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CAPITULO IV

TIERRA MILAGROSA.
I. La patria como paisaje.
La Recordación Florida es un inmenso paisaje. Un complejo de historia, crónica,
geografía, etnografía, discusión de problemas económicos y de administración
pública. La descripción de un país configura siempre un paisaje.
El campesino sabe que la tierra es dura, que tiene pedruscos y espinas; la ve
como algo necesario y entrañable, pero no la idealiza. La perspectiva ideológica
del paisaje en cambio, dispone distancia, elevación, horizonte, esa es la
perspectiva de un hombre que mira la tierra desde una posición dominante.
Fuentes desde su niñez comparte y vive en los ambientes naturales por lo que
nadie como el tiene los minuciosos conocimientos sobre la flora y fauna.
La sorprendente descripción del volcán de agua, primeramente porque el
empinado cráter de aquel bellísimo monte rompiéndose en una fatídica noche de
1541, había arrojado sobre la primera ciudad un torrente que la destruyo y que fue
causa de su traslado al valle de panchoy.
la descripción minuciosa y emotiva de campo del país, así cuando se trata de
volcanes, lagos, valles y grandes perspectivas, sugieren posesión.
II. La política agraria colonial y el latifundismo.
Se identifican cuatro principios coloniales: 1, el señorío de la Corona sobre la tierra
de las provincias. 2, la tierra como aliciente de colonización. 3, la tierra como
fuente de ingresos para la Corona. 4, la defensa de las tierras de indios. Y hay un
quinto principio que se desprende de las leyes, como los anteriores, y que nos es
revelado por hechos de gran trascendencia consignados en documentos de otra
naturaleza: es el principio de bloqueo agrario e los mestizos.
En cuanto al latifundismo, nace de la figura de la composición o arreglo de las
tierras poseídas sin título y por las cuales había que pagar para normalizar la
situación.
Los principios antes señalados actuaban unilateralmente, fomentaban el latifundio
desde el ángulo de los intereses de la Corona; en el primero y el segundo
engendraron al grupo inicial de los latifundistas; mientras q en el tercero y el quinto
lo estimularon a engrandecerse.
III. Tierras de indios.
En la distribución de las tierras están, en primer lugar, los ejidos o pastos, era esta
la tierra indispensable y de uso común en los alrededores del pueblo; en segundo
lugar las tierras comunes, de comunidad, comunes de sementera, comunes de
labranza o de labranza y sementera. En principio, todo pueblo de indios, desde el
acto mismo de su organización como pueblo colonial, dispuso de unas tierras
cedidas por el rey. Eran de propiedad común, administradas por el cabildo o
ayuntamiento de indios. Además de los ejidos y tierras de labranza, los hubo que
pertenecían en particular a ciertos indios.
Latifundios y tierras comunales, eran las que realmente formaban el cuadro del
agro-colonial.
IV. Un caso de diligencias para obtener tierras.
Se trata de un viejo expediente de tierras escogido entre muchos otros
semejantes, no porque tengan algo especial, sino justamente porque resulta
representativo de lo que solían ser esas diligencias.
Abre el expediente una solicitud de tierras hecha por Alonso Álvarez de Santizo,
vecino de la ciudad de Guatemala, en enero de 1602. Presidía la Audiencia de
Guatemala don Alonso Criado de Castilla. Álvarez de Santizo aduce en su solicitud
que es hijo legítimo de Alonso de Luarca, uno de los conquistadores de la
provincia; añade que tiene hijas legítimas para poner en estado y que no las ha
puesto conforme a su calidad por la necesidad que tenía. Se refieren los trámites
en los que, se supone, habrá habido trampas para conseguir las tierras: se han
presentado como sin dueño, teniéndolo; como pertenecientes a unos,
correspondiendo a otros, como se puede notar lo que urgía era dejar atados a los
indios en la aceptación de que el terrateniente tomase posesión de aquellas
tierras, pues era eso lo que hacía falta para sacar con éxito la gestión ante el
presidente.
Casos así produjeron el desequilibrio en la tenencia de tierras que nunca era
sometida a revisión. El primer proyecto de reforma agraria en Guatemala se
esbozó en 1810.
V. Necesidad de reforma agraria antes de la Independencia.
Se trata de los Apuntamientos sobre Agricultura y Comercio del Reino de
Guatemala, redactados en 1810 por una comisión del Consulado de Comercio de
la ciudad de Guatemala. El documento había sido pedido por Antonio Larrazábal,
diputado por la ciudad en las Cortes de Cádiz. El proyecto de reforma agraria
formaba parte de este documento. Según sus datos, el origen o causa primaria de
los atrasos del Reino es que las tierras se hallan distribuidas en posesiones
inmensas entre pocos individuos, con enorme perjuicio de los muchos que forman
la masa del Estado. La idea medular del proyecto es
que a los indios hay que darles tierra en propiedad, y a los ladinos también, en
parcelas proporcionadas a sus necesidades y al número de hijos que tengan. Es la
manera de convertirlos en verdaderos agricultores, lo que no llegarán a ser
mientras carezcan de tierra o la tengan sin el aliciente de ser suya propia.
Del proyecto, Martínez saca tres conclusiones:
El desarrollo del latifundismo llegó a bloquear, todavía durante la colonia, el
desarrollo económico de los indios y de las capas medias en crecimiento
Las tierras comunales de indios no eran suficientes para sacarlos de la miseria,
debido a las usurpaciones, mala distribución, por los servicios forzados.
Al final de la colonia, el problema se había agudizado «como consecuencia del
crecimiento demográfico de las capas medias
Bustamante y guerra, llego a la conclusión de que en el reino de Guatemala era
necesaria una amplia repartición de tierras entre la gente pobre.

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