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com
Editado por:
gerry leisman,
Universidad de Haifa, Israel
Revisado por:
Jill Edith Cadwgan,
hospital de niños evelina londres,
Reino Unido
hina simonnet,
Hôpital Armand Trousseau, Francia
* Correspondencia:
Marie-Victorine Dumuids-Vernet
mvdumuids@gmail.com
Sección de especialidades:
Este artículo fue enviado a
Pediatría General y Pediatría
Cuidados de emergencia,
una sección de la revista
Fronteras en Pediatría
Recibió:16 febrero 2022
Aceptado:30 marzo 2022
Publicado:28 abril 2022
Citación:
Dumuids-Vernet MV, Provasi J,
Anderson DI y Barbu-Roth M
(2022) Efectos de las intervenciones
motrices tempranas en el desarrollo motor
grueso y locomotor de los bebés con riesgo de
retraso motor: una revisión sistemática
Revisar. Frente. pediatra 10:877345.
doi: 10.3389/fped.2022.877345
Fronteras en Pediatría | www.frontiersin.org
REVISIÓN SISTEMÁTICA
publicado: 28 abril 2022
doi: 10.3389/fped.2022.877345
Efectos de las intervenciones motoras
tempranas en el desarrollo motor grueso y
locomotor de los bebés en riesgo de
retraso motor: una revisión sistemática
Marie-Victorine Dumuids-Vernet1*, Joëlle Provasi2, David Ian Anderson3y Marianne
Barbu-Roth1
1Centro Integrativo de Neurociencia y Cognición, UMR 8002 CNRS - Université Paris Cité, París, Francia,2Laboratorio CHArt (Cognición
Humana y Artificial), EPHE-PSL, París, Francia,3Instituto Marian Wright Edelman, Universidad Estatal de San Francisco, San Francisco,
Francia
Apuntar:Examinar sistemáticamente el efecto de las intervenciones motoras tempranas sobre el
desarrollo motor y locomotor en lactantes <1 año de edad con discapacidad del desarrollo motor o en
riesgo de retraso motor.
Métodos:La literatura pertinente desde enero de 2000 hasta septiembre de 2021 se identificó
mediante búsquedas en las bases de datos PubMed, Embase, Cochrane, Pedro y Web of Science. Los
criterios de selección incluyeron intervenciones que comenzaron antes de los 12 meses de edad
corregida. La calidad metodológica se evaluó con los criterios de la AACPDM, la puntuación de Mallen
y la metodología de riesgo de sesgo de Cochrane. El procedimiento de evaluación se realizó utilizando
el protocolo PRISMA (enfoque PICO) y AMSTAR-2. Esta revisión fue registrada previamente en
PROSPERO (CRD42021286445).
Resultados:Diez artículos cumplieron los criterios de inclusión; siete tenían una calidad metodológica de
moderada a fuerte. Las intervenciones incluyeron entrenamiento en pasarela rodante (norte =3),
entrenamiento de gateo (norte =1), “tiempo boca abajo” (norte =1), fisioterapia con programa de desarrollo
neonatal (norte =1) o método Bobath (norte =1), entrenamiento en cinta rodante combinado con
movimientos activos de piernas (norte =2) o fisioterapia Bobath (norte =1). Las tres características clave de las
intervenciones efectivas que surgieron de la revisión fueron: (1) la discapacidad o el riesgo de retraso de los
lactantes estaba bien definido; (2) el protocolo estaba estandarizado y era fácil de replicar; (3) se requería que
los bebés hicieran movimientos activos.
Conclusión:Existe una necesidad urgente de estudios adicionales de alta calidad sobre los efectos de las
intervenciones motoras tempranas en el desarrollo motor grueso y locomotor de los lactantes con una
variedad de discapacidades o riesgos de retraso. Se esbozan sugerencias para futuras investigaciones.
Palabras clave: infante, motor, locomotor, intervenciones tempranas, retraso motor
“QUÉ AÑADE ESTE PAPEL”
• Existen pocos estudios de intervención motora temprana.
• La mayoría de los estudios seleccionados tienen una calidad metodológica de moderada a fuerte.
• Las intervenciones fueron más efectivas cuando el riesgo de retraso o discapacidad de los lactantes estaba bien definido.
• Las intervenciones fueron más efectivas cuando se estandarizó el protocolo.
1 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
Dumuids-Vernet et al.
• Las intervenciones fueron más efectivas cuando se requería que los lactantes
realizaran movimientos activos.
INTRODUCCIÓN
El movimiento juega un papel fundamental en la vida humana y ha
dado forma a la evolución humana. Los seres humanos se mueven para
nutrirse y cuidarse a sí mismos, perseguir presas, escapar de los
depredadores, buscar y construir refugio, comunicarse, procrear y
explorar y transformar el mundo que los rodea. La vida humana sería
inimaginable, y probablemente imposible, sin la capacidad de moverse
de forma independiente o de ser movida por otra persona. Debido a su
centralidad en la vida humana, el movimiento juega un papel profundo
en el crecimiento y desarrollo humano. Esculpe el cuerpo y el cerebro y
proporciona a los médicos una ventana accesible a la integridad del
sistema nervioso en desarrollo. Además, permite que el niño se
transforme en un adulto que se comprende a sí mismo y su lugar en el
mundo.
Las enfermedades, discapacidades, accidentes o lesiones que comprometen la
capacidad de un bebé para moverse o aprender nuevos movimientos tienen
enormes consecuencias para la futura calidad de vida del bebé. Una capacidad
comprometida para moverse puede comprometer todos los aspectos del
desarrollo y el funcionamiento humano, lo que lleva a una vida de potencial no
realizado (1). En consecuencia, los investigadores y los médicos han defendido
enérgicamente la prestación de servicios y apoyos a los bebés que nacen con
riesgo de desarrollo motor retrasado o interrumpido. El consenso predominante
es que los bebés con riesgo de retraso en el desarrollo deben recibir algún tipo de
intervención lo antes posible en la vida [ver Morgan et al., para una revisión
sistemática (2)]. La intervención temprana aprovecha la mayor plasticidad del
cuerpo, así como del sistema nervioso central y periférico que caracteriza el
desarrollo temprano, maximizando así el beneficio potencial de una intervención (
3). Incluso los bebés sin discapacidades o con riesgo de retraso en el desarrollo
pueden beneficiarse del entrenamiento temprano de las habilidades motoras. Por
ejemplo, el entrenamiento diario para dar el paso desde el nacimiento favorece la
adquisición más temprana de la marcha (4,5), el entrenamiento temprano para
ponerse de pie promueve capacidades más tempranas para mantener una postura
vertical (6) y entrenar el control de la cabeza da como resultado una regulación
significativamente más temprana de la postura de la cabeza (7).
A pesar del consenso predominante en torno a la necesidad de una
intervención temprana para los bebés con riesgo de retraso en el
desarrollo, la evidencia que respalda la eficacia de las intervenciones
tempranas es equívoca, aunque cada vez es más fuerte. Gran parte de
la evidencia se ha obtenido de estudios de bebés y niños pequeños con,
o en riesgo de, parálisis cerebral (PC), la discapacidad física infantil más
común. La debilidad en la base de evidencia se puede atribuir a varios
factores, incluidas las dificultades asociadas con el diagnóstico de PC
temprano en la vida (8, 9) y altos grados de heterogeneidad en las
muestras de participantes (particularmente en términos de edad y nivel
de discapacidad), las características de las intervenciones utilizadas, las
habilidades a las que se dirige la intervención y las medidas utilizadas
para evaluar esas habilidades. Sin embargo, los investigadores y los
médicos han publicado recientemente pautas de intervención para
promover las mejores prácticas en entornos de rehabilitación clínica
pediátrica en función de la evidencia disponible (2,10).
La revisión sistemática actual se centra en la evidencia de la efectividad
de las intervenciones terapéuticas motoras iniciadas durante
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Intervenciones motoras tempranas
el primer año de vida en el desarrollo motor grueso y locomotor
infantil. A diferencia de las revisiones anteriores, que no
impusieron restricciones de edad a las personas objetivo de la
intervención o limitaron el rango de edad a los niños menores de 2
años, limitamos nuestra revisión a las intervenciones que
comienzan durante el primer año de vida para poder centrarnos en
el desarrollo de las habilidades motoras gruesas y locomotoras que
juegan un papel tan vital en el desarrollo posterior de las
habilidades motoras, de comunicación y psicológicas. El desarrollo
motor grueso incluye la adquisición del control de la cabeza, rodar,
sentarse, ponerse de pie y todas las habilidades que requieren la
capacidad de mantener el equilibrio a través del desarrollo del
control postural y moverse de un lugar a otro. El control postural es
vital para el posterior desarrollo de habilidades porque le permite
al niño mantener el equilibrio y una orientación particular hacia el
entorno. Manipular el entorno es extremadamente difícil sin la
capacidad de mantener el equilibrio y la orientación hacia él.
Además, el control postural sirve como sustrato para la expresión y
el desarrollo de toda actividad hábil, ya sea que esa actividad se
realice desde una base estática de apoyo. o una base de apoyo
dinámicamente cambiante.
Las dos habilidades locomotoras que juegan un papel
particularmente importante en el desarrollo posterior son gatear y
caminar. Ambas habilidades no solo son necesarias para la
independencia funcional, sino que ambas han estado implicadas en
el desarrollo cerebral y psicológico.11–13). Los investigadores han
documentado una reorganización dramática del funcionamiento
psicológico luego de la adquisición del gateo, caracterizada por
cambios en el acoplamiento perceptivo-motor.14,15), cognición
espacial (15), la memoria y el funcionamiento social y emocional (11
), y han postulado que una reorganización igualmente dramática
puede seguir a la adquisición de la marcha (12,dieciséis,17), incluso
en el dominio del lenguaje (18,19). El efecto omnipresente de la
experiencia locomotora en el desarrollo de un niño es una de las
principales razones por las que la habilidad locomotora suele ser el
objetivo principal de la intervención terapéutica para niños con
riesgo de retraso en el desarrollo.
Otra característica que distingue la revisión actual de las
revisiones anteriores es la decisión de ampliar el enfoque a
los bebés con discapacidades distintas de la parálisis
cerebral o el riesgo de parálisis cerebral. Los estudios de
bebés con discapacidades que se sabe que retrasan o
impiden la adquisición de movilidad independiente, como el
síndrome de Down o el mielomeningocele, por ejemplo,
pueden proporcionar información importante sobre la
eficacia potencial de las intervenciones locomotoras para
bebés con una variedad de discapacidades o retrasos en el
desarrollo. La importancia de las intervenciones
multidisciplinarias es bien reconocida, su eficacia es difícil
de probar en ensayos clínicos. En consecuencia, es
importante estudiar el impacto de intervenciones motoras
más enfocadas para establecer un vínculo causal con el
desarrollo locomotor y motor grueso. .
2 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
Dumuids-Vernet et al.
MÉTODOS
Esta revisión sistemática se centra en estudios que describen
intervenciones diseñadas para estimular el desarrollo motor
grueso y/o locomotor durante el primer año de vida en lactantes
con una discapacidad del desarrollo o en riesgo de retraso motor.
Para ser incluidos en esta revisión, los estudios debían informar una
intervención de entrenamiento que comenzara antes de que los lactantes
cumplieran 1 año de edad (1 año de edad corregida para los lactantes
prematuros). Las intervenciones locomotoras podrían incluir aquellas
centradas en las cuatro extremidades, así como aquellas en las que las
piernas se pueden mover de forma independiente, como al principio patear,
nadar, gatear y dar pasos. Se excluyeron los estudios centrados
exclusivamente en los miembros superiores. Las intervenciones de
motricidad gruesa podrían incluir estudios centrados en técnicas diseñadas
para estimular el desarrollo motor grueso general como Bobath, Habit-il,
Tummy time, etc., siempre que estas técnicas no se combinaran con la
estimulación de dominios de funcionamiento distintos del dominio motor.
Por tanto, se excluyeron las intervenciones multidisciplinares que añadieran
cirugía, medicación, interacción con los padres, logopedia, etc. Tenga en
cuenta que, a excepción de los estudios centrados en la locomoción, se
excluyeron los estudios centrados solo en una habilidad motora específica,
como el control de la cabeza, sentarse, pararse, ya que buscamos prácticas
que estimularan las habilidades locomotoras o motoras gruesas generales.
También se excluyeron los estudios de casos.
Como nuestro propósito era comparar los métodos utilizados en los
diferentes protocolos de entrenamiento, nuestra búsqueda bibliográfica se
limitó al período comprendido entre enero de 2000 y septiembre de 2021. Se
eligió enero de 2000 como fecha de inicio de la revisión por dos motivos:
artículos publicados antes de esta fecha a menudo son difíciles de encontrar
y los estándares de protocolo han evolucionado, lo que hace que la
comparación de protocolos sea un desafío. Nuestra estrategia para la
revisión fue usar cuatro palabras clave:Infantes YMotorYCapacitaciónY
Terapia.A pesar de buscar estrategias de entrenamiento enfocadas en el
desarrollo motor grueso y/o locomotor, decidimos mantener la palabra clave
más general Motor. Esta estrategia nos permitió evaluar si la función motora
estimulada en cada estudio cumplía con nuestros criterios de selección. Las
bases de datos electrónicas utilizadas en la revisión fueron PubMed, Embase,
PEDRO, Cochrane y WEB of Science. También examinamos las secciones de
referencia de las revisiones sistemáticas para asegurarnos de no perder
ningún artículo, pero ninguno se incluyó en nuestra revisión sistemática
porque se publicó antes de 2000 o no cumplió con nuestros criterios.
Finalmente, para evitar repeticiones, seleccionamos solo artículos
originales y no artículos posteriores que ampliaron los originales con
resultados complementarios pero usaron la misma cohorte y protocolo
(ver los detalles enApéndice S2y en la sección de resultados).Figura 1
resume el protocolo de investigación y Apéndice S1proporciona
detalles sobre los criterios de inclusión y exclusión. La calidad
metodológica se evaluó mediante un procedimiento de tres pasos
(declaración Prisma-P con enfoque PICO; véase Apéndice S1para el
procedimiento yApéndice S2para obtener resultados) con referencia al
protocolo AMSTAR-2 (verApéndice S3). Primero, evaluamos la
metodología del estudio contra los criterios de la Academy for Cerebral
Palsy and Developmental Medicine (AACPDM) (20), incluido el nivel de
evidencia según Sackett et al. (21). Luego determinamos una
puntuación de Mallen (22) y finalmente usamos
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Intervenciones motoras tempranas
la Evaluación Cochrane de Riesgo de Sesgo (23). La preinscripción se
completó en la base de datos de Prospero (CRD42021286445).
RESULTADOS
Selección de estudios y calidad
metodológica
Figura 1muestra los artículos que fueron seleccionados para su
evaluación. Las búsquedas en bases de datos electrónicas identificaron
1.235 artículos: 746 de PubMed, 223 de Embase, 30 de PEDRO, 98 de
Cochrane y 138 de WEB of science. Las comprobaciones de duplicados
excluyeron 171 artículos y los 958 restantes se examinaron en función
de los títulos y resúmenes. Se evaluó la metodología de los 106 artículos
restantes.
Se excluyeron 90 artículos por no cumplir con los criterios de
inclusión. Se analizaron los 16 artículos restantes. Informaron sobre 10
estudios independientes. Seis publicaciones adicionales (24–29)
corresponden a análisis complementarios de cuatro de los 10
seleccionados (30–33). En consecuencia, estas seis publicaciones no se
informan aquí porque utilizaron las mismas cohortes y protocolos que
los estudios que ya estaban incluidos. No obstante, se proporciona un
breve informe de sus principales resultados en la sección de resultados:
descripción de cada estudio.
El procedimiento de tres pasos reveló una alta heterogeneidad
en la calidad metodológica de los 10 estudios. Entre ellos, siete
estudios tuvieron una calidad metodológica moderada o fuerte
según los criterios de la AACPDM (tabla 1). Las puntuaciones de
Mallen (22) y evaluación Cochrane de riesgo de sesgo (23) se
detallan en Tabla complementaria S1,Tabla 2yApéndice S2.
Contenido general
Características generales de los estudios
El análisis de los artículos se basa en el tipo de protocolo. Los protocolos y
los resultados de los 10 estudios se resumen enTabla 3y se proporciona un
resumen de cada artículo en la sección de resultados “Descripción de cada
estudio.”En total, los 10 estudios combinados evaluaron el efecto de las
intervenciones en 219 lactantes (grupos entrenadosnorte =129; grupos de
controlnorte =90). El tamaño de los grupos varió de 5 a 34 en los grupos
entrenados (mediananorte =15), y de 6 a 38 en los grupos control (mediana
norte =9). Cameron et al. (38) el estudio contribuyó con la mayoría de los
lactantes a la revisión, a saber, el 32,9% de todos los lactantes.
Características del bebé
Tres estudios incluyeron lactantes con daño cerebral, incluida lesión
cerebral periventricular y hemorragia intraventricular Hiv (30), parálisis
cerebral (PC) unilateral o bilateral (39) o alta sospecha de PC por
puntuación anormal en la escala TIMP (31). Tres estudios incluyeron
lactantes con síndrome de down (32,33,37). Dos estudios incluyeron
recién nacidos prematuros (34,38). Un estudio incluyó lactantes
diagnosticados con mielomeningocele (35) y un estudio incluyó
lactantes con una combinación de criterios de inclusión (36). Cuatro
estudios incluyeron la evaluación de requisitos previos del estado de
desarrollo del bebé antes del inicio de la intervención: capacidad para
sentarse durante 30 s (32,33), habilidad para producir 10 pasos en una
caminadora (34) y control de la cabeza (36).
3 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
Dumuids-Vernet et al.
FIGURA 1 |Estrategia de búsqueda y filtrado de artículos.
Características del Entrenamiento
La edad media de inicio fue de 5,6 meses (DE 3,7 meses) y la edad
media de finalización fue de 13,8 meses (DE 6,2 meses). Tres de los 10
estudios utilizaron exclusivamente una cinta rodante con fines de
entrenamiento (32–34). Otras tres intervenciones combinaron el
entrenamiento en cinta rodante con otros movimientos activos de las
piernas, como dar pasos, patear o rebotar (30,35) o fisioterapia basada
en los principios de Bobath (36). Una intervención se basó en
movimientos de gateo con un dispositivo de apoyo (31). Una
intervención se basó en un enfoque de "tiempo boca abajo" (37).
Finalmente, dos estudios utilizaron exclusivamente fisioterapia
temprana: ya sea un programa de desarrollo neonatal (38) o fisioterapia
basada en el enfoque Bobath (39). En seis estudios, los padres
proporcionaron la intervención (30,32–35,37). En dos estudios, un
fisioterapeuta proporcionó la intervención (36,39) y para un estudio
más, los fisioterapeutas proporcionaron la intervención, pero los padres
también participaron activamente en el programa de desarrollo
neonatal mediante la incorporación de actividades del programa
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Intervenciones motoras tempranas
en la vida diaria (38). Un estudio no especificó quién proporcionó la
intervención (31).
Resultados de los estudios
Nueve de los diez estudios evaluaron el desarrollo motor con una escala de
desarrollo publicada como resultado de la intervención (30,32–39). El último
se centró en el análisis 3D del movimiento con un Esquema de codificación
de observación de movimiento (MOCS), una escala desarrollada por los
autores (40). Un estudio usó además de la escala de desarrollo, la escala de
Ashworth para evaluar el tono muscular y la espasticidad (34). Los diez
estudios evaluaron los resultados inmediatamente después del final de la
intervención y ocho estudios también evaluaron los efectos a largo plazo de
la intervención después de 12 meses de edad corregida (30,32–37,39). Con
respecto a la escala de desarrollo utilizada, cuatro estudios utilizaron
exclusivamente las Escalas de Desarrollo Infantil II o III de Bayley (32,33,35,
37) y dos utilizaron exclusivamente la escala motora infantil de Alberta (36,38
). Tres mezclaron su enfoque: Angulo-Barrosso et al. usó bayley,
4 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
 CUADRO 1 |Estudios incluidos en la revisión, evaluación de la metodología según la Academia Americana de Parálisis Cerebral y Medicina del Desarrollo (AACPDM)a.

Estudiar Diseño de la investigación Nivel de evidenciab Preguntas de conducta de la AACPDMC Puntuaciones de calidad Resumen de calidad

1d 2d 3 4d 5 6d 7d Dumuids-Vernet et al.

Ulrich et al. (32) Ulrich et al. ECA Yo Sí No Sí No Sí No Sí 4 Moderado

(33) Angulo-Barrosso et al. RT Yo Sí Sí Sí No Sí Sí Sí 6 Fuerte

(34) Campbell et al. (30) Lee ECA Yo Sí Sí Sí No Sí Sí Sí 6 Fuerte
y Sansón (35) Schlittler et CCT Yo Sí No No Sí No Sí Sí 4 Moderado

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al. (36) Kolobe y Fagg (31) estudio de cohorte V Sí No Sí No No Sí No 3 Débil
Wentz (37) CCT Yo Sí No No No Sí No No 2 Débil
estudio de cohorte V Sí No Sí Sí Sí No No 4 Moderado

CCT Yo Sí Sí Sí No Sí Sí No 5 Moderado

Cameron et al. (38) ECA Yo Sí No No Sí Sí Sí Sí 5 Fuerte

Ustad et al. (39) estudio de cohorte V Sí No No Sí No No No 2 Débil

El orden de presentación de los artículos se realizó de acuerdo al tipo de capacitación.

aCriterios para la evaluación de la calidad metodológica según la AACPDM (revisión 1.2) 28 con ajustes para el estudio actual en cursiva.
bNivel de evidencia de Sackett et al. (21).
CPreguntas de conducta de la AACPDM:

1: ¿Se describieron y siguieron bien los criterios de inclusión y exclusión de la población de estudio? Tanto los criterios de inclusión como los de exclusión deben cumplirse para calificar "sí".
2: ¿Se describieron bien la intervención y la condición de comparación y se cumplió con la asignación de la intervención? Se deben cumplir ambas partes de la pregunta para calificar "sí". La adherencia a la intervención implica que la adherencia se evalúe de
forma sistemática (cuestionario, video) y que se alcance >65% de la intervención planificada. El límite del 65% de adhesión fue arbitrario y basado en el sentido común; significaba que se habían logrado alrededor de dos tercios de la intervención.

5
3: ¿Las medidas utilizadas fueron claramente descritas, válidas y confiables para medir los resultados de interés?
4: ¿El evaluador de resultados desconocía el estado de intervención de los participantes (es decir, se describió explícitamente que los evaluadores estaban enmascarados)?
5: ¿Los autores realizaron e informaron una evaluación estadística adecuada: es decir, realizaron estadísticas adecuadas e incluyeron un cálculo de poder (este último no necesitaba dar como resultado la demostración de tamaños de grupo que permitieran un poder adecuado)? Se
deben cumplir ambas partes de la pregunta para calificar "sí".
6: ¿Se informaron abandonos/pérdidas durante el seguimiento después del inicio de la intervención y <20%? Para los diseños de dos grupos, ¿se equilibró la deserción? Tenga en cuenta que las deserciones por muerte se excluyen del cálculo de deserción.
7: Teniendo en cuenta el potencial dentro del diseño del estudio, ¿se utilizaron métodos apropiados para controlar las variables de confusión y limitar los posibles sesgos? A los estudios con grupos con n<10 al final de la intervención, ya sea porque comenzaron con grupos pequeños
o porque la deserción resultó en grupos con menos de 10 participantes, se les asigna "no", ya que el número pequeño impide las estadísticas multivariables para controlar los factores de confusión. La calidad metodológica se juzga, de acuerdo con los criterios de la AACPDM, como
fuerte (puntuación de "sí" en seis preguntas), moderada (puntuación de 4 o 5) o débil (puntuación de "3").dCriterios que abordan el riesgo de sesgo dentro de los estudios. ECA, ensayo controlado aleatorio.

abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345

Intervenciones motoras tempranas
Dumuids-Vernet et al. Intervenciones motoras tempranas

GMFM y la escala de Ashworth (34); Campbell et al. utilizó AIMS

y GMFCS (30); Ustad et al. usado GMFM 66 y 88 (39).
Ustad et al.

Descripción de cada estudio

Bajo

Bajo
Alto
Alto

Alto

Alto
NF*
(39)

Tipo, frecuencia, duración y efecto de la intervención

temprana
Ulrich et al. (32) estudiaron el efecto de una intervención de
et al. (38)
cameron

entrenamiento en cinta rodante sobre la aparición y la calidad de la

Bajo

Bajo
Bajo

Bajo

Bajo
Alto
NF*

marcha en 30 lactantes con síndrome de down. El requisito para

entrar en el estudio era poder sentarse durante 30 s (Ítem 62 BSID
II; edad media 10 meses, SD = 2 meses). Los lactantes se asignaron
Wentz (37)

al azar a un grupo experimental que recibió una intervención en

Bajo

Bajo
Alto

Alto

Alto

Alto
NF*

cinta rodante o a un grupo de control sin intervención en cinta

rodante. Ambos grupos también tenían fisioterapia tradicional. El
entrenamiento en cinta rodante (velocidad de la cinta 0,2 m/s) se
marica (31)

realizó 5 días a la semana, durante 8 min al día, en casa hasta la

Kólobe y

adquisición de la marcha. Se capacitó a los padres para que

Bajo

Bajo

Bajo
Bajo
Alto

Alto

Alto

ayudaran a sus bebés en las cintas de correr y completaron un libro

de registro que los investigadores revisaron durante sus visitas
Determinado sobre la base de la información en los artículos. La falta de información ha sido designada como "No encontrada" ("NF*"). Vertabla 1para informacion adicional.

quincenales. El resultado principal del estudio fue la aparición más

et al. (36)
Schlittler

temprana de marcha independiente, definida como 3 pasos

Alto

Alto
Alto

Alto

Alto
Alto
NF*

independientes (elemento 62 BSID II y elemento 42 BSID III), p =

0,02).
Ulrich et al. (33) exploraron los efectos de diferentes niveles de
Sansón (35)

intensidad del entrenamiento en cinta rodante en bebés con síndrome de

down. ¡Los padres fueron capacitados para apoyar a su bebé en la
Bajo
lee y

Alto
Alto

Alto

Alto
Alto

NF*

caminadora y el personal! los miembros venían cada dos semanas para

supervisar el entrenamiento. El criterio para comenzar a entrenar fue la
“capacidad de dar un mínimo de seis pasos apoyados en un minuto dado en
la cinta de correr”. Los bebés fueron asignados al azar a uno de dos grupos:
campbell
et al. (30)

Intensidad baja (LG, norte =1 4; 9.65±1,61 meses de edad corregida) o

Bajo

Bajo

Bajo
Bajo

Bajo
Alto
NF*

entrenamiento de alta intensidad (HI,norte =dieciséis; 10.40±2,14 meses de

edad corregida). El grupo de baja intensidad recibió entrenamiento en cinta
rodante a una velocidad de cinta fija de 0,15 m/s. El grupo de alta intensidad
et al. (34)
Barrosso
Angulo-

recibió entrenamiento en cinta rodante a una velocidad creciente de la cinta

Bajo
Bajo

Bajo

Bajo
Alto

Alto

Alto

de 0,15 a 0,30 m/s. También se agregaron pesas en los tobillos durante el

entrenamiento HI. El entrenamiento continuó hasta que los bebés pudieran
caminar tres pasos independientes. Los resultados revelaron que los bebés
Ulrich et al.

asignados al entrenamiento HI adquirieron dos hitos motores antes: “avanza

Bajo
Bajo

Bajo

Bajo
Alto

Alto

usando métodos previos a caminar” (punto 43 BSID II) y “se levanta hasta
NF*
(33)

ponerse de pie” (artículo 52 BSID II). No se encontró efecto significativo por

análisis directo del ítem 62 “camina solo” (edad media corregida 19,23±2,80
Ulrich et al.

para el grupo HI; 21.36±4,72 para el grupo LI), pero un análisis de

componentes parciales de los ocho hitos motores implicados en el desarrollo
Bajo
Bajo

Bajo
Alto

Alto

Alto
NF*
(32)

locomotor sugirió un efecto positivo a favor del entrenamiento de alta

CUADRO 2 |Evaluación Cochrane del riesgo de sesgo.

intensidad (p =0,04).
participantes y personal
Ocultamiento de asignación

Otras fuentes de sesgo

Los puntos fuertes de estos dos estudios incluyeron la homogeneidad de los

Cegamiento del resultado

resultado incompleto

Informes selectivos
Secuencia aleatoria

grupos, los protocolos estandarizados con sesiones de entrenamiento de alta

Cegamiento de

frecuencia, los criterios específicos para iniciar y finalizar las intervenciones y los
evaluación
generación

resultados directamente relacionados con el entrenamiento (rendimiento de pasos

y edad media de marcha). Además, las descripciones claras de los protocolos y los
datos

resultados permiten la replicación de los estudios. El estudio de Ulrich et al.

Criterios de riesgo de sesgo

proporcionó un grupo de referencia de control para el desarrollo de la marcha en

niños con síndrome de down. Ulrich et al. Luego, estableció una nueva cohorte
Sesgo de informe
Sesgo de detección
Sesgo de selección

sesgo de deserción

Otro sesgo

entrenada, dividida en grupos de baja intensidad generalizada (LG) y alta

Actuación

intensidad individualizada (HI), lo que llevó a la publicación en 2008. Una variedad

inclinación

Fronteras en Pediatría | www.frontiersin.org 6 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345

 Dumuids-Vernet et al.
CUADRO 3 |Estudio de intervención: características del protocolo de entrenamiento (abreviatura “NF” significa que no se encontró información en el informe de investigación).

Autores Población Control Edad de inicio Capacitación fin de edad Tipo de persona en Frecuencia de Ciego Evaluación Cumplimiento Principal

grupo capacitación duración hacer un seguimiento capacitación cargo de capacitación asesor evaluación resultado
capacitación

Ulrich et al. Abajo Sí 10 meses 10 meses (6 19,9 meses Rueda de andar Padres 5 días por no ciego BSID II Libro de registro artículo 62

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(32) síndrome meses y semana, 8 minutos BSID MAW
26,5 días)
Ulrich et al. Abajo Sí 9.65–10.40 9,58 meses 19,23 meses Rueda de andar Padres 5 días por no ciego BSID II Calibre en el BSID II
(33) síndrome meses // 11.71 (2.80) // semana, 8 minutos lado de la caminadora FAUCES

meses 21,36 (4,72) paso a paso

Angulo- prematuro Sí 8.3–12.7 6,1 meses 15,1 (3,0) Rueda de andar Padres 5 días por no ciego BSID II Calibre en el FAUCES

Barrosso et al. meses semana, 8 minutos GMFM lado de la caminadora

(34) Escala Ashworth

Campbell et al. peri- Sí 2 meses 10 meses 12 meses Rueda de andar Padres 5 días por Ciego OBJETIVOS registro diario OBJETIVOS

(30) ventricular California pisando semana, 8 minutos GMFCS ejercicios GMFCS

daño cerebral pateando

lee y mielo- No 0–6 meses 12 meses 14 meses Rueda de andar Padres 5 días por Ciego BSID II Calibre en el EMG BSID
Sansón (35) meningocel pisando semana, 10 minutos lado de la caminadora FAUCES

7
rebote paso a paso

Schlittler et al. en riesgo de Sí 6 meses 7 meses 12,8 meses Rueda de andar Fisioterapeuta Dos veces a la semana Ciego OBJETIVOS NF FAUCES

(36) NMD Fisioterapia OBJETIVOS

(Residencia en

Bobath
principios)

Kólobe y Riesgo de PC Sí 4,5–6 meses 3 meses 7,5–9 meses gateando NF Dos veces a la semana Ciego análisis 3D de Filmado con una videocámara MOCS
marica (31) movimienot

Wentz (37) Abajo Sí 0–5 meses 12 meses 10 meses Tiempo boca abajo Padres Diario 90min Ciego BSIDIII Registro de diario BSIDIII
síndrome capacitación capacitación

Cameron et al. prematuro ( Sí Nacimiento 6,5 meses 4 meses CA Fisioterapia Fisioterapeuta Días de semana Ciego OBJETIVOS De los padres OBJETIVOS

38) (neonatal con padres cuestionario

de desarrollo activamente involucrado

intervención)

Ustad et al. Cerebro No 5–9 meses 10 meses 15 meses 3 Fisioterapia Fisioterapeuta ABAB no ciego GMFM 66 NF GMFM 88
(39) dañado semanas a 19 (Residencia en estructura de 4 GMFM 88 GMFM 66
meses CA Bobath semanas

principios)

El orden de presentación de los artículos se realizó de acuerdo al tipo de capacitación.

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Intervenciones motoras tempranas
Dumuids-Vernet et al.
de las variables dependientes recopiladas de ambas cohortes dieron lugar a cinco
publicaciones posteriores, que no se informan en detalle aquí para evitar
repeticiones, pero cuyos hallazgos mostraron claramente mejores efectos
positivos del entrenamiento individualizado de alta intensidad en cinta rodante
sobre diferentes resultados, incluso de varios meses a 1. -año post-entrenamiento.
Este efecto beneficioso a largo plazo del entrenamiento HI se informó no solo en
los parámetros de la marcha, incluidos la longitud del paso, la cadencia de la
marcha, la fase de postura y la cinemática articular, sino también en otros
parámetros con sujetos entrenados en HI que mostraron mejores estrategias para
evitar obstáculos y una mejor tasa de actividad física. según lo medido por un
actiwatch1.
Una fortaleza adicional de Ulrich et al. (33) estudio fue la individualización
del entrenamiento en casa. Es probable que los aumentos personalizados
individualmente en la velocidad de la cinta de correr induzcan un mejor
rendimiento para cada niño. En cuanto a las limitaciones, en Ulrich et al. (32)
los evaluadores no estaban cegados y la fisioterapia no se controló entre los
grupos. Tanto para Ulrich et al. (32) y (33), los datos de entrenamiento se
informaron pero no se analizaron para validar la frecuencia y la duración del
entrenamiento efectivo [libro de registro en Ulrich et al. (32) y datos del
medidor de cinta rodante en Ulrich et al. (33)]. Angulo-Barroso et al. (34)
replicó Ulrich et al. (32) protocolo con un grupo de 28 bebés prematuros
con riesgo moderado de retraso en el desarrollo. Los criterios de inclusión
fueron: (1) hipo/hipertonía moderada o retraso en el desarrollo cuando los
examinó un pediatra; y (2) edad corregida entre 6 y 13 meses, ya que 6
meses se consideró la edad mínima para producir 10 pasos en la cinta
rodante (ver más abajo) y 13 meses la edad máxima para garantizar una
duración mínima de entrenamiento en cinta rodante. Los bebés fueron
asignados aleatoriamente a un grupo experimental (norte =15; edad
corregida entre 8,3 y 12,7) o un grupo de control (norte =13; edad corregida
entre 6,3 y 11,0 meses). Al ingreso al estudio, los grupos eran homogéneos
excepto en la escala modificada de Ashworth. Debido a que los bebés del
grupo de control tenían una puntuación de espasticidad más alta, la
puntuación de Ashworth se incluyó como covariable en los análisis.
El entrenamiento en cinta rodante se realizó 5 días a la semana, durante 8 min al día,
en casa hasta la adquisición de la marcha (velocidad de la cinta 0,2 m/s). Se capacitó a los
padres para que apoyaran a sus bebés en las cintas de correr y un pequeño indicador
colocado en el lateral de la cinta de correr registraba los minutos de uso de la misma. Los
resultados principales fueron la edad de inicio de la marcha (no definida operativamente),
la puntuación BSID, la puntuación GMFM, la puntuación Ashworth y la calidad de los
pasos en la cinta rodante. Para el último resultado, dos experimentadores visitaron a las
familias mensualmente y registraron cinco pruebas de 1 minuto en la cinta rodante.
No se encontraron diferencias entre los grupos para el inicio de la
marcha (experimental = 15,1 meses, control = 14,6 meses), BSID II o
GMFM. Sin embargo, con respecto a la calidad del paso, el grupo
experimental tuvo una mayor tasa de paso alternado que el grupo de
control a los 13 y 15 meses de edad corregida, características más
maduras del paso. Una de las principales fortalezas de este estudio fue
el protocolo altamente reproducible que utilizó y la descripción clara de
sus mediciones y resultados. Sin embargo, el estudio tuvo varias
limitaciones. Primero, el grupo de control mostró una mayor respuesta
espástica medida por la escala modificada de Ashworth. Este
1Por ejemplo, se estudiaron parámetros de la marcha como la longitud del paso (24), sino
también la cadencia de la marcha, la fase de apoyo del ciclo de la marcha y el balanceo del pie (25
); tasa de actividad física (26); estrategias para evitar obstáculos (27); y cinemática conjunta (28).
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La escala no ha sido validada para bebés con riesgo de retraso neuromotor
y, a pesar de controlar la espasticidad con el análisis de covarianza, un efecto
de espasticidad podría pasar desapercibido en el tiempo t, pero aun así
habría influido en el desarrollo posterior de la marcha. La segunda limitación
fue que solo un evaluador ciego completó la evaluación de la cinta rodante.
Otra limitación fue la amplitud de los criterios utilizados para la inclusión. Por
ejemplo, la edad gestacional osciló entre 23,1 y 35,6 semanas. Sin embargo,
el grado de prematuridad induce un alto grado de variabilidad en el
desarrollo motor, así como en la gravedad de las lesiones cerebrales (sin
restricción en el estadio de hemorragia intraventricular). La alta variabilidad
al ingreso al estudio en una muestra pequeña podría haber atenuado los
efectos del entrenamiento. Además, los autores señalaron que el
entrenamiento debería haber comenzado antes para aprovechar los
mayores niveles de plasticidad. Finalmente, el protocolo se basó en el
protocolo utilizado en Ulrich et al. (32) estudiar. Sin embargo, se publicó una
actualización del protocolo en 2008 para aumentar la eficacia de Ulrich et al. (
32) protocolo de entrenamiento. Por ejemplo, Ulrich et al. (33) agregaron
pesas en los tobillos para inducir movimientos de piernas más activos
considerados beneficiosos para el desarrollo motor. Este aspecto esencial
podría haberse adaptado para la formación de los prematuros.
Campbell et al. (30) realizaron un estudio sobre los efectos de los primeros ejercicios de patadas seguidos de entrenamiento en
cinta rodante sobre el desarrollo motor en bebés prematuros con leucomalacia periventricular (PVL) o hemorragia intraventricular
(HIV) tipo 3 o 4 (norte =dieciséis). Construido como un estudio piloto multicéntrico para un ensayo clínico controlado, los bebés fueron
asignados al azar a un grupo de entrenamiento con ejercicios en el hogar a partir de los 2 a 2,5 meses CA hasta los 12 meses CA, que
consistía en entrenamiento de patadas y pasos en cinta rodante (norte =7) o una condición de control sin entrenamiento (n =9). Los
padres estaban a cargo del entrenamiento en casa bajo la supervisión de un fisioterapeuta que los visitaba una vez al mes. Se pidió a
los padres que hicieran que su bebé realizara diferentes ejercicios de patadas 8 min por día/5 días a la semana desde los 2 hasta los 12
meses CA. Se agregaron ejercicios de pasos en cinta rodante a los 4 meses CA hasta los 12 meses CA. Los padres tenían que
suspender al niño sobre una cinta de correr portátil que se movía a una velocidad de 0 a 0,6 m/s (a ser aumentada por el padre de
acuerdo con la capacidad de paso del niño). Los terapeutas realizaron visitas mensuales para controlar, explicar y actualizar los
ejercicios de patadas y pasos en cinta de acuerdo a la edad del infante. La Escala Motora Infantil de Alberta se utilizó para evaluar el
desarrollo motor a los 2, 4, 6, 10 y 12 meses CA utilizando un evaluador cegado. A los 12 meses CA, los lactantes se clasificaron como
normales, retraso o parálisis cerebral por un médico de rehabilitación pediátrica. Para los bebés con parálisis cerebral, un médico
asignó un nivel funcional basado en las categorías del Sistema de Clasificación de la Función Motora Gruesa (GMFCS) para niños antes
del segundo cumpleaños. A los 12 meses CA, el 43 % de los bebés del grupo de ejercicio caminaba solo o con una mano frente al 11 %
de los bebés del grupo de control, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa. Tampoco se encontraron diferencias
significativas en las puntuaciones AIMS. Finalmente, el porcentaje de bebés que desarrollaron PC no fue significativamente diferente
entre el grupo entrenado y el de control. Con respecto al diagnóstico de PC, al 42,8 % de los bebés del grupo de ejercicio se les asignó
un nivel de discapacidad en GMFCS en comparación con el 33,3 % en el grupo de control (ns). A tener en cuenta, la frecuencia de
formación proporcionada por los padres un médico asignó un nivel funcional basado en las categorías del Sistema de Clasificación de
la Función Motora Gruesa (GMFCS) para niños antes del segundo cumpleaños. A los 12 meses CA, el 43 % de los bebés del grupo de
ejercicio caminaba solo o con una mano frente al 11 % de los bebés del grupo de control, pero la diferencia no fue estadísticamente
significativa. Tampoco se encontraron diferencias significativas en las puntuaciones AIMS. Finalmente, el porcentaje de bebés que
desarrollaron PC no fue significativamente diferente entre el grupo entrenado y el de control. Con respecto al diagnóstico de PC, al
42,8 % de los bebés del grupo de ejercicio se les asignó un nivel de discapacidad en GMFCS en comparación con el 33,3 % en el grupo
de control (ns). A tener en cuenta, la frecuencia de formación proporcionada por los padres un médico asignó un nivel funcional
basado en las categorías del Sistema de Clasificación de la Función Motora Gruesa (GMFCS) para niños antes del segundo cumpleaños.
A los 12 meses CA, el 43 % de los bebés del grupo de ejercicio caminaba solo o con una mano frente al 11 % de los bebés del grupo de
control, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa. Tampoco se encontraron diferencias significativas en las puntuaciones
AIMS. Finalmente, el porcentaje de bebés que desarrollaron PC no fue significativamente diferente entre el grupo entrenado y el de
control. Con respecto al diagnóstico de PC, al 42,8 % de los bebés del grupo de ejercicio se les asignó un nivel de discapacidad en
GMFCS en comparación con el 33,3 % en el grupo de control (ns). A tener en cuenta, la frecuencia de formación proporcionada por los
padres El 43 % de los bebés en el grupo de ejercicio caminaron solos o con una mano frente al 11 % de los bebés en el grupo de
control, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa. Tampoco se encontraron diferencias significativas en las puntuaciones
AIMS. Finalmente, el porcentaje de bebés que desarrollaron PC no fue significativamente diferente entre el grupo entrenado y el de
control. Con respecto al diagnóstico de PC, al 42,8 % de los bebés del grupo de ejercicio se les asignó un nivel de discapacidad en GMFCS en comparación con e
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fue inferior a la solicitada y era más probable que fuera 2 o 3 días a
la semana e incluso inferior cuando el lactante tenía entre 6 y 12
meses CA.
El punto fuerte de este artículo es la novedosa combinación de
ejercicios de patadas y cinta rodante que involucran a los padres y que
comienzan desde los 2 meses CA hasta los 12 meses CA. Una limitación
importante fue la heterogeneidad en las lesiones cerebrales entre los
grupos experimental y de control. La lesión cerebral periventricular o
HIV puede afectar el cerebro con diferentes niveles de severidad (lesión
homolateral o bilateral). Debería haberse utilizado una lógica de
emparejamiento basada en la gravedad de la lesión cerebral para
homogeneizar los grupos al inicio de la intervención. El cumplimiento
de los padres fue más bajo de lo esperado y, por lo tanto, también hubo
una limitación y no se proporcionó la duración real del entrenamiento.
Finalmente, se podría haber utilizado una escala de desarrollo más
sensible como TIMP en lugar de AIMS para evaluar los efectos del
entrenamiento motor. ya que se ha encontrado que las normas AIMS
contradicen el diagnóstico médico en varias ocasiones [ver Cameron et
al. (38)] (33). Debemos señalar que una publicación posterior [ver
Campbell et al. (29)] (28), que no se informa en detalle aquí para evitar
repeticiones, analizó el efecto del entrenamiento de patadas solo entre
2 y 4 meses en la misma población entrenada en Campbell et al. (29).
Sin embargo, no se informaron más resultados positivos.
Lee y Sansón (35) realizaron un estudio de viabilidad sobre los
efectos de la práctica temprana en cinta rodante en bebés con
mielomeningocele (MMC). Doce niños fueron reclutados pero dos
fueron excluidos, uno por falta de cumplimiento y otro porque la familia
se mudó. Se incluyeron diez bebés en el análisis final (edad media 2,1±
1,5 meses). El nivel de lesión espinal fue de L3 a L5-S2. Se capacitó a los
padres para administrar la práctica de caminar en la cinta rodante 5
días a la semana, 10 minutos por día durante 12 meses, comenzando
dentro de los 6 meses posteriores al nacimiento. Inicialmente, el
entrenamiento en cinta rodante se combinaba con la práctica de dar
pasos y rebotar en una superficie estacionaria. Después de 4 a 6
semanas de este entrenamiento mixto, los padres tenían que
concentrarse exclusivamente en el entrenamiento en cinta rodante. Se
realizaron evaluaciones periódicas, que incluyeron antropometría y
adquisición de habilidades motoras utilizando el BSID III,
comportamiento de paso en cinta rodante e integridad de las vías
periféricas 1a con electromiografía. Ocho infantes completaron 12
meses consecutivos de entrenamiento y 2 completaron 6 meses de
entrenamiento. Los hitos de la motricidad gruesa parecían estar en los
rangos de los bebés con un desarrollo típico, aunque la marcha surgió
como 2.41). A pesar del bajo cumplimiento del protocolo de
entrenamiento, se observó un aumento en la alternancia de pasos.
Además, el equilibrio entre los músculos cuádriceps, gastrocnemio y
tibial anterior tendió hacia el equilibrio después del entrenamiento y se
observó un aumento significativo en la proporción de respuestas
reflejas del cuádriceps. La fuerza de este estudio fue la combinación de
un protocolo de cinta rodante con evaluación de la escala de desarrollo
de Bayley y electromiografía, lo que demuestra la viabilidad del
entrenamiento temprano en cinta rodante para bebés con MMC. Sin
embargo, no se realizó un análisis estadístico del logro de los hitos
motores y el grupo entrenado en MMC no se comparó con un grupo no
entrenado en MMC y un grupo de control de desarrollo típico. El grupo
experimental no fue homogéneo en términos de término de nacimiento
y edad al
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al inicio del entrenamiento, no se presentaron datos antropométricos y
no hubo evaluador ciego. A pesar de estas limitaciones y el sesgo (cf.
Tabla 2), los resultados de este estudio son positivos al mostrar la
viabilidad de dicho entrenamiento y la mejora de las habilidades
motoras, especialmente el paso en cinta rodante, en esta población de
lactantes MMC.
Schlitter et al. (36) realizó una intervención para bebés con riesgo de
retraso en el desarrollo. La fisioterapia basada en los principios de
Bobath se combinó con el entrenamiento en cinta rodante y se
estudiaron los efectos sobre la adquisición de la marcha y el desarrollo
motor. Se inscribieron quince bebés. Diez bebés con riesgo de retraso
en el desarrollo se dividieron en 2 grupos de cinco bebés: un grupo
experimental (GE; 5,8±0,4 meses de edad corregida) entrenados en
cinta rodante que también recibieron fisioterapia basada en los
principios de Bobath; un grupo de control en riesgo (RCG; 6.1±0,4
meses de edad corregida) recibieron solo fisioterapia basada en el
enfoque de Bobath pero no recibieron entrenamiento en cinta rodante.
Cinco bebés que no estaban en riesgo de retraso en el desarrollo
formaron un grupo de control de desarrollo típico (TCG; 7.4±0,9 edad
corregida), no recibieron intervención en cinta rodante ni fisioterapia.
Los criterios de riesgo de los grupos GE y RCG se definieron según
prematuridad moderada, bajo peso al nacer (<2.500 g), síndrome de
dificultad respiratoria neonatal, restricción del crecimiento intrauterino,
convulsiones neonatales, paro cardiorrespiratorio, ventilación mecánica
prolongada, oxigenoterapia prolongada, nutrición parenteral
prolongada, sufrimiento fetal durante el parto, apnea y hemorragia
intraventricular y periventricular de primer y segundo grado.
El grupo experimental y el grupo de control en riesgo recibieron
la misma cantidad de fisioterapia, por un profesional capacitado en
centros de rehabilitación, al menos dos veces por semana. El grupo
experimental también recibió la intervención en cinta rodante 8min
dos veces por semana, después de la sesión de fisioterapia. Ambos
grupos iniciaron estos tratamientos alrededor de los 6 meses AC,
tan pronto como se adquirió el control de la cabeza. Todos los
bebés fueron seguidos hasta que lograron caminar, con
evaluaciones AIMS mensuales. Los resultados no mostraron
diferencias significativas para la edad de adquisición de la marcha
independiente entre los grupos GE (12,8 meses CA) y RCG (13,8
meses CA) o entre los grupos EG y TCG (12,7 meses). La única
diferencia fue entre los grupos RCG y TCG, con bebés del Grupo de
control en riesgo entrenados con la técnica Bobath caminando a
los 13,8 meses CA,pag < 0,05). El GE mostró un aumento en la
alternancia de pasos en la caminadora entre los 8 a 9 meses de
edad corregida y entre los 9 y 10/11/12 meses CA (pag <0,05). No
se encontraron diferencias significativas en las puntuaciones AIMS.
El punto fuerte de este protocolo fue el intento de combinar una intervención
activa en cinta rodante con fisioterapia pasiva/activa para mejorar el efecto de la
intervención. La principal limitación fue la amplitud de la definición de riesgo, que
puede haber sido demasiado amplia para permitir que se encontraran resultados
significativos en una cohorte tan pequeña. Es posible que los datos de referencia
de desarrollo típico no representen a la población típica dado el pequeño tamaño
de la cohorte y la variabilidad en el desarrollo infantil. En este estudio, para
algunas evaluaciones TCG obtuvo una puntuación por debajo del quincuagésimo
percentil pero muy por encima en la siguiente evaluación. Otras limitaciones
fueron
9 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
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la falta de evaluación del cumplimiento, la falta de datos descriptivos de
las muestras de lactantes, la falta de claridad en la descripción de los
resultados y la cantidad de fisioterapia (número y duración de las
sesiones de fisioterapia). Finalmente, los evaluadores no estaban
cegados y el grupo de control de desarrollo típico no se evaluó a los 6 y
14 meses.
Kolobe y Fagg (31) construyeron un protocolo basado en el refuerzo robótico y el aprendizaje
basado en errores de la locomoción/gateo cuadrúpedo temprano. Compararon el efecto del
entrenamiento del gateo con una estrategia de refuerzo sola o con una estrategia de refuerzo
combinada con una estrategia basada en errores en bebés con o en riesgo de PC (norte =24; TIMP
para evaluación de riesgos). Un grupo de bebés prematuros (norte =6) pero con bajo riesgo de CP
(definido como bebés con desarrollo típico (TD) en este documento) también se comparó
mientras se entrenaba solo con una estrategia de refuerzo con el efecto del entrenamiento en
bebés con desarrollo típico (TD) (norte =6). Todos los lactantes del grupo DT nacieron prematuros,
el 60,8 % de los lactantes con PC en riesgo nacieron prematuros. Las sesiones de entrenamiento
comenzaron entre los 4,5 y los 6,5 meses de edad con el bebé acostado en decúbito prono sobre
un oruga de progresión propensa autoiniciada (SIPPC, por sus siglas en inglés) conectado a un
sistema robótico que permitía al bebé avanzar cuando usaba los movimientos de gateo
apropiados. Cada sesión tuvo una duración de 15min, con 2 descansos de 1min, según la
tolerancia del lactante. Las sesiones ocurrieron dos veces por semana durante 12 semanas en el
hogar o en la guardería. Los movimientos de brazos y piernas se codificaron a ciegas a partir de
grabaciones de video. Se utilizó una subescala 3 del Esquema de codificación de la observación
del movimiento (MOCS) para codificar los movimientos de la cabeza, el tronco, los brazos y las
piernas dirigidos hacia la propulsión prona. Los seis bebés prematuros con desarrollo típico
(grupo TD) y 14 de 24 bebés en riesgo fueron entrenados con un procedimiento de aprendizaje
por refuerzo (R). El resto de los bebés en riesgo (10 bebés) fueron entrenados con un
procedimiento de aprendizaje basado en errores (ER) y refuerzo en el que los gestos/movimientos
apropiados reconocidos como intentos de gateo desencadenaron los desplazamientos
correspondientes del SIPPC. Los autores distinguieron dos resultados primarios: movimientos
locomotores dirigidos a objetivos y la distancia recorrida por el SIPPC. Ambos mejoraron con el
entrenamiento en el grupo TD-R y el grupo RE de bebés en riesgo, pero no en el grupo R de bebés
en riesgo. La fortaleza de este artículo fue el claro hallazgo que destaca la necesidad de combinar
el aprendizaje por refuerzo y el aprendizaje basado en errores para mejorar el gateo en los bebés
con riesgo de PC, mientras que en los bebés prematuros con TD se obtuvo un efecto positivo con
el aprendizaje por refuerzo solo. Las limitaciones incluyeron la falta de un grupo de control de
bebés en riesgo de PC sin entrenamiento y la falta de datos sobre la duración real del
entrenamiento. También hubiera sido interesante probar un grupo de bebés con un desarrollo
típico con aprendizaje por refuerzo y aprendizaje basado en errores (ER). Además, dado que
ninguno de los lactantes con desarrollo típico nació a término, hubiera sido más apropiado
denominar a esta población como de bajo riesgo de PC. Las limitaciones incluyeron la falta de un
grupo de control de bebés en riesgo de PC sin entrenamiento y la falta de datos sobre la duración
real del entrenamiento. También hubiera sido interesante probar un grupo de bebés con un
desarrollo típico con aprendizaje por refuerzo y aprendizaje basado en errores (ER). Además,
dado que ninguno de los lactantes con desarrollo típico nació a término, hubiera sido más
apropiado denominar a esta población como de bajo riesgo de PC. Las limitaciones incluyeron la
falta de un grupo de control de bebés en riesgo de PC sin entrenamiento y la falta de datos sobre
la duración real del entrenamiento. También hubiera sido interesante probar un grupo de bebés
con un desarrollo típico con aprendizaje por refuerzo y aprendizaje basado en errores (ER).
Además, dado que ninguno de los lactantes con desarrollo típico nació a término, hubiera sido
más apropiado denominar a esta población como de bajo riesgo de PC.
Wentz (37) estudiaron los efectos de una intervención temprana "Tummy
Time" en bebés con síndrome de down. Diecinueve bebés fueron reclutados
para ser entrenados y se realizó un estudio retrospectivo para construir un
grupo de control (norte =9; edad media = 64,0±10,52 días). Los grupos de
intervención incluyeron un grupo de inicio temprano (entrenamiento que
comenzó antes de los 3 meses CA,norte =10; edad media = 40,9±
24,48 días) y un grupo de inicio tardío (entrenamiento iniciado entre 3-
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Intervenciones motoras tempranas
y CA de 5 meses;norte =9; edad media = 95,0±19,24 días). Se pidió a los padres que iniciaran la intervención
de tiempo boca abajo todos los días hasta que los bebés pudieran moverse de forma independiente para
sentarse y levantarse. Se entregó a los padres una lista de ejercicios abdominales y pudieron elegir sus
propias actividades para involucrar a sus bebés durante el entrenamiento. Los padres mantuvieron un
registro del entrenamiento diario para evaluar el cumplimiento. El grupo de control probablemente
participó en el tiempo boca abajo, pero los autores postularon que no se proporcionó participación
adicional a los bebés. Se realizaron evaluaciones motoras mensuales utilizando las escalas motoras BSID III
con la puntuación compuesta motora (puntuación motora gruesa y fina) desde el inicio hasta los 12 meses.
Se entregó un cuestionario de salud al grupo entrenado, pero no se recopiló información de salud para el
grupo de control. No se encontraron diferencias antropométricas entre los grupos. Con respecto a la
puntuación compuesta motora, no se encontraron diferencias entre los tres grupos en el mes 1 y no se
encontraron diferencias entre el grupo de inicio tardío y el grupo de control después del mes 1. Pero el
grupo de inicio temprano obtuvo una puntuación significativamente mejor que el control. en los meses 2, 3
y 4. El grupo de inicio temprano obtuvo una puntuación significativamente mejor que el grupo de inicio
tardío en los meses 2 y 3. En general, un inicio temprano de la intervención del tiempo boca abajo tuvo un
mayor efecto sobre el desarrollo motor que un comienzo tardío. Los puntos fuertes de este protocolo
incluyeron la duración de 12 meses de la intervención y el seguimiento con el BSID, así como la simplicidad
del protocolo para los padres, lo que resultó en un alto cumplimiento. En cuanto a la muestra de ejercicios
de tiempo boca abajo, los autores concienciaron a los padres sobre los riesgos de sobreestimular la
hiperextensión de la columna y utilizaron adaptaciones para preservar la curvatura de la columna, por
ejemplo, usando toallas debajo de los brazos para evitar la hiperextensión del cuello en posición prona. Con
respecto a las limitaciones, no se recopilaron datos relacionados con los antecedentes médicos de los
bebés o con la posible fisioterapia realizada por los bebés. Además, no se utilizó un evaluador cegado y no
se recopilaron datos de tiempo boca abajo para el grupo de control. Finalmente, la representatividad de la
muestra es cuestionable porque los autores excluyeron a los bebés que dormían boca abajo. Puede haber
sido mejor incluir a estos bebés, pero asegúrese de que hubiera un número igual en cada grupo. Con
respecto a las limitaciones, no se recopilaron datos relacionados con los antecedentes médicos de los
bebés o con la posible fisioterapia realizada por los bebés. Además, no se utilizó un evaluador cegado y no
se recopilaron datos de tiempo boca abajo para el grupo de control. Finalmente, la representatividad de la
muestra es cuestionable porque los autores excluyeron a los bebés que dormían boca abajo. Puede haber
sido mejor incluir a estos bebés, pero asegúrese de que hubiera un número igual en cada grupo. Con
respecto a las limitaciones, no se recopilaron datos relacionados con los antecedentes médicos de los
bebés o con la posible fisioterapia realizada por los bebés. Además, no se utilizó un evaluador cegado y no
se recopilaron datos de tiempo boca abajo para el grupo de control. Finalmente, la representatividad de la
muestra es cuestionable porque los autores excluyeron a los bebés que dormían boca abajo. Puede haber
sido mejor incluir a estos bebés, pero asegúrese de que hubiera un número igual en cada grupo.
Cameron et al. (38) estudiaron los efectos de unIntervención de
desarrollo neonatalpara bebés muy prematuros, de muy bajo peso
al nacer (MBPN). Setenta y dos bebés nacidos muy prematuros (GA
< 32 semanas) con MBPN (BW < 1500 g) fueron asignados al azar a
un grupo sin tratamiento (NT) (norte =38; AG media = 2 8,7±2.4) o
tratamiento (T) (norte =34; AG media = 29,6±
2.0) grupo. Un grupo de control de bebés de desarrollo típico nacidos a
término (norte =14) también fue reclutado a los 4 meses de edad. El grupo
de tratamiento recibió el entrenamiento de desarrollo desde el nacimiento
hasta los 4 meses CA. La capacitación se brindó 5 días a la semana durante la
estadía neonatal del bebé en el hospital y, posteriormente, según las
necesidades y los problemas hasta la edad corregida de 4 meses. El
entrenamiento se produjo en días laborables con una duración máxima de
10 minutos. El programa de desarrollo neonatal promueve la simetría
musculoesquelética en relación con el eje mediano, la rotación cervical y
lumbar y también la experiencia del movimiento. Fomenta la simetría de la
cabeza mediante el seguimiento visual en ambos lados y el contacto de la
mano con la boca. El fortalecimiento de los flexores de cuello, tronco y
piernas también se incluye tanto como la prevención
10 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
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de contracturas. La terapia estuvo a cargo de fisioterapeutas y
también de los padres, quienes fueron capacitados para reproducir
las técnicas específicas en el día a día. Ya sea que lo administre el
terapeuta o los padres, el programa se adaptó a la edad del bebé y
al progreso del bebé. La clasificación semanal usando la Evaluación
Longitudinal de Bebés Prematuros (LAPI) permitió una frecuencia
fija de intervención del terapeuta después del alta, con sesiones
estructuradas en 40 minutos para evaluación y fisioterapia, y 20
minutos para instrucción de los padres. Se utilizó un cuestionario
para padres para el cumplimiento de los padres y un evaluador
cegado evaluó a todos los bebés con la Escala motora infantil de
Alberta a los 4 meses CA en el hospital. No se reveló ningún efecto
significativo de la fisioterapia sobre el rendimiento motor del grupo
de tratamiento en el AIMS. Pero en el grupo de tratamiento,p =
0,05). Sin embargo, el uso del AIMS es problemático en este
estudio. Teóricamente, la puntuación AIMS está relacionada con la
previsibilidad del desarrollo motor anormal cuando la puntuación
está por debajo del percentil 10. A pesar de esto, en el grupo de
tratamiento prematuro, ningún bebé tuvo un desarrollo motor
anormal a los 4 meses de AC, y en el grupo de bebés prematuros
sin tratamiento, el 16 % de los bebés tuvo un desarrollo motor
anormal en comparación con el 14 % en el grupo de control típico.
Las diferencias entre los tres grupos no alcanzaron significación
(p=0,09). El segundo problema fue la falta de correspondencia
entre las puntuaciones del AIMS a los 4 meses de AC y el desarrollo
de PC: el AIMS detectó cinco lactantes con PC potencial, aunque
solo dos de los cinco recibieron un diagnóstico oficial de PC.
Finalmente, 12 los bebés prematuros fueron diagnosticados
médicamente con parálisis cerebral a los 18 meses de edad
corregida. La fortaleza de este protocolo fue el alto número de
sujetos y la etapa temprana del entrenamiento, comenzando en la
UCIN al nacer, que aprovechó la ventana de mayor plasticidad del
desarrollo. Las limitaciones se referían al uso de AIMS, pero
también al reclutamiento y cumplimiento de los padres. Incluso si
las diferencias no fueran significativas, los grupos entrenado y de
control no fueron homogéneos, con un 53 % del grupo de
tratamiento con un desarrollo cerebral normal en comparación con
un 36 % en el grupo sin tratamiento; y para el grado III/IV/PVL
hubo un 9 % en el grupo de tratamiento frente a un 18 % en el
grupo sin tratamiento. Además, los bebés del grupo experimental
tenían términos significativamente más avanzados y pesos al nacer
más altos que los bebés del grupo de control. Finalmente, el
cumplimiento de los padres fue una limitación, con un 38% de la
muestra mostrando un cumplimiento bajo en el grupo de
tratamiento.
Ustad et al. (39) estudiaron el efecto del entrenamiento en
fisioterapia alternando entre fisioterapia habitual (período A, cantidad
variable de sesiones) o fisioterapia intensiva (período B, sesión diaria)
en cinco bebés de 6 años (media 30,2±6,1 semanas) a 12 meses (media
54,2±6,1 semanas), diagnosticados o con alta probabilidad de tener PC
y clasificados según el GMFCS. Se utilizó un diseño de retiro de un solo
sujeto y múltiples líneas de base (ABABA). La terapia habitual (A) se
definió como sesiones una vez por semana o una vez cada dos
semanas, durante 8 semanas. Las sesiones de fisioterapia intensiva (B)
se definieron como una intervención de 1 hora, 5 días a la semana,
durante 4 semanas. Las sesiones se adaptaron a la resistencia del niño
con duraciones que variaron de 40 a 60 minutos y un máximo de 19
sesiones durante el período (B).
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Intervenciones motoras tempranas
La intervención se diseñó sobre la base de los principios actuales del
enfoque Bobath y de los principios del aprendizaje motor: se establecieron
un total de 3 a 8 objetivos por niño para estimular las áreas funcionales de
locomoción, sedestación y función manual bilateral. Al menos uno de los
padres estuvo presente en cada sesión, las habilidades de carga y manejo se
incorporaron a la intervención. Los niños fueron inicialmente evaluados
usando el GMFM 66 y 88 y luego el mismo GMFM fue evaluado cada cuatro
semanas por un evaluador cegado.
Todos los niños tuvieron mejoras significativas en las puntuaciones de
GMFM desde el período inicial, pero los aumentos en las puntuaciones se
produjeron durante los períodos A y B. En consecuencia, el efecto de la
fisioterapia intensiva frente a la habitual no fue concluyente. Los puntos
fuertes del protocolo incluyeron la adaptación específica de la intervención a
cada bebé con un protocolo terapéutico específico y la alta frecuencia de las
sesiones de terapia durante un período de desarrollo caracterizado por una
alta plasticidad.
El tamaño de la muestra fue pequeño, pero cada sujeto sirvió como
su propio control, lo que puede considerarse una fortaleza,
especialmente porque los protocolos se adaptaron al sujeto. Por lo
tanto, los análisis estadísticos están relacionados con el progreso de
cada sujeto y no hay un grupo de control. Este último punto representa
tanto una fortaleza, porque resuelve la cuestión ética del grupo control
que no recibe la intervención innovadora, como una limitación porque
desde el punto de vista estadístico, reduce el poder de la intervención.
El alto grado de variabilidad en las sesiones de fisioterapia fue otra
limitación. No se proporcionó información sobre la duración real del
entrenamiento (no hay libro de registro ni registro). Para el período A,
las sesiones fueron una vez por semana o una vez cada 2 semanas, sin
duración específica. Para el período B, las sesiones diarias podían durar
de 40 a 60 min, lo que representa una variabilidad de 800 min (13 h)
para los dos periodos de 8 semanas. Además, los autores utilizaron la
prueba GMFM, que se sabe que es insensible para detectar cambios en
intervalos de tiempo pequeños. Aunque es una herramienta
estandarizada, Kolobe et al. (42) tenga en cuenta que debe utilizarse
para exámenes regulares con un intervalo de prueba mínimo de 3
meses para observar el desarrollo motor.
DISCUSIÓN
El propósito de esta revisión fue determinar la efectividad
de las intervenciones terapéuticas motoras iniciadas
durante el primer año de vida sobre el desarrollo motor
grueso o locomotor en lactantes con una variedad de
discapacidades del desarrollo o que estaban en riesgo de
retraso en el desarrollo. La justificación para centrarse en el
desarrollo de las habilidades motoras gruesas y la
locomoción se basó en la contribución central que hacen
estas habilidades al surgimiento y expresión de habilidades
motoras y psicológicas que se desarrollarán más tarde. La
justificación para incluir bebés con una variedad de
discapacidades y factores de riesgo se basó en el deseo de
examinar la solidez de las diversas intervenciones que se
han implementado.
11 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
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Durante un período de 21 años (2000–2021), 10 estudios
independientes cumplieron con los criterios de inclusión (30–34,37,38).
La mayoría de los estudios fueron pequeños ensayos controlados
aleatorios, con una muestra total de 219 lactantes; siete de 10 estudios
fueron diseñados total o parcialmente para promover la adquisición de
la locomoción independiente. Los otros tres estudios fueron diseñados
para estimular un desarrollo motor grueso más general. Solo tres
estudios se consideraron sólidos en términos de calidad metodológica (
33,34,38); los otros fueron calificados como de calidad metodológica
moderada o débil, principalmente porque no utilizaron evaluadores
cegados, tuvieron un cumplimiento bajo con la intervención o no
informaron con suficiente detalle toda la información necesaria para
asegurar la replicación del estudio (vertabla 1). El riesgo de sesgo varió
considerablemente, de bajo a alto. Los criterios de inclusión de los
participantes no siempre estaban bien definidos. A pesar de todas las
limitaciones de los estudios, nuestra revisión revela que las
intervenciones motoras tempranas dirigidas al desarrollo motor grueso
y/o locomotor pueden ser efectivas. Cuatro de los siete estudios
dirigidos principalmente al entrenamiento en caminadora o gateo
mostraron efectos positivos en las habilidades locomotoras/motoras (
31–33,35) y uno (37) de tres intervenciones generales de motricidad
gruesa mostraron efectos positivos en el desarrollo motor. ¿Qué
aspectos de estas diferentes intervenciones podrían explicar por qué
algunas fueron más efectivas que otras?
La comparación de los enfoques de los diferentes estudios
resultó difícil porque había mucha heterogeneidad en las muestras
de población, los protocolos y los resultados evaluados. Este
problema se exacerbó en los estudios que usaron terapia manual
exclusivamente o usaron estrategias mixtas porque era difícil. culto
para determinar el papel exacto que juega el terapeuta vs. el
protocolo. Entre otros desafíos, el terapeuta se debate entre
estandarizar el protocolo para probar su efectividad o adaptar la
terapia a cada paciente y su tasa única de progresión. Los
resultados de los estudios que utilizaron entrenamiento locomotor
específico de pasos/patadas/rebotes/pasos en cinta rodante (30,32
–35) o gatear con un dispositivo de movilidad motorizado (31)
fueron más fáciles de interpretar porque se minimizó el sesgo de la
participación del experimentador/padre. A pesar de los múltiples
enfoques utilizados en las intervenciones, podemos destacar las
principales características de los diferentes estudios y los
principales factores que conducen a resultados significativos o no
concluyentes.
Características principales de los estudios
Población
La población capacitada objetivo osciló entre tener un riesgo motor
relativamente bien definido [cinco estudios con tres sobre síndrome de
Down, uno sobre mielomeningocele y uno sobre bebés con alto riesgo
de parálisis cerebral (31–33,35,37)] a poblaciones con riesgo motor
menos definido [cinco estudios en prematuros, lactantes con lesiones
cerebrales o en riesgo de ENM (30,34,36,38,39)]. Curiosamente, los
cinco estudios centrados en poblaciones con riesgo motor bien definido
informaron resultados más positivos que los estudios realizados en
poblaciones cuyos riesgos motores estaban definidos con menos
precisión.
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Intervenciones motoras tempranas
Intervención
La edad de inicio de las intervenciones varió desde el nacimiento en la
UCIN o en la maternidad hasta los 10 meses de edad corregida. La
frecuencia de las sesiones de entrenamiento fue algo similar, oscilando
entre 2 y 7 sesiones por semana. Esto está de acuerdo con los efectos
positivos informados de sesiones más cortas y frecuentes en
comparación con sesiones más largas y menos frecuentes (2). Excepto
por los 3 meses de entrenamiento de rastreo en un robot que repta por
Kolobe y Fagg (30), todas las intervenciones fueron de larga duración,
con un rango de 6 a 12 meses. En consecuencia, las intervenciones
seleccionadas en esta revisión no solo comienzan muy temprano sino
que también mostraron frecuencias de entrenamiento relativamente
altas. La intensidad fue otro factor que mejoró la eficacia de las
intervenciones (43). Esto se ilustró claramente en Ulrich et al. estudio en
el que cuanto más intenso era el entrenamiento en cinta rodante, más
eficaz era para acelerar la adquisición de la marcha independiente (33).
Curiosamente, todos los estudios utilizaron intervenciones que
fueron en gran medida activas, es decir, maximizar los movimientos
generados por el propio lactante. Esto de acuerdo con la literatura que
muestra que la movilidad activa generada es más efectiva que la
movilidad pasiva para el desarrollo infantil (11,42,44). Por ejemplo, dos
estudios con resultados positivos utilizaron una estimulación activa de
movimientos cuadrúpedos propensos en su mayoría autogenerados
por el bebé (31,37). Otros estudios utilizaron intervenciones que fueron
en gran parte activas, aunque no del todo activas, con resultados
generalmente positivos. Por ejemplo, seis estudios utilizaron el
entrenamiento en cinta rodante en el que los padres apoyaron a sus
bebés sobre una cinta rodante en movimiento (30,32–36). Este tipo de
entrenamiento tiene componentes pasivos y activos. Los padres
brindan soporte postural y la caminadora inicia cada paso, aunque se
requieren contracciones musculares activas para completar el paso y
soportar un porcentaje del peso corporal. Para acentuar el componente
activo del entrenamiento en cinta rodante, Ulrich et al. pesas añadidas a
los tobillos de los bebés (32). Cinco estudios utilizaron otros protocolos
con varios componentes activos y pasivos. Tres estudios combinaron el
entrenamiento en cinta rodante con otra estimulación, incluido un
entrenamiento activo de patadas con un móvil (30), pisar y rebotar (35)
o fisioterapia basada en el enfoque Bobath (36). Finalmente, dos
estudios utilizaron neurodesarrollo (38) y fisioterapia basada en Bobath
(39), con ambos tipos de fisioterapia utilizando componentes activos y
pasivos. Si bien es difícil concluir qué tipo de entrenamiento fue más
exitoso que otro, observamos que, en general, los protocolos más
estandarizados, como la cinta de correr, el gateo o las estimulaciones
de tiempo boca abajo, tuvieron más éxito para lograr resultados
significativos. Sin embargo, esto no es para descuidar otros protocolos
que utilizan fisioterapia o enfoques mixtos como se analiza más
adelante en la sección de recomendaciones.
Elección de las evaluaciones del desarrollo
Aunque todos los estudios se centraron en evaluar el desarrollo motor
grueso, utilizaron una variedad de instrumentos de evaluación además de la
edad de inicio de la marcha y/o las características de la marcha.
Cinco estudios utilizaron la escala de Bayley (32–35,37). Esta es
una prueba estandarizada que evalúa el desarrollo del niño con un
intervalo mínimo de 2 semanas, lo que permite tener una
12 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
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hacer un seguimiento. Esta escala está normalizada para niños típicos,
lo que proporciona una línea de base y tiene un sistema de puntuación
estandarizado para comparar los hallazgos entre los estudios. Ustad et
al. (39) utilizaron la escala de Medición de la Función Motora Gruesa
(GMFM) cada 4 semanas para evaluar el desarrollo motor, aunque otros
han recomendado tener intervalos de al menos 3 meses entre las
evaluaciones con el GMFM (45).
Tres estudios utilizaron la Alberta Infant Motor Scale. Un estudio
analizó el efecto del entrenamiento en la puntuación AIMS, pero no se
informaron todos los datos (36), no se encontraron resultados
significativos cuando se utilizó la escala AIMS pero el cumplimiento del
protocolo fue inferior al esperado (30) y un estudio no encontró
congruencia entre la puntuación AIMS y un diagnóstico futuro de
parálisis cerebral (38). De hecho, Cameron et al. (33) encontró una tasa
más baja de detección de desarrollo motor anormal a los 4 meses de CA
en bebés prematuros usando el AIMS y el AIMS detectó solo dos bebés
entre los 12 bebés finalmente diagnosticados con PC por un médico (es
decir, 17 %), lo que sugiere que el AIMS puede deben revisarse para
estudios de desarrollo de bebés prematuros (46,47) o complementado
con otras evaluaciones como el TIMP (38). Finalmente, un estudio usó el
Sistema de Clasificación de la Función Motora Gruesa (GMFCS) antes de
los 2 años de edad corregida para los bebés clasificados con parálisis
cerebral al año de edad corregida (30). Sin embargo, la evolución de las
lesiones cerebrales es inestable durante los primeros años de vida, lo
que sugiere posponer el GMFCS hasta más tarde.30,48–50).
Factores que llevan a intervenciones más o
menos efectivas
Población
Los estudios destacan algunos de los principios que subyacen a las
intervenciones eficaces. Ya destacamos la importancia de la
elección de la población objetivo de la intervención. Las
intervenciones tenían más probabilidades de ser eficaces cuando la
población seleccionada era homogénea en su patología o riesgo de
desarrollo. Solo cinco estudios seleccionaron sujetos con patologías
similares, incluido el síndrome de down (32,33,37),
mielomeningocele (35) o una alta probabilidad de tener PC (31). Los
otros cinco estudios tenían grupos de sujetos con patologías
variables, incluidas amplias variaciones en el grado de
prematuridad (34,36,38) o daño cerebral con diferentes niveles de
severidad (30,39). Cuando se dispone de un pequeño número de
sujetos, es importante minimizar el grado de heterogeneidad en la
muestra para que se puedan realizar comparaciones entre los
protocolos de intervención o entre los grupos de intervención y de
control. Curiosamente, cinco (31–33,35,37) los estudios que
utilizaron poblaciones bien definidas informaron resultados
significativos, mientras que cinco (30,34,36,38,39) los estudios que
utilizaron poblaciones menos definidas no fueron concluyentes.
Cumplimiento
La adherencia y el cumplimiento también son aspectos esenciales de
cualquier intervención exitosa, independientemente del protocolo
implementado (36,38,39). Se informa que un bajo cumplimiento tiene
efectos negativos en los resultados de la intervención (38). En este
sentido, notamos que la adherencia al protocolo de intervención no
siempre fue bien monitoreada. dos estudios
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Intervenciones motoras tempranas
no reportó adherencia (36,39), tres estudios no informaron la
duración real del entrenamiento (30–32) y en dos estudios, el 65 %
de los participantes no completó el nivel deseado de capacitación
[criterios de la AACPDM—(35,38)]. En solo tres estudios, los
participantes completaron más del 65% del protocolo de
entrenamiento (33,34,37).
Tipo de intervención
El tipo de intervención y su replicabilidad también es
importante para el éxito de un protocolo. Uso exclusivo de
fisioterapia (38,39) con técnicas activas y pasivas tiene la
ventaja de estimular todo el cuerpo y explota el potencial para
adaptar la terapia a las necesidades únicas del individuo y su
ritmo de progreso. Esto potencia los efectos de la terapia para
cada niño, pero puede afectar negativamente los análisis
grupales a menos que se realice un análisis dentro del sujeto y
cada sujeto sea tratado como su propio control (39). Sin
embargo, según Cameron et al., las comparaciones dentro del
sujeto son difíciles de interpretar (33). Otro inconveniente de la
fisioterapia es el riesgo de un posible sesgo del terapeuta y la
aplicación de estos protocolos complejos hace que su
replicabilidad sea más difícil. Todas estas diferentes
limitaciones podrían explicar los resultados no concluyentes de
ambas intervenciones exclusivas de fisioterapia seleccionadas
en este documento. revisar (38, 39).
Las intervenciones más estandarizadas parecen obtener resultados
más positivos. Este es el caso del entrenamiento cuadrúpedo en un
dispositivo, un procedimiento que es prometedor porque involucra la
participación activa completa de todo el cuerpo del niño y promueve la
coordinación de brazos y piernas, que es crucial para caminar en el
futuro, al tiempo que elimina el sesgo potencial de un experimentador (
31). El protocolo de entrenamiento en cinta rodante también es una
intervención bien estandarizada, incluso si todavía existe un sesgo
potencial por parte del experimentador. A diferencia de las
intervenciones cuadrúpedas, el entrenamiento en cinta rodante tiene la
desventaja de no involucrar todo el cuerpo, especialmente los brazos
porque el experimentador debe sostener al niño debajo de las axilas,
bloqueando el movimiento del brazo. Este es un inconveniente en
comparación con el entrenamiento de gateo, ya que los brazos son
importantes para caminar (51,52). No obstante, la mayoría de los
estudios de entrenamiento en pasarela rodante seleccionados en esta
revisión tuvieron claros efectos positivos sobre la adquisición de la
marcha independiente en poblaciones en riesgo. Sorprendentemente,
este efecto se replicó en diferentes poblaciones, incluido el síndrome de
Down (32,33) y Mielomeningocele (35).
Finalmente, varios estudios combinaron protocolos mixtos;
principalmente combinando el entrenamiento en cinta rodante con otra
intervención como patadas en un móvil (30), rebotar y pisar una superficie
estática (35) o fisioterapia basada en los principios de Bobath (36). La
combinación de entrenamiento en cinta rodante (o gateo) y otras terapias
debería aumentar las probabilidades de lograr mejoras significativas en el
desarrollo motor/locomotor infantil. Este es especialmente el caso de los
protocolos que aprovechan los beneficios del entrenamiento activo
estandarizado y los beneficios de la terapia manual adaptativa, incluidas las
técnicas de movilización activa y pasiva, como las que se basan en los
principios de Bobath. Sin embargo, incluso si estos enfoques son
prometedores, la complejidad de las intervenciones puede comprometer
13 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
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Poder estatico. Esta es quizás la razón por la que observamos resultados no
concluyentes en algunos de estos estudios (30,36).
Recomendaciones para la investigación y las mejores
prácticas
Nuestras recomendaciones para futuras investigaciones y prácticas clínicas
están organizadas en relación con el diseño de las intervenciones, la elección
de las evaluaciones y las descripciones que deben proporcionarse en los
informes publicados (verApéndice S4).
Elección de la Población y Criterios de Inclusión
Definición
Los investigadores deben definir con precisión la población objetivo del
entrenamiento motor en términos de edad, patología/discapacidad,
nivel socioeconómico, datos antropomórficos, etc.: demasiada
heterogeneidad en estas características puede comprometer
gravemente los resultados del entrenamiento. Si la población objetivo
se considera en riesgo, es necesario definir y especificar el grado de
riesgo y cómo se evalúa. La definición de riesgo de deterioro o retraso
motor debe tener en cuenta el nacimiento y la historia clínica del niño.
Los investigadores deberían considerar el uso de la evaluación de
movimientos generales de Prechtl (53) o/y Evaluación Neurológica de
Amiel-Tison (54) o/y neuroimagen [MRI/TFU (9,55)] para determinar los
bebés en riesgo y presentar datos si están disponibles (56).
La mitad de las publicaciones definieron a su población como parto
prematuro, daño cerebral, riesgo de parálisis cerebraloen riesgo de
trastorno neuromotor.Estos criterios se pueden dividir en varias
subcategorías. Por ejemplo, la prematuridad podría definirse por
subcategorías de edad gestacional (24–28 GA, 28–32 GA, 32–34 GA y 34–
37 GA)y/o peso al nacer (extremadamente bajo peso al nacer, muy bajo
peso al nacer y bajo peso al nacer),valores que también deben
homogeneizarse entre grupos entrenados y de control. La misma
recomendación es adecuada para las lesiones cerebrales, que deben
emparejarse entre grupos entrenados y de control, con respecto a la
ubicación de la lesión y si la lesión es homolateral o bilateral. El
diagnóstico de parálisis cerebral o trastorno neuromotor es aún más
problemático en la rehabilitación pediátrica, porque los signos
neurológicos pueden ser variables e inestables durante los primeros 24
meses de vida. Por ejemplo, si se sospecha parálisis cerebral, los
médicos suelen esperar 4 años para confirmar el diagnóstico (57). Cinco
estudios finalizaron su seguimiento al año de edad corregida o antes (
30,31,35,37,38). Los seguimientos de las intervenciones fueron
generalmente demasiado cortos para garantizar que las muestras en
riesgo realmente incluyeran bebés con parálisis cerebral. En
consecuencia, recomendamos extender el seguimiento longitudinal de
los niños entrenados al menos hasta los 3 o 4 años de edad cuando
inicialmente están en riesgo de PC y usar herramientas que puedan
diagnosticar la PC antes, como la evaluación de Movimientos Generales
de Prechtl (53) o/y Evaluación Neurológica de Amiel-Tison (58,59).
Necesidad de Grupos de Control
Los estudios deben incluir grupos de control además de los grupos de
intervención. El grupo de control debe ser comparable al grupo de intervención en
términos de antecedentes de nacimiento, antecedentes clínicos (daño cerebral),
características morfológicas, condiciones socioeconómicas.
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Intervenciones motoras tempranas
estado y habilidad motora e intervención de referencia (31). En el caso de
bebés con daño cerebral, los participantes del grupo de control y del grupo
experimental deben emparejarse en función de los resultados de sus
neuroimágenes. Para garantizar la comparabilidad entre los grupos de
intervención y de control, se recomienda la asignación aleatoria de los
participantes a los grupos. Sin embargo, cuando la aleatorización no es
factible, por ejemplo, para asegurar la mayor homogeneidad entre los
grupos en términos de peso, edad, nivel socioeconómico, lesiones
cerebrales, etc., podría ser posible una asignación pseudoaleatoria en la que
sujetos pareados que presenten características principales similares (cerebro
insulto, historial clínico o nivel socioeconómico) se asignan aleatoriamente.
Siempre que sea posible, también se debe utilizar con fines de comparación
un grupo de bebés con un desarrollo típico, emparejados con los otros
bebés en tantas características como sea posible. Tenga en cuenta que un
grupo de control de desarrollo típico no puede incluir bebés prematuros
porque la prematuridad es un riesgo de retraso en el desarrollo. Los
tamaños de los grupos deben ser lo suficientemente grandes para
garantizar un poder estadístico adecuado, lo que podría requerir estudios
que utilicen el enfoque multicéntrico cada vez más común.
Necesidad de probar la validez de un protocolo en
diferentes poblaciones de riesgo
Como se mencionó en el proceso de selección de esta revisión, se buscaron
intervenciones en poblaciones distintas de los niños en riesgo de parálisis cerebral
a los que normalmente se dirigen. A modo de ejemplo, aquí informamos sobre dos
estudios centrados en bebés con síndrome de down y un estudio en bebés con
mielomeningocele que utilizaron el mismo protocolo de entrenamiento en cinta
rodante, y ambos estudios mostraron mejoras en el desarrollo motor y la
adquisición de la capacidad de caminar en sus bebés. Estos resultados no solo
confirman que el entrenamiento en cinta rodante es una estrategia prometedora
para diferentes poblaciones en riesgo de retraso motor/locomotor, sino que
también resaltan la importancia de replicar los hallazgos positivos, especialmente
cuando las cohortes son pequeñas debido al enorme trabajo que demandan
dichos resultados. intervenciones.
Elección de la formación en función de los objetivos
El entrenamiento motor debe comenzar lo antes posible para aprovechar la
ventana de mayor plasticidad en el cuerpo y el sistema nervioso. La frecuencia y
duración del entrenamiento debe ser lo más alta posible. Es probable que la
capacitación diaria involucre a los padres para que realicen la intervención,
mientras que la capacitación semanal puede estar a cargo de un terapeuta. La
mejor solución es probablemente combinar el entrenamiento diario de los padres
y una visita semanal o quincenal del terapeuta para entrenar al bebé. Esto permite
al terapeuta verificar el cumplimiento del entrenamiento y disminuir la carga de
este entrenamiento sobre los padres. Es necesario considerar la adaptación de la
capacitación en relación con los análisis planificados. Si la duración se adapta a las
necesidades del participante, entonces los análisis de e! Los efectos de la
capacitación se pueden realizar en relación con el tiempo 0 y los participantes se
pueden comparar con respecto al progreso alcanzado después de una cierta
cantidad de capacitación. Si la duración es fija, las comparaciones entre los
participantes son posibles en cualquier momento durante el seguimiento. La
modalidad de entrenamiento debe estandarizarse entre todos los individuos
dentro del grupo de entrenamiento para permitir conclusiones válidas sobre la
eficacia del entrenamiento. En cualquier caso, se debe registrar el número de
sesiones y la duración de cada sesión, preferiblemente usando tecnología
automatizada que coloca cargas mínimas en
14 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
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padres y no puede ser manipulado. La duración del
seguimiento debe determinarse en relación con los objetivos
de la formación.
Siempre que sea posible, los investigadores y los médicos deben utilizar
un ICF-CY2diseño de intervención. En tales diseños, la capacidad del niño
para actuar en su entorno con autonomía sirve como una importante
recompensa y reforzador del comportamiento. Los movimientos activos
expresados por el infante tienen un efecto más poderoso sobre el
desarrollo perceptivo y motor que los movimientos pasivos impuestos al
infante.11, 60,61). La producción activa de movimiento puede compararse
con el condicionamiento operante en el que la producción de movimiento
del niño se refuerza positivamente, lo que a su vez conduce a un mayor
control voluntario sobre el movimiento. Los movimientos activos se retienen
mejor que los movimientos pasivos (62).
Con respecto al tipo de intervención, recomendamos encarecidamente a
los investigadores y médicos que utilicen intervenciones de entrenamiento
que involucren a todo el cuerpo cuando el desarrollo de la motricidad gruesa
sea el resultado principal de la intervención. Gatear es una actividad ideal
para entrenar porque marca múltiples casillas en términos de las
recomendaciones que hemos hecho hasta ahora. El gateo se puede realizar
desde el nacimiento, está bajo el control activo del bebé y, por lo tanto, no
requiere el apoyo adicional de un experimentador/padre, se puede hacer a
diario, involucra la cabeza, el tronco y las cuatro extremidades, se puede
mejorar con agregando información sensorial al entorno de entrenamiento
(p. ej., flujo óptico, olor materno, voz materna), requiere un equipo mínimo y
es fácil de cuantificar y rastrear (63,64). Además, el gateo se adapta
naturalmente al estado de desarrollo de los bebés: gatean más lejos y más
rápido a medida que se vuelven más fuertes y coordinados. Las
intervenciones acuáticas tempranas también merecen consideración porque
también marcan múltiples casillas en términos de las recomendaciones que
hemos hecho hasta ahora. La flotabilidad proporcionada por el agua simula
el ambiente acuoso experimentado por el feto y permite el control de
muchos movimientos que son difíciles de expresar para los bebés muy
pequeños en tierra. Además, la terapia acuática temprana se puede
administrar diariamente en una bañera usando dispositivos de asistencia.
que son baratos y accesibles (sesenta y cinco). Si la adquisición de la
locomoción erguida se considera el objetivo final del desarrollo motor en el
primer año de vida, la estimulación en cinta rodante ha demostrado ser
eficaz. Sin embargo, una caminadora es difícil de usar desde el nacimiento,
requiere el apoyo adicional de un experimentador/padre y no estimula los
brazos y el tronco, que son importantes para caminar en el futuro. Por lo
tanto, recomendamos gatear o nadar para una intervención temprana. y
paso a paso en cinta para su posterior intervención.
Finalmente, recomendamos agregar información sensorial al
entorno de entrenamiento (tan simple como el estímulo de los padres)
para mejorar la capacidad de respuesta motora en los bebés.
Aunque se prefieren las intervenciones que fomentan los movimientos
activos de todo el cuerpo, no queremos restar importancia a los posibles
efectos positivos de las intervenciones centradas en la movilización articular
y la relajación muscular o las técnicas miotensivas que están en línea con las
recomendaciones de buenas prácticas en el campo de la rehabilitación
temprana (10). Incluso si las terapias manuales que utilizan
2IClasificación internacional de funcionamiento, discapacidad y salud: versión infantil y
juvenil:ICF-CY. Organización Mundial de la Salud (2007). https://apps.who.int/iris/handle/
10665/43737.
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Intervenciones motoras tempranas
Esas técnicas, como la osteopatía, necesitan mayor evidencia de su
eficacia, recomendamos usarlas simultáneamente con intervenciones
motoras desde el nacimiento en adelante, si es posible, porque pueden
prevenir daños en el cuerpo que resultan de la combinación de un
desarrollo neuromotor y fisiológico atípico.
La última consideración es si utilizar un protocolo de intervención
multidisciplinar o específico. Los enfoques de intervención
multidisciplinarios pueden inducir cambios específicos en las funciones
motoras, pero no pueden revelar qué componente(s) de la intervención
fueron responsables de los cambios. En consecuencia, recomendamos
enfoques con un mayor grado de especificidad si el investigador/
médico está interesado en determinar qué ingredientes causales de la
intervención se asociaron con efectos positivos. Finalmente, el
entrenamiento motor debe ser bien tolerado por la familia del infante;
si no, es probable que el cumplimiento sea bajo.
Colección de variables dependientes
Se necesitan herramientas de evaluación estandarizadas
para permitir la replicación de los hallazgos y la
comparación con otros estudios. Estas herramientas deben
ser concordantes con los objetivos de la formación. En el
caso del entrenamiento motor y sus efectos en el desarrollo
motor/locomotor, se necesitan escalas y herramientas
adaptadas para evaluar estas habilidades de acuerdo con la
frecuencia de las pruebas y la edad del bebé/niño. También
recomendamos hacer una referencia cruzada de la
recopilación de datos mediante el uso de varias
herramientas de evaluación: se podrían usar cuestionarios
para padres además de escalas de desarrollo
estandarizadas (Bayley Scales of Infant Development, Test
of Infant Motor Performance, etc.). También se podrían usar
diferentes pruebas a diferentes edades o para diferentes
propósitos. Por ejemplo,
La calidad del desarrollo locomotor también debe evaluarse con
herramientas específicas (EMG, patrones de paso o gateo, características de
la marcha) en lugar de evaluar solo la edad de adquisición de la marcha, una
medida que es poco confiable, especialmente en pequeñas cohortes, ya que
los altos grados de variabilidad en la muestra puede atenuar las diferencias
de grupo. En lugar de la edad para caminar, sería más apropiado evaluar un
ítem relacionado con la habilidad para caminar en una escala validada en un
tiempo T, y luego probar el porcentaje de bebés exitosos entre grupos
usando chi cuadrado para aumentar las posibilidades de éxito. demostrando
un efecto de la intervención [BSID-II, ítem 62; Ulrich et al. (32)] (31). Las
evaluaciones deben realizarse al menos dos veces: al inicio e
inmediatamente después del final de la capacitación y, si es posible, varias
veces después de algún retraso en relación con el final de la capacitación
para determinar si los cambios fueron permanentes. Finalmente, todas las
evaluaciones deben ser realizadas por un evaluador ciego al grupo de
participantes y preferiblemente también a los objetivos del estudio.
Evite el sesgo de notificación
Deben proporcionarse descripciones detalladas de las características
del participante (p. ej., morfológicas) e historias (de nacimiento y
clínicas), las características de las intervenciones experimentales y de
control, la frecuencia y duración de las sesiones de capacitación, la
ubicación de la intervención, las personas que
15 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
Dumuids-Vernet et al.
entregó la intervención, el estado conductual de los bebés, el cumplimiento
de la intervención, la deserción y las razones por las que los participantes
abandonaron, qué evaluaciones se usaron y cuándo se usaron, y si los
evaluadores estaban cegados a la asignación del grupo de participantes y los
objetivos del estudio . También se deben proporcionar las instrucciones
dadas a los padres. Cuando se evalúa la edad en la que se adquieren
habilidades motoras específicas, es necesario proporcionar definiciones
claras de la habilidad, por ejemplo, sentarse sin apoyo sobre una superficie
firme durante 30 s o dar tres pasos independientes sin caerse. El estado
conductual de los bebés (66) durante la formación también debe registrarse
y notificarse. Las instrucciones dadas a los padres deben proporcionarse,
preferiblemente mediante copias de instrucciones escritas. Para los
resultados principales, se deben informar todos los resultados para evitar el
sesgo asociado con el informe selectivo (23). Una característica que suele
faltar en los estudios científicos es el nivel socioeconómico de los
participantes. Instamos encarecidamente a los investigadores a informar
sobre estas características. El estatus socioeconómico es importante porque
los participantes varían en su potencial para acceder a las intervenciones
terapéuticas según su estatus socioeconómico y la efectividad de las
intervenciones puede variar según el estatus socioeconómico del
participante (67).
Puntos fuertes y limitaciones de la revisión
La limitación más obvia de la revisión es la decisión de restringir la
inclusión de estudios a aquellos que utilizan intervenciones motoras
dirigidas al desarrollo locomotor y motor grueso y que comenzaron
durante el primer año de vida de los lactantes. Por lo tanto, nuestra
revisión es más limitada que revisiones similares sobre la efectividad de
las intervenciones para niños mayores con discapacidades del
desarrollo o en riesgo de retraso en el desarrollo.
Ambas restricciones fueron deliberadas. Centrarse en las intervenciones
de motricidad gruesa permitió una mejor comprensión de los efectos
específicos de estas intervenciones y centrarse en los estudios que
comenzaron antes de que 1 año coincidiera con el período de máxima
plasticidad del cuerpo y el sistema nervioso, de modo que era más probable
que las intervenciones fueran exitoso. Además, el desarrollo de la motricidad
gruesa es un catalizador potencial para los cambios de desarrollo en los
dominios de funcionamiento perceptual, cognitivo, social y emocional.
Por el contrario, los criterios de selección nos llevaron a considerar
protocolos dirigidos a poblaciones diversas. Como no restringimos
nuestras palabras clave a un tipo de patología, nuestra revisión cubre
poblaciones heterogéneas que padecen diferentes trastornos del
desarrollo o que presentan riesgos de retraso en el desarrollo
(síndrome de Down, mielomeningocele, prematuridad, parálisis
cerebral, etc.). Este método de selección de artículos nos permitió
comparar la robustez de las intervenciones durante el primer año de
vida. Sin embargo, la heterogeneidad de las características de los
participantes podría considerarse una limitación.
CONCLUSIÓN
La revisión sistemática permite a los médicos e investigadores
saber qué intervenciones se han realizado en los últimos 20 años
para estimular el desarrollo motor grueso y/o locomotor en bebés
con discapacidades o en riesgo de retraso en el desarrollo y
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Intervenciones motoras tempranas
apreciar las características de las intervenciones que
parecen mejorar la eficacia de una intervención. Las
intervenciones iniciadas lo antes posible, con protocolos de
entrenamiento estandarizados que fomentan el
movimiento activo, y sesiones de entrenamiento frecuentes
y enfocadas parecen ser particularmente eficaces para
promover la motricidad gruesa y /o desarrollo locomotor.
Aunque el número de estudios identificados para la revisión
fue pequeño, lo que destaca cuán difíciles y lentos son los
estudios de intervención temprana, nuestros hallazgos
revelan que tales estudios son factibles con una gama de
diferentes poblaciones de bebés, y claramente hay hay una
necesidad de más de ellos. Instamos a los investigadores a
continuar el di"
DECLARACIÓN DE DISPONIBILIDAD DE DATOS
Las contribuciones originales presentadas en el estudio se incluyen
en el artículo/Material suplementario, más consultas pueden
dirigirse al autor de correspondencia.
CONTRIBUCIONES DE AUTOR
MD-V y JP buscaron en las bases de datos y resumieron sus
hallazgos en una hoja de cálculo, incluida la evaluación de la
calidad metodológica y el riesgo de sesgo. MB-R y DA leyeron de
forma independiente los artículos para los que se iba a evaluar el
texto completo. Si hubo desacuerdo o discrepancia entre las
puntuaciones, se discutieron los detalles hasta llegar a un
consenso (MD-V, JP y MB-R). Los resúmenes se presentan enMesas
1–3. La evaluación comenzó con un análisis transversal de los
diferentes protocolos. Los contenidos de los estudios se
resumieron en una tabla sintética (MD-V y JP), centrándose en las
características del diseño del estudio, población, edad de los
participantes, características del protocolo de intervención
temprana (tipo, frecuencia y duración de la intervención),
participantes , evaluación, evaluadores ciegos y herramientas
utilizadas para el seguimiento. Los autores contribuyeron por igual
a la introducción y la discusión (MD-V, JP, DA y MB-R). El inglés fue
corregido por DA, un hablante nativo de inglés. Todos los autores
contribuyeron al artículo y aprobaron la versión enviada.
FONDOS
Este trabajo fue apoyado por la subvención ANR-20-CE17-0014
de la Agence Nationale de la Recherche y una beca (ED261) del
gobierno francés para apoyar la tesis doctoral MD-V.
MATERIAL SUPLEMENTARIO
El material complementario de este artículo se puede encontrar en
línea en: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fped.
2022.877345/full#material-suplementario
dieciséis abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345
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Conflicto de intereses:Los autores declaran que la investigación se realizó en ausencia
de cualquier relación comercial o financiera que pudiera interpretarse como un potencial
conflicto de interés.
Nota del editor:Todas las afirmaciones expresadas en este artículo pertenecen
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términos.
18 abril 2022 | Volumen 10 | Artículo 877345