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42 Historias Bíblicas

DESDE LA CREACIÓN HASTA LA PROMESA DEL REGRESO DE JESÚS

Luis Chavarria
FRONTLINE MISSIONS | 2018
(Revision Diciembre 2018)
HISTORIAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO HISTORIAS DE LOS SEGUIDORES DE JESÚS
00 La Historia Completa 29 Anda y Cuéntalo
01 La Historia de la Creación 30 El Espíritu de Dios
02 Los Seres Espirituales 31 La Puerta Hermosa
03 La Desobediencia de Adán y Eva 32 Compartiendo Todas las Cosas
04 La Gran Inundación 33 Los Lideres Escogidos y Esteban
05 Abraham, El Hombre que le Creyó a Dios 34 El Hombre Llega de un País Lejano
35 El Encuentro de Pablo con Jesús
06 La Historia de Sara
36 Los Creyentes de Antioquía
07 David es Escogido Rey
37 Pablo y Bernabé son Enviados
08 David y Betzabé
38 El Sueño de Pablo
09 Natán, El Mensajero de Dios
39 El Carcelero
10 La Historia de Elías
40 Los Milagros en el Pueblo de Éfeso
11 La Promesa
41 La Carta de Santiago
HISTORIAS DE LA VIDA DE JESÚS 42 El Árbol de Vida

12 El Nacimiento de Jesús
13 El Bautismo de Jesús
14 Jesús en el Lugar de Adoración
15 Jesús Llama a Sus Seguidores
16 La Mujer en el Pozo TABLA DE
17 Los Cuatro Amigos
18 Los Cuatro Tipos de Tierra
19 Jesús Calmando La Tormenta
CONTENIDO
20 El Hombre Lleno de Demonios
21 La Hija de Jairo
22 Seguridad Eterna
23 Un Hombre Recupera la Vista
24 Jesús les Enseña Cómo Orar
25 La Última Cena
26 El Arresto y Juicio de Jesús
27 La Ejecución de Jesús
28 Jesús Resucita
00-LA HISTORIA
COMPLETA
En el principio del mundo solamente existía Dios y nadie más. Dios habló y creó el universo y
todo lo que hay en él, incluyendo a los seres espirituales. Entonces Dios creó algo especial: al
hombre y a la mujer. Los dos tenían una perfecta relación con Dios, hasta que un día le
desobedecieron y los tuvo que separar de Él.
El hombre y la mujer tuvieron hijos, y sus hijos tuvieron hijos. Pero sus descendientes siguieron
desobedeciendo a Dios, hasta que un día Dios se arrepintió de haber creado a las personas.
Entonces, Dios envió una gran inundación que destruyó casi todo lo que él había creado, a
excepción de un hombre y su familia, quienes tenían una buena relación con Dios. La familia de
este hombre tuvo hijos hasta que sus descendientes poblaron la tierra de nuevo.

Entonces, Dios habló con un hombre llamado Abraham y le dijo: “Deja tu tierra y ve al lugar que
yo te mostraré. Te bendeciré y hare de tus descendientes una gran nación. Y por medio de ellos,
tú serás una bendición para todo el mundo.” Al escuchar esto, Abraham le creyó a Dios y por
eso, ahora él tenía una buena relación con Dios.
Dios mantuvo su promesa e hizo una gran nación de los descendientes de Abraham. Uno de sus
líderes, David, se hizo famoso en toda la tierra. Dios le dio la promesa de que su familia nunca
iba a dejar de existir.
Dios mantuvo a promesa que le había hecho a David, y sus hijos tuvieron hijos y los hijos de sus
hijos tuvieron hijos. Algunos de ellos tuvieron una buena relación con Dios, pero muchos no.
Entonces Dios les envió mensajeros para decirles cómo podían tener una buena relación con él.
Uno de los mensajeros de Dios se llamaba Isaías. Él le dijo a la gente: “Todos nos hemos
descarriado y le hemos desobedecido a Dios. Pero un día él nos va a enviar un Salvador quien va
a ser castigado en su propio cuerpo por nuestra desobediencia. Cuando venga, lo van a rechazar,
lo van a golpear, y al final lo van a matar. Él va a entregar su vida voluntariamente. Pero Dios lo
va a levantar de los muertos y gracias a lo que él va a hacer, muchos podrán tener una buena
relación con Dios. La gente entonces esperó y esperó por el Salvador.
Dios cumplió su promesa y un día envió al Salvador. Su nombre era Jesús. Él le mostró a la
gente que era el Salvador por medio de muchos milagros. Sanó a los enfermos, dio vista a los
ciegos, sanó paralíticos e inclusive tenía tal poder sobre los espíritus malignos que le obedecían.
Algunos creyeron que Jesús era el Salvador, pero muchos no. De los que creyeron en él, escogió
a doce hombres para que fueran sus seguidores más cercanos.
Jesús les dijo, “si creen en mí, nunca serán separados de Dios. Los sostendré en mi mano. Nadie
me los puede quitar porque nadie los podrá arrebatar de la mano de Dios; Él es más poderoso que
cualquiera. Dios y yo somos uno.”
Los que no creyeron en Jesús se enojaron porque dijo que él y Dios eran uno. Ellos fueron a los
líderes del gobierno y los convencieron de matar a Jesús. Lo arrestaron, lo golpearon y lo
mataron. Pero Dios levantó a Jesús de entre los muertos.
Jesús les demostró a sus seguidores que estaba vivo por medio de apariciones y les enseñó del
Reino de Dios por cuarenta días, Jesús les dijo, “un día los voy a dejar para poder volver a mi
Padre que está en el cielo. Pero no los voy a dejar solos; les voy a enviar al Espíritu de Dios para
que esté con ustedes. Él les va a dar el poder para ir y contarle mi historia al resto del mundo.”
Y así como Jesús les había dicho, Jesús ascendió al cielo un día. Sus seguidores estaban allí de
pie, mirando al cielo cuando, de pronto, dos ángeles se les aparecieron y les dijeron, “¿por qué se
quedan mirando al cielo? Un día Jesús regresará a la tierra de la misma manera de cómo se fue.”
Algunos días después, los seguidores de Jesús recibieron al Espíritu Santo, así como él lo había
dicho. El Espíritu de Dios les dio poder para ir y contarle a todos Su historia y para poder hacer
las cosas que Él había hecho mientras había estado en la tierra.
Los seguidores de Jesús comieron juntos, y adoraron juntos a Dios y suplieron para las
necesidades de cada uno. También, contaron la historia de Jesús e hicieron lo que él había hecho
en cada lugar a donde iban.
Y esto es lo que los seguidores de Jesús continúan haciendo y continuarán haciendo hasta el día
que él regrese.
El Principio
Historias del Antiguo Testamento

01- La Historia de la Creación

02- Los Seres Espirituales

03- La Desobediencia de Adán y Eva

04- La Gran Inundación

05- Abraham, El Hombre que le Creyó a Dios

06- La Historia de Sara

07- David es Escogido Rey

08- David y Betzabé

09- Natán, El Mensajero de Dios

10- La Historia de Elías

11- La Promesa
01-LA HISTORIA DE LA
CREACIÓN
Génesis 1-2
En el principio del mundo solamente existía Dios y nadie más. Dios habló y creó el universo, la
tierra, y todo lo que hay en ella. Dios habló y creó la luz y el agua. El habló y creó la tierra seca y
todo tipo de plantas y árboles. El habló e hizo el sol, la luna y las estrellas. El habló e hizo los
peces, las aves y los animales.
Y vio Dios que era bueno. Dios creó entonces algo especial. Al hombre y a la mujer, y los hizo a
su imagen y semejanza.
Dios tomó polvo de la tierra y formó el cuerpo del hombre y sopló aire en él y le dio vida. Dios
puso al hombre en medio de un hermoso huerto, lleno de árboles con todo tipo de frutas para
comer. En medio del huerto, Dios puso dos árboles especiales, el árbol de la vida y el árbol del
conocimiento del bien y del mal.
Dios le dijo al hombre, cuyo nombre era Adán, “puedes comer de todos los árboles del huerto,
menos del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes del fruto de este árbol, vas a ser
separado de mí.”
Entonces Dios dijo, “no está bien que el hombre esté solo.” Dios hizo que Adán entrara en un
sueño profundo y tomó una de sus costillas y de ella formó a la mujer. Y Dios se la trajo a Adán
y él dijo, “¡ella tiene carne y huesos como yo!”
Adán y su esposa Eva estaban desnudos, pero no sentían ningún tipo de vergüenza.
Dios los bendijo y les dijo, “multiplíquense y llenen la tierra. Gobiernen sobre los peces, las aves
y los animales.” Entonces Dios miró todo lo que había hecho y vio que era muy bueno.
02-LOS SERES
ESPIRITUALES
Salmos 103:19-21, Isaías 14: 12-15, Ezequiel 28:11-17, Matthew 25:41, Lucas 8:31, 10:18,
Juan 10:10 y 14;30-31, Apocalipsis 1, 12:1-17, 21:8, y 22
De la historia anterior aprendimos que Dios creó todas las cosas. Nada existe si Dios no lo creó y
todo lo que Dios creó era bueno. Dios creó a los ángeles para que fueran sus mensajeros, para
que llevaran a cabo su voluntad sobre la tierra y para que lo adoraran en el cielo. Uno de los
ángeles que Dios había creado se llamaba Lucifer. Su belleza era perfecta y Dios lo había
nombrado el líder de la alabanza.
Un día Lucifer pensó en su corazón, “me voy a sentar en la silla de más alto honor para estar en
una posición más alta que Dios.” Debido al orgullo que vino a su corazón, Dios lo sacó del cielo
y lo envió a la tierra. Su nombre fue cambiado a Satanás, el Diablo, la serpiente antigua, y los
ángeles que lo siguieron fueron llamados demonios.
El propósito de Satanás es engañar a todo el mundo y de matar, robar y destruir todo lo bueno
que Dios ha creado. Dios le ha permitido estar en la tierra por un tiempo, pero al final del
mundo, va a ser enviado al lugar preparado para aquellos que desobedecen a Dios, un lugar en
donde el fuego nunca se apaga, llamado infierno.
03-LA DESOBEDIENCIA DE
ADÁN Y EVA
Génesis 3
En la historia anterior, aprendimos que el propósito de Satanás es engañar, matar, robar, y
destruir todo lo bueno que Dios creó. Un día, Satanás entró en una serpiente para engañar a Adán
y a Eva, y le dijo a Eva, “¿De verdad Dios dijo que no podían comer de ningún árbol del huerto?
Por supuesto que pueden comer.” Eva le dijo a la serpiente, “es solamente del árbol del
conocimiento del bien y del mal que no podemos comer. Dios dijo que si comemos de ese árbol
vamos a estar separados de Él. Satanás les mintió diciendo, “ustedes no van a estar separados de
él, Dios sabe que, si comen del árbol, ustedes van a ser como él, conociendo el bien y el mal.”
Eva le creyó a Satanás, comió del árbol, y le dio de comer a su esposo, Adán, quien estaba con
ella. En ese momento, algo cambió dentro de ellos, y de pronto se sintieron avergonzados porque
estaban desnudos. Entonces tomaron algunas hojas y se hicieron ropas para cubrir su desnudez.
Esa noche, Adán y Eva escucharon a Dios caminando por el huerto, como siempre lo hacía. Ellos
se escondieron entre los árboles. Dios llamó a Adán, “¿En dónde estás?” Adán respondió, “al
oírte me escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.” Dios le preguntó, “¿quién te dijo que
estabas desnudo? ¿Has comido del fruto del árbol que te dije que no comieras?” “Sí,” respondió
Adán, “pero fue la mujer que me diste la que me dio de comer del fruto.” Dios entonces le
preguntó a Eva, “¿Por qué has hecho esto?” Ella respondió, “la serpiente me engañó, y por eso
comí.”
Dios entonces le dijo a la serpiente, “vas a ser castigada por lo que has hecho. Te vas a arrastrar
sobre el polvo toda tu vida. Tus descendientes y los descendientes de la mujer van a ser
enemigos. Tú los vas a morder en el talón y ellos te van a aplastar la cabeza.” A Eva le dijo, “por
lo que has hecho vas a tener fuertes dolores de parto.” A Adán le dijo, “porque comiste del fruto
que te dije que no comieras, he puesto una maldición sobre la tierra. Tendrás que trabajarla con
tu sudor para hacerla producir fruto.” Después, Dios tuvo que separar a Adán y a Eva de Él
mismo por su desobediencia.
Dios dijo entonces, “Ahora la gente conoce tanto el bien como el mal. No podemos permitir que
coman del árbol de la vida y vivan para siempre.” Entonces Dios los echó del huerto y puso
ángeles para que cuidasen la entrada que lleva al árbol de la vida.
04- LA GRAN
INUNDACIÓN
Génesis 6:5-9, 13, 17-18, 14
Adán y Eva fueron separados de Dios por su desobediencia. Adán y Eva tuvieron hijos, y sus
hijos tuvieron hijos y sus descendientes siguieron desobedeciendo a Dios.
Un día, Dios miró a la gente y vio que todo lo que pensaban y hacían era completamente malo.
Esto le rompió el corazón, y Dios se lamentó de haber creado al ser humano. Dios dijo, “voy a
destruir a toda la gente y a los animales sobre la tierra. Me arrepiento de haberlos creado.” Había
solo un hombre, en toda la tierra, que tenía una buena relación con Dios. Su nombre era Noé.
Dios le dijo a Noé, “Mira a tu alrededor. Todos en la tierra están llenos de maldad. Todos me han
desobedecido. Voy a destruir la tierra con una gran inundación. Pero, te prometo que te voy a
salvar a ti y a toda tu familia.”
Dios le ordenó a Noé construir un gran barco y poner en él una pareja de cada animal, a su
familia, y suficiente comida para alimentar a todos mientras estaban en el barco. Noé hizo
exactamente lo que Dios le ordenó. Después de que el barco estaba terminado, Dios le ordenó a
Noé poner dentro del barco todos los animales que había recolectado. “Pronto haré que llueva
por cuarenta días y cuarenta noches.” Noé obedeció. Cuando estaban ya dentro del barco, Dios
cerró la puerta. Dios hizo exactamente como lo había dicho, llovió por cuarenta días y cuarenta
noches hasta que el agua cubrió toda la tierra inclusive las montañas más altas. Todo lo que había
sobre la tierra murió – la gente, los animales y las aves – excepto Noé y su familia, que estaban
dentro del barco que flotaba sobre las aguas sin estar en peligro. Pero Dios se acordó de Noé y
envió al viento a secar el agua.
Después de muchos meses, el nivel del agua bajó y el barco se posó sobre una montaña. Dios le
dijo a Noé, “sal del barco y libera a los animales para que puedan volver a poblar la tierra.” Noé
hizo como Dios le dijo y Noé adoró a Dios. Dios bendijo a Noé y a su familia y les dijo, “Tengan
hijos y llenen la tierra. Les prometo que nunca más volveré a destruir la tierra con una
inundación. Así van a saber que yo voy a cumplir mi promesa. Voy a poner un arcoíris en el
cielo cuando llueva. Cuando vea el arcoíris, me voy a acordar de la promesa de nunca destruir la
tierra de nuevo por medio de una inundación.”
05- ABRAHAM, EL HOMBRE QUE
LE CREYÓ A DIOS
Génesis 12:1-7; 15: 1-6
Después de la gran inundación, los descendientes de Abraham llenaron la tierra de gente.
Pero la gente siguió desobedeciendo a Dios porque todavía estaban separados de Él. Sin
embargo, Dios no olvidó a su creación especial y aun quería tener una relación con ellos.
Entonces, un día escogió a un hombre llamado Abraham y a sus descendientes para que formaran
parte de su pueblo especial. Dios le dijo a Abraham, “Abraham deja tu país y ve al lugar que yo
te voy a mostrar. Te voy a bendecir y voy a hacer de tus desdientes una gran nación. Te haré
famoso y todas las familias de la tierra van a ser bendecidas por medio de tus descendientes.”
Abraham creyó lo que Dios le dijo y dejó su casa tal como Dios le había dicho.
Cuando Abraham tenía 70 años, tomó a su esposa y todas sus pertenencias y se fue al lugar que
Dios le había mostrado. Cuando al llegó al lugar que Dios le había mostrado, Abraham
estableció su campamento debajo de un gran árbol. Dios se le apareció en ese mismo lugar y le
hizo una promesa a Abraham: “Le entregaré esta tierra a tus descendientes.” Entonces, Abraham
adoro a Dios.
Algún tiempo después, Dios le habló a Abraham por medio de una visión y le dijo, “no tengas
miedo. Yo te voy a proteger, y te voy a dar una gran recompensa.” Abraham respondió, “¿Dios,
de qué me sirven todas estas bendiciones si no tengo un hijo? Puesto que no me has dado un hijo
uno de mis sirvientes va a ser el heredero.” Dios le respondió, “no, un siervo no va a ser tu
heredero porque tú vas a tener tu propio hijo.” Entonces Dios llevó a Abraham afuera y le dijo,
“mira al cielo y cuenta las estrellas si puedes. Así de numerosa va a ser tu descendencia.”
Abraham le creyó a Dios, y por haberle creído su relación con Dios era buena.
06- LA HISTORIA DE
SARA
Génesis 16:1; 18:1-15; 21:1-3, 5-6
Abraham y su esposa Sara, eran ya muy mayores. Eran muy viejos para tener hijos. Sara
todavía no había tenido hijos.
Un día Dios se le apareció a Abraham en forma de hombre. Abraham estaba sentado en la puerta
de su casa a la hora más caliente del día, cuando alzó su mirada y vio a tres hombres. El corrió
hacia ellos y les dijo, “deténganse y descansen debajo de este árbol. Permítanme lavarles sus
pies y traerles algo de comer.” Ellos respondieron, “sí, hágalo por favor.”
Entonces Abraham corrió a su casa y le dijo a su esposa Sara, “apúrate, hornea pan.” Abraham
corrió al potrero, escogió una vaca y le ordenó a su sirviente que lo preparará para la cena.
Después de un rato, cuando la comida estaba lista, Abraham la trajo a los tres hombres y les
sirvió debajo del árbol. Ellos le preguntaron, “¿dónde está tu esposa Sara?” Abraham les dijo,
“ella está en la casa.”
Uno de los hombres dijo, “el año entrante por ese tiempo voy a regresar y Sara va a tener un
hijo.” Sara oyó lo que él decía y dijo, “estoy muy vieja para tener un bebé”. Y Sara se rio.
Entonces Dios le preguntó a Abraham, “¿por qué se río Sara? ¿Hay acaso algo imposible para
Dios? Te digo de nuevo, por este tiempo el año entrante Sara va a tener un hijo.” Sara tuvo
temor y dijo, “no, yo no me reí.” Pero Dios dijo, “sí, te reíste.”
Dios cumplió lo que prometió. Sarah quedo embarazada y le dio un hijo a Abraham, en el
tiempo cuando Dios dijo que lo tendría. Abraham tenía cien años cuando nació su hijo y le puso
por nombre Isaac, que significa, “el que ríe.”
Sara dijo, “Dios me ha dado por qué reír y todo el que se entere de esto va a reír conmigo.”
07- DAVID ES ESCOGIDO
REY
1 Samuel 16:1-13; 2 Samuel 5:4; 7:1-28
El hijo de Abraham tuvo hijos y esos hijos tuvieron hijos y pronto la descendencia de Abraham
creció hasta convertirse en una gran nación como Dios había prometido. Un día, Dios escogió a
un hombre llamado David para ser el rey de su gente. Veamos cómo es que este hombre fue
escogido para ser rey.
Un día, Dios habló a uno de sus mensajeros y le pidió que fuera a un pueblo cercano a buscar a
cierto hombre que vivía allí. Dios había escogido a uno de los hijos de este hombre para que
fuese el rey de su gente. Dios le dijo al mensajero que invitara al hombre a adorar a Dios y él le
iba mostrar cuál de sus hijos iba a ser el rey. Él hizo como Dios le había dicho y fue a aquel
pueblo y encontró al hombre que Dios le había dicho. Cuando el mensajero vio al hijo mayor de
aquel hombre, él pensó, “éste debe de ser el hombre que Dios ha escogido para ser el líder.”
Pero Dios le dijo al mensajero, “no, este no es el hombre que yo he escogido. La gente mira las
apariencias de las personas, pero yo miro el corazón.”
Siete de los hijos caminaron enfrente del mensajero, pero cada vez Dios dijo, “no, este no es el
líder que he escogido.” El mensajero le pregunto a aquel hombre, “¿tienes más hijos?” Y el
hombre respondió, “tengo uno más que es el más joven y se llama David, pero él está afuera en
el campo cuidando los animales.” Cuando el muchacho fue traído al mensajero, Dios dijo, “este
es el Rey que he escogido.” Y mientras David estaba allí de pie con sus hermanos, el mensajero
puso aceite sobre la cabeza de David para mostrar que él era el líder escogido por Dios. El
Espíritu de Dios estuvo con David desde aquel día.
Después de muchos años, David se convirtió en el Rey de la gente y Dios trajo paz al pueblo.
Un día, otro mensajero de Dios llamado Natán le llevó a David un mensaje de Dios. Le dijo, “yo
te escogí para que fueras el rey de la gente cuando todavía eras un muchacho y todavía cuidabas
de los animales de tu padre. He traído paz al pueblo. Te voy a hacer famoso entre todas las
naciones. Tu familia nunca va a desaparecer y siempre te voy a amar.” Cuando David escucho
esto le creyó a Dios y lo adoró. Y dijo, “Dios, que sea como Tú has dicho; porque Tú eres Dios
y lo que Tú dices siempre es verdad.”
08- DAVID Y BETZABÉ
2 Samuel 11:1-27; 23:8, 39
En la época del año cuando los líderes se iban a pelear contra sus enemigos, David envió a sus
soldados a pelear, pero él se quedó en su casa. Un día después de descansar, David se levantó y
fue a caminar sobre el techo de su casa y al mirar, vio a una mujer bañándose desnuda en otra
casa. David envió a alguien a averiguar quién era esta mujer y le dijeron que se llamaba
Betzabé, la esposa de uno de los soldados de confianza de David. Puesto que su esposo estaba
lejos en la guerra, David mando a traer a Betzabé y se acostó con ella y después la envió a su
casa. Algún tiempo después, Betzabé le envió un mensaje a David diciéndole que estaba
embarazada y que, sin duda alguna, el hijo era de él.
David mandó a buscar al esposo de Betzabé y cuando éste llego le pregunté cómo estaban las
cosas en el frente de batalla y luego lo mando a ir a casa con su esposa. Pero él no fue a su casa,
en su lugar, se fue a la entrada de la casa de David junto con los demás soldados.
Al día siguiente David le preguntó, “¿por qué no fuiste a ver a tu esposa?” El esposo de Betzabé
respondió, “¿Por qué debería de irme a mi casa a estar con mi esposa cuando los demás soldados
están afuera peleando y durmiendo en el campo?” David le pidió que se quedara una noche más
y lo invitó a comer con él. David lo emborrachó, pero aun así aquel hombre no fue a casa a ver a
su esposa.
Al día siguiente, David envió al esposo de Betzabé al frente de batalla con una carta sellada para
el líder de los soldados. La carta ordenaba poner al esposo de Betzabé al frente de la pelea y, en
el momento oportuno, hacer que todos los demás soldados se retiraran para que a él lo mataran.
El líder de los soldados hizo como él lo mandó y el esposo de Betzabé murió junto con otros
soldados. El líder le mandó un mensaje a David contándole lo que había sucedido. Y entonces
David respondió, “los soldados mueren en la batalla todo el tiempo; peleen más duro la próxima
vez.”
Cuando Betzabé oyó de la muerte de su esposo se puso muy triste. Después de algún tiempo
David la hizo su esposa y ella tuvo al hijo de David. Dios estaba muy descontento con lo que
David había hecho.
09- NATÁN, EL MENSAJERO DE
DIOS
2 Samuel 12:1-25
Dios estaba muy molesto con lo que David había hecho, por lo que envió a su mensajero Natán a
que le contara una historia a David.
Natán le dijo a David, “había dos hombres en un pueblo, uno era muy rico y el otro era muy
pobre. El hombre rico tenía muchos animales, mientras que el hombre pobre solo tenía uno al
cual amaba muchísimo y lo trataba como un niño. Un día, un hombre vino a cenar a la casa del
rico. En vez de matar a uno de sus propios animales para la comida, el hombre rico fue a la casa
del pobre y robó el animal que aquel tanto amaba. Lo mató y lo sirvió a su invitado.”
Cuando David escuchó esta historia, se puso muy enojado. “Este hombre debería morir por lo
que ha hecho. El debería reemplazar el animal con por lo menos cuatro más. “Natán le dijo a
David, “tú eres ese hombre. Dios te dice, yo te he hecho el rey de mi gente y te he dado todo lo
que tienes. Yo te habría dado mucho más, entonces ¿por qué me has desobedecido al matar un
hombre y robarle su esposa?”. Puesto que me has desobedecido, lo que has hecho en secreto, te
va a pasar a ti en frente de todos.
David respondió, “sí, he desobedecido a Dios.” Natán le dio, “Dios te ha perdonado y no vas a
morir por tu desobediencia, pero por lo que has hecho, tu hijo va a morir.”
Poco tiempo después, el bebé de Betzabé se puso muy enfermo. David oró y le rogó a Dios que
sanará al bebé. Pero siete días después el bebé murió.
David consoló a Betzabé y durmió con ella. Ella quedó embarazada y tuvo otro hijo al cual Dios
amó.
10- LA HISTORIA DE
ELÍAS
I Reyes 18:19-30, 32-40
Después de David, muchos del pueblo de Dios le desobedecieron e inclusive escogieron adorar a
dioses falsos; uno de estos dioses se llamaba Baal. Algunos del pueblo de Dios tenían una buena
relación con El y uno de ellos era un mensajero llamado Elías.
Un día Elías llamó a todo el pueblo de Dios y a cuatrocientos cincuenta líderes religiosos de Baal
para que fueran a una montaña. Elías les dijo, “¿Por cuánto tiempo más se van a rehusar a tomar
una decisión, si el Creador es Dios síganlo, si Baal es dios síganlo?” Pero la gente se quedó
callada. Entonces él dijo, “Tráiganme dos toros, uno será para los líderes religiosos de Baal y
otro para mí. Ambos vamos a hacer un altar y a poner leña en él. Después vamos a destazar los
toros y a ponerlos cada uno sobre su altar, pero no le vamos a prender fuego. Ustedes van a
invocar a su dios y yo voy a invocar al Creador. El dios que responda prendiendo fuego a la
madera es el verdadero Dios.” Todos estuvieron de acuerdo.
Elías les dijo a los líderes religiosos de Baal, “ustedes primero.” Ellos pusieron al toro sobre su
altar e invocaron a Baal desde la mañana hasta el mediodía, gritando “Baal respóndenos” pero
nada sucedió.
A mediodía, Elías les dijo, “deben gritar más fuerte. Baal debe de estar durmiendo o debe de
andar en el baño, o debe de estar de viaje, o puede estar dormido y necesita que lo despierten.”
Entonces ellos gritaron más fuerte y de acuerdo con su costumbre se cortaron la piel hasta que
empezaron a sangrar. Así siguieron hasta la noche, pero nada sucedió.
Entonces Elías llamo a la gente, “vengan acá” y todos vinieron hacia él. El cabo una zanja
alrededor del altar y uso cuatro recipientes grandes con agua para mojar al toro y al altar. Y lo
hicieron una y otra vez hasta que la zanja se llenó de agua.
Elías entonces fue al altar y oró, “nuestro Creador, Dios de Abraham. Muéstranos hoy que tú
eres Dios y que yo soy tu siervo. Creador, respóndame para que esta gente pueda saber que tú
eres Dios y que los has traído de nuevo para que tengan una buena relación contigo.”
Inmediatamente, fuego descendió del cielo y quemó al toro, la madera, el altar, e inclusive el
agua en la zanja. Cuando la gente vio esto, se arrodillaron y dijeron “el Creador, Él es Dios. Sí,
el Creador es Dios.”
11- LA PROMESA
Isaías 7:14; 9:6 y 7; 61:1-3; 53:1-12
Después de Elías el pueblo de Dios continuó desobedeciéndole, y por ello seguían separados de
Él. Pero Dios no olvidó su creación especial y que quería tener una buena relación con ellos. El
continuó enviándoles mensajeros para decirles cómo es que podían conocerlo.
Un día, Él les mandó un mensajero especial llamado Isaías para darles una promesa de
esperanza. Él le dijo a la gente, “un día Dios nos va a enviar un Salvador. El Salvador va a
nacer de una virgen y va a ser un descendiente de David. Él va a guiar al pueblo de Dios a la paz
y a una buena relación con Dios”.
“Cuando él venga, el Espíritu de Dios va a estar sobre Él, para que pueda traer buenas noticias a
los pobres, sanar a los enfermos, traer libertad al cautivo, y dar vista a los ciegos. Pero algunos
no lo van a reconocer como el Salvador lo van a odiar y lo van a tratar muy mal y Él va a sufrir.
Él tomará la carga de nuestros dolores y lamentos. Él va a ser golpeado para traernos paz”.
Isaías continuó diciéndoles, “todos nos hemos apartado de Dios y le hemos desobedecido. Pero
Dios va a poner toda nuestra desobediencia sobre el Salvador.
Cuando lo maten, el Salvador no va a decir nada en contra de la gente, si no que va a escoger
entregar su vida como pago por nuestra desobediencia. Pero Dios va a levantar al Salvador de
muerte a vida otra vez. Y por lo que Él va a hacer, mucha gente puede tener una buena relación
con Dios.”
Ese fue el mensaje que Isaías le dio a la gente. Y desde entonces la gente esperó y esperó por la
llegada del Salvador.
La Vida de Jesús
Historias de los Cuatro Evangelios

12- El Nacimiento de Jesús


13- El Bautismo de Jesús
14- Jesús en el Lugar de Adoración
15- Jesús Llama a Sus Seguidores
16- La Mujer en el Pozo
17- Los Cuatro Amigos
18- Los Cuatro Tipos de Tierra
19- Jesús Calmando La Tormenta
20- El Hombre Lleno de Demonios
21- La Hija de Jairo
22- Seguridad Eterna
23- Un Hombre Recupera la Vista
24- Jesús les Enseña Cómo Orar
25- La Última Cena
26- El Arresto y Juicio de Jesús
27- La Ejecución de Jesús
28- Jesús Resucita
12- EL NACIMIENTO DE
JESÚS
Mateo 1:18-25; Luca 2:21-34, y 39-49
Después de la promesa a Isaías, la gente esperó y esperó por la venida de su Salvador. Un día
Dios envió al Salvador y ésta es la historia de cómo nació.
El nombre del Salvador es Jesús. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con un
hombre llamado José. Pero antes de que fuese la boda, y aun siendo virgen, Dios escogió a
María para traer al Salvador al mundo. Ella quedó embarazada por el poder del Espíritu Santo.
José era un buen hombre y no quería avergonzar a María delante de todos por lo que decidió
poner fin al compromiso calladamente. Mientras él pensaba en esto se quedó dormido y tuvo
un sueño. En el sueño se le apareció un ángel de Dios que le dijo, “José, descendiente de David,
no tengas miedo de tomar a María como esposa, porque el Niño dentro de ella fue puesto allí por
el poder del Espíritu de Dios. Ella va a tener un hijo y lo vas a llamar Jesús porque él va a traer a
la gente a una buena relación con Dios.” Cuando José despertó hizo exactamente como el ángel
le había dicho, él se casó con María, pero no tuvo sexo con ella.
Un tiempo después, María dio a luz un hijo y le pusieron por nombre Jesús, tal como el ángel le
había dicho a José. Algún tiempo después sus padres lo llevaron al lugar de adoración para
presentarlo ante Dios. Cuando llegaron allá, encontraron a un hombre que había estado
esperando por la llegada del Salvador. Cuando él vio al bebe, lo tomo en sus brazos y adoro a
Dios y dijo, “he visto al Salvador que le has dado a la gente. Él es una luz para mostrarle a todas
las naciones como tener una buena relación con Dios.” José y María estaban maravillados de lo
que aquel hombre decía acerca de Jesús. Entonces el hombre los bendijo y le dijo a María, “este
niño va a ser rechazado por muchos, pero eso va a ser su perdición. Sin embargo, él va a ser el
mayor de los gozos para muchos otros.”
María y José regresaron a casa con Jesús, quien crecía sano y fuerte. Él estaba lleno de sabiduría
y Dios estaba contento con Él.
13- EL BAUTISMO DE
JESÚS
Lucas 3:1-3, 10-22; Mateo 3:7-9, 13-15
Dios cumplió su promesa y envió al Salvador. Su nombre era Jesús y creció hasta convertirse en
un adulto. Dios envió un mensajero delante de Él para preparar a la gente para la venida del
Salvador.
El nombre del mensajero era Juan. Juan visitó muchos lugares, diciéndole a la gente que
deberían ser bautizados. Ellos debían ser sumergidos y sacados del agua para mostrar que habían
dejado su desobediencia y vuelto a Dios para ser perdonados.
Algunos líderes religiosos vinieron a escuchar a Juan y éste les dijo, “¡víboras! ¿quién les aviso
para que huyeran del castigo de Dios? Demuestren con su manera de vivir que realmente se han
vuelto hacia Dios. No solo se digan los unos a los otros que estamos a salvos porque somos
descendientes de Abraham. Dios podría hacer que estas piedras en el camino se conviertan en
descendientes de Abraham.” Entonces la multitud le preguntó a Juan, “¿qué debemos de
hacer’”. Él les respondió, “si tienen dos abrigos, denle uno al pobre. Si tienen comida,
compártanla con aquellos que tienen hambre.” Entonces alguna gente corrupta, quienes
recolectaban dinero para el gobierno, vino a Juan y le preguntaron, “¿Qué debemos hacer?” Él
les respondió, “demuestren su honestidad. Asegúrense de no cobrar a nadie más de lo que el
gobierno les pide.” Entonces algunos soldados le preguntaron, “¿Qué debemos de hacer?” Juan
les respondió, “estén satisfechos con su paga. No le quiten el dinero a la gente y no los acusen
de cosas que no han hecho.”
Todos se preguntaban si Juan era el Salvador. Pero Juan les dijo, “yo los bautizo con agua; pero
el Salvador que viene después de mi es mucho mayor que yo. Él los va a bautizar con el Espíritu
de Dios y con fuego.”
Un Día Jesús mismo vino para ser bautizado por Juan a pesar de que nunca había hecho nada
malo. Juan trató de decirle que no y le dijo, “yo soy quien necesita ser bautizado por ti.” Jesús
respondió, “necesito que me bautices para mostrar que soy obediente a Dios.” Juan entonces
entendió y lo bautizó. Cuando Jesús salía del agua, los cielos fueron abiertos y el Espíritu de
Dios descendió sobre Él en forma de paloma. Una voz del cielo dijo, “tú eres mi Hijo. Te amo y
estoy muy complacido contigo.”
14- JESÚS EN EL LUGAR DE
ADORACIÓN
Lucas 4:16-21, 40-44
Después de que Jesús fue bautizado, El viajo de lugar en lugar y mucha gente vino a verlo y a
escuchar lo que Él tenía que decir. Algunos creyeron que Él era el Salvador, pero otros no.
Un día Jesús fue al lugar de adoración y se puso en pie delante de la gente para leer del Libro del
Mensajero Isaías. El leyó, “Cuando el Salvador venga, el Espíritu de Dios va a estar sobre Él
para que traiga buenas nuevas a los pobres, salud a aquellos que están sufriendo, libertad a los
cautivos y darles vista a los ciegos.” Después de que leyó esto, Él se sentó y la gente estaba
esperando para ver lo que iba a decir. Él dijo, “hoy se ha cumplido este mensaje.”
Luego ese mismo día, la gente de la comunidad trajo a sus familiares enfermos para ver a Jesús.
Sin importar la enfermedad que tenían, todos fueron sanados cuando Jesús los tocó. También
trajeron mucha gente con espíritus malignos para verlo a Él. Cuando Jesús les ordenó a los
espíritus malignos que se fueran, ellos gritaron, “¡Tú eres el Hijo de Dios!”
Al día siguiente, la gente buscaba a Jesús por todas partes, pero no pudieron encontrarlo.
Cuando al fin lo encontraron, le pidieron que no se fuera. Pero Jesús dijo, “debo compartir las
buenas noticias de Dios con otras comunidades también, para eso he venido.” Entonces, Jesús se
fue y viajó de comunidad en comunidad compartiendo las buenas noticias.
15- JESÚS LLAMA A SUS
SEGUIDORES MÁS
CERCANOS
Mateo 4:18-22; Lucas 5:27-32; 6:12-17
Jesús estaba viajando, enseñando y sanando a la gente y muchos de ellos empezaron a seguirlo.
Jesús entonces llamó a algunas personas para que lo siguieran.
Un día Jesús caminaba a la orilla de un lago cuando vio a Pedro y a su hermano que estaban
pescando. Los llamó diciendo, “vengan y les voy a enseñar cómo ser pescadores de hombres.”
Pedro y su hermano inmediatamente dejaron sus redes y siguieron a Jesús. Entonces Jesús
continúo caminando a la orilla del lago y vio a Juan y su hermano limpiando las redes junto con
su padre en un bote. Jesús los llamó por sus nombres. Inmediatamente dejaron sus redes y a su
padre y siguieron a Jesús.
Después Jesús vio a un hombre sentado a la mesa cobrando impuestos para el gobierno. Y Jesús
le dijo, “quiero que seas mi seguidor.” Inmediatamente el hombre lo dejo todo y siguió a Jesús.
Ese hombre después llevo a Jesús a cenar a su casa. Había mucha gente allí y algunos eran
oficiales corruptos del gobierno. Los líderes religiosos estaban molestos y preguntaron, “¿por
qué está Jesús comiendo con esta gente corrupta?” Pero Jesús dijo, “la gente sana no necesita un
doctor sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a la gente que ya piensan que son
suficientemente buenos. Yo he venido a llamar a las personas que saben que han desobedecido a
Dios y que quieren seguirlo a Él.”
Después, Jesús fue a una montaña a orar y escogió a doce hombres de todos los que lo seguían
para que fueran sus apóstoles, sus seguidores más cercanos.
16- LA MUJER EN EL
POZO
Mateo 4:23; Juan 4:4-11, 13-19, 25-30, 39-42
Jesús estaba viajando enseñando acerca de Dios y sanando a los enfermos cuando un día
caminaba por un área donde vivían personas que no eran descendientes de David. Jesús estaba
cansado de su viaje y se sentó a la orilla de un pozo a descansar mientras sus seguidores cercanos
fueron a comprar comida. Mientras Él estaba allí, una mujer vino al pozo a sacar agua y Jesús le
pidió que le diera agua para tomar. Ella se sorprendió de que Él le hablara y le dijo, “mira quien
Tú eres y mírame a mí – tu gente no le habla a mi gente. ¿Por qué me estas pidiendo agua?”
Jesús dijo, “si supieras quién soy, tú me pedirías a mí de beber y yo te daría agua viva.” Ella
respondió, “Tú no tienes un balde o una cuerda y este pozo es bastante hondo, ¿cómo me vas a
dar agua?”. Jesús le dijo, “si tomas de esta agua vas a tener sed otra vez, pero si tomas del agua
que yo te ofrezco, nunca vas a tener sed otra vez y vas a vivir para siempre.” Ella le dijo, “por
favor, dame un poco de esa agua para que no me de sed de nuevo y para que no tenga que volver
al pozo a sacar agua.”
Jesús le dijo, “ve y trae a tu esposo.” La mujer respondió, “no tengo esposo.” Jesús dijo, “bien
has dicho que no tienes esposo, de hecho, has tenido cinco esposos y no estás casada con el
hombre que vives ahora.” La mujer se sorprendió y dijo, “Tú debes ser uno de los mensajeros de
Dios. Yo sé que el Salvador va a venir pronto y que Él nos va a explicar todas las cosas.” Jesús
le dijo, “Ése soy Yo.”
En ese momento, los seguidores cercanos de Jesús regresaron y la mujer se fue corriendo al
pueblo para contarle a la gente lo que había aprendido. Ella les dijo, “vengan conmigo. Hay un
hombre en el pozo que me ha dicho todo acerca de mí; ¿podrá ser él, El Salvador?” Después de
escuchar la historia que la mujer les conto, muchas de las personas creyeron y se fueron de prisa
a donde Jesús estaba y le pidieron que se quedara con ellos. Jesús se quedó con ellos por dos
días y muchos más creyeron en Jesús por el mensaje de Él. Ellos entonces dijeron a la mujer,
“ahora creemos no sólo por lo que tú nos contaste sino porque nosotros mismos lo hemos oído.
Sabemos que Él realmente es el Salvador.”
17- LOS CUATRO AMIGOS
Lucas 5:15-26
Jesús continúo viajando enseñando y sanando. Mucha gente oyó acerca del poder de Jesús y
vinieron a escuchar sus enseñanzas y a ser sanados. Pero Jesús con frecuencia se apartaba para
orar a solas.
Un día Jesús estaba enseñando en una casa y había mucha gente allí, incluyendo algunos líderes
religiosos. Y el poder sanador de Dios se manifestaba fuertemente por medio de Jesús.
Cuatro hombres le trajeron a Jesús, en una camilla, a un hombre que no podía caminar. Ellos
trataron de llevarlo adentro donde estaba Jesús, pero había tanta gente que no pudieron.
Entonces se subieron al techo de la casa e hicieron un hoyo. Y entonces bajaron al hombre en la
camilla justo en frente de Jesús. Viendo su falta de fe, Jesús le dijo al hombre, “varón, tu
desobediencia a Dios te ha sido perdonada.”
Pero los líderes religiosos pensaban en su corazón, “¿quién se cree que es? Él no está mostrando
respeto a Dios. Dios es el único que puede perdonar a la gente que le desobedece”.
Jesús sabía lo que estaba pensado, y les pregunto, “¿qué es más fácil decir, tus pecados te son
perdonados o, levántate y camina? Pero para que sepa que yo tengo la autoridad de perdonar la
desobediencia a Dios, Jesús se volvió al hombre y le dijo levántate coge tu litera y vete a casa.”
Inmediatamente el hombre se puso de pie, recogió su camilla y se fue a casa alabando a Dios.
Todos estaban maravillados y alabaron a Dios diciendo, “hoy hemos visto cosas maravillosas.”
18- LOS CUATRO TIPOS DE
TIERRA
Lucas 8:4-21
Un día Jesús contó esta historia a un gran número de personas que habían venido de muchos
pueblos para escucharlo. Les dijo, “un campesino salió a sembrar. Y mientras esparcía semillas
por el campo, algunas semillas cayeron sobre tierra dura y las aves vinieron y se las comieron.
Algunas otras semillas cayeron sobre las piedras. Crecieron, pero pronto las plantas murieron
porque no tenían suficiente agua. Otras semillas cayeron entre espinas y pronto los espinos
ahogaron a las plantas nuevas. Pero otras semillas cayeron en buena tierra. Estas semillas
crecieron y produjeron una cosecha que era cien veces más de lo que se había plantado.”
Entonces les dijo, todos ustedes deben escuchar esta historia y entenderla.”
Él les dijo, este es el significado de la historia: la semilla es la historia de Dios. Las semillas que
cayeron en tierra duran son aquellos que oyen en mensaje, pero Satanás viene y lo quita de su
corazón para que no puedan creer. Las semillas que cayeron en las piedras son aquellos que
oyeron el mensaje y lo reciben con alegría, pero puesto que no tienen raíces profundas, creen por
un corto tiempo, pero dejan de creer cuando sienten el deseo de desobedecer a Dios. Las
semillas que cayeron entre las espinas son aquellos que oyen el mensaje, pero pronto el mensaje
es ahogado por los deseos y las pasiones de la vida, de modo que nunca llegan a madurar. Las
semillas que cayeron en buena tierra son las personas que escuchan la historia de Dios y la
obedecen, y pacientemente producen una gran cosecha en su vida.
En ese momento alguien le dijo a Jesús, “tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte.”
Jesús respondió, “mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la
obedecen.”
19- JESÚS CALMANDO LA
TORMENTA
Lucas 8:22-25; Mateo 14:22-23
Un día, Jesús y sus seguidores más cercanos se subieron en un bote para ir al otro lado del lago.
Mientras estaban cruzando, Jesús fue a la parte de atrás del bote y se quedó dormido.
Poco tiempo después, vino una gran tormenta. Había mucho viento y olas, y las olas empezaron
a golpear el lado del bote y parecía que se iba a hundir. Sus seguidores más cercanos fueron a
tratar de despertarlo diciéndole, “Jesús despierta. Nos vamos a hundir.”
Jesús se levantó y hablo al viento y a las olas y les dijo, “cálmense.” He inmediatamente la
tormenta se detuvo y todo se puso en calma. Entonces Jesús les digo a sus seguidores más
cercanos, “¿por qué tuvieron miedo? ¿No tienen ni siquiera un poquito de fe?”
Sus seguidores más cercanos estaban tan asombrados que dijeron, “¿quién es este que hasta el
viento y las olas le obedecen?”
Otro día, sus seguidores cercanos se adelantaron para cruzar el lago mientras Él se quedó atrás
para adorar. Más tarde esa noche, cuando el bote todavía estaba lejos de la orilla, vino una gran
tormenta. A los seguidores de Jesús les costaba remar porque había fuertes vientos y olas. Jesús
entonces vino a ellos caminando encima del agua.
Cuando lo vieron pensaron que era un fantasma. Pero Jesús les dijo, “no tengan miedo, soy Yo”.
Pedro respondió, “si eres tú, permite que yo vaya hacia ti caminando sobre el agua.” Y Jesús le
dijo, “ven.”
Pedro se bajó del bote y fue hacia Jesús, caminando sobre el agua. Pero cuando Pedro vio lo
fuerte que era el viento y las olas y tuvo miedo. El empezó a hundirse y pidió a Jesús diciendo,
“por favor sálvame.”
Inmediatamente, Jesús extendió su mano y agarro a Pedro, y juntos regresaron al bote. Tan
pronto como entraron al bote el viento se detuvo. Sus seguidores más cercanos alabaron a Jesús
diciendo, “Tú realmente eres el Hijo de Dios.”
20- EL HOMBRE LLENO DE
ESPÍRITUS MALIGNOS
Marcos 5:1-20
Un día, Jesús y sus seguidores más cercanos se subieron en un bote y fueron al otro lado del
lago. En el momento que Jesús se baja del bote, un hombre que estaba poseído por espíritus
malignos corrió a recibirlo. Este hombre vivía en un cementerio y cada día corría desnudo en
medio de las tumbas gritando. Agarraba piedras y se cortaba a sí mismo. La gente de la aldea
trataba de atarlo, pero él rompía las cadenas y seguía corriendo por las tumbas.
El hombre corrió hacia Jesús y se postró ante de Él y gritó, “Jesús, hijo del Dios Altísimo, ¿qué
quieres de mí?”. Porque Jesús ya les había ordenado a los espíritus malignos que salieran de
aquel hombre. Jesús preguntó, “Cuál es tu nombre?” Los espíritus malignos respondieron,
“muchos. Porque hay muchos de nosotros dentro de este hombre.” Había una gran cantidad de
cerdos en la colina. Entonces los espíritus le rogaron a Jesús diciendo, “por favor no nos envíes
al lugar preparado para aquellos que desobedecen a Dios, mándanos a los cerdos que están allá.”
Jesús entonces les dio permiso. Los espíritus salieron del hombre y entraron en los cerdos, y el
grupo de cerdos empezó a correr y se tiraron de un barranco y cayeron a un lago y se ahogaron.
Los que cuidaban los cerdos vieron lo que sucedió y corrieron de regreso al pueblo y le dijeron a
la gente lo que habían visto. La gente entonces vino al cementerio y vieron aquel hombre que
ahora estaba libre de espíritus malignos, sentado a los pies de Jesús, completamente vestido, y en
su sano juicio. La gente tuvo miedo y le rogaron a Jesús que se fuera de aquel lugar. Entonces
Jesús y sus seguidores más cercanos regresaron al bote. El hombre que había sido liberado de
los espíritus malignos seguía a Jesús rogándole que lo dejara ir con El. Pero Jesús le dijo, “no,
regresa y cuéntale a tu familia y a tus amigos acerca del gran milagro que Dios ha hecho por ti el
día de hoy y de cómo te ha mostrado misericordia.” Entonces el hombre regreso y le conto a su
familia, a sus amigos, y a la gente de toda la región acerca del gran milagro que Jesús había
hecho por él. Y todos los que oyeron esta historia estaban maravillados.
21- LA HIJA DE JAIRO
Marcos 5:21-43
Después de que Jesús liberó al hombre con espíritus malignos, Él y sus seguidores más cercanos
se subieron al bote y cruzaron al otro lado del lago.
Cuando llegaron, una gran cantidad de personas se reunió alrededor de Él. En el grupo había un
líder religioso llamado Jairo. El vino a Jesús y le dijo, “mi hija está muy enferma y se está
muriendo. Por favor, ven y pon tu mano sobre ella para que sea sanada.” Entonces Jesús y toda
la gente empezaron a caminar hacia su casa.
Dentro del grupo había una mujer que había estado sangrando por doce años. Ella había ido a
muchos doctores y había gastado todo lo que tenía para pagarles. Pero ella no había mejorado,
más bien había empeorado. Ella pensó dentro de sí misma. “Sin tan solo pudiera tocar su ropa,
yo sé que quedaría sana.” En el momento en que ella toco sus ropas, el sangrado se detuvo y ella
fue sanada. Jesús supo que alguien lo había tocado por que pudo sentir el poder sanador saliendo
de Él. Entonces se detuvo y pregunto, “¿quién me toco?” Sus seguidores dijeron, “toda esta
gente nos aprieta, y tú preguntas ‘¿Quién me ha tocado?’” La mujer tuvo miedo y cayó a los pies
de Jesús y le dijo lo que había hecho. Jesús le dijo, “por tu fe, has sido sanada. Ve en paz.”
Mientras todavía le estaba hablando, vinieron unos mensajeros de la casa de Jairo y le dijeron a
este, “Tu hija ha muerto. No molestes más a Jesús.” Pero Jesús los escucho y le dijo a Jairo, “no
te preocupes, sólo cree.”
Jesús dejo a la multitud y se fue a la casa del líder religioso con tres de sus seguidores más
cercanos. Cuando llegaron a la casa, todos estaban muy tristes y llorando. Pero Jesús les
pregunto, “¿por qué lloran? La niña no está muerta, solo duerme.” Pero todos se rieron de Él.
Jesús junto con sus tres seguidores la mamá y el papá fueron al cuarto donde la niña estaba
acostada. El tomo la mano de la niña y le dijo, “niña, levántate” ella se levantó y empezó a
caminar. Todos estaban maravillados y muy felices. Jesús les dijo, “no le cuenten a nadie lo que
ha sucedido, y denle de comer a la niña.”
22- SEGURIDAD ETERNA
Juan 10:14-39
La fama de Jesús siguió extendiéndose y el continuó enseñándole a la gente. Algunos creyeron
que él era el Salvador, pero otros no. Un día Jesús estaba hablando a aquellos que no creían que
Él era el Salvador.
Él les dijo, “Yo soy el buen Pastor. Yo conozco mis ovejas y ellas me conocen y me siguen.
Dios, mi Padre, me ama porque yo he elegido dar mi vida por mis ovejas. Yo tengo el poder
para entregar mi vida y tengo el poder para tomarla de nuevo.”. La gente estaba dividida.
Algunos creyeron, pero otros no.
En otra ocasión, Jesús estaba en la ciudad dentro del lugar de adoración y la gente lo rodeaba y le
preguntaba, “¿Cuándo nos vas a decir si Tú eres el Salvador? Si tú eres el Salvador, dínoslo.”
Jesús les dijo, “ya se los he dicho y ustedes no han creído. Ustedes no me han creído porque no
son mis ovejas. Mis ovejas me escuchan y yo las conozco y ellas me siguen. Ellas van a estar
conmigo para siempre y nunca van a estar separadas de Dios. Yo las tengo en mi mano. Nadie
me las puede arrebatar de mi mano porque nadie las puede arrebatar de la mano de Dios, porque
Dios es más poderoso que todos. Mi Padre, Dios, me las ha dado. Mi Padre y Yo somos uno.
Entonces, la gente se enojó y querían matarlo diciendo, “tú eres tan sólo un hombre y estás
diciendo que eres Dios.” Jesús les respondió, “¿por qué están diciendo que yo soy irrespetuoso
para con Dios cuando digo que soy su Hijo? Si no quieren creerme, tomen como prueba las
obras y los milagros que Dios ha hecho a través de mi porque Dios y Yo somos uno.” Ellos
trataron de arrestar a Jesús, pero él se les escapo.
Desde ese día, los líderes religiosos empezaron a buscar la manera de matar a Jesús.
23- JESÚS LES ENSEÑA
CÓMO ORAR
Lucas 11:1-13, Mateo 6:9-13
Un día mientras Jesús estaba orando, sus seguidores más cercanos vinieron a Él y le pidieron
diciendo “por favor enséñanos a orar.”
Jesús dijo, “esta es la manera como deben orar:
Padre nuestro que estas en el cielo, que Tu nombre siga siendo Santo
Que Tu Reino venga sobre nosotros, que se haga tu voluntad aquí en la tierra como es hecho en
el cielo. Danos el alimento de cada día. Perdona nuestra desobediencia, así como nosotros
perdonamos a los que nos tratan mal.
No permitas que te desobedezcamos y sálvanos del maligno. Amen.”
Jesús siguió enseñándoles acerca de la oración y les conto una historia. Les dijo, “es como
cuando usted va a la casa de un amigo tarde en la noche a pedir comida para algunos invitados
que acaban de llegar. Mientras usted toca la puerta, su amigo grita, “es tarde y ya nos acostamos.
No nos molestes.” Pero si sigues llamando a la puerta, tu amigo se va a levantar y te va a dar lo
que necesitas. Pero no te lo va a dar porque eres su amigo; te lo va a dar porque fuiste
persistente.
Entonces les digo, cuando oren sigan pidiendo y van a recibir, sigan buscando y van a encontrar
lo que están buscando, sigan llamando a la puerta y se les será abierto.
Padres ¿si su hijo les pide un pescado, le darían una serpiente? ¿O si les pide un huevo, les darían
un escorpión? Por supuesto que no. Entonces si incluso ustedes que son desobedientes, saben
cómo dar buenas cosas a sus hijos, ¿cuánto más va Dios, su Padre celestial, a dar su Espíritu a
aquellos que se lo pidan?”
24- UN HOMBRE RECUPERA
LA VISTA
Lucas 18:15-17, 31-42
Un día algunos padres trajeron a sus niños para que Jesús los bendijese. Pero, los seguidores
más cercanos de Jesús les dijeron que no lo molestaran. Pero Jesús llamo a los niños para que se
acercaran a Él y les dijo a sus seguidores, “dejen que los niños vengan a mí. No los detengan.
Porque cualquiera que no viene a mí como uno de ellos nunca va a tener una relación correcta
con Dios.”
Jesús siguió viajando de ciudad en ciudad con sus seguidores. Un día cuando estaban en el
camino a una a ciudad llamada Jerusalén Él les dijo a sus seguidores más cercanos, “cuando
lleguemos a Jerusalén, todo lo que los mensajeros dijeron acerca de mi va a suceder. Voy a ser
entregado a los soldados para que me maltraten, me golpeen, y que me maten. Pero al tercer día
voy a resucitar de entre los muertos.” Pero ellos no entendieron lo que Él les estaba diciendo.
Al acercarse a un pueblo, un hombre ciego que pedía limosna estaba sentado al lado del camino.
Cuando oyó el ruido de un gentío pasando, el pregunto, “¿qué está pasando?” Ellos le dijeron
que Jesús estaba pasando por allí. Entonces él empezó a gritar diciendo, “Jesús, descendiente de
David, ten misericordia de mí.” La gente trato de que se callara, pero él en cambio gritaba más
fuerte, “Jesús, descendiente de David, ten misericordia de mí.” Cuando Jesús lo escuchó, se
detuvo y le pidió a la gente que trajeran al ciego donde Él estaba. Jesús entonces le pregunto al
hombre, “¿qué quieres que haga por ti?” El respondió, “quiero ver”. Jesús le dijo, “ahora puedes
ver. Has sido sanado porque has tenido fe.” Instantáneamente el hombre pudo ver y seguía a
Jesús alabando a Dios. Y todos los que lo vieron también alababan a Dios.
25- LA ÚLTIMA CENA
Lucas 22:1-20; Juan 13:3-17, 34-35; Mateo 26:30
Jesús y sus seguidores más cercanos llegaron a Jerusalén en la época de un festival religioso muy
importante. Había mucha gente en la ciudad. Judas, uno de los seguidores cercanos de Jesús,
fue a hablar con los líderes religiosos para decirles que él iba a traicionar a Jesús y entregárselos.
Los líderes religiosos estaban muy contentos por esto y acordaron darle una recompensa.
Entonces Judas empezó a buscar la oportunidad de traicionar a Jesús cuando no había mucha
gente cerca de Él para que pudieran arrestarlo sin hacer mucha bulla.
Judas se reunió con Jesús y los otros seguidores cercanos para cenar durante el festival religioso.
Jesús entonces les dijo, “he estado esperando la oportunidad de tener esta cena con ustedes antes
de que comience mi tiempo de sufrimiento.” Jesús sabía que Dios le había dado poder sobre
todas las cosas, entonces se levantó de la mesa y se puso una toalla alrededor de su cintura. Puso
agua en un recipiente y empezó a lavar los pies de sus seguidores más cercanos y a secárselos
con la toalla. Después de que les lavó los pies se sentó en la mesa con ellos y preguntó,
“¿ustedes entienden lo que estoy haciendo? Ustedes me llaman Señor y Maestro y están en lo
correcto. Porque Yo soy su Señor y Maestro, y así como he lavado sus pies, ustedes deben
lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo para que lo sigan. Es cierto que un siervo
no es mayor que su Señor. Ahora que saben estas cosas, Dios los va a bendecir cuando las
hagan.” Jesús agrego, “ámese el uno al otro. Ustedes deben amarse los unos a los otros como yo
los he amado. El amor que ustedes muestren unos a otros le va a demostrar al mundo que
ustedes son mis seguidores.”
Entonces Jesús tomó pan y le dio gracias a Dios por él y les dio a sus seguidores cercanos para
que comieran. Les dijo, “Este pan representa mi cuerpo que va a ser entregado por ustedes.
Hagan esto para recordarme. También tomo la copa y dijo, “Esta copa representa la sangre que
voy a derramar por ustedes. Es la prueba de la promesa que Dios hizo de restaurarlos a una
relación buena y correcta con Él.” Cantaron entonces una canción de alabanza a Dios y se
fueron a una pequeña montaña en las afueras de la ciudad para orar.
26- EL ARRESTO Y JUICIO
DE JESÚS
Lucas 22:39, 23:13-21; Mateo 26:36, 45-67; 27:1-2, 11-14, 24-26.
Más tarde esa noche, Jesús y sus seguidores más cercanos estaban en una colina justo afuera de
la ciudad. Jesús dijo, “espérenme aquí mientras voy un poco más allá para orar. Poco tiempo
después regreso donde estaban sus seguidores más cercanos y les dijo, “escuchen, el tiempo ha
llegado. El que me va a traicionar está aquí. Entonces Judas, uno de sus doce seguidores más
cercano, llego junto con un gran grupo de personas armados con espadas y palos. Ellos agarraron
a Jesús y lo arrestaron y todos sus seguidores cercanos huyeron y lo abandonaron.
A Jesús lo llevaron entonces a la casa del jefe de los líderes religiosos donde muchos de los otros
líderes religiosos se habían reunido. Ellos estaban tratando de encontrar falsos testigos para que
dijeran mentiras acerca de Jesús y así poder matarlo. Entonces el jefe de los líderes religiosos se
puso en pie y le dijo a Jesús, “¿no vas a responder nada a los cargos que se presentan contra ti?”
Pero Jesús se quedó callado. Entonces el jefe de los líderes religiosos le dijo, “te ordeno en el
nombre del Dios viviente que nos digas si Tu eres el Salvador, Hijo de Dios.” Jesús respondió,
sí, es como tú dices.” Entonces el jefe de los líderes religiosos se enojó muchísimo y dijo,
“¿acaso necesitamos más testigos?” Todos ustedes lo han escuchado mostrar falta de respeto
hacia Dios con sus propias palabras.” Entonces empezaron a escupir a la cara de Jesús y a
golpearlo con sus puños.
Temprano en la mañana el día siguiente los líderes religiosos se volvieron a reunir para hablar
como iban a hacer para que los que gobernaban la ciudad mataran a Jesús. Lo ataron y lo
llevaron al gobernador de la ciudad. Los líderes religiosos dijeron muchas mentiras en contra de
Él, pero Él se quedó callado. El gobernador de la ciudad le pregunto a Jesús, “¿no escuchas las
cosas que dicen contra Ti?” Pero Jesús se quedó callado. El gobernador estaba maravillado por
esto entonces él convocó a la gente a una reunión para decirles lo que iba a hacer con Jesús. Él
dijo, “encuentro que este hombre es inocente, él no ha hecho nada por lo que deba morir. Voy a
hacer que le den una paliza y después lo voy a soltar.” La multitud empezó a gritar, “¡Que lo
maten, que lo maten!” El gobernador de la ciudad trato de liberar a Jesús, pero la multitud
gritaba más fuerte, “¡Que lo maten! ¡Que lo maten!” El gobernador vio que no podía calmar la
multitud, y dijo entonces “soy inocente de la sangre de este hombre. ¡La responsabilidad es de
ustedes!” La multitud respondió gritando, “nosotros nos hacemos responsables de su muerte –
nosotros y nuestros hijos.” Debido a lo que la gente dijo el gobernador de la ciudad le ordeno a
los soldados a golpear a Jesús y darle latigazos y luego entregárselos para que lo mataran.
27- LA EJECUCIÓN DE
JESÚS
Lucas 23:32-56
Jesús junto con dos criminales fue llevado a una colina llamada de La Calavera para ser muertos.
Pusieron clavos en sus manos y sus pies y lo clavaron a una cruz de madera. Después levantaron
las cruces. Había un criminal a cada lado de Él. Jesús dijo, “Padre, perdónalos porque no saben
lo que están haciendo.”
La multitud y los líderes religiosos estaban allí mirando y burlándose de Él. Le decían, “salvo a
otros, que se salve a sí mismo si realmente es el Salvador prometido.” Uno de los criminales
colgado a su lado también se burlaba de Él diciéndole, “¿si realmente eres el Salvador, por qué
no lo pruebas salvándote a ti mismo? Mientras lo haces, sálvanos a nosotros también.” Pero el
otro criminal dijo, “¿no tienes acaso ningún respeto por Dios aun cuando estas a punto de morir?
Es justo que nosotros muramos por todas las cosas malas que hemos hecho, pero este hombre no
ha hecho nada malo.” Después dijo, “Jesús, recuérdame cuando llegues al cielo.” Jesús le
respondió, “te digo la verdad, hoy vas a estar conmigo en el cielo, el lugar que tengo preparado
para aquellos que obedecen a Dios.”-
Ahora era medio día, y el sol se oscureció en toda la tierra hasta las 3 de la tarde. Entonces Jesús
grito, “Padre, te entrego mi vida.” Y Jesús murió en ese instante.
Había un líder religioso que no había estado de acuerdo con lo que había pasado. Él fue al
gobernador de la ciudad y le pidió el cuerpo de Jesús. El bajo el cuerpo de la cruz y lo envolvió
en un trozo de tela largo y lo puso en una tumba nueva que había sido hecha dentro de una gran
roca en una colina. Entonces pusieron una piedra grande para cubrir la entrada de la tumba.
Esto sucedió al final del día viernes. Había algunas mujeres que habían sido seguidoras de Jesús
que vieron donde había sido puesto el cuerpo. Ellas se fueron a su casa y prepararon perfumes
para alistar el cuerpo de Jesús para el entierro de acuerdo a sus costumbres. Para el momento en
el que ellas terminaron ya había empezado el día religioso de descanso y no podían regresar a la
tumba hasta que el día de descanso hubiese terminado.
28- JESÚS RESUCITA
Lucas 24:1-9, 11, 36-46
Muy temprano en la mañana del domingo después de la muerte de Jesús, algunas de las mujeres
seguidoras de Jesús fueron a la tumba para preparar su cuerpo para el entierro de acuerdo a sus
costumbres. Cuando llegaron, vieron que la piedra que cubría la entrada de la tumba había sido
quitada. Ellas entraron, pero no encontraron el cuerpo de Jesús. De repente se les aparecieron
dos ángeles. Las mujeres estaban aterrorizadas y cayeron sobre sus rostros a tierra. Los ángeles
les preguntaron, “¿por qué están buscando en una tumba a alguien que está vivo? ¡Él no está
aquí! Él ha sido levantado de entre los muertos. Recuerden que Él les dijo que iba a ser
traicionado, que lo iban a matar, y que iba a resucitar al tercer día.” Entonces las mujeres
recordaron y corriendo fueron de regreso para contarle a los otros seguidores de Jesús lo que
había sucedido. Pero ellos no les creyeron.
Algún tiempo después cuando los seguidores de Jesús estaban reunidos en una habitación,
hablando de las cosas que habían sucedido, de repente, Jesús se apareció en la habitación en
medio de ellos. “no tenga miedo, “les dijo. Pero todos tenían miedo y pensaban que estaban
viendo un fantasma. Jesús les pregunto, “¿por qué dudan? Miren mis manos. Miren mis pies.
Tóquenme para que se den cuenta que no soy un fantasma, porque los fantasmas no tienen
cuerpo.” Ellos todavía no podían creerlo, pero estaban maravillados y llenos de gozo. Entonces
Jesús les pregunto, “¿tienen algo de comer?” Ellos le dieron un trozo de pescado y Él lo comió
para demostrarles que no era un fantasma. Jesús entonces les explico que todo esto tenía que
suceder porque este era el plan de Dios y que El, el Salvador, tenía que ser traicionado, matado y
haber resucitado al tercer día.
La Nueva Iglesia
Historia de Hechos y las Cartas

29- Anda y Cuéntalo


30- El Espíritu de Dios
31- La Puerta Hermosa
32- Compartiendo Todas las Cosas
33- Los Lideres Escogidos y Esteban
34- El Hombre Llega de un País Lejano
35- El Encuentro de Pablo con Jesús
36- Los Creyentes de Antioquía
37- Pablo y Bernabé son Enviados
38- El Sueño de Pablo
39- El Carcelero
40- Los Milagros en el Pueblo de Éfeso
41- La Carta de Santiago
42- El Árbol de Vida
29- ANDA Y CUÉNTALO
Hechos 1:3-5, 8; Matero 28:18-20; Hechos 1:9-11
Después de que Jesús murió y resucito de entre los muertos, Él se les apareció a sus seguidores
más cercanos por más de cuarenta días, mostrándoles de muchas maneras que El realmente
estaba vivo. Y les dijo, “no se vayan de Jerusalén, hasta que les envié el regalo del Espíritu de
Dios. Cuando el Espíritu de Dios venga, Él les va a dar el poder para que sean mis testigos, para
que les cuenten a todas las personas en todo lugar acerca de mi-aquí en su pueblo, en otros
pueblos, y en todo el lugar alrededor del mundo.”
Así como Jesús les había dicho un día Él se fue y los dejó.
Él les había enseñado diciendo, “todo poder me ha sido dado en los cielos y en la tierra. Por lo
tanto, vayan y hagan seguidores de mí en todo lugar, bautizándoles en el nombre del Padre, Hijo,
el Espíritu de Dios. Ensénenles a estos nuevos seguidores a obedecer todas las cosas que yo les
he enseñado. Y pueden estar seguros de esto: Yo estoy con ustedes todos los días, inclusive
hasta el final de los tiempos.”
Después de decir esto Él fue llevado al cielo en las nubes. Sus seguidores estaban allí mirando al
cielo cuando de pronto dos ángeles estaban en medio de ellos. Y dijeron, “¿por qué están aquí
mirando al cielo? Jesús ha sido tomado de ustedes al cielo, pero un día Él va a regresar en la
misma manera en que lo han visto irse.”
Entonces los seguidores más cercanos de Jesús regresaron a Jerusalén para esperar por el Espíritu
de Dios que había de venir.
30- EL ESPÍRITU DE DIOS
Hechos 2:1-47
Los seguidores de Jesús esperaron en la ciudad por la venida del Espíritu de Dios, así como Jesús
les había dicho. Siete semanas después de que Jesús había resucitado de entre los muertos, había
en la ciudad un festival religioso importante y los seguidores de Jesús estaban todos reunidos.
De repente, se oyó un estruendo como un viento recio que soplaba, el cual lleno toda la casa en
donde estaban. Después algo que parecía como llamas o lenguas de fuego se apareció y se paró
sobre cada uno de ellos y todos fueron llenos del Espíritu de Dios. Entonces empezaron a hablar
en otras lenguas, conforme el Espíritu de Dios les daba para hablar. Había gente en la ciudad
que venía de todas partes del mundo para celebrar el festival religioso. Y cuando oyeron a los
seguidores de Jesús hablando dijeron, “esta gente es de aquí y sin embargo están hablando en el
lenguaje de las tierras de donde nosotros nacimos. Y ellos están hablando de las cosas
maravillosas que Dios ha hecho”. Ellos estaban maravillados y dijeron, “¿qué significa esto?”
Pero otros en la multitud hablaban mal de ellos y decían, “solo están borrachos”.
Pedro, uno de los seguidores cercanos de Jesús, se puso en pie y dijo a la multitud, “estos
hombres no están borrachos, es muy temprano en la mañana para eso. Los mensajeros nos
hablaron hace muchos años acerca de lo que ustedes están viendo suceder el día de hoy.
Escuchen, Dios mostró a todos que Él se complació en Jesús al hacer grandes milagros por
medio de Él, como ustedes saben. Pero ustedes lo mataron. Dios lo volvió a la vida de nuevo y
ahora Él está sentado en el lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios Padre. Así
como Dios prometió, Él le dio de su Espíritu a Jesús para que lo derramara sobre nosotros, de la
manera como ustedes los ven y oyen hoy. Debe quedarnos muy claro que Dios ha hecho a Jesús,
a quien ustedes mataron, tanto Señor como Salvador.
Las palabras de Pedro conmovieron el corazón de las personas y ellos dijeron, “¿qué debemos
hacer?” Pedro le respondió, “cada uno de ustedes debe dejar su desobediencia y rebeldía hacia
Dios y volverse a Dios para recibir el perdón. Después, deben bautizarse en el nombre de Jesús,
el Salvador. Entonces van a recibir el regalo del Espíritu de Dios. Esta promesa se da a ustedes,
sus hijos, inclusive a aquellos que no son descendientes de Abraham.” Aquellos que creyeron en
lo que él les dijo se convirtieron en seguidores de Jesús, y fueron agregados a los creyentes, y
fueron bautizados. Unas tres mil personas se convirtieron en creyentes aquel día. Los creyentes
se aseguraron de hacer estas cosas: de escuchar las enseñanzas de los seguidores más cercanos
de Jesús, de pasar tiempo con otros creyentes, de compartir la cena para recordar a Jesús, y de
orar. Los apóstoles, aquellos que habían sido los seguidores más cercanos de Jesús hicieron
muchos milagros. Y cada día Dios agregaba gente a aquellos que habían creído en Jesús.
31- LA PUERTA
HERMOSA
Hechos 3:1-19, Hechos 4:1-4
Una tarde, Pedro y Juan – 2 de los apóstoles de Jesús – fueron al lugar de adoración para orar.
Mientras se acercaban, vieron a un hombre que no podía caminar desde su nacimiento que era
traído al lugar de adoración para mendigar. Él era traído cada día para mendigar. Cada día era
traído a una de las entradas del templo llamada la Puerta Hermosa, para que le pidiera dinero a
la gente que venía a orar.
Cuando Pedro y Juan pasaron cerca aquel hombre les pidió dinero. Pedro le dijo, “no tengo
dinero, pero lo que tengo para ofrecerte lo voy a dar. En el Nombre de Jesús, ¡levántate y
camina!” Pedro agarro a aquel hombre de la mano y lo ayudo a ponerse de pie. Mientras se
levantaba, sus piernas se hicieron fuertes. El empezó a caminar y a brincar y entro el lugar de
adoración junto con Pedro y Juan saltando y alabando a Dios El entro al lugar de adoración
junto con Pedro y Juan, saltando y alabando a Dios. Cuando la gente vio al hombre lo
reconocieron y se sorprendieron de verlo caminando.
Ellos lo rodearon para mirar lo que había sucedido.
Pedro tomo la oportunidad para enseñarles acerca de Jesús diciendo, “¿por qué se sorprenden?
¿por qué nos miran como si fuera nuestro poder el que hizo caminar a este hombre? Dios ha
honrado a Jesús el día de hoy. Ustedes mataron a Jesús, pero Dios lo levanto de entre los
muertos. ¡Nosotros hemos visto estas cosas con nuestros propios ojos! Es por el creer en Jesús
y por su poder que este hombre ha sido sanado el día de hoy. Dios hizo como había prometido
por medio de sus mensajeros y envió al Salvador. Por lo tanto, abandonen su desobediencia y
crean en Jesús para que puedan estar en buena relación con Dios.”
Mientras Pedro y Juan estaban hablando algunos de los líderes religiosos escuchaban enojados
porque estaban ellos estaban enseñando que Jesús había sido levantado de entre los muertos.
Ellos arrestaron a Pedro y a Juan y los pusieron en la cárcel. Muchas de las personas que
oyeron hablar a Pedro creyeron y en aquel tiempo el número de personas que creían en Jesús
era como de 5.000 hombres.
32- COMPARTIENDO TODAS
LAS COSAS
Hechos 4:32-5:11
Los apóstoles contaron la historia de cómo Jesús había vuelto a vivir con poder y de cómo la
bendición de Dios estaba sobre El. Todos los creyentes eran uno en su corazón y su mente.
No pensaban que lo que poseían era suyo propio, sino que compartían todo lo que tenían. Los
que tenían tierras y casas las vendían y traían el dinero a los apóstoles para que pudieran
ayudar a los que tenían necesidad. Uno de los seguidores de Jesús llamado Bernabé vendió un
campo que tenía y trajo el dinero a los apóstoles.
Al mismo tiempo, otro hombre y su mujer vendieron un campo que tenían y ambos acordaron
que no le iban a entregar a los apóstoles todo el dinero que habían obtenido de la venta del
terreno. Ellos le mintieron al apóstol Pedro diciéndole que el dinero que le estaban entregando
era la cantidad total, pero eso no era verdad.
Entonces Pedro le dijo, “¿por qué has permito a que Satanás entre en tu corazón? Tú le has
mentido al Espíritu de Dios y te has guardado parte del dinero para ti mismo. La tierra era
tuya y podías venderla o no, y el dinero también era tuyo para darlo o guardártelo. ¿Cómo has
hecho algo así? Tu no nos estabas mintiendo a nosotros, sino a Dios.” Tan pronto como el
hombre oyó esto cayó a tierra y murió. Todos los que escucharon acerca de esto se llenaron de
temor. Entonces algunos jóvenes se pusieron en pie, lo envolvieron en una manta, y lo
enterraron.
Al rato, la esposa de aquel hombre vino sin saber lo que había sucedido. Pedro le pregunto,
“¿fue este el precio que tú y tu esposo recibieron por la tierra?” Ella respondió “ese fue el
precio.” Pedro le dijo, “¿cómo pudieron ustedes dos pensar en poner a prueba al Espíritu de
Dios de esta manera? Los jóvenes que enterraron a tu esposo están esperando para enterrarte a
ti también.” Al instante, ella cayó a tierra y murió. Un gran temor se apoderó de los creyentes
y de todos aquellos que escucharon de lo que había sucedido.
33- LOS LÍDERES ESCOGIDOS Y
ESTEBAN
Hechos 6:1-15; 7:55-8:4
Mientras los creyentes seguían compartiendo todo lo que tenían unos con otros, había mucha
gente que venía a estar en buena relación con Dios. Pero había quejas entre la gente de
diferentes grupos. El g r u p o mayoritario no estaba compartiendo la comida de manera justa
con las viudas de otros grupos.
Entonces, los apóstoles llamaron a una reunión con todos creyentes. Y les dijeron, “nosotros
debemos usar nuestro tiempo enseñando la historia de Dios. Nosotros no debemos gastar todo
nuestro tiempo repartiendo comida. Escojan entre ustedes a siete personas que sean muy
respetadas y llenas del Espíritu de Dios y de sabiduría. Denles a ellos esta responsabilidad
para que los apóstoles puedan usar su tiempo en la oración y contando la historia de Dios.” A
ellos les gustó la idea, escogieron a siete y los presentaron a los apóstoles. Los apóstoles
impusieron sus manos sobre ellos y oraron por ellos.
La historia de Dios siguió esparciéndose y muchos más creyeron, incluyendo a muchos líderes
religiosos.
El nombre de uno de los siete que escogieron era Esteban. Esteban era un hombre lleno de la
gracia y el poder de Dios y él realizó grandes milagros entre la gente. Pero un día, algunos de
los líderes religiosos empezaron a discutir con él. Ninguno de ellos pudo resistir la sabiduría y
el espíritu con el cual Esteban hablaba. Entonces, los líderes religiosos consiguieron algunos
hombres para que mintieran contra Esteban diciendo, “hemos escuchado a Esteban hablar en
contra de Dios y sus mensajeros”. Esto enojo a la gente y a los líderes religiosos de modo que
hicieron arrestar a Esteban.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio a Dios en su gloria. Esteban les dijo,
“miren, veo los cielos abiertos y a Jesús de pie en lugar de honor a la mano derecha de Dios.”
Entonces la gente se tapó los oídos con sus manos y empezaron a gritar. Ellos corrieron hacia
Esteban lo tomaron, lo arrastraron fuera de la ciudad, y empezaron a tirarle piedras. Los
hombres que habían mentido respecto de Esteban tomaron las ropas de este y las pusieron a los
pies de un joven líder religioso llamado Pablo. Mientras le tiraban piedras Esteban oró “Jesús
recibe mi espíritu.” El cayo de rodillas gritando, “Jesús, no les tomes en cuenta su
desobediencia.” Entonces murió. Pablo estaba allí cuando Esteban murió y estaba totalmente
de acuerdo con lo sucedido.
Aquel día empezó una gran persecución en contra de los creyentes por lo que todos huyeron a
las regiones cercanas, excepto los apóstoles. Ahora bien, los creyentes que huyeron fueron por
todo lugar contando con valentía la historia de Dios.
34- UN HOMBRE LLEGA
DE UN PAIS LEJANO
Hechos 8:4, 6-8, 26-39
Los creyentes continuaron compartiendo la historia de Dios con poder a todos los lugares
donde fueron. Felipe uno de los siete para distribuir la comida, contó la historia de Dios en
cierta ciudad. Las multitudes escucharon cuidadosamente a lo que él tenía que decir porque
muchos fueron liberados de espíritus malignos y muchos fueron sanados. Entonces había un
gran gozo en aquella ciudad.
Mientras él estaba allí, un ángel de Dios le hablo a Felipe y le dijo, “ve por el camino del
desierto.” Entonces Felipe empezó a caminar por el camino al desierto. Allí él se encontró con
un tesorero que venía de un país lejano. Él iba en su carruaje leyendo en voz alta el libro del
mensajero Isaías. El Espíritu de Dios le dijo a Felipe, “acerca al carruaje.” Entonces Felipe
corrió para allá y escucho al hombre leyendo y le pregunto, “¿entiendes lo que lees?” El
hombre respondió´, “¿cómo podría si no hay quien me enseñe?” Entonces le rogo a Felipe que
se subiera al carruaje y que se sentara con él. El leía lo siguiente, “cuando lo maten, Él no va a
decir nada en contra de aquella gente, sino él va a entregar su vida.” El hombre le pregunto a
Felipe, “¿el mensajero estaba hablando acerca de él mismo o de alguien más?”. Entonces
Felipe empezando desde este pasaje lo conto las buenas nuevas acerca de Jesús, que Él era el
Salvador.
Después mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y el hombre dijo,
“¿puedo yo ser bautizado?” Felipe respondió, “puedes, si realmente crees.” El hombre dijo, “yo
creo que Jesús es el Hijo de Dios.” El hombre ordenó que detuvieran el carruaje y bajaron al
agua y Felipe lo bautizo. Cuando salieron del agua, el Espíritu de Dios se llevó a Felipe a otra
comunidad. El hombre continuó su camino lleno de gozo.
35- EL ENCUENTRO DE PABLO
CON JESÚS
Hechos 9:1-31
Pablo, uno de los líderes religiosos, iba por todas partes para tratar de destruir a todos los
creyentes. Iba de casa en casa para llevarse a la cárcel tanto a hombres como a mujeres.
Un día Pablo iba viajando por el camino a otra ciudad para ir a arrestar creyentes, cuando de
pronto, una luz resplandeciente brillo alrededor de él. Pablo cayó a tierra y escuchó una voz
que le decía, “Pablo, Pablo, ¿por qué me persigues?” Pablo respondió, “¿quién eres tú?” La
voz le dijo, “Yo soy Jesús, a quien tu persigues. Levántate y ve a la ciudad y allí te van a
decir que debes hacer.”
Cuando Pablo se levantó, estaba ciego y no podía ver nada. Entonces los hombres que estaban
con él lo guiaron a la ciudad. Él se quedó allí por tres días y no comió nada. Mientras estaba
allí, Dios le dio una visión y le dijo que un hombre iba a venir y que lo iba a sanar.
En aquella ciudad había un seguidor de Jesús llamado Ananías. Dios le dio una visión a
Ananías y le dijo, “anda encuentra a Pablo y pon tus manos sobre él para que pueda ver.”
Ananías respondió, “pero Dios, he escuchado acerca de todas las cosas terribles que este
hombre está haciendo, como él ha ido de casa en casa arrestando a los creyentes. Dios le dijo,
“Ve. Yo lo he escogido a él para que lleve mi mensaje a la gente en todas partes.”
Ananías fue y encontró a Pablo. Le dijo, “el Jesús a quien viste en el camino me ha enviado a ti
para que seas sanado y lleno del Espíritu de Dios. “I n m e d i a t a m e n t e Pablo pudo ver. Él
comió algo y fue bautizado. Pablo empezó a enseñar que Jesús era el Salvador.
Unos días después, él fue a Jerusalén y trato de reunirse con los creyentes. Ellos le tenían
miedo y no pensaron que realmente él había creído en Jesús. Pero uno de los creyentes
llamado Bernabé les dijo, “Pablo vio a Jesús en el camino mientras viajaba y ahora enseña que
Jesús es el Salvador.”
Pablo permaneció con los creyentes y fueron enseñando de Jesús por todo Jerusalén. Algunos
de los líderes religiosos trataron de matar a Pablo. Cuando los creyentes escucharon esto,
enviaron a Pablo a la tierra donde había nacido.
Los creyentes entonces tuvieron un tiempo de paz y su número y su fuerza crecían por el poder
del Espíritu de Dios.
36- LOS CREYENTES DE
ANTIOQUÍA
Hechos 11:19-30
Después de la muerte de Esteban, los creyentes huyeron a otras regiones y continuaron
contando la historia de Dios a los descendientes de Abraham. Pero algunos de los creyentes
fueron a Antioquia y le contaron de Dios a aquellos que no eran descendientes de Abraham.
El poder del Espíritu de Dios estaba con ellos y mucha de la gente de Antioquia creyeron en
el poder de Dios.
Cuando los apóstoles en Jerusalén escucharon lo que había sucedido, enviaron a Bernabé a
Antioquía. Cuando él llegó allá vio que la bendición de Dios estaba sobre ellos y se llenó de
gozo. El animó a los creyentes a ser fieles a Dios. Bernabé era un buen hombre, lleno del
Espíritu de Dios y con una gran fe. Muchas personas más creyeron en Jesús.
Entonces Bernabé fue a buscar a Pablo y lo trajo con él a Antioquía, se quedaron. Se quedaron
allí por un año, enseñando a una gran cantidad de personas. Durante este tiempo algunos
mensajeros de Dios viajaron de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos se puso en pie en una de las
reuniones y habló en el poder del Espíritu de Dios diciendo que una gran hambre iba a venir a
toda esa región. Y como él lo dijo la hambruna sucedió. Los creyentes en Antioquía dieron tanto
como pudieron para que Pablo y Bernabé lo llevaran a los apóstoles en Jerusalén.
37- PABLO Y BERNABÉ SON
ENVIADOS
Hechos 12:25; 13:1-4, Hechos 14:1-27
Pablo y Bernabé regresaron a Antioquía. Un día mientras estaban adorando a Dios junto con
otros creyentes, el Espíritu de Dios les habló a los creyentes y le dijo que enviaran a Pablo y a
Bernabé a otros lugares para que enseñaran de Jesús y contaran la historia de Dios. Ellos
pusieron las manos sobre Pablo y Bernabé y los enviaron.
Pablo y Bernabé viajaron a una ciudad lejana y empezaron a enseñar acerca de Jesús. Dios
mostró que lo que decían era verdad dándoles el poder de hacer milagros. Algunos creyeron,
pero muchos de los descendientes de Abraham no creyeron y trataron de matarlos. Ellos se
dieron cuenta y se fueron a otra ciudad.
Cuando llegaron a la otra ciudad, se encontraron con un hombre que nunca había podido
caminar. Mientras enseñaba, Pablo se dio cuenta que este hombre había creído que podía ser
sanado. ¡Entonces Pablo le dijo, “! levántate!” Inmediatamente la fuerza vino a sus piernas y
empezó a caminar. Las personas que vieron esto se asombraron y pensaron que Pablo y
Bernabé eran dioses he intentaron adorarlos. ¡Pero Pablo y Bernabé dijeron, “! ¡No, no hagan
esto! Nosotros sólo somos hombres como ustedes. Hemos venido a enseñarles acerca de Jesús
y a pedirles que dejen su desobediencia y adoren al único Dios, al Creador de todas las cosas.”
Pero la gente todavía quería adorarlos.
En esos días, los descendientes de Abraham vinieron de la otra ciudad le dijeron a la gente que
debían matar a Pablo. Entonces ellos le tiraron piedras a Pablo hasta que pensaron que estaba
muerto, lo sacaron de la ciudad, y lo dejaron allí. Cuando los creyentes vinieron donde estaba
Pablo, él se puso de pie y regreso a la ciudad.
Al día siguiente Pablo se fue de allí. Él y Bernabé continuaron viajando por aquella región en su
camino de regreso a Antioquía, enseñando acerca de Jesús y sus caminos. En cada comunidad,
ellos animaron a los creyentes, oraron, y escogieron a ancianos para que los guiaran. Y les
dijeron, “tengan valor y sigan creyendo en Jesús, aunque van a ser maltratados por creer en El.
Cuando llegaron a Antioquía, les contaron a los creyentes acerca de lo que Dios había hecho y de
cuantas personas habían creído en Jesús.
38- EL SUEÑO DE PABLO
Hechos 15:35-41, Hechos 16:4-15
Pablo y Bernabé permanecieron en Antioquía enseñando acerca de Jesús. Después de algún
tiempo Pablo le dijo a Bernabé, “regresemos a cada lugar donde hemos enseñado acerca de
Jesús para ver cómo les va a los creyentes”. Bernabé estuvo de acuerdo, pero quería llevar a
otro hombre con ellos. Pablo dijo que no porque este hombre los había abandonado antes. El
desacuerdo fue tan grande que decidieron separase. Bernabé a este hombre y se fue en una
dirección. Pablo escogió a Silas y se fue en otra dirección.
Pablo y Silas fueron de comunidad en comunidad, enseñando y animando a los creyentes.
Ellos trataron de ir a otras áreas, pero el Espíritu de Dios no se los permitió, entonces fueron a
otro lugar.
Aquella noche, Pablo tuvo una visión. En la visión un hombre de una región llamada
Macedonia estaba delante de él diciendo, “¡por favor ven a Macedonia a ayudarnos!” Ellos se
fueron para allá inmediatamente porque sabían que Dios los estaba llamando a compartir
acerca de Jesús en aquel lugar. Se subieron a un bote y viajaron a una ciudad en la región de
Macedonia.
Cuando llegaron fueron a un lugar cerca del río, donde alguna gente se había reunido a orar.
Se sentaron y hablaron con algunas mujeres del lugar. Una de ellas era Lidia. Ella vendió su
ropa que era muy cara y adoro a Dios. Mientras los escuchaba, Dios abrió su corazón y ella
creyó lo que Pablo estaba diciendo. Ella fue bautizada junto con toda su familia. Ella le pidió
a Pablo y a Silas que se quedarán en su casa y ellos estuvieron de acuerdo.
39- EL CARCELERO
Hechos 16:12-40; 17:1
Pablo y Silas estaban en la ciudad en la región de Macedonia. Cuando iban hacia el lugar de
oración se encontraron con una joven esclava que tenía un espíritu inmundo en ella. Sus
dueños habían hecho mucho dinero con ella porque podía predecir el futuro. Ella seguía a
Pablo gritando, “estos hombres son siervos de Dios Altísimo, y han venido para decirles cómo
pueden tener una buena relación con Dios.” Esto sucedió día tras día hasta que Pablo se cansó
del asunto se volvió hacia la joven y le dijo al espíritu maligno, “te ordenó en el nombre de
Jesús que salgas de ella.” Inmediatamente el espíritu la dejó.
Las personas que estaban a cargo de la joven para hacer dinero se enojaron porque ya no la
podían usar para eso. Entonces, llevaron a Pablo y a Silas ante los líderes de la ciudad en el
mercado. Ellos les gritaron a los líderes de la ciudad diciendo “¡La ciudad completa está
siendo perturbada por estos hombres! Ellos están enseñando a la gente a hacer cosas que van
en contra de nuestras costumbres.” La multitud se enojó y golpearon a Pablo y a Silas con
severidad y luego los metieron presos. Le dieron ordenes al carcelero de que se asegurara de
que no se escaparán, por lo que los puso en una celda en el centro de la prisión y los
encadenó.
Cerca de la media noche, Pablo y Silas estaban orando y cantándole a Dios y los otros
prisioneros los escuchaban. De repente, hubo un gran terremoto y toda la prisión tembló.
Todas las puertas de la prisión se abrieron y las cadenas de cada prisionero se cayeron. Cuando
el carcelero se despertó y vio esto, él pensó que todos los prisioneros habían escapado.
Entonces tomó su espada y se iba a matar. ¡Entonces Pablo le gritó diciendo, “! ¡Detenté! ¡No
te mates, todos estamos aquí!”. El carcelero corrió a donde estaban Pablo y Silas, después los
llevo a su casa, “¿Qué debo hacer para estar en buena relación con Dios?” ellos le
respondieron, “cree en Jesús, el Salvador, y vas a estar con buena relación con Dios, tú y todos
los que están en tu casa.” Entonces ellos compartieron las buenas noticias acerca de Jesús con
él y con su familia. Él y todos en su familia fueron bautizados. El carcelero les dio de comer y
los cuido en su casa. Pablo y Silas se alegraron mucho porque ellos creyeron en Jesús. A la
mañana siguiente los líderes de la ciudad dejaron libres a Pablo y a Silas. Ellos entonces se
reunieron con los seguidores de Jesús en la ciudad y los animaron. Después de eso se fueron a
otra ciudad.
40- LOS MILAGROS EN EL
PUEBLO DE ÉFESO
Hechos 19:1, 8-20
Mientras Pablo seguía viajando por diferentes regiones, él llego a una ciudad llamada Éfeso.
Pablo fue al lugar de adoración y con valor contó la historia de Dios por tres meses. Algunos
rechazaron el mensaje de Pablo y hablaron en contra del camino de Jesús. Pablo se fue del lugar
de adoración y se llevó a los creyentes con él. Y él entonces conversaba con los creyentes en la
casa comunal todos los días. Esto siguió por 2 años de modo que la gente en aquella región-‐
tanto los descendientes de Abraham como los que no eran sus descendientes-‐ escucharon la
historia de Dios.
Dios hacia grandes milagros por medio de Pablo a tal grado que inclusive trozos de tela que él
había tocada eran traídos a los enfermos y ellos eran sanados y los espíritus malignos salían de
ellos.
Siete hijos de un líder religioso estaban viajando de comunidad en comunidad, ordenando salir
a los espíritus malignos. Ellos trataron de decirle a los espíritus malignos, “te mando que
salgas en el Nombre de Jesús, aquel de quien Pablo enseña.” Una de esas veces el espíritu
inmundo le respondió diciendo, “yo conozco a Pablo y conozco a Jesús. ¿pero tú quién eres?”
Entonces el hombre con el espíritu inmundo saltó sobre ellos y los atacó, y ellos corrieron de la
casa apaleados y desnudos.
La historia de lo que había sucedido se esparció rápidamente por todo Éfeso y la gente se llenó
de temor. El nombre de Jesús era muy respetado. Muchos se convirtieron en creyentes y
abandonaron su desobediencia a Dios. Muchos de ellos quienes habían estado practicando
brujería, trajeron sus libros de brujería y los quemaron. El valor de aquellos libros equivalía al
salario de varios años.
El mensaje de Dios se esparció en forma amplia y poderosa cambiando la vida de muchos.
41- LA CARTA DE SANTIAGO
Santiago 2:1-9; 1:22-27
Uno de los seguidores más cercanos de Jesús mandó una carta a los creyentes.
Decía: mis queridos hermanos y hermanas, ¿cómo pueden ustedes decir que creen en Jesús si
dan trato especial a unos y no a otros? Es algo como esto: alguien viene a su comunidad
vestido de ropa cara y joyas mientras que otro viene y es pobre y este vestido con ropa sucia.
Y usted trata mejor y le da una b u en a s i l l a a la persona rica, pero le dice al pobre, “puedes
quedarte aquí de pie o sentarse a mis pies.”
¿No es cierto que tus acciones muestran que estas siendo guiado por pensamientos malvados?
Escúchenme amados hermanos y hermanas ¿no ha escogido Dios a los pobres de este mundo
para que sean ricos en fe? ¿No son los ricos en la fe los que van a obtener todo lo que Dios ha
prometido a los que le aman? ¡Pero ustedes no honran al pobre! ¿no son los ricos que los
oprimen a ustedes?
Es bueno que ustedes obedezcan a Dios y amen a sus vecinos como a ustedes mismos. Pero si
ustedes dan un trato especial a unos por encima de otros, ustedes están desobedeciendo a Dios.
No sólo necesitan escuchar la historia de Dios. Deben hacer lo que ella enseña. Cuando ustedes
prestan atención a la historia de Dios, esta los hace libres. Y si hacen lo que dice y no olvidan
lo que han escuchado, entonces Dios los va a bendecir por hacerlo.
Si ustedes dicen que son religiosos, pero no controlan su lengua, ustedes se engañan a ustedes
mismos y su religión no tiene valor. La religión pura y verdadera a los ojos de Dios Padre
significa cuidar a los huérfanos y a las viudas cuando tengan necesidad y no permitir que el
mundo los corrompa.
42- ÁRBOL DE VIDA
Apocalipsis 1:9-11, 17-19; 4:2; 5:11; 7:9; 20:8-10, 12-15; 21:1, 3-4, 27; 22:1-2, 5-6, 12-14, 17
Cuando ya era muy viejo, Juan, uno de los seguidores más cercanos de Jesús fue llevado lejos
a un lugar solitario debido a lo que él había creído. Un día cuando él estaba orando, Jesús se le
apareció de repente en una visión y le dijo, “No tengas miedo. Yo estaba muerto, pero mira,
ahora estoy vivo. Y tengo poder sobre la muerte.”.
Y entonces Juan vio el cielo. Dios estaba sentado en su silla de alto honor. Y Juan vio ángeles
y una multitud de gente de todas partes, tan grande que no podía ser contada, de toda nación y
lenguaje cantando y adorando delante de Dios. Y entonces Juan vio lo que va a suceder al final
de los tiempos. El vio a Satanás alistando a muchos soldados para pelear contra Dios. Va a ver
una gran pelea, pero Satanás va a ser derrotado y va a ser a un lugar preparado para aquellos
que desobedecen a Dios, el lugar en donde el fuego nunca se apaga.
Y luego Dios va a juzgar a todos aquellos que han vivido. Aquellos que han sido desobedientes
y que nunca tuvieron una buena relación con Dios y van a ser tirados al fuego que nunca se
apaga.
Y después de esto va a haber un cielo nuevo y una tierra nueva y Dios va a vivir con su gente.
Ellos van a ver su cara y lo van a adorar y van a vivir con El para siempre. Él va a secar toda
lágrima y ya no va a haber más dolor, ni más tristeza, ni muerte. Y no se le va a permitir la
entrada a nada malo.
Y va a ver un río de vida que fluye de la silla del más alto Honor de Dios y su gente va a poder
venir y beber de él. Y a cada lado de este río va a haber un árbol de vida y la gente de Dios va a
comer del fruto.
Entonces Jesús dijo, “Yo soy el principio y el final, y voy a regresar pronto.”

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