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Francisco Romero 4to Año.

Redes Sociales: A simple vista y sin lupa, peligros que no se notan.

Las redes sociales tienden a mostrarse como algo inofensivo a simple vista,
aunque en verdad no lo parezca. Su teoría no es mala, simplemente son redes
conformadas por personas, con intereses en común y que conectan entre sí. Es en su
práctica donde yace el problema, presentando una gran variedad de peligros para las
personas, adultos y jóvenes por igual. Son mucho más peligrosas sobre aquellos
individuos descuidados, que no tienen conciencia respecto a sus publicaciones o
conversaciones en las mismas. Claro, las redes sociales poseen una edad mínima. Al
menos, contar con 14 años de edad es necesario para poder ingresar en ellas. Medidas de
seguridad que son traspasadas fácilmente, tan solo con poner una fecha de nacimiento
representando la mayoría de edad, ya que no hay maneras de corroborar la veracidad de
aquella información. Sin ir muy lejos, los problemas de privacidad en las redes sociales
afectan a todos por igual. Principalmente, nuestra localización, cuando tomamos una foto
y la subimos a la red, ésta guarda datos de geolocalización mediante los cuales, nuestra
ubicación puede ser expuesta. Los jóvenes tienden a publicar mucha información
innecesaria como lo es: el lugar dónde se ubican, las cosas que realizan y cuándo las
realizan, Instituto Académico al cuál asisten, localidad dónde residen, etc. Incluso;
también afecta a los adultos por igual, un buen ejemplo son aquellos que cometen un
exceso al compartir fotos de sus hijos. Una vez en la red, las personas pueden hacer lo
que deseen con aquellas imágenes. Generan adicción, alterando atrozmente la rutina del
joven. Al no despegarse de la red social, su ciclo de sueño se ve afectado por estar hasta
altas horas de la noche. TikTok, por ejemplo. Cuenta con una interfaz de usuario hecha de
modo que se vuelva adictiva y conlleve al usuario a consumir más y más contenido.
Llegando incluso a recibir premios por su interfaz tan “lucrativa”, causando que otras
empresas la calquen, como es el caso de YouTube con sus “Shorts”, y Facebook e
Instagram con sus “Reels”. No conforme con eso, afecta la vida social de la persona,
aquellas horas invertidas en las redes sociales, pueden ser utilizadas para estar con la
familia o realizando labores estudiantiles. Llevando a la triste situación dónde el uso de
estas redes se antepone al estudio. El cyber acoso es otra realidad que vivimos, dónde el
mismo acoso de la vida real es transportado al internet, siendo mucho más grave y con
peores consecuencias. Establecer contactos con desconocidos puede llegar a ser otro
Francisco Romero 4to Año.
potencial peligro, aquellos que se conocen en juegos en línea. Y continúan en contacto
mediante redes sociales. Abre la posibilidad a que un adulto se haga pasar por un joven
para ganarse confianza, y así, manipularlo para revelar información sensible, pedirle
imágenes íntimas o incluso organizar encuentros en la vida real que pongan en peligro la
integridad del joven. Incluso, existe el grooming, siguiendo la misma metodología:
ganarse la confianza, establecer vínculos y terminar pidiendo imágenes sensibles del
menor. Así mismo, ocurre el “Sexting”, sin ser más que conversaciones con pretexto
sexual que escalan desde fotos y vídeos, hasta videollamadas. Siendo un gran error,
porque al utilizar aplicaciones de mensajería instantánea como lo son Whatsapp y
Telegram, la persona puede fácilmente reenviar o compartir la imagen sin ropa de la
persona. Respecto con esto, ocurre la “Sextorsión”, conllevando a la utilización de dichas
imágenes como método de extorsión, muchas veces a cambio de más imágenes. Se
pueden poner denuncias por compartir imágenes sin consentimiento previo. Sin embargo;
no sirve de nada puesto que el daño ya se encuentra hecho. Lo previamente mostrado
parece horrible, pero, hay otras cosas peores como lo son los retos peligrosos. Retos los
cuales pueden atentar contra la vida de la persona y muchos de estos han sido conocidos a
nivel mundial como fue el caso de “La Ballenita Azul”. El ocio ha causado que peores
retos salgan a la luz y sean incluso mucho más dolorosos, pareciéndoles más interesante
que el suicidio como reto final de “La Ballenita Azul”. Pero todo esto nos lleva a una
pregunta, ¿pueden prevenirse?. Sí, un requisito primordial es el uso del sentido común.
Anteriormente se utilizaban controles parentales, pero con el basto acceso al internet los
jóvenes los evaden con facilidad. Es necesario hablar con ellos respecto a estos peligros,
y así poder orientarlos. Del mismo modo, enseñarles las opciones de privacidad
adicionales que traen las aplicaciones. Instagram, por ejemplo. Tiene una opción dedicada
a que solamente tus amigos puedan ver tus publicaciones e información personal,
llevándonos a la siguiente recomendación. No se debe aceptar solicitudes de amistad de
desconocidos, esto puede llevar problemas consigo. Con toda esta información ya
expuesta. Considero como algo de carácter imponente. El no otorgar dispositivos
celulares a menores sin supervisión. Los padres tienen qué garantizar la seguridad de su
hijo para así evitar que éste pueda caer en alguna tragedia, causa de una negligencia
ocasionada por los padres.

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