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Falofilia↠ TaeKook

micaela☾

Published: 2020
Source: https://www.wattpad.com
I like big cocks, I can't help it

-¿Me estás jodiendo?- Exclamó alterado el castaño. El flujo acelerado de su


excitación parecía haberse cortado de golpe al conocer el pequeño... muy
pequeño amigo de su acompañante.
El chico bajó la vista confundido.
-¿De qué estás hablando?- Inquirió levemente molesto, ya que el menor
había decidido pararlo todo en el peor momento. Su erección dolía y el
enano solo se dedicaba a joderle.
-¡Ese jodido tamaño! - Gritó Jungkook, rojo de la rabia.- ¿No te da
vergüenza andar con esa miniatura entre las piernas?
El chico abrió la boca, pero las palabras no salieron. Necesitó un
momento para procesar lo que estaba pasando.
-Debes estarme jodiendo tú a mí.- Murmuró, frunciendo el ceño.
Jungkook apretó los dientes.- ¿Miniatura? ¿En serio? ¿Qué demonios
esperas? ¿Treinta centímetros?
-Pues tampoco esperaba cinco.
-¡Diecisiete! - Exclamó el chico, incrédulo.- ¡¿Unos jodidos diecisiete
centímetros no son suficientes para ti?!
El silencio proveniente por parte del menor fue suficiente para que el
chico alcanzara su máximo nivel de vergüenza e indignación. Se alejó con
furia del castaño arrodillado frente a su hombría y caminó con pasos
desequilibrados y rápidos hasta su ropa tirada en un extremo de la
habitación.
-¡Espera!- Exclamó Jungkook, poniéndose de pie precipitadamente. Su
acompañante lo miró sin dejar de ponerse la ropa.- Y-yo... eh... p-podría
intentar hacerlo contigo...
Un jadeo de exclamación salió de los labios del chico.
-¿Intentar? - inquirió, sintiendo el enojo crecer cada vez más.- Vete a la
mierda.
-P-pero...- El menor se quejó, revolviéndose el cabello con frustración.-
¡Oh, demonios! No es mi culpa que no cumplas mis expectativas...
-¿Qué clase de expectativas tienes?- Exclamó el chico, haciendo una
mueca de horror.- Zorra traga pollas.
Jungkook se indignó.
-Quizá sí, pero sólo pollas grandes, no como la tuya, amigo. Suerte con
ese gusanito.- Canturreó, empujando al chico fuera de la habitación sin
dejarle tiempo alguno de agarrar su camiseta ni su cartera, lo cual había
sido completamente a propósito, pero su acompañante parecía estar cegado
de indignación, ya que no reparó en devolverse por ellas.
Jungkook se recostó contra la madera de la puerta, soltando un suspiro
pesado.
-Y yo creí que porque era extranjero me había ganado el premio gordo. -
se quejó para sí mismo.- Demonios, realmente es mejor mi vibrador.
El castaño se mordió el labio inferior. Se sentía un poco culpable por
herir el ego de su acompañante, pero no podía evitarlo. Simplemente
cuando un hombre no cubría aquél especial requisito tan importante para él,
este enloquecía.
Caminó hasta el bolso que había llevado consigo al club esa noche
(donde había tenido lo que creyó que podía llamar suerte al conocer a ese
guapo extranjero que acababa de salir echando humo de la habitación de
hotel), en el cual guardaba lo que era calificado por sí mismo como
"botiquín de emergencia", para casos como estos, el cual contenía un dildo
rosa y un vibrador del mismo color, los cuales medían aproximadamente
veintitrés centímetros cada uno, más una botella de lubricante.
Se encogió de hombros y se tiró en la cama, dispuesto a resolver por sí
mismo aquel problema que el extranjero le había ocasionado con besos,
pero no había sido capaz de resolver con su polla.
Era un poco patético, él lo sabía, pero simplemente no podía evitarlo. Él
era así y no recordaba un momento de su vida en el que haya aceptado que
el miembro de su acompañante midiese menos de veinte centímetros,
simplemente era su gusto, su filia. Adoraba los miembros grandes... y era
vergonzoso, pero no podía repararlo.
...
-Jimin, por favor, estás llamando mucho la atención...- murmuró
Jugkook, enterrando cada vez más la cabeza en su plato, notando que las
personas que los miraban extraño a causa de la escandalosa risa de su mejor
amigo.
-P-pero, Jungkook...- el rubio se tomó un momento para respirar
profundo y limpiarse las lágrimas ocasionadas por la risa.- ¿Cómo diablos
quieres que me quede callado después de lo que acabas de contarme? ¿Eh?
-Deberías tener en cuenta que fue muy vergonzoso para mí.
-En serio creí que habías obtenido un buen polvo al ver la cara de
felicidad con la que te fuiste del club con ese sujeto.- admitió Jimin,
llevándose un par de papas fritas a la boca.
-Pues no.- gruñó el castaño, removiendo las verduras en su plato sin
intención de llevárselas a la boca.
-Sigo sin creer que le hayas echado de la habitación medio desnudo solo
por el tamaño de su polla.- murmuró su mejor amigo con una gran sonrisa
en el rostro.
-Sabes que soy exigente con ese tema...- susurró el menor con las
mejillas rojas.
-En serio amigo, de cumpleaños te daré un viaje a África con todo pago.
Sería el paraíso para tu exigente culo.- repitió Jimin con burla, pues no era
la primera vez que decía algo así.
Jungkook se limitó a mirarlo con odio y seguir comiendo.
-He escuchado que Im la tiene grande.- comentó de repente, llamando la
atención de Jungkook.
-¿Jaebum? - inquirió el castaño, buscándolo inconscientemente con la
mirada.
-El mismo.- aseguró Jimin, señalando disimuladamente detrás de
Jungkook. Este volteó la mirada, encontrándose con el grupo entero de
fútbol americano entrando en el comedor. Como cabeza de aquellos, Im
Jaebum, el capitán.
Jungkook dirigió su calculadora mirada hacia la entrepierna del jugador,
intentando conseguir una pequeña mirada que le diese una idea de a qué
podría estarse enfrentando. Lo poco que pudo ver le dejó satisfecho.
-Aproximadamente veinte centímetros. - murmuró para sí mismo. O al
menos eso creyó, ya que al regresar su mirada al rubio frente a él, este le
miraba atónito.- ¿Qué?
-¿Puedes saber el tamaño aproximado de un chico sólo con mirárselo por
encima del pantalón? - exclamó en susurros. Jungkook se ruborizó
notablemente.
-Supongo que es la práctica...
-¡Eres una perra sucia, Jeon Jungkook! - vociferó Jimin, ganándose un
par de miradas estupefactas por algunas chicas que pasaban por su mesa. El
menor sintió la necesidad de enterrarse vivo.
...
Jungkook sabía que en cualquier momento el lapicero en su boca se
rompería debido a las constantes y fuertes mordidas que le proporcionaba al
estar tan concentrado mirando impúdica, pero disimuladamente hacia el
mariscal de campo, quien se encargaba de devolverle discretas miradas
coquetas mientras jugueteaba con una bola de papel junto a sus compañeros
de equipo, aprovechando la ausencia del maestro.
-¿Sabes? Podrías solo ir y hablarle. - sugirió una delicada voz en su oído,
haciéndole saltar un poco por la sorpresa.
-Mierda, Seokjin, casi me da un infarto. - dramatiza, llevándose una
mano al pecho.
-No seas exagerado, Kookie. - se burla el mayor, sentándose junto a
Jungkook.- No era mi intención asustarte, pero lo digo en serio. Han estado
mirándose de forma nada disimulada desde hace media hora... yo ya me
habría desesperado.
-No sé si debería hablarle... - después de todo, sus intenciones con
Jaebum no eran del todo puritanas.
-Oh, vamos, no me digas que te avergüenza. Te he visto acercarte a tipos
más guapos y más grandes que ese sin una pizca de alcohol en las venas y
sin una pizca de duda, ¿qué te detiene ahora? - "Que asistimos en la misma
universidad..." pensó el menor. Los demás hombres que mencionaba Jin
seguro habían sido parte de sus conquistas de fines de semana, a los que
usaba para complacerse con grandes tamaños, pero siempre procuraba
cuidadosamente no involucrarse con nadie de su mismo centro educativo
que fuera divulgando su extraño gusto por las pollas grandes en toda la
universidad.
-S-sólo... no estoy seguro. -confiesa, encogiéndose de hombros.
-Pero sólo irás y le pedirás una cita porque te gusta... no es la gran cosa. -
admite el mayor, mirando a Jaebum mientras hace una mueca
despreocupada.
-Hyung, a mí no me gusta JB y no quiero pedirle una cita. - le hace saber
Jungkook, mirándolo seriamente. Kim le devuelve la mirada, confuso.
-¿Entonces...?
Jungkook suspira.
-Sólo quiero follar con él. Jimin me dijo que hay rumores que dicen que
está bien dotado. - le comenta el menor, como si estuviesen hablando del
clima.
-Ah, Kookie, tú y ese extraño gusto por los miembros grandes. - Seokjin
niega con la cabeza, haciendo sonrojar a Jungkook.- ¿Quieres saber lo que a
mí me contaron?- El castaño asiente.- Que todos los del equipo de fútbol
están bien dotados.
Jungkook abre grande los ojos.
-Aunque no me creas. - Seokjin asiente con orgullo.- Tengo una fuente
bastante confiable que me asegura que todos están bien de allí abajo.
-¿Quién te dijo eso? - inquirió el castaño, verdaderamente interesado.
-Yo tengo mis contactos. - dice simplemente, dejando al castaño con la
duda.- Sin embargo, te puedo decir que Namjoon me lo ha confirmado. Ya
sabes, son hombres y se duchan juntos después de los juegos... un día le
pregunté a mi novio y él me lo confirmó. Aunque se puso un poco celoso,
pero nada que un poco de buen sexo no pueda arreglar.
-Ew, no sé porque escucharte hablar de tener sexo con Namjoon hyung es
como escuchar a mis padres hablar de sus polvos. - confiesa Jungkook,
estremeciéndose. Jin le golpea en la cabeza.
-Más respeto, mocoso. - Jungkook masajea la zona afectada con una
mueca de dolor.- A lo que quiero llegar, es a que no es necesario que acoses
a Jaebum, cualquier jugador que elijas te podría dar una agradable sorpresa.
Y Jungkook lo consideró.
Kim Taehyung

Alguien "normal" podría decirle a Jungkook que está demente, pero a él le


importaba muy poco.
Anotarse como ayudante del equipo de fútbol (lo que implicaba lavar sus
apestosas camisetas y toallas) solamente para poder ingresar sin
impedimento alguno a sus vestidores y observar de cerca sus posibles
siguientes presas, era algo que sus mejores amigos habían calificado como
"descabellado". Pero, como anteriormente se ha mencionado, a el castañole
importaba realmente muy poco.
No era absolutamente nada divertido tener que cargar con una
asquerosamente maloliente mochila llena de toallas y camisetas sudadas por
todo el pasillo de la universidad y después tomar un taxi en dirección a la
lavandería más cercana, pero todo era gratificantemente recompensado en
el momento en que los sus compañeros ingresaban a las duchas después de
jugar y a medio vestir.
Jungkook sabía cómo disimular a la hora de pasar cabina por cabina en
busca de sus prendas sucias y al mismo tiempo, echar una breve mirada a
los musculosos cuerpos de cada uno de los jugadores.
Seokjin no había recibido información falsa. Todos estaban
considerablemente bien dotados... pero ninguno llegaba a sorprenderle.
Incluso había tenido que descartar a Jaebum de su lista en el momento en
que se supo que empezó a salir con Youngjae, un chico de intercambio
recién ingresado. Así que su búsqueda continuaba tranquilamente... o al
menos así fue hasta que apareció Kim Taehyung.
¿Quién demonios era Kim Taehyung?
El pelirrojo era otro más de aquellos estudiantes de intercambio que
habían ingresado a la universidad a aquellas alturas del año.
Un niño bueno, educado, inteligente, aburrido, en exceso respetuoso, un
cerebrito, ratita de biblioteca... entre otros calificativos algo más graciosos.
Usaba unos grandes lentes redondos, pantalones muy anchos y se abotonaba
la camiseta hasta el cuello. También usaba suéteres increíblemente grandes
y con cuello de tortuga. Taehyung era el típico tipo de chico que jamás
mostraba más piel de la necesaria.
Jungkook no tuvo absolutamente nada qué ver con el chico (de hecho,
desconocía de su existencia) hasta que Kim se vio obligado a ser parte del
equipo de fútbol americano. Contrariamente a lo que todos pensaban, Kim
Taehyung era increíblemente bueno en los deportes, tan solo odiaba
practicarlos, pero las chicas de toda la universidad enloquecieron cuando el
muchacho se dejó ver por primera vez con el uniforme del equipo puesto.
¿Quién diría que una simple ratita de biblioteca podría tener tales muslos
gruesos y fibrosos y brazos dignos de un modelo a la altura de marcas como
Armani?
Sí, ni siquiera Jungkook se habría dado cuenta de ellos de no ser porque
el chico necesitaba ganar puntos extras en el área de gimnasia y educación
física, ya que era en lo único en lo que no destacaba.
Desde ese día, el pelirrojo no pudo tener sus momentos a solas en la
biblioteca cada tarde, pues las chicas le perseguían hasta en el almuerzo.
Sin embargo, el castaño, aunque podía admitir que el chico tenía una cara
que podría derretir los polos y unos brazos en los que te quisieras morir
lentamente, no lo encontraba demasiado llamativo y eso era debido a que
era un mojigato; el chico esperaba a que todos sus compañeros de equipo
saliesen de las duchas para poder ingresar él y hacer su aseo privadamente.
Jungkook no lo entendía, pero no le importaba.
O al menos así fue hasta ese insignificante día en el que tuvo que
quedarse hasta tarde recogiendo la ropa sucia de los jugadores.
El día anterior había faltado a la universidad y, por lo tanto, a sus horas
extras como ayudante del equipo, por lo que la ropa sucia se acumuló y se
vio obligado a buscar formas creativas de poder llevar dos tandas a la
lavandería sin morir en el intento, así que decidió (por mucha flojera que le
diese) hacer dos viajes.
Y justo ahí, cuando volvía de la lavandería por la segunda tanda, que vio
por primera vez lo que se convertiría en el mayor de sus deseos más
oscuros: Kim Taehyung se desnudaba de espaldas, sin tener la más mínima
idea de su presencia y sin ser pudoroso como Jungkook se había
acostumbrado a verlo. Y, oh, santo infierno.
Taehyung era jodidamente lo más delicioso que Jungkook había visto en
mucho, mucho tiempo.
Jungkook ahora se podía sentir identificado con aquellas chicas que no le
dejaban en paz ni en el almuerzo. Porque el chico era... era sublime. Joder,
se había quedado sin palabras. Su piel se veía verdaderamente tersa y
apetecible. Cada vez que se movía, incluso en lo más mínimo, los músculos
de su espalda se flexionaban y salían a la vista, viéndose tan
imposiblemente exquisitos que el castaño estaba empezando a delirar; se
podía ver a sí mismo lamiendo con dedicación cada uno de esos preciosos
músculos pliegue a pliegue, quería pasar su lengua por todo ese perfecto y
tonificado cuerpo de dios griego que le estaba causando un dolor horrible
en la...
-¡AAH!
Jungkook saltó en su lugar, asustándose de modo que avanzó un par de
pasos al frente y se resbaló gracias al agua regada por todo el lugar. Cerró
los ojos un segundo, intentando recomponerse y cuando los abrió, creyó
haber sido realmente muy buena persona en su otra vida, pues el enorme –
realmente enorme- miembro de Kim Taehyung era lo que estaba frente a su
cara en el momento que abrió los ojos.
"Madre santa, esos son mínimo veinticuatro..."
Sin embargo, tan pronto como el chico terminó de ayudarle a levantar, se
cubrió con lo primero que encontró: la ropa que recién se había quitado. Sus
mejillas y las de Jungkook coincidieron para ponerse rojas como tomates
tan pronto como se miraron a los ojos, la diferencia era que el castaño tenía
un par de pensamientos poco inocentes en su cabeza que eran la razón del
color en sus pómulos, pero Taehyung estaba en una situación totalmente
diferente, preocupándose más por cubrir su cuerpo que por otra cosa.
-L-lamento haberte asustado...- susurró el chico, apartando la mirada lo
más rápido posible.- P-pero... en mi defensa, tú me asustaste primero.
El pelirrojo suelta una pequeña risita torpe que hace que el estómago de
el menor se sienta extraño. El chico era una preciosidad... y tenía un gran,
gran, graaan amigo allí abajo. Jungkook empezaba a mirarlo con otros ojos.
Estaba sin palabras, no sabía qué decir. Lo único que quería era
arrodillarse frente al castaño semi desnudo frente a él y rogarle que le dejara
exprimir hasta la última gota de un orgasmo que Jungkook estaría
complacido de causarle con sus propias manos... quizá su boca podría
ayudarle.
-¿E-estás bien? – pregunta Kim, mirándolo con ojos preocupados. No
traía sus lentes y sus preciosos ojos le estaban haciendo sentir estúpido.
Había conquistado extranjeros desde Alemania hasta Chicago y no podía
abrir la boca frente al cerebrito nuevo de la universidad.
Cuando estamos nerviosos decimos tonterías, lo primero que se nos viene
a la cabeza en la mayoría de los casos y quizá pasamos las mayores
vergüenzas de nuestras vidas... pero Jungkook sobrepasó el límite.
-¿Me dejas chupártela?
My new friend... Kim Taehyung

-¡Realmente tienes que...! ¡Tienes que estarme jodiendo, Jungkook! – Jimin


gritó, golpeando el suelo con su puño. Se había caído de la cama de
Jungkook–en la cual se encontraban originalmente hablando después de que
el mayor llamase a su mejor amigo en busca de desahogar todo lo que tenía
en su interior desde aquél infortunado suceso- debido a la exagerada risa
maníaca que no había cesado desde que el menor empezó a relatarle su
primera charla con Kim.
-¡Demonios, Jimin, deja de reírte! – exclamó Kookie, lanzándole una
almohada en el rostro a su mejor amigo, frustrado, avergonzado y muy
rojo.- Me haces sentir mucho peor.
El rubio inhaló un par de veces antes de encontrar su voz.
-No creo que eso sea humanamente posible, Kookie. – confesó su mejor
amigo, apoyando sus codos en el colchón de la cama, aún sentado en el
piso.- Es decir, lo primero que sale de tu boca la primera vez que hablas con
una criatura inocente con Kim Taehyung es: "¿Me dejas chupártela?".- Las
mejillas de Jeon estaban ahora en un intenso tono carmesí.- Sólo porque
quedaste sorprendido por el enorme tamaño de su mini-Tae, no tan mini,
según lo que me estás contando, no te da derecho de ser un indecente.
Debiste invitarle un café primero.
-¡Jimin, ya basta! – gritó Jungkook, tirándose de espaldas en su cama,
cubriendo su rostro con una almohada, ahogando un grito de frustración en
ella. Tenía ganas de llorar debido a lo avergonzado que se encontraba con el
pelirrojo.
Demonios, después de haber soltado tal cosa, no se dio cuenta de la
estupidez que había dicho hasta que el rostro entero del chico se volvió tan
rojo como una manzana madura. El labio inferior le tembló, no pudo decir
una palabra y Jugkook, en seguida, se dio cuenta de lo profundo que había
metido la pata.
"L-lo siento... creo que debo irme."
Fue lo único que pudo articular el mayor, quien se olvidó de inmediato de
su ducha y salió corriendo con la ropa a medio poner, dejando al castaño
con una disculpa en la boca y la vergüenza más enorme que había
experimentado en su vida.
-Debo disculparme con él. – balbuceó Jeon, aún con el rostro enterrado
en la almohada.
-¿Hm? – Inquirió su mejor amigo, subiéndose en la cama y quitándole la
almohada del rostro.- ¿Qué has dicho?
-Que debo disculparme con él. No podré vivir en paz conmigo mismo si
él sigue teniendo esa errónea impresión de mí, Jiminnie. – Dramatizó el
menor, sentándose sobre sus pantorrillas y meneando a su amigo de los
hombros.- ¡Lo traumaticé!
-Sí, eso me ha quedado bastante claro. – Ironizó su amigo, rodando los
ojos.- Pero créeme cuando te digo que Kim va a esta ignorándote hasta en
los almuerzos. Debe estar tanto o más avergonzado que tú.
-Por eso tú me ayudarás a atraparlo. – canturreó Jungkook, sonriendo
exageradamente.
-Si lo vamos a "atrapar", se va a asustar mucho más. – analizó Park,
llevándose los dedos a la barbilla, con una expresión pensativa.
-¡Chimchim...! – Lloriqueó el menor.- Debes ayudarme... quiero
disculparme con Taehyung... no puedo dejar las cosas así aunque me muera
por tener ese gran pene entre mis manos. Quizá si me disculpo con él
podamos ser amigos y me deje... me deje... oh, demonios, voy a tener una
erección si sigo pensando en él.
-¡Ew, Jungkook, eres asqueroso! – se queja Jimin, empujando a su mejor
amigo hasta hacerlo caer al suelo.- Pero te ayudaré sólo porque tú me
ayudaste a pedirle una cita a Yoongi antes de que fuéramos novios. Te la
debo.
-¡Eres el mejor amigo del mundo! – grita Jungkook, lanzándose a los
brazos de su amigo.
-Vale, pero a cambio de una sola cosa.– dijo el rubio, apartándose del
abrazo.
¡Lo que sea!
-No vuelvas a hablarme de tus sucios deseos con la gran polla de
Taehyung. – ruega, haciendo una mueca.
-No te preocupes, es toda mía.
-¡Ah, eres una perra sucia, Jeon Jungkook! – exclama su mejor amigo,
emocionándose como una colegiala.
...
Jungkook y Jimin observaban, a una distancia bastante considerable, cada
uno de los precavidos y tímidos movimientos de Tae a la hora de hacer la
tarea.
Llevaban alrededor de veinte minutos escondidos tras una estantería en la
sección de ciencias naturales y química en la biblioteca de la universidad,
desde donde se podía ver claramente la mesa en la que el pelirrojo solía
sentarse a leer o adelantar sus tareas.
Durante el tiempo que había pasado, por lo menos cuatro chicas se
habían acercado a la mesa de Kim y hablado con él, soltando insoportables
y chillonas risitas coquetas y, por supuesto, dejando sus números anotados
en algún lugar de la libreta que Taehyung estaba utilizando para resolver su
tarea.
Y a Jungkook le irritaban. Todas y cada una de esas putas regaladas le
irritaban.
Esas zorras querían lo mismo que él... pero él no permitiría que nadie le
arrebatara el derecho de conseguir un poco de esa gran polla. Después de
todo, podía apostar a que era el único en la vida (a parte de la madre de
Kim) que la había visto.
-Kookie, estoy harto, si me trajiste para observar cómo Taehyung se
asusta cada vez que una chica se acerca hasta su mesa y le coquetea, pues
estoy preparado para irme. Seguro Seokjin hyung me trajo comida hoy... y
estoy aquí perdiendo el tiempo contigo. – se queja Jimin, fingiendo leer lo
primero que encontró en la estantería que le pareció interesante.
-Estoy esperando el momento indicado para acercarme a hablarle antes
de que se dé cuenta de que lo estoy espiando...- murmura Jungkook,
concentrado en el ceño fruncido de Tae.
No podía estar cinco minutos mirando al chico sin acordarse de la
celestial imagen de su sensual y hermoso cuerpo desnudo y empapado de
sudor el día anterior, y eso era vergonzoso, pero le incitaba mucho más a
llevar a cabo su grandioso plan de disculparse, entablar una amistad con el
chico y tenerlo desnudo entre sus sábanas.
-¿Qué hago yo aquí, entonces? Eso puedes perfectamente hacerlo tú
solito. – reclama el menor, dejando el libro en su lugar y señalando
acusadoramente a Jungkook con un dedo.
-Tú me estás dando apoyo moral...- se excusa Jeon, sonriendo
ampliamente a su mejor amigo.
-Adiós, Jungkookie. – se despide el castaño, con una sonrisa inocente y
sin disimular absolutamente nada al salir de su escondite, provocando un
pequeño sobresalto en Tae, quien al escuchar el nombre proveniente de los
labios de Park, de inmediato se coloreó entero de rojo.
Dirigió una mirada cargada de pánico hacia la estantería de la que había
salido Jimin, encontrándose con unos nerviosos y arrepentidos ojos
pequeños color chocolate, quienes eran acompañados por una pequeña nariz
adorable y una tensa sonrisa nerviosa.
Su corazón empezó a latir exageradamente rápido al recordar la
hambrienta mirada que aquellos mismos ojos le habían dedicado el día
anterior en las duchas y entonces, tiene ganas de huir.
Lentamente cierra sus libros y guarda sus lápices, llamando la atención
de Jungkook, quien se apresura a sentarse junto a él en la mesa, sujetando
las grandes manos de Kim entre las suyas, provocándole un jadeo
sorprendido.
Al agachar la mirada, sus lentes resbalan por su nariz y se suelta de la
mano de Jungkook para acomodarlos.
-Hola, Taehyung. – murmura Jungkook, nervioso. El mencionado susurra
algo que no alcanza a llegar a los oídos del menor, por lo que éste afianza su
agarre en la gran mano del pelirrojo, para evitar que se vaya.- ¿Puedo hablar
contigo?
-E-estoy ocupado ahora...- tartamudea el mayor, forcejeando débilmente
para liberarse de la mano del castaño. Esta era pequeña y delgada, lucía
demasiado adorable en comparación a las propias.
-Estás mintiendo. – lo acusa Jungkook, frunciendo el ceño.
-P-por f-favor, dé-déjame ir...- susurró el chico, sin poder mantener la
mirada en lo más mínimo con el menor.- Y-yo... y-yo te perdono por lo que
dijiste... si eso es lo que quieres, pero no me hagas hablar de ello, por favor.
Jungkook se compadeció un poco.
-¿Por qué no quieres hablar de ello? – inquirió, genuinamente interesado.
De pronto, la idea de que a Taehyung pudiese asquearle la situación, le
golpeó fuertemente. Demonios. Él se había concentrado en fantasear con el
chico y ni siquiera se había cuestionado la sexualidad del muchacho. No
tuvo problemas al principio, porque algo en su interior le gritaba que a Tae
no le iban las chicas en lo absoluto, pero si algo había aprendido en toda su
vida, era que las apariencias engañaban y el mayor podría verse como la
persona menos heterosexual del planeta, pero quizá sólo era muy tímido y
ya está.
-N-no creo poder hablar de ello jamás sin morirme de la vergüenza. –
confiesa el pelirrojo, removiéndose incómodamente en su asiento.
-Oh, es eso. – Murmura Jungkook, sintiéndose sorprendentemente
aliviado.- No te preocupes, si quieres no hablemos de ello, pero quiero
pedirte disculpas por mi atrevimiento. Realmente no era mi intención
asustarte ni decirte tales cosas. Soy un idiota, no debes hacer caso a ese
momento. Olvídalo, por favor. – suplica el mayor, ofreciéndole a Tae una
radiante y bonita sonrisa, que consiguió ponerlo más nervioso.
-E-está bien. – susurra simplemente, dejando a Jungkook decepcionado.
Ahí podría darse por terminada la conversación, pero el menor se niega a
irse sin antes haber conseguido la promesa de que no iban a dejar las cosas
así y serían amigos.
-Y-yo... he notado que no tienes demasiados amigos, ya que eres nuevo. –
comienza, soltando la mano de Tae que aún tenía capturada entre la suya.-
Y... no quiero dejar las cosas así, además, se ve que tienes una gran...
gran...- Jungkook tartamudea, luchando contra sí mismo para no soltar las
palabras que en su mente se repetían una y otra vez.- Gran p-
personalidad...- suelta por fin, sonriendo nervioso. Las mejillas de
Taehyung se ponen rojas al instante.- Así que... ¿qué te parece si somos
amigos? Puedo presentarte a mis otros amigos y puedes sentarte con
nosotros en el almuerzo. Ya sabes, para que no estés tan solo.
Un rayo de esperanza se disparó en el interior de Jungkook, pues
Taehyung parecía estarlo considerando seriamente.
-Claro. – murmuró el chico, esbozando una pequeña y tímida, pero tierna
sonrisa.
Jungkook por poco salta de la emoción.
-Bien, Tae, entonces, ¡vamos!
Mierda, Tae

Jimin y Seokjin no tardaron absolutamente nada en empezar a murmurar


cuando divisaron a Jungkook ingresando en la cafetería acompañado de,
nada más y nada menos que Kim Taehyung.
-¿Qué mierda les pasa a ustedes dos? Parecen dos viejas chismosas.– se
queja Hoseok, dirigiendo su mirada hacia sus dos amigos, quienes le
miraron estupefactos y después, señalaron hacia donde Jungkook se
encontraba acompañando a Taehyung por algo para almorzar.- Oh, miren,
Kookie está con el niño anaconda.
Jimin soltó una carcajada.
-¿Le contaste a Hoseok? – inquirió Seokjin, mirando acusadoramente a
Jimin.
-De hecho, fue Jungkook quien me contó. Estaba tan desesperado de que
el niño anaconda lo perdonara, que nos contó a todos su... hermosa y
romántica primera charla. – respondió J-hope con tranquilidad y sarcasmo.
Seokjin estuvo a punto de regañarlo.
-Hola, chicos. – saludó Jungkook, sonriendo con un poco de tensión.
Sabía que sus amigos podían ser algo... raros, y a él no le importaba, sólo
que, esta vez, no quería asustar a Tae.- Eh... él es Kim Taehyung. Va a ser
nuestro amigo ahora.
Hoseok, Jimin y Seokjin se miraron entre sí con un poco de sorpresa.
-Yo soy Park Jimin, encantado de conocerte. – saluda el rubio, estirando
una mano hacia Tae. El menor le corresponde el saludo con timidez.
-Un gusto...- susurra, sonriendo.
-Mi nombre es Kim Seokjin y tú... ¡eres una ternura! – Jin exclama,
apretando una de las mejillas del pelirrojo. Este se queja por lo bajo, pero
sonríe avergonzado.
-G-gracias...
-Jung Hoseok.– dice el castaño sacudiendo levemente su mano.
Taehyung asiente en forma de saludo.- Así que... tú eres el niño anaco...
Las palabras de Hobi fueron interrumpidas por las manos de Seokjin
sobre su boca y las histéricas risas de Jimin.
-No le hagas caso a Hoseok, Tae, no sabe lo que dice. – le asegura el
mayor de la mesa al menor, sonriendo tranquilizadoramente.- Y dime, ¿qué
estudias?
Jungkook casi se siente morir de un infarto. Si no fuese por Jin, Hoseok
habría dicho algo verdaderamente estúpido e imprudente, lo que habría
desencadenado un ataque de pánico en Taehyung y de seguro habría salido
huyendo.
Iba a ser un poco complicado que Tae y sus amigos se llevasen bien, pero
esos idiotas estaban advertidos: tenían que ayudarle a entrar en confianza
con el chico para conseguir su objetivo o Jungkook se vería obligado a
hacerles pasar vergüenza con sus novios, ya que ser el consejero de todos
sus amigos y su cofre de secretos tenía ventajas con aroma a chantaje.
...
-Ah... Mmh...
De nuevo Taehyung empujaba en su interior, más duro, más rápido. Oh,
joder, podía sentir todas y cada una de las hinchadas venas sobresaltando y
palpitando por la carne caliente... o al menos eso era lo que se imaginaba.
Jungkook no podía entender porque, pero cada vez que pasaba más
tiempo con Tae, sus fantasías se volvían mejores. Más realistas, más
deliciosas.
Movió su mano con más rapidez, buscando llegar lo más rápido posible.
No tenía demasiado tiempo, pero no había podido evitarlo.
-M-mierda... Tae...- susurró, intentando vanamente morder sus labios
para acallar sus quejidos placenteros. Pero, en el fondo, se sentía
insatisfecho. Aunque la potencia de su vibrador estaba al máximo y aunque
se encontraba moviéndolo fervientemente adentro y afuera en su entrada, no
se sentía del todo satisfecho.
Porque lo que Jungkook quería no era masturbarse pensando en
Taehyung, lo que Kookie quería era que el pelirrojo lo masturbara mientras
le metía ese gran y deseable pedazo de carne que cargaba entre sus piernas
y al que, al parecer, no le daba uso alguno. Jungkook siempre pensó que eso
era un absoluto desperdicio.
Sacudió sus caderas un par de veces más antes de correrse ruidosamente
y en abundancia sobre su propia camiseta.
Otro orgasmo más a la lista de "Pajas que me hago pensando en
Taehyung", se dijo Jungkook a sí mismo, riendo sin gracia una vez se hubo
recuperado un poco de la euforia de su corrida.
Habían pasado alrededor de tres semanas desde que incluyó a Tae en su
grupo de amigos y, ¿quién lo diría?, todos se llevaban de maravilla. Aunque
el pelirrojo seguía siendo la criatura más tímida del planeta, lograba hablar
sin tartamudear con Hoseok y se reía de los chistes de Jimin. Incluso
Seokjin los había invitado a cenar en su departamento, donde Taehyung
tuvo la oportunidad de darse cuenta de que Namjoon, su compañero de
equipo, era pareja de su hyung mayor.
Jungkook bufó al darse cuenta de que había manchado su camiseta, la
que recién se había puesto para salir.
No estaba en sus planes ponerse caliente antes de salir con sus amigos,
pero estaba hablando con Taehyung y a este no se le ocurrió mejor idea que
enviarle una foto de cómo iba vestido.
Si había algo de lo Jungkook que se arrepentía, era de haberle presentado
a Taehyung a su amigo Seokjin. Pues este había obligado al menor a
cambiar por completo su armario, de modo que Kim ahora vestía como un
jodido fuckboy demasiado caliente para la cordura de cualquier persona con
la capacidad de verlo.
Jungkook se sentía un poco enojado consigo mismo por no poder
controlar los impulsos y las reacciones de su cuerpo, pues su polla
respondió a la foto antes de que sus manos pudiesen escribir un mensaje
concreto que no implicara rogarle a Taehyung que lo follara hasta perder la
consciencia.
-¡Kookie! – gritó Jennie desde abajo, haciéndole sobresaltar. Soltó un
bufido ante el apodo, no porque le molestara, sino porque probablemente
Taehyung (quien, probablemente, estaba abajo esperándole porque se
supone que irían juntos al encuentro con sus demás amigos) lo había
escuchado y eso le avergonzaba.- ¡Apresúrate que tu novio te espera!
Jungkook no pudo evitar dejar escapar una risita al oír aquello. Si
Taehyung estaba allí abajo y había escuchado a Jennie decir aquello, de
seguro estaba por morirse de la vergüenza.
Se cambió con rapidez a una camiseta blanca con otra a cuadros por
encima, dándose una última chequeada en el espejo para agarrar su teléfono
y salir corriendo de la habitación.
Una vez abajo, se encontró con la adorable escena de Taehyung
completamente ruborizado ante las insistentes preguntas de su amiga.
-¿Desde hace cuánto sales con Kookie? – la sonrisa de Jungkook se borró
en el momento en que el adorable apelativo salió a la luz.
-Bien, ya basta. Lo estás acosando. – se queja el castaño, caminando
hacia el par y agarrando a Tae del brazo para apartarlo de su amiga, quien
hace un puchero ante la actitud de su mejor amigo.
-Sólo conversábamos, Kookie, no es para tanto. – responde la castaña,
cruzándose de brazos.
-Te conozco, JenJen. Sí es para tanto. – Dice Jungkook, señalándola
acusadoramente. Se dirige hacia el perchero para tomar su chaqueta de
cuero favorita y sus llaves.- No me esperes despierta. – se burla el castaño,
lanzándole un beso en el aire. Jennie ríe, sarcástica.
-Lalisa, Rosé y Jisoo vendrán hoy, así que mejor no vuelvas. – la chica le
sonríe ampliamente, despidiéndose con la mano.- Un gusto conocerte,
novio de Jungkook.
-Se llama Taehyung, tonta.
-Ya lo sabía. Él se presentó solito cuando llegó, Kookie. – le hace saber
su amiga, sonriendo con inocencia. Jungkook rueda los ojos.
-U-un gusto. – murmura el pelirrojo, sonriendo tiernamente. Jennie suelta
un chillido emocionada.
-Oh, Kookie, es tan adorable que si no lo cuidas, me lo robaré. – le
advierte su amiga, haciendo el amago de estirarse para apretar las mejillas
del mayor.
-Mejor concéntrate en tu novia y aleja tus garras de él. Nos vamos. –
gruñe Jungkook, jalando a Taehyung hasta su cuerpo y saliendo
apresuradamente del departamento.
Una vez fuera, se priva a sí mismo de observar a Tae detalladamente,
pues una erección era lo que menos quería en ese momento, así que
simplemente se limita a sonreírle y empezar a caminar hacia el ascensor.
-Te ves bien, Jungkookie. – murmura Kim, esbozando una sonrisa
cohibida.
-Gracias, Tae.
Ambos ingresan en el ascensor y el descenso comienza, incómodamente
silencioso.
"Infiernos, ¿por qué huele tan bien?", gruñó Jungkook en su mente,
haciendo una mueca de fastidio.
-E-es adorable que tu hermana te llame Kookie...- habla Taehyung,
rompiendo el silencio y tomándose un gran trago de valor para mirar a su
amigo a los ojos.
-No es mi hermana. – le aclara el menor, apresuradamente, soltando una
risita.
-Oh, lo siento, pensé que...
-No importa. – le resta importancia, porque sabía que si no lo hacía,
Taehyung estaría disculpándose lo que quedaba de transcurso.- Es mi mejor
amiga.
El mayor asiente atento a las palabras de Jungkook.
-¿Es divertido compartir departamento con ella? – inquiere,
genuinamente curioso.
-Cuando no hace perversiones con su novia, sí, claro. – suelta Jungkook,
sin percatarse de con quien estaba ni qué clase de comentarios se debían
decir en su presencia, pues el chico se avergonzaba por todo.
Taehyung, en cambio, simplemente preguntó:
-¿Jennie tiene novia?
El castaño se toma la molestia de mirarle sorprendido por unos segundos
antes de responder con una sonrisa:
-Síp. Y si crees que mi amiga está loca, pues no la has conocido a ella. –
Jungkook niega con la cabeza, parecía estar recordando algo.- Se merecen
la una a la otra.
Y la conversación da por finalizada en ese momento, pues el ascensor se
detuvo en la recepción, salieron de él y se dirigieron hasta el auto de
Taehyung.
Bitch

-Todavía me parece increíble que tengas auto y yo no. – confiesa Jungkook,


haciendo un puchero. A lo que Tae suelta una risita.
-Algún día tendrás un auto, Kook.
-Ese es el apoyo que necesito. – Exclama el castaño, riéndose solo.- Mis
padres y Jennie creen que no soy lo suficientemente responsable para tener
un auto...- murmura Jungkook, frunciendo el ceño.
-Deberías darles razones para que te consideren una persona responsable
entonces.
-Supongo. – murmura el menor, observando detalladamente el masculino
perfil de Taehyung. Cómo de sencillas serían las cosas si el chico no fuera
la cosa más virginal que el castaño había conocido en su vida. Debía admitir
que, con el tiempo, se fue dando cuenta de que el pelirrojo realmente era
una persona muy bella. No solamente tenía un gran atributo allí abajo, sino
que también tenía una linda sonrisa y unos ojos encantadores. Jungkook
podía admitir sin temores que le gustaba... pero el chico probablemente
moriría de la vergüenza si se lo decía, y ni hablar de darse un beso o algo
parecido.
Así que las cosas eran más complicadas de lo que se veía a simple vista.
Incluso había hablado con Seokjin acerca de su reciente y nuevo gusto
por Kim, pero su hyung siempre le decía que no perdía nada con intentar
confesarse.
Al parecer sus padres tenían razón, pues Jungkook no era fanático de
cargar con responsabilidades demasiado pesadas, y salir con Tae implicaba
darle tiempo de acostumbrarse a la situación y hacerle entender que no
debía cohibirse por cualquier cosa... y Kook no contaba con paciencia
suficiente para esta en una situación en la que el mayor fuese su novio y no
poder tocarle o hacer con él lo que en sus fantasías se presentaba con tanta
frecuencia.
A pesar de que, el comienzo de aquella amistad, las disculpas, la
amabilidad; fue todo por un enfermizo deseo de obtener la polla del menor,
Jungkook estaba empezando a darse cuenta de que su plan no tenía
fundamentos y, mucho menos, una razón válida de existir. Se podría decir
que estaba empezando a considerar la idea de rendirse, pero era de esas
cosas en las que no quería profundizar, pues tampoco era que desease
alejarse de Tae. Quizá... debería empezar a considerar la idea de que "sólo
amigos" no era tan malo después de todo.
-¿Es aquí, Jungkook? – la voz del dueño de sus maraña mental
interrumpió el flujo de sus pensamientos con aquella pregunta, y el menor
tuvo que mirar a su alrededor para ver en donde se encontraban, pues se
había perdido del todo.
-Eh... sí. – murmuró, observando el nombre del club al que Yoongi les
había invitado aquella noche.
Taehyung se dirigió hasta donde se podía observar una hilera de autos
estacionados y se detuvo en el final, donde apagó el motor.
Jungkook estuvo a punto de salir, hasta que se percató de que el mayor no
se movía. Así que le miró.
-¿Te pasa algo, hyung? – preguntó Jungkook, acercando su mano hasta el
cabello del pelirrojo y revolviéndolo levemente.
-N-nunca había salido... a lugares como estos...- confesó Kim. Jungkook
sonrió, pues ya se lo esperaba.
-No te preocupes, TaeTae, nosotros estaremos pendientes de ti todo el
tiempo, no te pasará nada. – lo tranquilizó, acariciando su mejilla. El mayor
le dirigió una mirada avergonzada, con un brillo de temor.
-¿Prometes que no te irás de mi lado, Kook? – Jungkook tembló bajo el
efecto que esas palabras le provocaron en el estómago. Aunque sabía que
Taehyung se refería a esa noche en el club, el castaño no pudo evitar
ponerlas en más de un contexto... y se sintió estúpido por ello.
-C-claro...
El mayor sonrió ampliamente, haciendo al corazón de Jungkook entrar en
grandes problemas. Ahora el mayor temía que Tae pudiese escuchar su
insistente palpitar, pues estaba golpeteando demasiado fuerte contra su
pecho.
Ambos salieron del auto y Jungkook de inmediato sacó su teléfono para
llamar a Jimin.
-Hola, amor mío. – saludó el rubio del otro lado de la línea. Jungkook
rodó los ojos.
- Ya estamos aquí, ¿Podrías salir para que nos dejen entrar? – pidió el
menor, caminando con Tae a su lado hasta llegar a la entrada del club,
donde un pequeño grupo de persona se aglomeraba alrededor.
-Mm, ya era hora de que llegaran. Es decir, ya todos estamos aquí, solo
faltaban ustedes. – empezó a decir su mejor amigo, mientras los sonidos
tras su voz variaban constantemente, lo que le daba a entender que su amigo
se estaba moviendo, probablemente caminando hacia la entrada.- Ya todos
pensábamos que no vendrían por quedarse haciendo otro tipo de cosas,
Kookie...
Jungkook suspiró. Él daría lo que sea porque algo como eso le pasara,
pero debía ser realista. Si Taehyung y él quedaban encerrados en una
habitación, solos, por más de cinco minutos, el menor empezaba a
incomodarse notablemente. Jeon sabía que era porque, probablemente, se
acordaba de su estúpida pregunta en las duchas la primera vez que hablaron.
-No seas idiota. – gruñe el castaño, deteniéndose a mirar un poco a los
alrededores.- No parece haber demasiada gente.
-Es porque es un club exclusivo, cariño, no cualquiera puede entrar. – le
dice su amigo.- Ya estoy por llegar, te veo en unos segundos. Adiós.
Jungkook cuelga y guarda su teléfono en el bolsillo trasero de su
pantalón.
-¿Qué te dijo? – pregunta Tae, acercándose más a él.
-Que estaba por...
-¡Hola, chicos! – interrumpe el protagonista de la conversación.- Se ven
bien.
-Tú también, hyung. – murmura Tae, sonriendo levemente.
-Ya lo sé, síganme. – pide Jimin, ingresando en el club y susurrándole un
par de cosas a los hombres de seguridad.
Una vez dentro y, después de que los hombres le pidiesen su
identificación a Jungkook, los tres ingresan en el interior del club. Jimin
riéndose como si la situación realmente lo ameritara y Tae disimulando sus
tímidas carcajadas, además de Jungkook fulminándolos con la mirada.
-Te juro que no es la primera vez que se la piden. – suelta Jimin,
palmeando la espalda de Taehyung.- No puedo creer que después de dos
años de hacerte mayor de edad aún te pidan tu identificación para entrar a
estos lugares.
-Cállate, imbécil. – gruñe el menor, adelantándose un par de muchos
pasos. A veces realmente no soportaba a Jimin. Era muy pesado.
Jungkook esquivó a un par de borrachos, parejas e idiotas intentando
manosearlo, hasta por fin llegar a la mesa donde sus amigos estaban
sentados conversando, riendo y gritando.
-¡Kookie! – exclamó Yoongi, lanzándose para apretarlo en un cálido y
efusivo abrazo.
-Hola, Yoongi hyung. – saluda Jungkook, olvidando su rabia repentina a
Jimin.- Hola a todos.
-Hola, Kookie. – saluda Seokjin, haciéndole un espacio a Jungkook entre
su cuerpo y el de Yoongi. Jeon se sienta y de inmediato le es ofrecida una
copa de algo que no estaba seguro de saber qué era.
-¿Dónde está Taehyung? – pregunta Namjoon, después de haberle
saludado con una adorable sonrisa de hoyuelos.
-Se quedó atrás riendo con Jimin. – murmura Jungkook, haciendo una
mueca casi imperceptible.
-Oh, ahí están. – menciona Nayeon, la cita de su amigo Hoseok.
No pasó demasiado antes de que la escandalosa risa de su mejor amigo se
oyera a centímetros de la mesa. Sin embargo, cuando sus ojos se
encontraron con los de Tae, el menor le miraba con un grado de decepción y
tristeza que le quitaron la tranquilidad a Jungkook en cuestión de segundos.
Quiso acercarse un poco para preguntarle si todo estaba bien, pero Jimin se
sentó junto a su novio, apretándolo contra Seokjin y Tae en frente de él,
junto a Hoseok, dejándolos bastante distanciados.
El ambiente se puso divertido en menos de un minuto; todos bebían,
charlaban y se reían te tonterías, incluso Jimin, Yoongi, Seokjin y Nayeon
habían decidido ir a bailar con Jackson y Mark, la pareja de este, a quienes
el primero se había encontrado de camino al baño.
Durante el transcurso de la noche, Jungkook intentó no mirar demasiado
a Taehyung... pero joder, el chico se veía tan bien aquella noche que era
imposible apartar tus ojos de su persona. Más de una chica, e incluso un par
de chicos, se había animado a acercarse a su mesa para pedirle bailar al
pelirrojo, sin embargo, este siempre rechazaba cortésmente las invitaciones.
Y Jungkook le agradecía mentalmente por ello.
Llegó un momento en que Taehyung se levantó para ir al baño y
Jungkook le perdió el rastro en el momento en que otro cuerpo se atravesó
en su campo de visión.
-Hola. – saludó Jackson, sentándose junto a Jungkook.
-Hola, Wang. – saludó Namjoon, chocando su puño con el de Jackson.
-¿Se están divirtiendo? – inquirió el rubio, pasando un brazo por los
hombros de Jungkook.
-Sí, ¿qué tal tú? – respondió Kook con una sonrisa.
-La estoy pasando increíble. Deberías ir a bailar con nosotros, Jeon.
-Estoy bien.
-Oh, vamos, no seas amargado. – se queja el mayor, sacudiendo
levemente el cuerpo del castaño.- Eso te pasa por pasar tanto tiempo con
Hoseok.
-Vete a la mierda. – murmura el mencionado, desde el otro lado de la
mesa.
Jackson se encoge de hombros y llama la atención de una camarera que
va pasando por allí cerca. Le pide un trago en específico que a Jungkook no
le interesa averiguar... al menos no hasta que el chico a su lado se lo tiende.
-Si no me dices qué tiene, olvídate que pasará por mis labios. – le
advierte Kook, mirándolo amenazante.
-¿No confías en mí? – pregunta el rubio, haciendo un puchero.
-No. – dicen Jungkook sin rodeos.
-Yo definitivamente no lo haría si fuera tú, Kookie. – se mete Namjoon.
-Nadie te pidió que hablaras. – Se queja Jackson hacia el moreno.-
Vamos, Jungkook. No está adulterado o algo parecido, simplemente es un
poco más fuerte que los demás. Pero te juro que te gustará.
Jungkook lo piensa un par de segundos.
-Jackson. – lo llama Mark desde la pista de baile, le hace una seña para
que se acerque después de regalarle una cálida sonrisa a Jungkook y el
chico junto a él se levanta de inmediato para ir a los brazos de su novio.
Ojalá Mark nunca se enterara de las sucias intensiones que tenía en mente
Jungkook con Jackson antes de que él apareciese, pues el chico le caía
realmente bien.
Una vez pierde a Jackson de vista, toma la debida entre sus manos,
mirándola fijamente. Estaba más inclinado a negarse y regalarla a
cualquiera que la quisiese, pero, en ese momento, la imagen de Taehyung
siendo abrazado y besado en la mejilla efusivamente por una chica, le
congela las articulaciones.
¿Quién. Demonios.Era. Esa. Perra?
You're so strong, Tae

Estaban a un par de pasos de la mesa, a unos metros del baño y, por primera
vez, observa a Taehyung hablando con tranquila efusividad, sin tartamudeos
ni sonrojos.
Se veía sereno y relajado, incluso las tenues luces frívolas y alocadas del
club le hacían contrastar su natural encanto masculino, realzando la belleza
de sus duras facciones, pero al mismo tiempo viéndose tan tierno y dulce
como siempre.
Ese chico lo estaba volviendo loco. Debía relajarse. Quizá esa chica ni
siquiera significaba algo para Tae... pero Jungkook no podía evitar querer ir
hasta ella y abofetearla por meterse con lo que le pertenecía aunque
realmente no le perteneciera. Pero él le había echado el ojo primero, así que
se valía.
Tomó el trago que Jackson dejó en sus manos y se lo bebió en dos
sorbos, llamando la atención de Hoseok.
-Jungkook, no bebas demasiado, Jennie se enojará si llegas demasiado
ebrio a casa. – le recuerda el pelinegro, logrando que un infantil quejido
saliese por los labios de Kookie.
-Jennie no me quiere en casa porque irán sus amigas. – le explica a
Hoseok, tomando el trago que solía ser de Yoongi para empezar a
bebérselo.
-¿Y dónde planeas quedarte, genio? – le cuestiona Namjoon,
palmeándole la espalda.
-Con Jiminnie...
-Jimin y Yoongi se irán a la casa de playa de los Min después de que
salgamos de aquí. Dudo que ellos quieran acompañante. – le hace saber
Hoseok, frunciendo el ceño.
-Entonces con Seokjin...
-Lo siento, Kookie, yo me llevaré a Jinnie a Ilsan mañana a la
madrugada. Mi madre quiere verlo. – se excusa Namjoon, sonando
apenado, pero alegre a la vez. Jungkook supo de inmediato que se debía a
que su madre y su novio estarían juntos pronto y adoraba la buena relación
que tenían.
-¿Contigo...? – sugiere Jungkook por última vez, dirigiéndose a Hoseok,
quien niega con la cabeza de inmediato. Jungkook siente ganas de llorar.-
¿Dónde mierda dormiré esta noche, entonces?
-¿De qué hablas, Kookie? – preguntó la voz de Tae, quien recién llegaba
nuevamente a la mesa.
-De nada. – se apresura a decir el menor.
-Kookie no tiene donde dormir esta noche. – suelta Namjoon, con la
intención de burlarse de Jungkook. El pelirrojo lo mira compasivo.
-Si quieres...- Taehyung comienza a decir, pero Jungkook le interrumpe
abruptamente.
-No importa, conseguiré un lugar. – Gruñe, levantándose del sillón de la
mesa.- Iré por uno más de estos. – dice entrecortadamente, tambaleándose
hasta salir de la mesa y perderse en la multitud.
...
Jungkook no tenía idea de con cuantas personas diferentes había bailado
después de su quinto trago. Recordaba vagamente estar entre los brazos de
un chico que le susurró en el oído su nombre. Jinyoung. Después se les
unieron Jackson y Mark, quienes se encontraban con Yoongi, Jimin, Seokjin
y Nayeon.
Jungkook había bailado un par de canciones con ellos, sin embargo,
después se apartó del grupo y los perdió de vista. Hasta ese momento.
Justo ahora, no bailaba con nadie y estaba demasiado ebrio como para
preocuparse por ello. La música le ensordecía, pero se sentía bien. Porque a
su alrededor no flotaban preocupaciones, sólo notas musicales y distintos
aromas de las personas a sus costados, quienes bailaban en estados iguales o
peores al suyo.
Divisó a lo lejos a Namjoon dirigiéndose hacia él, así que sonrió y
comenzó a correr, escapando.
-¡Mierda, Jungkook, vuelve aquí!
Le escuchó gritar, pero no se detuvo. O al menos, no hasta que chocó de
frente con una pared y cayó al piso de trasero.
-Kook, ¿estás bien? – le preguntó la pared.
"Un momento... la voz de la pared se parece a la de Taehyung...", pensó
Jungkook, en medio de sus desvaríos ebrios. Soltó una risita estúpida y
miró hacia arriba, y encontró unos adorables ojos de conejo tras unos lentes
redondos.
-Eres una pared... – hipido.- Una pared extraña... - murmuró arrastrando
las palabras.
-¡Namjoon hyung, ya lo tengo! – escuchó gritar a Taehyung, quien lo
sostenía entre sus musculosos brazos. Jungkook pasó sus dedos por los
músculos de aquellos brazos, sonriendo embobado. El cuerpo de Tae tembló
bajo su toque, pero el menor estaba demasiado perdido para comprender
que lo estaba asustando.
-Eres tan fuerte... eso me pone caliente...- gruñó Jungkook, enterrando
sus uñas en los brazos del mayor.
-Kookie, quédate quieto. – pidió Tae, ante la pataleta que empezó a hacer
Jungkook de repente.
-¡Déjame ir, déjame ir, déjame ir! – gritaba el mayor, intentando
vanamente golpear al chico que le sostenía.- Debo encontrar a Jinyoung...
-¿Jinyoung? – Preguntó Taehyung, intrigado.- ¿Conoces a mi hermano?
-No, qué tonterías dices...- Jungkook empezó a reír histéricamente.
En ese momento, Jungkook siente como su cuerpo es entregado a otros
brazos distintos, lo cual le hace enfadar.
-Gracias, Tae. – dice Namjoon, llevándose a Kook al hombro.- Suele ser
un poco fastidioso cuando bebe de más.
-Está bien, hyung. No hay problema. – asegura Taehyung, sonriendo.
-¿Seguro que quieres llevarlo a tu casa? – pregunta Nam, genuinamente
preocupado.
-¿Ves eso, Namjoonie hyung? – pregunta Jungkook, riendo.- Es tu
novio... ¡Hola, Jinnie! ¡Te ves bien! ¡Pero el rosa se ve mejor en mí!
-Sí, no quiero que le pase algo malo en ese estado. – admite Tae,
sonrojándose levemente. Namjoon lo nota y sonríe.
-Bien, te acompañaré a tu auto para dejarlo allí.
-Déjame buscar a mi hermano primero, debo preguntarle algo. – pide
Tae, señalando a sus espaldas. Namjoon asiente y el pelirrojo se va.
El moreno camina con Jungkook en su espalda, quien no ha parado de
cantar entre balbuceos la canción que la gente baila en la pista.
-¿Tú sabías que Jiyoung es el hermano de Tae? – le pregunta Namjoon a
Seokjin en cuanto se acerca lo suficiente para que este le oiga.
-Sí, amor. Nos lo dijo cuándo le conocimos. – Seokjin sonríe y le da un
pequeño beso en los labios a su novio.
-Ew... ustedes dos son asquerosos...- se queja el menor, seguidamente
hace silencio y se puede oír como empieza a sorber por la nariz.- Pero
también son taaan lindos...
-¿Estás llorando, Kookie? – pregunta el mayor, preocupado. Namjoon
baja a el castañode su hombro y lo pone en el piso, junto a su novio.
-No...- miente el castaño, cubriéndose el rostro con ambas manos.
-¿Por qué lloras? – pregunta Jin de nuevo, inclinándose para apartar las
manos de Jungkook y secar sus lágrimas.
-¿Tú crees que Taetae tenga novia?– pregunta con tono de voz lastimero,
haciendo un adorable puchero que le derrite el corazón al mayor.
-Claro que no, Kookie. Él nos lo hubiese dicho.– se incluye Namjoon en
la conversación, sonando seguro de sí mismo.
-¿Lo prometes?– pregunta Jungkook, estirando su pequeño dedo
meñique.
-Lo prometo.– asegura Nam, enganchando su dedo con el del más
pequeño. Este sonríe.
-Ya estoy de vuelta.– anuncia Tae, observando a los tres presentes.
Jungkook de inmediato se lanza a abrazarlo, haciéndolo tornarse rojo como
tomate.
-Vámonos.– dice Seokjin, tomando la mano de su novio y caminando
hacia la salida del club.
The real Kim Taehyung

-¡Y Jimin me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos
en la piscina! Pero me mintió...- bufó Jungkook, cruzándose de brazos. Tae
río.
-Seguro Jimin hyung tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a
crecer si se arrojaban a la piscina. – articuló Taehyung, con la vista fija en la
carretera.
-Jiminnie siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo...-
empezó a balbucear el castaño, soltando pequeñas risas.- Pero Taetae... no
te pongas celoso. Yo también te amo a ti.
El mayor no dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.
-Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Tae. – le recordó
Jungkook, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante
aquella mirada de cachorro, Taehyung simplemente no pudo negarse.
-También te amo, Kook. – murmuró, sonriendo, ruborizado.
Jungkook se calló en ese momento y los que siguieron después y
Taehyung lo agradecía, pues no quería tener que morir de la vergüenza por
otras cosas que se le pudiesen salir a Jungkook en ese estado de ebriedad,
donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.
Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Taehyung,
quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano mayor,
Jinyoung, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del
intercambio estudiantil en Estados Unidos. Sus padres le habían pedido que
volviese a Busan, pero Jungkook prefirió vivir con su hermano en Seúl y,
después de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos
amigos, no se arrepentía de su decisión.
Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Jungkook y
llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto
el menor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones
hasta la entrada.
Taehyung le siguió rápidamente, posicionándose a su lado.
-¡Jennie! – gritó Jugnkook, deteniéndose unos metros antes de llegar a la
puerta.
-Kook, Jennie no se encuentra aquí, esta es mi casa. – le hizo saber Tae,
parándose frente a Jungkook, quien le miró con el ceño fruncido.
-¿Por qué me trajiste a tu casa, Taetae? – preguntó Jungkook, enarcando
una ceja.
-No tenías donde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que
mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará. – le
explicó Tae, esperando que Jungkook le entendiese.
Este sonrió.
-Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa...-
Jungkook hipó.- Yo hubiese venido... si era contigo... sin importar nada...
Taehyung sintió calientes sus orejas.
-No, Kookie... yo... y-yo...
Jungkook abrazó a Tae, acercando en demasía su rostro al del mayor.
-Silencio, Taetae. Despertarás a Jennie...- susurró el castaño, mirando
fijamente a los labios del pelirrojo, quien empezó a entrar en pánico de
inmediato. ¿Y si Jungkook lo besaba? ¿Qué se supone que debería hacer si
el menor lo besa? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?
Pero no tuvo tiempo de pensar mucho más, pues Jungkook le besó en la
nariz y se apartó, tambaleándose hasta la puerta, donde empezó a golpear
aparatosamente, sin cuidado alguno. Tae tuvo que respirar más de tres
veces, contando hasta diez.
El mayor caminó hasta él y lo apartó levemente de la puerta, dándole
tiempo para mirarlo con una sonrisa boba y abrazarlo por la espalda,
trepándose en su cuerpo como un pequeño koala.
Taehyung sonrió y abrió la puerta, luchando por no caer hacia atrás y
herir a Jungkook. Cerró la puerta de su hogar una vez ambos estuvieron
dentro. Kook enredó sus brazos en el cuello de Tae y apoyó su mejilla en el
hombro del mayor, suspirando pesadamente.
-¿Estás cansado, Kookie? – preguntó Tae, caminando hacia la cocina por
unas aspirinas y un poco de agua, estaba seguro de que el más pequeño las
necesitaría.
-Estoy... enamoraaaaado... Taetae...- balbuceó el mayor, con la voz
adormilada. El corazón de Taehyung se agitó.
-¿D-de quien estás enamorado, Kook? – preguntó el castaño, deteniendo
sus movimientos para escuchar atentamente cada palabra de Jungkook.
-De... de...- Jungkook rio tontamente.- tu graaan amigo...
Tae frunció el ceño.
-¿Gran amigo? – inquirió, con confusión.
-Realmente graaande, Taetae...- volvió a reír.
-¿Namjoon?
Jungkook estalló en carcajadas. Se removió tras la espalda de Tae, hasta
que consiguió bajarse de su espalda.
-¿S-sabes lo que me haría Seokjin si... me acerco a su hombre? –
preguntó Kook, enarcando una ceja.
El pelirrojo rió.
-Me hago una idea.
Jungkook asintió.
-Creo que... tu amigo es... más grande que el de Namjoon...- confiesa
Kook, mordiéndose el labio inferior y dedicándole una mirada demasiado
sensual, de modo que el cuerpo entero de Tae tembló.
-E-eh... eh... Kookie, y-yo... a-ah...
-¡Tae! – exclama Jungkook, tornando su cara en una mueca aterrada.-
¡Tienes algo en la boca!
-¿Qué? ¿Qué tengo? – pregunta el mayor, espantado. Jungkook camina
hasta él y rodea su cuello con los brazos.
-La mía.
Seguidamente, planta sus labios pasionalmente sobre los del menor,
gimiendo en aprobación ante el dulce y mentolado sabor de los delicados
belfos de Kim.
Jungkook movió sus labios lenta, pero profunda y sensualmente. No
esperaba que Tae le correspondiera, pero no quería morir sin antes catar el
delicioso sabor de ese par de hermosas carnosidades. No importaba si
Taehyung se traumaba de por vida después de aquél momento, pues
Jungkook lo estaba disfrutando tanto, que podría jurar que estaba más que
absorbido por el momento.
Su lengua rozó con la de Tae y sintió su entrepierna empezar a endurecer.
Demonios, quería seguir hasta la última fase, pero no podía permitirse tal
cosa. Así que, recaudando el poco autocontrol que le quedaba, fue
preparándose para separarse... sin embargo, su espalda baja chocó contra el
mesón de la cocina y los dientes de Taehyung se enterraron con fuerza en su
labio inferior. Un gruñido se oyó. No era suyo en lo absoluto.
Quiso abrir los ojos, ver qué diablos sucedía... pero, joder, el sinhueso
que creía inexperto, se metió en su boca sin aviso alguno, invitando al
propio a una irresistible danza de delirante lujuria, que abundaba en cada
movimiento de su lengua contra la de Tae. Y entonces, no pudo resistirse.
La fuerte cadera del mayor empujó contra la suya, provocando que
Jungkook gimiera como respuesta. Ahí estaba. Esa enorme y deliciosa
polla. Estaba rozándose descaradamente contra la suya.
El beso pasó de ser apasionado a salvaje, había mordidas por doquier, sus
dientes chocaban y sus lenguas parecían conocerse más que a la perfección.
Jungkook sintió que todas las sesiones de sexo que tuvo en el transcurso
de su vida se fueron a la mierda cuando las grandes y masculinas manos de
Taehyung apretaron su trasero con tal necesidad, que Kook pensó que el
pelirrojo le arrancaría el pantalón con ese simple agarre. No era una mala
idea, en realidad.
Jungkook se sentó sobre la encimera, abriendo más sus piernas y
haciendo serpentear sus manos por el cuello de Tae hasta llegar a su pecho y
arañar mientras mordía el labio inferior del menor, haciéndole jadear.
Llevó su impuro y lascivo recorrido de manos traviesas hasta los
hombros de Kim, haciendo el amague de querer deshacerse de la chaqueta
del chico. Sintió su pene duro pulsar contra la tela del bóxer cuando el muy
descarado sonrió en medio del beso, lamiendo su lengua y atrapándola entre
ambos labios para empezar a succionar de ella de forma que cada pequeño y
húmedo sonido creaba un espiral de placer que viajaba a través del cuerpo
de Jungkook, haciéndole temblar y apretar los muslos.
Y, así, mientras tenía a Jungkook postrado ante el impuro blowjob que le
hacía a su lengua, Tae se deshizo de su chaqueta, arrojándola en algún lugar
de la cocina. El castaño apretó los puños alrededor de la camiseta del
mayor, buscando más.
Taehyung llevó sus manos hasta la hebilla de su cinturón y se deshizo de
este en un tiempo record. Dejó el accesorio a un lado de la encimera y llevó
sus manos a la chaqueta de Jungkook. No hizo falta que dijese
absolutamente nada, Kook, por su cuenta, se deshizo de su chaqueta y Tae
le ayudó a quitarse la camiseta de cuadros, dejándole únicamente en la
blanca de manga corta que traía debajo.
Jungkook quiso apartarse cuando Tae le toqueteó por encima de la ropa
en su torso. No fue una caricia cualquiera, Jungkook sintió como su
erección por poco goteaba. Pero Kim no le quería lejos, mucho menos
deseaba dar explicaciones, así que, en cuanto Jungkook consiguió librarse
de sus labios, guió sus besos al cuello del menor, no tardando
absolutamente nada en encontrar un punto erógeno que le hizo restregarse
como gata en celo contra las caderas del mayor.
Este siguió haciendo lo que le venía en gana con su cuello, mientras
tanteaba por la encimera, buscando el cinturón. Una vez lo hubo hallado, no
tardó en llevarlo hasta la espalda de Jungkook, guiando las manos de este
hasta allí.
-¿Q-qué... ¡Ah!...? ¿Qué q-quieres... mmh...? – El castaño quería hablar,
pero Tae no.- Hyung...
-Demonios, Jungkook, cállate un momento. – gruñe el mayor, dejando al
castaño absolutamente congelado. Taehyung llevó las manos de Jungkook
hacia el frente, en medio de ambos y amarró sus muñecas con el cinturón,
escuchando con dificultad el jadeo que dejó escapar el pequeño en el
momento en que apretó el cuero contra su piel.- Te gusta, ¿verdad?
Jungkook asiente embobado. Taehyung sonríe y se deshace rápidamente
de su pantalón, de modo que queda en ropa interior y Jungkook puede ver,
por segunda vez en su vida, la gran y rojamente furiosa cabeza del pene de
Tae. De inmediato, se le hace agua la boca. Era simplemente sensacional.
El menor jala del cuerpo de Jungkook para que se baje de la encimera,
besándolo en la frente y poniéndolo de espaldas una vez que los pies de
Jungkook tocaron el piso. Este se inclina voluntariamente y las manos de
Tae se cierran con fuerza sobre sus nalgas, masajeándolas un poco.
Kim lleva sus manos a la parte delantera del pantalón, donde se encarga
de desabrochar, no sin antes tocar delicada, pero intencionalmente la
erección de Jungkook, quien se retuerce y empuja su trasero contra la entre
pierna de Tae, sintiendo el delicioso roce que se crea entre su culo y la
gruesa erección del mayor.
-Qué culo más caliente, Kookie. – susurra Taehyung en su oído, después
de empezar a bajar todas las prendas inferiores del mayor.
-¿Q-quién... demonios eres? – murmura Jungkook, sonriendo
perezosamente. Seguramente si no se encontrase más ebrio que sobrio, ya
habría detenido todo para preguntarle bien a Tae qué mierda con ese cambio
de actitud. Pero estaba demasiado excitado y también demasiado borracho.
-Tu más anhelada fantasía. – se burla Kim en su oído, haciéndole gemir.
Una vez el culo de Jungkook se encuentra desnudo, empinado y a su total
disposición, Tae se toma la molestia de observarlo un par de segundos,
mordiéndose el labio inferior y tratando de retener los indecorosos deseos
que le invadían en ese momento al ver a su exquisito Kookie en tal pose, no
porque no pensase cumplir cada uno de sus sueños húmedos con el menor,
sino porque sabía que si le daba rienda suelta a su imaginación,
probablemente pasarían cosas muy desagradables con el apretado trasero de
Jungkook... y eso era lo que menos quería.
-¿Por qué tardas tanto? – lloriquea Jungkook, removiéndose inquieto.
Tae reacciona y se arrodilla, dejando su rostro a la altura del trasero del
menor.
-¿Qué harás, Taetae? – pregunta Jungkook, sonriendo traviesamente.
Taehyung corresponde a la sonrisa y, con sus dos manos, agarra las masas
de carne del mayor, acercando su rostro a la entrada, muy lentamente.
Jungkook apretó los puños, cerró los ojos, esperó. La humedad de la
escurridiza lengua de Tae no tardó en pasearse por su anillo de músculos,
pero sin ingresar, tan sólo tanteando, provocándolo.
Las piernas de Jungkook temblaron y, por un momento, temió caer al
piso. Pero los dedos del pelirrojo se apretaban en sus muslos, dándole la
seguridad de que no caería.
Intenta ponerse de pie correctamente, pero entonces, la lengua de Tae
invade su interior.
-¡A-ah, mierda! – Grita, extasiado.- M-más... más profundo...- la hábil
lengua de Tae se mueve en su interior, provocándole cosquilleos que le
hacen formar una gran "O" con la boca. Su respiración estaba desigual y
sentía que se derretía por dentro. Tenía demasiado calor y su sentía bajar
por su erección una voluminosa y pesada gota de líquido pre-seminal. Iba a
correrse y Tae ni siquiera había terminado de prepararlo.
Y mientras la lengua de Taehyung se movía con sagaz experiencia en el
cúmulo de nervios que le estaban haciendo perder la cabeza, al mismo
tiempo, el mayor metió el primer dedo.
-Mm-mh... ah, Tae... otro... mete otro, joder. – rogó el castaño, apretando
sus dientes. Kim no dudó un segundo antes de ceder a la súplica y, de paso,
meter uno más, por lo que dentro de Jungkook, ahora tres dedos se movían
a sus anchas y Tae se deleitaba, sintiendo la inmensa calidez que la entrada
del menor poseía.
Joder, se notaba que a Jungkook le gustaban los penes grandes... ¿cómo
lograba estar tan estrecho entonces?
Taehyung empujó de forma algo brusca los dedos en Jungkook, rozando
superficialmente un lugar que hizo al castaño derretirse gracias a sus dedos,
apretando con tanta fuerza que el pelirrojo creyó no poder sacar sus dígitos
hasta que Jungkook se recuperase del fuerte orgasmo que acababa de tener.
Las caderas del menor pulsaron contra la mano de Tae, buscando enterrarlos
más profundo y alargar la sensación.
Pero Tae los retiró de inmediato. Y, antes de que el mayor pudiese
quejarse o terminar de eyacular, Taehyung tenía el glande dentro de
Jungkook. Y este gritó.
-Relájate, Kookie, será mejor si te calmas...- le aseguró Tae, acariciando
su transpirada espalda, que se sacudía con dificultad por la falta de
respiración.
-Es tan grande...- murmura Jungkook, escondiendo la cabeza entre sus
manos amarradas.- Me encanta...
Tae se movió un poco, tanteando terreno antes de intentar meter más del
glande. Jungkook gimió tan fuerte que creyó estar lastimándolo.
-Sí... métela toda...
Bueno, al parecer no.
Taehyung mordió su labio inferior, introduciéndose más profundo. Sintió
su garganta temblar, tenía unas inmensas ganas de gemir. Jungkook se
sentía demasiado bien, demasiado húmedo y caliente. Apretaba de
maravilla, madre santa.
Apoyó sus manos en la encimera, a cada lado de la cintura de Jungkook,
terminando de ingresar por completo y no pudiendo reprimir un gruñido
casi animal que brotó desde lo más profundo de su pecho cuando las
paredes de sedosos y exquisitamente angostos músculos se ciñeron contra
su polla.
Maldición. El culo de Jungkook era la jodida gloria.
La sensación de la tersa piel de Jungkook contra sus caderas le prendió el
doble. El toque era tan sutil, que fácilmente podría ignorarse... de no ser
porque su pene entero se encontraba profundamente enterrado de forma
deliciosa en el trasero del chico más sexual que había conocido en su vida,
entonces Tae podría ignorarlo, pero, como se encontraba la situación, era
bastante difícil.
-Kookie...- susurró Tae, con la voz temblorosa. Su pene lo ansiaba, él lo
ansiaba, estaba desesperado.- Me moveré ahora...
-Debiste hacerlo hace rato, Taetae...- murmura Jungkook con la voz
ronca, meneando provocativa y descaradamente sus caderas, haciendo salir
y entrar una parte de la gran e hinchada polla en su interior, provocándose
un gran y largo gemido.- Mier-ah... se siente genial, Taetae...
"Taetae, Taetae"... si el pequeño seguía diciéndole de ese modo se iba a
volver loco. Adoraba que sus amigos le llamasen así, pero, en estas
circunstancias, su estómago ardía y su sangre con velocidad como fuego
líquido, quemándole las entrañas y manifestándose en el gran pulso que se
situaba en su erección, deseando a Jungkook y a nadie más que a él. Se oía
tan bien saliendo de sus labios, con su dulce y aguda voz que adoraba
quebrar, causándole gemidos.
Tae supo, entonces, que no podría soportar simplemente escuchar esos
gemidos. Él tenía que ver la cara de Jungkook cuando su miembro entero se
encontrase dentro. Él adoraría poder retratar su bello rostro contraerse
cuando le doliese alguna embestida, él anhelaba poder grabarse entera la
expresión de sus facciones cuando llegase al orgasmo.
Así que, sin preámbulo alguno, salió de él, haciéndolo sentir molesto y
terriblemente vacío. Jungkok casi sintió lágrimas desbordándose por sus
mejillas. No entendía porque Tae se apartaba de él.
Pero entonces, sus dudas se dispersaron en el momento en que el mayor
le volteó y lo cargó en sus fuertes brazos, estrechándole contra su duro
pecho, besándole en los labios y pidiéndole sin palabra alguna que enredase
sus piernas en las caderas ajenas, ubicó sus muñecas amarradas alrededor
del cuello de Tae y miró hacia abajo. Y allí estaba de nuevo, la enorme
polla de Kim Taehyung, pidiendo más de él... se iba a volver loco como ese
pene no eyaculase en su interior.
Así que lo dejó ingresar y gimió como un necesitado, porque lo estaba.
Sus ojos se pusieron blancos, su cadera respondió de inmediato ante la
intromisión y se empaló a sí mismo en la dureza del menor con una rapidez
que pudo haberle herido, pero que tan solo le excitó mucho más.
-Muévete... muévete, por favor...- susurró Jungkook contra sus labios,
apretándose alrededor de la polla de Tae, haciéndolo estremecerse y
entrecerrar los ojos, abriendo sutilmente los labios y dejando escapar
pequeños suspiros.
-No me aprietes tanto. – gruñó el mayor, luciendo amenazante.
-Muévete, entonces. – le retó Jungkook, a lo que Taehyung respondió con
una tétrica sonrisa.
-Si eso es lo que quieres...
Jungkook esperó que se moviera, pero no que con la primera y potente
embestida llegase a su próstata en el primer golpe.
-¡Sí!
-¿Sí, así? ¿Te gusta?
-M-me fascina... más... otra vez..
Taehyung repitió la acción, solo que esta vez, no se detuvo.
Embestida tras embestida, la piel de Jungkook chocaba bruscamente con
la suya, escociendo, pero creando morbo ante los chasquidos entre sus
muslos y el culo del menor.
-M-mierda... llega tan profundo, Taetae...- gimió Kook, con los ojos
fuertemente apretados. Un sinvergüenza hilo de saliva resbalaba por su
mandíbula, haciendo a Tae lamerse los labios con necesidad. Besó la boca
de Jungkook, moviéndose más rápido, sintiendo la tensión en su estómago,
su cadera se elevó por cuenta propia y un dulce cosquilleo se esparció por
todo su cuerpo al sentir al castaño contraerse una vez más. Conocía la
sensación. Estaba por venirse... pero... mil veces más pronto de lo usual.
Quizá se debía al estrés acumulado o a que no había tenido sexo con
nadie en mucho tiempo por su abstinencia obligatoria, pero ese delicioso
sentimiento se estaba apoderando de sus sentidos y, ahora, se movía a un
ritmo descontrolado, jadeando sobre el cuello de Jungkook y lamiendo sus
sudor, sintiendo en la lengua el salado sabor y deleitándose con él. Joder,
Jungkook sabía exquisito de pies a cabeza.
Los talones de Kook golpearon su espalda y se presionaron contra su
culo, haciéndole entrar más profundo.
-E-estoy por llegar...- balbucea Jungkook. Acerca su boca a la de Tae y
tira de su labio inferior con sus propios dientes.- Hazme venir...
Hubiese sido perfecto que, en ese momento, Taehyung hubiese podido
embestir más duro a Jungkook y hacerle correrse como pedía... pero
ninguno de los dos contaba con que el mayor perdería la cordura y se
correría primero y en gran abundancia dentro del menor, haciéndole temblar
ante el caliente y húmedo tacto viscoso del semen de Taehyung
derramándose en su interior con fuerza. Afortunadamente, aquello fue
suficiente para hacerle venir de la misma forma, por lo que se aferró al
cuello de Taehyung mientras apretaba la hombría del mismo entre sus
nalgas, viniéndose con un grito que Kim recordaría por el resto de su vida.
Fuck me again, please

Taehyung reposó su cabeza en el hombro de Jungkook, con los ojos


cerrados, esperando que el éxtasis del momento se extinguiera por
completo.
El problema fue que, cuando logró estabilizar su respiración, fue que
entró en razón: ¡Se había follado a su propio amigo! Y no a cualquier
amigo, sino al amigo que le gustaba.
Jinyoung estaría muy decepcionado de él si se enteraba... eso no iba a ser
nada bueno, mierda.
No se supone que debía dejarse llevar por las provocaciones de Jungkook
y desatar su lado salvaje con ellas. Sabía que, en el fondo (y quizá no tan
profundo), Jungkook deseaba una cosa como aquella... y quizá, había hecho
bien cumpliendo su fantasía (de ambos, de hecho) pero eso no quería decir
que el hecho de que haya perdido el control, de modo que ni siquiera lo
llevó a la cama, le demostraba que no se encontraba del todo "curado".
Mierda.
Parpadeó un par de veces para enfocar su visión, encontrándose con la
bellísima imagen de Jungkook medio dormido, mirándole con una lánguida
sonrisa de autosuficiencia. Joder, quería hacerlo de nuevo.
Pero no. No estaba bien. Debía convencer a su cuerpo de que estaba
satisfecho con una sola vez. Solo una, solo una, solo una...
-Tae...- susurró Jungkook. Taehyung le miró con la vergüenza a flor de
piel. No era su intención dejarse llevar de ese modo, de hecho, lo tenía
rotundamente prohibido.- Quiero hacerlo otra vez.
Los ojos del mayor se abrieron tan grandes, que temió dejar de ser
coreano.
-No. – demandó, completamente firme. Kook enfureció.
-¡¿Por qué?! – exclamó, moviéndose en protesta, lo que ocasionó que la
hombría de Taehyung se deslizase por su interior, haciéndoles gemir a
ambos.
-N-no sabes... lo que estás pidiendo...- balbuceó Tae, con la intención de
salir cuanto antes de ese caliente culo. Pero Jungkook no quería ceder.
-E-estoy c-completamente consciente d-de lo que te pido, Taetae...-
susurra Jungkook, meciendo letárgicamente sus caderas. Tae se retorció,
cerrando los ojos y dejándose llevar por un momento. Jungkook amó la
forma en la que la polla del mayor endurecía nuevamente en su interior,
haciéndolo sentir lleno. De repente, se percató de un no tan importante
detalle que le dejó inquieto.- ¿Dónde están tus lentes?
-L-los he dejado en el auto. – responde, tomando en cuenta por primera
vez desde que llegó a casa, que los había olvidado allí dentro. Jungkook
mueve sus brazos atados y los pone frente al rostro de Tae, con una súplica
silenciosa en la mirada. – No te voy a desatar.
Jungkook hace un puchero.
-¿Por qué no? – inquiere, haciendo a punto de empezar una pataleta. Tae
frunce el ceño.
-Me gusta tener el control y tú eres muy inquieto...-le hace saber Kim,
empujando dentro de él, robándole un gemido profundo de la garganta.
Taehyung sonríe y suelta un suspiro.- En especial cuando estás ebrio.
-Mmh, Taetae es un controlador...- murmura Jungkook , lamiéndose los
labios.- Me gusta.
-Mierda, deja de provocarme. – gruñe el mayor, embistiendo
nuevamente.
-Oh, hyung... más duro...- suplica el menor, completamente indiferente a
las palabras del más grande. Tae suelta un bufido cuando se da cuenta que
está siendo cruelmente ignorado y se limita a cumplir la petición de
Jungkook.
El mayor obliga a Jungkook a que ponga sus manos nuevamente donde
las tenía antes y agarra con fuerza sus nalgas impulsándose para entrar y
salir nuevamente.
El castaño deja caer hacia atrás su cabeza, exponiendo su blanquecina y
sudada piel, a lo que Taehyung no puede resistirse. Se lanza a atacar el
delicioso cuello de Jungkook sin remordimiento alguno, pues la sensación
de la blanda carne en sus dientes y el salado sabor en su lengua le provoca
un palpito en la polla que Jungkook siente con claridad y que le hace
apretarse, gimiendo un par de veces el nombre del mayor.
Tae se juró a sí mismo que nunca volvería a correrse tan rápido como la
primera vez que lo hizo con el menor, sin embargo, este era tan jodidamente
estrecho, tan caliente y sus caderas se movían con una precisión que le
ponía a delirar en cuestión de segundos, que la forma en que los dedos de
sus pies se curvaban insistentemente, anunciándole que pronto estaría
soltando su segundo orgasmo en el interior de Jungkook, lo estaba
empezando a cabrear.
¿Cómo era remotamente posible que Jungkook le excitara al punto de
hacerle correr como si nunca en su vida hubiese tenido sexo?
No era como si le molestase el hecho de que le gustaba el menor, pero le
dejaba bastante inquieto que Jungkook jugase con su resistencia de ese
modo sin siquiera enterarse del efecto que tenía su sensual culo en él.
-Tae... Tae...-gimió Jungkook, curvando su abdomen de modo que sus
caderas se enterraban profunda pero lentamente en la polla de Tae,
haciéndole jadear al perder todo el aire en sus pulmones. Ese pequeño
realmente no era bueno para su salud.- M-me vengo...
Taehyung reaccionó de inmediato, saliendo de su ensoñación para
palmear el culo de Jungkook y embestir golpeando su próstata tan fuerte
que el menor gritó, viniéndose por segunda vez en su propio abdomen,
sacudiendo sus caderas involuntariamente.
Kim no permitió que Jungkook se recuperara cuando ya estaba
embistiendo con más fuerza, en busca de su propia liberación, tomando en
su boca con la lengua la de Jungkook y enredándolas juntas aunque el más
joven pareciera estar a punto de quedarse dormido.
Taehyung derramó su esencia en Jungkook por segunda vez en la noche,
estremeciéndose entero y gimiendo por lo bajo, aprovechando el éxtasis del
momento para morder el cuello del castaño por última vez, asegurándose de
dejar una marca en el lugar.
Una vez que Jungkook sintió que los temblores en su acompañante se
detenían y que el flujo del semen se volvía menor, se permitió relajarse al
punto de dejar todo su peso en brazos del menor, haciéndolo sobresaltar.
Taehyung levantó la mirada rápidamente, encontrándose con los ojos de
Jungkook herméticamente abiertos y sus labios ofreciéndole una agotada
sonrisa.
Era normal que se sintiese cansado después de tanto bailar y brincar de
un lado a otro por toda la discoteca cuando evitaba que Namjoon y los
demás le atraparan para ir a casa, pero Tae no quería que se durmiese. En
parte porque sabía que si Jungkook estaba ebrio, era posible que, cuando
despertase, no recordase absolutamente nada de lo que había sucedido entre
ellos, lo cual era más que una incómoda situación, pues Tae no creía tener el
autocontrol suficiente de sus propias acciones después de lo que acababa de
suceder entre los dos.
Además, él se había encariñado profundamente con el menor desde que
se habían convertido en amigos, a pesar de haber entrado en auténtico
pánico la primera vez que este le dirigió la palabra en las duchas. Y no
hacía falta decir que su cariño iba más allá de lo fraternalmente permitido.
-Mierda, no te duermas. – susurra Tae, más para sí mismo que para el
menor. Sale de su interior de forma un poco brusca, sacándole un pequeño
gemido que se esfuerza en ignorar para ponerse los pantalones y ponerle los
pantalones a Jungkook. Sin embargo, cuando termina de subirle el bóxer y
empieza a subir la tela del jean, el mayor se queja.
-Quítame esa cosa, Taetae, hace mucho calor. – murmura el castaño,
pataleando para sacarse el pantalón, mientras lleva sus manos al dobladillo
de la camiseta blanca, sacándosela por la cabeza. Taehyung traga saliva
duramente al ver el pálido pecho de Jungkook expuesto ante sus nada
virginales ojos que no dudaron comérselo entero cuando terminó de sacarse
toda la ropa.
Jungkook le sonríe e intenta acercarse para besarlo nuevamente, pero
Taehyung se aparta.
-No sigas con esto, te juro que me muero por hacértelo miles de veces
más, pero no creo que... sea... adecuado. – Confiesa Taehyung, recogiendo
la ropa de Jungkook del suelo.- Debemos hablar.
-Puedes hablar mientras te la chupo. – insinúa el menor, jugando con la
bragueta del pantalón de Taehyung.
-No creo que eso sea humanamente posible. En serio debo hablar
contigo. – dice Taehyung, poniéndose lo más serio posible.
-Estoy cansado, Taetae...- murmura Jungkook, tallando uno de sus ojos
con su puño cerrado. Tae suspira,dándose por vencido. Era imposible hablar
con Jungkook en ese estado... supuso que debía esperar hasta el día de
mañana, con la esperanza de que el menor no se olvidase de lo que pasó
aquella madrugada.
volví perrekes

hola gente que onda ahre (respondan no me dejen hablando solita)


como leen estoy de vuelta aca por esta plataforma que tenía tan
abandonada ahre
bueno cuestión, si yo volviera a actualizar me leerían? digo, no se si en
estos meses hubo gente que me siguió leyendo o si hay algunxs que ya
dieron por muertas mis novelas ah
solo quiero saber si es que quieren que vuelva a actualizar o que ya no,
respondan porfis<3
Kim Taehyung, the satyr

Taehyung soltó un pequeño gemido cuando sintió, de nuevo, aquél roce en


su entrepierna. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero tenía
demasiado sueño, no quería abrir los ojos.
O al menos, así fue hasta que distinguió un gemido más... que no era
suyo
Abrió los ojos en el momento preciso en que todos los recuerdos de la
noche anterior se desbordaron en su mente como una avalancha. Se
sobresaltó un poco, abriendo los ojos de golpe y encontrándose con la
castaña cabellera de Jungkook recostada en su pecho cómodamente.
Movió las piernas un poco, notando de inmediato la razón de sus
gemidos y los de Jungkook: ambos tenían las piernas enredadas con las del
otro, por lo que era de esperarse que sus entrepiernas quedasen juntas y
frotándose constantemente entre sí.
No le tomó demasiado darse cuenta de que no podía moverse, pues los
brazos del menor estaban fuertemente aferrados alrededor de su cintura,
dejándolo inmóvil.
Cerró los ojos con fuerza, intentando plantearse una idea de lo que le
diría a Jungkook y cómo este podría reaccionar ante la historia nada trágica
que Tae estaba deseando contarle, pues quería que Jungkook entendiese el
porqué de su actitud de siempre y la de anoche.
No iba a ser algo fácil de contar, porque probablemente el menor se reiría
de él. Pero Jungkook le gustaba... y quería intentarlo con él. Por más que
eso le costase el autocontrol, deseaba que con él no fuese únicamente algo
sexual
Sintió un par de cosquillas en el cuello y miró hacia abajo, encontrándose
con que Jungkook parecía estar despertando, pues se movía inquieto, por lo
que su cabello cosquilleaba en el cuello del mayor, quien no pudo reprimir
sus impulsos y acarició sus cabellos delicadamente.
Jungkook paseó sus manos por el abdomen de Tae, poniéndole nervioso.
-¿K-kook?
Jungkook le miró en ese momento y Taehyung temió que pudiese
escuchar el inquieto y fuerte latido de su corazón, pues este se había agitado
notablemente al ver la adorable cara de Jungkook recién despierto, con
pequeños y hermosos ojos perezosos medio abiertos, sus labios exquisitos y
rosas como siempre y sus cabellos apuntando en todas las direcciones,
dándole una apariencia más que preciosa.
-Buenos días, Taetae...- murmuró, trepó hasta quedar sobre Taehyung y
lo besó en la mejilla.- ¿Cómo dormiste?
Taehyung le miró, estupefacto. ¿Acaso había olvidado lo que sucedió en
la madrugada? Era cierto que deseaba que Jungkook recordase cada
minucioso detalle, como él lo hacía, pero, de cualquier modo, aún no sabía
cómo lidiar con ello. Así que no tenía idea de qué hacer o qué decir.
-B-bien...- se limitó a responder, forzando una sonrisa.- ¿Y tú, kook?
Jungkook rió, sacudiendo sus hombros y confundiendo al mayor.
-Hace un par de horas estabas: "Jungkook, me gusta el control",
"Jungkook, cállate", "Jungkook, eres muy inquieto", Kook, Kook, Kook...-
se burló el menor enarcando una ceja. Taehyung enrojeció por completo.
Jungkook apoyó sus manos en el pecho de Tae y, en estas, su cara.
El mayor se muerde el labio inferior. Debía admitir que se había estado
armando de valor para contarle todo a Jungkook desde hace más de una
semana, pero, justo en ese momento, ni una sola palabra era capaz de salir
de su boca.
Pero parecía no ser necesario, pues, estando completamente hundido en
sus pensamientos, lo único capaz de sacarle de allí, fueron los tercios labios
de Jungkook posándose sobre los suyos.
Jungkook se acomodó de modo que quedó sentado sobre el abdomen de
Taehyung y enredó sus dedos en el cabello creciente de la nuca del menor,
quien se derritió instantáneamente ante el toque, enlazando su lengua con la
del mas joven.
Kim se recostó contra el cabecero de la cama, sentándose, haciendo
deslizarse a Jungkook por su estómago hasta que su trasero cayó en su
entrepierna. Jeon se acomodó, moviendo sus caderas contra las del más
alto, a lo que este no pudo evitar jadear en medio del beso, apretando los
ojos y apartando al menor, quien le miró con los ojos anhelantes y brillosos,
con los labios hinchados y rojizos.
-No puedo, Kookie... no puedo...- murmuró el mayor, revolviéndose el
cabello.
-¿Qué no puedes? – inquirió Jungkook, enarcando una ceja. Taehyung
dudó muchas veces antes de mirarlo, pero al final, lo consiguió.
-No puedo hacer nada contigo hasta que sepas... todo. – confesó Tae,
mordiéndose el labio inferior. Jungkook sonrío, comprensión brillaba en su
mirada y Taehyung tuvo que contenerse un infierno para no lanzársele
encima en ese momento.
-Bueno... empieza. – pide el menor, acariciando levemente las clavículas
del mayor.
-Primero... siéntate en otro lugar, no puedo concentrarme si estás ahí.– le
hace saber Tae, señalando un lugar a su lado en la cama. Jungkook suelta
una risita traviesa y se acomoda donde Taehyung le ha pedido.
-Ahora, empieza.
El mayor se lamió los labios, ansioso.
-Soy un sátiro.-soltó de golpe, haciendo a Jungkook sobresaltarse.
-Eh... bien... supongo que...
-No he terminado.- lo interrumpe.- La primera vez que tuve sexo fue a
los dieciséis. Fue con una chica y fue... horrible. – la mueca de asco que
hace Tae en ese momento hace reír a Kook.- No lo intenté hasta medio año
después... pero fue, esta vez, con un chico. Él no quería dejarme ser el
activo por mi falta de experiencia, pero me negaba a ser el pasivo, así que
esa noche sólo nos tocamos y no pasamos del sexo oral. A pesar de eso, fue
una de las mejores noches de mi vida. Así que asumí que el problema eran
las chicas.- Tae hace una pausa.- Entonces me eduqué en el tema del sexo
homosexual y empecé a hacerlo con chicos... demasiado seguido. No podía
estar un fin de semana sin estar entre las piernas de un chico... con el
tiempo empeoró porque los chicos no eran suficiente para mí. Por más que
me había traumado con el tema de las chicas, no pude resistirme.
Empecé a hacerlo con chicos, chicas y con ambos al mismo tiempo.
Llegué al punto de no poder pasar un día sin tener sexo. Mi resistencia se
volvió aterradora...- Taehyung hace una mueca de angustia.
«Podía hacerlo cinco veces seguidas... incluso a veces sentía que no
quedaba satisfecho. Mi familia se dio cuenta... fue lo más vergonzoso que
tuve que admitir ante ellos, pero, en ese punto, yo ya sabía hace mucho que
tenía un problema de hipersexualidad. Así que fui a tratamiento durante un
año y medio. Para cuando salí, tenía dieciocho, que fue cuando me fui de
intercambio.
«Cuando llegué a América, me di cuenta de que llamaba mucho la
atención, las chicas y los chicos literalmente me caían por todos lados. Así
que pensé que no era bueno para mi autocontrol si tenía la tentación tan
cerca. Siempre he sido un chico un poco tímido, así que me encerré en mi
mismo. Pareció funcionar porque nadie me prestaba atención...- el chico se
cubre la cara con las manos.- Hasta que tuve que volver a Corea y entonces
a la universidad y entonces tuve que entrar en el equipo y ahora todos están
detrás de mí...»
Taehyung se calló de repente. Quizá una apresurada confesión después de
una historia tan patética como aquella no era una buena idea... lo mejor era
esperar por la reacción de Jungkook.
Así que se volteó a mirarlo, encontrándose con los adorables ojos del
castaño muy abiertos y perdidos en la nada, procesando la información
recién recibida.
-Bueno... yo... no sé qué decirte. – admite Jungkook, encogiéndose de
hombros. – Lo único que puedo pensar es que no te va a servir de nada
reprimirte sexualmente. Todo saldrá peor. Además, tienes las bases de tu
tratamiento y las pautas a seguir, sabrás qué hacer cuando sientas necesidad
de tener sexo... como lo has hecho todo... este tiempo.
-Hay un problema más grande que ese...- murmura Tae, mirándolo
fijamente. Jungkook corresponde su mirada, sonrojándose levemente.
-¿Cuál es el problema? – pregunta el menor, moviéndose para volver a su
posición anterior, sobre el regazo del mayor.
Tae traga saliva, desviando su mirada de los labios a los ojos del menor
en repetidas ocasiones.
-Que me gustas.
Our philias.

-Que me gustas - confesó, completamente perdido en la profundidad de los


ojos negros de Jungkook, quien le miraba con diversión. Taehyung se
percató de lo que acababa de decir, poniéndose rojo de inmediato -. Y-yo...
quiero d-decir... s-sí, eh... m-me gustas... u-un poquito...
Kook rió.
-¿Solo un poquito? - preguntó, haciendo un adorable puchero, que hizo
tambalear la expresión de Taehyung. "Joder, es demasiado adorable...
¿Estará mal que me lo quiera follar ahora mismo?" pensó Taehyung,
mordiéndose el labio inferior.- Porque tú a mí me gustas mucho, TaeTae.
El mayor sale de su ensoñación, mirando, sorprendido a Jungkook.
-¿E-en serio? - Jungkook asiente, convencido. Taehyung sonríe, pero,
entonces, recuerda algo y su sonrisa se borra.- Pero... ¿te gusto yo o... mi
polla?
La expresión del azabache pasa de ser sonriente a avergonzada en menos
de cinco segundos. Sus mejillas se ponen rojas por completo, el color
llegando a sus orejas también.
- Anoche dijiste que estabas enamorado de mi "gran amigo" - relata
Taehyung, haciendo comillas con sus dedos. Jungkook abre los ojos
desmesuradamente.
- ¡¿Yo dije eso?! - exclama, completamente abrumado.
- ¿No te acuerdas? - inquiere Taehyung, frunciendo el ceño.
- ¡Claramente no! - grita Jungkook, cubriéndose la cara con las manos.
- P-pero... te acuerdas de lo que pasó... entre nosotros...
- Bueno, no es algo que se pueda olvidar con facilidad, ¿sabes? ¡Follé en
la cocina con el chico que he estado persiguiendo desde hace tres semanas!
¿Cómo pretendes que me olvide de eso?
Jungkook se veía bastante alterado, haciendo preocupar a Taehyung.
- N-no debes sentirte mal, Kookie. No es la primera vez que me dices
algo así - intenta consolarle Taehyung, haciéndole sentir peor.
- Ah, mierda... - Jungkook suspira pesadamente. Se levanta del regazo de
Taehyung y se deja caer a su lado en la cama - Ya entiendo por qué crees
que mis sentimientos no son reales sino que van dirigidos a tu pene...
- Y-yo no dije eso...
- Lo insinuaste - le acusa Jungkook, señalándolo acusadoramente.
Taehyung no responde y Jungkook suspira, nuevamente -. Yo también tengo
un problema...
- Filia - interrumpe Taehyung.
-¿Eh?
- Tú no tienes un problema. Tienes una filia - le hace saber el mayor -.
No estoy seguro de cómo se llama, pero la tienes. No puedes hacerlo con
hombres que tengan el miembro pequeño porque no sentirás placer... porque
te gustan los miembros grandes.
Jungkook quiso decir algo... pero, ¿qué podría decir? Era verdad, pero,
que se lo dijeran tan directamente le causaba vergüenza. Le hacía quedar
como un goloso y cosas peores.
- N-no creo que sea algo malo - murmura Kim, jugando con sus dedos -.
Yo tengo varias.
- Pero tú eres un sátiro.
- No es necesario que me lo recuerdes - Taehyung rueda los ojos.
- A ver, ¿y cuáles son las tuyas? - inquiere Jungkook, poniéndose
cómodo. Taehyung lo mira estupefacto.
- ¿En serio quieres hablar de mis filias? Podríamos tardarnos toda la
mañana - le hace saber, alzando las cejas.
- No tengo nada que hacer, Taehyungie - canturrea Jungkook, recostando
su cabeza en el abdomen de Taehyung. Éste suspira, enarcando una ceja.
- Te diré sus nombres pero no lo que significan - le advierte Taehyung.
Jungkook bufa.
- Bien, pues lo buscaré yo mismo - refunfuña Jungkook, bajando de la
cama en busca de su teléfono -. ¿Dónde está mi ropa?
Taehyung quiere responder, pero la vista del menor casi completamente
desnudo ante sus ojos le tiene con la boca seca, incapaz de soltar media
palabra.
- Taehyung... - le llama Jungkook, sonriendo socarronamente.
- ¿E-eh?
- ¿Dónde está mi ropa? - vuelve a preguntar. Taehyung señala el
escritorio junto a la ventana y Jungkook camina hasta allí moviendo sus
caderas exageradamente. Toma su pantalón y de él, saca su teléfono,
acercándose de nuevo a Taehyung y sentándose sobre su regazo, pero de
espaldas. Pudo sentir cuando al mayor se le cortó la respiración. Jungkook
se recostó del todo, dejando su espalda en el torso de Taehyung y
removiéndose a propósito - Puedes empezar, estoy listo.
Taehyung ríe.
-Eh... Agorafilia - murmura, con las mejillas rojas. Jungkook teclea en su
teléfono, una vez ha hallado lo que buscaba, le escucha reír.
-Eres realmente un pervertido - lo acusa el menor -. Atracción a los
espacios abiertos. En el ámbito sexual, se entiende como la excitación
producida por la actividad sexual o el exhibicionismo en lugares públicos -
Jeon leyó -. Continúa.
-Bondage - Jungkook repite el proceso, solo que, esta vez, al leerlo, lo
golpea en la pierna.
-Del inglés "to bind", maniatar. Práctica sexual sadomasoquista en la que
uno de los participantes permanece atado - recita -. De esto me pude dar
cuenta, no te preocupes.
-¡No es mi culpa! - exclama Taehyung, tratando de defenderse - Lo
siento...
-Está bien - murmura Jungkook. Frota su trasero fuerte y lentamente
contra la entrepierna de Taehyung, oyéndole soltar un jadeo -. No estuvo
mal, después de todo. Siguiente...
-Estigmatofilia.
-Atracción producida por el hecho de que la pareja tenga tatuajes,
agujereamientos (piercing), sacrificios o cicatrices - Jungkook relee un par
de cosas, sonrojándose -. Creo... que encontré la mía.
-¿Realmente? - cuestiona Taehyung, intentando echar un vistazo.
- Falofilia... - murmura Jungkook, leyendo.
-Interesante.
-Eso parece. Continúa.
-Coreofilia.
-Atracción por la danza y baile erótico.- Jungkook sonríe ampliamente -.
Mmm, esto es interesante considerando que estuve en una academia de
danza durante toda mi adolescencia.
-¿En serio? - pregunta Taehyung, con los ojos brillosos.
- ...Taehyung.
-Dime...
-Acabo de sentirla palpitar - Jungkook observa el rostro de Taehyung,
quien no es capaz de mirarlo.
-Lo siento...
-No tienes porqué.- murmura Jungkook, riendo.- Sigue.
-Eh... Gimnofilia.
-Excitación producida por la desnudez.- Jungkook lee, atento. De repente
una sonrisa malvada se asoma por sus labios.
Taehyung, quien no se encontraba mirándolo, lo siente levantarse. Voltea
a mirarlo, esperando su siguiente movimiento.
-¿Qué hac...? - su mandíbula casi toca el piso en el momento en que
Jungkook se deshace de su ropa interior, quedando completamente desnudo
y expuesto. Exquisitamente desnudo y expuesto.
-Creo que, en ese caso, no necesito esto.- se burla Jungkook, lanzándo el
bóxer que anteriormente tenía puesto a alguna parte del cuarto.
Taehyung no es capaz de articular nada, así que Jungkook camina
deliberadamente lento hacia el escritorio, modelando su bellísimo y pálido
cuerpo como en una pasarela, frente a los hambrientos ojos de Taehyung.
Deja allí su teléfono y se devuelve a la cama, subiéndose sobre el regazo del
mayor, nuevamente, mordiéndose el labio inferior al ver el bulto notándose
ansiosamente debajo de la tela del pijama de Taehyung.
- ¿Tercera ronda? - susurra el mayor, antes de tirar su propia ropa interior
al suelo y morder los labios del menor, quien suspiró pesadamente, luego
agarró las caderas de Jungkook con firmeza.
-Tercera Ronda.
Twenty-Six centimeters.

-A-ah... uf, mierda, Jungkook... - Taehyung suspira, entrecortado, apretando


la sábana bajo su cuerpo entre sus dedos. Jungkook lo mira, atento,
hambriento, deleitándose con la excitada expresión que poseía Taehyung en
su rostro. Por su frente descendían gruesas gotas de sudor, sus ojos estaban
entreabiertos, más oscuros de lo usual, sus labios se encontraban muy
húmedos y con porciones rojizas por las mordidas que él mismo se
proporcionaba. Estaba hecho un auténtico y hermoso desastre, y él era el
causante y eso le encantaba.
Acuna en el interior de su boca los testículos de Taehyung, succionando
intensamente fuerte y haciéndole apretar la expresión de su rostro soltando
una maldición al aire, bastante fuerte.
Los lamió un poco antes de arrastrar su lengua por la larga extensión del
miembro hasta llegar a la punta y mimarla con devoción, dándole pequeños
besos calientes y un par de succiones que hicieron levantar a Taehyung las
caderas del colchón.
-Trágatela toda.- demanda Taehyung, llevando sus manos al cabello de
Jungkook. Éste sonríe levemente e ingresa solo una pequeña parte en el
interior de su boca, haciendo sisear al mayor.-Sé que puedes meterla más
profundo, vamos.
Jungkook gime alrededor del grueso falo en su cavidad bucal,
aumentando la profundidad con la que lo succiona. Los sonidos humedos
hacen que, para Taehyung, todo sea casi demasiado. Jungkook sumerge el
gran miembro hinchado del mayor en su boca, hasta donde más puede, y,
con las dos manos abarca lo que no alcanza a entrar, masajeando con
esmero y buscando hacer acabar al mayor en su boca lo más pronto posible.
Se moría por sentir el orgasmo del mayor en su boca, viajando por su
garganta e inundando sus papilas gustativas con el amargo sabor de su
esencia. Quería sentir esa caliente semilla derramándose a lo largo de su
lengua y quería que fuese abundante.
La sensación de ahogo y mareo al no poder respirar correctamente por las
furiosas y nada complacientes embestidas de Taehyung a su garganta lo
hacían sentir como si fuese una puta, pues sólo se excitaba mucho más.
Intentó llevar una de sus manos a su propia erección, buscando un poco
de alivio, sin embargo, al notar aquel detalle, el mayor gruñó, mirando a
Jungkook con los ojos líquidos en lascivia y muy enojados.
-Si quieres correrte, hazme correr primero.- le advierte, con la voz ronca
como el infierno. Jungkook gimió en desaprobación, pero aquello le hizo
querer hacerle terminar mucho más rápido, así que, tomando aire
profundamente, logró meter un poco más de la mitad en su boca, sintiendo
arcadas. La saliva se acumulaba en abundancia en sus manos, las cuales
masturbaban a Taehyung efusivamente.
Siguió chupando más fuerte y empalando su boca en la gran dureza del
mayor hasta que éste movió abusivamente las caderas, dejándose caer del
todo en la cama. Jungkook pensó, entonces, que se correría, pero Taehyung
se sentó de repente y le empujó de los hombros, apartándolo por completo
de su erección.
Jungkook le miró confundido. Taehyung se limitó a besarle en los labios
con necesidad. Una vez logró juntar suficiente fuerza de voluntad para
apartarse de la boca de Jungkook, Taehyung le obligó a ponerse de
espaldas.
-Ponte en cuatro.- ordenó, con la voz grave. Él obedeció, un poco
aturdido. El mayor se ubicó debajo del cuerpo de Jungkook, completamente
acostado con su cabeza en la almohada y dejando el culo empinado de este
justo en su rostro. Jungkook entendió lo que el mayor pretendía hacer
cuando éste empujó su erección contra su boca, indicándole
silenciosamente que siguiese chupándolo.
Y estuvo a punto de hacerlo, pero, en ese momento, Taehyung ahondó en
su entrada con su lengua de repente, como en la madrugada, y Jungkook se
retorció, arqueando la espalda.
- ¡A-ah, Tae! - grita Jungkook, pues el mayor no solo le prepara con su
lengua, moviéndola expertamente en su apretado interior, sino que también
acerca sus grandes y talentosas manos a su erección, atendiéndola.
Jungkook intenta seguir con la felación que estaba llevando a cabo
anteriormente, volviendo a meter el pene de Taehyung en su boca y
embistiendo su propia garganta mientras juega traviesa y escuetamente con
los calientes y cargados testículos de Taehyung.
En ese momento, ambos escuchan como la puerta principal se abre y un
par de voces ingresan, riéndose, a la casa. Jungkook frena en seco, de
inmediato, intentando ponerse de pie. Taehyung, al darse cuenta de aquello,
masturba más rápido y mete uno de sus dedos en la entrada del menor.
- ¡T-Taehyung! Ah... m-mierda... - reclama el menor con temblorosos
gemidos saliendo de su garganta - ¿E-es tu... o-oh, demonios... t-tu
hermano?
- Supongo - murmura el mayor, concentrado en su trabajo. A Jungkook le
tiemblan los brazos y los muslos, quiere detener todo, temiendo que su
hermano y sus acompañantes les escuchen, pero no puede.
Taehyung sabe más que a la perfección dónde tocarle para que su climax
se expanda por todo el cuerpo, haciéndole erizar cada vello y que después
se vaya, pero lo vuelve a llevar allí tan fácilmente. Y lo peor, era que
Taehyung se estaba esforzando cada vez más por hacerle gritar.
- ¡Taehyung... m-me... me van a oír!- suplica Jungkook aferrándose
desesperadamente a los muslos del mayor y empujando contra el rostro de
éste inconscientemente.
- No sabes lo mucho que eso me pone.
Jungkook tira la cabeza hacia adelante, buscando respirar con más
tranquilidad.
- P-pervertido... - murmura el menor, apretando los ojos y soltando
jadeos desesperados - Rápido, m-más rápido...
-¿Te gusta que te oigan? - le pregunta el mayor, esbozando una maléfica
sonrisa, dejando caer duramente su palma abierta en una de las nalgas de
Jungkook - Te encanta la posibilidad de que ellos te oigan mientras te hago
correr.
- N-no... no es verdad... - miente el menor, su voz se perdía por
momentos, debido a que debía respirar para no ahogarse.
- Mentiroso - Taehyung murmura y vuelve a nalguearlo. Jungkook pierde
la fuerza en sus brazos y cae, al tiempo que su estómago se revuelve y su
cuerpo se relaja, pues el orgasmo le toma desprevenido y se corre en la cara
del mayor, gimiendo su nombre.
Taehyung suelta un gemido ahogado y Jungkook se da cuenta de que lo
ha provocado él, pues está acostado sobre su erección, aplastando su
miembro contra su pecho.
El menor sonríe y gatea de modo que su culo queda sobre la gran
hombría erecta de Kim y se deja caer sobre ella, embistiéndose.
-Te juro que nunca me cansaré de sentirte entrar, Tae... - confiesa
Jungkook, cerrando los ojos. Taehyung hubiese contestado de no ser porque
se encontraba completamente consumido en la sensación de estar dentro de
Jungkook nuevamente.
Se tomó la libertad de apretar entre sus dedos las nalgas de Jungkook,
separándolas para observar el preciso momento en que ese exigente y
exquisito culo se tragaba enteramente su enorme miembro, calentándose
más de lo humanamente posible con la imagen.
La voz de su hermano y sus acompañantes seguía rondando por la casa,
solo que ya no era tan fuerte y podía entenderlo, ¿quién demonios se
concentraría en otra cosa que no fuese Jeon Jungkook, si en esos precisos
momentos lo tenía saltando fervientemente sobre su polla?
Palmeó la piel de Jungkook un par de veces más, divirtiéndose de
sobremanera ante la forma en que el menor se estremecía por la fuerza de
sus golpes, pero aquello le incitaba a saltar más fuerte, empalarse más
rápido. Taehyung estuvo más que a punto de agradecer a quien quiera que le
hubiese dado tanta resistencia a Jungkook en las piernas, pues le estaba
cabalgando como si tuviese toda la energía del mundo.
- ¡Taehyung! ¡Ah, mmh!
- Muévete más rápido, Kookie, vamos... muéstrame todo lo que tienes.
Jungkook se detuvo con el pene de Taehyung completamente adentro,
meneando sus caderas lenta y cautivadoramente, sin sacarlo ni un poco,
dejando a Taehyung sentir con detalle su apretado interior, dejándole
inundarse de ese distintivo y exquisito calor que envolvía por completo su
polla y le tenía a punto de correrse.
Sin embargo, Jungkook tenía otros planes y, aunque le gustase demasiado
la idea de tener goteando el semen del mayor en su interior, justo en ese
momento, anhelaba exprimirlo con sus labios hasta la última gota.
Salta un par de veces más sobre la gran erección, sintiendo como se
estremece en el interior de su culo, lo que le indica que no está a demasiado
de correrse. Así que, sin dudarlo, se levanta del empalme de Taehyung y se
aleja, haciéndole gruñir.
Jungkook se apresura a apresar el pene de Taehyung entre sus labios para
que este no tenga forma de tomarlo y obligarlo a montarle de nuevo y
simplemente se rinda a sus caprichos y se venga en su boca.
Jungkook succiona fuertemente, haciendo a Taehyung arquearse por
completo. Lame el glande húmedo y con sabor a pre-semen por dentro de
su boca, acariciándolo delicadamente con su lengua, como si mereciese
mucho cuidado. Y, de este modo, consigue hacer que el orgasmo de
Taehyung se dispare y chorree por toda su cara en su descuido. Se lo mete a
la boca y lo succiona, como si de leche tibia se tratase. Siente el calor que
emana la semilla del mayor y gime alrededor de la extensión cuando la
polla palpita contra su lengua y suelta todo lo que había estado aguantando.
Jungkook lo traga con una mueca de satisfacción que Taehyung no
observa al tener los ojos cerrados, intentando recuperarse del orgasmo.
- Tan abundante, Taehyungie... - ronronea Jungkook, limpiando sus
mejillas con el semen caliente y llevándolo a su boca, chupando sus dedos -
Joder, he querido tragarme tu semen desde la primera vez que vi tu polla.
Taehyung suelta una risita ronca.
-Eso me quedó claro desde la primera vez que hablamos - murmura, aún
con los ojos cerrados. Siente a Jungkook sentarse sobre su abdomen y
agarrar sus manos para posarlas en su pecho. Taehyung abre los ojos y
comienza a acariciar a Jungkook por su cuenta, llegando a su erección y
masturbando rápidamente.
- A-ah... mmh... Oh, Tae, me encanta cómo me tocas... - gime Jungkook,
moviendo sus caderas contra la mano de Taehyung.
El mayor empuja el culo de Jungkook, incitándole a acercarse a su boca
y, una vez su pene está acariciándose contra los labios del mayor, se sujeta
del cabecero de la cama, viniéndose en el rostro de Taehyung.
Taehyung no tiene la oportunidad de beber más que un poco, pues la
mayoría se esparció por el resto de su rostro.
- Agh, demonios, está caliente - se queja Kim pasándose una mano por el
rostro para limpiarse. Jungkook ríe flojamente ante la queja de Taehyung y
le ayuda a quitarse el semen de la cara con los dedos, llevándolos después a
la boca del mayor y haciéndole succionarlos.
Ambos se besan una vez se han recuperado de la euforia del orgasmo,
tirándose en la cama y abrazándose como una pareja.
Jungkook se aparta del acalorado beso, dejando pequeños piquitos en los
labios de Taehyung y haciéndole esbozar una bobalicona sonrisa.
-Jungkook, quiero salir contigo - suelta Taehyung de repente, acariciando
la cintura desnuda de Jungkook con sus dedos.
-Eso debiste pedírmelo antes de estar revolcándonos en tu cama y la
encimera de tu cocina - se burla el menor, pellizcando la mejilla del más
alto.
- ¿Eso es un no? - pregunta el mayor, desilusionado.
- Eso es un "si sigues dándome orgasmos como los cuatro últimos, me
caso contigo".
Taehyung ríe y besa la punta de la nariz de Jungkook.
- ¡Kim Taehyung! - grita alguien desde afuera. Unos pasos apresurados se
oyen a la distancia y Jungkook y Taehyung se apresuran a cubrir sus
cuerpos con un par de sábanas.
- Es tu hermano, mierda... qué vergüenza... - murmura Jungkook,
metiéndose bajo las cobijas, con las mejillas completamente rojas.
- Relájate, Kookie, Jinyoung ya está acostumbrado - le tranquiliza
Taehyung, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia.
Jungkook se indigna profundamente.
- ¡¿Quién demonios crees que soy?! ¡¿Otra de tus putas?! ¿Eh? ¿Eso
crees? ¿Así me ves? - empezó a gritar el menor, saliendo de debajo de las
sábanas para golpear a Taehyung con la almohada en el rostro - ¿Y cómo
infiernos es eso de que está acostumbrado? ¿Haces esto cada fin de
semana? ¡Me usaste!
- Claro que no, Jungkook - exclama Taehyung deteniendo los
almohadazos de Jungkook -. Me refería al hecho de oír gemidos y eso. Pero
no por mi parte. Te recuerdo que hace más de dos años que no tenía sexo
con nadie...
Jungkook está a punto de hablar, pero la puerta es abierta abruptamente.
-¡Kim Taehyung! ¿Qué demonios...? - Jinyoung se detiene de golpe al ver
el rostro familiar - ¿Jeon Jungkook?
- Hola, Jinyoung... - saluda Jungkook con la mano sonriendo de forma
incómoda.
- Oh, vaya. No sabía que tú y mi hermano...
-Es reciente.- le interrumpe Taehyung, acariciando la espalda desnuda de
Jungkook con una de sus manos.
- Oh...eh, vale. Está bien, creo - articula el mayor rascándose la nuca -.
Oh, por cierto, Mark y Jackson han salido volando al escuchar su pequeño
espectáculo.
La cara de Jungkook se pone roja por completo.
-Demonios, lo siento mucho... ¡Todo es culpa de Taehyung! - acusa
Jungkook, señalando al mayor.
- Sí, lo sé, lo conozco - Jinyoung rueda los ojos -. Bien, como sea, no me
molesta nada de esto... pero, si van a seguir, les pido que me avisen para
poder irme.
- Oh, no. Yo ya me i...
Las palabras de Jungkook son interrumpidas por la mano de Taehyung,
quien ha tapado su boca.
- Busca dónde quedarte esta noche, hermanito- Taehyung sonríe
ampliamente al decir aquello, haciendo a Jinyoung y Jungkook abrir los
ojos desmesuradamente.
-Es... bueno saberlo. Bien, suerte Jungkook. Adiós, hermanito.- Jinyoung
se despide rápidamente y, segundos después de que ha cerrado la puerta de
la habitación de Taehyung, se oye como se cierra la puerta principal.
-¿Qué pensará de mí tu hermano ahora?- se queja Jungkook, dándole la
espalda al castaño. Éste sonríe y le abraza por la espalda, besando sus
hombros.
-Qué importa lo que Jinyoung piense.
-Es importante para mí porque ahora salimos.- farfulla el menor.
-Le caes bien.
- No sé qué pensaría yo si lo primero que oyese salir de la boca de la
pareja de mi hermano menor fuese: "Oh, sí, más fuerte" - exclama
Jungkook, tapándose hasta la cabeza con la sábana, nuevamente. Taehyung
suspira
- ¿Que tu hermano menor es bueno en la cama y por lo tanto hará feliz a
su pareja? - articula Kim, encogiéndose de hombros. Jungkook le golpea en
la cabeza.
- Mejor deja de hablar.
Taehyung sonríe.
- Sí... mejor hagamos otras cosas - ronronea el mayor en el oído de
Jungkook, apretando una de sus nalgas.
- Relaja el pene un momento, amigo, te recuerdo que no eres tú el que
recibe - le frena Jungkook, poniéndose cara a cara con el mayor para evitar
que este haga algo indecente con su trasero mientras está distraído -. Oh,
por cierto, tengo curiosidad, ¿cuánto mide?
- ¿A qué te refieres? - inquiere el mayor, enarcando una ceja.
- A este amigo de aquí - murmura Jungkook, dándole un caluroso apretón
a la polla del mayor.
- Veintiséis - gruñe Taehyung, a mitad de un gemido.
- Santo infierno... qué delicia, Taehyungie - canturrea el menor,
acariciando con más vehemencia.
- Ah, Jungkookie... a-acabas de decir que esperara p-porque no soy yo
quien recibe... p-pero estás...
-Shh, bebé... hay más de una manera de correrse... - murmura el menor,
dirigiendo su pulgar al glande y dándole prolongadas caricias - Demos por
finalizada oficialmente tu ridícula abstinencia - Jungkook se sube a
horcajadas sobre el estómago del mayor -. Dile hola al sexo nuevamente,
TaeTae.
Esa noche, Taehyung tuvo que cambiar las sábanas de su cama y
Jungkook no logró caminar correctamente hasta tres días después.
Fin.

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