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micaela☾
Published: 2020
Source: https://www.wattpad.com
I like big cocks, I can't help it
Estaban a un par de pasos de la mesa, a unos metros del baño y, por primera
vez, observa a Taehyung hablando con tranquila efusividad, sin tartamudeos
ni sonrojos.
Se veía sereno y relajado, incluso las tenues luces frívolas y alocadas del
club le hacían contrastar su natural encanto masculino, realzando la belleza
de sus duras facciones, pero al mismo tiempo viéndose tan tierno y dulce
como siempre.
Ese chico lo estaba volviendo loco. Debía relajarse. Quizá esa chica ni
siquiera significaba algo para Tae... pero Jungkook no podía evitar querer ir
hasta ella y abofetearla por meterse con lo que le pertenecía aunque
realmente no le perteneciera. Pero él le había echado el ojo primero, así que
se valía.
Tomó el trago que Jackson dejó en sus manos y se lo bebió en dos
sorbos, llamando la atención de Hoseok.
-Jungkook, no bebas demasiado, Jennie se enojará si llegas demasiado
ebrio a casa. – le recuerda el pelinegro, logrando que un infantil quejido
saliese por los labios de Kookie.
-Jennie no me quiere en casa porque irán sus amigas. – le explica a
Hoseok, tomando el trago que solía ser de Yoongi para empezar a
bebérselo.
-¿Y dónde planeas quedarte, genio? – le cuestiona Namjoon,
palmeándole la espalda.
-Con Jiminnie...
-Jimin y Yoongi se irán a la casa de playa de los Min después de que
salgamos de aquí. Dudo que ellos quieran acompañante. – le hace saber
Hoseok, frunciendo el ceño.
-Entonces con Seokjin...
-Lo siento, Kookie, yo me llevaré a Jinnie a Ilsan mañana a la
madrugada. Mi madre quiere verlo. – se excusa Namjoon, sonando
apenado, pero alegre a la vez. Jungkook supo de inmediato que se debía a
que su madre y su novio estarían juntos pronto y adoraba la buena relación
que tenían.
-¿Contigo...? – sugiere Jungkook por última vez, dirigiéndose a Hoseok,
quien niega con la cabeza de inmediato. Jungkook siente ganas de llorar.-
¿Dónde mierda dormiré esta noche, entonces?
-¿De qué hablas, Kookie? – preguntó la voz de Tae, quien recién llegaba
nuevamente a la mesa.
-De nada. – se apresura a decir el menor.
-Kookie no tiene donde dormir esta noche. – suelta Namjoon, con la
intención de burlarse de Jungkook. El pelirrojo lo mira compasivo.
-Si quieres...- Taehyung comienza a decir, pero Jungkook le interrumpe
abruptamente.
-No importa, conseguiré un lugar. – Gruñe, levantándose del sillón de la
mesa.- Iré por uno más de estos. – dice entrecortadamente, tambaleándose
hasta salir de la mesa y perderse en la multitud.
...
Jungkook no tenía idea de con cuantas personas diferentes había bailado
después de su quinto trago. Recordaba vagamente estar entre los brazos de
un chico que le susurró en el oído su nombre. Jinyoung. Después se les
unieron Jackson y Mark, quienes se encontraban con Yoongi, Jimin, Seokjin
y Nayeon.
Jungkook había bailado un par de canciones con ellos, sin embargo,
después se apartó del grupo y los perdió de vista. Hasta ese momento.
Justo ahora, no bailaba con nadie y estaba demasiado ebrio como para
preocuparse por ello. La música le ensordecía, pero se sentía bien. Porque a
su alrededor no flotaban preocupaciones, sólo notas musicales y distintos
aromas de las personas a sus costados, quienes bailaban en estados iguales o
peores al suyo.
Divisó a lo lejos a Namjoon dirigiéndose hacia él, así que sonrió y
comenzó a correr, escapando.
-¡Mierda, Jungkook, vuelve aquí!
Le escuchó gritar, pero no se detuvo. O al menos, no hasta que chocó de
frente con una pared y cayó al piso de trasero.
-Kook, ¿estás bien? – le preguntó la pared.
"Un momento... la voz de la pared se parece a la de Taehyung...", pensó
Jungkook, en medio de sus desvaríos ebrios. Soltó una risita estúpida y
miró hacia arriba, y encontró unos adorables ojos de conejo tras unos lentes
redondos.
-Eres una pared... – hipido.- Una pared extraña... - murmuró arrastrando
las palabras.
-¡Namjoon hyung, ya lo tengo! – escuchó gritar a Taehyung, quien lo
sostenía entre sus musculosos brazos. Jungkook pasó sus dedos por los
músculos de aquellos brazos, sonriendo embobado. El cuerpo de Tae tembló
bajo su toque, pero el menor estaba demasiado perdido para comprender
que lo estaba asustando.
-Eres tan fuerte... eso me pone caliente...- gruñó Jungkook, enterrando
sus uñas en los brazos del mayor.
-Kookie, quédate quieto. – pidió Tae, ante la pataleta que empezó a hacer
Jungkook de repente.
-¡Déjame ir, déjame ir, déjame ir! – gritaba el mayor, intentando
vanamente golpear al chico que le sostenía.- Debo encontrar a Jinyoung...
-¿Jinyoung? – Preguntó Taehyung, intrigado.- ¿Conoces a mi hermano?
-No, qué tonterías dices...- Jungkook empezó a reír histéricamente.
En ese momento, Jungkook siente como su cuerpo es entregado a otros
brazos distintos, lo cual le hace enfadar.
-Gracias, Tae. – dice Namjoon, llevándose a Kook al hombro.- Suele ser
un poco fastidioso cuando bebe de más.
-Está bien, hyung. No hay problema. – asegura Taehyung, sonriendo.
-¿Seguro que quieres llevarlo a tu casa? – pregunta Nam, genuinamente
preocupado.
-¿Ves eso, Namjoonie hyung? – pregunta Jungkook, riendo.- Es tu
novio... ¡Hola, Jinnie! ¡Te ves bien! ¡Pero el rosa se ve mejor en mí!
-Sí, no quiero que le pase algo malo en ese estado. – admite Tae,
sonrojándose levemente. Namjoon lo nota y sonríe.
-Bien, te acompañaré a tu auto para dejarlo allí.
-Déjame buscar a mi hermano primero, debo preguntarle algo. – pide
Tae, señalando a sus espaldas. Namjoon asiente y el pelirrojo se va.
El moreno camina con Jungkook en su espalda, quien no ha parado de
cantar entre balbuceos la canción que la gente baila en la pista.
-¿Tú sabías que Jiyoung es el hermano de Tae? – le pregunta Namjoon a
Seokjin en cuanto se acerca lo suficiente para que este le oiga.
-Sí, amor. Nos lo dijo cuándo le conocimos. – Seokjin sonríe y le da un
pequeño beso en los labios a su novio.
-Ew... ustedes dos son asquerosos...- se queja el menor, seguidamente
hace silencio y se puede oír como empieza a sorber por la nariz.- Pero
también son taaan lindos...
-¿Estás llorando, Kookie? – pregunta el mayor, preocupado. Namjoon
baja a el castañode su hombro y lo pone en el piso, junto a su novio.
-No...- miente el castaño, cubriéndose el rostro con ambas manos.
-¿Por qué lloras? – pregunta Jin de nuevo, inclinándose para apartar las
manos de Jungkook y secar sus lágrimas.
-¿Tú crees que Taetae tenga novia?– pregunta con tono de voz lastimero,
haciendo un adorable puchero que le derrite el corazón al mayor.
-Claro que no, Kookie. Él nos lo hubiese dicho.– se incluye Namjoon en
la conversación, sonando seguro de sí mismo.
-¿Lo prometes?– pregunta Jungkook, estirando su pequeño dedo
meñique.
-Lo prometo.– asegura Nam, enganchando su dedo con el del más
pequeño. Este sonríe.
-Ya estoy de vuelta.– anuncia Tae, observando a los tres presentes.
Jungkook de inmediato se lanza a abrazarlo, haciéndolo tornarse rojo como
tomate.
-Vámonos.– dice Seokjin, tomando la mano de su novio y caminando
hacia la salida del club.
The real Kim Taehyung
-¡Y Jimin me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos
en la piscina! Pero me mintió...- bufó Jungkook, cruzándose de brazos. Tae
río.
-Seguro Jimin hyung tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a
crecer si se arrojaban a la piscina. – articuló Taehyung, con la vista fija en la
carretera.
-Jiminnie siempre me miente... pero lo amo... es mi mejor amigo...-
empezó a balbucear el castaño, soltando pequeñas risas.- Pero Taetae... no
te pongas celoso. Yo también te amo a ti.
El mayor no dijo nada, pues su vergüenza no le dejaba.
-Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Tae. – le recordó
Jungkook, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante
aquella mirada de cachorro, Taehyung simplemente no pudo negarse.
-También te amo, Kook. – murmuró, sonriendo, ruborizado.
Jungkook se calló en ese momento y los que siguieron después y
Taehyung lo agradecía, pues no quería tener que morir de la vergüenza por
otras cosas que se le pudiesen salir a Jungkook en ese estado de ebriedad,
donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.
Un par de minutos después, ambos estaban frente a la casa de Taehyung,
quien hace tan solo un par de meses vivía solo con su hermano mayor,
Jinyoung, quien le había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del
intercambio estudiantil en Estados Unidos. Sus padres le habían pedido que
volviese a Busan, pero Jungkook prefirió vivir con su hermano en Seúl y,
después de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos
amigos, no se arrepentía de su decisión.
Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Jungkook y
llevarlo él mismo hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto
el menor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones
hasta la entrada.
Taehyung le siguió rápidamente, posicionándose a su lado.
-¡Jennie! – gritó Jugnkook, deteniéndose unos metros antes de llegar a la
puerta.
-Kook, Jennie no se encuentra aquí, esta es mi casa. – le hizo saber Tae,
parándose frente a Jungkook, quien le miró con el ceño fruncido.
-¿Por qué me trajiste a tu casa, Taetae? – preguntó Jungkook, enarcando
una ceja.
-No tenías donde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que
mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará. – le
explicó Tae, esperando que Jungkook le entendiese.
Este sonrió.
-Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa...-
Jungkook hipó.- Yo hubiese venido... si era contigo... sin importar nada...
Taehyung sintió calientes sus orejas.
-No, Kookie... yo... y-yo...
Jungkook abrazó a Tae, acercando en demasía su rostro al del mayor.
-Silencio, Taetae. Despertarás a Jennie...- susurró el castaño, mirando
fijamente a los labios del pelirrojo, quien empezó a entrar en pánico de
inmediato. ¿Y si Jungkook lo besaba? ¿Qué se supone que debería hacer si
el menor lo besa? ¿Apartarlo? ¿Y si se sentía rechazado?
Pero no tuvo tiempo de pensar mucho más, pues Jungkook le besó en la
nariz y se apartó, tambaleándose hasta la puerta, donde empezó a golpear
aparatosamente, sin cuidado alguno. Tae tuvo que respirar más de tres
veces, contando hasta diez.
El mayor caminó hasta él y lo apartó levemente de la puerta, dándole
tiempo para mirarlo con una sonrisa boba y abrazarlo por la espalda,
trepándose en su cuerpo como un pequeño koala.
Taehyung sonrió y abrió la puerta, luchando por no caer hacia atrás y
herir a Jungkook. Cerró la puerta de su hogar una vez ambos estuvieron
dentro. Kook enredó sus brazos en el cuello de Tae y apoyó su mejilla en el
hombro del mayor, suspirando pesadamente.
-¿Estás cansado, Kookie? – preguntó Tae, caminando hacia la cocina por
unas aspirinas y un poco de agua, estaba seguro de que el más pequeño las
necesitaría.
-Estoy... enamoraaaaado... Taetae...- balbuceó el mayor, con la voz
adormilada. El corazón de Taehyung se agitó.
-¿D-de quien estás enamorado, Kook? – preguntó el castaño, deteniendo
sus movimientos para escuchar atentamente cada palabra de Jungkook.
-De... de...- Jungkook rio tontamente.- tu graaan amigo...
Tae frunció el ceño.
-¿Gran amigo? – inquirió, con confusión.
-Realmente graaande, Taetae...- volvió a reír.
-¿Namjoon?
Jungkook estalló en carcajadas. Se removió tras la espalda de Tae, hasta
que consiguió bajarse de su espalda.
-¿S-sabes lo que me haría Seokjin si... me acerco a su hombre? –
preguntó Kook, enarcando una ceja.
El pelirrojo rió.
-Me hago una idea.
Jungkook asintió.
-Creo que... tu amigo es... más grande que el de Namjoon...- confiesa
Kook, mordiéndose el labio inferior y dedicándole una mirada demasiado
sensual, de modo que el cuerpo entero de Tae tembló.
-E-eh... eh... Kookie, y-yo... a-ah...
-¡Tae! – exclama Jungkook, tornando su cara en una mueca aterrada.-
¡Tienes algo en la boca!
-¿Qué? ¿Qué tengo? – pregunta el mayor, espantado. Jungkook camina
hasta él y rodea su cuello con los brazos.
-La mía.
Seguidamente, planta sus labios pasionalmente sobre los del menor,
gimiendo en aprobación ante el dulce y mentolado sabor de los delicados
belfos de Kim.
Jungkook movió sus labios lenta, pero profunda y sensualmente. No
esperaba que Tae le correspondiera, pero no quería morir sin antes catar el
delicioso sabor de ese par de hermosas carnosidades. No importaba si
Taehyung se traumaba de por vida después de aquél momento, pues
Jungkook lo estaba disfrutando tanto, que podría jurar que estaba más que
absorbido por el momento.
Su lengua rozó con la de Tae y sintió su entrepierna empezar a endurecer.
Demonios, quería seguir hasta la última fase, pero no podía permitirse tal
cosa. Así que, recaudando el poco autocontrol que le quedaba, fue
preparándose para separarse... sin embargo, su espalda baja chocó contra el
mesón de la cocina y los dientes de Taehyung se enterraron con fuerza en su
labio inferior. Un gruñido se oyó. No era suyo en lo absoluto.
Quiso abrir los ojos, ver qué diablos sucedía... pero, joder, el sinhueso
que creía inexperto, se metió en su boca sin aviso alguno, invitando al
propio a una irresistible danza de delirante lujuria, que abundaba en cada
movimiento de su lengua contra la de Tae. Y entonces, no pudo resistirse.
La fuerte cadera del mayor empujó contra la suya, provocando que
Jungkook gimiera como respuesta. Ahí estaba. Esa enorme y deliciosa
polla. Estaba rozándose descaradamente contra la suya.
El beso pasó de ser apasionado a salvaje, había mordidas por doquier, sus
dientes chocaban y sus lenguas parecían conocerse más que a la perfección.
Jungkook sintió que todas las sesiones de sexo que tuvo en el transcurso
de su vida se fueron a la mierda cuando las grandes y masculinas manos de
Taehyung apretaron su trasero con tal necesidad, que Kook pensó que el
pelirrojo le arrancaría el pantalón con ese simple agarre. No era una mala
idea, en realidad.
Jungkook se sentó sobre la encimera, abriendo más sus piernas y
haciendo serpentear sus manos por el cuello de Tae hasta llegar a su pecho y
arañar mientras mordía el labio inferior del menor, haciéndole jadear.
Llevó su impuro y lascivo recorrido de manos traviesas hasta los
hombros de Kim, haciendo el amague de querer deshacerse de la chaqueta
del chico. Sintió su pene duro pulsar contra la tela del bóxer cuando el muy
descarado sonrió en medio del beso, lamiendo su lengua y atrapándola entre
ambos labios para empezar a succionar de ella de forma que cada pequeño y
húmedo sonido creaba un espiral de placer que viajaba a través del cuerpo
de Jungkook, haciéndole temblar y apretar los muslos.
Y, así, mientras tenía a Jungkook postrado ante el impuro blowjob que le
hacía a su lengua, Tae se deshizo de su chaqueta, arrojándola en algún lugar
de la cocina. El castaño apretó los puños alrededor de la camiseta del
mayor, buscando más.
Taehyung llevó sus manos hasta la hebilla de su cinturón y se deshizo de
este en un tiempo record. Dejó el accesorio a un lado de la encimera y llevó
sus manos a la chaqueta de Jungkook. No hizo falta que dijese
absolutamente nada, Kook, por su cuenta, se deshizo de su chaqueta y Tae
le ayudó a quitarse la camiseta de cuadros, dejándole únicamente en la
blanca de manga corta que traía debajo.
Jungkook quiso apartarse cuando Tae le toqueteó por encima de la ropa
en su torso. No fue una caricia cualquiera, Jungkook sintió como su
erección por poco goteaba. Pero Kim no le quería lejos, mucho menos
deseaba dar explicaciones, así que, en cuanto Jungkook consiguió librarse
de sus labios, guió sus besos al cuello del menor, no tardando
absolutamente nada en encontrar un punto erógeno que le hizo restregarse
como gata en celo contra las caderas del mayor.
Este siguió haciendo lo que le venía en gana con su cuello, mientras
tanteaba por la encimera, buscando el cinturón. Una vez lo hubo hallado, no
tardó en llevarlo hasta la espalda de Jungkook, guiando las manos de este
hasta allí.
-¿Q-qué... ¡Ah!...? ¿Qué q-quieres... mmh...? – El castaño quería hablar,
pero Tae no.- Hyung...
-Demonios, Jungkook, cállate un momento. – gruñe el mayor, dejando al
castaño absolutamente congelado. Taehyung llevó las manos de Jungkook
hacia el frente, en medio de ambos y amarró sus muñecas con el cinturón,
escuchando con dificultad el jadeo que dejó escapar el pequeño en el
momento en que apretó el cuero contra su piel.- Te gusta, ¿verdad?
Jungkook asiente embobado. Taehyung sonríe y se deshace rápidamente
de su pantalón, de modo que queda en ropa interior y Jungkook puede ver,
por segunda vez en su vida, la gran y rojamente furiosa cabeza del pene de
Tae. De inmediato, se le hace agua la boca. Era simplemente sensacional.
El menor jala del cuerpo de Jungkook para que se baje de la encimera,
besándolo en la frente y poniéndolo de espaldas una vez que los pies de
Jungkook tocaron el piso. Este se inclina voluntariamente y las manos de
Tae se cierran con fuerza sobre sus nalgas, masajeándolas un poco.
Kim lleva sus manos a la parte delantera del pantalón, donde se encarga
de desabrochar, no sin antes tocar delicada, pero intencionalmente la
erección de Jungkook, quien se retuerce y empuja su trasero contra la entre
pierna de Tae, sintiendo el delicioso roce que se crea entre su culo y la
gruesa erección del mayor.
-Qué culo más caliente, Kookie. – susurra Taehyung en su oído, después
de empezar a bajar todas las prendas inferiores del mayor.
-¿Q-quién... demonios eres? – murmura Jungkook, sonriendo
perezosamente. Seguramente si no se encontrase más ebrio que sobrio, ya
habría detenido todo para preguntarle bien a Tae qué mierda con ese cambio
de actitud. Pero estaba demasiado excitado y también demasiado borracho.
-Tu más anhelada fantasía. – se burla Kim en su oído, haciéndole gemir.
Una vez el culo de Jungkook se encuentra desnudo, empinado y a su total
disposición, Tae se toma la molestia de observarlo un par de segundos,
mordiéndose el labio inferior y tratando de retener los indecorosos deseos
que le invadían en ese momento al ver a su exquisito Kookie en tal pose, no
porque no pensase cumplir cada uno de sus sueños húmedos con el menor,
sino porque sabía que si le daba rienda suelta a su imaginación,
probablemente pasarían cosas muy desagradables con el apretado trasero de
Jungkook... y eso era lo que menos quería.
-¿Por qué tardas tanto? – lloriquea Jungkook, removiéndose inquieto.
Tae reacciona y se arrodilla, dejando su rostro a la altura del trasero del
menor.
-¿Qué harás, Taetae? – pregunta Jungkook, sonriendo traviesamente.
Taehyung corresponde a la sonrisa y, con sus dos manos, agarra las masas
de carne del mayor, acercando su rostro a la entrada, muy lentamente.
Jungkook apretó los puños, cerró los ojos, esperó. La humedad de la
escurridiza lengua de Tae no tardó en pasearse por su anillo de músculos,
pero sin ingresar, tan sólo tanteando, provocándolo.
Las piernas de Jungkook temblaron y, por un momento, temió caer al
piso. Pero los dedos del pelirrojo se apretaban en sus muslos, dándole la
seguridad de que no caería.
Intenta ponerse de pie correctamente, pero entonces, la lengua de Tae
invade su interior.
-¡A-ah, mierda! – Grita, extasiado.- M-más... más profundo...- la hábil
lengua de Tae se mueve en su interior, provocándole cosquilleos que le
hacen formar una gran "O" con la boca. Su respiración estaba desigual y
sentía que se derretía por dentro. Tenía demasiado calor y su sentía bajar
por su erección una voluminosa y pesada gota de líquido pre-seminal. Iba a
correrse y Tae ni siquiera había terminado de prepararlo.
Y mientras la lengua de Taehyung se movía con sagaz experiencia en el
cúmulo de nervios que le estaban haciendo perder la cabeza, al mismo
tiempo, el mayor metió el primer dedo.
-Mm-mh... ah, Tae... otro... mete otro, joder. – rogó el castaño, apretando
sus dientes. Kim no dudó un segundo antes de ceder a la súplica y, de paso,
meter uno más, por lo que dentro de Jungkook, ahora tres dedos se movían
a sus anchas y Tae se deleitaba, sintiendo la inmensa calidez que la entrada
del menor poseía.
Joder, se notaba que a Jungkook le gustaban los penes grandes... ¿cómo
lograba estar tan estrecho entonces?
Taehyung empujó de forma algo brusca los dedos en Jungkook, rozando
superficialmente un lugar que hizo al castaño derretirse gracias a sus dedos,
apretando con tanta fuerza que el pelirrojo creyó no poder sacar sus dígitos
hasta que Jungkook se recuperase del fuerte orgasmo que acababa de tener.
Las caderas del menor pulsaron contra la mano de Tae, buscando enterrarlos
más profundo y alargar la sensación.
Pero Tae los retiró de inmediato. Y, antes de que el mayor pudiese
quejarse o terminar de eyacular, Taehyung tenía el glande dentro de
Jungkook. Y este gritó.
-Relájate, Kookie, será mejor si te calmas...- le aseguró Tae, acariciando
su transpirada espalda, que se sacudía con dificultad por la falta de
respiración.
-Es tan grande...- murmura Jungkook, escondiendo la cabeza entre sus
manos amarradas.- Me encanta...
Tae se movió un poco, tanteando terreno antes de intentar meter más del
glande. Jungkook gimió tan fuerte que creyó estar lastimándolo.
-Sí... métela toda...
Bueno, al parecer no.
Taehyung mordió su labio inferior, introduciéndose más profundo. Sintió
su garganta temblar, tenía unas inmensas ganas de gemir. Jungkook se
sentía demasiado bien, demasiado húmedo y caliente. Apretaba de
maravilla, madre santa.
Apoyó sus manos en la encimera, a cada lado de la cintura de Jungkook,
terminando de ingresar por completo y no pudiendo reprimir un gruñido
casi animal que brotó desde lo más profundo de su pecho cuando las
paredes de sedosos y exquisitamente angostos músculos se ciñeron contra
su polla.
Maldición. El culo de Jungkook era la jodida gloria.
La sensación de la tersa piel de Jungkook contra sus caderas le prendió el
doble. El toque era tan sutil, que fácilmente podría ignorarse... de no ser
porque su pene entero se encontraba profundamente enterrado de forma
deliciosa en el trasero del chico más sexual que había conocido en su vida,
entonces Tae podría ignorarlo, pero, como se encontraba la situación, era
bastante difícil.
-Kookie...- susurró Tae, con la voz temblorosa. Su pene lo ansiaba, él lo
ansiaba, estaba desesperado.- Me moveré ahora...
-Debiste hacerlo hace rato, Taetae...- murmura Jungkook con la voz
ronca, meneando provocativa y descaradamente sus caderas, haciendo salir
y entrar una parte de la gran e hinchada polla en su interior, provocándose
un gran y largo gemido.- Mier-ah... se siente genial, Taetae...
"Taetae, Taetae"... si el pequeño seguía diciéndole de ese modo se iba a
volver loco. Adoraba que sus amigos le llamasen así, pero, en estas
circunstancias, su estómago ardía y su sangre con velocidad como fuego
líquido, quemándole las entrañas y manifestándose en el gran pulso que se
situaba en su erección, deseando a Jungkook y a nadie más que a él. Se oía
tan bien saliendo de sus labios, con su dulce y aguda voz que adoraba
quebrar, causándole gemidos.
Tae supo, entonces, que no podría soportar simplemente escuchar esos
gemidos. Él tenía que ver la cara de Jungkook cuando su miembro entero se
encontrase dentro. Él adoraría poder retratar su bello rostro contraerse
cuando le doliese alguna embestida, él anhelaba poder grabarse entera la
expresión de sus facciones cuando llegase al orgasmo.
Así que, sin preámbulo alguno, salió de él, haciéndolo sentir molesto y
terriblemente vacío. Jungkok casi sintió lágrimas desbordándose por sus
mejillas. No entendía porque Tae se apartaba de él.
Pero entonces, sus dudas se dispersaron en el momento en que el mayor
le volteó y lo cargó en sus fuertes brazos, estrechándole contra su duro
pecho, besándole en los labios y pidiéndole sin palabra alguna que enredase
sus piernas en las caderas ajenas, ubicó sus muñecas amarradas alrededor
del cuello de Tae y miró hacia abajo. Y allí estaba de nuevo, la enorme
polla de Kim Taehyung, pidiendo más de él... se iba a volver loco como ese
pene no eyaculase en su interior.
Así que lo dejó ingresar y gimió como un necesitado, porque lo estaba.
Sus ojos se pusieron blancos, su cadera respondió de inmediato ante la
intromisión y se empaló a sí mismo en la dureza del menor con una rapidez
que pudo haberle herido, pero que tan solo le excitó mucho más.
-Muévete... muévete, por favor...- susurró Jungkook contra sus labios,
apretándose alrededor de la polla de Tae, haciéndolo estremecerse y
entrecerrar los ojos, abriendo sutilmente los labios y dejando escapar
pequeños suspiros.
-No me aprietes tanto. – gruñó el mayor, luciendo amenazante.
-Muévete, entonces. – le retó Jungkook, a lo que Taehyung respondió con
una tétrica sonrisa.
-Si eso es lo que quieres...
Jungkook esperó que se moviera, pero no que con la primera y potente
embestida llegase a su próstata en el primer golpe.
-¡Sí!
-¿Sí, así? ¿Te gusta?
-M-me fascina... más... otra vez..
Taehyung repitió la acción, solo que esta vez, no se detuvo.
Embestida tras embestida, la piel de Jungkook chocaba bruscamente con
la suya, escociendo, pero creando morbo ante los chasquidos entre sus
muslos y el culo del menor.
-M-mierda... llega tan profundo, Taetae...- gimió Kook, con los ojos
fuertemente apretados. Un sinvergüenza hilo de saliva resbalaba por su
mandíbula, haciendo a Tae lamerse los labios con necesidad. Besó la boca
de Jungkook, moviéndose más rápido, sintiendo la tensión en su estómago,
su cadera se elevó por cuenta propia y un dulce cosquilleo se esparció por
todo su cuerpo al sentir al castaño contraerse una vez más. Conocía la
sensación. Estaba por venirse... pero... mil veces más pronto de lo usual.
Quizá se debía al estrés acumulado o a que no había tenido sexo con
nadie en mucho tiempo por su abstinencia obligatoria, pero ese delicioso
sentimiento se estaba apoderando de sus sentidos y, ahora, se movía a un
ritmo descontrolado, jadeando sobre el cuello de Jungkook y lamiendo sus
sudor, sintiendo en la lengua el salado sabor y deleitándose con él. Joder,
Jungkook sabía exquisito de pies a cabeza.
Los talones de Kook golpearon su espalda y se presionaron contra su
culo, haciéndole entrar más profundo.
-E-estoy por llegar...- balbucea Jungkook. Acerca su boca a la de Tae y
tira de su labio inferior con sus propios dientes.- Hazme venir...
Hubiese sido perfecto que, en ese momento, Taehyung hubiese podido
embestir más duro a Jungkook y hacerle correrse como pedía... pero
ninguno de los dos contaba con que el mayor perdería la cordura y se
correría primero y en gran abundancia dentro del menor, haciéndole temblar
ante el caliente y húmedo tacto viscoso del semen de Taehyung
derramándose en su interior con fuerza. Afortunadamente, aquello fue
suficiente para hacerle venir de la misma forma, por lo que se aferró al
cuello de Taehyung mientras apretaba la hombría del mismo entre sus
nalgas, viniéndose con un grito que Kim recordaría por el resto de su vida.
Fuck me again, please