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Luis Chavarria
FRONTLINE MISSIONS | 2018
(Revision Diciembre 2018)
HISTORIAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO HISTORIAS DE LOS SEGUIDORES DE JESÚS
00 La Historia Completa 29 Anda y Cuéntalo
01 La Historia de la Creación 30 El Espíritu de Dios
02 Los Seres Espirituales 31 La Puerta Hermosa
03 La Desobediencia de Adán y Eva 32 Compartiendo Todas las Cosas
04 La Gran Inundación 33 Los Lideres Escogidos y Esteban
05 Abraham, El Hombre que le Creyó a Dios 34 El Hombre Llega de un País Lejano
35 El Encuentro de Pablo con Jesús
06 La Historia de Sara
36 Los Creyentes de Antioquía
07 David es Escogido Rey
37 Pablo y Bernabé son Enviados
08 David y Betzabé
38 El Sueño de Pablo
09 Natán, El Mensajero de Dios
39 El Carcelero
10 La Historia de Elías
40 Los Milagros en el Pueblo de Éfeso
11 La Promesa
41 La Carta de Santiago
HISTORIAS DE LA VIDA DE JESÚS 42 El Árbol de Vida
12 El Nacimiento de Jesús
13 El Bautismo de Jesús
14 Jesús en el Lugar de Adoración
15 Jesús Llama a Sus Seguidores
16 La Mujer en el Pozo TABLA DE
17 Los Cuatro Amigos
18 Los Cuatro Tipos de Tierra
19 Jesús Calmando La Tormenta
CONTENIDO
20 El Hombre Lleno de Demonios
21 La Hija de Jairo
22 Seguridad Eterna
23 Un Hombre Recupera la Vista
24 Jesús les Enseña Cómo Orar
25 La Última Cena
26 El Arresto y Juicio de Jesús
27 La Ejecución de Jesús
28 Jesús Resucita
00-LA HISTORIA
COMPLETA
En el principio del mundo solamente existía Dios y nadie más. Dios habló y creó el universo y
todo lo que hay en él, incluyendo a los seres espirituales. Entonces Dios creó algo especial: al
hombre y a la mujer. Los dos tenían una perfecta relación con Dios, hasta que un día le
desobedecieron y los tuvo que separar de Él.
El hombre y la mujer tuvieron hijos, y sus hijos tuvieron hijos. Pero sus descendientes siguieron
desobedeciendo a Dios, hasta que un día Dios se arrepintió de haber creado a las personas.
Entonces, Dios envió una gran inundación que destruyó casi todo lo que él había creado, a
excepción de un hombre y su familia, quienes tenían una buena relación con Dios. La familia de
este hombre tuvo hijos hasta que sus descendientes poblaron la tierra de nuevo.
Entonces, Dios habló con un hombre llamado Abraham y le dijo: “Deja tu tierra y ve al lugar que
yo te mostraré. Te bendeciré y hare de tus descendientes una gran nación. Y por medio de ellos,
tú serás una bendición para todo el mundo.” Al escuchar esto, Abraham le creyó a Dios y por
eso, ahora él tenía una buena relación con Dios.
Dios mantuvo su promesa e hizo una gran nación de los descendientes de Abraham. Uno de sus
líderes, David, se hizo famoso en toda la tierra. Dios le dio la promesa de que su familia nunca
iba a dejar de existir.
Dios mantuvo a promesa que le había hecho a David, y sus hijos tuvieron hijos y los hijos de sus
hijos tuvieron hijos. Algunos de ellos tuvieron una buena relación con Dios, pero muchos no.
Entonces Dios les envió mensajeros para decirles cómo podían tener una buena relación con él.
Uno de los mensajeros de Dios se llamaba Isaías. Él le dijo a la gente: “Todos nos hemos
descarriado y le hemos desobedecido a Dios. Pero un día él nos va a enviar un Salvador quien va
a ser castigado en su propio cuerpo por nuestra desobediencia. Cuando venga, lo van a rechazar,
lo van a golpear, y al final lo van a matar. Él va a entregar su vida voluntariamente. Pero Dios lo
va a levantar de los muertos y gracias a lo que él va a hacer, muchos podrán tener una buena
relación con Dios. La gente entonces esperó y esperó por el Salvador.
Dios cumplió su promesa y un día envió al Salvador. Su nombre era Jesús. Él le mostró a la
gente que era el Salvador por medio de muchos milagros. Sanó a los enfermos, dio vista a los
ciegos, sanó paralíticos e inclusive tenía tal poder sobre los espíritus malignos que le obedecían.
Algunos creyeron que Jesús era el Salvador, pero muchos no. De los que creyeron en él, escogió
a doce hombres para que fueran sus seguidores más cercanos.
Jesús les dijo, “si creen en mí, nunca serán separados de Dios. Los sostendré en mi mano. Nadie
me los puede quitar porque nadie los podrá arrebatar de la mano de Dios; Él es más poderoso que
cualquiera. Dios y yo somos uno.”
Los que no creyeron en Jesús se enojaron porque dijo que él y Dios eran uno. Ellos fueron a los
líderes del gobierno y los convencieron de matar a Jesús. Lo arrestaron, lo golpearon y lo
mataron. Pero Dios levantó a Jesús de entre los muertos.
Jesús les demostró a sus seguidores que estaba vivo por medio de apariciones y les enseñó del
Reino de Dios por cuarenta días, Jesús les dijo, “un día los voy a dejar para poder volver a mi
Padre que está en el cielo. Pero no los voy a dejar solos; les voy a enviar al Espíritu de Dios para
que esté con ustedes. Él les va a dar el poder para ir y contarle mi historia al resto del mundo.”
Y así como Jesús les había dicho, Jesús ascendió al cielo un día. Sus seguidores estaban allí de
pie, mirando al cielo cuando, de pronto, dos ángeles se les aparecieron y les dijeron, “¿por qué se
quedan mirando al cielo? Un día Jesús regresará a la tierra de la misma manera de cómo se fue.”
Algunos días después, los seguidores de Jesús recibieron al Espíritu Santo, así como él lo había
dicho. El Espíritu de Dios les dio poder para ir y contarle a todos Su historia y para poder hacer
las cosas que Él había hecho mientras había estado en la tierra.
Los seguidores de Jesús comieron juntos, y adoraron juntos a Dios y suplieron para las
necesidades de cada uno. También, contaron la historia de Jesús e hicieron lo que él había hecho
en cada lugar a donde iban.
Y esto es lo que los seguidores de Jesús continúan haciendo y continuarán haciendo hasta el día
que él regrese.
El Principio
Historias del Antiguo Testamento
11- La Promesa
01-LA HISTORIA DE LA
CREACIÓN
Génesis 1-2
En el principio del mundo solamente existía Dios y nadie más. Dios habló y creó el universo, la
tierra, y todo lo que hay en ella. Dios habló y creó la luz y el agua. El habló y creó la tierra seca y
todo tipo de plantas y árboles. El habló e hizo el sol, la luna y las estrellas. El habló e hizo los
peces, las aves y los animales.
Y vio Dios que era bueno. Dios creó entonces algo especial. Al hombre y a la mujer, y los hizo a
su imagen y semejanza.
Dios tomó polvo de la tierra y formó el cuerpo del hombre y sopló aire en él y le dio vida. Dios
puso al hombre en medio de un hermoso huerto, lleno de árboles con todo tipo de frutas para
comer. En medio del huerto, Dios puso dos árboles especiales, el árbol de la vida y el árbol del
conocimiento del bien y del mal.
Dios le dijo al hombre, cuyo nombre era Adán, “puedes comer de todos los árboles del huerto,
menos del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes del fruto de este árbol, vas a ser
separado de mí.”
Entonces Dios dijo, “no está bien que el hombre esté solo.” Dios hizo que Adán entrara en un
sueño profundo y tomó una de sus costillas y de ella formó a la mujer. Y Dios se la trajo a Adán
y él dijo, “¡ella tiene carne y huesos como yo!”
Adán y su esposa Eva estaban desnudos, pero no sentían ningún tipo de vergüenza.
Dios los bendijo y les dijo, “multiplíquense y llenen la tierra. Gobiernen sobre los peces, las aves
y los animales.” Entonces Dios miró todo lo que había hecho y vio que era muy bueno.
02-LOS SERES
ESPIRITUALES
Salmos 103:19-21, Isaías 14: 12-15, Ezequiel 28:11-17, Matthew 25:41, Lucas 8:31, 10:18,
Juan 10:10 y 14;30-31, Apocalipsis 1, 12:1-17, 21:8, y 22
De la historia anterior aprendimos que Dios creó todas las cosas. Nada existe si Dios no lo creó y
todo lo que Dios creó era bueno. Dios creó a los ángeles para que fueran sus mensajeros, para
que llevaran a cabo su voluntad sobre la tierra y para que lo adoraran en el cielo. Uno de los
ángeles que Dios había creado se llamaba Lucifer. Su belleza era perfecta y Dios lo había
nombrado el líder de la alabanza.
Un día Lucifer pensó en su corazón, “me voy a sentar en la silla de más alto honor para estar en
una posición más alta que Dios.” Debido al orgullo que vino a su corazón, Dios lo sacó del cielo
y lo envió a la tierra. Su nombre fue cambiado a Satanás, el Diablo, la serpiente antigua, y los
ángeles que lo siguieron fueron llamados demonios.
El propósito de Satanás es engañar a todo el mundo y de matar, robar y destruir todo lo bueno
que Dios ha creado. Dios le ha permitido estar en la tierra por un tiempo, pero al final del
mundo, va a ser enviado al lugar preparado para aquellos que desobedecen a Dios, un lugar en
donde el fuego nunca se apaga, llamado infierno.
03-LA DESOBEDIENCIA DE
ADÁN Y EVA
Génesis 3
En la historia anterior, aprendimos que el propósito de Satanás es engañar, matar, robar, y
destruir todo lo bueno que Dios creó. Un día, Satanás entró en una serpiente para engañar a Adán
y a Eva, y le dijo a Eva, “¿De verdad Dios dijo que no podían comer de ningún árbol del huerto?
Por supuesto que pueden comer.” Eva le dijo a la serpiente, “es solamente del árbol del
conocimiento del bien y del mal que no podemos comer. Dios dijo que si comemos de ese árbol
vamos a estar separados de Él. Satanás les mintió diciendo, “ustedes no van a estar separados de
él, Dios sabe que, si comen del árbol, ustedes van a ser como él, conociendo el bien y el mal.”
Eva le creyó a Satanás, comió del árbol, y le dio de comer a su esposo, Adán, quien estaba con
ella. En ese momento, algo cambió dentro de ellos, y de pronto se sintieron avergonzados porque
estaban desnudos. Entonces tomaron algunas hojas y se hicieron ropas para cubrir su desnudez.
Esa noche, Adán y Eva escucharon a Dios caminando por el huerto, como siempre lo hacía. Ellos
se escondieron entre los árboles. Dios llamó a Adán, “¿En dónde estás?” Adán respondió, “al
oírte me escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.” Dios le preguntó, “¿quién te dijo que
estabas desnudo? ¿Has comido del fruto del árbol que te dije que no comieras?” “Sí,” respondió
Adán, “pero fue la mujer que me diste la que me dio de comer del fruto.” Dios entonces le
preguntó a Eva, “¿Por qué has hecho esto?” Ella respondió, “la serpiente me engañó, y por eso
comí.”
Dios entonces le dijo a la serpiente, “vas a ser castigada por lo que has hecho. Te vas a arrastrar
sobre el polvo toda tu vida. Tus descendientes y los descendientes de la mujer van a ser
enemigos. Tú los vas a morder en el talón y ellos te van a aplastar la cabeza.” A Eva le dijo, “por
lo que has hecho vas a tener fuertes dolores de parto.” A Adán le dijo, “porque comiste del fruto
que te dije que no comieras, he puesto una maldición sobre la tierra. Tendrás que trabajarla con
tu sudor para hacerla producir fruto.” Después, Dios tuvo que separar a Adán y a Eva de Él
mismo por su desobediencia.
Dios dijo entonces, “Ahora la gente conoce tanto el bien como el mal. No podemos permitir que
coman del árbol de la vida y vivan para siempre.” Entonces Dios los echó del huerto y puso
ángeles para que cuidasen la entrada que lleva al árbol de la vida.
04- LA GRAN
INUNDACIÓN
Génesis 6:5-9, 13, 17-18, 14
Adán y Eva fueron separados de Dios por su desobediencia. Adán y Eva tuvieron hijos, y sus
hijos tuvieron hijos y sus descendientes siguieron desobedeciendo a Dios.
Un día, Dios miró a la gente y vio que todo lo que pensaban y hacían era completamente malo.
Esto le rompió el corazón, y Dios se lamentó de haber creado al ser humano. Dios dijo, “voy a
destruir a toda la gente y a los animales sobre la tierra. Me arrepiento de haberlos creado.” Había
solo un hombre, en toda la tierra, que tenía una buena relación con Dios. Su nombre era Noé.
Dios le dijo a Noé, “Mira a tu alrededor. Todos en la tierra están llenos de maldad. Todos me han
desobedecido. Voy a destruir la tierra con una gran inundación. Pero, te prometo que te voy a
salvar a ti y a toda tu familia.”
Dios le ordenó a Noé construir un gran barco y poner en él una pareja de cada animal, a su
familia, y suficiente comida para alimentar a todos mientras estaban en el barco. Noé hizo
exactamente lo que Dios le ordenó. Después de que el barco estaba terminado, Dios le ordenó a
Noé poner dentro del barco todos los animales que había recolectado. “Pronto haré que llueva
por cuarenta días y cuarenta noches.” Noé obedeció. Cuando estaban ya dentro del barco, Dios
cerró la puerta. Dios hizo exactamente como lo había dicho, llovió por cuarenta días y cuarenta
noches hasta que el agua cubrió toda la tierra inclusive las montañas más altas. Todo lo que había
sobre la tierra murió – la gente, los animales y las aves – excepto Noé y su familia, que estaban
dentro del barco que flotaba sobre las aguas sin estar en peligro. Pero Dios se acordó de Noé y
envió al viento a secar el agua.
Después de muchos meses, el nivel del agua bajó y el barco se posó sobre una montaña. Dios le
dijo a Noé, “sal del barco y libera a los animales para que puedan volver a poblar la tierra.” Noé
hizo como Dios le dijo y Noé adoró a Dios. Dios bendijo a Noé y a su familia y les dijo, “Tengan
hijos y llenen la tierra. Les prometo que nunca más volveré a destruir la tierra con una
inundación. Así van a saber que yo voy a cumplir mi promesa. Voy a poner un arcoíris en el
cielo cuando llueva. Cuando vea el arcoíris, me voy a acordar de la promesa de nunca destruir la
tierra de nuevo por medio de una inundación.”
05- ABRAHAM, EL HOMBRE QUE
LE CREYÓ A DIOS
Génesis 12:1-7; 15: 1-6
Después de la gran inundación, los descendientes de Abraham llenaron la tierra de gente.
Pero la gente siguió desobedeciendo a Dios porque todavía estaban separados de Él. Sin
embargo, Dios no olvidó a su creación especial y aun quería tener una relación con ellos.
Entonces, un día escogió a un hombre llamado Abraham y a sus descendientes para que formaran
parte de su pueblo especial. Dios le dijo a Abraham, “Abraham deja tu país y ve al lugar que yo
te voy a mostrar. Te voy a bendecir y voy a hacer de tus desdientes una gran nación. Te haré
famoso y todas las familias de la tierra van a ser bendecidas por medio de tus descendientes.”
Abraham creyó lo que Dios le dijo y dejó su casa tal como Dios le había dicho.
Cuando Abraham tenía 70 años, tomó a su esposa y todas sus pertenencias y se fue al lugar que
Dios le había mostrado. Cuando al llegó al lugar que Dios le había mostrado, Abraham
estableció su campamento debajo de un gran árbol. Dios se le apareció en ese mismo lugar y le
hizo una promesa a Abraham: “Le entregaré esta tierra a tus descendientes.” Entonces, Abraham
adoro a Dios.
Algún tiempo después, Dios le habló a Abraham por medio de una visión y le dijo, “no tengas
miedo. Yo te voy a proteger, y te voy a dar una gran recompensa.” Abraham respondió, “¿Dios,
de qué me sirven todas estas bendiciones si no tengo un hijo? Puesto que no me has dado un hijo
uno de mis sirvientes va a ser el heredero.” Dios le respondió, “no, un siervo no va a ser tu
heredero porque tú vas a tener tu propio hijo.” Entonces Dios llevó a Abraham afuera y le dijo,
“mira al cielo y cuenta las estrellas si puedes. Así de numerosa va a ser tu descendencia.”
Abraham le creyó a Dios, y por haberle creído su relación con Dios era buena.
06- LA HISTORIA DE
SARA
Génesis 16:1; 18:1-15; 21:1-3, 5-6
Abraham y su esposa Sara, eran ya muy mayores. Eran muy viejos para tener hijos. Sara
todavía no había tenido hijos.
Un día Dios se le apareció a Abraham en forma de hombre. Abraham estaba sentado en la puerta
de su casa a la hora más caliente del día, cuando alzó su mirada y vio a tres hombres. El corrió
hacia ellos y les dijo, “deténganse y descansen debajo de este árbol. Permítanme lavarles sus
pies y traerles algo de comer.” Ellos respondieron, “sí, hágalo por favor.”
Entonces Abraham corrió a su casa y le dijo a su esposa Sara, “apúrate, hornea pan.” Abraham
corrió al potrero, escogió una vaca y le ordenó a su sirviente que lo preparará para la cena.
Después de un rato, cuando la comida estaba lista, Abraham la trajo a los tres hombres y les
sirvió debajo del árbol. Ellos le preguntaron, “¿dónde está tu esposa Sara?” Abraham les dijo,
“ella está en la casa.”
Uno de los hombres dijo, “el año entrante por ese tiempo voy a regresar y Sara va a tener un
hijo.” Sara oyó lo que él decía y dijo, “estoy muy vieja para tener un bebé”. Y Sara se rio.
Entonces Dios le preguntó a Abraham, “¿por qué se río Sara? ¿Hay acaso algo imposible para
Dios? Te digo de nuevo, por este tiempo el año entrante Sara va a tener un hijo.” Sara tuvo
temor y dijo, “no, yo no me reí.” Pero Dios dijo, “sí, te reíste.”
Dios cumplió lo que prometió. Sarah quedo embarazada y le dio un hijo a Abraham, en el
tiempo cuando Dios dijo que lo tendría. Abraham tenía cien años cuando nació su hijo y le puso
por nombre Isaac, que significa, “el que ríe.”
Sara dijo, “Dios me ha dado por qué reír y todo el que se entere de esto va a reír conmigo.”
07- DAVID ES ESCOGIDO
REY
1 Samuel 16:1-13; 2 Samuel 5:4; 7:1-28
El hijo de Abraham tuvo hijos y esos hijos tuvieron hijos y pronto la descendencia de Abraham
creció hasta convertirse en una gran nación como Dios había prometido. Un día, Dios escogió a
un hombre llamado David para ser el rey de su gente. Veamos cómo es que este hombre fue
escogido para ser rey.
Un día, Dios habló a uno de sus mensajeros y le pidió que fuera a un pueblo cercano a buscar a
cierto hombre que vivía allí. Dios había escogido a uno de los hijos de este hombre para que
fuese el rey de su gente. Dios le dijo al mensajero que invitara al hombre a adorar a Dios y él le
iba mostrar cuál de sus hijos iba a ser el rey. Él hizo como Dios le había dicho y fue a aquel
pueblo y encontró al hombre que Dios le había dicho. Cuando el mensajero vio al hijo mayor de
aquel hombre, él pensó, “éste debe de ser el hombre que Dios ha escogido para ser el líder.”
Pero Dios le dijo al mensajero, “no, este no es el hombre que yo he escogido. La gente mira las
apariencias de las personas, pero yo miro el corazón.”
Siete de los hijos caminaron enfrente del mensajero, pero cada vez Dios dijo, “no, este no es el
líder que he escogido.” El mensajero le pregunto a aquel hombre, “¿tienes más hijos?” Y el
hombre respondió, “tengo uno más que es el más joven y se llama David, pero él está afuera en
el campo cuidando los animales.” Cuando el muchacho fue traído al mensajero, Dios dijo, “este
es el Rey que he escogido.” Y mientras David estaba allí de pie con sus hermanos, el mensajero
puso aceite sobre la cabeza de David para mostrar que él era el líder escogido por Dios. El
Espíritu de Dios estuvo con David desde aquel día.
Después de muchos años, David se convirtió en el Rey de la gente y Dios trajo paz al pueblo.
Un día, otro mensajero de Dios llamado Natán le llevó a David un mensaje de Dios. Le dijo, “yo
te escogí para que fueras el rey de la gente cuando todavía eras un muchacho y todavía cuidabas
de los animales de tu padre. He traído paz al pueblo. Te voy a hacer famoso entre todas las
naciones. Tu familia nunca va a desaparecer y siempre te voy a amar.” Cuando David escucho
esto le creyó a Dios y lo adoró. Y dijo, “Dios, que sea como Tú has dicho; porque Tú eres Dios
y lo que Tú dices siempre es verdad.”
08- DAVID Y BETZABÉ
2 Samuel 11:1-27; 23:8, 39
En la época del año cuando los líderes se iban a pelear contra sus enemigos, David envió a sus
soldados a pelear, pero él se quedó en su casa. Un día después de descansar, David se levantó y
fue a caminar sobre el techo de su casa y al mirar, vio a una mujer bañándose desnuda en otra
casa. David envió a alguien a averiguar quién era esta mujer y le dijeron que se llamaba
Betzabé, la esposa de uno de los soldados de confianza de David. Puesto que su esposo estaba
lejos en la guerra, David mando a traer a Betzabé y se acostó con ella y después la envió a su
casa. Algún tiempo después, Betzabé le envió un mensaje a David diciéndole que estaba
embarazada y que, sin duda alguna, el hijo era de él.
David mandó a buscar al esposo de Betzabé y cuando éste llego le pregunté cómo estaban las
cosas en el frente de batalla y luego lo mando a ir a casa con su esposa. Pero él no fue a su casa,
en su lugar, se fue a la entrada de la casa de David junto con los demás soldados.
Al día siguiente David le preguntó, “¿por qué no fuiste a ver a tu esposa?” El esposo de Betzabé
respondió, “¿Por qué debería de irme a mi casa a estar con mi esposa cuando los demás soldados
están afuera peleando y durmiendo en el campo?” David le pidió que se quedara una noche más
y lo invitó a comer con él. David lo emborrachó, pero aun así aquel hombre no fue a casa a ver a
su esposa.
Al día siguiente, David envió al esposo de Betzabé al frente de batalla con una carta sellada para
el líder de los soldados. La carta ordenaba poner al esposo de Betzabé al frente de la pelea y, en
el momento oportuno, hacer que todos los demás soldados se retiraran para que a él lo mataran.
El líder de los soldados hizo como él lo mandó y el esposo de Betzabé murió junto con otros
soldados. El líder le mandó un mensaje a David contándole lo que había sucedido. Y entonces
David respondió, “los soldados mueren en la batalla todo el tiempo; peleen más duro la próxima
vez.”
Cuando Betzabé oyó de la muerte de su esposo se puso muy triste. Después de algún tiempo
David la hizo su esposa y ella tuvo al hijo de David. Dios estaba muy descontento con lo que
David había hecho.
09- NATÁN, EL MENSAJERO DE
DIOS
2 Samuel 12:1-25
Dios estaba muy molesto con lo que David había hecho, por lo que envió a su mensajero Natán a
que le contara una historia a David.
Natán le dijo a David, “había dos hombres en un pueblo, uno era muy rico y el otro era muy
pobre. El hombre rico tenía muchos animales, mientras que el hombre pobre solo tenía uno al
cual amaba muchísimo y lo trataba como un niño. Un día, un hombre vino a cenar a la casa del
rico. En vez de matar a uno de sus propios animales para la comida, el hombre rico fue a la casa
del pobre y robó el animal que aquel tanto amaba. Lo mató y lo sirvió a su invitado.”
Cuando David escuchó esta historia, se puso muy enojado. “Este hombre debería morir por lo
que ha hecho. El debería reemplazar el animal con por lo menos cuatro más. “Natán le dijo a
David, “tú eres ese hombre. Dios te dice, yo te he hecho el rey de mi gente y te he dado todo lo
que tienes. Yo te habría dado mucho más, entonces ¿por qué me has desobedecido al matar un
hombre y robarle su esposa?”. Puesto que me has desobedecido, lo que has hecho en secreto, te
va a pasar a ti en frente de todos.
David respondió, “sí, he desobedecido a Dios.” Natán le dio, “Dios te ha perdonado y no vas a
morir por tu desobediencia, pero por lo que has hecho, tu hijo va a morir.”
Poco tiempo después, el bebé de Betzabé se puso muy enfermo. David oró y le rogó a Dios que
sanará al bebé. Pero siete días después el bebé murió.
David consoló a Betzabé y durmió con ella. Ella quedó embarazada y tuvo otro hijo al cual Dios
amó.
10- LA HISTORIA DE
ELÍAS
I Reyes 18:19-30, 32-40
Después de David, muchos del pueblo de Dios le desobedecieron e inclusive escogieron adorar a
dioses falsos; uno de estos dioses se llamaba Baal. Algunos del pueblo de Dios tenían una buena
relación con El y uno de ellos era un mensajero llamado Elías.
Un día Elías llamó a todo el pueblo de Dios y a cuatrocientos cincuenta líderes religiosos de Baal
para que fueran a una montaña. Elías les dijo, “¿Por cuánto tiempo más se van a rehusar a tomar
una decisión, si el Creador es Dios síganlo, si Baal es dios síganlo?” Pero la gente se quedó
callada. Entonces él dijo, “Tráiganme dos toros, uno será para los líderes religiosos de Baal y
otro para mí. Ambos vamos a hacer un altar y a poner leña en él. Después vamos a destazar los
toros y a ponerlos cada uno sobre su altar, pero no le vamos a prender fuego. Ustedes van a
invocar a su dios y yo voy a invocar al Creador. El dios que responda prendiendo fuego a la
madera es el verdadero Dios.” Todos estuvieron de acuerdo.
Elías les dijo a los líderes religiosos de Baal, “ustedes primero.” Ellos pusieron al toro sobre su
altar e invocaron a Baal desde la mañana hasta el mediodía, gritando “Baal respóndenos” pero
nada sucedió.
A mediodía, Elías les dijo, “deben gritar más fuerte. Baal debe de estar durmiendo o debe de
andar en el baño, o debe de estar de viaje, o puede estar dormido y necesita que lo despierten.”
Entonces ellos gritaron más fuerte y de acuerdo con su costumbre se cortaron la piel hasta que
empezaron a sangrar. Así siguieron hasta la noche, pero nada sucedió.
Entonces Elías llamo a la gente, “vengan acá” y todos vinieron hacia él. El cabo una zanja
alrededor del altar y uso cuatro recipientes grandes con agua para mojar al toro y al altar. Y lo
hicieron una y otra vez hasta que la zanja se llenó de agua.
Elías entonces fue al altar y oró, “nuestro Creador, Dios de Abraham. Muéstranos hoy que tú
eres Dios y que yo soy tu siervo. Creador, respóndame para que esta gente pueda saber que tú
eres Dios y que los has traído de nuevo para que tengan una buena relación contigo.”
Inmediatamente, fuego descendió del cielo y quemó al toro, la madera, el altar, e inclusive el
agua en la zanja. Cuando la gente vio esto, se arrodillaron y dijeron “el Creador, Él es Dios. Sí,
el Creador es Dios.”
11- LA PROMESA
Isaías 7:14; 9:6 y 7; 61:1-3; 53:1-12
Después de Elías el pueblo de Dios continuó desobedeciéndole, y por ello seguían separados de
Él. Pero Dios no olvidó su creación especial y que quería tener una buena relación con ellos. El
continuó enviándoles mensajeros para decirles cómo es que podían conocerlo.
Un día, Él les mandó un mensajero especial llamado Isaías para darles una promesa de
esperanza. Él le dijo a la gente, “un día Dios nos va a enviar un Salvador. El Salvador va a
nacer de una virgen y va a ser un descendiente de David. Él va a guiar al pueblo de Dios a la paz
y a una buena relación con Dios”.
“Cuando él venga, el Espíritu de Dios va a estar sobre Él, para que pueda traer buenas noticias a
los pobres, sanar a los enfermos, traer libertad al cautivo, y dar vista a los ciegos. Pero algunos
no lo van a reconocer como el Salvador lo van a odiar y lo van a tratar muy mal y Él va a sufrir.
Él tomará la carga de nuestros dolores y lamentos. Él va a ser golpeado para traernos paz”.
Isaías continuó diciéndoles, “todos nos hemos apartado de Dios y le hemos desobedecido. Pero
Dios va a poner toda nuestra desobediencia sobre el Salvador.
Cuando lo maten, el Salvador no va a decir nada en contra de la gente, si no que va a escoger
entregar su vida como pago por nuestra desobediencia. Pero Dios va a levantar al Salvador de
muerte a vida otra vez. Y por lo que Él va a hacer, mucha gente puede tener una buena relación
con Dios.”
Ese fue el mensaje que Isaías le dio a la gente. Y desde entonces la gente esperó y esperó por la
llegada del Salvador.
La Vida de Jesús
Historias de los Cuatro Evangelios