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Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los
violentos lo arrebatan (Mateo 11.12)
Definimos como una persona violenta a quien tiene energía, fuerza, impulso, coraje, entonces
no solo debo tener la visión de mi porción, sino que además debo tener el coraje para pelear
por mi heredad
Fuimos sellados con el Espíritu Santo. Sellar es estampar con un anillo como aprobación. Esto
es hermoso, ya que somos templo de Dios y nos está aprobando para recibir herencia.
La herencia YA fue pagada, ya es nuestra, Jesús la adquirió por nosotros. Solo la tenemos que
ARREBATAR
¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de
vuestros padres? (Josué 18.2–3).
Dios les llama NEGLIGENTES porque no habían tomado posesión de la heredad que les había
otorgado para poseer (Josué 1.11). Una persona se considera como negligente cuando actúa
sin responsabilidad, es indisciplinado, no tiene interés, desordenado y sin el anhelo de lograr
una meta.
Una y otra vez nos damos cuenta que Dios espera que seamos responsables de atrapar las
bendiciones que tiene para cada uno de sus hijos. Esto habla de estar dedicados a la tarea y de
perseguir los sueños que el Padre tiene asignados para nosotros con ahínco, operando en la fe
de Dios.
Es posible que Dios nos tenga una nueva temporada de bendición donde tendremos acceso a
nuestra herencia, sin embargo, debemos evaluar nuestra disposición para dejar el desierto y
entrar a tomar lo que nos pertenece.
El apóstol Pablo envía a su hijo Timoteo a pastorear una iglesia muy próspera, sin embargo su
juventud e inexperiencia provocó temor. El apóstol le recuerda que Dios no nos ha dado un
espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio.
- La motivación más importante debería ser que tenemos acceso a nuestra herencia. Al
momento que ubicamos la promesa del Padre para nosotros, le ponemos nombre, anhelamos
tenerla en nuestras manos y dejamos las negligencias de lado para volvernos responsables y
aguerridos para luchar con todo lo que tenemos. Nuestro Dios, como un buen Padre nos
motivará y ayudará a lograr la victoria. ¡No hay enemigo más grande que nosotros mismos! La
falta de motivación, la inseguridad, la poca visión y la tibieza espiritual, nos alejarán de la
promesa y nos acercarán a vivir una experiencia triste de derrota. Al momento que cambiamos
nuestra perspectiva y nuestra actitud, nos acercamos a la probabilidad de tener victoria en
tomar nuestra herencia.
2da de Corintios 6:7
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las
cuales combaten en vuestros miembros? (Santiago 4.1).
1- Tenemos enfrentamientos que debemos vencer. Primero, es la lucha interna, las olas
que se mueven en el alma y traen retroceso en la fe. Segundo, son las guerras que se
desatan a causa de nuestras pasiones. Tercero, la resistencia del diablo para que no
lleguemos a tomar nuestras promesas. Cuarta, el mundo siempre estará ahí para
ofrecernos alternativas de aparentes bendiciones. Estos cuatro enfrentamientos
tratarán de desviarnos del foco, desconcentrarnos del objetivo, estancarnos y
robarnos la energía que debemos aplicar en conquistar nuestra porción.
2- Cada vez que entramos en una nueva temporada de bendición, empezamos a escribir
una nueva historia con nuevos capítulos. Mientras que nosotros nos enfocamos en la
conquista, el Padre va a liberar poder, autoridad, habilidades, capacidades y nuevas
estrategias para ayudarnos a tomar posesión.
El problema no eran las olas que entraban a la barca sino las olas internas de su corazón pues
¡estaban atemorizados y sin fe! La meta era el “otro lado”, pero para llegar tenían que
confrontar esa terrible tormenta. ¿Te das cuenta? Siempre habrá una tormenta, olas internas,
situaciones adversas que confrontar.
Mateo12: 33-37
1- Dúnamis, palabra griega que se traduce como fuerza, poder milagroso, eficacia,
impetuoso, capacidad, potestad. Es la misma palabra que se usa en Hechos 1.8 cuando
Jesús promete que recibiríamos poder por el Espíritu Santo.
2- Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús (Filipenses 4.19). Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos
primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas
generaciones (Isaías 61.4).
1- ¡Es tiempo de salir de las ruinas! Los ciclos de maldición han acabado y la temporada
de formación ha llegado. Es tiempo de salir de las ruinas. El plan de Dios para tu vida es
de bien y no de mal, no estarás siempre en estancamiento. Dios dice: ¡Es aquí y es
ahora! Cuando Dios te va hacer entrar a tu nueva temporada de cosecha, va a preparar
tu entrada victoriosa. Cuando se han cumplido los tiempos de estancamiento y se
cierran los ciclos malos, Dios promete: Él será la seguridad de tus tiempos, te dará en
abundancia salvación, sabiduría y conocimiento; el temor del Señor será tu tesoro
(Isaías 33.6; NVI). ¡Pensemos en nuestro presente! Seguridad quiere decir firmeza,
estabilidad, resistencia a la ruina, solidez, permanencia. Dios nos dará el lugar o
espacio a ocupar con todos los elementos que nos den seguridad. En este tiempo de
cosecha también nos promete abundancia, sabiduría y
2-
lconocimiento, acompañado del temor a Dios.
3- Si un problema se puede arreglar, no hay por qué preocuparse.
Si no se puede arreglar, entonces, preocuparse no ayuda.
No hay ningún beneficio en preocuparse.
Yo le he agregado lo siguiente:
El Senor asemeja el reino de Dios a un tesoro que esta escondido, pero alguien lo halla e
invierte todo para poder poseerlo. Estamos tratando con un tiempo de cosecha donde podremos
tener acceso a estos tesoros que estan escondidos esperando a ser encontrados por los
determinados y agresivos hijos de Dios.
La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido
(Proverbios 13.12). !Deseo cumplido! Dios tiene preparados tesoros para nosotros, cierto, estan
escondidos, pero Dios nos dara discernimiento para encontrarlos, invertir lo necesario y
poseerlos.
No debemos tener miedo a cruzar etapas deserticas en la vida, pues Dios siempre cumplira su
pacto con nosotros y los tesoros escondidos seran la recompensa por operar en la fe y seguir
creyendo en nuestro Senor.
Los tesoros llegan cuando cerramos ciclos. Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a
Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven,
te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey (1Samuel 16.1). Un
problema serio para acceder a nuestra siguiente temporada de bendicion es cuando no cerramos
los ciclos.
Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón
(Salmo 31.24).
Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con
retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará (Isaías 35.4).
La
generosidad desata la prosperidad
OREMOS 1- Oremos para rendir nuestra voluntad a Dios: Padre hermoso y bello, en
este día me quiero rendir por completo a tu voluntad para mi vida; quiero ser
impartido en tu poder para tener acceso a mi nueva temporada de bendiciones. Estoy
consciente que te necesito más que el aire que respiro; sé que nada soy en este
mundo sin ti, pero hoy quiero decirte que no quiero dar un paso más sin tu presencia.
2- Oremos por entrenamiento en la operación de su poder: Hermoso Espíritu Santo
estoy dispuesto a caminar tomado de tu mano y a renunciar a todo lo que me impide
lograr ser lo que tu quieres que sea. Estoy en una lucha permanente con mi naturaleza
humana, hay debilidades que me detienen, imperfecciones en mi ser que necesito
tratar con tu ayuda. No puedo avanzar sino soy libre de toda iniquidad, rebelión y
pecado. Ayúdame a operar el poder del reino de la manera correcta y dar frutos en
abundancia.
MOTIVOS DE ORACIÓN Que nuestro motivo hoy sea pedir a Dios que nos llene de su
Espíritu Santo a plenitud. Dedica un ayuno de tres días al Señor clamando con
sinceridad que su misericordia se extienda para recibir la plenitud de su Espíritu. En
estos tres días dedica tiempo a la oración personal hasta que seas lleno. Aprovecha el
tiempo de ayuno para reprender demonios que hacen resistencia para levantar la gran
cosecha.