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Bentham. Cualquiera que sea el lugar do comparezcan, y el


titullo de la sección en los periódicos, en que se incrusten, ellas
B AS TIAT Y B E NTH AM merecen una atención preferente, porque se refieren a una
cuestión, a la cuestión moral.
Cualquiera, pues, que sea, y de donde quiera que venga
Pocos días ha, en una contestación que en el Diario de
una interpelación sobre Bentham, trataremos de satisfa erla
,Cundinamarca nos dirigió un ilustrado contendor, maravi-
porque satisfacer la es satisfacer la curiosidad pública en im-
llábase de que la Iglesia (o, como él dice, los clérigos)
prohibiese la lectura de Bentham, y no la de Bastiat, ien- portante departamento de las investigaciones morales.
Bentham, se nos dirá también, es un nombre que no par-
do, según él, profesores ambos de la misma escuela eco ó-
ticular atención. Así también lo creemos nosotros a juzgar las
mica que asienta la utilidad por base de sus enseñanzas.
cosas desde un punto de vista elevado. En la innumerable
Realmente las prohibiciones que la Santa Sede ha decretado
respecto de Bentham, son juntamente con unos cuantos procesión de escritores y publicistas que recorren los siglos,
autores semejantes, excepcionales, o como ahora dicen per- Bentham es una figura muy exigua y muy oscura. Para
demostrarlo, basta ojear los diccionarios de historia y geo-
sonalísimas, y deben distinguirse de la prohibición general que
grafía que principian a representar aunque no perfectamente,
nos hace, derivación necesaria de sus eternos mandamientos,
sí con alguna aproximación, el juicio de la posteridad respec-
de contaminarnos y perdernos bebiendo el veneno derramado
en los libros de autores fementidos y malévolos. to de los hombres que ya pasaron. Regístrese, pues,
cualquiera de estos diccionarios, y se verá que ese no bre
Algunos nos dirán: . ¿Por qué paráis vosotros mientes
no merece más recuerdo que el que se consagra a celebridades
en una pregunta o interpelación que sobre asunto de po a
pasajeras, a talentos medianos.
monta se os hace por allá en un artículo remitido al Diario de
Cundinamarca, en vez de ocuparos en el contenido de los Tal es nuestro dictamen, y según él, poco o nada debié-
artículos de fondo del mismo periódico o en negociados de ramos hablar de Bentham. Hablar de Bentham, a nuestro
juicio, es, en tesis general, lo mismo que hablar de Protágoras
más palpable actualidad?
o de Hobbes, o de Montaigne, O de Feijóo… o de cualquiera
Contestaremos a esta cuestión preliminar.
de los innumerables escritores que en su tiempo hicieron
En los periódicos, lo mismo que en las mesas, según
leemos en el Quijote, no siempre ocupa la cabecera qui n la ruido y que ya desaparecieron; y para los usos generales de
la vida política y privada, sus nombres son sombras de
merece. Hay en todo lo que se ve y lo que no se ve. Hay
nombres más bien que nombres propiamente dichos, según la
en todo alguien que preside y alguno que merece presidir.
expresión del poeta: Stat nominis umbra.
Cosas que por el momento parecen accesorias, insinuaciones
Esto por punto general. Pero como nosotros no vivimos
que superficialmente consideradas se juzgan despreciables,
tienen a veces una importancia que a primera vista no allá arriba en el cielo, desde donde pudiéramos bien reírnos
de todos los Benthams del mundo, ni allá lejos en la
descubren vulgares espectadores. Confírmalo el propio
posteri-dad, donde acaso el nombre de Bentham será igual a
Cervantes, que acaso habló de la cosa sin sospechar que él
cero o a algún jeroglífico egipcio tenemos que pensar,
mismo con el tiempo sería una comprobación elocuente de
la observación que en boca de otros puso en su inmortal y hablar y juzgar no sólo desde un punto de vista eminente,
leyenda. sino atendidas las circunstancias de época y de situación.
Bentham, para nosotros, como pensadores, vale
Tal vemos las interpelaciones que se nos dirij n sobre muy para nosotros, como hijos del siglo XIX,
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y colombianos, importa mucho. Bentham ha tenido en siglo tham allá en tiempos de antaño. Si todos aquellos sectarios de
xrx una influencia que no tendrá en otros siglos Benth m, Bentham hubieran muerto, Bentham habría también
aquí en Colombia, goza un privilegio de que carece en toda muerto entre nosotros. Pero hay alguien de aquella
partes, aun en las repúblicas hermanas donde nombres m s generación que se ha sobrevivido a sí mismo, y éste le da a
modernos ocupan la atención pública. Mient r as and e mos a Bentham una vida artificial. Bentham, así resucitado
t ir o d e bue y e s y d e mulas e n los c aminos, e s pr obable merece la misma condenación que mereció cuando tuvo vida
que sigamos a e mpuje d e Be nt ham y Tr ac y los colegios. por obra de la naturaleza y permiso de Dios.
Acaso cuando haya ferrocarriles, Tracy y Ben-tham Be nt ham r e suc it ad o t or na a hacer daños como solía, y por
desaparecerán a modo de duendes, y sin quererlo ni eso la Iglesia condena y Bentham resucitado. ¿ Hay más clara?
pensarlo, si el señor Murillo logra conquistar la glor a de ¿ Quien habla hoy de V olne y , o d e Dupuy , o d e V oltaire o
implantar la reforma de las vías férreas en el país, l s in- de Rousseau? Pues bien, si algún aficionado a esos autores
teligencias le deberán, en cierto modo también, el tornara a darle vida, y a enseñarle en los colegios, y a diluirle
alejamiento de esos importunos y por demás anticuados en los periódicos, la Iglesia tornaría a condenar al resurrecto.
huéspedes. Y esto es lo que ha hecho y hace con Bentham.
En efecto, se necesita andar muy despacio para tener Bentham es hoy entre nosotros lo que fueron ayer y en
todavía por textos en la universidad, de filosofía a T acy otros países, hombres como Voltaire, lo que son hoy, también
(1774-1836) y de ciencia de la legislación a Bentham en otros países, hombres como Blucher, Littré y mil más. Si
(1748-1830). Es cierto que los autores de nota no pasan, hoy se estudiasen entre nosotros las obras de Renan, por
como no pasan las ideas, pero los tex tos sí pasan como pasan ejemplo, su condenación resonaría en los púlpitos y po la
los hombres de que dijo Horacio: Cecidere cadentque.* Hoy prensa. Pero vamos muy despacio: estarnos parados en
estudiar filosofía, en cualquier punto del mundo, por Tracy, Bentham y Tracy, y por eso contra Tracy y Bentharn re-
es una ridiculez, un anacronismo. En nuestra universidad suenan especialmente, aquí en Colombia, los anatemas d la
sucede así: y lo único que podemos decir en nuestro Iglesia.
descargo, es que Colombia no es su universidad. Persona Bentham es un nombre en la larga serie de nombres
allegada al que estas líneas escribe explica a Tongiorgi en un que desfilando a par de los tiempos, han representado en el
establecimiento respetable de educación en la capital. Entre mundo la causa de la impiedad. Bentham fue en su
Tracy y Tongiorgi hay, en filosofía, la misma distancia que tiempo lo que en el suyo Epicuro; y la reaparición de en
en economía entre Quesnay y Garnier. Colombia puede compararse a la de éste en Roma, signo
Pero si Bentham está muerto, ¿por qué la Iglesia le seguro de decadencia moral e intelectual. En ese p unto de
prohíbe especialmente? El punto es fácil de explicar: la vista pasará Bentham, corno pasó Epicuro; y la Iglesia
Iglesia prohibió especialmente a Bentham, cuando era él subsistirá.
autor viviente, y la prohibición subsiste para aquellos países Pero hay, se nos observa y nosotros lo hemos reconocido,
en que la irreligión ha resucitado este cadáver. La conde- respecto de Bentham una prohibición especial distinta
nación relativa a la idea que murió, se aplica a la idea que de la que se refiere a otros autores heterodoxos.
galvanizada parece revivir. ¿Porqué, se nos ha dicho, si se prohíbe a Bentham ,no se prohíbe
Santander, Azuero, Rojas y otros nos trajeron Ben- a Bastiat?
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*[Ars poetica, 70]. N. del E.

39— -M. A. CARO, Obras


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Ni está obligada la Iglesia, mi nosotros facultado , repe-


No tenemos facultad para dar la razón por qué la timos, como órganos suyos competentes, para dar la razón de la
Iglesia ha lanzado esta prohibición especial. Ella re ibió conducta de ella en este negociado. Empero, podemos de
autoridad para atar y desatar; ella ha examinado las obras e hacer algunas observaciones que, sin carácter autoritativo, sino
Bentham y juzgádolas dignas de particular reprobacione simplemente como consideraciones humanas, contribuyan a
cuando dictó su providencia, para países en que entonces justificar esa conducta a los ojos de espectadores indecisos o
se leía ese autor, y hoy pasada ya en ellos la oportunidad para preocupados. Y Conviene hacerlas cuando una parte
éste en que como la vieja de Larra, vamos siempre leyendo considerable de nuestra juventud, envuelta en las redes del
gacetas atrasadas. sofisma., seducida por los halagos del poder y comprometida, en
Si o por mal gusto literario, o por espaciosos en el andar, nos fin, por circunstancias varias, sigue la corriente benthamista y
hubiéramos quedado leyendo a Voltaire, y Voltaire Iglesia, engruesa las filas de los detractores de la Iglesia.
fuese hoy maestro en nuestros colegios (y ¿Qué mucho, si lo es Comparecemos, pues, a Bentham con Bastiat, y a que a esta
Tracu?), la prohibición de leerle se renovaría por la Iglesia, y c ompar ac ión se nos invit a, c omo pud ié r amos
nosotros, como periodistas católicos, tendríamos que ocuparnos c ompar ar lo c on c ualquie r ot r o e sc r it or d e las moderna
en Voltaire, y repetir el nombre de Voltaire, como repetimos e sc ue las no c at ólic as.
hoy el de Bentham, a pesar del tedio que nos causa Hace mucho tiempo notaba Lacordaire, que la litera ura
quedarnos disputando, digámoslo así, en una venta, hace una pérfida guerra a la Iglesia.
cuando el ferrocarril asoma; y, a pesar, eso mismo, de la Hace mucho tiempo, hace algunos siglos que el espírit
vergüenza que nos da, respecto de los extranjeros que nos humano se rebela contra la Iglesia, sin que por eso la glesia
oyen, mostrarnos empeñados en tales querellas cuando aun pierda terreno; lo que hay es que los dos campos se determinan,
en esos mismos asuntos nombres más respetables ocupan la y empieza a patentizarse aquello de: "Quien no está conmigo
atención de las gentes civilizadas. contra mí está". *
Con todo, tenemos que hablar de Bentham porque las En este aspecto general todos los autores no católic s
circunstancias lo piden. De cualquier viento que venga la son iguales. Empero la justicia previene hacer distinción entre
interpelación, hay que dar una respuesta. Si ahora rea a- autores no católicos y autores evidentemente anticatólicos; y, aun
reciese alguna epidemia, como la que en el siglo XIII afligió entre estos últimos, no confundir lo malo con lo peor y con lo
a la Europa, la medicina estaría en el deber de estudi r la pésimo.
renaciente calamidad, así como el combatirla con cuantos Para nosotros Bastiat es escritor no católico;.Bentham es
recursos posee. Digamos pues algo sobre Bentham una vez escritor anti-católico. No lo decimos porque fuera judío de
que hay quien nos pregunta: "¿Por qué prohíbe la Igles a a religión. Los judíos en Florencia alfombraban allá en su
Bentham y no a Bastiat?". tierra la carrera por donde debía pasar el Santísimo, cuya
Hay a esto una respuesta preliminar muy sencilla: Porque fiesta con tan extraordinaria solemnidad celebrábamos
pocos leen a Bastiat y muchos estudian a Bentham. anteayer.
Para los verdaderos católicos hay otra explicación más Todos, judíos, gentiles, cismáticos, herejes, los ni os
satisfactoria, la de San Agustín: Roma locuta est, causa finita mismos, y aun los astros en su carrera silenciosa, cuánto
lest.* Ha hablado la Santa Sede, la cuestión está terminada.
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* [M a tth 12, 30] . N . d el E.
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* [ S e r mo 131, 10] . N. d el E.
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más los cristianos, rinden cada uno a su modo un una usurpación sacrílega, siempre que la doctrina que se
homenaje, siquiera sea involuntario, al Rey de las naciones enseña no sea la d e la Igle sia, e st o e s, la d e Dios.
Cristo; y hasta los condenados, con sus lamentos, Que alguien se llame doctor si su doctrina no es la de Dios
cooperan gloria inmortal. es, repetimos, una usurpación, según Jesucristo; una tirania
Pero hay quienes no queriendo tener voz en el coro de profesar tal doctrina, según que de esas mismas
los vivos, prefieren, rebelándose contra Cristo, ir con sus Palabras se deduce y, una desgraciada servilidad, seguirla y
blasfemias a aumentar la gloria., del Cordero. Tal es n reverenciarla.
nuestro concepto, Bentham. Benthan no es prescindente ni El doctor Bentham es un doctor que no enseña con Dios, y
inconsciente, . sino rebelde a Jesucristo. Tal es nuestro juicio por consiguiente llamarlo doctor, o lo que vale lo mismo
particular. Y para fundarlo, comparemos en un punto de vista decir: “Yo estudio con Bentham, yo sigo a Bentham, es una
general, a Bentham con Bastiat, ya que a esta comparación se indignidad, cristianamente hablando.
nos convida por vía de censura al clero. Distingamos, pues, entre doctor y escritor. Bastiat es
Las obras de Bastiat no son, que sepamos, obras de un escritor; Bentham aspira al título de doctor de las gentes el
texto, propiamente dichas; lo son las de Bentham. primero usa de la libertad de escribir; éste otro usurpa una
Hay entre las obras de texto y las que no lo son, aunque autoridad que Dios no le ha conferido.
idénticas sean en el fondo, una diferencia muy grande. El No es lo mismo leer que estudiar, como no es lo mismo
hombre, según el abate Gaume, es materia que se vacía en hablar o escribir que enseñar. Bastiat escribe, Bentham enseña. El
los moldes de la educación. Moldes de educación son los que estudia, forma su espíritu por el texto; el que le puede
textos de enseñanza; en ellos ha de vaciarse el espíritu de los ser inquietado, pero no reconstruido por el escritor que
mozos que se educan; si esos moldes son cristianos, el hojea. He aquí la primera diferencia que notamos entre
espíritu, por punto general, se cristianiza; si ese mo de no es Bentham y Bastiat; entre Bentham y los doctores de su escuela y
cristiano, el espíritu, prescindiendo de favores especiales de la Bastiat y los escritores a él semejantes.
divina gracia, se paganiza. Así aun cuando dos autores sean La segunda diferencia que observamos, y concerni nte
igualmente malos en el fondo por las ideas, si el uno enseña y a lo esencial, entre Bentham y Bastiat, es que el primero desde un
el otro solamente escribe o habla, el primero es más pernicioso, principio niega el orden sobrenatural, mientras el segundo sé
porque el ministerio que usurpa, el de maestro, es más sagrado limita a prescindir de su influencia en el orden natural.
que cualquiera otro. Bastiat prescinde de esa influencia, pues trata de
Tan sagrado es este ministerio de maestro o doctor, que necesidades, esfuerzos y satisfacciones; pero no niega, antes bien,
Jesucristo dijo: reconoce la existencia de ese orden sobrenatural. Digitus Dei
hic est es el epígrafe puesto al frente de sus celebres A rmonías. La
Y am an s e r s al udado s e n l a pl aza y q ue l o s ho br e s l o s l l am e a introducción rompe en estos términos: “Afición a estudiar,
Rabb i;
M as vo s o t r o s no qu e r ái s s e r l l am ado s R a b b i ; po r q ue U N O S O L O E S
necesidad de creer, un espíritu desadiado de viejas desasido de
VU E S TR O M AE S TR O , y vo s o t r o s t o do s s o i s he r m ano s . viejas reocupaciones, un corazón exento de odios, celo
Y a nadi e l l am é i s P a d r e vue s t r o s o br e l a t i e r r a; p o r que un e s vue s t r o propagandista, ardientes simpatías, desinterés, abnegación,
padr e qu e e s t á e n l o s c i e l o s (M a t t h ., X X III, 6 - 9 ).
buena fe, entusiasmo por todo lo bueno, bello, Inocente,
grande, honesto, justo, religioso; tales son los preciosos
Según estas palabras de Jesucristo, el título de doctor es
atributos de la juventud, y por eso a ell le dedico
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este libro". No calcula en sus cómputos, lo que ellos los econo- Dios, en efecto; es lo único que satisface nuestras necesida-
mistas, llaman simpatía y nosotros claridad; pero en más de un des religiosas; el alma, según San Agustín, no puede hallar lugar
lugar se felicita y felicita al género humano que ese principio no dee su descanso sino en Dios. Bentham no habla sino del
haya desaparecido ni pueda desaparecer. Trata Bastiat de placer y los placeres, voz material que se refiere los goces de la
demostrar, y éste es el tema capital de sus escritos, que carne, o a lo sumo a los del alma, siempre que por alma se
todos los intereses humanos son armoniosos; Bastiat es entienda lo que Moleschott define: “el moviendo de la
optimista que se esfuerza por demostrar que en todo la materia”.
Providencia ha establecido un orden admir able . No, no ¡jamás para los cristianos! El alma no es s lo
C ie r t ame nt e que d e sc onoc ie nd o e l pe c ad o puede el movimiento de la materia: el alma es un ser incorpóreo,
explicarse, en este planeta, el orden moral ciertamente que espiritual, inmortal, formado por Dios a semejanza de
entre el rico y el pobre no puede establecerse más armonía, Dios.
bellísima en efecto, que la que establece el cristianismo, Bast iat , c r ist iano, aunque no pr ofe sase e l c at oli is-
haciendo al primero misericordioso y resignado al segundo. mo, comprendía todas estas cosas; Bentharn, judío, y mal judío,
Bastiat no se eleva a la región católica; lugar hay de sus pues no practicaba el hebraísmo, y era renegado israelita sin
obras en que, bien que cortésmente, increpa a los católicos, llegar a ser nunca cristiano convertido, nada de eso
buscando entre éstos por una parte, y los socialistas por otra, comprendía.
y por otra los economistas de cierta clase, un justo medio que Basaiat prescinde, Bentham niega.
él, economista particular, se cree llamado a fijar. ¡Pecado de Bastiat olvida, Bentham odia.
orgullo, sin duda! Pero, a pesar de todo, aunque no acierte a Bastiat es, en cierto modo, neutral; Bentham es, eviden-
explicar Bastiat esas armonías, las contempla siquiera como temente, enemigo declarado. ¿Hay diferencia?
producto de la divina Inteligencia, no como casual E insistamos sobre Bentharn.
combinación ni como obra exclusiva del hombre; trata de Bentham sostiene que el interés es el único móvil de l s
explicarlas, las admira, y en muchos pasajes de sus obras leemos acciones humanas, y la utilidad la única razón de la moralidad
frases como esta: "Pero veamos aquí las miras de la de las leyes, así divinas como humanas.
Providencia...". La voluntad de Dios, mal interpretada a Las consecuencias de este principio son espantosas.
veces, pero muchas acatada, aparece en las obras de Bastiat Nosotros no dudamos que el interés sea uno de los
como razón suprema; jamás en las de Bentham, ni aun como móviles de las acciones humanas, unas veces como princip l
razón secundaria. gerente, otras veces como auxiliar. Pero creemos que e
Benthám, en su Tratado de legislación, empieza por interés no es el único móvil de \ nuestras acciones, pues,
burlarse de lo que él llama el principio de la simpatí , es además de eso, atendernos, ya a la pasión, ya al deber; y
decir, de la generosidad, y de lo que él apellida el principio menos admitimos que la razón de utilidad sea lo que mora-
ascético, es decir, de la religión. Sobre estas burlas y negaciones, liza los actos humanos, pues si así fuera, morales ser an
pues él niega burlando y negando burla, es sobre lo que las acciones que por casualidad han ocasionado benéficos
asienta el edificio que él, o mejor sus fascinados discípulos, resultados.
califican de ciencia. ¡Pobre ciencia! Negar una verdad es sentar un error. Hay error de contradicción
Bastiat, como todos los economistas, habla de satisfacciones y y error de negación. Tal es él de Bentham: Bentham
necesidades, palabras que, aunque en concreto se aplican a lo niega la simpatía, y niega la religión; niega el sentimiento
físico, pueden también aplicarse a lo moral. en su parte más hermosa y niega la inteligencia en
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su elación más divina. ¿Puede haber verdadera Pe c ad o y Re d e nc ión son los d os d ogmas
doctrina fundada en negaciones tan capitales? fund ame nt ale s d e nuestra Iglesia. Pues bien, amar a
La false d ad d e l pr inc ipio apar e c e e n su e nunc iac ión; Dios y amar al prójimo son los dos mandamientos capitales
sus defectos se manifiestan en sus derivaciones. de nuestra religión.
Veamos algunas en el orden religioso especialmente. Según el principio de utilidad estos dos
Si el placer es el único móvil de nuestras accione ; mandamientos son insensatos. El nos aconseja amarnos a
si consiguiente toda acción producida por este móvil es nosotros mismos, y amar a los demás únicamente en cuanto ese
nat ur al y just a, A d án que pe c ó por r azón d e plac e r , amor pueda sernos provecho.
cometió verdadera falta. ¿Por qué lo castigó Dios tan Puesto el amor en sentido condicional, no es precepto.
severamente, así en él como en su descendencia? Por consiguiente el principio de utilidad no admite
preceptos de amor sino consejos de conveniencia.
El pe c ad o d e A d án fue d e sobe r bia y d e sobe d ie nc ia .
Hemos dicho que los preceptos capitales de la
Desobediencia y soberbia nada quieren decir en el leng aje
utilitario. religión cristiana son “amar a Dios y al prójimo “.
En un estado exento de penas no hay pecados utilita- ¡Amar! Bentham no comprende absolutamente el
riamente hablando. Cuando Adán pecó no había penas: sentido de esta palabra y, por lo tanto, no comprende el
contenido del capital mandamiento de nuestra religión
éstas fueron consecuencia de su pecado.
que se compendia en esa palabra sublime comentada por los
Si Dios no tiene más regla que el placer, ¿cómo hay Domingos y Franciscos: ¡amar!
desgraciados? La desgracia sólo puede explicarse por la Un cultivador que so pretexto de procurar frutos pod
justicia; la justicia no puede explicarse por la utili ad. La hojas y ramas y flores, ¿qué frutos podrá conseguir? Tal
utilidad se ríe de la justicia, aquélla a que se refiere el es Bentham al cercenar los dos primeros mandamientos d
Profeta cuando dijo: "Confitebor tibi in directione cordis" la ley de Dios. Sin ese tronco, sin esas flores, ¿qué ruto
(Ps. cxviii). podrá madurar por más que su principio se llame fructífero o
Ni puede explicarse la Redención según Bentham. Si el utilitario?
placer es nuestro único motivo, y la utilidad es el ún co Bentham, pues, con su doctrina echa por tierra los dos
objeto de la voluntad, ¿por qué derramó Jesucristo su an- dogmas fundamentales — pecado y Redención — y los dos
gre? ¿No pudo Dios darnos la felicidad sin someterse al capitales mandamientos — amor a Dios y al prójimo — de la
dolor, una vez que el dolor es cosa mala y evitable. religión cristiana. ¿Tendrá la Iglesia razón para prohibir
Jesucristo apuró el cáliz de la amargura, que como hombre que los espíritus se edifiquen tomando por texto a semejante
deseó pasase de él, y se sometió al dolor. Como Bentham no demoledor?
concibe la justicia sino como posterior al placer y al dolor, Ahondemos, si cabe, un poco más:
dolores y placeres posteriores y subordinados a la noción de Bentham se burla del sacrificio en general y
justicia son en su doctrina absurdos, y por consiguiente, según especialmente del sacrificio voluntario. Y bien, el sacrificio
sus principios, la Redención es un absurdo. es noción fundamental no solo del cristianismo sino de toda
religión.
El pecado original y la Redención son, vistos a la luz Oigamos al famoso padre Ventura de Raulica, que en este
del principio de la utilidad, cosas inverosímiles, absurdas. punto del sacrificio, habla así en su Homilías:
Ahora bien: sobre esos dos dogmas se asienta el edificio Aun an t e s de l a l e y de M o i s é s , d i c e , qu e p r e s c r i i ó y o r de nó e l
entero de la religión cristiana.
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tiempo, el lugar, el mo d o , lo s rito s y las d ivers as c ualid ad es d lo s C r i f i c i o : N e c o b al i ud f al l ac e s i l l i d ae m o n s s ac r i f i c i s i bi e xi ge n t . N i s i qui a


sacrificios, estuvieron ellos en uso en todos los pueblos, y se consideraba ve r o D e o d e b e r i s c u i n.*
c o mo el ac to s up remo d e la ad o rac ió n d eb id a s o lo a Dio . Ab el y C aín, Pecado original, Redención, sacrificio, amor de Di s y
lo s p rimero s ho mb res nac id o s d e mujer, o frec iero n s a crificios Dios. del projimo, todos estos principios cardinales de nuestra
Sacrificios ofrecieron también Noé y Melquisedec, del Santa religión son sombras, errores, males, según el sistema
Abraham e Isaac, Jacob y José. Siempre y en todas partes el sacrificio
form ó la p a rte esen cia l d el cu lto, y la relig ión siem p e y la relig ión
extenso y a ello estamos dispuestos en caso, necesario, la
siem p re y en tod a s p a rtes se id en tificó con el sa cerd ocio y con el abierta contradicción, la incompatibilidad absoluta, entre
sa crificio. P o r c o ns iguiente, negar el sacrificio del altar, decir que la aquellos fundamentos de la religión, y aun de toda rel gión, y
Eucaristía no es más q ue una s imp le m em oria , un sig n o es téril ' d e la las enseñanzas de Bentham.
p as ió n muerte de Jesucristo, es lo mismo que negar a la religión cristiana Y si esa negación de las bases de nuestra religión irve de
(que no reconoce otro sacrificio) toda ofrenda exterior y sensible hecha a
Dios to d a exp res ió n p úb lic a y s o lemne d el c ulto , to d o s ac ri ic io ; es
base a un texto de ciencias morales y políticas, séanos lícito
hac er d es c end er la religió n c ris tiana aun más ab ajo d el p aga is mo ; preguntar aún a los escépticos: ¿Habrá tenido razón la
p o rq ue tod os los p u eb los p a g a n os, a u n q u e d e u n a m a n era torp e, Iglesia para prohibir especialmente ese texto?
a b su rd a cru el, siem p re y en tod a s p a rtes h a n ofrecid o y ofr cen Por lo demás, no nos diga nuestro interpelador que los
sa crificios , clérigos hacen indebidas distinciones entre Bentham, por una
Las naciones más bárbaras, las tribus más salvajes, las hordas más
d egrad ad as , y q ue p o r s us to rp ezas y p o r s u fero c id ad han d es c end id o
parte, y, por otra, autores semejantes a Bastiat.
has ta lo s b ruto s , d e mil maneras d iferentes , to d as , s in exc ep c ió n, Ellos, si hacen esas distinciones, proceden en virtud e
tienen s ac erd o c io , tienen s ac rific io q ue o frec en a Dio p ara trib utarle disposiciones de la Santa Sede y de sus propios prelados.
c ulto , p ara imp lo rar p erd ó n y grac ia p ara lo s vivo s y efrigerio p ara La prohibición de estudiar a Bentham no es aquí, como
lo s muerto s . De mo d o q ue p ued e d ec irs e q ue el d o gma d e q ue c o n el algunos imaginan, nueva, sino continuación de antiguas
s ac rific io s e d eb e ho nrar a la d ivinid ad y p ed irle to d o s lo s b ie es , es
prohibiciones; si esa prohibición subsiste, cúlpese de ello a
un d o gma p rimitivo , trad ic io nal y es enc ial, q ue p ro c ed d el s entimiento
í ntimo , d el ins tinto y d e la naturaleza d el ho mb re, p o q ue se ve los tercos profesores que, contra la voluntad de Dios y la
profesado y expresado exteriormente con una conformidad tan universal y corriente del siglo, siguen leyendo a Bentham y a Tracy.
tan constante,-en todos tiempos y lugares, por todos los ho mb res . Lo s En comprobación de nuestro aserto, porque muchos no
mis mo s p ágano s , p ues , a p es ar d e s us s up ers tic io nes y d e s us erro res , la conocen, reproducimos aquí la resolución dictada so re
manifies tan tener una razó n más s ana y un ins tinto más rec to en ese asunto en años anteriores por el ilustrísimo Mosquera,
materia d e religió n, q ue lo s herejes , p o rq ue ello s no separan la religión
del sacrificio ni creen qué puede haber religión sin sacrificio. prelado inmortal a quien NADIE se atreverá a tachar de g-
P ero ¡q ué d igo , lo s p agano s ! El mis mo d emo nio trib uta o menaje á norante, retrógrado o arbitrario; la misma que en dife ente
es te d o gma y c o nd ena d e ins ens ato s y d e ab s urd o s a lo s herejes , s us forma ha sido producida por sus dignos sucesores.
hijo s y d is c í p ulo s , q ue niegan en la Igles ia el s ac rif c io ; porque, Dice así:
cómo observa San Agustín; el demonio se ha colocado orgullo s amente en
el lugar d el verd ad ero Dio s , y s e hac e c reer y ad o rar c o mo Dio s 1° ) N o p ued e d ars e la ab s o luc ió n s ac ramental a lo s q ue a s ab iend as
verd ad ero p o r lo s p ueb lo s gentiles , fas c inad o s y s ed uc id o s p o r él. As í o igan alguno o alguno s d e lo s erro res c o ntra la fe y l s costumbres que se
p ues , p o r lo mis mo q ue ha p ers uad irlo a aq uellas mis erab les gentes a hallan esparcidos en las obras de Bentham.
q ue le atrib uten c ulto , c o n to d a c las e d e s ac rific io s , da la gran lec c ió n
y p red ic a la imp o rtantí s ima verd ad de q ue al ________
verd ad ero Dio s s e d eb e el s ac rific io , y q ue no hay religió n s in s a- * [ D e ci v i t a t e D e i X , 2 6 ]. N . de l E .
E S CR IT OS F ILOS ÓF ICOS 620

2° ) No s e ab s o lverá al q ue no ab jure es to s erro res , s i es tuviere en


ellos preocupado de buena fe.
3°) Pueden ser absueltos aquellos a quienes juzgue prudentemente el confesor
que el estudio de Bentham no les sirve de ocasión próxima, siempre que ellos
lo estudien, no por voluntad propia, sino porque sus los han dedicado a
este estudio.
4° ) S i hab iend o d is p ens ad o en una c o nfes ió n la ab s o luc ó n , en
o tra s e ve q ue un es tud iante tiene afic ió n a lo s erro r s d e Bentham o
q ue no lo s alc anza a c o no c er, s e s us p end e la ab s o luc ió y s e d a cuando
prudentemente se juzgue que han desaparecido las circuns tanc ias d e o c as ió n
p ró xima.
5°) A lo s p ertinac es en lo s erro res d e Bentham s e les ha á ver q ue
es tán en p ec ad o hab itual, ind igno s d el s ac ramento y fu ra d e la comunión
católica.

Estas reglas se dieron a los padres candelarios en 31 de


octubre de 1835, a consecuencia de una nota que el se re-
tario de gobierno pasó al arzobispo exigiendo una resolución
sobre el asunto. El arzobispo le comunicó su resolución, y el
secretario le dio una contestación indigna, a la que replicó el
prelado con la energía y la dignidad del caso.
Sean las palabras del señor Mosquera autorizado final
estas nuestras descoloridas observaciones.

En otro nú mero * contestaremos, en lo que nos oca, a lo s


artículo s qu e el señor Cortés publica en el Diario de
Cundinamarca en el nego cio “ Instrucción publica”.

El Trad icion ista, Bo gota, Año I, Trimestre 3°, núm.


3 8, 1° de junio de 1872 , págs, 258-259 .

____ __
* [ L a r e l i g i ó n y l a s e s cu e l a s , e n e l T r a d i ci o n i s t a . 4 al 15 de junio de 1872;
pág… ? D e e s t e t o m o ]. N . d e l E .

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