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Salgan pequeños grupos de obreros como misioneros del Señor y hagan lo que Cristo ordenó a

los primeros discípulos que hicieran. Vayan a los diferentes lugares de nuestras ciudades, de
dos en dos, y den el mensaje de advertencia del Señor. Cuenten a la gente la historia de la
creación, y cómo al finalizar su obra el Señor descansó en el día sábado y lo bendijo,
colocándolo aparte como un monumento conmemorativo de su obra.

Los miembros de iglesia, tanto jóvenes como adultos, debieran ser educados para salir a
proclamar este último mensaje al mundo. Si lo hacen con humildad, los ángeles de Dios irán
con ellos, enseñándoles cómo elevar su voz en oración, cómo entonar himnos y cómo
proclamar el mensaje angélico para este tiempo. No tenemos un solo momento que perder. . .

¿Quién aceptará la obra de enseñar la verdad bíblica a los ancianos y jóvenes? ¿Quién llevará el
mensaje, siguiendo el plan de trabajo de Cristo?. . . Hay muchos en todas las ciudades que
necesitan de los pastores evangélicos. Necesitamos hombres que lean la verdad, que
practiquen la verdad y expliquen la verdad.

Mis hermanos, Cristo os llama. ¿Quién escuchará su voz? ¿Llegarán a ser sus mensajeros?
¿Buscarán las ovejas perdidas? ¿Estarán dispuestos a enseñar la Palabra con toda humildad y
fervor a los que la escuchen? (Alza tus Ojos, 18 de Marzo, 89)

Noche tras noche se me han presentado escenas de pequeños grupos suplicando a Dios. El les
mostraba algunos ídolos que habían estado acariciando. Algunos los abandonaban, y otros no.
Pero la luz del Cielo resplandecía en los rostros de los que se apartaban de sus ídolos. Entonces
se les mostraba otros ídolos, y nuevamente algunos renunciaban a ellos. Pero la luz del Cielo
brillaba en los que lo abandonaban todo por Cristo. (Alza tus Ojos, 10 de Setiembre, 265)

Congréguense pequeños grupos en la tarde o en la mañana temprano para estudiar la Biblia.


Celebren una reunión de oración para que el Espíritu Santo los pueda fortalecer, iluminar y
santificar. . .

Si lo hacen serán grandemente bendecidos por Aquel que dedicó totalmente su vida al servicio,
y que nos redimió por medio de ella. Deben recibir el poder del Espíritu Santo; en caso
contrario, no podrán vencer. ¡Qué testimonio deberían dar de la cordial relación que
mantienen con sus compañeros de labor en esos preciosos momentos cuando buscan la
bendición de Dios! Cada cual cuente con palabras sencillas lo que le ha ocurrido...

Escuelas sabáticas de grupos pequeños

En muchos lugares pueden formarse grupos de observadores del sábado. Frecuentemente no


serán grupos grandes; pero no hay que desatenderlos; no hay que dejarlos morir por falta de
debido esfuerzo personal e instrucción. No 206 debe abandonarse la obra prematuramente.
Cuídese de que todos estén bien instruídos en la verdad, fundados en la fe e interesados en
cada ramo de la obra, antes de dejarlos para ir a otro campo....

Se ha demostrado en el campo misionero, que cualquiera que sea el talento para predicar, si se
desatiende el trabajo personal, si no se les enseña a los hermanos cómo trabajar, cómo dirigir
reuniones, cómo cumplir su parte en la obra misionera, cómo alcanzar con éxito a la gente, la
obra casi fracasará. En la escuela sabática hay también mucho que hacer en cuanto a dar a
comprender a la gente su obligación, e inducirla a hacer su parte. Dios la llama a trabajar para
él, y los pastores deberían dirigir sus esfuerzos. ­TES 118. (Consejos sobre Escuela Sabática,)

Se me ha instruido que grupos pequeños que han recibido una preparación adecuada en los
ramos misioneros evangélicos y médicos, deben salir a hacer la obra por la cual Cristo designó
a sus discípulos. Trabajen como 455 evangelistas, esparciendo nuestras publicaciones,
hablando de la verdad a quienes encuentren, orando por los enfermos, y si es necesario,
tratándoles, no con drogas, sino con los remedios de la naturaleza, comprendiendo siempre
que dependen de Dios. Mientras participen en la obra de enseñar y sanar, cosecharán una rica
mies de almas.

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