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ORACION

¡Oh, Virgen Maria, Madre más afligida que todas las madres del
mundo! Postrado a vuestros pies, suplico por vuestros dolores y los de
vuestro amado Hijo, crucificado, que me alcancéis perdón de mis
culpas, gracia para no pecar más, y el favor que pido saludándoos por
vuestros siete más grandes dolores. 1

ACTO DE CONTRICION
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser quien sois, bondad infinita,
me pesa de haberos ofendido: propongo no pecar más, y por vuestra Madre afligida
con tantos penetrantes cuchillos de dolor en su corazón como he cometido culpas
contra vos, espero me perdonareis vos, espero que me perdonéis dándome gracia
para perseverar en vuestro santo servicio y el de vuestra Madre Dolorosa hasta la
muerte. Amen.
PRIMER DOLOR
La Profecía De Simeón
El gozo de la Presentación del Niño Dios en el templo, fue para María no puro, sino
mezclado con un amarguísimo cáliz de dolor, que se comenzó en este día, y se acabo
juntamente con la vida; porque cuando aquel Santo Simeón, comenzó a profetizar los
grandes trabajos y contradicciones que el mundo le había de hacer, y el cuchillo de dolor
que había de traspasar el alma de su inocentísima Madre, allí se echo acíbar en los placeres
de su vida, porque apenas tuvo gozo tan puro que no fuese aguado con el sobresalto y con
los temores de este día ¿Qué haces, Santo Varón? ¿Para que quieres dar perpetua materia de
dolor a esta Madre? ¡Oh, si supieses que vena de dolores le has descubierto con esa palabra!
Si nada de esto le hubieras revelado, viviera en una perpetua paz y continuo gozo con la
presencia de su Hijo; más de aquí en adelante, su vida será una cruz y una muerte prolija.
¿Pues que consejo fue el tuyo en querer decir lo que tanto la había de lastimar?
No fue cierto consejo tuyo, sino del Espíritu Santo, que te lo mandó revelar. Quiso el Señor
que en todo fuesen conformes la Madre y el Hijo, y que, pues esta Virgen era la más
perfecta de las puras criaturas, participase de la mayor gloria del Santo de los Santos, que
fue haber padecido tantos dolores. Y así como el Hijo siempre tuvo la cruz delante de sus 2
ojos, así la Madre la tuviese ante los suyos, padeciendo con su misma memoria.
Pues ¿de que te quejas, enfermo, pobre y atribulado, porque Dios te trate de la manera que
trato a su Hijo y a su Madre? ¿Quién con este ejemplo no tiene las tribulaciones por favores
y beneficios de Dios? Nadie, pues infame los trabajos; nadie aborrezca la cruz, nadie se
tenga por desfavorecido de Dios, cuando se viere atribulado; pues la mas amada y
favorecida de todas las criaturas, fué la más lastimada y afligida de todas.

7 Ave Marías
Veneramosté, ¡Oh, Madre Dolorosa! Y bendecimosté porque con tus
dolores y tus lágrimas corredimiste al mundo.
¡Virgen Dolorosa!  Ruega Señora por nosotros los pecadores.

Oye, Madre, mi oración


De Jesucristo las Llagas
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SEGUNDO DOLOR
LA HUIDA A EGIPTO
Consideremos con que prisa se levanta la Santísima Virgen al oír la horrible nueva de la
muerte que amenazaba al Niño, a manos del cruel Herodes; y le tomaría en sus brazos, y
dejaría su pobre casa, y sin despedirse de nadie, porque la prisa no daba lugar a más,
comenzaría a andar su camino hacia el destierro de Egipto.
¡Oh, noche oscura! ¡Oh, noche tenebrosa! ¡Oh, noche de lágrimas y de dolor! ¡Oh, si de esta
manera supiesen los hombres estimar a Cristo! Si supiesen poner el cobro que convenía en
este tesoro, que cuando corriese riesgo de perderle a él, o de perder todo lo demás, supiesen
perder para ganar, y aun tuviesen con el Apóstol todas las pérdidas por ganancias, cuando
con ellas conservasen este bien.
¡Oh Virgen Santísima! Que tan grandes fueron los trabajos que pasastéis en esta jornada,
desamparando vuestra tierra, vuestra casa, y vuestros dulces conocidos y parientes y
caminando a países extraños y tierras de idólatras y de infieles, con ese delicado Niño en
vuestros brazos, donde ni tenéis casa, ni abrigo, ni hacienda para servirle. Si entre vuestros
naturales no hallastéis más que un establo y un pesebre para el nacimiento del Niño, ¿Qué
sentiría vuestro piadoso corazón morando en tierra de infieles, viendo allí tan desterrado y
muerto el conocimiento de Dios?
Por aquí entenderás, oh alma mía, como trata nuestro Señor a sus muy grandes amigos, en
este mundo, como los atribula, y prueba y ejercita en esta vida, para regalarlos y coronarlos
en la otra
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7 Ave Marías
Veneramosté, ¡Oh, Madre Dolorosa! Y bendecimosté porque con tus
dolores y tus lágrimas corredimiste al mundo.
¡Virgen Dolorosa!  Ruega Señora por nosotros los pecadores.

Oye, Madre, mi oración


De Jesucristo las Llagas
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TERCER DOLOR
EL NIÑO PERDIDO
7 Ave Marías 4
Veneramosté, ¡Oh, Madre Dolorosa! Y bendecimosté porque con tus
dolores y tus lágrimas corredimiste al mundo.
¡Virgen Dolorosa!  Ruega Señora por nosotros los pecadores.

Oye, Madre, mi oración


De Jesucristo las Llagas
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CUARTO DOLOR
EL ENCUENTRO EN LA CALLE DE LA AMARGURA
Considera como la Santísima Virgen, oída la triste nueva de la condenación de su Hijo, le
siguió con excesivo dolor por el rastro de la sangre, y al encontrarse los ojos de entreambos,
quedo cada uno traspasado de dolor con la vista del otro. ¡Que cuchillo tan agudo penetro el
alma de María, cuando vió a su Hijo con aquella corona de espinas, y su rostro tan
7 Ave Marías
Veneramosté, ¡Oh, Madre Dolorosa! Y bendecimosté porque con tus
dolores y tus lágrimas corredimiste al mundo.
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¡Virgen Dolorosa!  Ruega Señora por nosotros los pecadores.

Oye, Madre, mi oración


De Jesucristo las Llagas
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QUINTO DOLOR
CUANDO CRUCIFICARON AL SEÑOR
Llegado el Señor al calvario, fue tendido en la cruz, y allí los bárbaros verdugos
comenzaron a clavar sus manos, abriendo camino el hierro duro por las blandas carnes del
Hijo de María. Oyerón estas martilladas los oídos de la Madre, y recibido estos golpes en
medio del Corazón. ¿Y sus ojos como pudieron ver tal espectáculo como este sin morir?
Verdaderamente aquí fue su corazón traspasado con estos clavos y rasgadas sus virginales
entrañas. Con la fuerza del dolor de la primera herida, todas las cuerdas y nervios del
cuerpo se encogierón hacia la parte de la mano clavada y se llevaron tras de si todo el peso
7 Ave Marías
Veneramosté, ¡Oh, Madre Dolorosa! Y bendecimosté porque con tus
dolores y tus lágrimas corredimiste al mundo.
¡Virgen Dolorosa!  Ruega Señora por nosotros los pecadores.
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Oye, Madre, mi oración
De Jesucristo las Llagas
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SEXTO DOLOR
EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ
Consideremos con cuanta devoción y compasión desclavarían los Santos varones el
sacratísimo cuerpo de Jesús, luego que hubo espirado en la cruz, y con qué lágrimas y
sentimiento le recibiría en sus brazos la Afligidisima Madre. Abrazole con ellos y mucho
más con los de su alma toda traspasada de dolor, cumpliéndose a la letra lo de los Cantares:
Hacecito de mirra es mi amado para mí, entre mis pechos le pondré. ¡Oh, Virgen soberana,
que diferente abrazo es éste de los que le dábais en el portal de Belén, ¡y cuando caminábais
a Egipto! Entonces era para Vos ramillete de mirra, como joyel compuesto entre vuestros
sagrados pechos; pero ahora es haz grande de mirra muy amarga, que os llena toda de
amargura. Ya podéis decir aquella lamentación de Jeremías: Lléname de amargura y
embriágame con ajenjos amarguísimos. Veía aquel rostro antes blanco y rubicundo, y
ahora perdido de color, y trocado en amarillez de muerte, veía los labios cárdenos, los ojos
oscurecidos, la cabeza caída, levantando el pecho ¡Conocéis, Señora, esta figura? ¡Que se ha
7 Ave Marías
Veneramosté, ¡Oh, Madre Dolorosa! Y bendecimosté porque con tus
dolores y tus lágrimas corredimiste al mundo.
¡Virgen Dolorosa!  Ruega Señora por nosotros los pecadores.

Oye, Madre, mi oración


De Jesucristo las Llagas
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SEPTIMO DOLOR
SEPULTURA DE CRISTO
Ungido ya el cuerpo del Señor, toda aquella compañía de Santos varios y de piadosas
mujeres acompaño a la Santísima Virgen al lugar de la sepultura, llorando con la Madre del
difundo, que lloraría como la viuda de Naim a su hijo único muerto en la flor de la edad.
¡Oh, Dios infinito! ¿Cómo no salís al encuentro a esta desconsolada Señora y le decís como
a aquella: ¿No llores? ¿Cómo no tocáis las andas en que va el cuerpo del único Hijo suyo y
vuestro, y lo devolvéis vivo a la que tan sola queda sin él?, Mas ya veo que no es llegado
este tiempo y que no es día de alegrías, sino de lágrimas, de quebranto y de soledad.
Acabó el oficio de la sepultura, se retiró María a llorar su desamparo. Tenía su alma
dividida en muchas partes; una en el sepulcro con el cuerpo de su Hijo, meditando; otra en
el limbo con el alma del mismo Hijo, contemplando lo que haría con los Padres que allí
estaban; pero mucho más se le iba el corazón a los dolores, revolviéndolos por su memoria,
y llorando las causas de ellos, y suplicando al Padre Eterno aplicase su fruto a muchos, para
gloria del que los padeció. Entretanto el buen Pastor desde el limbo, inspiraba a los
discípulos, que andaban como ovejas descarriadas, que se recogiésen donde está su Madre,
para que los consolase y esforzase. Vino Pedro todo lloroso y lastimado por las tres veces
que había negado a su Maestro, y postrándose delante de la Virgen, renovaría sus amargas
7 Ave Marías
Veneramosté, ¡Oh, Madre Dolorosa! Y bendecimosté porque con tus
dolores y tus lágrimas corredimiste al mundo.
¡Virgen Dolorosa!  Ruega Señora por nosotros los pecadores.

Oye, Madre, mi oración


De Jesucristo las Llagas
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PETICION
Suplícote, Señora mía, tengas por bien de alcanzar copiosos dones y
gracias a estos tus siervos que estamos en este valle de lágrimas y que
merezcamos ir a gozar de tu presencia santísima con el Padre y el Hijo y
el Espíritu Santo. Amen.

PRECES
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo Redentor del Mundo, ten piedad de
nosotros
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros
Trinidad Santa que eres un solo Dios, ten piedad
Ruega por Nosotros

Madre, fuente de llanto


Madre, cúmulo de tormentos
Madre, espejo de paciencia
Madre, modelo de constancia
Madre, salvación de vuestros devotos
Madre, amparo de los desvalidos 9
Madre, vencedora de los incrédulos
Madre, consuelo de los afligidos
Madre, socorro de los pobres
Madre, medicina de los enfermos
Madre, ancora de los náufragos
Madre, calmadora de las tempestadesRuega por Nosotros
Madre, espanto del demonio
Madre, tesoro del cristiano
Madre, luz de los profetas
Madre, fortaleza de los apóstoles
Madre, mártir de los mártires
Madre guía de los confesores
Madre y reina de las vírgenes
Madre, sostén de tus hijos
Madre, alegría de los santos

Cordero de Dios que borras los pecados del mundo,


Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que borras los pecados del mundo.
Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo.
Ten piedad y misericordia de nosotros.
OREMOS: 10
¡Oh, María Reina de todos los mártires, te suplicamos
por los dolores de tu soledad, que nos alcances merecer
los frutos de la Redención de tu Hijo Santísimo, que
después de morir, vive y reina con Dios Padre y el
Espíritu Santo en unidad perfecta por los siglos de los
siglos. Amen.

A tan amarga angustia haced Madre del Verbo, que en continua memoria,
tu triste soledad acompañemos.

ORACION FINAL
Madre mía dolorosísima ya que en persona de San Juan nos engendrasteis y paristeis
espiritualmente al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostradme que sois
mi amorosa Madre, alcanzándome la gracia que os he pedido y la de vivir siempre en
servicio de vuestro Hijo hasta que merezca alabarle eternamente en la gloria. Amen.
Jesús, nuestro Señor, os solicitamos la gracia que la bienaventurada Virgen Maria,
vuestra Madre, cuya santísima alma ha sido atravesada por una espada de dolor
durante vuestra Pasión, interceda por nosotros hacia vuestra clemencia, ahora y en la
hora de nuestra muerte amen.
HIMNO A LA VIRGEN DOLOROSA
Las piedras chocan, y la luz se esconde;
Mueves el globo con funesto ruido,
Y el sacro velo del santuario queda
Hoy dividido.
Al fuerte impulso de tormentos grandes
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JESUS exhala su postrer suspiro…….
Dejando al hombre con su muerte cruenta
Ya redimido.
¡Oh, tu, Señora, que en el monte santo
Miras el cuerpo de JESUS herido,
Sin serte dable mitigar su pena
¡Y su martirio!
Diles a los hombres, que si acaso vieron
Dolor más grande que el que te ha circuido….
Dales la espada que tu pecho corta,
Que vean sus filos….
Yo creo que entonces, uniformes todos,
A vez en cuello gritaran unidos;
Que tu Alma pura, sin igual padece
Duros suplicios…
Y el llanto amargo seguirá a raudales:
Dense prisa a abandonar sus vicios,
Y tú consuelo ofrecerán gustosos
Mil sacrificios.
I.L.M.
Stabat 
Mater
 Stabat Mater dolorósa  Sancta Mater, istud agas,
Juxta Crucem lacrimósa Crucifíxi fige plagas
Dum pendébat Fílius Cordi meo válide

 Cujus ánimam geméntem  Tuí natí vulneráti


Contristatám et doléntem Tam dignáti pro me patí
Pertransívit gládius Pœnas mecum dívide

 O quam trístis et afflícta  Fac me tecum pie flere,


Fuít illa benedícta Crucifíxo condolére,
Mater Unigénit! Donec ego víxero.

 Quæ merébat, et dolébat  Juxta Crucem tecum stare,


Pia Mater, dum vidébat Et me tíbi sociáre
Nati pœnas ínclyti In planctu desídero
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 Quis est homo, qui non fleret  Virgo virginum præclára


Matrem Christi si vidéret Mihi jam non sís amára
In tanto supplício? Fac me tecum plángere

 Quis non posset contristári  Fac, ut portem Christi mortem,


Christi Matrem contemplári Passiónis fac consórtem
Doléntem cum Fílio? Et plagas recólere

 Pro peccátis suæ gentis  Fac me plagis vulnerári,


Vídit Jesum in torméntis Fac me Cruce inebriári,
Et flagéllis súbditum Et cruóre Fílii

 Vidit suum dulcem natum  Flammis ne urar succénsus


Moriéndo desolátum Per te, Virgo, sim defénsus
Dum emísit spíritum In die judícii.

 Eía Mater, fons amóris  Christe, cum sit hinc exíre


Me sentíre vim dolóris Da per Matrem me veníre
Fac, ut tecum lúgeam. Ad palmam victóriæ

 Fac, ut árdeat cor meum  Quando corpus moriétur


In amádo Christum Deum Fact, ut ánimæ donétur
Ut síbi compláceam Paradísi glória. Amen

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