Sentir todo de todas las maneras. sentir todo excesivamente, porque todas las cosas son, en verdad, excesivas y toda la realidad es un exceso, una violencia, una alucinación extraordinariamente nítida que vivimos todos en común con la furia de las almas, el centro hacia el cual tienden las extrañas fuerzas centrífugas que son las psiques humanas en su acuerdo de sentidos.
Cuanto más sienta, cuanto más sienta como varias
personas, cuanto más personalidades tenga, cuanto más intensamente, estridentemente las tenga, cuanto más simultáneamente sienta con todas ellas, cuanto más unificadamente diverso, dispersamente atento, esté, sienta, viva, sea, más poseeré la existencia total del universo, más completo seré por el espacio entero afuera. más análogo seré a Dios, sea él quien sea, porque, sea él quien sea, con certeza es Todo, y fuera de Él sólo hay Él, y Todo para Él es poco.
Cada alma es una escalera hacia Dios,
cada alma es un pasillo-Universo hacia Dios, cada alma es un río corriendo por márgenes de lo Externo hacia Dios y en Dios con un susurro taciturno.
¡Sursum corda! ¡Erguid las almas! ¡Toda la Materia
es Espíritu, porque Materia y Espíritu son apenas nombres confusos dados a la gran sombra que empapa lo exterior en sueño y funde en Noche y Misterio el Universo Excesivo!
¡Sursum corda! En la noche me despierto, el
silencio es grande, las cosas, de brazos cruzados sobre el pecho, observan con una tristeza noble mis ojos abiertos que las ven como vagos bultos nocturnos en la noche negra. ¡Sursum corda! Despierto en la noche y me siento diverso. todo el Mundo con su forma visible de costumbre yace en el fondo de un pozo y hace un ruido confuso, lo escucho, y en mi corazón un gran pasmo solloza.
que mece el Alma dispersa de la humanidad excesiva! Madre verde y florida todos los años reciente, todos los años vernal, estival, otoñal, hiemal, todos los años celebrando a manos llenas las fiestas de Adonis en un rito anterior a todas las significaciones, en un gran culto en tumulto por las montañas y los valles! ¡Gran corazón latiendo en el pecho desnudo de los volcanes, gran voz despertando en cataratas y mares, gran bacante ebria del Movimiento y de la Mudanza, en celo de vegetación y florescencia rompiendo tu propio cuerpo de tierra y rocas, tu cuerpo sumiso tu propia voluntad trastornadora y eterna! Madre cariñosa y unánime de los vientos, de los mares, de los prados, vertiginosa madre de los vendavales y ciclones, madre caprichosa que hace vegetar y secar, que perturba las propias estaciones y confunde en un beso inmaterial los soles y las lluvias y los vientos!
¡Sursum corda! ¡Te observo y todo yo soy un
himno! Todo en mí como un satélite de tu dinámica intima gira serpenteando, quedando como un anillo nebuloso, de sensaciones remanescidas y vagas, alrededor de tu figura interna, túrgida y fervorosa.
¡Ocupa con toda tu fuerza y todo tu poder ardiente
mi corazón a ti abierto! Como una espada, traspasando mi ser erguido y extático, intersecciona con mi sangre, con mi piel y mis nervios, tu movimiento continuo, contiguo a ti misma siempre.
Soy un monte confuso de fuerzas llenas de infinito
tendiendo en todas las direcciones a todos los lados del espacio, la Vida, esa cosa enorme, es la que prende todo y todo une y hace que todas las fuerzas que pugnan dentro de mí no pasen de mí, no quiebren mi ser, no partan mi cuerpo, no me arrojen, como una bomba de Espíritu que estalla en sangre y carne y alma espiritualizados hacia las estrellas, más allá de los soles de otros sistemas y hacia los astros remotos.
Todo lo que hay dentro de mí tiende a volver a ser
todo. Todo lo que hay dentro de mí tiende a deshacerme en el suelo, en el vasto suelo supremo que no está arriba ni abajo sino bajo las estrellas y los soles, bajo las almas y los cuerpos por una oblicua posesión de nuestros sentidos intelectuales. Soy una llama ascendiendo, mas asciendo hacia abajo y hacia arriba, asciendo para todos los lados al mismo tiempo, soy un globo de llamas explosivas buscando a Dios y quemando la corteza de mis sentidos, el muro de mi lógica, mi inteligencia limitadora y helada.
Soy una gran máquina movida por grandes correas
de la que sólo veo la parte unida a mis cilindros, el resto va más allá de los astros, pasa más allá de los soles, y nunca parece llegar al cilindro de donde parte ...
Mi cuerpo es un centro de un volante estupendo e
infinito en marcha siempre vertiginosamente en torno de sí, cruzándose en todas las direcciones con otros volantes, que se interpenetran y mezclan, porque esto no es en el espacio sino en no sé qué dónde espacial de otra manera- Dios.
Dentro de mí están presos y atados al suelo
todos los movimientos que componen el universo, la furia minuciosa… de los átomos, la furia de todas las llamas, la ira de todos los vientos, la espuma furiosa de todos los ríos, que se precipitan, la lluvia como piedras arrojadas por catapultas de enormes ejércitos de enanos escondidos en el cielo.
Soy un formidable dinamismo obligado al equilibrio
de estar dentro de mi cuerpo, de no rebasar mi alma. ¡Ruge, estalla, vence, quiebra, estruenda, sacude, brama, tiembla, espumea, sopla, viola, explota, piérdete, trasciéndete, circúndate, vívete, rompe y huye, sé con todo mi cuerpo todo el universo y la vida, arde con todo mi ser todos las lumbres y luces, marca con toda mi alma todos los relámpagos y fuegos, sobrevíveme en mi vida en todas las direcciones!
Hoy estoy triste como un barco negro al sol.
Mi alegría se marchó con las maletas. Mi corazón anda por la casa del silencio abriendo puertas y acechando hacia los cuartos y todo esto, que no tiene ningún sentido, es el sentido esencial de mi vida. Me acuerdo bien de su mirada, ella atravesaba aun mi alma como un peligro de fuego en la noche. Me acuerdo bien de su mirada, el resto… Si, el resto se parece únicamente a la vida. Ayer pasee por las calles como cualquier persona. Mire a los estantes despreocupadamente y no encontré amigos con quienes hablar. De repente vi qué estaba triste, mortalmente triste, Tan triste que me pareció que era imposible vivir mañana, no porque me muriese o me matase, sino porque sería imposible vivir mañana y nada más. Fumo, sueño recostado en el sillón. Me duele vivir como una posición incómoda. Debe haber islas allá hacia el sur de las cosas, donde sufrir sea una cosa más suave, donde vivir cueste menos al pensamiento y donde la gente pueda cerrar los ojos y adormecerse al sol y despertar sin tener que pensar en obligaciones sociales ni en el día del mes o de la semana que es hoy. Abrigo en mi pecho, como a un enemigo al que temo ofender, un corazón exageradamente espontaneo, que siente todo lo que yo sueño como si fuese real, que golpea con el pie la melodía de las canciones que mi pensamiento canta, canciones tristes, como las calles estrechas cuando llueve. Dame rosas y lirios, dame flores, muchas flores, flores cualesquiera, con tal que sean muchas… no, ni siquiera muchas flores, apenas háblame de darme muchas flores. Ni eso…escúchame solo pacientemente cuando te pido que me des flores…. Que sean esas las flores que me das. ¡Ah, mi tristeza de los barcos que pasan por el rio bajo el cielo lleno de sol¡ ¡Mi agonía de la realidad lúcida ¡ Deseo de llorar absolutamente como un niño con la cabeza apoyada en los brazos cruzados encima de la mesa, y la vida sentida como una brisa que me roza el cuello, estando en aquella posición para llorar. El hombre que afila el lápiz en la ventana de la oficina llama mi atención con el gesto banal de sus manos. ¡Que exista el lápiz, y el afilar el lápiz y personas que los afilan en la ventana es tan extraño! ¡Es tan fantástico que estas cosas sean reales! Miro hacia él hasta olvidar el sol y el cielo. Y la realidad del mundo me da dolor de cabeza. La flor caída en el suelo. La flor mustia (rosa blanca amarilleando) caída en el suelo… ¿Cuál es el sentido de la vida? (¿Qué sentido tiene la vida?)
Lisboa revisitada (1923)
No: no quiero nada.
Ya dije que no quiero nada.
¡No me vengan con conclusiones!
La única conclusión es morir. ¡No me traigan estéticas! ¡No me hablen de moral! ¡Sáquenme de aquí la metafísica! No me pregonen sistemas completos, no me pongan en fila conquistas de las ciencias (de las ciencias, Dios mío, ¡de las ciencias!) de las ciencias, de las artes, ¡de la civilización moderna! ¿Qué mal hice a todos los dioses?
Si tienen la verdad, ¡guárdensela!
Soy un técnico, pero tengo técnica solo dentro de la técnica. Fuera de eso estoy loco, con todo el derecho a serlo. Con todo el derecho a serlo, ¿oyeron?
¡No me fastidien, por el amor de Dios!
¿Me querían casado, fútil, cotidiano y tributable? ¿Me querían lo contrario de esto? ¿lo contrario de cualquier cosa? Si fuese otra persona, complacería a todos con gusto. Así, como soy, ¡tengan paciencia!
¡Váyanse al diablo sin mí,
o déjenme ir solo al diablo! ¿Por qué tendríamos que ir juntos? ¡No me cojan del brazo! No me gusta que me cojan del brazo. ¡Quiero ser solitario ¡Ya dije que sólo soy solo! Ah, ¡qué pesadez querer que sea de compañía!
Oh, cielo azul —el mismo de mi infancia—
¡Eterna verdad vacía y perfecta! Oh, suave Tajo ancestral y mudo, ¡Pequeña verdad donde el cielo se refleja! ¡Oh pesar revisitado, Lisboa de antaño, de hoy! Nada me dais, nada me quitáis, nada sois que yo me sienta. ¡Déjenme en paz! No tardo, que yo nunca tardo... Y mientras tarda el Abismo y el Silencio ¡quiero estar solo!