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a estrella solitaria se sentía triste y sola, anhelando tener amigos como las otras

estrellas. Pero no importaba cuánto intentara acercarse a otras estrellas, siempre


parecía ser rechazada.

Un día, la estrella solitaria escuchó una voz suave que le decía: "No estás sola, estoy
aquí contigo".

La estrella solitaria se sorprendió al oír una voz, pero rápidamente se dio cuenta de
que venía de una pequeña estrella cercana. La pequeña estrella había estado allí
todo el tiempo, pero la estrella solitaria no la había visto antes.

A partir de ese momento, la estrella solitaria y la pequeña estrella se hicieron


grandes amigas. Juntas, compartieron sus historias, sus risas y sus secretos, y ya no
se sintieron solas en el cielo.

Con el tiempo, más estrellas se unieron a ellas, y la estrella solitaria se dio cuenta
de que nunca había estado sola. Había tenido amigos todo el tiempo, solo
necesitaba buscarlos y encontrarlos.

La estrella solitaria se sintió agradecida por la pequeña estrella que la había


ayudado a darse cuenta de la belleza de tener amigos. Juntas, brillaron más
brillantes que todas las otras estrellas, y se convirtieron en un recordatorio de que
la amistad y la compañía siempre están cerca, incluso cuando parecen estar
ocultas.

Desde entonces, la estrella solitaria no se sintió sola nunca más, porque sabía que
tenía amigos en el cielo y en la Tierra que la querían y la apoyaban. Y así, siguió
brillando en el cielo nocturno, recordando que siempre hay luz y compañía en el
mundo, solo hay que buscarla y encontrarla.

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