, LA CULPA Y EL CASO FORTUITO.

Dolo El dolo consiste en causar intencionalmente el resultado típico, con conocimiento y


conciencia de la antijuridicidad del hecho. También se conoce como delito intencional o doloso.

Elementos. Los elementos del dolo son dos: ético, que consiste en saber que se infringe la norma,
y volitivo, que es la voluntad de realizar la conducta antijurídica. Un enfermo mental no puede ser
culpable, por carecer de imputabilidad. Clases. Fundamentalmente, el dolo puede ser directo,
indirecto o eventual, genérico, específi co e indeterminado. Directo. El sujeto activo tiene
intención de causar un daño determinado y lo hace, de manera que existe identidad entre la
intención y el resultado típico; por ejemplo, el agente desea violar y lo hace. Hay dolo directo
cuando la voluntad va encaminada en forma directa hacia el resultado. Indirecto o eventual. El
sujeto desea un resultado típico, a sabiendas de que hay posibilidades de que surjan otros
diferentes; por ejemplo, alguien quiere lesionar Parte general (Nociones básicas) 96 a un comensal
determinado, para lo cual coloca una sustancia venenosa en la sal de mesa, sabiendo que podrían
resultar afectados otros sujetos. Genérico. Es la intención de causar un daño o afectación, o sea, la
voluntad consciente encaminada a producir el delito. Hay penalistas que niegan la existencia de
este dolo. Específi co. Es la intención de causar un daño con una especial voluntad que la propia
norma exige en cada caso, de modo que deberá ser objeto de prueba. Jiménez de Asúa critica esta
denominación y considera más apropiada la de dolo con intención ulterior. Para ejemplifi car el
dolo genérico y el específi co, puede servir el caso de homicidio en razón del parentesco o
relación: existe un dolo de querer matar y un dolo específi co de querer matar al ascendiente,
descendiente, cónyuge, etc. En lo personal, opino que en esta hipótesis el dolo específi co absorbe
al genérico. Indeterminado. Consiste en la intención de delinquir de manera imprecisa, sin que el
agente desee causar un delito determinado; por ejemplo, colocar una bomba para protestar por
alguna situación de índole política: el sujeto sabe que causará uno o más daños, pero no tiene
intención de infl igir alguno en particular. Cabe insistir en que el dolo es un proceso psicológico,
que se traduce en la intención de querer un resultado típico. Celestino Porte Petit elabora una
clasifi cación más amplia al respecto.

3 Culpa La culpa es el segundo grado de culpabilidad y ocurre cuando se causa un resultado típico
sin intención de producirlo, pero se ocasiona por imprudencia o falta de cuidado o de precaución,
cuando pudo ser previsible y evitable. La doctrina le llama delito culposo, imprudencial o no
intencional. Ignacio Villalobos sostiene que hay culpa cuando obra de tal manera que, por su
negligencia, su imprudencia, su falta de atención, de refl exión, de pericia, de precauciones o de
cuidados necesarios, se produce una situación antijurídica no querida directamente ni consentida
por su voluntad, pero que el agente previó o pudo prever y cuya realización era evitable por él
mismo

.4 Elementos. Los elementos de la culpa son las partes esenciales de que se integra:

Conducta (acción u omisión).

Carencia de cuidado, cautela o precaución que exigen las leyes.

Resultado previsible y evitable.

Tipificación del resultado.

Nexo o relación de causalidad.

El error puede ser de hecho o de derecho: Error de hecho. Puede ser esencial (vencible e
invencible) o accidental: aberratio ictus (en el golpe), aberratio in persona (en la persona) y
aberratio delicti (en el delito). Error de derecho. Ocurre cuando el sujeto tiene una falsa
concepción del derecho objetivo. No puede decirse que es inculpable quien comete un ilícito por
error de derecho, ni puede serlo por ignorar el derecho, ya que su desconocimiento no excusa de
su cumplimiento. En el error de derecho no existe causa de inculpabilidad

Caso fortuito

Consiste en causar un daño por mero accidente, sin intención ni imprudencia alguna, al realizar un
hecho lícito con todas las precauciones debidas. Ésta es la noción legal prevista en la fracc. X del
art. 15 del CPF; el CPDF no la incluye dentro de la hipótesis de exclusión del art. 29. En realidad,
para algunos penalistas el caso fortuito es una causa de inculpabilidad, mientras que para otros es
una excluyente de responsabilidad ajena a la culpa, pues se obra con precaución y al realizar un
hecho lícito se produce un resultado sólo por mero accidente, lo cual deja absolutamente fuera la
voluntad del sujeto. Conforme al criterio de Carrancá y Rivas, que compartimos, el caso fortuito no
debiera ser considerado una excluyente de incriminación, ya que se causa un daño por mero
accidente.6 1. Complete el cuadro 24 a efecto de realizar un estudio comparativo entre la
imputabilidad y la culpabilidad
2.19 CAUSAS EXCLUYENTES DE INCRIMINACIÓN.

El Capítulo IV del Título Primero del Código Penal se dedica a las que este
ordenamiento denomina «circunstancias excluyentes de responsabilidad»,
designación que cierto sector de la doctrina sustituye, teniendo en cuenta el
carácter esencial, no circunstancial, de tales fenómenos, así como sus
consecuencias en orden a la atribución delictiva, por la de «causas que
excluyen de incriminación». Este rubro se consigna en algunos textos
recientes. Se trata, en suma, de los factores que integran la faz negativa del
delito, al suprimir algunos o varios de los elementos de ésta: la conducta o el
hecho, la tipicidad, la antijuricidad, la imputabilidad, la culpabilidad, las
condiciones objetivas de punibilidad, en su caso, y finalmente la punibilidad
misma.
2.20 FUERZA FÍSICA IRRESISTIBLE

En los casos de fuerza irresistible nos referimos a la ausencia de conducta por influjo de un factor
externo que impide toda reacción por parte del sujeto, quien pasa a ser paciente y no agente, por
carecer de autocontrol. Para eliminar el autocontrol, la fuerza ha de ser física, externa e irresistible
(vis physica). En primer lugar, ha de ser de carácter físico, lo cual se exige para distinguir los
influjos de carácter psíquico, como el miedo (C.14); éstos pueden influir relevantemente en la
persona y en su responsabilidad, pero no hacen desaparecer el autocontrol (vis moralis); podrán
tener influencia en Derecho penal, pero en su lugar respectivo, que es la culpabilidad (N.112); en
definitiva: no hacen desaparecer la conducta humana, porque no suprimen el autocontrol mínimo,
pues quien se mueve por miedo o pavor, al menos actúa (para huir o evitar el miedo).
Ciertamente, entre los factores de carácter psíquico que pueden influir se halla el empleo de
amenazas («¡la bolsa o la vida!», «si no me das el dinero, te mato»); pero en estos casos no
desaparece la conducta humana del que sufre la intimidación: de quien en tales casos se pliega a
lo que exige el amenazador puede afirmarse que actúa, por muy restringida que se encuentre su
libertad. Se requiere además, en segundo lugar, que la fuerza sea irresistible: si se trata de un
influjo que el sujeto puede resistir, por fuerte que sea su eficacia sobre el agente, no se elimina –
por definición– el autocontrol. Se requiere además que la fuerza sea externa, en cuanto originada
fuera del sujeto y con efectos sobre el mismo sujeto, que es movido a merced de ese factor
violento (C.17). Obviamente si la fuerza proviene de un tercero que la crea y aplica (un empujón),
no desaparece la responsabilidad de quien la crea y/o aplica (quien empuja), pero sí de quien la
padece (empujado, cae sobre un tercero a quien lesiona: C.12, C.18b).

2.21 ESTADO DE INCONSCIENCIA.

En los casos de inconsciencia el sujeto se halla sumido en una situación en la que no es posible el
autocontrol por pérdida en dicho momento de facultades intelectivas, y por tanto también
volitivas. Así, el sueño, la hipnosis, los desmayos, la pérdida de conciencia…, hacen desaparecer el
autocontrol en la medida en que el sujeto inconsciente no puede ejercer sus facultades volitivas
(volición*: N.11) por no percibir los efectos de su entorno (C.17-C.18). Conviene distinguir estos
supuestos de aquellas alteraciones de la psique producidas por enfermedades mentales,
transtornos, etc. También estas patologías pueden afectar al autocontrol, pero sólo darán lugar a
excluir la conducta humana si suprimen el autocontrol. De lo contrario, podrán afectar a otras
categorías de la teoría del delito, sobre todo la culpabilidad (imputabilidad), en la medida en que
afecten a la voluntad (voluntariedad*: N.93). Conviene no asimilar ambas categorías (volición y
voluntariedad; o acción y culpabilidad, respectivamente) y mantener como causas de ausencia de
acción sólo aquellos supuestos que hacen desaparecer el autocontrol de manera absoluta. Por lo
demás, las perturbaciones psíquicas han de ser estudiadas en sede de culpabilidad (N.102).

2.22 LEGITIMA DEFENSA.

En la legislación penal, supone una serie de supuestos que permiten, al autor de una
conducta que sería considerada delictiva, el no ser sancionado al considerarse que su
actuar no fue antijurídico. Naturalmente, en atención al significado literal de la palabra
‘defensa’ nos referimos a aquellas en que el autor protege o cree proteger algún bien
jurídico, es decir las que establecen las fracciones IV y V del Artículo 15 del Código Penal
Federal a saber:

La primera fracción refiere cuando se actúe para repeler una agresión real, actual o
inminente y sin derecho, para protegerse a uno o a otros, y su propiedad o su vida. Con la
única limitación de que el uso de la fuerza debe ser proporcionado. Esto último es
importante tenerlo en mente pues el exceso en su uso se castiga con la cuarta parte de la
sanción que corresponda al "delito cometido en legítima defensa" (artículo 16 del Código
Penal Federal).

Se asume que se actúa en legítima defensa, a menos que el agente del ministerio público
demuestre lo contrario en el juicio, cuando el delito se cometa a una persona que intente
penetrar sin derecho en la casa del autor, de su familia, y de las personas que esta tenga la
obligación de defender, al sitio donde se encuentren sus bienes o de las personas citadas o
bien si se encuentre en un lugar que revele que es posible que haya una agresión.

Por cuanto hace a la segunda de las referidas fracciones, permite causar un daño a otra
persona y sus bienes jurídicos cuando esta de manera involuntaria ponga en riesgo los del
autor, siempre que el bien jurídico sea de igual o menor valor (por ejemplo dos vidas son de
igual valor, sin embargo la vida tiene mayor valor como bien jurídico que la propiedad), así
como que no haya otra forma de evitar que se produzca el daño.

Finalmente, el error en la legítima defensa es también una causa de exclusión del delito,


en este caso nos encontramos ante una amenaza irreal, sin embargo el autor actúa con la
convicción de que la persona a la que agredió realmente podía ocasionarle un daño por lo
que repele una agresión en estado de error. En este caso, si el error no era lo que se conoce
como ‘error vencible‘ (un error que no se comete por falta de cuidado sino que no hay
forma de saber ni prevenir el no conocer la realidad de la situación) el autor de la conducta
no podrá ser sancionado al actualizarse esta causa de exclusión del delito.

La legítima defensa, al igual que las demás causas de exclusión del delito deben ser, tal
como lo establece el artículo 17 del Código Penal Federal, investigadas y resueltas de
manera oficiosa y a petición de parte, lo que significa que tanto el juez como el ministerio
público deben verificar que no se actualizaron al momento de la comisión del delito.

2.23 ESTADO DE NECESIDAD

estado de necesidad. Aquí la ausencia de punibilidad se presenta en función de que el sujeto


activo se encuentra ante un estado de necesidad; por ejemplo: robo de famélico (art. 379, CPF) y
aborto terapéutico (arts. 334, CPF, y 148, fracc. II, CPDF).

2.24 EXCUSAS ABSOLUTORIAS.

Las excusas absolutorias constituyen la razón o fundamento que el legislador consideró para que
un delito, a pesar de haberse integrado en su totalidad, carezca de punibilidad. En la legislación
penal mexicana existen casos específi cos en los que se presenta una conducta típica y antijurídica
realizada por una persona física imputable y culpable; pero, por disposición legal expresa, no es
punible, esto es, carecerá de castigo.

2.25 EL CONCURSO DE DELITOS

El concurso de delitos es un fenómeno jurídico que se produce cuando una persona


realiza una pluralidad de hechos constitutivos de delito como consecuencia de una o
varias acciones (u omisiones). En el caso de tratarse de varias acciones, ninguna puede
haber sido ya enjuiciada para que se aplique el concurso de delitos.
Tipos de concurso de delitos
Dependiendo de la acción o acciones que dan lugar al concurso de delitos, podemos
encontrar tres tipos: concurso ideal, concurso real y concurso medial.

Concurso ideal

En el concurso ideal un sujeto activo realiza una sola acción que vulnera varios
preceptos penales o infringe varias veces el mismo precepto. Es decir, que con una
única acción se cometen varios hechos punibles.

A su vez, la doctrina diferencia entre concurso homogéneo (si se vulneran los mismos
preceptos) y concurso heterogéneo (si se vulneran hechos delictivos diferentes con una
única acción).

El concurso ideal se castiga con la pena prevista para la acción más grave, sin que
pueda exceder de la suma de las penas que se aplicarían si se enjuiciaran las acciones por
separado. Si la pena excede de ese límite, las infracciones se castigarán por separado.

Concurso real

El concurso real se produce cuando una misma persona comete varios hechos


constitutivos de varios delitos. Aquí se produce una pluralidad de acciones y de delitos.

Según lo dispuesto en el artículo 73, cuando se produce un concurso real se aplica el


principio de acumulación. Es decir, que al sujeto activo se le imponen todas las penas
que correspondan por las diversas infracciones que haya cometido.

En principio, el cumplimiento de estas penas es simultáneo, pero, si no es posible, se


sigue el orden de su respectiva gravedad para su cumplimiento sucesivo en cuanto sea
posible.

Concurso medial

El concurso medial se da cuando la comisión de una infracción penal es necesaria


para cometer otra. Aquí se cometen dos hechos punibles claramente diferenciados y
conectados. Es decir, que hay concurso medial cuando una infracción no puede
cometerse sin la comisión de la otra.
El concurso medial se castiga con la pena superior a la que habría correspondido por
la infracción más grave. Sin embargo, la pena no podrá exceder de la suma de las penas
que se habrían impuesto separadamente por cada uno de los delitos cometidos.

¿En qué se diferencia el concurso de delitos de la


acumulación de penas? ¿Y del concurso de leyes
o del delito continuado?
La acumulación de penas implica la aplicación de diversas penas por la comisión de
varios hechos punibles.

Por otro lado, en los casos en los que para juzgar toda la antijuridicidad de un
comportamiento delictivo concreto hay que aplicar diferentes preceptos penales, se
tratará de un concurso de leyes y no de un concurso de delitos.

Por último, el delito continuado implica la comisión de varios delitos similares por un


mismo sujeto con el mismo dolo siguiendo métodos parecidos dentro de un mismo
ámbito espacio-temporal.

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