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CURSO ELECTIVO

“ESTAS COSAS TE
SERVIRÁN DE
EXPERIENCIA”
El Evangelio y la vida productiva
Las dificultades y las pruebas forman parte
de la probación terrenal. Sobrellevar con
fe las dificultades de la vida puede
transformarse en oportunidades de
crecimiento espiritual.
¿Qué oportunidades de
crecimiento están viviendo hoy?
LA ADVERSIDAD ES PARTE
DE NUESTRA EXPERIENCIA
TERRENAL
¿Cuántas veces hemos pensado
“mi vida será más fácil si...”?
El presidente Boyd K. Packer dijo:
“Ni como pueblo, ni como familias,
ni como personas estaremos
exentos de las pruebas que
vendrán. Nadie estará libre de las
pruebas que son co m unes en el
hogar y la familia: el trabajo, la
desilusión, la congoja, la sa l ud, el
envejecimiento y, por último, la
muerte” (“Lenguas de fuego”,
Liahona, julio de 2000).
Las pruebas
Las acaecidas a causa de
nuestros propios errores.
Las que se nos imponen por
causa de otros.
Las que forman parte de la vida
terrenal.
El presidente Gordon B. Hinckley
compartió el siguiente consejo: “He
disfrutado de estas palabras de
Jenkins Lloyd Jones, las cuales
recorté del periódico hace unos años.
Él decía:... “ ‘La vida es como viajar en
un tren antiguo: hay retrasos, desvíos,
humo, polvo, ceniza, sacudidas,
interrumpido todo ello de vez en
cuando por her m osos paisajes y
emocionantes explosiones de
velocidad...
‘El truco está en darle las
gracias al Señor por dejarte
dar un paseo en ese tren’.”
(“Una conversación con los
mayores solteros”, Liahona,
noviembre de 1997)
DOCTRINA Y CONVENIOS 122:7

"Si eres echado en el foso o en manos de homicidas, y eres condenado a


muerte; si eres arrojado al aabismo; si las bravas olas conspiran contra
ti; si el viento huracanado se hace tu enemigo; si los cielos se ennegrecen
y todos los elementos se combinan para obstruir la vía; y sobre todo, si las
puertas mismas del binfierno se abren de par en par para tragarte,
entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de cexperiencia,
y serán para tu bien."
¿Son ustedes mejores personas
como resultado de sus pruebas?
¿HOY ustedes son mejores
personas como resultado de sus
pruebas?
DOCTRINA Y CONVENIOS 136:31

"Es preciso que los de mi pueblo sean probados en todas las


cosas, a fin de que estén preparados para recibir la gloria
que tengo para ellos, sí, la gloria de Sion; y el que no
aguanta la disciplina, no es digno de mi reino."
El élder Joseph B. Wirthlin del Quórum
de los Doce Apóstoles dijo: “El Señor está
en conocimiento de nuestra capacidad
mortal y conoce nuestras debilidades;
en t iende los desafíos que afrontamos
cada día; se da cuenta de las grandes
tentaciones de los apetitos y las pasiones
terrenales. En su epístola a los Hebreos,
el apóstol Pablo escribió que el Salvador
puede ‘compa d ecerse de nuestras
debilidades’, porque ‘fue tentado en todo
según nuestra semejanza’” (“La fe de
nuestros padres”, Liahona, julio de 1996).
¿Qué aprendemos de las
palabras del élder Joseph B.
Wirthlin?
LOS DESAFÍOS DE LA VIDA
TERRENAL NOS AYUDAN A
PROGRESAR
HEBREOS 5:8

“Y aunque era Hijo, por lo que padeció


aprendió obediencia.”
 É lder Richard G. Scott del Quórum
de los Doce Apóstoles: “En el
preciso momento en que todo
parece ideal, a veces surgen
simultáneamente múlti p les
dificultades. Si esas pruebas no son
resultado de tu desobediencia, son
evi d encia de que el Señor sabe
que estás preparado para
progresar más (Proverbios 3:11–12).
Entonces te da experiencias que
estimulen tu progreso, tu
comprensión y compasión y que te
refinen para tu bienestar eterno.
Llegar de donde es t ás adonde Él
quiere que estés exige un penoso
es f uerzo que generalmente va
acompañado de pesar y dolor”
(“La confianza en el Señor”,
Liahona, enero de 1996, pág. 18).
¿Qué estoy haciendo mal?
¿Reconcemos quién es el
jardinero en nuestras vidas?
¿Confío en Él?
EL GUARDAR FE EN
JESUCRISTO NOS AYUDA A
RESOLVER LOS PROBLEMAS Y
A VENCER LA AD V ERSIDAD
HELAMAN 5:12

“Y ahora bien, recordad, hijos míos, recordad que es sobre la roca


de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, donde
debéis establecer vuestro fundamento, para que cuando el diablo
lance sus impetuosos vientos, sí, sus dardos en el torbellino, sí,
cuando todo su granizo y furiosa tormenta os azote...
HELAMAN 5:12

esto no tenga poder para arrastraros al abismo de miseria y


angustia sin fin, a causa de la roca sobre la cual estáis edificados,
que es un fundamento seguro, un fundamento sobre el cual, si los
hombres edifican, no caerán.”
ISAÍAS 40:31

"Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;


levantarán alas como las águilas; correrán, y no se
cansarán; caminarán, y no se fatigarán”
El élder Jeffrey R. Holland dijo: “Las heridas de Sus manos,
pies y costado son señales de que aun al puro y perfecto le
ocurren cosas dolorosas en la vida terrenal, señales de que la
tribulación no es evidencia de que Dios no nos ama. Es
significativo y brinda una gran esperanza el hecho de que sea
el Cristo herido el que viene a nuestro rescate. El que lleva
las cicatrices del sacrificio, las lesiones del amor, los
emblemas de la humildad y del perdón, ése es el Capitán de
nuestra alma...
Esa evidencia del dolor durante la existencia terrenal tiene
sin duda el propósito de dar valor a los que hayan sido
heridos por la vida, incluso en la casa misma de sus amigos.”
(Christ and the New Covenant: The Messianic Message of the
Book of Mormon, 1997, pág. 259; citado en El Libro de Mormón:
Guía de estudio para el alumno, pág. 165).
A veces nos preguntamos "¿Por qué me tiene que suceder
a mí?", pero podríamos preguntarnos "¿Hay algo en mí que
deba cambiar o mejorar?".

A veces nos preguntamos "¿Por qué tengo que sufrir esto


ahora?", pero podemos preguntarnos "¿Qué puedo
aprender de esta experiencia?".

A veces nos preguntamos "¿He hecho algo para causar


esto?", pero podemos preguntarnos "¿Cómo me ha
bendecido y ayudado el Señor en pruebas anteriores?".
DEBEMOS PERSEVERAR
HASTA EL FIN
2 NEFI 31:20

"Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo,


teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y
por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante,
deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el
fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna."
DOCTRINA Y CONVENIOS 24:8

“Sé paciente en las aflicciones, porque


tendrás muchas; pero sopórtalas, pues he
aquí, estoy contigo hasta el fin de tus días”
DOCTRINA Y CONVENIOS 121:7-8

7 “…tu adversidad y tus aflicciones no serán más


que por un breve momento;
8 “y entonces, si lo sobrellevas bien, Dios te
exaltará; triunfarás sobre todos tus enemigos”
No debemos rendirnos cuando se multipliquen los
problemas y las penalidades asociadas a ellos.
Podemos sacar fuerzas del Señor, sabiendo que la
incertidumbre respecto a los problemas forma parte
de la prueba de esta vida. Demostramos nuestra
fidelidad y amor al Señor al vivir los principios del
Evangelio mientras nos enfrentamos a desafíos
inesperados. Perseverar hasta el fin no consiste en
quedarse sentados en los momentos más difíciles.
El élder Neal A. Maxwell dijo: "Dado que
Cristo no se libró de sufrir, ¿por qué
habríamos de librarnos no s otros?
¿Realmente queremos ser inmunes a la
adversidad, especialmente cuando
ciertos tipos de dolor nos permiten
crecer en esta vida? Privarnos de esas
experiencias, por mucho que nos
gustara de momento, equivale a
privarnos de la dicha que con júbilo
celebramos cuando, tiempo atrás, en el
mundo anterior a éste, se nos explicaron
las experiencias de esta vida.
La vida es una escuela en la que no sólo
nos matriculamos de manera vo l untaria,
sino dichosa; y si el Director de la
escuela escoge un curso de es t udio que
en otros planetas ha demostrado ser
fuente de felicidad para sus habitantes,
y si acordamos que una vez aquí, no
cancelaríamos la matrícu l a y nos
presentaríamos a los exámenes que
evaluarían nuestra capacidad...
y agudeza, ¿qué haría un Director
experimentado si, más adelante, se
reci b ieran quejas? Concretamente si,
durante Su aparente ausencia, muchos
alumnos rompieran sus libros y exigieran
que cesaran los exámenes porque les
producen dolor... ¡Sólo se aprende
cuando se termina el curso comple t o!”
(All These Things Shall Give Thee
Experience, 1979, págs. 26–27).
¿Qué aprendemos de las
palabras del élder Maxwell?
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