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túan por delegación estatal, en el ejercicio de la Así, la mayor jerarquía de la constitución ori
que hemos denominado “delegación transes- ginaria, en cierta paridad (y sólo para sus efec
tructural de cometidos” (3), sin perjuicio de la tos limitados) con la ley que declara la necesi
normatividad social impuesta por la costumbre. dad de la reforma de la Constitución; por debajo
la Constitución derivada (4); luego los tratados y
La seguridad jurídica y la prevalencia del prin concordatos internacionales (art. 75.22) y las
cipio d em ocrático en la form ación de normas derivadas de los "tratados de integra
REGLAMENTOS ADMINISTRATIVOS la decisión (normativa) estatal obligan a que las
normas reconozcan, entre sí, una determinada
ción” (art. 75.24) (5); siguen las leyes, con prefe
rencia de las especiales sobre las generales.
relación jerárquica, expresamente establecida en
los arts. 31 y 75 incs. 22 y 24 de la Constitución Hasta aquí rigen plenamente las reglas de la
P or R odolfo C arlos Barra
Nacional. soberanía popular representativa y del pleno
debate mayoritario. Luego saltamos a otro mun
Como el Estado se estructura en órganos y do, al mundo de la Administración pública, cuyo
SlfMARIO: I. Introducción.— II. Los con el resto del ordenamiento jurídico al que se cada uno de ellos es según su competencia (cons “responsable político” (art. 99 inc. I o, Constitu
reglamentos autónomos.— III. Regla debe subordinar, y la cualidad de producir sus titucional, legal o reglamentaria) creador de nor ción) es el Poder Ejecutivo quien, si bien es tam
mentos de ejecución.— IV. Reglamen efectos propios y prácticos (directos o indirec- mas jurídicas —una elemental razón de seguri bién un órgano de representación política directa
tos delegados. — V. Reglamentos de tos; mediatos o inmediatos) por sí mismo— son d a d jurídica, que presupone la previsibiliaad y (art. 94, Constitución) no realiza un proceso de
necesidad y urgencia. — VI. Conclu los que le confieren tal carácter normativo al acto la coherencia—, exige que exista una "relación toma de decisiones deliberativo y mayoritario,
sión. La actividad legisferante del Po administrativo (como a la sentencia judicial fir de validez” entre aquella pluralidad de normas, sino puramente jerárquico (6). Por ello sus nor
der Ejecutivo. me, pasada en autoridad de cosa juzgada) pues que hace que unas tengan forma y contenido mas son inferiores a las generadas por los órga
esta es la característica esencial de toda norma y válidos en la medida que no contradigan lo dis nos constituyente y legislativo (una situación
no su eventual generalidad y abstracción. Estas puesto en otras consideradas de mayor jerarquía. particular se encuentra en los decretos de nece
I. Introducción últimas son modalidades de algunas normas, P revisibilidad en tanto que la existencia y vigen sidad y urgencia, como veremos), y con mayor
pero no esenciales. Lo esencial es la expresión cia de una determinada norma jurídica se la con razón esto sucede con las creadas por los órga
La actividad jurígena del Estado es muy am de voluntad estatal (de cualquiera de sus órga sidera subsistente hasta que no sea derogada o nos inferiores de la Administración pública.
plia y multiforme. Por supuesto que no es la úni nos constitucionales o subconstitucionales) que, modificada por otra de superior o igual jerarquía.
ca actividad que realiza, pero normalm ente, por ser tal, se normativiza automáticamente y así C oherencia, para evitar la contradicción entre En paralelo se encuentran las sentencias judi
cualquiera sea, cuando se expresa hacia el exte pasa, también de manera automática, a formar normas, en especial teniendo en cuenta la plu ciales (los actos administrativos y los reglamen
rior —y en muchos casos hacia su propio inte parte del ordenamiento jurídico estatal. ralidad de fuentes y también que las normas de tos emanados de los tribunales asemejan su si
rior (1)— incide sobre la esfera jurídica de terce aplicación de otras, normalmente consideradas tuación a los producidos por los órganos de la
ros ajenos o no al Estado y tengan o no, tales de Así, una decisión estatal puede estar dirigida a de inferior jerarquía que las aplicadas, son por Administración pública) que deben aplicar el
cisiones con efectos jurídicos, efectos generales una sola persona, pero aún ser una norma jurí lo común más numerosas. ordenamiento jurídico que corresponda (cual
y abstractos. dica, en la medida que para ese sujeto tal deci quiera sea su jerarquía pero respetando su vali
sión goza de la presunción de legitimidad y de la Pero aún más importante es, en nuestro siste dez y efectos jerárquicos) y en este sentido son
El mismo acto administrativo — de efectos par fuerza ejecutoria. Aun particular y concreta, la ma, la prevalencia del principio dem ocrático-re- inferiores, aunque, una vez dictadas y pasadas
ticulares y concretos— es una decisión normati decisión puede afectar a terceros no previstos en presentativo en la toma de decisión. Será de ma en autoridad de cosa juzgada, no pueden ser al
va, en cuanto incide autoritativam ente (y no por la misma, en la medida que, como consecuen yor jerarquía la norma que más exprese la sobe teradas por las normas emanadas de ninguno de
consenso como en el caso de los actos jurídicos cia, dicha decisión incida sobre la esfera jurídica ranía popular y que, a la vez, su formación sea los otros órganos, lo que les otorga — sólo a es
privados, salvo aquellos a los que la ley les otor de aquellos, para quienes tendrá también pre resultado de un debate y votación mayoritaria. tos efectos— una suerte de preeminencia basa
ga esta cualidad) sobre el ámbito de los derechos sunción de legitimidad y fuerza ejecutoria (2). Los principios de la expresión y representación da en la necesidad de asegurar la firmeza de la
de un particular con presunción d e legitim idad^ de la soberanía popular y del debate y decisión resolución de los conflictos intersubjetivos que
fu erza ejecutoria, como lo establece el art. 12 de Se trata esta de una concepción subjetiva d e la mayoritaria son los que establecen la escala je son conocidos por los tribunales.
la ley de procedimientos administrativos, 19.549 norm a jurídica, que atiende exclusivamente a su rárquica normativa: cuanto más representativo
(Adía, XXXIX-C, 2339 —t.a.—). Estos caracteres creación estatal o, excepcionalmente, a su crea sea el cuerpo que toma la decisión y cuanto más Dentro de la propia Administración pública
—la presunción de que la decisión es conforme ción por sujetos particulares cuando éstos ac- ésta surja de un proceso deliberativo y mayori- (una estructura de órganos sumamente comple
tario, mayor será la jerarquía de la norma. ja) el modelo se repite, aunque con variantes
Especial para La Ley. Derechos reservados propio personal. Mucha actividad interna estrictamen
(lev 11.723). te no jurígena pueue ser preparatoria de otras con elec
tos normativos. (3) Ver BÁRRA, Rodolfo C., "Principios de Derecho ley que declara ia necesidad de la relorma constitucio
(1) En general su actividad interna (resoluciones de Administrativo”, Capítulo VII, Ed. Abaco, Buenos Aires, nal, sancionada conforme con el art. 30 de la Constitu
ias Cámaras del Congreso o acordadas de los tribuna (2) Esto lo hemos tratado en BARRA, Rodolfo C., "Eje- 1980. ción, al disponer válidamente la iniciación de! proce
les acerca de su propio régimen administrativo, circu cutoriedad del acto administrativo”, Revista de Dere so de reforma, puede considerarse de igual jerarquía
lares e instrucciones de la Administración pública, etc.) cho Administrativo, N° 1, Buenos Aires, mayo-agosto (4) Esta relación tiene hoy plena y expresa consagra que la Constitución en la medida que habilita a la fu
se expresa en normas con efectos vinculantes sobre su de 1989, ps. 65 a 100. ción en la doctrina de la Corte Suprema de Justicia en tura Convención Constituyente a reformar las dispo
el caso “Fayt, Carlos S. c. Estado nacional”, F.100.XXXV, siciones constitucionales cuya modificación o deroga
sentencia del 19 de agosto de 1999 (La Ley, 8/9/99). La ción se autoriza, muchas veces de manera contradic-
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la ley declarativa de la necesidad de la reforma previs t. I, Cap. IV, p. 206 y sigtes., Ed. Civitas, Madrid, bierno de la Nación Argentina está constituido por los vos, el Ejecutivo no podría hoy reglamentar los aspec
ta en el art. 30. Nótese que los tratados sobre derechos 1987. tres poderes u órganos constitucionales (El "Título Pri tos de aquella ley que avanzan sobre sus competen
humanos contemplados o incorporados al art. 75.22, mero” de la “Parte Segunda” de la Constitución Nacio cias propias, porque ello le fue válidamente "quitado”
tienen jerarquía constitucional “en las condiciones de (8) Ver BARRA, ob. cit., "Principios...”, Capítulo V nal regula al "Gobierno Federal”, que engloba a los tres por el Congreso.
clásicos poderes e incluso al Ministerio Público y al
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Sin embargo, ello no los excluye de su obligato mismas materias, ya que el órgano delegado no
ria subordinación al resto del ordenamiento ju debe ser aplicada en cada circunstancia. Tam últimos no son sino “normas de procedimiento
puede tener más competencias que el órgano de
rídico legislativo, es decir, a la subordinación je legante. bién pesa mucho en aquella decisión del legisla para la adecuada aplicación de la ley por parte
rárquica con respecto a cualquier ley formal. El dor de dejar en manos del Ejecutivo el desarro de la Administración Pública", mientras que los
RA, aunque no vinculado a ninguna ley en con llo detallado de la ley, el hecho de que, en mu primeros —que se asemejan a la delegación, tan
Luego la competencia reglamentaria en ma
creto, se encuentra subordinado jerárquicamen teria de RA se distribuye por toda la estructura chos casos, tal desarrollo depende de circunstan to que la Corte los denomina como reglamentos
te a todas y cualquiera de las leyes que sanciona de la Administración pública, centralizada y des cias variables. Frente a ellas el Poder Ejecutivo de “delegación impropia”— nacen de una deci
el Congreso, a los tratados internacionales vigen centralizada, según las normas que atribuyen la tiene una capacidad de respuesta más flexible y sión del legislador, que “encomienda al Ejecuti
tes para la Argentina y a las normas del llamado competencia de los órganos y entes administra rápida que el propio Congreso, además del ya vo la determinación de aspectos relativos a la
“derecho derivado” de los tratados de integra tivos, debiéndose entender siempre que esta citado “expertise” para reconocer los nuevos da aplicación concreta de la ley, según el juicio de
ción. No pueden contradecir a ninguna de estas competencia reglamentaria es —más allá de la tos de la realidad y responderlos con las decisio oportunidad temporal o de conveniencia de con
normas, ni en su letra ni en su espíritu. Se tra expresamente acordada— implícita para el ejer nes adecuadas. La ley se convierte así en un pro tenido que realizará el poder administrador”.
ta, entonces de una "autonomía” relativa. De cicio de las competencias materiales expresa gram a o guía conductora inteligible, sanciona Pero dicha semejanza con la delegación es sólo
berían ser llamados “reglamentos orgánicos”, mente concedidas. do de acuerdo con el procedimiento democráti aparente —tanto que la Corte en “Cocchia” rati
nombre que se identifica más con su verdade co-representativo analizado más arriba, que ficó su vieja doctrina acerca de la extraconstitu-
ro contenido. III. Reglamentos de ejecución siempre obligará al Ejecutivo pues en cada caso cionalidad de la delegación legislativa propia
la validez del reglamento de ejecución (RE) se mente dicha, mientras admitió la validez del de
El Poder Ejecutivo o Presidente de la Nación La efectiva puesta en práctica de un tratado o valorará en comparación con la ley reglamenta creto cuestionado en el caso, por calificarlo como
goza de la competencia de dictar RA por su cali una ley requiere, en numerosos casos, de una da (art,99.2 CN) según las circunstancias que ro reglamento de ejecución sustantivo— lo que
dad de “jefe del gobierno” y “responsable políti actividad reglamentaria por parte del Poder Eje deen a dicha valoración. obliga a considerar en particular a los denomi
co de la administración general del país” (10) que cutivo, cuando del contenido de la propia nor nados “reglamentos delegados” o "reglamentos
le confiere el art. 99.1, CN. Se trata de una com ma legal o convencional surge la necesidad de la A diferencia de los RA, los RE mantienen una de delegación” para deslindar debidamente am
petencia implícita en lo general, pues sin ella el fijación, ya sea del procedimiento según el cual ligazón directa con la norma que reglamentan bos institutos.
Presidente no podría ejercer tales cualidades la norma será aplicada por parte de la Adminis —sin perjuicio de que también se encuentran
constitucionales. Sin perjuicio de ello, la CN le tración pública, o bien la necesidad de desarro vinculados con el resto del ordenamiento de ¿La competencia para dictar RE reside también
confiere expresamente algunas competencias re llar su propio contenido en cuestiones de deta mayor jerarquía normativa— y, de acuerdo con en cabeza del Poder Legislativo y del Poder Judi
glamentarias de este tipo como la prórroga de lle, en la precisión de datos (que pueden ser cam el ya citado art. 99, inc. 2o de la CN, sólo pueden cial? La respuesta es afirmativa si pensamos en
las sesiones ordinarias del Congreso o su convo biantes según las circunstancias) o en diferentes ser sancionados por el Poder Ejecutivo, con ex los reglamentos adjetivos, pues cada uno de
catoria a extraordinarias (99.9, CN) que es un modalidades para su ejecución. clusión de los restantes órganos y entes de la aquellos órganos constitucionales tiene que en
acto institucional de efectos generales, o con re Administración Pública (11). contrarse habilitado para sancionar las normas
lación a los reglamentos que precise dictar para El primer supuesto sólo ocurre cuando la ley según las cuales dará aplicación a los tratados y
supervisar la actuación del jefe de gabinete de debe ser aplicada por la Administración públi En una sentencia que tiene un contenido has a las leyes. En definitiva, las normas constitucio
ministros en la recaudación e inversión de las ca, total o parcialmente, no cuando su vigencia ta docente (12), la Corte Suprema de Justicia ca nales citadas para el caso de los RA (arts. 66 y 75
rentas de la Nación (99.10, CN) o para comandar efectiva en la realidad concreta queda sometida lificó a los RE en sustantivos y adjetivos. Estos inc. 32, para el Poder Legislativo y 113 y 114 para
a todas las fuerzas armadas de la Nación (99.12, exclusivamente a la conducta de los particula
CN) u organizar y distribuir a las mismas fuerzas res, aun cuando sean normas de contenido im
(99.14), como también la declaración de guerra perativo. (11) Puede haber aquí una “zona gris” entre los RE y ba el mencionado decreto, pero lo hizo desde el punto
y represalias, con autorización del Congreso los RA. El órgano o ente subordinado al Ejecutivo, pue de vista del ordenamiento en general, considerado
(99.15) y la declaración del estado de sitio (99.16) El segundo caso depende también de la volun de precisar sancionar un reglamento organizativo o de como política legislativa que el Ejecutivo debía respe
o la intervención federal a una provincia (99.20, tad del legislador, o su capacidad de previsión funcionamiento especial a los efectos de la puesta en tar —y estaba obligado a implementar— en su activi
también de naturaleza institucional), etcétera. práctica de una determinada ley. Precisamente, mu dad reglamentaria. Partió del examen de “las leyes que
de todos los supuestos posibles en los que la nor
chas leyes establecen que un determinado órgano será sancionó el Congreso sobre la reforma del Estado”
ma será o podrá ser aplicada en la práctica. El la “autoridad de aplicación de la ley” y así provoca la (23.696; 23.697; 23.928 —Adía, XLIX-C, 2444; 2458; LI-
Sin embargo el Jefe de Gabinete de Ministros, legislador puede prever en la norma su desarro actividad reglamentaria del órgano, normalmente un B, 1752—) para afirmar que “no existen dudas acerca
que es quién ejerce la administración general del llo completo, todas sus alternativas numéricas, determinado ministro. Seguimos aquí en el campo de de la filosofía que inspiró a las políticas después im-
país (100.1, CN) goza de la competencia de “ex la precisión específica para su aplicación. O bien, los RA pues, en definitiva, el reglamento nada agrega a plementadas por el mismo legislador o, en su caso, por
pedir los actos y reglamentos que sean necesa por su voluntad circunstancial o por real impo la ley. Este último aspecto, la adición de elementos que el Ejecutivo, tendientes a proteger y estimular el mar
rios para ejercer las facultades que le atribuye sibilidad o inconveniencia de avanzar en un gra podrían estar en el contenido propio de la ley, es el que, co de libertad indispensable para el funcionamiento
este artículo y aquellas que le delegue el presi do tal de detalle, dejar este desarrollo de la nor aproximativamente, caracteriza al RE y permite distin de una economía de mercado en la cual el Estado asu
dente de la Nación” (100.2, CN) norma que pre ma en manos del Poder Ejecutivo, en un sistema guirlo —también de una manera muy circunstancia me un papel exclusivamente subsidiario” (Consideran
vé expresamente a los RA. Cabe añadir que si el cuya conveniencia puede resultar de muchos da— del RA. do 11). Tomó especialmente en cuenta lo dispuesto por
el art. 10 de la ley 23.696, como base de la política des-
Jefe de Gabinete puede sancionar RA para ejer factores, como el“expertise” de la Administración
(12) Se üaía del casu “Cocchia., Juige D. c. Eslauu reguiaioria, como también ios objeüvos deiTratado de
cer las competencias delegadas por ei Presiden pública en los campos en los que la norma deba nacional y otro s/ acción de amparo”, decidido el Asunción estableciendo el MERCOSUR (Adía, LI-C,
te, es porque el Presidente puede hacerlo en las ser aplicada, el que le viene otorgado por el pro 2 de diciembre de 1993, LA LEY, 1994-B. 633. En el caso 2889), vinculados con “la libre circulación de bienes,
pio 'legislador al dotarla, en el presupuesto, de se discutió la validez de los arts. 34 a 37 del dec. 817/92 servicios y factores productivos...” al que calificó como
los recursos necesarios —y autorizarla para su (Adía, LII-B, 1763) que afectaban, según el impugnan “una clara definición de política legislativa, que el or
(10) Sobre la distinción entre "gobierno” y “adminis gasto— para contar con los medios materiales y te, ciertos derechos emergentes del ordenamiento la denamiento jurídico interno no puede contradecir,
tración”, ver BARRA, ob. cit., "Principios...” Capítulo V. personales adecuados para saber cómo la ley boral convencional, sin base legal que lo justificara. La dificultar u omitir en su implementación práctica...y a
Corte analizó el marco legal dentro del cual se inserta cuya luz igualmente deben valorarse tanto el decreto
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el Poder Judicial) por su redacción amplia tam superior o, excepcionalmente, de igual jerarquía
bién autorizan a incluir en ellas a esta especial que el órgano delegado; la inversión de esta rela La norma prohíbe la delegación legislativa en pecíficamente establecida en la norma constitu
categoría de RE. Mayor dificultad existe en el caso ción jerárquica resultaría absurda y contradicto el “Poder Ejecutivo”. ¿Significa esto que se en cional. En el caso de la delegación, esta interven
de los reglamentos sustantivos, donde el art. 99.2, ria con la naturaleza del propio instituto. cuentra autorizada en beneficio del Poder Judi ción posterior del Congreso es posible, aunque
CN parece otorgar una competencia exclusiva en cial? Es inimaginable la delegación legislativa en no la prevea expresamente la norma constitucio
cabeza del Poder Ejecutivo. Esto es así claramen Pero, aunque típica, la delegación es de inter favor del Poder Judicial, ya que hay una incom nal. Es que nada puede impedir que el Congreso
te frente al resto de la estructura orgánica de la pretación restrictiva. Siempre requiere de una patibilidad de naturaleza. Una cosa es que los se encuentre disconforme con la manera en que
Administración pública, pero no resulta lógico norma que la autorice ya que se parte del princi tribunales puedan emitir válidamente RA y, en el Ejecutivo ejerció la competencia delegada, y
excluir a los restantes “órganos superiores de la pio de que el ordenamiento, al dotar a un órga ciertos casos RE, y otra es que puedan sustituir derogue o modifique el RD, sin perjuicio de su
Constitución” —el Congreso, actuando por am no de una determinada competencia, quiere que al Legislativo (aun con su autorización expresa) validez y vigencia hasta ese momento. En la si
bas Cámaras, y la Corte Suprema de Justicia— ese órgano y no otro la ejerza. en la tarea de legislar. Para esto no están los ju e tuación de emergencia pública, discrecional
de una competencia reglamentaria que, en cier ces, quienes carecen de la organización y, en sín mente valorada por el Congreso —lo que exclu
tos casos les podrá resultar indispensable para Lo mismo ocurre en el derecho constitucional. tesis, del “expertise” adecuado para ello. Por la ye su revisión judicial— el legislador entiende
el cumplimiento de sus cometidos constitucio Hasta la reforma de 1994, la delegación de com misma razón tampoco puede existir delegación que la forma más rápida y efectiva de enfrentar
nales. Cierto es que el Congreso la ejercerá nor petencias constitucionales entre órganos esta del ejercicio de las competencias de cualquiera la es a través de la delegación en favor del Ejecu
malmente bajo la forma de ley, que resultaría así blecidos en la Constitución, no se encontraba de los órganos constitucionales hacia los otros, tivo, para lo cual debe establecer un plazo para
de contenido reglamentario de otra anterior, y siquiera prevista en el texto constitucional. sin perjuicio de la concreta prohibición del cita su ejercicio y las “bases” o políticas (las finalida
de su misma jerarquía, con el beneficio de ser do art. 76. Cada uno de estos órganos está dise des, criterios, incluso los medios fundamentales
ley posterior. En los tribunales esta reglamenta Por ello la Corte en “Cocchia” pudo afirmar, ñado para cumplir con su propia competencia, apropiados) que el RD deberá respetar. La ley de
ción podrá encontrarse en los fallos plenarios de siguiendo una jurisprudencia anterior, “es en ra diseño que es ex profeso para asegurar el princi delegación debe contener estos requisitos para
las Cámaras de Apelaciones, o en la jurispruden zón de sus caracteres propios, precisamente, que pio de la división de poderes. Por ello la única su validez constitucional —lo que sí puede ser
cia afirmada de la Corte Suprema, ya que, en mu en nuestro sistema no puede considerarse la delegación teóricamente posible es la legislativa examinado por los jueces— y el RD debe respe
chos casos, al interpretar el texto de una ley se la existencia de ‘reglamentos delegados’ o de ‘dele en beneficio del Poder Ejecutivo — prohibida tarlos. Este resultará inválido si es emitido fuera
podrá estar también reglamentando. Pero tam gación legislativa' en sentido estricto, entendien también como regla general— porque este últi del plazo, el que debe establecerse tanto para la
poco debe excluirse la posibilidad que tal regla do por tal al acto del órgano legislativo por el mo se encuentra en condiciones técnicas y de or sanción del reglamento como para su vigencia.
mentación provenga de acordadas de los tribu cual se transfiere —aún con distintos condicio ganización para dictar normas de contenido m a Esto último resulta del texto del párrafo final del
nales, que serán válidas siempre y cuando su namientos— en beneficio del ‘ejecutivo’, deter terialmente legislativo, como lo prueba su habi art. 76: “La caducidad resultante del transcurso
contenido exprese una decisión que sólo puede minada competencia atribuida por la Constitu lidad para la sanción de los denominados decre del plazo previsto en el párrafo anterior no im
ser tomada en el ámbito del Poder Judicial y no ción al primero de tales órganos constituciona tos o reglamentos de "necesidad y urgencia”, que portará revisión de las relaciones jurídicas naci
del Poder Ejecutivo. De lo contrario, habría una les...” (Considerando 14). luego analizaremos. Por lo demás, la prohibición das al amparo de las normas dictadas en conse
invasión inválida sobre la competencia propia de la delegación en beneficio del Poder Ejecuti cuencia de la delegación legislativa”, norma que
del Ejecutivo, expresamente establecida en el ya Hoy la cuestión se encuentra expresamente vo alcanza a la delegación en favor de cualquier no tendría sentido si el plazo —que es de cadu
recordado art. 99.2, CN. contemplada en la CN. Su art. 76 dispone: “Se órgano o ente de la Administración pública, de cidad y por lo tanto de decaimiento automáti
prohíbe la delegación legislativa en el Poder Eje lo contrario se afirmaría una palmaria incon co— sólo se refiriera al dictado del reglamento y
IV. Reglamentos delegados cutivo, salvo en materias determinadas de admi gruencia. no a su vigencia.
nistración o de emergencia pública, con plazo fi
La delegación es un instituto típico del derecho jado para su ejercicio y dentro de las bases de la La regla general prohibitiva tiene dos excep El otro supuesto de excepción a la prohibición
público por el cual se autoriza a que un órgano delegación que el Congreso establezca...”. ciones. La primera es la que se otorgue para en de la delegación legislativa es el que se refiere a
transfiera a otro el ejercicio de su propia compe frentar una situación de "emergencia pública”. las “materias determinadas de administración”.
tencia. La transferencia normalmente tiene un De esta manera la regla general es la p roh ibi Aquí el caso, en su base fáctica, es similar al que En este caso se ha interpretado, siguiendo a Ma-
contenido determinado y hasta la explicitación de ción de la delegación legislativa, lo que impide, justifica el dictado de reglamentos de necesidad rienhoff (13), que se trata de cuestiones mate
las finalidades a obtener, como así también suele lógicamente la existencia de los reglamentos de y urgencia aunque su diferencia estriba en que, rialmente administrativas y que, por ello, corres
tener un plazo preciso. El órgano delegante es de legados (RD). en la delegación, el Congreso actúa a priori, pre ponderían al ámbito de competencia del Ejecu
cisamente delegando, mientras que en el segun tivo aunque, por expresa disposición constitu
do supuesto, existe una inactividad del Congre cional han sido atribuidas al Poder Legislativo.
cuya constitucionalidad aquí se desafía, como la si cuación de medios...” agregando que el citado decre so por la imposibilidad de seguir el procedimien El Congreso —que es el primer intérprete de la
tuación normativa y práctica que aquél viene a co to “no es más que uno de los instrumentos cuya im- to ordinario parala sanción de las leyes, como lo Constitución— las ha enumerado taxativamen
rregir” (Considerando 12). La Corte también merituó plementación el legislador confió en el Poder Ejecu señala el art. 99.3, CN. En este caso, el Congreso te en el art. 2o de la ley 25.148 (Adía, Bol. 22/99,
la ley 24.093 (Adía, LII-C, 2852), vinculada con la ad tivo para llevar a cabo la política de reforma del Esta actuará a posteriori, aceptando o rechazando el p. 1): "A los efectos de esta ley (14), se considera
ministración y operatoria portuaria (a la que se refie do por aquél decidida..." (Considerando 13). La Corte reglamento o decreto de necesidad y urgencia, rán materias determinadas de administración,
re el déc. 817) también con claros objetivos desregu- establece así los alcances de la relación jerárquica en definitiva ejerciendo una tarea de control es- aquellas que se vinculen con: a) La creación, or-
latorios (Considerando 13). Todo lo mencionado es entre la norma (o e! conjunto coherente de normas)
para la Corte un “sistema jurídico...que define una reglamentada y la norma reglamentaria. La primera
clara política legislativa, cuya conformidad con la fija, con mayor o menor grado de desarrollo, una po
Constitución no fue cuestionada, y sobre la cual no lítica que el RE debe poner en práctica sin contrade (13) MARIENHOFF, Miguel S„ "Tratado de Derecho título “La potestad constitucional para crear entidades
hay ar-gumentaciones....que demuestren que el dec. cirla o con razonable adecuación de medios. Si esto Administrativo”, t. I, p. 405 y sigtes., Ed. Abeledo Pe- autárquicas institucionales, y lo atinente a la extensión
817 —globalmente considerado— fue dictado en con es así, queda asegurada la constitucionalidad del re rrot, Buenos Aires, 1990, como también del mismo del control sobre las mismas, en la jurisprudencia de
tradicción, o en exceso, o con desproporción o inade- glamento. autor, en la publicación conjunta 120 Años de la Pro la Procuración del Tesoro de la Nación”, publicación
curación del Tesoro de la Nación, p. 50 y sigtes., con el de la P.T.N., Buenos Aires, 1983.
chazo puede tener diversos contenidos: a) por las Cámaras —nada impide que puedan realizar
que el DNU legisló en cualquiera de las materias una sesión conjunta— sin el procedimiento de La derogación del DNU presenta una situación anterior. Sin duda sería una conducta contradic
prohibidas por el art. 99.3, CN, lo que supone la cámara de origen y cámara revisora. Con la co diferente. En estricto sentido se trata de una ley toria del Congreso derogar una norma con res
nulidad absoluta del reglamento desde sus orí incidencia de ambas Cámaras ya se obtiene el posterior que deroga —podría también modifi pecto a la cual quiere rechazar su vigencia. Para
genes sin siquiera encontrarse protegidas las re rechazo —la norma constitucional establece que car— a una anterior. La derogación sólo puede esto último bastaría con resolver el rechazo del
laciones jurídicas de buena fe nacidas al ampa el despacho de la Comisión Bicameral será ele sancionarse por ley formal y ésta sí podría ser DNU, con los efectos ya vistos. Si deroga es por
ro del DNU rechazado; b) por defectos formales vado al plenario de las Cámaras, lo que permite vetada por el Poder Ejecutivo y, a la vez, insistida que admite que el reglamento, como consecuen
en el DNU, como la falta de refrendo por la tota inferir que se trata de un envío simultáneo— pro por el Congreso. Esto es así — a diferencia de la cia del silencio del Congreso, ha estado en vigen
lidad del gabinete ministerial, falta de envío al cedimiento que se ajusta en mayor medida con situación que se plantea en el caso de rechazo— cia, y lo está hasta el momento de la derogación.
Congreso, o envío tardío, con los mismos efec la celeridad que el constituyente quiso otorgarle porque la derogación también supone que el-
tos que en el caso anterior aunque con protec al procedimiento de control por parte del Con DNU no fue rechazado y que por tanto fue plena VI. Conclusión. La actividad legisferante del
ción de las relaciones jurídicas de buena fe, ya greso. La citada ley reglamentaria debería regu y válidamente vigente hasta la promulgación y Poder Ejecutivo
que se trata de defectos de imposible o difícil co lar la forma de envío de ambas resoluciones, de vigencia de la ley derogatoria.
nocim iento para el común de la ciudadanía; manera conjunta, al Poder Ejecutivo y la publi El Poder Ejecutivo siempre ha ejercido una acti
c) por disconformidad con la valoración de la ra cación, también simultánea y de ambas, en el Esta situación fue expresamente analizada por vidad creadora de normas. Lo hace, como ya vimos,
zón de necesidad y urgencia, o con la imposibi Boletín Oficial. la Corte Suprema en el caso “Verrocchi”. Aquí los incluso con sus actos de contenido particular, los
lidad de seguir los trámites ordinarios para la DNU formalizados por dees. 770/96 y 771/96 fue actos administrativos propiamente dichos. Y por
sanción de la ley formal, lo que también produ Como ya vimos la preexistencia de una expre ron expresamente derogados por el art. 25 de la supuesto que lo hace, con un contenido material
ce los efectos antes señalados, protegiendo a los sa aprobación impide el posterior rechazo, que ley 24.714 (Adía, LVI-C, 3585; LII-B, 1752; LVI-E, semejante al de la ley formal, con sus reglamentos.
"'operadores''' jurídicos de buena fe, para quienes sería así absolutamente inválido. Incluso si el 6093), lo que justificó la interpretación desarro
esta cuestión es una materia de imposible valo rechazo posterior a la aprobación tuviese forma llada por la minoría —la mayoría sólo hizo una La reforma constitucional de 1994 ha aclara
ración, ya que es exclusiva del Congreso; d) por de ley, habría que interpretar a ésta como una rápida mención contraria en los votos de los doc do muchos aspectos de la denominada “potes
disconformidad con el contenido del DNU, lo mera derogación, que no afecta la vigencia del tores Petracchi y Boggiano— con una conclu tad” reglamentaria de la Administración públi
que equipara el rechazo con la ley posterior de decreto hasta el momento de aquella ley dero sión absolutamente lógica: “sólo es concebible ca, en particular de su “responsable político”, el
rogatoria, es decir el DNU mantuvo plena y váli gatoria. por parte del órgano legislativo la 'derogación' de Presidente de la Nación. Especialmente hay aho
da vigencia hasta la sanción del rechazo. normas cuya validez ha admitido" (Consideran ra una adecuada definición constitucional acer
Pero ¿qué ocurre si no existió aprobación sino do 12). Estrictamente hablando no se trata de que ca de los reglamentos delegados y de los regla
Debe analizarse si el rechazo debe tener la for una conducta del Congreso que supone su el Congreso, al derogar un DNU, "implícitamen mentos de necesidad y urgencia, que faltaba en
ma de una ley o puede ser expresado por resolu aceptación del DNU? Esta es una situación que te” lo convalide hasta ese momento (es que tam el texto constitucional anterior a la reforma, aun
ción conjunta o individual pero coincidente de puede ocurrir si el Congreso sanciona leyes que poco puede haber aprobación implícita, viola- cuando éstos eran de frecuente uso en nuestra
cada una de las Cámaras. En nuestro anterior tra parten de la base de la vigencia del DNU, p. ej., toria también de la regla del art. 82, CN) sino que práctica constitucional.
bajo ya citado — “Decretos de Necesidad y Ur si el reglamento crea una determinada entidad se aplica en el punto lo que hemos expuesto an
gencia. El caso Rodríguez”— optamos por la so administrativa, y en la próxima ley presupues tes: mientras el Congreso guarde silencio, el de Naturalmente estos nuevos institutos consti
lución de la ley formal, sobre todo por razones taria —siempre sin expedirse sobre el DNU— creto es vigente. Esta vigencia cesa a partir de la tucionales necesitarán de un tiempo de sedi
de seguridad jurídica y porque permite el fun el Congreso la dota de fondos para su funcio derogación —por ley— del DNU, en el clásico mentación en la jurisprudencia y en la doctrina
cionamiento pleno de la Cámara de origen y Cá namiento. Entendemos que el rechazo sigue juego de norma posterior con respecto a norma jurídica. Esto es lo que está ocurriendo.
mara revisora, lo que sería de difícil ejecución siendo válido, con sus efectos propios —aun
práctica en el supuesto de que el rechazo tenga que el tema es, sin duda, discutible— ya que el
la forma de una mera resolución. Congreso tiene la obligación constitucional de
expedirse expresamente sobre el DNU, lo que
Sin embargo esta solución presenta un incon sólo realiza con la resolución del rechazo (o en
veniente importante: si el rechazo se expresa a su caso, la de aprobación). M ientras tanto,
través de una ley formal, el Poder Ejecutivo po aquellas leyes sancionadas por el Congreso, que
dría vetarlo, manteniendo la vigencia del DNU suponen la vigencia del DNU, ayudan a su pre
hasta tanto el Congreso pueda insistir con la sunción de validez y, por ende, a la situación de
mayoría de dos tercios de los votos (art. 83, CN) las relaciones jurídicas nacidas bajo el amparo
mayoría que siempre es difícil de obtener. De esta del reglamento, que tendrán así, también, una
manera podría burlarse el control que el Congre fuerte presunción de buena fe. Por las mismas
so debe ejercer sobre los DNU, otorgándole al razones, el simple silencio del Congreso —que
Poder Ejecutivo la decisión última en la materia. mantiene vigente el DNU— no impide el recha
zo posterior (lo que demuestra la diferencia
Revisado si problema dssds esta perspectiva., entre ia aprobación expresa y el mero silencio,
se impone la solución del rechazo —y obviamen que nunca es aprobación sino una simple situa
te, la aprobación— por resolución de las Cáma ción fáctica de vigencia de la norma de urgen
ras, lo que debería quedar establecido en la ley cia) por lo menos dentro del plazo en que el re
reglamentaria prevista en el art. 99. 3 de la CN. chazo debe ser emitido, si la ley reglamentaria
Se trata de simples resoluciones de cada una de fijara dicho plazo.