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EL SISTEMA RESPIRATORIO

Partes del Sistema Respiratorio


Existen muchísimas partes, entre las que son más importantes mencionares las siguientes:

Fosas nasales: Son 2 cavidades que permiten el ingreso del oxígeno y la salida del dióxido de
carbono.

Laringe: Es la parte del aparato respiratorio que se continúa con la tráquea, contiene la glotis
(órgano de la fonación) y la epiglotis (cierra la glotis durante la deglución).

Tráquea: Es un órgano que va desde la laringe hasta los bronquios, brinda una vía abierta al
aire inhalado y exhalado desde los pulmones.

Bronquios: Son tubos con ramificaciones que entran en el parénquima pulmonar, conduciendo
el aire desde la tráquea a los bronquiolos y estos a los alvéolos.

Alvéolos: Son los sacos terminales del árbol bronquial en los que tiene lugar el intercambio
gaseoso entre el aire inspirado y la sangre.

Pulmones: Son los órganos más grandes del cuerpo, en los cuales la sangre recibe oxígeno
desde el aire y, a su vez, la sangre se desprende del dióxido de carbono, el cual pasa al aire.

¿Cómo Respiramos?

La respiración es un proceso involuntario y automático, en que se extrae el oxígeno del aire


inspirado y se expulsan los desechos con el aire espirado. Consiste en tomar oxígeno (O) del
aire y desprender el dióxido de carbono (CO2) que se produce en la células.

En el proceso de respiración, el aire ingresa por las fosas nasales, pasa por las vías respiratorias
(laringe, tráquea, bronquios) hasta llegar a los pulmones. El aire está poblado por millones de
microorganismos, bacterias, virus y hongos que pueden entrar en los pulmones durante la
respiración, y producir infecciones respiratorias bastante comunes.

Consejos para cuidar las vías respiratorias

1. Evitar el contagio: La mejor manera de evitar el contagio es no estar demasiado cerca de las
personas que sufran una infección respiratoria. Debemos tener en cuenta que estas se
transmiten a través de gotas de saliva minúsculas que están en el aire pero también en las
manos de las personas. Por ello, es fundamental ser exigentes con las medidas de higiene. La
persona afectada debe tomar conciencia de la posibilidad de contagiar a los demás. Podría, por
ejemplo, usar mascarilla. Además, lavarse las manos con frecuencia y cubrirse al estornudar.

2. La mejor vacuna es una buena alimentación: Hoy en día no existe ninguna vacuna eficaz
contra los virus respiratorios, a excepción de la gripe. Por este motivo, la mejor manera de
fortalecer nuestro organismo y subir las defensas es una alimentación equilibrada.

Algunos alimentos beneficiosos son los siguientes: Frutas cítricas, Ajo y cebolla, Miel de abeja,
Verduras de hoja verde, Aguacate, Aceite de oliva, Cúrcuma.

3. Beber mucho líquido: Beber agua durante el día, así como zumos caseros e infusiones, es un
buen hábito muy recomendable para nuestra salud en general. Además, en el caso de las vías
respiratorias nos permitirá a mantenerlas hidratadas. En especial, si tenemos tos por la noche,
beber un vaso de agua antes de acostarnos nos ayudará a relajar las vías respiratorias.

4. Eliminar los malos hábitos: La visita y seguimiento médico son siempre imprescindibles,
sobre todo si sufrimos una enfermedad respiratoria crónica. Además, el profesional de
enfermería nos ayudará a buscar un estilo de vida más saludable y a eliminar los malos hábitos
que más nos perjudican, como por ejemplo el tabaco y el alcohol.
5. Combatir el sedentarismo: Realizar ejercicio físico de manera habitual es una manera de
mantener las vías respiratorias activas y saludables. Con el esfuerzo, nuestro cuerpo necesitará
más oxígeno, y el sistema respiratorio es el encargado de introducirlo en el organismo para
producir energía a la vez que elimina el dióxido de carbono de la sangre.

No obstante, si tu ritmo de vida es muy sedentario, deberías empezar de manera gradual. Es


preferible hacer sesiones cortas de intensidad media e ir aumentando a medida que nuestro
cuerpo se adapte.

6. Suero para la mucosidad: Uno de los primeros síntomas más frecuentes en las
enfermedades respiratorias es la mucosidad. Si no tenemos ninguna otra molestia es posible
que se trate de un simple resfriado. En esos momentos, podríamos usar suero fisiológico para
limpiar la mucosidad y aliviar la congestión nasal.

7. No automedicarnos nunca: Automedicarnos cuando notemos algunos síntomas es un grave


error que puede comportar riesgos para nuestra salud. Además, en el caso de los antibióticos,
solo son efectivos en caso de ser una infección bacteriana. Por tanto, tomarlos de manera
indebida puede provocar resistencias en nuestro organismo, además de perjudicar a nuestro
intestino.

Ahora ya conoces 7 consejos para cuidar las vías respiratorias y prevenir a tiempo las
infecciones tan habituales de los meses más fríos. Incorpóralas a tu vida diaria, sobre todo si es
una parte sensible de tu organismo.

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