Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DOCENTE
14 DE ABRIL DE 2023
Marco teórico
Los síntomas que hoy asociamos con la depresión han sido reconocidos desde hace
unos 2500 años, de hecho, han sido descritos de manera muy estable a lo largo de la historia
como uno de los trastornos psicológicos más importantes (Horwitz, et al. 2016).
Así mismo, Peláez, García y Pesántez (2022), refieren que existen varios factores de
riesgo asociados al Trastorno Depresivo Mayor. Uno de ellos es el aspecto biológico, donde
se ha evidenciado una relación significativa entre esta condición y la enfermedad
cardiovascular. Además, los aspectos sociales como el aislamiento, bajo estatus
socioeconómico, bajos ingresos y disminución de la cohesión social también se suman a estos
factores de riesgo. Por último, los aspectos demográficos, como el género, son determinantes,
ya que se ha encontrado que las mujeres presentan mayor prevalencia de este tipo de
trastornos, con un riesgo dos veces mayor que los hombres.
En esa misma línea, existen diversos factores que pueden contribuir a un mayor riesgo
de depresión en las mujeres, uno de ellos es el rol que desempeñan en la sociedad. Ya que, en
muchas ocasiones, las mujeres son esperadas a ser sumisas y a asumir responsabilidades en el
hogar, aun cuando tienen más responsabilidades que los hombres. Además, existen estándares
sociales que las presionan a conseguir un hombre y casarse, lo que puede generar menos
acceso a la educación, ya que se considera que su labor principal es quedarse en casa
(Páez ,2017).
Asimismo, las vivencias tradicionales del rol de la mujer como madre, esposa, ama de
casa y trabajadora, generan ciertas presiones o expectativas de cómo deben ser sus vidas para
ser aceptadas, no solo por sus familias sino en la sociedad, lo cual es sin duda alguna un
factor desencadenante de este trastorno en las mujeres (Curiel, 2022).
Según Barlow (2018), la depresión es uno de los trastornos más comunes en todo el
mundo, por ejemplo, en los Estados Unidos, se estima que la prevalencia de este trastorno es
del 29.9%. Además, se han observado diferencias en la prevalencia de la depresión entre
países y culturas. En países de altos ingresos, la prevalencia permanente del trastorno
depresivo mayor es del 14.6%, mientras que en países con ingresos bajos a medios es del
11.1%. Las estimaciones de prevalencia durante 12 meses son de 5.5% en países de altos
ingresos y de 5.6% en países medios.
Así pues, los pacientes que padecen este trastorno suelen presentar comorbilidad con
otros trastornos, como el trastorno de pánico, el abuso de sustancias, el trastorno obsesivo-
compulsivo, la anorexia, la bulimia nerviosa y el trastorno límite de personalidad. Además, se
ha observado una alta prevalencia de comorbilidad con enfermedades orgánicas cerebrales y
sistémicas, lo que puede tener consecuencias negativas como un peor pronóstico, mayor
riesgo de suicidio, dificultades en el proceso terapéutico, impacto en el funcionamiento
psicosocial y una mayor necesidad de asistencia sanitaria para esta población (Olivas, 2015).
En concordancia a lo anterior, es relevante considerar que por muchos que sean los
datos y cifras para considerar el Trastorno Depresivo Mayor, estos no pueden captar o
comunicar de modo adecuado el dolor o sufrimiento que padecen las personas con depresión.
Gran cantidad de personas con este trastorno no reciben ayuda profesional, y si bien en la
década pasada aumento la cantidad de personas que buscaba ayuda, se evidencian diferentes
dificultades con relación al tratamiento (Urquizo, 2021).
Entre los obstáculos anteriormente mencionados, uno de los más comunes es el costo,
ya que muchas veces los servicios de salud mental pueden resultar costosos y no están al
alcance de todos. Además, la falta de cobertura suficiente por parte de las compañías de
seguros médicos es otro problema que limita el acceso a los servicios de salud mental. A esto
se suma la preocupación por la confidencialidad y el estigma social, lo que puede hacer que
las personas se sientan renuentes a buscar ayuda. La falta de información sobre dónde acudir
y qué tipo de servicio solicitar también puede dificultar el acceso a los servicios de salud
mental (Urquizo, 2021).
En este sentido, el diagnostico erróneo también es una de las barreras importantes que
enfrenta esta población, ya que puede desencadenar en peores complicaciones, afectando la
calidad de vida del paciente y su inserción a la sociedad. Por tanto, es fundamental contar con
un diagnóstico adecuado que permita la elección del tratamiento más conveniente para
reducir las tasas de complicaciones, garantizando así la mejora de la calidad de vida y la
inclusión social de esta población (Dutazaka, Orrala, Zumba y Guerrero, 2021).
Por otra parte, Barlow (2018), considera que uno de los desarrollos importantes en el
tratamiento de la depresión ha sido el surgimiento de la terapia cognitiva, la cual se ha
aplicado de forma exponencial desde que Beck publicó en 1979 un detallado manual para el
tratamiento de este trastorno. El exhaustivo trabajo de Beck y sus colaboradores dio lugar a
un cambio significativo de paradigma dentro de la psicoterapia.
Por lo tanto, la terapia cognitiva ha recibido una gran atención por parte de los
profesionales gracias a Beck, quien propuso hipótesis y protocolos clínicos que podían ser
sometidos a más estudios empíricos de validación y aplicación clínica. En la actualidad, la
terapia cognitiva se ha convertido en el tratamiento de elección para diversos trastornos,
especialmente aquellos relacionados con la depresión. Su efectividad ha sido respaldada por
una gran cantidad de estudios científicos y se ha demostrado que puede mejorar
significativamente la calidad de vida de las personas que la reciben (Barlow, 2018).
Justificación
Existen diversas razones para considerar el Trastorno Depresivo Mayor como tema
interés para este estudio; en los últimos años dicho padecimiento ha venido incrementado de
manera significativa. Asimismo, al ser considerada como una afección multifactorial que se
caracteriza por la intervención de diversos factores biológicos, genéticos, sociales y
psicológicos, es probable que presente efectos negativos en el bienestar físico, social y
emocional de las personas que lo padecen, lo cual evidencia la necesidad de abordar de
manera integral esta problemática con el fin de establecer un diagnóstico preciso y efectivo
(Olivas, 2015).
Por otra parte, es importante considerar que en distintos países del mundo la pandemia
de COVID-19 originada en 2020, condujo a un incremento significativo en las cifras
asociadas al Trastorno Depresivo Mayor. En Latinoamérica países como Costa Rica,
evidencian un aumento del 51% entre las personas que reportaron sintomatología depresiva
entre marzo (10 %) y octubre de 2020 (61 %) (Sequeira, A., et al., 2022).
Gómez (2015) señala que en la población adulta colombiana los trastornos depresivos
tienen una prevalencia del 5,4%; 4,4% en hombres y 6,4% en mujeres, dentro de los cuales el
trastorno depresivo mayor ocupa un 4,3%; 3.2% en hombres y 5,4% en mujeres. De este
modo se establece como uno de los niveles más altos en problemáticas de salud mental en
comparación con los trastornos bipolares y los trastornos de ansiedad.
Por lo tanto, se considera relevante realizar un diseño de caso único, puesto que es una
metodología rigurosa y personalizada que permite una evaluación sistemática y detallada de
los síntomas y el comportamiento de un individuo, lo cual determina la efectividad del
tratamiento y permite el ajuste de la terapia de manera individualizada. La realización de un
diseño de caso único para evaluar la eficacia de la Terapia de Activación Conductual en un
adulto de sexo femenino diagnosticado con el Trastorno Depresivo Mayor es una herramienta
valiosa para mejorar la atención y tratamiento de esta enfermedad y puede ser beneficioso
para la población en general (Gutiérrez, 2020).
Operacionalización de la conducta
La paciente reporta sentir un estado de ánimo bajo la mayor parte del tiempo
(sensación de tristeza profunda, disminución del apetito, dificultad para experimentar
emociones positivas y frustración, así como un sentimiento de vacío y falta de esperanza). El
malestar emocional se caracteriza por dificultades para conciliar el sueño, taquicardia, tensión
muscular y fatiga persistente. Además, en situaciones de interacción, la paciente experimenta
un deseo intenso de aislarse, evitando el contacto con otras personas, lo cual se acompaña de
pensamientos recurrentes como "no valgo la pena", "nadie me quiere", "nunca voy a superar
esto" y "todo está perdido”. En estas situaciones, la paciente tiende a abandonar sus tareas
laborales y aislarse, perdiendo interés en las actividades que antes disfrutaba.
Registros de la conducta
Arenas Alarcón, S., Canal Beltrán, M. J., Contreras Castillo, P. A., & Montaño Pérez, R. A.
(2023). Revisión de intervenciones de psicología positiva en adultos con depresión.
Recuperado de:
https://repositorio.unbosque.edu.co/bitstream/handle/20.500.12495/9754/
Arenas_Alarcon_Stephany_Canal_Beltran_Mari%cc%81a_Jose%cc%81_
%20Contreras_Castillo_Paola_Andrea_Montan%cc
%83o_Perez_Ruth_Alejandra_2023.docx.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Calle, J. A. H., Sánchez, V. C., & Jiménez, L. M. V. (2022). Síntomas depresivos en el adulto
mayor: una revisión sistemática. Cuadernos Hispanoamericanos de Psicología, 22(1),
1-21. Recuperado de:
https://revistasaludbosque.unbosque.edu.co/index.php/CHP/article/view/sintomas-
depresivos/3402
Carazo Vargas, E., Ortega, R., Arias LeClaire, H., González García, N., González Sánchez,
A. y Villegas Barahona, G. (2021). Salud mental y relaciones con el entorno en
tiempos de COVID-19 [Informe de Investigación]. Universidad Estatal a Distancia.
Curiel, S., & José, E. (2022). Relación entre la sintomatología asociada a la depresión,
ansiedad y estrés durante la pandemia del COVID-19 en mujeres cabeza de hogar,
habitantes del municipio de Uribía del departamento de la Guajira. Recuperado de:
http://repositorio.uan.edu.co/bitstream/123456789/5860/3/2021_EstebanJos
%c3%a9SilleCuriel.pdf
Fernández Arcia, A. E. (2020). Efectos del programa terapéutico cognitivo conductual para
mejorar rasgos depresivos en un grupo de adolescentes entre 13 y 15 años (Doctoral
dissertation, Universidad de Panamá. Vicerrectoría de Investigación y Postgrado).
Recuperado de: http://up-rid.up.ac.pa/3343/1/arelis_fernandez.pdf
Gillihan, Seth J. (2018). Terapia cognitivo conductual fácil. 10 estrategias para manejar la
ansiedad, la depresión y el estrés. Editorial Sirio.
Gutiérrez, J. P. (2020). Estudio de caso único trastorno depresivo persistente (distimia) desde
la intervención cognitivo-conductual. Recuperado de:
https://repository.upb.edu.co/bitstream/handle/20.500.11912/9316/117_1%20%281%
29.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Horwitz, A. V., Wakefield, J. C., & Lorenzo-Luaces, L. (2016). History of depression. The
Oxford handbook of mood disorders, 11-23. Recuperado de:
https://www.researchgate.net/profile/Lorenzo-Lorenzo-Luaces/publication/
301219610_History_of_Depression/links/59d65c370f7e9b42a6a9fcb4/History-of-
Depression.pdf
Organización Mundial de la Salud (OMS) (2020). Depression and Other Common Mental
Disorders. Global Health Estimates. Ginebra: WHO / MSD / MER / 2017.2
Olivas del Olmo, S. (2015). Trastorno depresivo mayor y agorafobia como trastornos
psicológicos comórbidos: estudio de caso único. Recuperado de:
https://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/144885/TFM.SHEILA_OLIVA
S._VERSION_FINAL_%281%29.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Urquizo Romo, D. E. (2021). COVID-19 y tele psiquiatría: un reto para el manejo en salud
mental, revisión bibliográfica (Master's thesis, Quito: UCE). Recuperado de:
http://www.dspace.uce.edu.ec/handle/25000/25605
Wong, S., Sun, y Chan, A., Leung, M., Chao, D., Li, C., … & Yip. B. (2018). Treating
subthreshold depression in primery care: a randomized controlled trial of behavioral
activation with mindfulness. The Annals of Medicine, 16, 111-119.