Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La neblina bajaba lenta por la cordillera y los cristales de agua brillaban en las hojas.
no hacemos otra cosa que contemplar, a través del tiempo, un sinnúmero de atrocidades y de
víctimas cuyo sufrimiento hace temblar lo más hondo de nuestra humanidad; sin embargo, una
termina habitando nuestra mente resulta ser una extraña pregunta, que a su vez, va acompañada
de un vacío infranqueable. Un cuestionamiento sin aparente respuesta: ¿Por qué seguimos
recurriendo a la violencia como camino, si nunca hemos visto verdaderos resultados, si no hemos
Tratando de acallar el ruido del vacío, podríamos entonces emprender una reflexión
esencia de la misma, y así, quizá entenderla; conocer la manera más pura como se da a la
pretensión de plantear, ya sea desde la ética o la política, algunas acciones, tal como muchos
filósofos ya lo hicieron; sin embargo, a pesar de todas estas posibilidades, en lo que concierne a
este texto, daremos por supuesto que, indistintamente de la esencia del fenómeno, puede desde lo
estético, pensarse la posibilidad de conducir al sujeto a través de una travesía reflexiva, sin
garantía alguna de otro efecto más que el de “habitar” temporalmente aquello que percibe a
través de sus sentidos, pero con la esperanza de una emancipación a partir de una deconstrucción
interior.
Entiéndase por lo anterior, que el espectador, una vez sometido a la ficción de la obra de
arte que aquí se pretende, podrá ubicarse en el mundo contextual de la violencia y disponerse
subjetividad. Hablamos de la propuesta de un cierto tipo de pintura urbana que actúa a manera
Para el sociólogo Alfred Schütz, el sujeto nace dentro de un "mundo" formado por una
gran cantidad de símbolos que han sido pre configurados antes que él, contextualizados antes que
él y cargados de un "pasado" o herencia colectiva previa a él, y que no es fija en el tiempo
histórico, pero que, sí lo es para el tiempo en el que ése sujeto nace, es decir, su época.
A su vez, el lenguaje que es común a todos los miembros de su entorno (y que es otra
entendido, no porque los demás conozcan el significado de cada palabra que diga y el orden
gramatical correcto de sus oraciones, sino porque todas ellas remiten, en últimas, a una manera
de pensar que ha sido aceptada por todos, o más bien incorporada a la conciencia de manera
espontánea y sin ninguna reflexión crítica; esto a modo de una herramientas vital para la
supervivencia.
Está teoría de Schütz, puede entrelazarse con la teoría del estadio en el espejo de Lacan,
dónde, este "sujeto nuevo en el mundo", viene a hacerse propietario de toda esta herencia
sociocultural que no creó, y que podría decirse que en principio no le pertenece, pero que le es
Tal como lo plantea Rousseau, el hombre puede nacer libre, sin embargo tal libertad queda
inmediatamente extinta con el simple hecho de que su madre, al verlo por primera vez, le
adjudica casi por instinto sus primeros símbolos envolviéndolo en una manta rosada o azul según
sea la cuestión. Sin embargo, es precisamente esa libertad inicial aunque efímera, la que justifica
de emanciparse. Capacidad que es potencia en cada instante y que se torna en acto al decidirlo.
relato bíblico del jardín del Edén; sería interesante cuestionarnos si el “fruto prohibido” era un
símbolo del poder de elegir, es decir, de la libertad, o más bien del poder emanciparse frente a la
¿Es la libertad, la comprensión en nuestra conciencia de que se está bajo un dominio y que
estamos en capacidad de decidir entre emanciparnos o seguir sometidos? ¿Puede un sujeto llegar
a este estado de conciencia sobre la libertad por sus propios medios?¿Qué necesita?
Ciertamente la historia nos ha mostrado casos donde el sujeto se ha logrado emancipar una
son un vivo ejemplo. Pero esto no suele ser en principio un fenómeno colectivo, sino más bien
muy puntual y particular. Aparece de pronto ese sujeto, que en una profunda reflexión sobre sí
mismo logra ver la luz, y consciente de que un cambio es necesario, empieza a transformar a su
Si existe una creación humana capaz de transformar al hombre casi de manera inmediata, y
yacen en el fondo de su ser, esa creación es el arte. Ya sea como literatura, escultura, pintura,
poesía o cualquier otra de sus formas, la ficción que se nos sitúa enfrente nuestro, nos abre la
posibilidad a un mundo alterno de infinitas posibilidades, donde nos dejamos seducir por una
extraña mezcla de fantasía, recuerdos, anhelos, realidades, sueños, deseos; pero también donde
nuestra mente puede ser invadida por una actitud crítica frente a la vida y sus fundamentos éticos
y morales, frente a “mi posición” en el sistema y lo que estoy haciendo por cambiarlo.
Es el arte ese espejo que, aunque a primera vista, pareciera otro cuadro más adornando
alguna pared, me invita a mirarlo, y entre más lo contemplo, más refleja mi yo, mi realidad, y la
cuestiona. El arte es revelación y noticia de esa revelación. Es una invitación a la
deconstrucción, a la creación, a sumergirse en ese río de Heráclito para evidenciar que una vez
despertar en medio de una historia que reclama su dominio sobre el sujeto, una historia que a
manera del gran hermano de George Orwell nos manipula a su antojo y dicta nuestro actuar y
nuestra conciencia.
Es cierto que el arte por sí mismo habla, nos contextualiza y nos conmueve, pero
del tipo clásico, no posee toda la potencia que necesitamos para intentar mover al espectador a
precisamente de una cierta intrascendencia del mismo frente a la política de su mundo; sin
embargo recordemos que el mundo ha experimentado una apertura y una mutación del arte,
refinado, intelectual y con acceso económico a las obras de los grandes maestros. No hablamos
de un arte restringido a ciertas élites sociales que se gozan en realizar ejercicios hermenéuticos
que en últimas hacen a un lado la intención legítima del autor, de su mundo y de eso que: “tira de
Son dos vías distintas; apelar a la hermenéutica del arte, y emanciparse a través del arte que
aquí se propone. En última instancia, el arte se reconocerá como tal, en la conciencia de quien
interactúe con él; cada sujeto tiene sus propias intencionalidades (producto de sus propias
vivencias), las cuales serán sus elementos de juicio, y que su vez, serán la materia prima para la
propuesta de emancipación frente a esa idea de la violencia como naturalidad y a la vez herencia
condición de “ficción seductora” y que pretende al mundo como escenario; cada pared es un
lienzo en potencia, cada espacio resulta un perfecto escenario; cada transeúnte puede ser Vermeer
o Kandinsky.
Se trata de un arte urbano en cuanto a su posibilidad de acceso por parte del espectador,
pero que no tiene nada que ver con grafitis, o imágenes que dan cuenta de un presente y un
completa cuando el espectador se incorpora en la misma obra de arte, cuando es juez y parte,
cuando el resultado de la obra lleva algo de él, algo de su visión de mundo, de su sentir la
inacabada, es la invitación de que a través de su cuerpo, el espectador, sea también creador, sea
pintor, sea observador; que los ademanes de sus manos, sus brochazos y sus surcos, revelen su
existencia en ese mundo, que aunque parezca ficción, al incorporarse a él en carne y hueso, al
hacerse uno con y dentro de la obra, deja de serlo, para convertirse en artista y obra al mismo
tiempo.
establecerse una comunicación sin el auxilio de una naturaleza preestablecida. Cómo puede darse
Esta forma de expresión artística busca hacer del sujeto dentro de la pintura un objeto de
significación para él en primera instancia, y para aquellos que son espectadores de sus trazos. El
espectador que ahora es pintor se emancipa a sí mismo al significarse a sí mismo dentro de la
obra, al ser parte del acontecer de un nuevo camino, de una nueva opción. No es contemplar al
sujeto de la protesta lanzando rosas en vez de rocas en una obra de Banksy, sino, ser un
nuevo/otro Banksy; ser quien decide qué debe lanzar ese sujeto en la pared, ser ese sujeto de la
pared, ser quien lanza lo que él mismo decide; y esto, ante la mirada de sí mismo y de sus
Se trata de “Construir un espacio público, donde hay política; transformar los espacios
Para Ranciere este arte, capta la intencionalidad de esa masa con potencial emancipatorio y
la revela al sujeto mismo a manera de ficción, alterando algunos de sus componentes de manera
que más allá de ser captada como realidad, lo sea como un ideal posible de conseguir. Es un arte
que genera un malestar con el presente al mismo tiempo que potencializa una solución. Un arte
Esta propuesta de una nueva manera de arte disensual y emancipador puede entenderse
también como una apuesta pedagógica constructivista de carácter primeramente social; y no hay
nada de malo en ello. Ciertamente las palabras antes mencionadas por Schutz presentan el
“entorno” del cual se pretende realizar la emancipación, como un medio pedagógico; por otra
parte, los resultados de la investigación fenomenológica sobre la violencia, los cuales no son
aprehensión y uso de los símbolos y referentes para favorecer la interacción entre sujetos, no es
difícil pensar en educar al sujeto que inicialmente fluye en ese lenguaje llamado violencia, para
que ceda su territorio a maneras menos dañinas, menos caóticas y menos destructivas. Para que a
través del arte emancipador, pueda alcanzar esa mayoría de edad que plantea Kant (2022), o bien
Ediciones Akal.
http://www.scielo.org.co/pdf/ef/n58/0121-3628-ef-58-00215.pdf
Cofré-Lagos, J. (1991) Filosofía del arte. U.D.P Editorial Universidad Austral de Chile 135-185
Recuperado de
https://www.researchgate.net/publication/294427578_FILOSOFIA_del_ARTE/link/56edc
06a08aed17d09f7566b/download
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4281056.pdf.
Held, Klaus, and Guillermo Hoyos Vásquez. “El Conflicto Por La Verdad. La Fenomenología y
Lacan, J. (2009) El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos
https://arditiesp.files.wordpress.com/2012/10/lacan_estadio_del_espejo.pdf
Laffaye, G. J. (2017). Time, meaning and memory in social phenomenology of Alfred Schutz ;
(Estructuras y procesos. Filosofía) (Spanish Edition) (1.a ed.). Editorial Trotta, S.A.
Ranciére, J., & Dillon, A. (2016). El espectador emancipado (1.a ed.). Ediciones Manantial.