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Informe

Mano de obra de Diamela Eltit: lo que oculta el capitalismo

Nombre: Ámbar Vásquez Novoa

Curso: 4 Medio A

Profesora: Carla Bastías Bascuñan

Introducción

En Mano de obra, de la novelista chilena de origen palestino; Diamela Eltit, 1949, conocida por sus
novelas innovadoras en cuanto al tratamiento de la sexualidad femenina, enfrentadas a la dictadura de
Pinochet, hay una visión sombría, más bien realista, de los efectos de la globalización y la economía de
mercado libre en Chile. La escritura de Diamela Eltit evidencia el lenguaje de la inequidad y la
explotación, pues es así como lo refleja en la obra, en el contexto del neoliberalismo y el mercado.

La novela presenta diversos aspectos negativos respecto al capitalismo en su máxima manifestación: la


explotación laboral, opresión económica-social, la falta de empatía-solidaridad por parte de los seres
humanos, sueldos mínimos-miserables, despidos, acoso, etc. Por lo tanto, es evidente que al trabajador no
le queda otra cosa que vender su fuerza de trabajo todos los días o morir de hambre, para continuar en el
ambiente de opresión patrocinado por las relaciones de producción y la lucha de clases. “Pero los otros
clientes, excedidos por la escoria de su odio, escupen abiertamente en el suelo del súper. Escupen su
rabia y su asco en el suelo y yo tengo que apresurarme a limpiar el piso para que no se vaya a resbalar
uno de los supervisores…” (Pág 20).

Eltit es una escritora en constante empatía con la realidad que la rodea, con el expresar el mensaje de las
minorías sociales, los postergados, los locos, las mujeres, etc. Es entonces que la obra está situada en un

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supermercado, un lugar que alude al mundo globalizado en el que estamos todos inmersos. El mercado
representa un espacio, donde todas las clases sociales se encuentran y negocian. En la novela se
representa y funciona como lugar de encuentro e intercambio social, evidenciándose de varias maneras:
con los malos clientes que solo van a conversar, en los paseos de los “viejos del súper” que van a matar
las horas que les quedan de vida, etc, por lo que el supermercado vendría siendo como un lugar para
recorrer, ocupar, pero no habitar. (cita libro).

La obra se divide en dos partes, en la primera nos encontramos una narración en primera persona,
describiendo eventos cotidianos en un supermercado, los individuos que acuden y sus actos en el recinto.
El narrador, trata de dar a conocer sus angustias y malestares al lector. Nos cuenta detalladamente el
mundo interior del supermercado, para comprender la pérdida de su condición humana, al ser en cierto
modo un esclavo. Su finalidad es ordenar y proteger la mercancía, debido a que lo considera como un
propósito, encuentra su identidad en ello, provocando una personalidad obsesiva con el orden de la
mercancía y una paranoia por el constante daño que éstos sufren debido al mal comportamiento de la
clientela del supermercado (“malos clientes”) la cual vulnera constantemente el orden y la integridad de
los productos clasificados y acomodados (cita libro).

Esto quiere decir que el empleado se ve sujeto a un drama insensato en el cual sus decisiones y sus
opiniones no cuentan más que para calmar las ansias de la clientela y para dar parte a los supervisores,
quienes se pasean vigilantes por los pasillos, posicionándose en una jerarquía de poder, convertidos en un
soldado más de la maquinaria capitalista que simboliza el supermercado.

En la segunda parte de la novela, el narrador habla en segunda persona plural, o sea, en un nosotros, que
constituiría a los trabajadores del súper que viven en la casa: Enrique, Isabel, Sonia, Gloria, Gabriel,
Pedro, Andrés y Alberto, por lo que se nos presentan dos espacios en los que ocurre la historia, con unas
relaciones tensas determinadas por las leyes de mercado, y las relaciones de producción, y donde no hay
lugar para la solidaridad.

La condición en la que viven los personajes se debe a las condiciones de trabajo explicitadas en la novela
a través de acontecimientos específicos: echaron a un grupo grande por querer hacer un sindicato, firman
todos los meses su despido, no tienen horarios fijos, salvo Gabriel e Isabel.

Un personaje importante de destacar es Gloria, que vendría representando al último eslabón de la


jerarquía social, se convierte no sólo en sirvienta de todos sino también en objeto de abuso sexual,
permitiendo pasivamente estos abusos. “Después de un tiempo, empezaron las carreras nocturnas a la
pieza de Gloria. Se multiplicaban los ruidos que conmocionaban el pasillo. Gloria se dejaba hacer sin el

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menor entusiasmo. Dijo que normalmente pensaba en otras cosas, enfatizó que, en esos momentos, se le
venía a la cabeza la enorme cantidad de cosas que tenía que resolver. “Cuando se me montan encima
pienso en lo que voy a hacer de comer mañana”. “O recuerdo que se está terminando la margarina y
ruego que no se me olvide pedirles la plata para comprar otro paquete”. (Pág 69). Representando al
proletariado, (carece de control sobre los medios de producción), ya que decidió dejar su trabajo para
quedarse en casa y trabajar como mucama.

Otro punto a destacar es que Mano de obra construye las prácticas de espacio al interior del
supermercado; las inverosímiles jornadas de trabajo de los empleados, las prácticas fraudulentas
mediante las cuales la empresa pone a disposición del cliente productos en descomposición. Pues
más allá del aparato publicitario empeñado en mostrar al supermercado como un espacio amable

Conclusión

Damiela Eltit es una escritora que ha manifestado en su producción literaria gran inclinación por insertar
elementos políticos emparentados con álgidos momentos de la historia de su país.

La fuerte posición de denuncia política, ética, económica y social de Mano de Obra, acusa la decadencia
que albergan aspectos como el laboral y el productivo en el supermercado moderno, y el consumismo que
lo alienta por parte de los clientes y la demanda. En ese entonces mil obreros morían a causa de
accidentes laborales siendo las condiciones laborales espantosas.

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