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Paradoja de Richard

En lógica, la Paradoja de Richard es una antinomia de la teoría de conjuntos y el


lenguaje natural que fue descrita por primera vez por el matemático Jules Richard
en 1905. La paradoja se usa comúnmente para denotar la importancia de distinguir
entre las matemáticas y las metamatemáticas.

Kurt Gödel citó específicamente la antinomia de Richard como un análogo semántico a


su resultado de incompletitud en la introducción de Sobre proposiciones formalmente
indecidibles de Principia Mathematica y sistemas relacionados. La paradoja también
fue una motivación para el desarrollo de las matemáticas impredicativas.

Índice
1 Descripción
2 Análisis y relación con la metamatemática
3 Variación: Números Richardianos
4 Relación con el predicativismo
5 Véase también
6 Notas
7 Referencias
8 Enlaces externos
Descripción
La formulación original de la paradoja, de acuerdo con Richard (1905) se relaciona
fundamentalmente al argumento de la diagonal de Cantor en la incontabilidad—o
innumerabilidad—del conjunto de los números reales.

La paradoja comienza con la observación de que ciertas expresiones del lenguaje


natural definen números reales sin ambigüedad, mientras que otras expresiones de
lenguaje natural no lo hacen. Por ejemplo, la frase «El número real cuya parte
entera es 17 y el nésimo decimal es 0 si n es par y 1 si n es impar» define el
número real 17.1010101... = 1693/99, mientras que la frase «La capital de
Inglaterra» no define un número real, tal como no lo hace la frase «el número
entero más pequeño que no puede ser definido en menos de sesenta caracteres» (véase
la paradoja de Berry)

Por lo tanto existe una lista infinita de frases en inglésNota 1—de tal forma que
cada frase tiene una longitud finita, pero la lista en sí es de longitud infinita—
que definen números reales sin ambigüedad. Primero reacomodamos esta lista de
frases en orden creciente de longitud, después ordenamos las frases de igual
longitud por orden lexicográfico (por orden de diccionario, p. ej. se puede usar
código ASCII, las frases sólo contienen códigos entre el32 y el 126), de tal forma
que el ordenamiento es canónico. El resultado de esto es una lista infinita de los
números reales correspondientes: r1, r2, ... . Ahora se define un nuevo número real
r de la forma siguiente. La parte entera de r es 0, el n-ésimo decimal de r es 1 si
el n-esimo decimal de rn no es 1, y el n-ésimo decimal de r es 2 si el n-ésimo
decimal de rn es 1.

El párrafo anterior es una expresión en español que define a un número real r sin
ambigüedad. Por lo tanto r debe ser uno de los números rn. Sin embargo, r fue
construido para que no pueda ser igual a ninguno de los rn existentes (por lo
tanto, r es un número indefinible). Esta es la contradicción paradójica.

Análisis y relación con la metamatemática


La paradoja de Richard resulta en una contradicción insostenible, que debe ser
analizada para encontrar el error.

La definición propuesta para el nuevo número real r claramente indica una secuencia
finita de caracteres, y por lo tanto parece a primera vista que es la definición de
un número real. Sin embargo, la definición se refiere a la definibilidad-en-el-
Español en sí misma. Si fuera posible determinar qué expresiones en español
realmente definen a un número real y qué expresiones no lo hacen, entonces la
paradoja continuaría. Por lo tanto la resolución de la paradoja de Richard es que
no hay forma de determinar exactamente y sin ambigüedad qué frases en español son
definiciones de números reales (véase Good 1966). Esto es, no hay ninguna forma de
describir con una cantidad finita de palabras cómo distinguir si una expresión
arbitraria en español es la definición de un número real. Esto no es ninguna
sorpresa, ya que la habilidad de hacer esta determinación también implicaría la
habilidad de resolver el problema de la parada y realizar cualquier otro cálculo
no-algorítmico que pudiera ser descrito en español.

Un fenómeno similar ocurre en teorías formalizadas que pueden referirse a su propia


sintaxis, tales como los Axiomas de Zermelo-Fraenkel (ZFC). Dígase que una fórmula
φ(x) «define un número real» si hay exactamente un número real r tal que φ(r) es
válido Entonces no es posible definir, de acuerdo con ZFC, el conjunto de todos
(los números de Gödel de) las fórmulas que definen números reales. Porque si fuera
posible definir este conjunto, sería posible diagonalizar sobre él para producir
una nueva definición de un número real, siguiendo los pasos generales de la
paradoja de Richard explicada anteriormente. Debe notarse que el conjunto de
fórmulas que definen números reales puede existir, como un conjunto F; la
limitación de ZFC es que no hay ninguna fórmula que defina a F sin hacer referencia
a otros conjuntos. Esto se relaciona con el Teorema de indefinibilidad de Tarski.
El ejemplo de ZFC ilustra la importancia de distinguir la metamatemática de un
sistema formal de las declaraciones del sistema formal en sí. La propiedad D(φ) que
establece que una fórmula φ de ZFC defina un número real único no es expresable en
sí dentro de ZFC, sino que tiene que ser considerada como parte de la metateoría
usada para formalizar ZFC. Desde este punto de vista, la paradoja de Richard
resulta de tratar la construcción de la metateoría (la enumeración de todas las
declaraciones del sistema original que definen números reales) como si la
construcción pudiera ser realizada en el sistema original.

Variación: Números Richardianos


Una variación de la paradoja usa los números enteros en lugar de los números reales
a la vez que preserva el carácter autorreferencial del original. Considérese un
idioma (como el español) en el que las propiedades aritméticas de los números
enteros están definidas. Por ejemplo, «el primer número natural» define la
propiedad de ser el primer número natural, uno; y «divisible entre exactamente dos
números naturales» define la propiedad de ser un número primo (es claro que algunas
propiedades no pueden ser definidas explícitamente, ya que todos los sistemas
deductivos deben comenzar desde algunos axiomas. Pero para los fines de este
argumento, se asume que frases como «un número entero es la suma de dos números
enteros» están bien entendidas). Mientras que la lista de todas las definiciones
así posibles es infinita, se observa fácilmente que cada definición individual está
compuesta de un número finito de palabras, y por lo tanto de un número finito de
caracteres. Ya que esto es cierto, es posible ordenar las definiciones, primero por
longitud y luego por orden lexicográfico.

Ahora, es posible mapear cada definición con el conjunto de los números naturales
tal que a la definición con el menor número de caracteres y primero en orden
alfabético le corresponderá el número 1, a la siguiente definición en la serie le
corresponderá el 2 y así sucesivamente. Ya que cada definición está asociada a un
único número entero, entonces es posible que ocasionalmente el número entero
asignado a una definición se ajuste a esa misma definición. Si, por ejemplo, la
definición «no divisible por ningún número entero más que 1 y él mismo» fuera la
43-ésima definición, esto sería cierto. Si la definición «divisible entre 3» fuera
asignada al número 58 entonces el número de la definición no tiene la propiedad de
la definición misma, ya que 58 no es divisible exactamente entre 3. El segundo
ejemplo se denominará que tiene la propiedad de ser Richardiano. Por lo tanto, si
un número es Richardiano, entonces la definición correspondiente a ese número es
una propiedad que el número mismo no tiene. (Más formalmente, «x es Richardiano» es
equivalente a decir «x no tiene la propiedad designada por la definición numerada
con x en el conjunto serialmente ordenado de definiciones».) Por lo tanto, en este
ejemplo 58 es Richardiano, pero 43 no lo es.

Ahora, ya que la propiedad de ser Richardiano es en sí misma una propiedad numérica


de los números enteros, pertenece a la lista de todas las definiciones de
propiedades. Por lo tanto, a la propiedad de ser Richardiano se le asigna un número
entero n. Por ejemplo, la definición «ser Richardiano» podría ser asignada al
número 92. Finalmente la paradoja es ahora: «¿Es el número 98, Richardiano?»
Suponiendo que 92 es Richardiano. Esto es posible solo si 92 no tiene la propiedad
designada por la definición con la que está correlacionado. En otras palabras, esto
quiere decir que 92 no es Richardiano, lo cual contradice la suposición inicial.
Sin embargo, si suponemos que 92 no es Richardiano, entonces no tiene la propiedad
designada por la definición correspondiente. Esto, por definición, quiere decir que
es Richardiano, una vez más contrario a la suposición inicial. Por lo tanto, la
afirmación «92 es Richardiano» no puede ser consistentemente designada como
verdadera ni como falsa.

Relación con el predicativismo


Otra opción concerniente a la paradoja de Richard se relaciona con el
predicativismo matemático. Según esta, los números reales se definen en etapas, en
cada una de las cuales solamente se hace referencia a etapas previas y a otras
cosas que ya han sido definidas. Desde el punto de vista predicativo, no es válido
cuantificar sobre todos los números reales en el proceso de generar un nuevo número
real, porque esto se cree que resulta en un problema de circularidad en las
definiciones. Las teorías de conjuntos como ZFC no están basadas sobre este tipo de
marco predicativo, y permiten definiciones impredicativas.

Richard (1905) presentó una solución a la paradoja desde el punto de vista del
predicativismo. Richard alegó que el error de la construcción paradójica es que la
expresión para la construcción del número real r de hecho no define un número real
sin ambigüedad, ya que dicha afirmación se refiere a la construcción de un conjunto
infinito de números reales, de los cuales r mismo es sólo una parte. Por lo tanto,
argumenta Richard, el número real r no sería incluido como ningún rn, ya que la
definición de r no cumple con los requisitos para ser incluido en la secuencia de
definiciones usadas para construir la sucesión rn. Matemáticos contemporáneos
[¿quién?] argumentan que la definición de r es inválida, pero por razones
distintas. Se cree que la definición de r es inválida porque no hay una noción bien
definida de cuándo una frase en español define a un número real, y por lo tanto no
hay una forma no-ambigua de construir la sucesión rn.

Aunque la solución de Richard a la paradoja no fue popular entre matemáticos, el


predicativismo es una parte importante del estudio de los fundamentos de las
matemáticas. El predicativismo fue estudiado con detalle por primera vez por
Hermann Weyl en Das Kontinuum, en el que demostró que mucho del análisis real
elemental puede realizarse de forma predicativa comenzando solamente con los
números naturales. Recientemente, el predicativismo ha sido estudiado por Solomon
Feferman, quien ha usado la teoría de la demostración para explorar la relación
entre los sistemas predicativos e impredicativos.1

Véase también
Teoría algorítmica de la información
Paradoja de Berry
Paradoja de Curry
Paradoja de Grelling-Nelson
Paradoja de Kleene-Rosser
Teorema de Löb
Conjunto ordinal definible, un concepto de la teoría de conjuntos sobre la
definibilidad que es en sí misma definible en el lenguaje de la teoría de conjuntos
Paradoja de Russell

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