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La palabra

En mucho tiempo, no se alcanzaba a visualizar un enamoramiento tan insondable por


parte de alumnos y estudiantes, de algo tan profundo que se visualiza un tanto básico, y
esto es la palabra, algo tan corto pero tan sustancioso que podríamos hablar desde la
infinidad de palabras que existen; hasta los miles de millones de usos y significados que
tienen.
Pero allí no muere su importancia, ni siquiera comienza su significado. Porque la palabra
para ser palabra debe de tener unas características definidas como: significado fijo y
categoría gramatical que le permitan ser esa herramienta de comunicación. Y es aquí
donde comienza gran fracción del encanto, donde la palabra se utiliza en el medio;
permitiendo un sonido tonal magnifico que nos permite identificar el sentido de la oración
y en gran parte la definición de la misma.
Con la palabra y la pronunciación que se empleó; nace algo que fue notorio en la
presentación de cada participante del taller, el acento. El embeleso del español, La gracia
que tiene nuestro idioma al igual que otros, enseñando la diversidad y con ello la riqueza
cultural que se separa entre zonas.
El acento aquel rasgo prosódico, con propiedades fónicas que afecta silabas de las
palabras en la pronunciación, permitiendo ser tónicas o atónicas que ala vez contrastan en
la cadena hablada; solo fue el inicio, para que mi persona desplomara enamorada de tan
profunda secuencia que germina en nuestras bocas permite el cambio de ideas, la
manifestación de pensamientos, conclusiones o sentimientos, arma y desarma guerras; es
casualmente ignorada por su cotidianidad y facilidad en nuestro entorno.
Pero simplemente es magia, que como todo puede ser usado para el bien o para el mal y
es aquí donde la escuelita viajera comienza a crear buenos hechiceros, que tengan la
habilidad de hacer buen uso de las palabras escritas, que manejen una excelente oralidad
y a la hora de leer entiendan con facilidad la gran historia que en medio de letras esos
escritos les quieren decir.
Algo que resalto mucho de la escuelita viajera es que ayudan a que este aprendizaje sobre
el lenguaje siga creciendo, incentivando a los niños, jóvenes y adultos a seguir buscando e
indagando en nuestro idioma y como mejorarlo, a seguir escribiendo nuestras historias en
un libro que va a quedar para generaciones.
Se agradece al taller de la escuelita viajera y a inspiración Comfama por permitir esta grata
vivencia.
Nataly Botero
Aux. biblioteca

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