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LOS 10 MANDAMIENTOS, VIDA NUEVA EN CRISTO

“Todo está permitido, dicen algunos. Sí, pero no todo es conveniente” (1 Cor 5,12)
Los mandamientos son aquellos pasos para caminar por los caminos de Dios y, a la vez, es cómo aprender, paso
a paso, a vivir bien y felices.

1. Dios nos ha creado como personas libres. Pero la libertad también necesita un orden. Por eso, Dios le dio
su pueblo, cuando fue liberado de la esclavitud de Egipto, los 10 mandamientos: “Se te ha hecho saber,
hombre, lo que es bueno, lo que el Señor pide de ti; tan sólo respetar el derecho, amar la fidelidad y
obedecer humildemente a tu Dios” (Miq 6,8).
2. FUENTE BIBLICA DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS: Éx 20, 2-17 y Dt 5, 6-21.
3. Los diez mandamientos hay que entenderlo a la luz de la siguiente cita bíblica: “Yo soy el Señor, tu Dios,
que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud (Éx 20,2). Con el fin de que el pueblo de Dios
no vuelva a caer en una vida equivocada, Dios le da unas leyes para que tengan una vida más allá de la
esclavitud.
4. LOS DIEZ MANDAMIENTOS:
Yo soy el Señor, tu Dios:

Éx 20, 2-17 y Dt 5, 6-21 Mt 22,34-40

1) Amarás a Dios sobre todas las cosas. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
2) No tomarás el nombre de Dios en vano. con toda tu alma y con toda tu mente. Este el
3) Santificarás las fiestas. mayor y el primer mandamiento.

4) Honrarás a tu padre y a tu madre.


5) No matarás. “El segundo es parecido: amarás a tu prójimo
6) No cometerás actos impuros. como a ti mismo”.
7) No robarás.
Toda la ley y los profetas dependen de estos
8) No dirás falso testimonio ni mentirás.
dos mandamientos
9) No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10) No codiciarás lo bienes ajenos.

5. PRIMER MANDAMIENTO: AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.


a. ¿Qué significa? Sólo existe un único Dios. La verdadera libertad de cada persona humana está en
colocar a Dios al centro de nuestras vidas.
b. ¿Qué nos invita? A que Dios es más importante que ganar dinero. Dios es más importante que hacerse
famoso y tener muchos fans. Dios, incluso, es más importante que yo mismo. Dios me regala una vida
buena, libre y verdadera. Dios nos ama y quiere que seamos libres.
c. ¿Qué me compromete? A creer en Él, respetarlo y amarlo. Desear cumplir lo que Él nos manda. El
deseo de Dios sólo lo podemos saber a través de la ORACIÓN. La oración nos ayudará a mantenernos
conectados con Dios y Su voluntad para nuestras vidas.

“Adorar a Dios quiere decir aprender a estar con Él. Deshacernos de todos nuestros ídolos, que a
menudo mantenemos escondidos, para colocarlo a Él en el medio de nuestras vidas” (Papa Francisco).

6. SEGUNDO MANDAMIENTO: NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO.


a. ¿Qué significa? Que debemos de respetar su Nombre porque es Santo y, que Dios nos haya dicho
como se llama manifiesta la gran confianza que tiene en nosotros. El que conoce su nombre tiene la
llave de su corazón. El nombre de Dios es tan sagrado en el pueblo de Israel que ni siquiera se puede
pronunciar. Junto a la zarza que ardía y no se consumía (Éx 3,15) Dios reveló su nombre: Jahwe = “Yo
soy el que soy”. Cuando los padres quieren consolar a sus hijos después de una pesadilla, a menudo
dicen: “¡No tengas miedo, soy yo! ¡Estoy aquí a tu lado!”. Eso es lo que Dios quiere decirnos con su
nombre. Llamar o invocar a Dios por su nombre, como nuestro Padre o como un Amigo. Eso es orar.
b. ¿Qué nos invita? A no jugar, ni hacer bromas, chistes o jurar con el nombre de Dios para cumplir o
realizar una promesa. Dios no debería ser testigo de nuestros juramentos. Respetemos el nombre de
Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo.
c. ¿Qué me compromete? A decir siempre el nombre de Dios con respeto. Cumplir con las promesas
como parte nuestras responsabilidades, no la de Dios. No Tomar el nombre de Dios en serio significa:
decir su nombre como si no nos estuviera escuchando, entrar en un Iglesia como si Él no estuviera ahí,
hablar de Dios de manera hiriente o sin amor como si Él estuviera sordo, reírnos de la gente y sus
oraciones como si Dios no existiese.
Una cita muy significativa sobre el poder del nombre de Dios es: “Todo el que invoque el nombre del
Señor será salvo” (Rom 10,13)

7. TERCER MANDAMIENTO: SANTIFICARÁS LAS FIESTAS.


a. ¿Qué significa? El día del Señor es para nosotros, los cristianos, el DOMINGO. Ese día celebramos la
RESURRECCIÓN de Jesús. Es un día para Dios.
b. ¿Qué nos invita? Es un día que nos permite hacer una pauta y reflexionar sobre la bondad y la
misericordia de Dios. A participar de su presencia real y amorosa en la celebración de la Eucaristía. Es
un momento para estar en familia y descansar de los trabajos pesados.
c. ¿Qué me compromete? A no olvidarme de Dios y a no convertirnos en “animales de carga” que no
hacen más que trabajar como locos. El domingo es una fiesta con Dios. Como hacían los primeros
cristianos, los amigos de Jesús se reúnen el “día del señor”. Van a la Iglesia y celebran juntos la santa
misa. Allí se encuentran con Jesús, el Señor.

“Sean unas manifestaciones vivas de la BONDAD de Dios: la bondad en tu rostro, la bondad en tus ojos,
la bondad en tu sonrisa” (Madre Teresa de Calcuta)

8. CUARTO MANDAMIENTO: HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE.


a. ¿Qué significa? Cada persona debe su vida a su padre y a su madre. Dios quiere que amemos a
nuestros padres, los cuidemos y lo honremos, y que le demos gracias por todas las cosas buenas que
han hecho por nosotros. Tener unos padres que nos quieren es una suerte enorme. Puedes aprender
de ellos muchas cosas buenas e importantes.
b. ¿Qué nos invita? Y cuando no entiendas a papá y a mamá, aún puedes agradecerles tu propia
existencia. Intenta perdonarles sus debilidades y fallos. Cuando sean mayores no debes dejarlos solos,
sino que debes ser cariñoso y paciente con ellos. Dios también preguntará algún día a los padres y a los
abuelos si ellos han honrado a sus hijos. Esta invitación se extiende en la honra a toda persona mayor,
a nuestros hermanos (as) mayores, y a las autoridades.
c. ¿Qué me compromete? Ayudarnos a protegernos unos a otros y a hacernos fuertes. Si una familia vive
como Dios quiere, se está a gusto y bien. Y eso da la seguridad y la fuerza necesaria para amar
durante toda la vida. Debemos de respetarlos y buscar su sabiduría a medida que tomamos decisiones
y nos convertimos en adultos jóvenes. La muestra de respeto es la obediencia. No hay que
avergonzarnos de ellos.

“Escucha al padre que te engendró, no desprecies la vejez de tu madre” (Prov 23,22).


9. QUINTO MANDAMIENTO: NO MATARÁS.
a. ¿Qué significa? Ninguna persona puede quitarse o quitar a otra persona la vida o la posibilidad de vivir.
Todas las personas son infinitamente valiosas; no puedo odiar a nadie, ni tratarlo sin cariño ni
guardarle rencor para siempre. La vida es sagrada. Desde el principio, la vida pertenece solo a Dios. El
final de la vida, de la misma manera, está en manos de Dios. Dios es el Señor de la vida y de la muerte.
b. ¿Qué nos invita? A respetar nuestras propias vidas a través de una buena alimentación y descanso, en
lo posible visitar al médico cuando se está enfermo. A respetar, sin ningún tipo de violencia, la vida
ajena: hablar bien de los demás. A cuidar la naturaleza: evitar todo tipo de contaminación.
c. ¿Qué me compromete? A cuidar y valorar la vida. Aún, la persona que estar por nacer (no al aborto),
con discapacidad o aquellas que están cercanas a la muerte sean matadas (eutanasia), ni siquiera,
aunque la persona lo desee porque está sufriendo. Me compromete a respetar y cuidar la vida, de todo
ser, a nivel virtual o por internet. No a las calumnias, los chismes y al acoso.
“La guerra siempre es una derrota de la humanidad” (San Juan Pablo II, Papa).
10. SEXTO MANDAMIENTO: NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS.
a. ¿Qué significa? Que debemos de ejercitarnos en la fidelidad, a vivir en castidad y a cultivar sanas
amistades. A cuidar nuestro cuerpo, desde la higiene y su vestimenta, y hacerlo respetar. El sexo es un
regalo maravilloso pero este regalo pierde su valor y su belleza cuando no se cuida.
b. ¿Qué nos invita? A cuidar nuestro corazón y nuestra mente, de malos deseos y pensamientos que se
alimentan de revistas o programas de Tv e internet, con carácter violento y de pornografía, causando
un trato irrespetuoso al propio cuerpo y al de los demás, causando un gran daño a mi vida interior,
moral y espiritual.
c. ¿Qué me compromete? A cuidar mi vida interior, moral y espiritual; a cuidar mi cuerpo y el de los
demás. A alimentar mi mente y corazón con ideas y deseos saludables que fortalecen un sano y puro
ejercicio de mi manera de amar. Me compromete ser fiel en mis compromisos de amistad y amor.
“La pureza del corazón, como toda virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina
constante interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración” (San Juan Pablo II, Papa).
11. SÉPTIMO MANDAMIENTO: NO ROBARÁS.
a. ¿Qué significa? El cuidado de las cosas que nos pertenecen, que pertenecen a otras personas o todo el
mundo. Dios nos ha creado de tal manera que poseer nos posibilita a tener una vida mejor que dan
seguridad y causan alegría. Con esas cosas también puedes hacer feliz a otras personas; las puedes
compartir con los otros o prestárselas. También tenemos que cuidar de las cosas que pertenecen a
todo el mundo y compartirlas de manera justa: la naturaleza, el clima, el aire, el agua, las materias
primas, la energía, los alimentos y las vías de comunicación. Deberíamos cuidar de las cosas que
pertenecen a todo el mundo como si nos pertenecieran a nosotros personalmente.
b. ¿Qué nos invita? A través de este mandamiento, Dios protege la propiedad de cada persona. Dios no
quiere que el mundo caiga en manos de ladrones y bandidos. Dónde no existe el séptimo
mandamiento, el más fuerte tomará todo lo que pueda.
c. ¿Qué me compromete? A no coger ni siquiera cosas pequeñas que pertenecen a otras personas. A
tratar bien las cosas que te han prestado y devuélvelas sin que tengan que pedírtelas. Si rompes alguna
cosa, repárala o compra una nueva. No utilices las cosas que no son tuyas sin pedir permiso antes. No
te quedes sin más con las cosas que te encuentres, dáselas a tus padres o a los directivos de la IE. No
despilfarres energía. Trata bien las cosas que son de todos (por ejemplo: los asientos de las combis o
los ordenadores de la IE). No hagas copias ilegales de música, películas o videojuegos.
a.
“Ama con tus bienes, aprovecha tus medios para amar como puedas. Entonces tu vida será buena y la
posesión se convertirá verdaderamente en un don. Porque la vida no es un tiempo para poseer sino para
amar.” (Papa Francisco).

12. OCTAVO MANDAMIENTO: NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS.


a. ¿Qué significa? Dios es la verdad. Él no nos engaña y quiere que seamos sinceros los unos a los otros.
Las mentiras empiezan, muchas veces, siendo pequeñas: con una excusa falsa o con un pequeño
engaño y acaba convirtiéndose en un caos enorme. Si mientes, no se puede confiar más en ti. La
mentira es veneno que destruye la amistad.
b. ¿Qué nos invita? Ser verdadero es un modo de vivir, de existir, y se ve en cada acto particular, y esa
debe ser la vida del cristiano. Este mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con los
demás y que donde hay mentira no hay amor. No puede haber amor. Debemos amar la verdad, porque
Cristo es la verdad y Él nos enseñó que la Verdad nos hace libres y nos santifica.
c. ¿Qué me compromete? Amar al prójimo como a ti mismo, y por tanto no mientas ni hables mal de
nadie, ni le quites la buena fama, porque esto lo prohíbe Dios en este mandamiento. Me compromete
a no: atestiguar lo falso en juicio, calumniar al prójimo, decir cualquier clase de mentira, murmurar,
juzgar mal del prójimo, descubrir sin motivo sus defectos, y toda ofensa contra el honor y la buena
fama de los demás.
«Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad» (Juan 18, 37).

13. NOVENO MANDAMIENTO: NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS.


a. ¿Qué significa? Dios nos pone en guardia contra los peligros del camino que nos pueden atraer y
alejarnos de Él y de nuestra felicidad. No consentirás pensamientos y deseos impuros significa: No
permitas que nada ni nadie te haga olvidar que estás llamado a ser feliz al lado de Dios.
b. ¿Qué nos invita? A cuidar nuestros pensamientos y los deseos de nuestro corazón. Me invita a respetar
mi creación de ser imagen y semejanza de Dios. Nos invita a expresar con pureza nuestro modo de
amar con los pensamientos y los deseos, sin egoísmo ni envidia. Con libertad.
c. ¿Qué me compromete? Me compromete a no permitir que nada ni nadie me haga olvidar que estamos
llamados a ser feliz al lado de Dios. Es importante a cualquier edad y estado de vida, cuidar lo que
vemos, lo que oímos, lo que leemos para no caer en tentación. Busquemos siempre lo mejor para
nosotros y para los demás comportándonos de acuerdo a nuestra dignidad de cristianos, siendo un
ejemplo de pureza y grandeza de alma.
«Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos,
asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraudes, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez.
Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre» (Mc 7, 21-23).
14. DÉCIMO MANDAMIENTO: NO CODICIARÁS LO BIENES AJENOS.
a. ¿Qué significa? Dios nos ha hecho de tal manera que podemos ser felices sin necesidad de conseguir
todo lo que queremos tener.
b. ¿Qué nos invita? A valorar y saber usar las cosas que tenemos. A no dejarnos devorar por la envidia y
la codicia que nos empujan a hacer cosas malas: “el niño que ´tiene que´ tener los colores de su
compañero, el joven que ´tiene que´ tener necesariamente el móvil de su vecino”.
c. ¿Qué me compromete? A Ser agradecido con aquellos que proveen con bienes mi crecimiento
integral. Sin querer como mío aquello lo que no me corresponde. Debo ser feliz con lo que soy y tengo,
bendiciones de Dios que pone en nuestras manos. Me compromete a vivir desprendido de los bienes
materiales y a trabajar con diligencia

"Donde [...] esté tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Mt 6, 21).

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