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ROBERT O.

PAXTON

Anatomía
del fascismo
TRADUCCIÓN DE JOSÉ MANUEL ÁLVAREZ FLÓREZ

EDICIONES PENÍNSULA

BARCELONA

19403
Título original inglés:
The Anatomy of Fascism.

© Robert O. Paxton, 2004.

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Primera edición: septiembre de 2005.


© de la traducción: José Manuel Álvarez Flórez, 2005·
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LIBERDUPLEX . impresión
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ISBN: 84-8307-687- x.
ANATOMíA DEL FASCISMO
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En el caso italiano, el viejo politico centrista y habilidoso negociador
Giovanni Giolitti dio un paso más para otorgar legitimidad a Mussolini. LA LLEGADA AL PODER
Ateniéndose a la sagrada tradición parlamentaria italiana del ttasfor-
mismo." incluyóa Mussolini en su coalición nacionalista de centro en las
elecciones parlamentarias de 1921 paraque le ayudase a luchar contralos
socialistas y los popolari. Mussolini, que se había negado a integrarse en
coaliciones cuando eraun joven socialista, aceptó rápidamente como fas-
cista, aunque estoprovocase cierta oposición entre los puristas delpartido.
Los 35 escaños de Mussolini proporcionaron el regalo de la respetabilidad.
Ahora estaba ya disponible para todos los que quisiesen establecer coali-
ciones antisocialistas. Integrar partidos nuevos en el sistemasuele ser un
paso político profundamente sabio, pero no cuando lo que se recompensa
es la violencia y una decisión impenitente de abolir la democracia.
MUSSüLINI y LA «MARCHA SOBRE ROMA»
Después de reunir todo un catálogo de condiciones previas, raíces in-
telectuales y condiciones previas estructurales a largo plazo, podríamos El mito de que los fascistas de Mussolioi conquistaron el poder gracias a
sentirnos tentados a creer que podemos prever con exactitud dónde es sus únicas y heroicas hazañas erapropaganda; uno de sus temas de mayor
probable que el fascismo aparezca, crezca y tome el poder. Eso significaría,
éxito, sin duda alguna, porque mucha gente aún lo cree. Dado que la Mar-
sin embargo, caer en una trampa determinista. Hay que teneren cuenta el cha sobre Roma está detrás de la falsa interpretación generalizada de la lle-
factor de la elección humana. No estaba en modo alguno garantizado que gada fascista al podercomo una «toma» de éste, necesitamos investigar ese
una nación que reuniese todas las condiciones previas se hiciese fascista-. hecho despojado de su mitología.
Sólo la interpretación marxista «vulgar» sostiene que el capitalismo acaba- Durante 192210s escuadristas pasaron de saquear y quemar sedesloca-
rá metiéndose en problemas y necesitará inevitablemente adoptar una fór- les, oficinas de periódicos, bolsas de trabajo y casas de dirigentes socialistas
mula fascista para salvarse, y hasta los marxistas refinados han dejado de a la ocupación violentade ciudades enteras, todo sin que las autoridades
creer en esainevitabilidad. les pusiesen grandes impedimentos. Tomaron Fiume de nuevo, desban-
Como veremos en el próximo capítulo, fueron necesarias las decisio- cando a su administración internacional el j de marzo, y asaltaron Ferrara
nes de individuos poderosos para abrir las puertas al fascismo. Ésa fue y Bolonia en mayo, expulsando a los gobiernos municipales socialistas e
condición previa esencial y definitiva del éxito del fascismo: individuos
imponiendo sus propios programas de obras públicas. Ell~ de julio ,ocu-
que gozaban de la capacidad decisoria dispuestos a compartir el poder con paron Cremona y quemaron la sede de los sindicatos socialista y catoh~o,
los aspirantes fascistas. y devastaron el domicilio de Guido Miglioli, un dirigente católico, de IZ-
quierdas que había organizado a los trabajadores de las granjas lecheras de
la región. Una «columna de fuego» atravesó la Romaña y llegó a Rávena el
26 dejulio.Trento y Bolzano, con sus grandes minorías de habla alem~na}
fueron «italianizadas» a principiosde octubre. Lacampaña de los Ca~sas
Negras había adquirido un empuje tan formidable que Roma, la capital,
difícilmente podria dejar de ser la siguiente. ,
Cuando se celebró el Congreso Fascista anual el 24 de octubre en Na-
poles (su primera incursión en el sur) Mussolini se proponíacomprobar lo
lejos que la ola le llevaría. Ordenó a los Camisas Negras que tomasen los

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edificios públicos, se hiciesen cargo de los trenes y convergiesen en tres .' pos normales, lo mismo que habian domesticado y dividido a los so-
puntos alrededor de Roma. La «Marcha» estaba dirigida por cuatro mili- uem
cialistas ia no esta
italianos antes de 1914, Italia estabaa viviendo
vivien o ti
tiempos norroales
tantes que representaban las múltiples tendencias del fascismo: !talo Bal,
en 1921,
bo, veterano de guerra y jefe escuadrista de Ferrara; el general Emilio de Cnando el Gobierno del bien intencionado pero abrumado Ivanoe Bo-
Bono; Michele Bianchi, fundador del [ascio intervenciouista de Milán en . un socio del centroizquierda de Giolitti, perdióunamoción de con-
nOU1I, , alm
"9"5;y Cesare Maria de Vecchi, jefe monárquico del fascismo piamontés.
Ji ~ zaenfebrero de 1922, costótres semanas encontrar
,
un sucesor. Fm en-
Mussolini, por su parte, esperó prudentemente en las oficinas de su perió-
teasumi Ó a regañadientes el cargo de primer ministro
. un 1ugartemente
'/
. de
dico de Milán, no lejos del posible exilio en Suiza por si las cosas iban mal. Giolitti más subalterno aún, Luigi Facta. Su Gobierno perdió la mayoría el
El 27 de octubre los escuadristas tomaron sin oposiciónoficinas de correos 19 de julio. Cuando se produjo la situación de emergencia Facta estaba de-
y estaciones de trenesen varias ciudades del norte de Italia. sempeñando el cargo sólo de forma provisional. ,
El Gobierno italiano estaba mal equipado para hacer frente a este de- Sin embargo, el primerministropuso en marcha VIgorosas contrame-
safío. En realidad, no había existido prácticamente un Gobierno efectivo dídas. Habia reforzado ya, con aprobación del rey, la guarnición de Roma
desde febrero de 1922.Ya comentamos en el capítulo anterior cómo los SUe- con cinco batallones de disciplinados soldados alpinos. Ahora ordenó a la
ños de posguerra de cambio profundo llevaron al Parlamento italiano a policía y a los ferroviarios detener los trenes fascistas en cinco puntos de
unagran mayoría de izquierdas en lasprimeras elecciones de posguerra, el control e inició los preparativos para proclamar la ley marcial.
1Ó de noviembre de "9"9, Pero esta mayoría de izquierdas, fatalmente divi-
Entretanto Mussolini dejó discretamente la puerta abierta para un 1

dida en dos partes irreconciliables, no podía gobernar. El Partito Socialista acuerdo politico. Varios viejos veteranos de la politica estaban intentando :11
Italiano (PSI) tenia aproximadamente un tercio de los escaños. Muchos de desactivar la crisis «transformando» a Mussolini en un simple ministro I
los socialistas italianos (los «maximalistas») estaban hipnotizados por el dentro de otro gabinete de coalición liberal-conservador más. El anciano
I
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éxito bolchevique en Rusia y creian que la mera reforma era una traición negociador Giolitti era la persona que se consideraba el salvador más p,:o- 1
1I

en aquel momento tan oportuno.Otro tercio de la cámara italiana corres- bable (había desalojado a D'Annunzio por la fuerza en 1920 y había m-
1:
'1
1.':
pondia a un nuevo partido católico, padre de los poderosos demócrata- c1uido a Mussolinien su lista electoral en 1921), pero no parecía tenernin-
cristianos de después de "945, el Partito Popolare Italiano (PPI), algunos de guna prisa por reasumir el cargo) y Mussolinise mantuvo fin~e y no quiso
cuyos miembros querían una reforma social radical dentro de un marco llegar a ningún acuerdo en las reunionesque celebró ~on sus repres~ntan­
católico. Los católicos, incluso los partidarios de cambios profundos en la tes. El antiguo primer ministro nacionalista Antomo Salandra, situado
propiedad de la tierra yen las relaciones de clase, discrepaban apasionada- más a la derecha, ofreció también puestos en el gabinete al partido de
mente de los marxistas ateos sobre el tema de la religión en las escuelas. Así Mussolini. Cuando empezaron a movilizarse los escuadristas, estas nego-
que no era posible ninguna alianza entre las dos mitades de lo que, de otro ciaciones sehabíanparalizado porrivalidades mutuas,porquelos socialis-
modo, podria haber sido una mayoria progresista. En ausencia de otras al- tas se negaban a apoyar a un Gobierno «burgués», por indecisión respec~o
ternativas prácticas, después de "9"9 pugnaba por gobernar, sin una mayo- a si incluir o no a Mussolini y por las vacilaciones calculadas del propio
ría sólida, una coalición heterogénea de liberales (en el sentido que tenia la Mussolíni.
palabra en el periodo) y conservadores, Lossocialistas aportaron su grano de arena a la situaciónde emergen-
Como vimos en el capitulo anterior, la solución adoptada por el pri- cia. Aunque casi la mitad de los diputados socialistas, dirigid~s por Filippo
.1 mer ministro Giolitti fue incluir a los fascistas en su plataforma (el «Blo- 'Iurati, accedieron finahnente el 28 de julio a apoyar un Gobierno centns-
I que Nacional») para las nuevas elecciones de mayo de 1921. Éste fue el pri- ta sin Mussolini si se podía formar uno, la otra mitad los expulsaron del
mero de varios pasos cruciales a través de los cuales los representantes del partido por considerarlo colaboración de clase y traición. En 10 que pudo
orden establecido italiano intentaron integrar la energia fascista y a los mi- ponerse de acuerdo la izquierda italiana fue en una huelga general el 31 de
litantes del movimiento para asegurar su propia supervivencia. Si bien julio. Aunque estaba considerada una «huelga por la legalidad», y se pro-
las tentaciones del cargo podrían haber «transformado» a los fascistas en ponía reforzar la autoridad constitucional, tuvo el efecto de anmentar el

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atractivo de Mussolini como baluarte contra la revolución. El rápido des-,I ha que simpatizaba con los fascistas, podría alinearse con ellos para des-
moronamiento de la hnelga reveló también la debilidad de la izquierda.~· bancarle del trono. Es probable que nunca lo sepamos con seguridad. Lo
Las medidas de emergencia del primerministro Facta casi consíguie- ·:.{t quesí parece seguro es que Mussolinihabíasupuestocorrectamente queel
ron bloquear la marchafascistaen octubre. Cuatrocientos policías pararon~'!J rey y el Ejército no se inclinarían por la dura elección de oponerse por la
trenes que transportaban a veinte mil Camisas Negras en tres de los pues-lí fuerza a sus Camisas Negras. No fue la fuerza del fascismo la que decidió el
tos de control (Civitavecchia, Orte y Avezzano). Unos nueve mil Camisas'!! asunto, sino el que los conservadores no estuviesen dispuestos a arriesgar
Negras que eludieronlos puestos de controlo continuaron a pie formaron -;~ su fuerza en un enfrentamiento con la de él. La «Marcha sobre Roma» fue
una variopinta multitud a las puertas de Roma la mañana del 28 de octu- ;'1 un gigantesco farol que salió bien, y que aún sigue haciéndolo, dada la idea
bre,' pobremente armados, vistiendo uniformes improvisados, escasos de..",'! que se tiene en generalde la «toma del poden> por Mussolini.
alimentos y de agua, daban vueltas por alli bajo una lluvia desalentadora. J* Hasta el 31 de octubre, cuando Mussolini estaba ya ocupando el cargo, no
sedio de comer y ropa seca a unosdiezmil Camisas Negras, alos quese con-
«Esdificil que haya podido haber, en la historia antigua y en la moderna, un ji
intento de tomar Roma que fracasase tan miserablemente en su inicim).2~',;j;t: cedió un desfile compensatorio por las calles de Roma, donde provocaron
El rey Víctor Manuel III se echó atrás en el último momento. Decidió)$ sangrientos incidentes.' El nuevo primer ministro sacóde la ciudad esamis-
no fumar el decreto del primer ministro Facta por el que se decretaba la ley"¡~ ma noche en cincuenta trenes especiales a sus comprometedoras escuadras.
marcial. Se negó a poner al descubierto el farol de Mussolini utilizando las )~ Mussolini trabajó de firme luego para asentar el mito de que sus Ca-
fuerzas disponibles para no permitir entrar en Romaa los Camisas Negras. _._~~ misas Negras habían tomado el poder por voluntad propia y por su propia
Rechazó los últimos intentos de Salandra de formar un nuevo Gobierno ',:¡c fuerza. El primer aniversario de lo que se consideraba que había sido su
conservador sin Mussolini, que por entonces había rechazado la oferta de-'~i~¡ llegada a Roma se conmemoró en 1923 con cuatro días de fiesta, y esa fecha
Salandra de formar una coalición. En vez de eso, el monarca ofreció el car.. ~~1t (28 de octubre) se convirtió en una fiesta nacional. Se convirtió también en
go de primer ministro al joven dirigente fascistaen ascenso. ',"l el primer día del Nuevo Año Fascista cuando se introdujo el nuevo calen-
Mussolini llegó a Roma desde Milán la mañana del 30 de octubre, no a la';' dario en 1927.4 En el décimo aniversario, en octubre de 1932, una exposi-
cabeza de sus CamisasNegras, sino en un coche cama del ferrocarril. Visitó·<§i ción nacional, la Mostra deIla Rivoluzione Fascista, tuvo como tema cen-
al rey ataviado incongruentementecon chaqué y camisanegra,un reflejoin'":)~ trallasheroicas proezas de los «mártires» de la marcha. 5
dumentario de su ambigua situación: en parte aspirantelegítimo al <.:argo'y-'.;;~
en partejefe de una banda de insurrectos. «Señor, perdón por mi atuendo~:-:i~
-dicen que le dijo al rey, mendazmente-, vengo de los campos de batalla».Ai HITLER Y LA «CONSPIRACIÓN PALACIEGA»
¡Por qué salvó así el rey a Mussolini de una apuesta precipitada y te-'illj
meraria? Mussolini había planteado astutamente al soberano una elecciól1.i;¡~ Sólo en Italia llegó el fascismo al poder en su primer impulso, en los días
dificil. El Gobierno debía utilizar la fuerza para dispersar a miles de Cami/'" turbulentos que siguieron a la Primera Guerra Mundial. En otras partes,
sas Negras que se dirigían a Roma, con considerable peligro de derrama-j salvo en Rusia, laselites tradicionales hallaron mediosmenos perturbadores
miento de sangre y de agrias disensiones internas, o bien debía aceptara' de restablecer la estabilidad y recuperar cierta apariencia de normalidad
Mussolini como jefe del Gobierno. " tras el terremoto de la Primera Guerra Mundial. 6 Los otros movimientos
La explicación más probable de que el monarca se ínclinase por la se" fascistas iniciales, vástagos de la crisis, quedaron reducidos a la insignifi-
gunda opción es la de que recibió una advertencia privada (de la que nÓ cancia al recuperarse la normalidad en la década de 1920.
perdura ningún rastro documental) del comandante en jefe del Ejército, ' Pero antes Hitler, arrastrado por el mito que habíacreado Mussolini,
mariscal Armando Diaz, o posiblemente de otro alto jefe militar, de que 1 intentó por su cuenta una «marcha». El 8 de noviembre de 1923, durante
tropas podrían fraternizar. con los Camisas Negras si se les daba orden un mitin nacionalista en una cervecería de Munich, la Bürgerbraukeller,
pararlos. De acuerdo con otra teoría, el rey temió que si intentaba utili Hitler intentó secuestrar a los dirigentes del Gobíerno bávaro y obligarles
la fuerzacontra Mussolini, su primo, el duque deAosta, que se conside a apoyar un golpe de Estado contra el Gobierno federal de Berlín. Creía

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que.si se hacía .con


. el control
. . de Munich y proclamaba un nuevo . Gobilerno , Un sistemapolítico que obligaba a trabajar juntos a una cacofonía tal
nacional, los dirigentes militares y civiles bávaros se verían forzados p 1 -~'-d¿P~Íidos erainevitable que tuvieseproblemas para llegar a acuerdos so-
opinión pública a apoyarle. También estaba convencido de que las aU~:ria bre temas sensibles, incluso cuandolas COS?S iban bien. Y después de 1929
dades militares locales no se opondrían al golpe nazi porque se hallaba a losgobiernos alemanes tuvieron que tornar decisiones económicasy polí-
lado un héroe de la Primera Guerra Mundial, el general Ludendorff.' su ticas cada vez más divisivas. En junio de ese año llegó el Plan Young, un
. HItler subestimó la fidelidad de los militares a la cadena de mando. El acuerdo internacional por el queAlemania prometíaseguirpagando repa-
mmIstro-presldente bávaro, el conservador Gustavvon Kahr, dio orden d raciones internacionales por la Primera Guerra Mundial a los vencedores,
parar el golpe de Hitler, si e~a necesario por la fuerza. La policía dispar~ aunque a una tasareducida. La diplomacia alemana había conseguido re-
con~a los manifestantes naZIS e19de noviembre cuandose aproximaban a bajar los pagos, pero, aun así, el hecho de que el Plan Young confirmase el
una Importante. plaza (posiblemente respondiendo a un primer disparo principio de las reparaci~n~s provocóla indignación nacionalista. E~ oc-
del band? de HItler). Resultaron muertos '4 golpistas y 4 policías. Hitler tubre se produjo el hundimiento de Wall Street. En 1930, cuando se dispa-
fue detemdo y encarcelado,' junto con otros nazis y simpatizantes. El augusto ró el desempleo, el Gobierno tuvo que decidir si se ampliaban los subsidios
general Ludendorfffue puesto en libertad sin más fianza que su palabra. El del paro (como querían los socialistas y los católicos de izquierdas) o se
«Futsch de la cervecería» fue así desarticulado tan ignominiosamente por equilibraba el presupuesto para darsatisfacción a los acreedores extranje-
los go~ern,antes conservadores de Baviera que Hitler decidió que nunca ros (como querían los partidos conservadores y la clase media). Una elec-
volvería a mtentar obtener el poder por la fuerza. Eso significaba mante- ción clara, pero que ninguna mayoría posible seria capaz de realizar en
nerse, al menos superficialmente, dentro de la legalidad constitucional, a Alemania.
pesarde qu~ l,os nazrs nuncaabandonaron laviolencia selectiva, que era Un Cuando el Gobierno del canciller Hermann Müller cayó el 27 de mar-
el~mento básico del atractivo del partido, ni a insinuar objetivos más am- zo de 1930, el sistemade gobierno alemán se paralizó en un punto muerto
plios después de que llegase al poder.' terminal. El canciller, un socialista reformista, había presidido desde junio
L~ oportunidadde Hitler se presentó durante la crisis siguiente: el de 1928 una Gran Coalición de cinco partidos que abarcaba desde los so-
hundimiento económico de la década de '930. Al quedarse sin trabajo mi- cialistas al católico Partido del Centro, el Partido Democrático, centrista
llones de persona~, los movimientos fascistas recuperaron el impulso en moderado, y el internacionalista pero conservador Partido del Pueblo. La
tO,da~ partes: Gobiernos de todo tipo, las democracias de una forma más Gran Coalición fue el gobierno de la República de Weimar que más duró,
publica'y ruidosa que el resto, quedaron paralizados ante las embarazosas veintiún meses (junio de 1928-marzo de 1930).'"
alternativas que se les presentaban. El modelo italiano hizo que los movi- Pero esta longevidad no era indicio de fuerza, sino de que no había al-
mIentos fascistas pareciesen de nuevo eficaces como un nuevo medio d ternativas, Las profundas discrepancias políticas que habían hecho que
l ' e
ograr apoyomaSIVO para una restauración del orden,la autoridad nacio- fuese tan difícil gobernar cuando se había formado la Gran Coalición, en
nal y la productividad económica. los días relativamente tranquilos de junio de 1928,lo hacían imposible ya
. El sistema constitucional de la República de Weimar no había conse- dos afias después, cuando la Depresión había dejado sin trabajo a millones
guido que la generalidad de la población alemana lo considerase legítimo; de personas. La izquierda quería elevar los impuestos para mantener el
eran ~.uch?s los que lo consideraban hijo de la dominación extranjera y de subsidio del paro; moderados y conservadores querían reducir el gasto so-
la traI~IÓn Interna. La democracia de Weimar parecía una velaqueestuvie- cial y rebajar impuestos. La Gran Coalición naufragó en estos escollos de la
se ardiendo por amb~s extremos. Minado por la derecha y por la izquier- ayuda social y las cargas fiscales. Después de marzo de '930 no se podía for-
d~, por. los naZIS antIsIstema y por los comunistas) el menguante centro se mar en Alemania ninguna mayoría parlamentaria. El funcionario sindical
VIO obhg~do a formar coaliciones heterogéneas emparejando a socios tan católico HeinrichBrüning gobernócomo canciller sin contarcon unama-
mc~mpatlblesco~o l.os socialistas can los moderados dellaissez-faire y a yoría, apoyándose en que el presidente Hindenburg podía aprobar legisla-
clenc~es con anticle~I,cales, en su búsqueda, condenada al fracaso, de una ción sin un voto mayoritario, valiéndose de los poderes especiales que le
mayona parlamentarIa efectiva. otorgaba el artículo 48 de la Constitución en situaciones de emergencia. A

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partir de entonceslos alemanes soportaron casitresaños con ese embara- do legitimamente nna fuerte reacción de la izquierda. Pero los dirigentes so-
zoso Gobierno de emergencia, sin ninguna mayoría parlamentaria, hasta cialistas, a los que frenaban sus fuertes convicciones legalistas, su avanzada
que Hitler tuvo su oportunidad. Por una cnriosa ironía, la llegada al poder edad," la escasa ntilidad del arma de la hnelga en un periodo de paro masi-
de éste pareció permitir, al fin, una vuelta al gobierno de mayoría. Y Hitler vo y tal vez, miedos legitimas a que la actuación de la izquierda pudiese
era un regalo del cielo para los conservadores porque, como jefe del que arrojar perversamente a aún másalemanes de clase mediaen brazos de los
desde julio de 1932 era el mayor partido de Alemania, disponían por pri- nazis, limitó su reacción a un fútil pleito contra el canciller Van Papen. Al
mera vez de la posibilidad de una mayoría parlamentaria que excluyese a la uo haber presentado una oposición eficaz a la actuación ilegal de Van Papen
izquierda. en julio de 1932, los socialistas (que aún seguian siendo el segundo partido
En el momento en qne el punto muerto paralizó el sistema politico ale- de Alemania) tuvieron menos posibilidades aún de actuar contra Hitler,
mán, el 27 de marzo de 1930, el Partido Nazi era aún muy pequeño (sólo que hasta la primavera de 1933, en qne tenía ya un control indiscutible de la
obtuvo el 2,8 por 100 del voto popular en las elecciones parlamentarias de situación, procuró no quebrantar nunca directamente la legalidad."
mayo de 1928). Pero la agitación nacionalista por el Plan Young más el hun- Los comunistas siguieron una linea completamente distinta, basada en
dimiento de los precios agrícolas y del empleo urbano lo catapultaron en suconvencimiento de quela revolución socialestaba alalcance de la mano.
las elecciones de septiembre de 1930 de 12 a 107 escaños sobre un total de Con esa perspectiva, el éxito nazi podía en realidad ayudar a la causa co-
491, convirtiéndolo ya en el segundo partido del país. Después de eso, cual- munista porqueproduciría un movimiento pendular, primero haciala de-
quier mayoría parlamentaria en Alemania teníaque incluiro a los socialis- recha y luego, inexorablemente, hacia la izquierda. Los estrategas del KPD,
tas o a los nazis. Laizquierda (incluso suponiendo que los socialistas, los firmemente centrados en la revolución inminente, consideraban los es-
comunistas y los católicos de izquierdas pudiesen superar sus divisiones fuerzos del SPD para salvar la democracia de Weimar «objetivamente»
paralizadoras lo suficiente para gobernar) estaba excluida de antemano contrarrevolucionarios. Acusaban a los socialistas de «socialfascístas». El
por el presidente Hindenburg y sus consejeros. KPD, convencido de que el SPDno eramenos enemigo suyoquelos nazis,
El mito del golpe fascista de Italia engañó también a la izquierda ale- con los que se disputaba el apoyo del mismo sector inestable de la pobla-
mana y ayudó a asegurar la fatal pasividad del Partido Socialista Alemán ción (especialmente los parados), llegó incluso a cooperar con ellos en una
(SPD) y del Partido Comunista Alemán (KPD) a finales de 1932 y princi- huelga salvaje contra el sistema de transporte de Berlín en noviembre de
pios de 1933. Ambos partidos esperaban que los nazis intentasen dar un 1932. Lo último que los comunistas alemanes estaban dispuestos a hacer
golpe de Estado, aunque el análisis que hacían de la situación fuese por lo era ayudar al SPD a salvar las instituciones democráticas."
demás completamente distinto. Para los socialistas, el levantamiento nazi El éxito electoral de Hitler (mucho mayor que el de Mussolini) le per-
que esperaban sería la señal para actuar sin el estigma de la ilegalidad, mitióunamayor autonomía en sus negociaciones con los políticos del or-
como habían hecho con éxito con una huelga generalcontra el «golpe de den establecido, cuya ayuda necesitaba para llegar al poder. La responsabi-
Kapp» en 1920, cuando unidades de los Freikorps habían intentado tomar lidad de hallar una salida, al paralizarse los mecanismos de Gobierno de
el poder. Con semejante planteamiento, nunca llegaron a identificar un Alemania después de 1930, correspondía, másaún que en Italia, a una me-
momento oportuno para contraatacar a Hitler. dia docena de hombres: el presidente Hindenburg, su hijo Oskar y otros
Lo más próximo a un golpe de Estado en la Alemania de Weimar a consejeros íntimos, además de los dos últimos cancilleres de Weimar,
principios de la década de 1930 no fue obra de los nazis sino de su prede- Franz van Papen y Kurt van Schleicher. Al principio intentaron mantener
cesor conservador, el canciller Franz van Papen. El 20 de julio de 1932 Van a distancia al zafio ex cabo austriaco. Hay que recordar que en la década de
Papen depuso al Gobierno legítimamente elegido del Estado (Land) de 1930 los ministros del Gobierno se suponíaaún que teníanque sercaballe-
Prusia) una coalición de socialistas y miembros del católico Partido ros. Elqueintrodujesen a toscos fascistas en el Gobierno eraun indicio de
Centro, y consiguió convencer al presidente Hindenburg para que utiliza- sudesesperación.
se suspoderes de emergencia e Instaurase un nuevo Gobierno en ese Esta- El aristócrata católico Franz van Papen probó como canciller (julio-
do presidido por Van Papen. Un acto como ése podría haber desencadena- noviembre de 1932) a gobernar sin políticos, a través de un llamado «gabí-

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nete de barones», compuesto por expertos técnicos y eminencias no políti~ -h bíahecho perder su valor más preciado: el impulso. El tesoro del par-
caso Su jugada de celebrar elecciones nacionales en julio permitió que los id . estaba casi vacío. Gregor Strasser no era e1"urnco nazi..Impartante que)
]ea
nazis se convirtieran en el mayor partido del país. Van Papen intentó en- ~;o de la estrategia del todo o nada de Hitler, estaba considerando otras
tonces integrar a Hitler como vicecanciller) un cargo sin autoridad, pero el
opciones. . . .
dirigente nazi tuvo la agudeza estratégica y la osadía de jugador suficientes Fue Franz van Papen quien salvó al caudillo nazr. Resentido con
para no aceptar nada que no fuese el cargo más alto. Esta decisión obligó a Schleicher por haber ocupado su p~esto, V?n Pap:n llegó a un ac~erdo s~­
Hitler a pasar el tenso otoño de 1932 por el calvario de una espera incierta, ro con Hitler por el que este sena canciller y el, Van Papen, VICecanCI-
iutentando apaciguar su desasosiego y el hambre de cargos de los militan_ ere un cargo desde el que Van Pape~ espera b a dimglr
üer... .. 1as. cosa~ ..
Eancia-
l'
tes mientras mantenía su apuesta de todo o nada. indenb urg, convencido por su hIJO y por otros consejeros íntimos de
Los nazis (como los fascistas antes que ellos) con la esperanza de agu- no HSchleicher estaba planeando deponerle e instaurar una diictad ura mi-.
dizar la crisis, incrementaron la violencia) eligiendo cuidadosamente sus que d b . ..
litar, y convencido por Van Papen de que no que a a nmguna otra opClOn
objetivos. El apogeo de la violencia callejera nazi en Alemania llegó des- conservadora, aceptó el Gobierno Hitler-Van Papen el 30 de enero de
pués del 16 de junio de 1932, en que el canciller Van Papen levantó la prohi- 1933." Hitler, según la conclusión de Alan Bullock, había SIdo «elevado» al
bición de los uniformes de las SA que Brüning habia impuesto en abril. cargo por «una conspiración palaciega»."
Durante varias semanas acongojantes fueron asesinadas 103 personas y re-
sultaron heridas centenares más."
Mussolini habia jugado una baza más débil en sus negociaciones por el LO QUE NO SUCEDIÓ: ELECCIONES, GOLPE DE ESTADO)
poder y se había apoyado en la violencia directa más que Hitler. Solemos TRIUNFO EN SOLITARIO
olvidar que el fascismo mussoliniano fue más violento que el nazismo en
su camino hacia el poder. El 5 de mayo de 1921 solamente, un día de elec- Los votantes alemanes nunca dieron a los nazis una mayoría del voto po-
ciones, fueron asesinadas 19 personas en actos de violencia política en Ita- pular, como aún se afirma a veces. Como vimos ~n el últi~o capítulo) l?s
lia y 104resultaron heridas." Aunque las estadísticas no son fidedignas, cál- nazis se convirtieron realmente en el mayor partido del Reíchstag aleman
culos verosímiles de los muertos por violencia política en Italia durante en las elecciones parlamentarias del 31 de julio de 1932, con el 37,2 por 100
1920-1922 incluyen de quinientos a seiscientos fascistas y dos mil antifas- de los votos. Luego descendieron a un 33,1 por 100 en las elecciones parla-
cistas y no fascistas, seguidos de otro millar de los últimos en 1923-1926.'6 mentarias del 6 de noviembre de 1932. En las elecciones parlamentarias del
1 La solución a la que recurrió Van Papen de convocar nuevas elecciones 6 de marzo de 1933, con Hitler como canciller y el Partido Nazi controlan-
para el6 de noviembre hizo disminuir un tanto el voto nazi (volvieron a do todos los recursos del Estado alemán, sus resultados fueron de un 43,9
ganar votos los comunistas) pero no hizo nada por sacar a Alemania del por 100) más significativo pero aún insuficiente." Más de un alemán de
punto muerto constitucional. El presidente Hindenburg le sustituyó como cadados votó contra los candidatos nazis en esas elecciones, en plena cam-
canciller el z de díciembre por un jefe del Ejército considerado más tecno- paña de intimidación de los Camisas Pardas. El Partido Fascista Italiano
crático que reaccionario, el general Kurt von Schleicher. Durante las pocas obtuvo 35 escaños de un total de 535 en las únicas elecciones parlamenta-
semanas que estuvo en el poder (diciembre de 1932-enero de 1933), Schlei- riaslibres en las que participó, las del 15 de mayo de 1921.w
cher preparó un activo programa de creación de empleo y reconstruyó las En el otro extremo, ni Hitler ni Mussolini llegaron al cargo por un gol-
relaciones con las organizaciones obreras. Con la esperanza de obtener la pe de Estado. Ninguno de ellos se hizo con el timón por la fuerza, a pe-
neutralidad nazi en el Parlamento, flirteó con Gregor Strasser, jefe de la or- sar de que ambos habían utilizado la fuerza antes de llegar al poder con el
ganización del Partido Nazi y uno de los dirigentes de su corríente antica- fin de desestabilizar el régimen existente y ambos habrían de utilizar la
pitalista (Hitler nunca olvidó y nunca perdonó la «traición» de Strasser). fuerza de nuevo) una vez en el poder, con el fin de transformar sus gobier-
En este punto, Hitler se hallaba en serías dificultades. En las elecciones nos en dictaduras (como veremos en breve). Hasta los autores más escru-
del 6 de noviembre el voto nazi había disminuido por primera vez, 10 que pulosos hablan de su «toma del poden}," pero esa frase describe mejor 10

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I
ANATOMÍA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

que hicieron los dos caudillosfascistas despuésde ocupar el cargo que enero de 1941 a recortar suspoderes. Un pogromo acompañado de unarebe-
lIegarou a él. lióna gran escalade la Legiónel 21 de enero fueron sangrientame~te aplasta-
Tanto Mussolini como Hitler fueron invitados a ocupar el cargo de jefe dos porAntonescu en «elejemplo másextremo»?" de una represión conser-
del Gobierno por un jefe del Estado en ejerciciolegítimo de sus funciones vadora de! fascismo. Antonescu acabó con la Legión y sustituyó el Estado
oficiales, siguiendo el consejode asesores civiles y militares. Ambos se con- Legionario Nacionalpor una dictadura roilit~ pro ale~ana pero no fascista."
virtieron por tanto en jefes de Gobierno en lo que pareció, superficialmen, Otros intentos de golpe de Estado fascistas corneron una suerte pa-
te al menos, e!ejerciciolegítimo de la autoridad constitucional del rey Víc- recida. Si bien e! golpe del 25 de julio de 1934 de! Partido Nazi austriaco
tor Manuel III y del presidente Hindenburg. Ambos nombramientos se consiguió asesinar al canciller Engelbert Dollfuss, su sucesor, Kurt van
hicieron, hay que añadir al mismo tiempo,en condiciones de crisis extre- Sebuschnigg, reprimió a los nazis en Austria y gobernó a través de un par-
ma, una crisis que los fascistashabían instigado. Consideraré el tipo de cri- tido clerical-autoritario único, el Frente de la Patria.
sis que abre el camino al fascismo más adelante. Aunque los conservadores podían aceptar la violenciacontra soci~i~­
En realidad, ningún golpe insurrecional contra un Gobierno estableci- las y sindicalistas, no la toleraban contra el Estado. La mayoría de los diri-
do ha llevado hasta ahora a los fascistas al poder. Dictaduras autoritarias gentes fascistas, por su parte, se habíandado cuenta d~ que u?a ton:a del
han aplastado varias veces tales intentos." Esto fue lo que le sucedió por poder a la quelos militares y los c~nservadores se opusiesen .solo sena po-
tres vecesa la Legión delArcángel Miguel rumana, el partido fascistade re- sible con la ayoda de la calle,en condiciones de desorden SOC1~ que proba-
ligiosidad más exaltada y uno de los más dispuestos a asesinar a judíos y blemente desembocase en agresiones incontrolables a la propiedad pnva-
politicos burgueses. En una Rumania desastrosamente gobernada por una da, la jerarquía social y e! monopolio de la fuerza armada por p~rte del
oligarquía corrupta y reducida, la legión tenía una relación ferviente con Estado. Si los fascistas recurrían a la acción directa corrían e! peligro de
sus bases populares, hasta entonces primordialmente campesinos apolíti- proporcionar ventajas a su principal enemigo, la izquierda, poderosaaún
cos deslumbrados por el juvenil Corneliu Ccdreanu y sus discípulos, que en las callesy en los centros de trabajo de la Europa de entreguer~~s.'~ Es-
recorrían aldeas remotas a caballo, ataviados con camisas verdes y provís- tas tácticas alejarían también a aquellos mismos elementos (el Ejército y
tos de estandartes religiosos y patrióticos." la policial que los fascistas necesitarían más tarde para planear y ejecutar la
Tras un periodo particularmente estéril de luchas intestinas parlamen- expansiónnacional agresiva.Lospartidos fascistas, por muy profundo que
tarias yde amiguismo, e!rey rumano Carol asumió poderes dictatoriales el fuese el desprecio que les inspirasen los conservadores, no tenían futuro al-
10 de febrero de 1938. En noviembre, después de que intentase sin éxito in- guno alineándose con grupos que quisiesen destruir las bases del poder
tegrar a la legión,cada vezmás violenta, en e!oficialFrente de Renacimiento conservador.
Nacional, Carol detuvo a Codreanu, que fue posteriormente asesinado, Dado que la ruta fascista hacia e! poder ha pasado siempre por la coo-
juntocon algunos de sus colaboradores, «cuando intentaba escapar». H~.;,­ peración con elites conservadoras, al menos en los casos que conocemos
riaSima, sucesor de Codreanu, respondió en enero de 1939 con una insu~ hasta ahora, la fuerza del propiomovimientofascista sólo es una de lasva-
rrección, que la dictadura regia reprimió con firmeza. riables determinantes de la consecución (o no) de! poder, aunque se trate,
Carol abdicó en septiembre de 1940, después de que la Alemania vícto: . sin duda, de una variable vital. Los fascistas disponían de una cantidad de
riosa obligasea Rumanía a ceder territorios a Hungría y a Bulgaria. El nue . militantes y una fuerza que podían ofrecer a los conservador~s atrapa~os
va dictador rumano, e! general (más tarde mariscal) Ion Antoneseu,en • enunacrisis en Italia y Alemania, como hemos visto.Pero fue Igual de un-
otro intento de hacerse con las bases populares de la Legión, la convirtiÓ portante que las elites conservadoras estuviesen dispuestas a trabajar ~o~
en e!partido único de! «Estado Legionario Nacional» que instauró el 15 de' . el fascismo, que se diese una flexibilidad reciproca por parte de los diri-
septiembre de 1940. Horia Sima, e!impetuoso nuevo jefe de la Legión, cr~%> gentes fascistas y que la urgencia de la crisis las indujese a cooperar entre
organizaciones obreras «paralelas» y una policía«paralela» e inició la co~~';': ellos.
fiscaciónde bienes judíos, desorganizando hasta tal punto la economía del;!: Espor tanto esencial estndiar a los cómplices que ayodaron en los mo-
Estado rumano que Antonescu, con la aprobación de Hitler, empezó-:~~~ mentos cruciales. Considerar sólo al caudillo fascista durante su llegada al

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LA LLEGADA AL PODER
ANATOMÍA DEL FASCISMO
"__-'-O_cuando un sistema constitucional se estanca en un punto muerto y
poder es caer bajo el hechizo del «mito del Führer» y el «mito del.Duce» de dejan de funcionar las instituciones democráticas, el «espacio político»
una forma.que les ~abría ~ausado a los dos una satisfacción inmensa. De~ tiende a estrecharse. El circulo de los que toman decisionesde emergencia
bemos dedicar el mismo tiempo a estudiar a los aliados y cómplices indi puede llegar a reducirse a unos cuantos individuos, tal vez a un jefe de Es-
pensables de los caudillos fascistas que el que dediquemos a estudiar
to l mi .
~s­
a es-
28
tado y a sus asesores civiles y militares inrnediatos. En capítulos ante-
s, y e .nnSIDO tiempo a estudiar el tipo de situaciones en que se ayudó a riores de este libro tuvimos que examinar contextos muy amplios para
los fasCIsta~ a llegar al poder que el que dediquemos a estudiar los moví, entender la formación y el arraigo del fascismo. En la etapa en que el hun-
mientos nusmos. dinú ento de los regímenes democráticos abre finalmente el camino para
que el caudillo fascista realice un intento serio de conseguir el poder, la
concentración de responsabilidad en manos de unos pocos individuos exi-
LA FORMACIÓN DE ALIANZAS gealgo más próximo a una perspectiva biográfica... con la debidaprecau-
ción, claro está, para no caer en la trampa de atribuirlo todo sólo al caudi-
El in~ci~r seriame~te una búsqueda del poderimplicó profundamente a los
llo fascista.
movmuentos
1 d fascistas
. maduros en el procesode formació n de al'lanzas con Las complicidades conservadoras en la llegada del fascismo al poder
e or en establecido, Los conservadores italianos y alemanes no habí fueron de varios tipos. En primer lugar, estaba la complicidad respecto a la
c;eado a Mussolini y a Hitler, claro está, aunque habian permitido de~:~ violencia fascista contra la izquierda. Unadelas decisionesmásfatídicas en
siado a menudo que sus actuaciones ilegales quedasen impunes. Después elcaso alemán fue que Van Papen retirase el 16 de junio de 1932 la prohibi-
de que los fascistas y los nazis se hubiesen hecho ya demasiado import - ción que pesaba sobre las actividades de las SAo Los escuadristas de Musso-
tes para que se les pudiese ignorar, por la mezcla, en grados diferentes .de lini habrian sido impotentes sin la apatia e incluso la ayuda directa del
triunfo electoral e int~idación violenta que vimos en el último capítulo, Ejército y de la policía. Otra forma de complicidad fue otorgarles respeta-
los conse~~dores tuvieron que decidir qué hacercon ellos. bilidad. Hemos visto ya que Giolitti ayudó a hacer respetable a Mussolini
Lo.s dirigentes co~servad~res tenían que decidir, en concreto, si inten- incluyéndole en su coalición electoral en mayo de 1921. Alfred Hugenberg,
taban integrar el.fascismo o SI debían procurar convertirlo de nuevo en un ejecutivo de Krupp y dirigente del partido que más directamente compitió
fenómeno marginal, Un~ decisión crucial era si la policía y los tribunales con Hitler, el Partido Nacional Alemán (DNVP), atacó alternativamente al
d~bían obh~ar a los fascistas a cumplir las leyes. El canciller alemán Brü- dirigente nazi y apareció en actos políticos con él. Uno de ellos, en Bad
mng intentó poner coto a la violencia nazi en 1931-1932. Prohibió a las SA Harzburg, en el otoño de "93", hizo creer al público que ambos habían for-
el uso de uruformes en sus actos públicos el "4 de abril de 1932. Cuando mado un «Frente de Harzburg». Pero mientras Hugenberg ayudaba a ha-
F:m:z van Papen sucedió a Brüning en la cancilleria en julio de "932 levan- cer parecer aceptable a Hitler, los miembros del DNVP se iban haciendo
~o) sm en:bargo, la prohibición, como ya vimos, yeso llenó de entusiasmo nazis, que era algo que resultaba mucho más emocionante.
los ~azl.s,
que desencadenaron el periodo más violento de toda la crisis Vimos en el capítulo 2 que los nazisrecibieron menos ayuda económi-
constitucional de 1930-1932. En Italíla, aunque unos cuantos prefectos in- ca directa de empresarios y capitalistas de lo que muchos han supuesto.
t~ntaron ponercoto a la violencia fascista.v los dirigentes nacionales prefi- Antes del acuerdo final que puso en el poder a Hitler, el capitalismo ale-
neron, e~ ~omentos cruciales, como ya sabemos, intentar «transformar» mán habia preferido mucho más a un conservador sólido y tranquilizador
a Mussolini en vez de disciplinarle. Dirigentes nacionales conservadores de comoVan Papen que a un desconocidoHitler, con sus asesores económi-
ambos países decidieron que lo que los fascistas podian ofrecer compensa- cos chiflados. En los tensos últimos meses, cuando Hitler se negaba a acep-
ba sobradamente las desve~ta!as de tener que permitir que aquellos rufia- tar todas las ofertas menores jugándose1o todo a la opción de ser canciller,
nes arrebataran. espaclO pubhco a la izquierda mediante la violencia. La y cuando el radicalismo del partido volvió a aflorar en la huelga del trans-
prensa nacionalista y los dirigentes conservadores de ambos países aplica- porte de Berlín, el dinero escaseaba más aún. El NSDAP se halló práctica-
ro~ por tanto un doble rasero para juzgar la violencia fascista y la de la iz- mente en la quiebra después de las decepcionantes elecciones de noviem-
quierda,
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118
ANATOMÍA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

bre de 1932. Un banquero relativamente poco importante de Colonia, Kurt tas regionales, de lo que lo estaba Hitler con las SAo Pero aunque Hitler te-
van Schroder, sirvió como intermediario en las negociaciones entre Hitler níamásmano libre en estanegociación, ni siquiera él estaba a salvo de pro-
y Van Papen, pero las aportaciones del mundo de los negocios no se con- blemas con los militantes de su partido.
virtieron en un recurso importante para Hitlerhastadespués de alcanzar Lanegociación con dirigentes conservadores para llegar al poder es un
el poder. Entonces, por supuesto, cambiaron las reglas del juego. Los hom- eriodo peligroso para un jefefascista. Mientras éstetrata en secreto con la
bres de negociosentregaron sumas cuantiosas a lasnuevasautoridades na- - p . ..
elite política,sus seguidores aguardan fuera con impaciencia, reproe Ij-
M
zis y comenzaron a adaptarse a un régimen que gratificaría generosarnen- dale que se está vendiendo. Mussolini, ent:egado ya ~ finales de 1920 a ne-
te a muchosde ellos con contratos de armamento y a todos ellos acabando gociaciones secretas con dirigentes de P~rt1dOI d~cepc~onó a aIgun~s de sus
con las organizaciones obreras del país, militantes al no acudir en defensa de D AnnunzlO a Fiume en Navidad y al
La financiación del fascismo italiano ha sido menos estudiada. Cuan- incorporarse a la coalición electoral de Giolitti en mayo de '?21. E~ agosto
do Mussolini rompió con los socialistas en e! otoño de 19'4, directores de de 1921 se produjo unarebelión abierta por su «pacto de.pa~~ficaclOm> con
periódicos nacionalistas e industriales y el Gobierno francés subvenciona- e!enemigo tradicional, los socialistas, que sólo superó dimitiendo tempo-
ron su nuevo periódico,Il Popolo d'Italia, pero lo único que perseguían con ralmente de la jefatura fascista y renunciando al pacto.
ello era intentar que Italia entrase en la guerra." La ayuda posterior de los Hitler también tuvo conflictos internos en el partido siempre que pa-
terratenientes, de los militares y de algunos funcionarios al squadrismo pa- reciaestar a punto de llegar a un acuerdo para conseguir e! poder. El anti-
receestar bastante clara. guo capitán de los Freikorps Walter Stennes, a cargo delas SAde Berl~n y
El periodo más o menos prolongado durante el cual los fascistas y los Alemania oriental, puso objeciones al hecho de que Hitler se propUSIese
conservadores llegaron a un acuerdo paracompartir el poderfue una eta- llegaral poder por medios legales. Los Camisas Pardas de Stennes estaban
pa tensapara ambas partes) tanto en Italia como en Alemania. Estas nego- tan exasperadospor el aplazaruíentode las recompensas que ~spe:aban por
ciaciones prometían) en el mejor de los casos) conducira un compromiso largas horasde servicio con un sueldoescaso ypor su subordlllaCl6~ a cua-
que no seria el ideal para ninguna de las dos partes. Pero, considerando las dros de! partido no militares, que ocuparon y destrozaron las oficinas del
alternativas (la izquierda en e! poder o una dictadura militar que proba- Partido Nazi de Berlín en septiembre de 1930. Cuando se negaron a obede-
blemente excluiría tanto a los conservadores parlamentarios como a los cer la orden de Hitler de respetar la prohibición de la violencia callejera
fascistas), ambas partes estaban dispuestas a hacerlos ajustes necesarios y en febrero de '93', Hitler expulsó sin contemplaciones a Stennes de las
a conformarse con solucionesque no fuesen lasideales. SAo Militantes furiosos ocuparon de nuevo sedes de! partido en abnl de
Lospartidos fascistas se vieronasítentados a una complicidad cada vez 1931, y fueron necesarios todos los poderes de persuasión de Hitler para
más intensa con sus nuevos aliados, que planteaba el peligro de dividir a poner fin a la revuelta. Fueron purgados quinientos radic~es de las SA.
los partidos y de alejar de ellos a algunos puristas. Este proceso «normali- Cuando Hitler estuvo más cerca de perder el control de! Partido Na21 fue a
zador», yaevidente en la etapa anterior de arraigo) se intensificó entonces finales de 1932) como vimos antes) momento en que los v~tos empe~aron
por las ventajas superiores que se presentaban al ser posible el acceso al po- adisminuir, el dinero aescasear y algunos lugartenientes rnrraban hacia fu-
der.- Elcaudillo fascista, entregado a una negociación prometedora con los turos másprometedores en gobiernos de coalición. Hitl~r,.con su ~erza de
que detentaban el poderconservador) reformaba su partidoaún más radi- voluntad y su instinto del jugador intacto pese a una pOSICIón debilitada en
calmente que antes. Hacia lo que Wolfgang Schieder llama un «Herrs- lanegociación, apostó al todo o nada por la canc.i?ería. ,
chaftskompromíss», un (compromiso para gobernar' en el que se estable- Los conservadores apoyaron la apuesta también, cuandoempezoa pa-
cen áreas de acuerdo y se quita de en medio a idealistas molestos." recerprobable un acuerdo con un partido fascista triunfante: el poder con
Hitler y Mussolini hicieron su Herrschaftskompromiss partiendo de poe el apoyo de una base de masas se convertia yatambién para ellos en un ob-
siciones de fuerza algo distintas. Debido a la importancia de! squadrismo jetivo alcanzable. Huboincluso cierta competencia entre los conservadores
para e!éxito de Mussolini y a la relativa insignificancia de su grupo para conseguir e! apoyo de todo el movimiento fascist~ o de una parte de
ral, el Duce estaba también más en deuda con los ras, sus cabecillas fe,;ci6'"c\'1I él (intentándose a veces desgajarun ala o la base). Sch!eJcher compitió con

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LA LLEGADA AL PODER
ANATOMíA DEL FASCISMO
_._~_,conservadoradejarde tener que apoyarse en los poderes de emergenciadel
Von Papen en,Alemania por conseguir enganchar d caballo salvajena ' _presidente, lo que ya habían hecho alo largode casi tresaños,y formaruna
su carro, lo mismo que Giolitti con Salandra en Italia, ZI a lUayoria parlamentaria que excluyese a la izquierda.
Nohubo nada inevitable en la llegada al cargo de Mussolini y de Hit! y los fascistas no s610 ofrecían números, Ofrecían rostros jóvenes, y
El examen detemdo de ~óm~ los dirigentes fascistas se convirtieron en :~ nuevos a un público cansado de un orden politico establecido envejecido
fes del Gobierno es un eJercIcIode antideterminismo. Es muy probable jue y que no habia hecho nada por mejorar las cosas. Los dos partidos más jó-
una s~n~ de factores (la superficialidad de las tradiciones liberales 1 q venes de Italia y de Alemania eran el comunista y el fascista. Ambas nacio-
~u~tnahzación tardía, la supervivencia de elites predemocráticas ia'~: m- nesdeseaban nuevos dirigentes, y los fascistas ofredan a los conservadores
e ast~ndencias revolucionarias, un espasmo de rebelión con~ra ~~a
la un mauantial de juventucL Ofrecian también otra forma de pertenencia: un
m¡Jl~Clon nacional) contribuyesen todos ellos a la magnitud de la .. compromiso más intenso y una mayordisciplina en una época en que los
redujesen las opciones disponibles en Italia y en Alemania. Pero 1~:I~~iY conservadores temían la disolución del vinculo social.
gent,e~ ;conservadores rechazaron otras posibilidades, como gobernar en Los fascistas habían hallado también una fórmula mágica para alejar a
coalición con la izquierda moderada) por ejemplo, o gobernar mediante los trabajadores del marxismo. Marx había afirmado mucho tiempo atrás
~s p~deres d~ emerge~:ia de la autoridad regia o presidencial (o, en el caso que la clase obrera no tenía patria, y los conservadores aún uo habían sido
e eu: an, continuar haciéndolo). Eligieron la opción fascista. Los dirigen! capaces de hallar un medio de refutarle. Ninguna de sus panaceas decimo-
rascistas), por sti part e, consrguieron
., la «normalización» necesaria para es nónicas (respeto, religión, escolarización) había funcionado. En visperas
compartir el poder. No tenía por qué haber sido asi. de la Primera Guerra Mundial, Action Prancaise habia logrado cierto éxito
reclutando a unos cuantos trabajadores industriales para el nacionalismo,
y la aceptación inesperadamente amplia de los trabajadores de su deber
LO QUE OFRECIERON LOS FASCISTAS AL ORDEN ESTABLECIDO patriótico de luchar por sus patrias respectivas al iniciarse la Primera Gue-
rra Mundial predecia que en el siglo xx la nación iba a ser más fuerte que
~n una ,situación de punto muerto constitucional y amenazarevoluciona- la clase.
na cre,CIente, un movimiento fascista triunfante ofrecevaliosos recursos a Los fascistas se desarrollaron en todas partes sobre la base de esa revela-
una elite tambaleante. ción. Yamencioné entre los primeros precursores el Circulo Proudhon fran-
Los fascistas podían ofreceruna masa de seguidores lo suficientemen- CéS,31 En el PartidoNazi, su mismo nombre indicabaya que era un partido
t~ grandeparapermitir a ,l~s conservadores formar mayorías parlamenta- de trabajadores, un Arbeiterpartei. Mussolini esperaba reclutar a sus viejos
na~ ¿a~aces ,detomar decisiones firmes sin tener que contar con socios iz- colegas socialistas. No obtuvieron ningún éxito aplastante. Todos los análi-
~~erdlstas 1l1~ceptables. Los treinta y cinco diputados de Mussolini no sis de la composición social de los partidos fascistas iniciales concuerdan:
. n un peso Importante en la balanza, pero la aportación potencial de aunque atrajeron a algunos trabajadores, su porcentaje dentro del partido
Hitlerdera decisiva. Podía ofrecer el mayor partido de Alemama . a unos con- estuvo siempre por debajo del que les correspondía en la población general.
ser;~ ores que no habían adquirido la habilidad necesaria para manejar la Tal vez esos pocos trabajadores fascistas fuesen suficientes. Si los partidos
rhtica de masas, súbitamente introducida en el país por la Constitución fascistas podían reclutar a a1guuos trabajadores, la violencia fascista ya se
e 1919. Durante la década de 1920, el único partido no marxista que había cuidaría luego de los obstinados. Esta fórmula de «divide y vencerás» fue más
c?llstrUldo con éxito una base de masas en Alemania era el Zentrum (Par- eficaz que todo lo que podían ofrecer por su cuenta los conservadores.
tl~o del Centro), un partido católico que contaba, gracias a su arraigo en la Otra oferta fascista seductora era una vía para superar el clima de de-
~l a parroq~al, con numerosos militantes activos y pertenecientesa todas sorden que los propios fascistas habian ayudado a crear. Después de haber
as clases SOCiales. El Zentrum penetró ampliamente en la clase obrera a dado rienda suelta a sus militantes para que hiciesen inviable la democra-
~avés de los sindicatos católicos, pero)siendo como eraun partido confe- cia y desacreditasen el Estado constitucional, los dirigentes nazis y fascis-
sional, no podia reclutar con la misma amplitud que Hitler Éste q tas se presentaron como la única fuerza no socialista que podía restaurar
taba el .. ' ,ue con-
con mayor partido del país, permitió a los artifices de la coalición
123
122
ANATOMíA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

el orden. No sería la última vez que los dirigentes capitalizasen esa ambi- poner en peligro los privilegios económicosy sociales conservadores yel
güedad: «Al estar en e! centro del movimiento-escribió Hannab Arendt dominio político conservador. Los conservadores, por su parte, retenían
en uno de sus penetrantes comentarios-e-, el dirigente puede actuar como lasllaves de las puertas del poder.
si estuviese por encima de él»." Las condiciones fascistas paraun acuerdo
no eraninsuperablemente altas. Algunosconservadores alemanes estaban
inquietos por la retórica anticapitalista de que aún hacían gala algunos in- LA CRISIS PREFASCISTA
telectuales nazis," 10 mismo que lo estaban los conservadores italianos
con activistas obreros fascistas como Edmondo Rossoni. Pero Mussolini Aunque las dos crisis durante las cuales consiguieron e! poder los dos cau-
hacia mucho que se había pasado al «productivismo: y a la admiración dillos fascistas (las secuelas de la Primera Guerra Mundial y la Gran De-
de! héroe industrial, mientras que Hitler dejó claro en su famoso discur- presión) fueron diferentes tuvieron elementos comunes. Ambas se produ-
so de! Club de Industriales de Düsse!dorfe! 26 de enero de 1932, asi como jeron con gobiernos que tenían problemas de dislocación económica y de
en conversaciones privadas, que él era un darwinista social también en la humillación nacional que la política tradicional de partidos no parecía ca-
esfera económica. paz de resolver; en una situación de parálisis del Gobierno constitucional
Aunque fuese obligado admitir a aquellos zafios advenedizos en los (debida en parte a una polarización política que los fascistas ayudaron a
altos cargosparallegara un acuerdo, los conservadores estabanconven- instigar); con una izquierda militante en rápido crecimiento y que amena-
cidos de que aún seguirían controlando e! Estado ellos. Era algo inaudi- zaba con convertirse en el principal beneficiario de la crisis; y con dirigen-
to que semejantes arribistas dirigiesen gobiernos europeos. Aún era tes conservadores que se negaban a colaborar incluso con los elementosre-
normal en Europa, incluso después de la Primera Guerra Mundial, has- formistas de la izquierda, y que velan peligrar su capacidad para seguir
ta en las democracias, el que ministros y jefes de Estado fuesen miem- gobernando contrala izquierda sin nuevosrefuerzos.
bros ilustradosde las clasessuperiores con larga experienciaen la diplo- Esimprescindible recordar 10real que parecía la posibilidad de una re-
macia o en la administración pública.El primer ministro de clase baja volución comunista en Italia en 1921 y en Alemania en 1932. Italía acababa
de Inglaterra fue Ramsay MacDonald, en '924, y no tardó en parecer un de pasar por el biennio rosso, los dos «años rojos» que siguieron a las pri-
patricio y en hablar y actuar como tal, para disgusto de los militantes la- meras elecciones de posguerra de noviembre de '9'9, en las que el Partido
borístas, que le rídiculizaban llamándole '<el caballero Mac», El presi- SocialistaItaliano (PSI) triplicó sus votos de antes de la guerra, haciéndo-
dente Friedrich Ebert de Alemania (1919-1925), guarnicionero de oficio, se con casi un tercio de los escaños del Parlamento, y experimentó una
había adquirido prestigio en su larga trayectoria como diputado y fun- oleada de fervor «maximalista». El nombramiento de alcaldes socialistas
cionario del Partido Socialista. Hitler y Mussolini fueron los primeros ennumerosas localidades estuvo acompañado de grandes ocupaciones de
aventureros de clase baja que llegaron al poder en países europeos im- tierras y de grandes huelgas, que culminaron con una espectacular ocupa-
portantes. Hasta hoy incluso la República francesa no ha tenido ningún ción de fábricas en 'Iurín en septiembre de '920. Como telón de fondo se
jefe de Estado y sólo un puñado de primeros ministros que fuesen adve- cernía el ejemplo de Rusia, donde la primera revolución socialista que
nedizos sociales del tipo de, por ejemplo, Harry Truman. Pero las cir- triunfaba en el mundo mostraba todos los indicios de poder generar otras.
cunstancias distaban mucho de ser normales en Italia en 1922 y en Ahora sabemos que los «maximalistas» italianos y el nuevo Partido COlTIU-
Alemania en 1933. Un ingredienteesencial en el cálculo de los conserva- nistaItaliano, fundado en 1921, no tenían la menor idea de 10que iban a hacer
dores era que e! cabo austriaco y e! bisoño agitador ex socialista Italiano acontinuación. Elmiedo a una presunta revolución comunista podía,sin
no tendrían la menor idea de qué hacer con aquel alto cargo. Serian in- embargo, movilizar alos conservadores con tanta fuerza como una revolu-
capaces de gobernar sin e! savoír faíre de los dirigentes conservadores, ción real. Como comentó Federico Chabod, el miedo de la clase media al
cultivados y con experiencia. comUTÚsmo alcanzó su punto culminante en Italia después de haberse
En suma, los fascistas ofrecían una nueva receta para gobernar aplacado ya la oleada «maxímalista»,"
apoyo popular pero sin tener que compartir e! poder con la izquierda En Alemania, después de 1930, sólo crecieron electoralmente los co-

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ANATOMÍA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL pODER

munistas, además de los nazis." Los comunistas alemanes, 10 mismo qUe el cargo por el hecho de tener que gobernar en coalición con sus
los nazis,prosperaron con el paro y con elconvencimiento generalizado de conservadores. Aunque los partidos fascistas ocupaban algunos
que el sistema constitucional y los partidos tradicionales habían fracasado. .alrauv" vitalesen estos gobiernos, sólo disponían de un número reducido
:.'
Sabernos por documentos del Partido Nazi requisados por la policía ale. cargos en el gabinete."
mana en 1931 (los «documentos de Boxheim») que los estrategas nazis, Ambos jefes fascistas no tardaron en convertir ese punto de apoyo en
como muchos otros alemanes, esperaban unarevolución comunista y pla. dictadura directa. Completaron su control del Estado transformando
unacargo semiconstitucional en una autoridad . al il' .. d ' fu
neaban una acción directa contra ella. Los dirigentes nazis parecían estar person Imita . a: esa e
convencidos en 1931 de que la oposición por la fuerza a una revolución CO~ unauténtica «tomadel poder». Fueuna h'ístona
la . diIstm:~ d ~ obt ener ~n car-
munista erasu mejor rutahaciala plenaaceptación nacional. ue se caracterizó principalmente por una actuacton ilegal masiva por
Dadas todasestascircunstancias, el Gobierno democrático funcionaba go q de los Jefes
parte . .
fasCl~tas. L~s aliia dos aun
'. elan crUCI'al es, pero ah oraso'lo
muy pobremente. Aunque el Parlamento italiano nunca estuvo tan corn- necesitaban ya su aquiescencia. .
pletamente paralizado corno el alemán, la incapacidad de la jefatura poli, Ni siquiera Hitlerse convirtió inmediatamente en el ~ICtador de ~e­
tica de ambos países para resolver los problemas que se planteaban ofreció mania. Al principio creyó que el mejormedio de conseguir una mayor m-
una oportunidad indispensable al fascismo. dependencia de sus socios de coalición eran unas elecciones más) en las
Tauto los fascistas italianos como los alemanes habían hecho todo lo ue esperaba obtener la mayoría suficiente que hasta entonces no había
posible para que la democracia funcionase mal. Pero el punto muerto de ¿onseguido. Peroantes de quepudiesencelebrarse las elecciones) un golpe
las constituciones liberales no era algo que hubiesen provocado sólo los de suerte proporcionó a Hitler una excusa para dar un virtual golpe de Es-
fascistas. «El colapso del Estado liberal-dice Roberto Vivarelli-se produ- tado desde dentro, sin un soplo de oposición de la derecha ni del centro.
jo con independencia del fascismo»." En la época resultaba tentador con- Esegolpe de suerte fue el incendio que destruyó el edificio del Reichstag de
siderar el mal funcionamiento del Gobierno democrático después de 1918 Berlín el 28 de febrero de 1933·
una crisis sistemática que señalaba el final histórico del liberalismo. Desde Se creyó durante mucho tiempo que habían sido los propios nazis
el resurgir de la democracia constitucional después de la Segunda Guerra quienes habían prendido fuego al Reichstag y acusado luego de ha~erlo a
Mundial, ha parecido más acertado considerarlo una crisis circunstancial un comunista holandés medio retrasado que se encontraba en las mme-
producida por las tensiones de la Primera Guerra Mundial, por una brus- diaciones, Marinus van der Lubbe, con la finalidad de convencer al públi-

¡ ca ampliación de la democracia y por la Revolución Bolchevique. Inter-


pretemos como interpretemos la parálisis que aquejó al Gobierno demo-
co de que debía aceptar medidas anticomunistas extremas. Hoy la mayoría
de los historiadores creen que Van del' Lubbe fue realmente el autor del m-

I crático, no es probable que ningún movimiento fascista hubiese podido


llegar al poder sin ella.
cendio y que Hitler y sus colaboradores, cogidos por sorpresa, creyeron
realmente que se había iniciado un golpe de Estado comunista." Hubo su-
ficientes alemanes que compartieron su pánicocomo para que dispusiesen

I LAS REVOLUCIONES DESPUÉS DE LLEGAR AL PODER:


ALEMANIA E ITALIA
de una libertad de actuación casi ilimitada.
Lo que sucedió después se ha presentado en general como.una inicia-
tiva de Hitler, en que el nuevo canciller actuó con notable rapidez y segu-
ridad para capitalizar el temorgeneralizado al «terrorismo» comunista. En
1 Los conservadores llevaron a Hitler y a Mussolini al máximo cargo semi- lo que debe insistirse en la misma medida es en la disposición de los con-
constitucionalmente, dentro de unos gobiernos de coalición que los diri- servadores alemanes a otorgarle mano libre, y de las orgamzacrones de la
gentes fascistas no controlaban totalmente. Una vez en posesión semilegal sociedad civil a encontrarse con él a medio camino.Mientras aún humea-
del cargo, a Mussolini y a Hitler sólo se les habían confiado los poderes co- ban las ruinas del Reichstag, el presidente Hindenburg firmó un Decreto
rrespondientes a un jefe de gobierno de acuerdo con la Constitución. En para la Protección del Pueblo y del Estado el 28 de febrero, valiéndose de
términos más prácticos, su poder se halló limitado durante el periodo ini- los poderes de emergencia que le otorgaba el artículo 48. El Decreto del In-

126 127

1:
ANATOMíA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

mente en la primavera de "933 por activistas de! Partido Nazi contra judíos
cendio del Reichstag suspendió toda la protección legal de la libertad de:'
expresión, de reunión,de propiedady personal, permiti6a las autoridades'; y marxistas) e incluso a la apertura del primer campo de concentración
para enemigos políticos en Dachau, cerca de Munich, en marzo de 1933,
1
detener a sospechososde «terrorismo» (es decir, comunistas) a voluntady
dio autoridad al Gobierno federal para el control policialde los gobiernos , siempre que esasilegalidades se cometiesen contra «enemigos del pueblo»,
de los estados. Hítler pudo prolongar graciasa su autoridad la vigenciade la Leyde Habi-
Tras esto,pocos alemanes se mostraron dispuestos, sin apoyo de la po- 'e'
litación otros cinco años cuando expiróen 1937, casi sin comunicarlo, y de
licia,la judicatura o lasdemásautoridades, a oponersecuandolos Camisas nuevo indefinidamente, con la justificación de la guerra, en 1942. Pareció
Pardasirrumpieron en los juzgados y expulsaron a magistrados y aboga" necesitar encubrir su dictadura con el barniz legalque la Leyde Habilita"
dos judíos" o saquearon periódicos y oficinas de organizaciones de la iz- ción proporcionaba a las accionesarbitrarias del régimen.
quierda. ' , Aunque conseguir el poder ayudaba a un jefefascistaa dominar al par"
ElpresidenteHindenburg habia autorizadoya nuevaselecciones. Cuan" tido, Hitlersiguió teniendo conflictos con él incluso después de enero de
do se celebraron el S de marzo,sin embargo, apesar del terror nazi dirigido 1933. Algunosfanáticos creyeron que el éxito que habia tenido en la instau-
contra votantesy partidos de la izquierda, el partido de Hitler no consiguió ración de una dictadura nazi significaba que no tardarían en tener acceso
todavía la ansiada mayoría. Sería necesario un paso más para que Hitler ilimitado a puestos de trabajo y al botín de una «segunda revolución».El
pudiese hacer su voluntad. Los nazis propusieron una Leyde Habilitación jefe de las SA,Ernst Rohm, presionó a Hitler para que transformarse a los
quele permitiría gobernar por decreto durante cuatro años, sin tener que Camisas Pardas en una fuerza armada suplementaria, un proyecto que
remitirse ni al Parlamento ni al presidente, periodo tras el cual prometía alarmó al-Ejército regular.Hitler resolvióe!problema de una vez por todas
retirarse.Su título oficialera un ejemplo espléndido de!lenguaje grandilo- enla Noche de los CuchillosLargos, e! 30 de junio de 1934, haciendo matar
cuente nazi o LTI:" Leypara Aliviare! Desasosiego del Pueblo y del Reich. aRohmy a otros jefesde las SA, como es bien sabido,y también, pese a no
La Constitución exigíados tercíos de los votos de! Parlamento para esa de" ser algo tan conocido, a conservadores recalcitrantes (incluidos varios
legaciónde poderes legislativos al ejecutivo. miembros del equipo del vicecanciller Van Papen) ya otros notables que
A pesar de que una mayoría de los alemanes hablan votado aún por habían dado motivos para ello,como Gregor Strasser, el generalVan Sch-
otros partidos el 5 de marzo, Hitler consiguió e!apoyo de dos tercios nece- ., leicher (junto con su esposa), Gustav van Kahr, el dirigente conservador
sario para que se aprobara la Ley de Habilitación e! 24 de marzo de "933, bávaro que había cerrado el paso a Hitler en 1923, y a trece díputados del
gracias a la detenciónde los diputadoscomunistas. Losvotos no nazis más.'. Reichstag. Hubo en total entre 150 y 200 víctimas." Esta lección escalo"
decisivos llegaron del Zentrum católico y de los nacionalistas de Hugen" friante y los expolias de las victorias nazis mantuvieron a raya a partir de
berg. El Vaticano accedió, debido a que e! Papa Pío XI estaba convencidó entonces a los dubitativos.
de queel comunismo era peor que el nazismo, y a que no daba demasiada >~,~ Larevolución de Mussolinidespués de llegar al poder fue más gradual,
importancia a las libertades políticas,ya que consideraba que los católicos .: ylalucha por e!predominio entre tres rivales(el caudillo,los fanáticos de!
debían actuar en el mundo a través de las escuelas y de la Acción CatólicáP , partido y e! orden establecido conservador) se resolvió de forma mucho
(organizaciones juvenilesy obreras de base),másque a través de elecciones:':;' menos definitiva que en la Alemania nazi.Mussolini pareció resignarse du-
y partidos políticos. Hitler pagó su deuda el 20 de julio firmando un Con" J, rante casi dos años a gobernar como un primer ministro parlamentario '1
cordato con el Vaticano en el que prometíatolerancia con la enseñanza ca~ ',~'­ normal, en coalición con nacionalistas, liberales y unos cuantos popolari.
tólicay con laAcciónCatólicaen Alemania, siempre quese mantuviesenal}:§ Su Gobierno emprendió políticas convencionalmente conservadoras en la
margen de la política. ' :¡: maYoría delos campos,como, por ejemplo, el ortodoxoequilibrio de la de-
Hitler tuvo ya las manos libres para disolver todos los partidos polí~i flación y el presupuesto del ministro de FinanzasAlberto de Stefani."
cos (incluido e!Zentrum) en las semanas siguientese instaurar una dicta','!. Pero laviolencia escuadrista no dejónuncade amenazar con escapar al
dura unipartidista. Suscómplicesconservadores se mostraron dispuestoi:,~i:~~ coutr?l de Mussolini. Muchos Camisas Negras querían una «segunda re-
hacer oídos sordos a la «revolución desde abajo» realizada extraQfi~~#y~,~:ili§ v01UClóni)43 para que se les adjudicasen a ellostodos los puestos de trabajo
~:;,i::~~

128_::~~~': 129
ANATOMÍA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

y todos los beneficios. Su decepcionante desfile por Roma el 31de octubre .c.:'jell! escándalo por el asesinato de Matteotti brindó al rey y al orden esta-
de 1922 se convirtió en unaviolencia quecausó7 muertos, 17 heridosy da~ conservador su mejor oportunidad para deponer a Mussolini del
ños sustanciales en variosperiódicos de la oposición, antesde que el Duce Contaban una vez más con varias posibilidades, Perodecidieronno
consiguiese sacarles de la ciudadesamisma noche." Después de eso, sien; sus dudas sobre Mussolini hasta el extremo de dar pasos concretos
pre que creían que Mussolini se estaba «normalizando» demasiado, los para deponerle, temiendo que eso volvería a dar paso al caos o a un Go-
irritados escuadristas no vacilaban en enviarle un mensaje, como en Turín bierno de izquierdas.
entre el 18 y el 21 de diciembre de '923 (al menos 11 muertos) yen Floren. Tras variosmeses de incertidumbre, en que los aliados conservadores
cía en enero de 1925 (varios muertos) incluidosun diputado socialista yun deMussolini vacilaban y la oposición se retiraba, en un boicot de la activi-
abogado de la oposición). dad parlamentaria que se volvería contra ellos.vlos ras presionaron a Mus-
Aunque Mussolíni procuraba a veces poner coto a sus díscolos segui_ solini. El 31 de diciembre de '924, decepcionados por la aparente falta de
dores, consideraba útil de vez en cuando su presión. La Ley electoral de decisión de su caudillo, treinta y tres cónsules de la Milicia Fascista (en la
Acerbo la aprobó la cámara baja el 23 de julio de 1923 con los Camisas Ne. que Mussolini habíaconvertido a los escuadristas en un intento de contro-
gras patrullando por las calles y Mussolini amenazando con «dejar que siga larlos) le presentaron en su despacho un ultimátum: si el Duce no aplasta-
su curso la revolución» si no se aprobaba la ley," Cuando el Senado la baa la oposición, actuarían sin el.
aprobó el 18 de noviembre de 1923, esta extraña norma otorgó dos tercios Mussolini, conscientede lasvacilaciones de sus adversarios y temeroso
de los escaños al partido mayoritario, siempre que obtuviese más del 25 de una rebelión de los ras, decidió jugarse el todo por el todo. En un agree
por 100 de los votos, distribuyéndose el otro tercio de los escaños propor- sivodiscurso que pronunció el j de enero de '925 aceptó <da plena respone
cionalmente entre los otros partidos. En las elecciones siguientes del 6 de sabilidad politica, moral e histórica por todo lo que ha pasado» y prometió
abril de '924, con presión fascista sobre el electorado, la lista «nacional» (el una actuación firme. Unidades movilizadas de la Milicia habían empezado
Partido Fascista y el Partido Nacionalista) obtuvo el 64>9 por 100 de los vo- ya a cerrar periódicos y organizaciones de la oposición y a detener a sus
tos y consiguió así 374 escaños. De todos modos, no logró una mayoría en miembros. A lo largo de los dos años siguientes, el Parlamento dominado
las regiones del Piamonte, la Liguria, Lombardia y Venecia. A partir de en- por los fascistas, espoleado por varios atentados contra la vida de Mussoli-
tonces Mussolini dispuso de un Parlamento dócil y de una apariencia de ni, aprobó una serie de Leyes para la Defensa del Estado que reforzaron el
legitimidad, pero su régimen difícilmente podría considerarse «normal», poder de la administración, sustituyeron a alcaldes elegidos por funciona-
Este periodo de seminormalidad tocó a su fin por un terrible inciden- ríos nombrados (podestit), sometieron a censura a la prensa y a la radio,
te de squadrismo renovado, el asesinato de Giacomo Matteotti, el elocuente reinstauraron la pena de muerte, otorgaron a los sindicatos fascistas un
secretario del ala reformista del Partido Socialista Italiano. El 30 de mayo monopolio de la representación obrera y disolvieron todos los partidos
de '924, Matteotti día a la cámara pruebas detalladas de ilegalidad y co- salvo el PNF. A principios de 1927ltalia se habia convertido en una dicta-
rrupciónfascistas en lasrecientes eleccionesparlamentarias. Diez díasdes- dura de partido único. Los conservadores aceptaron en general el golpe
pués de esto, el dirigente socialista fue secuestrado en una calle de Roma e desde dentro dado por Mussolini porque las opciones alternativas paree
introducido en un coche que esperaba. Su cadáver se encontró varias se- cían serseguircon la situaciónde punto muertoo admitir a laizquierda en
manasdespués. Cuando testigos oculares permitieron identificar el coche, el Gobierno.
se hizo evidente que los autores del asesinato habíansido íntimos colabo-
radores personales de Mussolini. Sigue sin saberse con seguridad si fue
personalmente Mussolini quien dio la orden, o si sus subordinados actua- COMPARACIONES Y ALTERNATIVAS
ron por su cuenta. En cualquier caso, estaba clara la responsabilidad final
de Mussolini. El asesinato estremeció a la mayoria de los italianos, y con- En esta tercera etapa la comparación tiene mucha más utilidad que en la
servadores importantes que habían apoyado a Mussolini pidieron un nue- segunda. Numerosos movimientos fascistas de primera etapa, al hallar
vo Gobierno intachable." poco espacio paracrecer, se mantuvieron demasiado débilespara que pu-

130 131
ANATOMÍA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

diesen resultar interesantes a cómplices y aliados. Unos pOCOS arraigaron, rayaa los pueblos conquistados que las elitesconservadoras adicionaleslo-
pero no consiguieron asentar su influencia ni las amistades entre la elite cales.
necesarias para poder competir con éxito por el poder. Sólo un puñado de Vidkun Quisling, el caudillo fascista noruego cuyo nombre aportó al
ellosllegaron realmente al poder. Entre los que lo hicieron, algunos se con- inglés precisamentela palabra que designaa un Gobierno títere,tuvo en rea-
virtieron en socios subalternos dentro de regímenes autoritarios que aca- lidad poca autoridad en la Noruega ocupada. Aunque su partido, el Nasjo-
baron amordazándolos o destrnyéndolos. Hasta entonces sólo en Alema- nal Sarn1ing (NS), apenas había sobrepasado el 2 por 100 del voto popular
nia y en Italia se habían hecho del todo con las riendas los fascistas. en la década de '930, aprovechó la oportunidad de la invasión alemana del
La condición de socios subalternos dentro de regímenes autoritarios. : ;: 9 de abril de '940 y de la retirada del reyy el Parlamento de Oslo para pro-
resultó desastrosa para los movimientos fascistas. Ocupar un puesto subal- < clamar que su partido se hacía cargo del poder. Aunque el ideólogo nazi
terno no se compagina con las extravagantes pretensiones fascistas de _. A1fred Rosenberg le apoyó, funcionarios alemanes más responsables sa-
transformar a la nación y redirigir la historia. Los socios autoritarios, por":j, bían que no inspiraba más que ascoen Noruega,y al cabo de sólo seis días
su parte, no veían con buenos ojos la violencia impaciente de los fascistas Hitler accedióa dejarle a un lado.
y su menosprecio de los intereses establecidos, pues solía tratarse en estos Gobernó Noruega corno Reichskommissar el funcionario nazi Ioseph
casos de movimientos fascistas que conservaban gran parte del radicalis-'c ,,~ Terboven, asistido,después de septiembre de '940, por un consejo de Esta-
IDO social de la primera etapa del movimiento. do en el que el NS tenia diez de los trece puestos, sin contar a Quisling.
Ya hemos comentado la sangrienta represión de un socio subalterno." Terboven permitió a ésteseguir trabajando con el NS (único partido auto-
fascista por un dictador autoritario, la liquidación de la Legión del Arcán- rizado) y el i de febrero de 1942 le concedió el titulo de «ministro-presi-
gel Mignel por el dictador y mariscal rnmano Antonescu en enero de dente». Pero ni siquiera entonces disfrutó Quisling de una mínima auto-
1941.'" Corno veremos en el capitulo 5,los dictadores ibéricos Franco y Sa- ridad independiente, y Hitler no atendió a sus deseos repetidamente ex-
lazarredujeron a la impotencia a los partidos fascistas, aunque de una for- presadosde que Noruega tuviese un papel más independiente en la Euro-
ma menos sangrienta. El dictador brasileño Vargas toleró un movimiento pa nazi. El Gobierno fantasma de Quisling se enfrentó a una creciente re-
fascista y luego lo aplastó." Los regímenes conservadores bien asentados",,:: sistencia pasiva y activa.
sean del tipo que sean, han demostrado en general ser terreno desfavorable.j, La Holanda ocupada, cuya reina Guillermina había formado un Go-
para que el fascismo consigael poder. O bien reprimieron los que conside-y bierno en el exilio en Londres, estaba gobernada por una administración
raron que fomentaban desorden, o bien se apropiaron ellos de los ternasy(' civil encabezada por el abogado nazi austriaco Arthur Seyss-Inquart, con
de los seguidores del fascismo." Los conservadores, cuando podían gober- >, eldirigente fascistaholandés Anton Mussert desempeñando un papel muy
'O;"~

narsolos, lo hadan. menor. El movimiento fascista danés había sido casi invisible antes de la
Otra vía fascistahacia el poder era viajar en elvagón del equipaje de un:': guerra. Su caudillo, Fritz Clausen, no jugó papel alguno después de '940.
ejército fascista victorioso. Pero esto sucedió mucho menos a menudode,::::~:':­ Elrey Christian X permaneció en su puesto corno un símbolo de la conti-
lo que se podria esperar. Los tres desafortunados ejércitos de Mussolini 1(,': nuidad nacional mientras su'ministro Scavenius suministraba los produc-
dieron pocas oportunidades de imponer regímenes títere en el exteríov' tos agrícolas que Alemania necesitaba e incluso firmó el Pacto Anti-Co-
Hitler disfrutó de muchas posibilidades de este género, pero no salia coll-\i,! tnintern.
fiar demasiado en los fascistas extranjeros. El nazismo como receta para I~·iiJ,[: Francia fue la conquista más valiosadel Ejército alemán, y puesto que
unidad y el dinamismo de la nación era lo último que él deseaba para 1.11li~¡' la neutralidad francesa y los productos y los recursos humanos de Francia
pais que habia conquistado y ocupado. Era el pacto privado del Volk ale;,,!! eranvalores indispensables para la maquinaria bélica del Reich, Hitler no
mán con la historia, y Hitler no tenía ninguna intención de exportarIo:ij\~~ estaba dispuesto a ponerlos en peligro dando poder en Francia a uno de los
Hitler fue también, durante gran pa:te del tiempo, y en co.ntra d~ la ley"!,",,;: ¡efezuelos fascistas enfrentados entre si, de los que hablamos en el capitulo
da popular, un gobernante pragmático con un agudo sentido practico. L~~,:;\;,~: anterior. El Führer tuvo la buena suerte de que la derrota de mayo-junio'de
partidos fascistas locales le serían mucho menos útiles para mantene,!~:~~~: 1940 desacreditó tanto a la Tercera República Francesa que la Asamblea

132
',:,@I
:'I 133
ANATOMÍA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

Nacional gala otorgó plenos poderes, el io de julio de 1940, a un héroe de "-n1tr,gaJC{)(Ie La Cruz y la Flecha, Ferenc Szálasí. La Hungría fascista fue efí-
la Primera Guerra Mundial de ochenta y cuatro años, e! mariscal Philippe "'p'a. DW" no tardó en acabar con ellael avance de los ejércitos soviéticos.
Pétain, que sehabía destacado en junio como e!principal partidario de aban_ nazis permitieron a fascistas autóctonostomarel poder en el Esta-
donar la lucha. Pétain establecióuna capitalprovisionalen Vichy, en e!SUr no dp de Croacia, que era una nueva creación sin elites rectoras ya es-
ocupado, ygobernó mediante un régimen personal autoritario apoyado por tablecidas Yse hallaba, de hecho, en la zona de influencia italiana. En mayo
los servicios públicos tradicionales de! Estado francés, e! orden establecido deJ941, cuando e! Ejército alemán invadió y dividió Yugoslavia, se permi-
económico y social, los militares y la Iglesia Católica. Se esforzó mucho por tió que tomara e! poder en el Estado recientemente independiente de
cooperar con las autoridades de ocupación nazis de la mitad nortede Fran~ Croada el terrorista-nacionalista Ustasa y quien había sido durante mu-
ciacon la esperanza de hallar un lugar adecuado en la nueva Europa bajo do- cho tiemposu jefe,Ante Pavelié. Hasta los observadores nazisse quedaron
minio alemán, que estaba convencido de que sería algopermanente. sobrecogidos con las matanzas descontroladas en las que el Ustasa acabó
Hitler mantuvo a cierto número de fascistas franceses a su servicio en con un mínimo de 500.000 serbios, 200.000 croatas, 90.000 musulmanes
la nómina nazi en París, por si necesitaba presionar a Pétaincon un rival. bosnios, 60.000 judíos, 50.000 montenegrinos y 30.000 eslovenos." Nin-
Pero sólo en los últimos días de la guerra, cuando la marea había cambia. guno de estos regímenes títere de estados satélite u ocupados pudo sobre-
do de sentido y los notables conservadores que habían apoyado al princi- vivir tras la derrota de sus protectores de! Eje.En España y Portugal, por e!
pio Vichy empezaban a abandonarla, consiguieron puestos en e! Gobierno contrario, los regímenes autoritarios siguieron funcionando después de
colaboracionista algunos fascistas de preguerra, como Marcel Déat." 1945, evitando cuidadosamente toda la parafernalia fascista.
El pape! principal que Hitler asignó a los fascistas de los países OCupa- El que Quisling o Szálasifuesen colocados en e! poder in extremis de-
dos fue e! de reclutar a voluntarios locales para que fuesen a congelarsey pendió relativamente poco de! apoyo indígena, y fue en realidad un indi-
morir en e!frente ruso. Tanto e!belga Léon Degrelle" como e!fascista fran- ciode que Hitler había fracasado en su política preferida de persuadir a los
cés [acques Doriot" prestaron a Hitler ese servicio. dirigentes tradícionales de los países ocupados de que colaborasen con las
Hitlertampoco tenía interésen promover movimientos fascistas den- autoridades nazis. Los fascismos de ocupaciónson ciertamente interesan-
tro de países satélite. Mantuvo cordiales relaciones personales con el ma- tes (la derrota y e! colaboracionismo hicieron aflorar a todos los perdedo-
riscal Antonescu, que habíaaplastado el fascismo rumano:" las treinta di- resdel sistema de gobierno anterior y pusieron al descubierto todas las lí-
visiones rumanas de Antonescu en el frente ruso le ayudaron mucho más neas de falla y los antagonismos de! régimen polítíco de! país ocupado),
que los legionarios fanáticos de Horia Sima. Dejó Eslovaquia,que empezó pero, es-dudoso que podamos llamarlos fascismos «auténticos», aunque
a existir como un Estado independiente cuando se dividió Checoslovaquia sólo sea porque no teman líbertad para buscar e! expansionismo y la gran-
en mayo de '939, en manos de! Partido Popular Eslovaco del padre Iosef deza nacional."
Tiso, aunque era más autoritario-clerical que fascista. Había recibido has- Aprendemos mucho más sobre e! fascismo de otro típo de fracasos,
ta un tercio de los votos eslovacos en e! periodo de entreguenas con e!pa- como los delos movimientos de la derecha radical francesa, que,aunquese
dre Andreas Hlinka.y se mostró más tarde díspuesto a ayudar en la depor- hiciesen muy notorios, semantuvieron en una posiciónmarginal antesde
tación de judíos. 1940. Aquíla comparación nos permiteverdiferencias reales en el carácter
Hitler consideró también que era más barato y más fácil no ocupar del marco de posibles alianzas que díferencia a los paises donde e!fascismo
Hungría y dejarla bajo e! mando de! almirante Horthy, que había goberna- triunfó de los demás. ¿Qué separaba a Alemania e Italia, donde e! fascis-
do e!país según directrices predominantemente autoritarias y tradicionales mo tomó el poder, de Francia y de Inglaterra, donde los movimientos fas-
desde el i de marzo de 1920. El Ejército alemán no entró en Hungría hasta el cistas eransumamentevisiblespero no consiguieron aproximarse siquiera
22 de marzo de '944, cuando los nazis sospechaban que Horthy estaba ne- al poder?
gociando con los ejércitos aliados que se aproximaban. Sólo en este mo- Ya consideramos el caso de Francia en e! capítulo 2. Prosperaron allí
mento extremo y final, cuandolastropas soviéticas entraban en Hungría, el movimientos derechistas radicales, algunosde ellos auténticamente fascis-
16 de octubre de '944, sustituyó Hítler a Horthy por e!jefe de! movimiento tas, pero la mayoría de los conservadores no se sentíanlo suficientemente

134 '35
ANATOMfA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

amenazados en la década de 1930 como para pedirles ayuda,ni arraigaron Dollfuss de Austria instauró un régimen autoritario católico y aplastó la
con la fuerza suficiente para imponersecomo socios." La Unión Británica resistencia socialista bombardeando un barrio obrero de Vienaen febrero
de Fascistas dispuso de un dirigente, sir Oswald Mosley, elocuente, diná- de '934, mientras mantenía a raya a los nazis austriacos. El general Fran-
mico y (algo excepcional) socialmente prominente, que consiguió un im- cisco Franco aplastó a la izquierda española y a la República mediante la
portante apoyo en la prensa al principio, pero ofendió a los conservadores insurrección armada y la Guerra Civil, y dejó poco espacio, después de to-
con la violencia callejera contra los judios y acabó hallando poco espacio mar elpoder, para el pequeño partido fascista español,la Falange. Pero esa
disponible, mientras que el Partido Conservador mantenía su cómoda opciónviolenta significa devolver la calle,la clase obrera y la intelectuali-
mayoríadesde '93' a '945. dad ilustrada a la izquierda,y exigegobernar claramentepor la fuerza.Los
En Escandinavia, los partidos socialdemócratas consiguieron incluir conservadores alemanes e italianos quisieron valerse delpoderde los fascis-
los interesesde las familias campesinas y de la clase media baja en el pro- tassobrela opinión pública, la calley los sectores nacionalistas y antisocia-
grama de su Gobierno de coalición,privando así de un importante electo- listas de las clases media y obrera para afianzar su propia jefatura. Parece
rado a los partidos fascistas, que se mantuvieron minúsculos." que creían que era demasiado tarde para desmovilizar políticamente a la
Un examen comparativo del acceso fascista al poder nos ayuda a iden- ciudadanía. Había que ganarla para la causanacionaly antisocialista, ya que
tificar algunas de lasinterpretaciones del fascismo queparecen menos era demasiado tarde parareducirla una vez más al respeto decimonóni~o.
les.Lasteorías instrumentales, por ejemplo, tienen bastantes fallos. Redu- El que Hitler y Mussolinillegasen al poder en alianza con elitestradi-
cen la historia de la llegada al poder del fascismo a los actos de un solo cionales poderosas no fue ninguna simple peculiaridad de la historia ale-
grupo de intereses, los capitalistas. Niegan también todo respaldo popular manao de la italiana.Es difícilde creer que partidos fascistas pudiesen lle-
autónomoal fascismo, considerando quese trata de unacreación artificial. garalpoder de algún otro modo. Esposibleimaginar otros escenariospara
La comparación sugiere que el éxito fascista en la empresa de llegaral .' una llegada fascista alpoder, pero no son verosímiles. Elescenario de Kor-
poder depende menos de la brillantez de los intelectuales fascistas y las nilov (hemosaludido ya a él en el capítulo 2) mereceuna consideración.El
cualidades de los dirigentesfascistas que de la profundidad de la crisisyla general Lavr Georgievich Kornilov, nombrado comandante en jefe de los
desesperación de los aliados potenciales. Mientras que la historia ejércitos rusos en agosto de '9'7, consideró el régimen parlamentario de
tual era indispensablepara explicarla pérdida de legitimidad del viejo sis- Alexander Kerenski ineficaz frente al riesgo de la presión revolucionaria,
ii temaen casosen que el fascismo consiguió primero arraigar, en esta un marco clásico para una reacción fascista o autoritaria. Kornilov hizo
sólonos prestan una ayudalimitada. Espoco lo que nos brinda para avanzar a sus tropas sobre la capital, pero las fuerzas bolcheviques las con-
car qué tipo de espaciopolítico se abrió en las crisis prefascistas de tuvieron antes de que llegasen a Petrogrado, Siel general Kornilovhubiese
zación, avance de la izquierda y angustia de los conservadores, y por tenidoéxito en su misión, el resultado más probable habría sido una sim-
fue el fascismo el que llenó el hueco en vez de algo distinto. pledictadura militar, pues la democracia era aún demasiado nuevaen Ru-
¡En qué condiciones se abrió lo suficiente el espaciopolítico disponi- sia para proporcionar la movilización contrarrevo1ucionaria de masas ca-
ble para el crecimiento fascista para que éste accediese al poder? En el racterística de una reacción fascista a una socialdemocracia débil a punto
pítuIo anterior analicé un poco los marcos más generales. Eneste Ca]DlUJN, deverse desbordada por el bolchevismo.
me centro en condiciones más específicas de quiebra de la legitimidad No tenemos por qué creer que los movimientos fascistas sólo pueden
mocrática y parálisis de los regímenes parlamentarios. Pero ¡por qué, llegar al poder en una reproducción exacta del escenario de MussoJini y
esas circunstancias, no se limitaron los conservadores a aplastar a la Hitler. Lo único que es necesario para encajar en nuestro modelo es pola-
quierda mediante la fuerza armada e instaurar unaautocracia, sin dejar rización, paralización, movilización de masas contraenemigos internos y
pacio alguno para la promesa del fascismo de atraer a sectores de la externos y complicidad de las elitesexistentes. En los Balcanes, en la déca-
quierda además de intimidarla? dade1990, se produjo algo que se parecemucho al fascismo en un escena-
Ésefuerealmente el modo de proceder de algunos.Ésees el modo """';;(;~I rio diferente, un cambio de dirección realizado por dirigentes que estaban
normal, sobre todo fuera de Europa. En Europa, el canciller Engell>E!~ili)iJ yaen el poder. Los dictadores poscomunistas aprendieron a jugar la carta

136 137
'!
ANATOMÍA DEL FASCISMO LA LLEGADA AL PODER

del nacionalismo expansionista como un sustituto del desacreditado co- -Klargo-plazo, consistió en reclutar un apoyo de masas parala defensa so-
"
munismo. Cuando el dictador serbio Slobodan Milosevic movilizó el pa- cial y nacional,paraunificar, regenerar y rejuvenecer, «moralizan> y purifi-
triotismo de su pueblo, primero contra los vecinos de Serbia y luego con- car a la nación, que se hallaba, en opinión'de muchos, en una condición
1) tra el ataque aéreo aliado, con bailes, cantos y lemas, consiguió arrastrar, débil, decadente e impura.
la población contra enemigos internos y externos y en favor de un sistem.a La transformación que describimos en la segunda etapa, en que los
1: '
de gobierno de limpieza étnica de una implacabilidad que Europa no ha- partidos fascistas mutaban paraajustarse al espaciodisponible, se desarro-
t:,
,,1
1
bía conocido desde "945. llaria y completarla ahora más en e!paso del nivellocal al ámbito nacional.
11 Es concebible también, por supuesto, que un partido fascista pueda ser Los fascistas y sus aliadosnegociaronun terreno en común, el Herrschafts-
':1
I,t elegidopara ocupar el poder en unas elecciones libresy competitivas,aun- kompromiss al que alude Wolfgang Schieder," Bu esta etapa, como en la
que, como vimos al principio de este capítulo, ni siquiera el Partido Na- etapa del arraigo, las purgas y secesiones dejaron a un lado a los puristas
;1 zi, que de todos los partidos fascistas fue, con mucho, el que mayor éxito del partido de! periodo inicial que querian mantener una parte del viejo
n
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electoral logró, superó nunca el 37 por 100 de los votos en unas elecciones radicalismo social.
, libres.ElPartido FascistaItaliano obtuvo muchos menos votos que los na- Esun ejercicio meritorio de la imaginaciónhistóricarecordar las otras
zis. La-mayoría de los partidos fascistas no consiguieronningún éxito elec- opciones de que disponían los principales aliados y cómplices de los fas-
toral, o muy escaso, y por tanto no tuvieron ningún poder negociador en cistas. Podemos hacer de esemodo lo que se considera que deben hacer los
e!juego parlamentario. Lo que podian intentar era desacreditar e! sistema historiadores: reconstruir las opciones del momento histórico con todas
parlamentario haciendo que resultase imposible gobernar con normali- sus incertidumbres. ¿Qué otra cosapodian hacer las elitespolíticas de Ale-
dad.Pero eso podría resultarcontraproducente.Silos fascistas parecíanes- maniae Italia? En Italia, una coalición de los popo/ari socialcatólicos y los
tar más claramente provocando desorden que bloqueando e! avance del socialistas reformistas habría asegurado una mayoría parlamentaria. Ha-
comunismo, perdían el apoyo de los conservadores. Lamayoríade los mo- bríahecho falta mucha persuasión:ymucha habilidad,ya que las relaciones
vimientos fascistas se vieron asíreducidosala propaganda y los gestossim- Iglesia-Estado y la educación religiosales separaban. Sabemos que no se
bólicos. En eso se quedaron la mayoría de ellos, inmovilizados en una po- intentó, y que no se deseaba. En Alemania, un Gobiernoparlamentario con
sición marginalcuando no se abríaningún espacio. lossocialdemócratas y los partidos centristas era una posibilidad aritméti-
En una inspección más detenida,el éxito electoral no era, por supues- ca, pero sólo con una jefatura presidencial fuerte era una posibilidad real.
to, la condición previa más importante para la llegadafascista al poder. La Unaalternativafactible en ambos paisespodria haber sido un Gobierno de
paralización o el colapsode uu Estado liberal existenteera más crucial.Es técnicos y especialistas no partidistas para afrontar de un modo no parti-
necesariotener en cuenta que tanto en Alemania como en Italia el Estado dista la crisis de la autoridad del Gobierno y de las instituciones. Tampoco
constitucional habia dejado de funcionar normalmente mucho antes de esto se intentó nunca. Si se tenía que prescindir del Gobierno constitucio-
que los fascistas fuesen colocados en el poder. No fueron los partidos fas- nal, sabemos hoy que preferiríamosun Gobierno militar autoritario a Hit-
cistaslos que los derrocaron, aunque ayudasen a provocarla paralización. ler.PeroelEjércitono quiso hacer eso (a diferencia de lo que sucedió en Es-
Habian dejado de funcionar porque no habiau sido capacesde solucionar paña), y decidió apoyar la alternativa fascista. El Ejército italiano no se
los problemas existentes,incluido, por supuesto, el prohlema de una opo- opuso al fascismo en Italiaporque sus jefestemian más a la izquierda.
sición fascista agresiva. El colapso del Estado liberal es hasta cierto punto Estoayudaa ver,en cadacaso,que las elitespolíticas eligieronopciones
un tema diferenciado de la ascensión de! fascismo. El fascismo explotala que podrían no ser su primera preferencia. Siguieron.de elección en elec-
oportuuidad, pero no es la única causa de ella. ción) un camino de opciones menguantes. Eligieron, en cadabifurcación
En la etapa de la consecución de!poder, cuando las elitesdeciden inte- delcamino, la solución antisocialista.
grar al fascismo, las funciones del fascismo maduro se hicieron aún más Es más eficaz ver la toma fascista del poder como un proceso: se for-
claras: en términos inmediatos, su papel consistió en romper un bloqueo man alianzas, se eligen opciones y se eliminan alternativas." Los- dirigentes)
de la política nacional mediaute una solución que excluiaa los socialistas. queposeian cierta libertad de maniobra, eligieronla opción fascistacousi-

138 "39
ANATOMÍA DEL FASCISMO

derándola preferible a otras. Ni la llegada de Hitler al poder ni la de Mus- 4


solini fueron inevitables." Nuestro modelo explicativo debe dejar también EL EJERCICIO DEL PODER
un margen para la suerte, bueua o mala dependiendo del punto de vista.
A Mussolini se le podría haber obligado a dar marcha atrás en octubre de
1922 o se le podría haber depuesto en junio de 1924 si el rey, los dirigentes
políticos del orden establecido y el Ejército hubiesen emprendido resuelta-
menteacciones en ese sentido dentro del ámbito de su competencia legal.
La suerte de Mussolini fue que el rey prefirió elegir en su favor. También
Hitler tuvo algunas oportunidades afortunadas. Se benefició de la rivali-
dad de Van Papen y de Schleicher por el cargo, y de que los conservadores
alemanes no quisieran aceptar como conciudadanos a los socialistas refor-
mistas. Fue Von Papen el que tomó la decisión de nombrar canciller a Hit-
ler, como el mejormedio de formar unamayoría que excluyese tanto a su
rival Schleicher como a la izquierda moderada. Las crisis del sistema polí- LA NATURALEZA DEL GOBIERNO FASCISTA:
tico y económico crearon un espacio asequible al fascismo, pero fueron las «ESTADO DUAL» Y AMORFIA DINÁMICA

elecciones desdichadas de unos cuantos dirigentes poderosos del orden es-


tablecido las que situaron realmente a los fascistas dentro de ese espacio. Los propagandistas del fascismo querian que viésemos sólo al dirigente en
su pináculo, y tuvieron un éxito notable. La imagen de poder monolítico
que transmitieron la reforzó más tarde el temor de los aliados durante el
periodo de guerra a la maquinaria militar nazi,así como las afirmaciones
de posguerra de las elites conservadoras italianas y alemanas de que ha-
bian sido las victimas de los fascistas en vez de sus cómplices. Persiste hoy
en la idea que tiene la mayoria de la gente del régimen fascista.
Sin embargo, los observadores perspicaces prontopercibieron que las
dictaduras fascistas no eran ni monolíticas ni estáticas. Ningún dictador
gobierna solo. Quiere conseguir la cooperación, o la aquiescencia al me-
nos, de los sectores decisivos del régimen (los militares, la policia, la judi-
catura, el funcionariado) y de poderosas fuerzas sociales y económicas. En
elcaso especial del fascismo, en que necesitaba quelas elites conservadoras
le abrieran las puertas, el nuevo caudillo no podía dejarlas a un lado des-
preocupadamente. Un cierto grado, al menos, de poder compartido obli-
gatorio con el ordenestablecido conservador preexistente hizo quelas dic-
taduras fascistas fueran fundamentalmente distintas en sus orígenes, en su
desarrollo y en la práctica de la de Stalin.
En consecuencia, no hemos conocido nuncaun régimenfascista ideo-
lógicamente puro. En realidad, eso dificilmente parece posible. Todas las
generaciones de estudiosos del fascismo han afirmado que los regímenes
se apoyaban en cierto género de pacto o alianza entre el partido fascista y
fuerzas conservadoras poderosas. A principios de la década de 1940 el refu-

140 141
ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

giado socialdemócrata Franz Neumann sostuvo en su clásico Behemoth ~----Xi;"ks.conservadores tiendena retroceder haciaun autoritarismo tradicional
que lo que gobernaba la Alemania nazi era un «cartel» de partido, indus~ : .·<í1Jás cauto, respetuoso de la propiedad y de la jerarquía social; los fascistas
tria, Ejército y burocracia, que se mantenía unido exclusivamente por «el '·';vanzan hacia la dictadura dinámica, niveladora y populista, dispuestos a
beneficio, el poder, el prestigio y,sobre todo, e!miedo».' A finales de la dé- ~'ubordinar todo interés privado a los imperativos del engrandecimiento
cada de 1960,e! liberal moderado Karl Dietrich Bracher consideró que «el nacional Yla purificación. Las elitestradicionales procuran conservar po-
nacionalsocialismo llegó a existir y alcanzó e! poder bajo condiciones que sidones estratégicas; los partidos quieren ocuparlas con hombres nuevoso j¡
'1
permitieron una alianza entre fuerzas autoritario-conservadoras y técm, eludirlas bases del poder conservador con «estructuras paralelas»; los di- 1II1
cistas, nacionalistas y revolucionario-dictatoriales. . Martin Broszat deno~
.1 rigentes soportan presiones de las elitesy de los fanáticos del partido. '1

minó a los conservadores y nacionalistas del gabinete de Hitlersus «socios Estas luchas se sucedieron en Italia y en Alemania, con resultados va- il
de coalición».'A finales de la década de 1970, Hans Mommsen describió el riables. Mientras que el régimen fascistaitaliano decayó hacia e! Gobierno
«sistema de gobierno» nacionalsocialista como una «alianza» entre «elites conservador autoritario, la Alemania nazi se radicalizó haciala licencia sin 11

fascistas en ascenso y miembros de los grupos rectores tradicionales», «en- freno delpartido. Pero los regímenes fascistas no han sido nuncaestáticos. l'
ji
granados [...J, pese a las diferencias»,en un proyecto común para dejar a Debemos ver el Gobierno fascistacomo una lucha interminable por el pre-
un lado el Gobierno parlamentario, restablecerun Gobierno fuerte y aplas- dominio dentro de una coalición, exacerbada por el colapso de las limita- li
tar al «marxismo». 4 1;
ciones constitucionales y del imperio de la ley,y por un clima imperante de I
El carácter compuesto del Gobierno fascista en Italia fue más flagrante darwinismo social. I
aún. El historiador Gaetano Salvemini recordó a su regreso del exilio la Algunos comentaristas han reducido estalucha a un conflictoentre el
«dictadura dualista» de! Duce y el rey.'Alberto Aquarone, e! destacado es- partido y el Estado. Una de las primeras interpretaciones, y de las más su- 1I
tudioso del Estado fascista, resaltó las «fuerzas centrífugas» y las «tensio- gerentes, del conflicto partido-Estado fue el retrato que hizo e! investiga- ii
nes»a las que se enfrentó Mussolini en un régimen que, «quince años des- dor refugiado Ernst Fraenke! de la Alemania nazi como un «Estado dual».
pués de la Marcha sobre Roma», aún tenía «muchos rasgos derivados En el régimen de Hitler, escribió Fraenkel, un «Estado normativo», com-
directamente de! Estado liberal»." Los destacados investigadores alemanes puesto por las autoridades legalmente constituidas y e! funcionariado tra-
de!fascismo italiano Wolfgang Schieder y Iens Petersen hablan de «fuerzas dicional,luchaba por el poder con un «Estado prerrogativo» formado por
1I
opuestas» y «contrapesos»,' y Massimo Legnani, de las «condiciones de las organizaciones paralelas del partido." La idea de Fraenkel fue fructífe- ¡

cohabitación/cooperación» entre los elementos integrantes del régimen," ra,y haré uso de ella. !i,
Hasta Emilio Gentile, e! más deseoso de demostrar e! poder y e! éxito de! De acuerdo con e!modelo de Fraenke! del Gobierno nazi, e! segmento
impulso totalitario en la Italia fascista, admite que e! régimen era una rea- «normativo» de un régimen fascista continuó aplicando la ley de acuerdo
lidad «compuesta» en la que la «ambición de poder personal. de Mussoli- con el procedimiento debido, y se reclutaron y promocionaron funciona-
ni luchaba en «constante tensión» tanto con las «fuerzas tradicionales» rios en ese sector de acuerdo con normas burocráticas de competencia y
como con los «intransigentes del Partido Fascista», divididos entre sí por antigüedad. En el «sector prerrogativo», por el contrario) no se aplicó más'
un «sorda lucha» (sorda lotta) de facciones.' regla que e! capricho del gobernante, la recompensa a los militantes del
Laestructura compuestasignifica también que los regímenes fascistas partido y el supuesto «destino» del Vo/k, la razza u otro «pueblo e1egido».
no han sido estáticos. Es un error suponer que,una vez que el caudillolle- ElEstado normativo y el Estado prerrogativa coexistieron en una coopera-
gaba al poder, se acababa la historia y la sustituía la pompa." La historia de ción plagada de conflictos pero más o menos eficiente, dando al régimen
los regúnenes fascistas que hemos conocidoha estado llena,por el contra- su extraña mezcla de legalismo" y violenciaarbitraria.
rio' de conflicto y tensión. Los conflictos que ya hemos comentado en la Hitler nunca abolió oficialmente la Constitución elaborada en 1919 por
etapa de arraigo se agudizan cuando llega e!momento de distribuir e!bo- la República de Weimar, y nunca desmanteló del todo el Estado normativo
tín del cargo y de elegirentrevías de actuación. Latensión aumenta cuan- en Alemania, aunque se negó por su parte a dejarse limitar por él, opo-
do las diferencias políticas se traducen en ganancias y pérdidas tangibles. niéndose, por ejemplo, a una ley de eutanasia por miedo a tener las manos

142 143
ANATOMíA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

atadas por las normas y por la burocracia." Después del incendio del' ron con organizaciones propias centros de poder tradicionalmente inde-
Reichstag, como ya vimos en el capítulo anterior se otorgó a Hitler autori~,'!:' pendientes como sindicatos, asociaciones juveniles y profesionales y aso-
dad para prescindir de cualquier ley existente o cualquier derecho basan.' ciaciones de productores. Los nazisintentaron inclusoimponer un obispo
d.os~ en que eranecesario para hacer frente a una supuesta emergencianaA:", «cristiano alemán» y doctrina a las iglesias protestantes." Los regímenes
cional de «terror» marxista. Después de la primavera de 1933, la represiM; fascistas no siempre consiguieron, sin embargo, devorar a la sociedadcivil.
judicial y policial ilimitada pasó a ser permisible en Alemania si parecía Carl Friedrich y Zbigniew Brzezinski, los autores que crearon el mode-
exigirlo la seguridad nacional, a pesar de que siguiese existiendo un Estado lo «totalitario», acuñaron el término «islas de separación» para describir
normativo. elementos de la sociedad civil que sobreviven dentro de una dictadura to-
Con el tiempo e! Estado prerrogativo nazi fue invadiendo el Estado' talitaria." Islas de separación como lasparroquias católicas (pormuy poco
normativo y contaminósu funcionamienm," de manera que incluso den~-i:' inclinadas que pudieran sentirse a plantear una oposición decidida al régi-
tro de él la idea de un estado de emergencia nacional permitió al régimen) . men, algo más que poner objeciones a actuaciones específicas}" podían
prescindir de los derechos individuales yel procedimiento debido." De,:" poseer una capacidad de resistencia y una flexibilidad de organización su-
pués de iniciada la guerra, el Estado prerrogativo nazi consiguió algo pró-'.. ficientes e inspirar una fidelidad emotiva que impidiesen que el partido se
ximo al dominio total. Las instituciones normativas se atrofiaron en.efX infiltrase en ellas." No es necesario aceptar íntegramente el modelo totali-
interior del país y casi no funcionaron en absoluto en los territorios oci';'~ tario para que resulte provechosa la metáfora de las islas de separación.
pados de la antigua Polonia y de la Unión Soviética, corno veremos más Hitler y e! Partido Nazi fueron dominando gradualmente la mayoría
tensaments en el próximo capitulo. de las islas de separación dentro de la sociedad y e! Estado alemanes en un
También la Italia fascista se puede interpretar fructiferamente como un procesodenominado eufemísticamente por los propagandistas del partido
Estado dual, corno ya sabemos. Sin embargo, Mussolini otorgó mucho m¡¡;. «Gleichschaltung»: (coordinación' o 'igualación'. Unasimplificación excesi-
poder.a1 Estado normativo que el que le otorgó Hitler." La propaganda fas-: va frecuente hace que este proceso parezca inevitable y unidireccional.
cista SItuó al Estado, no alpartido, en el centro de su mensaje. No estamos" Perono se podía quitar de en medio tan despreocupadamente a las asocia-
del todo seguros de por qué subordinó Mussolini su partido al Estado, pet'l ciones sociales y económicas bien arraigadas, ni siquiera en la' Alemania
hay varias explicaciones posibles. Tenía menos margen de maniobra qu~:":,;' nazi. La Gleichschaltung podía entrañar negociación bilateral además de
Hitler y menos impulso, y tuvo también menos suerte. El presidente Hin'; fuerza. Hubo grupos y organizaciones que fueron capaces de subvertir des-
denburg murió en agosto de '934> dejando a Hitler solo al timón. Mussol",. de dentro las intenciones nazis o «apropiárselas» para sus propios fínes."
ni tuvo que cargar con e! rey Víctor Manuel III hasta el final, y fue el rey ere, Otros defendieron calladamente pero con obstinación una autonomía
que acabó deponiéndole en julio de 1943. Es posible también que MussoIi~Y' parcial, aunque aceptasen algunos de los objetivos de! régimen.
ni temiese la rivalidad de sus incontrolables jefes de! partido. '. Los ciudadanos alemanes podían hacer uso hasta de la temida Gestapo
Aun así, elEstado fascista italiano contenía importantes elementos,prú'r'! para suspropios finespersonales denunciando a un rival, un acreedor, un
rrogativos: su policía secreta (la OVRA);17 su prensa controlada; sus ba~o!g};' pariente o unaesposa insatisfactoria." Las hermandades de las universida-
nías económicas (el IRI,lB por ejemplo); y sus feudos africanos, en los qU~~':':~,: des alemanas son un buen ejemplo de supervivencia. El nazismo atrajo
jefes del partido como Italo Balbo podian pavonearse y disponer de la vid~,'R! tanto a los estudiantes que,antes inclusode1933, su organización nacional
y la muerte de los pueblos indigenas. Y a finales de la década de 1930, la pati,,:: había sido tomada por militantes del partido. Podría haberse esperado, en
ticipación de Italia en la guerra reforzó en el pais el Estado prerrogativ6.'i~}¡i consecuencia, que lashermandades desapareciesen sin un murmulloen la
La lucha por el dominio dentro de las dictaduras fascistas entraña a1g6d\/i ' Gleichschaltung después de enero de 1933. Pero, a pesar de los esfuerzos del
más, s~ emba~go, que el partido y el Estado o los estados prerrogativ~i?fj~ régimen nazi para transformar los (reaccionarios» clubes de duelistas en
norrnanvo. La Imagen del Estado dual de Fraenkel es incompleta. Eleme]1~&¡;# Karneradschaften (centros sociales y de instrucción), las hermandades per-
tos ajenos al Estado participan también en la pugna por el poder dentr0e~¡¿~ vivieron extraoficialmente, en parte porque lasdefendían funcionarios na-
los regímenes fascistas. Losregímenes fascistas alemán e italiano sustituy,~ zis poderosos entre las redes de «amiguismo» y las asociaciones de anti-
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'44 ,'ir 145
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ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

guas alumnos, y en parte porque los estudiantes fueron haciéndose pro- _.' loscfrr)lltalnlenLte. Pero, almismo tiempo,ofrecían a los militantes radicales
gresivamente indiferentes a la propaganda del partido." - ambiciosos una base depoderautónomopara desafiar la preeminencia del
En el proceso mucho más lento de cousolidación del régimen fascista
caudillo. - .
de Italia, sólo se «metió en vereda) plenamente a los sindicatos, los partí. En Italia el Partido Fascista duplicó al principio cada nivel de la auto-
dos politicos y los medios de comunicación. La Iglesia fue la isla de separa- 'dad pública con un organismo del partido: el jefe del partido local flan-
ción más importante de la Italia fascista, y aunque el régimen invadió bre- r~eó al alcalde nombrado ipodesta), el secretario regional del partido (fe-
vemente en 1931 sus escuelas y movimientos juveniles, acabó perdiendo la derale) al prefecto, la milicia fascista al Ejército, y así sucesivamente. Pero ¡,

batalla." Las asociaciones estudiantiles de la Italia fascista, los Gruppí Uni- Mussolini, en cuanto se consolidó su poder, proclamó que la «revolución
versitaria Fascista (GUF), se las «apropiaron» silenciosamente sus miem, 1:
e acabó») y convirtió explícitamente al prefecto en «la autoridad máxima JI
brospara-su propio disfrute extrafascista o inclusoantifascista, 28 10 mismo S Estado», a la que estaban subordinados los jefes del partíido.34 E1Du-
del l.!
quela organización para el tiempo de ocio, el Dopolavoro." ce no tenía ninguna intención de permitir que los ras volviesen a zaran- 1
Todas estas tensiones persistentes dentro de los regímenes fascistas en- dearle. li
q
frentaban entre sí a los cuatro elementos que forjaron con su conflictiva La organización paralela de mayor éxito del fascismo italiano no desa- il
colaboración esas dictaduras: el caudillo fascista, Sil partido (cuyos mili- fió al Estado, pero invadió el campo del disfrute del tiempo de ocio, un área
tantes exigían puestos de trabajo, incentivos, aventuras expansionistas y el
I!,'
que hasta entonces había dependido de la iniciativa individual, los grupos
eumplimiento pleno de algunos puntos de Sil programa radical inicial), privados o las parroquias católicas. El Dopolavoro fascista .no alcanzó ~n
el aparato del Estado (funcionarios, como jefes militares y policiales, ma- modo alguno en la práctica sus objetivos proclamados de edificar la nación
gistrados y gobernadores locales) y, finalmente, la sociedad civil (los que y crear al <muevohombre" (y mujer) fascista. Se lo apropiaron básicamen-
detentaban el poder social, económico, político y cultural, como las aso- te desde dentro los italianos normales que lo único que querían era ver pe-
ciaciones profesionales, quienes dirigían los grandes negocios y las grandes lículas o practicar deporte. Fue, no obstante, latentativa más ambiciosa del
explotaciones agrícolas, las iglesias y los dirigentes políticos conservado- régimen fascista de penetrar en la sociedad italiana hasta llegar a los pue-
res)." Esta tensión a cuatrobandas dio a estosregímenes su mezcla carac- blos del interior y competir en ellos con el cacique local y el cura por la
terística de activismo febril y amorfia." autoridad social."
La tensión era permanente dentro de los regímenes fascistas porque El Partido Nazi compitió con los organismos tradicionales con una
ninguno de los grupos enfrentados podía prescindir del todo de los otros. gama similar de organizaciones paralelas. El partido tenía su propia fuerza
Los conservadores no se decidían a librarse del caudillo fascista, por mie- paramilitar (las SA), su tribunal del partido, su policía del partido y su mo- 1,
do a que pudiesen recuperar el poder la izquierda o los liberales." Hitler y vimiento juvenil. La rama de política exterior del partido, primero a cargo 1"

Mussoliní, por su parte, necesitaban los recursos económicos y militares de Alfred Rosenberg pero más tarde parte del equipo personal de [oachim iI
que controlaban los conservadores. Al mismo tiempo, los dictadores no van Ribbentrop (el Dienststeile Ribbentrop), intervino activamente entre !
podían permitirse debilitar demasiado a sus escandalosos partidos, porque las poblaciones extranjeras de habla alemana de Austria y de los Sudetes
corrían el riesgo de socavar su propia base de poder independiente. Nin- checos." Después de que el Partido Nazi alcanzara el poder, las organiza-
gún rival podía destruir del todo a los otros, por miedo a desbaratar el ciones paralelas amenazaron con usurpar las funciones del Ejército, el Mi-
equilibrio de fuerzas que mantenía al grupo en el poder y a la izquierda a nisterio de Asuntos Exteriores y otros organismos. En un proceso inde-
raya." pendiente y siniestro, la policía política fue desvinculada de los ministerios
Las organizaciones paralelas que los partidos fascistas desarrollaron del Interior de los estados alemanes y centralizada, paso a paso, como la
durante el periodo de arraigo no podían desempefíar los papeles comple- tristemente célebre Gestapo (Geheime Staatspolizei), bajo el mando de un
jos y ambiguos de ese periodo en las luchas prolongadas por la supremada nazi fanático, Heinrich Himmler. La duplicación de los centros de poder
dentro del régimen fascista. Eran un valor para el caudillo fascista que qui- tradicionales por organizaciones paralelas del partido fue una de las prin-
siese desbordar por el flancolos bastiones conservadores en vez de atacar- cipales razones de la ya comentada «amorfia» y de las caóticas líneas de i
ii:
¡i'
147 1

111
i ,- 11
ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

autoridad que caracterizaron al régimen fascista y lo diferenciaron de la rior por una autoridad que le permitía decidir sobre la guerra y la muerte.
dictadura militar y de! régimen autoritario. Se basaba en la pretensión de poseer una condición mística y excepcional
En una complicación más, los regímenes fascistas permitieron a los como encarnación de la voluntad del pueblo y depositario del destino de!
oportunistas inundar los partidos, que dejaron con ello de ser los pueblo. Un cierto carisma no es algo desconocido entre los dictadores tra-
privados de los «viejoscombatientes». El Partito Nazionale Fascista (PNF) dicionales, por supuesto, e incluso lo tuvieron algunos dirigentes demo-
abrió sus listas en 1933 en un esfuerzo por fascistizar a toda la población. cráticamenteelegidos,como Churchill, De Gaulley los dos Roosevelt. Sta-
A partir de eso se exigió la pertenencia al partido para trabajar como fun- lintuvo sin duda carisma,como demostró la histeria pública que se produjo
cionario, incluso en el sectorde la enseñanza. Mussolinialbergaba la eu su funeral. Pero Stalin compartió su papel como portador del destino
ranza de que la pertenencia al partido fortaleciese e! espíritu cívico histórico con el Partido Comunista) que hizo posible la sucesión, aunque
no)tan despreocupado y que tantolé irritaba," pero parece que sucedió lo las intrigas palaciegasy los asesinatos se multiplicasen antes de que pudie-
contrario. Al convertirse la pertenencia al partido en una buena táctica se surgir el sucesor. Pero e! régimen fascista depende más de una forma
ascenso, los cínicos decían que las iniciales del PNF significaban «per más desnuda del carisma que ningúu otro tipo de régimen, lo que puede
cessita farnigliari»." El número de miembros del Partido Nazi creció en ayudar a explicar por qué ningúu régimen fascista ha conseguido hasta
1,6 millones entre enero y mayo de 1933. Aunque las listas del partido se ahora transmitir el poder a un sucesor," Tanto Hitlercomo Mussolini te-
rraron luegopara preservar laidentidad de éste como una eliteselecta, mu- nían carisma, aunquela vitalidadmenguante de Mussolinien su mediana
chos funcionarios oportunistas obtuvieron dispensas para ingresar en edady su escabroso final hiciesen olvidar a la mayoría de la gente e! mago
En la disputa interminable por el predominio dentro de los regímenesü, netismo que había ejercido en otros tiempos, incluso fuera de Italia."
fascistas, el caudillofascista conseguía a vecesimponera sus aliados Elcarisma nos ayudará a entender varios rasgos curiosos de lajefatura
cas no deseadas, como hizo Hitler en un grado significativo. Enotros fascista. La famosa indolencia de Hitler," lejos de hacer más tibio el na-
los burócratas y las fuerzas conservadoras podían conservar un poder zismo, dio libertad a sus subordinados para competir por conducir al régi-
depeudiente considerable, como sucedió en la Italia fascista, el suficiente men hacia una radicalización cada vez másextremada. Un dirigente caris-
para persuadir al ateo Mussolinide que debía otorgar a la Iglesia Católica mático es,además, inmune a lasquejas, sorprendentemente generalizadas,
e! trato más favorable que se le había otorgado desde la unificación italJai<L),¡¡:1 contra la Administración que surgieron enseguida) tanto en Alemania
na y para obligarle a sacrificara sus amigos sindicalistas a los deseos de Como en Italia." Al mismo tiempo) la jefatura carismática es frágil y que-
tonomía y privilegios del empresariado," y, finalmente, para echarle bradiza. Le promete al Volk o ala razza, como comentó una vezAdrian Lyt-
poder en julio de 1943, cuando la proximidad de los ejércitos aliados telton, «unarelación privilegiada con la historia»." Después de elevar has-
convencieron de que el fascismo no estaba ya sirviendoa los objetivos ta ese punto las expectativas, un caudillo fascista incapaz de obtener los
cionales." Incluso Hitler, pese a lo fácilmente que pareció desdeñar m1l?'¡¿H triunfos prometidos se arriesga a perder su magia más deprisa aún que un
chas preferencias conservadoras, nuncaselibró,hastaquela guerra ,c .'U"' presidente o un primerministro elegidos, delos que se espera menos. Para
total en 1942, de la necesidad de satisfacera los propietarios de las fábricas su desdichaMussolini descubrió esta regla en julio de 1943.
.de municiones, a los oficiales del Ejército, a los profesionales eSI,ecialisulSy·::jj!1 Por tanto, estudiar el ejercicio fascista del poder no es simplemente
a lasautoridades religiosas... e inclusoa la opinión pública. una cuestión de exponer la voluutad del dictador (como pretendían los
Sin embargo, los dirigentes fascistas disfrutaron de una especie de propagandistas, y corno parecen creer los «intencionalistas» irreflexivos).
premadaque no eraexactamente como la jefatura en otro tipo de re~dme'f, Significa examinar las tensiones interminables que se producen dentro de
nes. El Führer y e! Duce no podían proclamar una legitimidad basada los regímenesfascistasentre elcaudillo,su partido, el Estado y las elitestra-
las elecciones ni en la conquista. Se apoyaban en el carisma;" una miste-~ dicionales del poder social,económico, político o cultural. Esta realidad ha
riosa comunicación directa con el Volk o la razza que no necesitara ningti' producido una influyente interpretación del sistema fascista de gobierno
na mediación de sacerdotes ni jefes del partido. Su carisma se parecía Como una «poliocracia», o gobierno a través de centros de podermúltiples
«estrellato» de la celebridad de la era mediática, elevado a un poder sup relativamente autónomos, entregados a una tensión y una rivalidad mu-

148 149
ANATOMíA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

t~as constantes." En la poliocracia el famoso «principio de jefatura}~ des~ i._~:';2~!;;:j)aujoporla diligencia de Hitler. 49 Consideraré más por extenso el mis-
cíende en cascada a través de la pirámide política y social, creando Una c. .··.·,E!.o de la radicmización fascista en el capítulo 5·
d~rl . .
hueste de pequeños Führers y Duces en un estado de guerra hobbesiana de ,:,';" Ni un enfoque intencionalista extremo de caudillo omnipotente .g~-
todos contratodos. ,:',';:""" ndo solo ni uno estructuralista extremo según el cual son las mi-
'berna , . . . . .
Este esfuerzo por comprender el carácter complejo de la dictad ~w
'. ti as desde abaj o el motor principal del dinamismo fascista. resultan
.
ti. . . Ura
ascista y sus interacciones con la sociedad, muy digno en sí, entraña d . jenibles. El trabajo más convincente de la década de 1990 introdujo
peligros. Hace difícil explicar la energía demoniaca desencadenada po OSI (~s licaciones a dos vías en las que se otorga el lugar debido a la rivalidad
f .
ascrsmo: ¿por qué la «poliocracia» no ató simplementede pies y manos
re
~e funcionarios de nivelmedio para anticiparse a los deseosíntimos del
todos estableciendo una situaciónde tablas? Además, en sus versiones ex. .1:udillo y «trabajar en la dirección» de ellos mientr~s e! papel de! caudillo
tremas, puede hacernos perder de vista la supremacía del caudillo. En un sempeña su función indispensable definiendo objetivos, e!nmnando h-
de . so
disputado debate de la década de 1980, los «intencionalistas. defendiero mitaciones Yrecompensando a colaboradores celosos y entusiastas.
el carácter básico de la voluntaddel dictador, mientras que los «estructu~
r~istas:> o «fu~cionmi~tas» a~rmaban que la voluntad del dictador no po-
día aplicarse sm múltiples vmculos con el Estado y con la sociedad. Re- LA PUGNA ENTRE LOS FASCISTAS Y LOS CONSERVADORES
sultaba fácil caricaturizar ambos puntos de vista, y se llevaron a veces al
ext~emo. El intencionalismo funcionó mejor para la política exterior y Cuando Adolf Hitler se convirtió en canciller de Alemania el 30 de enero
militar, en que Hitler y Mussolini desempeñaron ambos papeles prácti- de1933) sus aliados conservadores, encabezados por el vicecanciller Franz
cos. El tema con mayor carga emotiva dentro del debate entre intenciona- von Papen, junto con aquellos dirigentes conservadores y nacionalistas
listas y estructuralistas fue el Holocausto, en el que la desmesura del re- que apoyaban el experimento Hitler de Van Papen, esperaban manejar sin
sultado parecía exigir la presencia de una voluntad criminal de una dificultad a aquel nuevo e inexperto jefe del Gobierno. Estaban seguros de
desmesura correspondiente. Examinaré este asunto con mayor detalleen que sus títulos universitarios, su experiencia en los asuntos públicos y su
el próximo capítulo. refinamiento mundano les darían una fácil superioridad frente a los zafios
Un problema importante para los intencionalistas era el estilo personal nazis. Pensaban que el canciller Hitler hechizaría a las multitudes mientras
de gobernar de Hitler. Mientras que Mussolini trabajaba largas horas en su el vicecanciller Van Papen dirigia el Estado.
escritorio, Hitler seguía e.ntregándose al diletantismo bohemio y perezoso Los aliados conservadores de Hitlerno eranlos únicos que suponían
de sus tiempos de estudiante de arte. Cuando sus ayudantes intentaban que el nazismo era flor de un día. La Internacional C?mu~ista estaba .s:-
que resolviese asuntos urgentes, Hitler era a menudo inaccesible. Pasaba gura de que la oscilación alemana hacia la derecha bajo Hitler produciría
~ucho tiempo en su retiro bávaro, y solfa descuidar asuntos apremiantes una oscilación en sentido contrario, haciala izquierda, en cuanto los tra-
incluso cuando estaba en Berlín. Sometía a sus invitados a monólogos de bajadores alemanes comprendiesen quela democracia era una ilusión y ~e
medianoche, se levantaba al mediodía y dedicaba las tardes a pasiones per- apartasen de los socialdemócratas reformistas. «La calma actual despues
sonales como los proyectos de su joven protegido Albert Speer para la re- de la victoria del fascismo es sólo temporal. Inevitablemente, a pesar del te-
construcción de su cíudad natal de Linz y del centro de Berlín con un esti- rrorismo fascista, crecerá la marea revolucionaria en Alemania [...]. Lains-
lo monumental propio del Reich de los Mil Años. A partir de febrero de tauración de una dictadura fascista descarada, que está destruyendo todas
1938 dejó de reunirse el gabinete; algunos ministros no conseguían ver las ilusiones democráticas entre las masas y está liberándolas de la influen-
nunca m Pührer, Hans Mommsen llegó m extremo de llamarle un «dicta- cia de los socialdemócratas, acelerará el progreso de Alemania hacia la re-
dor débil», Momms~n no quíso negar con esto el carácter ilimitado del po- volución proletaria»."
der v~gamente ~efirndo y azarosamente ejercido de Hitler, pero indicó que En contra de las expectativas de la derecha y de la izquierda, Hitler hu-
e~ ré~en nazi .no estaba organizado sobre principios racionales de efi- puso rápidamente su plena autoridad personal, En e! primer periodo de
CIenCIa burocrática y que su asombrosa explosiónde energía asesina no se gobierno nazi se produjo la Gleichschaltung, la tarea de meter en vereda no

150 151
ANATOMíA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

sólo a enemigospotenciales sino también a los colegas conservadores. bao Este conflicto concluyó en febrero de 1938 con la destitución, en cir-
clavesdel éxito de Hitler fueron su audacia, su empuje y su agilidad táctica cunstancias humillantes, de los jefesde Estado Mayor General y de Estado
su~enores; su hábilmanipulación (corno vimos en el capítulo anterior) Mayor del Ejército (los generales Blomberg y Fritsch), acusados sin moti-
la Idea de ~u~ el ((terr~n) comunista inminente justificaba la suspensión vo de conducta sexual impropia. El antigoo cabo se hizo cargo personal-
del procedimiento debido y del imperio de la ley; y un ánimo resuelto mente del alto mando del Ejército (Oberkommando der Wehrmacht,
matar. OKW)y exigióun juramento personal de fidelidad de sus generales,como
E! dominio de Hitler sobre sus aliados conservadores habia quedado había hecho antes que él el káiser. Una serie de oficiales de alta graduación
claram~nte establecidoa principios del verano de '933. El '4 de julio, con quisieron oponerse a aquella pérdida de independencia del Ejército, pero
leyque instauraba un Estadounipartidista, «yano era posible no se atrevieron a actuar sin el apoyo de las máximas autoridades milita-
gal" contra el dominio nacíonalsocíalísra».» A partir de entonces los con- res."Lasubordinación del Ejércitoa Hitler fue aún más completa de lo que
servadores emprendieron unaacciónde retaguardia para defender la auto':' lo había sido al káiser.
nomia de los centros de poder que les quedaban tras la invasión de las Al mismo tiempo se puso bajo control del partido el Ministerio de
organizacionesparalelas del Partido Nazi.Esto significó defender el AsuntosExteriores.El diplomático de carrera Konstantin van Neurath fue
to de las SA,los gobie:nos ~statales (Land) de los jefesregionalesdel parti- . cesado como ministro de Asuntos ExterioreselS de febrero de 1938 y los di-
do (Gaulelter), el funcionariado de los cuerpos profesionalesde los novatos plomáticos alemanes tuvieron quesoportar la humillación de vercomo su
delpartido, lasiglesias delos esfuerzos nazispor crear un «cristianismo ale- orgollosacorporación pasaba a estar bajo el control del jefe de la organiza-
mán» y los interesesempresariales de las empresas de las SS. ciónparalela del partido, )oachim van Ribbentrop, un hombre cuya prin-
Las principales esperanzas de los conservadores para mantener a cipal experiencia internacional antes de 1933 había sido vender champán
a Hitler eran el presidente Hindenburg y el vicecancillerVan Papen." alemán falsificado en Inglaterra. Con Ribbentrop tendieron a ocupar car-
la avanzada edad de Hindenburg y su mala salud le debilitaban y Van Pa- gos diplomáticos en el extranjero antigoos miembros de las SA.,6
pen carecía de suficienteempuje personal y del personal administrativo in- Despuésde la derrota del nazismo en 1945, los conservadores alemanes
d~pendiente necesario para impedir la infiltración de los nazis en los orga- han dado mucha importancia a su oposición a Hitler y a la hostilidad de
rusmos del Estado,sobre todo después de que fuera sustituido por Goeríng éste haciaellos. Como hemos visto,los nazis y los conservadores tuvieron
como ministro-presidente de Prusia, el mayor Estado alemán, e17 de diferencias auténticas, que se resolvieron con derrotas muy reales de los
de '933· Cuando Van Papen atacó abiertamente la arbitrariedad nazi en conservadores. Pero, en cada momento crucial en quehabíaque decidir) en
discurso que p.ronunc~ó .en la Universidad de Marburgo, el 17 de junio de cada intensificación de la represión antíjudía, en cada nuevo recorte de las
1934; el tena CIrC~ó rápidamente por el país. Hitler hizo detener al que libertades ciudadanas y quebrantamiento de las normas legales, en cada
habla escnto el disc~rso, Edgar Iung, prohibió su publicación y cerró nuevo movimiento agresivo en políticaexterior, en cada progresiva subor-
oficinas del vicecanciller, )ung y los otros íntimos de Van Papen fíguraron dinaciónde la economía a las necesidadesde la autarquía y del rearme pre-
entre los asesinados en la matanza de la Noche de los CuchillosLargos, cipitado, la mayoría de los conservadores alemanes (con algunas honora-
se p~oduJo dos semanas después, el 30 de junio de 1934. Los cautos y ,~. """! bles excepciones) se tragaron sus dudas respecto a los nazispara defender
ambiciosos procuraron esquivar las salpicaduras de la sangre y continua- SUs primordiales intereses comunes.
ron con sus asuntos. 54 ~l propioVon Papen partió mansamente en julio Los conservadores consiguieron obstaculizar una política nazi: la euta-
ocupar el puesto relativamente modesto de embajador en Austria. nasia de las supuestas personas inútiles, una cuestión que analizaré por-
cons.e:vadore~ perdieron definitivamente la partida el 2 de agosto, en ......,,'" menorizadamente en el próximo capítulo. En cuanto al resto, aunque las
muno el presidente Hindenburg. organizaciones e instituciones conservadoras procuraron salvaguardar sus
Los esfuerzos defensivos de los conservadores afloraron de nuevo intereses personales y de clase, raras vecesse enfrentaron al régimen mis-
principios de 1938, cuando algunos de ellos discreparon del ritmo mo. Algunos conservadores en particular, como los que se agrupaban en
cada vezmás agresiva política exterior de Hitler y del peligro que signific torno a Helmutvan Moltke en su fincade Kreísau, se oponían morale in-

152 153
ANATOMíA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

telectualmente al régimen y se preguntaban qué forma debería tener Un ~L,n~J~itno_Farinacci,y t~m~ién a los en:usiastas del «sindicalismo integral» como
nueva Alemania después de la guerra. Hada el final, cuando se habían co a \' ,-,:'~t!~ajnondo Rossom. HItler tuvo SIempre un control mucho mayor de su
vencido ya, de que Hitler estab~ conduciendo el país a la aniquilación, ~~ , ",:{'::iL'tido que Mussolini, pero también se enfrentó a la disidencia en muchas
gunos oficiales de alta graduación conservadores y algunos fundan .
" anos
~"r~siones,hasta que la ahogó en sangre en junio de 1934. Los partidarios de
de alto nivel fueron los que mas cerca estuvieron de formar una resi t . >-tin,auténtico «socialismo alemán», una «tercera vía» intermedia entre el
. ". s~~
efectiva contra el regirnen nazi, y anduvieron muy cerca de consegui ::';':pitalismo y el marxismo, con los que ya nos hemos encontrado crea-
sinar al propio Hitler el 20 de julio de 1944. r ase- '-;'%11' antes de que Hitler llegase al poder, situaciones embarazosas ~ara él
Com~ e~ ~égimen.de Mussolini no consiguió alcanzar el dominio total eónlos hombres de negocios a los que quería cortejar. Estaban también los
que constguio el de HItler, suele considerarse que no llegó a ser del tod t Ílllpacientes ante la estrategia de Hitler del todo o nada, como Walter Sten-
talit . 57p 1 o a-
l ano. ero os elementos que competían por el poder eran los mism riesy Gregor Strasser. Como ya hemos visto, Hitler no vaciló en ,expulsar a
en l~ Italia fascista que en la Alemania nazi: el caudillo, el partido, la bur~~ eslOS dos últimos del partido."
cracia del Estado y la sociedad civil. Fue el resultado lo diferente ya que 1 En el periodo inicial del gobierno de Hitler, estalló el conflicto en tor-
r . estaba distribuido entre ellos de un modo bastante distinto' .M usso-e
poder no a la «segunda revolución», una oleada más de cambio radical que en-
tm, que desconfiaba de los activistas de su partido) se esforzó por subord], tregaría el botin de los cargos y los puestos a los «viejos combatientes». En
nar!os a un Estado todopoderoso. Al mismo tiempo) las circunstancias le la primavera de 1933, los militantes del partido celebraron su llegada al po-
obligaro~ a compartir l~ cúspide del poder con el rey y a aplacar a una Igle- der prosiguiendo sus acciones callejeras contra la izquierda, contra la bur-
sia Católica mucho mas fuerte. Los activistas del partido replicaron con guesíamoderada y contra los judíos. El boicot de los negocios judíos orga-
~cusaclOnes de que el Duce estaba permitiendo que los compañeros de via- nizado por la Liga Combatiente de la Clase Media del Comercio en la
je conservadores (fiancheggiattori, literahnente 'flanqueadores') desvirtua- primavera de 1933 fue sólo uno de los ejemplos más notorios de «revolu-
ran el movimiento." ción desde abajo». Pero Hitler necesitaba entonces calma y orden en vez de
. El resultado final en Italia fue lo que algunos han llamado «una versión desafíos al monopolio de la violencia por parte del Estado, y los dirigentes
más dura de la Italia liberal»." Este punto de vista subestima las innova- del partido proclamaron «el final de la revolución» en el verano de 1933·
ciones del partido tanto en la propaganda como en la organización del Es- Sin embargo, las aspiraciones a una «revolución» continuada seguían
tado, sobre todo en sus relaciones con la juventud y especialmente duran- presentes aún dentro de las SA,lo que inquietaba a la comunidad empre-
te la Guerra de Etiopía, la capacidad de Mussolini para la actuación arbitraria sarial. El deseo de las SA de convertirse en la fuerza armada del nuevo ré-
y el grado de tensión latente entre el Dnce, el partido y las elites conserva- gimen ponía además muy nervioso al alto mando del Ejército. Hitler resol-
doras en la versión italiana del Estado dual. vió estos problemas de forma mucho más brutal y decisiva que Mussolini
en la Noche de los Cuchillos Largos. La lección no les pasó desapercibida a
otros posibles adversarios.
LA PUGNA ENTRE EL CAUDILLO Y EL PARTIDO El problema de los regímenes fascistas (un problema al que nunca tenían
que enfrentarse los dictadores tradicionales) era cómo mantener en marcha
En la propaganda fascista, y en la imagen qne tiene la mayoría de la gente la energía del partido sin alterar el orden público ni asustar a los aliados
de los regímenes fascistas, el caudillo yel partido están fundidos en nna ex- conservadores. A la mayoría de los radicales del Partido Nazi les impidieron
p~esión única de la voluntad nacional. En realidad, hay también una ten- causar problemas al régimen el control personal de Hitler, los éxitos inte-
sion permanente entre ellos. El caudillo fascista desdeña inevitablemente riores y exteriores del régimen y, finalmente, la válvula de escape de la gue-
algunas de las promesas iniciales de campaña en su búsqueda de las alian- rra y el asesinato de los judíos. La ocupación de Europa oriental proporcio-
zas necesarias para llegar al poder, y decepciona así a algunos de sus segui- nó oportunidades gratificantes para la expoliación." Las cosas fueron
dores más radicales. mncho más allá en el frente oriental: alli el partido se entregó al descontrol
Mussolini tuvo que enfrentarse a partidarios del squadrismo radical con la política de ocupación, como veremos en el capítulo siguiente.

'54 155
ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

. Mussolini dominó también al partido, pero enfrentándose a desafios" LA PUGNA ENTRE EL PARTIDO Y EL ESTADO
mucho más claros y duraderos. Los dirigentes de! Partido Fascista, sobref'.
todo ios ras locales, cuyas hazañas durante el periodo del squadrismo les; Tanto Hitler como Mussolini tuvieron que conseguir que la maquinaria
otorgaban cierto poder autónomo, expresaron a menudo su insatisfacción-', del Estado les obedeciese, mediante la persuasión o mediante la fuerza. Los
Con Mussolini. Estas tensiones tenían dos orígenes: uno funcional, porque:'}: militantes del partido querían echar a los burócratas de carrera y ocupar
Mussolini tenia responsabilidades distintas como jefe del partido de las de? ellos todos los puestos. Los dirigentes casi nunca cedieron a esta exigencia.
los ras locales y veía, por tanto) las COSas de unaforma distinta; y uno per-. Ya hemos visto cómo Hitler sacrificó las SA al Ejército en junio de '934.
sonal, porque Mussolini se sentía más inclinado a «normalizan> las relacío-" Asimismo, Mussolini impidió que la Milizia desbancase al sector profesio-
nes con los conservadores tradicionales de lo que lo estaban algunos de s1.Is{ nal del Ejército italiano, salvo para el servicio en las colonias.
seguidores más exaltados. El movimiento y e! caudillo se enfrentaroiu.; Los regimenes fascista y nazi no tuvieron ninguna dificultad grave, por
como vimos) en 1921 por la transformación del movimiento en un partido,:"-fJ reglageneral, para hacerse con el control de los servicios públicos. Protegieron
y en agosto de 192110s ras obligaron a Mussolini a renunciar a su proyecto en general el sector del funcionariado de la intrusión del partido y dejaron in-
de un pacto de pacificación con los socialistas. .. '.. tacta su identidad profesional. Los funcionarios solían simpatizar mucho con
Una vez en el poder) estas diferencias se agudizaron aún más. Los mili-,:: la tendencia de los regímenes fascistas en favor de la autoridad y del orden y
tantes del partido estaban irritados por los dos primeros años de gobierno:: en contra de! Parlamento y de la izquierda, y apreciaron la mayor libertad de
moderado de coalición de 1922-1924. Ya vimos en e! capitulo 3 que en dVi que disfrutaban respecto a las limitaciones legales." La eliminación de los ju-
ciembre de '924 militantes de! partido presionaron a Mussolini para que} dios proporcionaba a veces posibilidades de ascenso profesional.
pusiese fin a sus seis meses de indecisión tras el asesinato de Matteotti y: El organismo clave era, por supuesto, la policía, La polícía alemana
optase por una salida agresiva estableciendo un régimen unipartidista.v: quedó enseguida libre del Estado normativo y pasó a quedar bajo e! con-
Mussolini, que necesitaba un fuerte apoyo de! partido cuando ínstau-v. trol del Partido Nazi a través de las SS. Himmler, apoyado por Hitler fren-
ró su nueva dictadura, en febrero de 1925 nombró secretario del Partido-'.' te a rivales del Ministerio de! Interior que controlaban tradicionalmente la
Fascista al partidario más intransigente del squadrismo violento, Roberto' policía, ascendió en abril de 1933 de comandante de la policia política de
Farfnacci, ras de Cremona. El nombramiento de Farinacci pareció una se;,,',·'::; Baviera (donde creó el primer campo de concentración, en Dachau) a jefe
ñal para la renovación de la violencia contra los adversarios, para la inva<.:;,::c' de todo e! sistema policial alemán en junio de 1936.66
sión por parte de! partido del funcionariado y para una politica exterior,':: Facilitó este proceso el descontento de muchos policías alemanes con
económica y social radical." Farinacci fue depuesto, sin embargo, al cabó:·'ú;i la República de Weimar y su supuesta actitud de «mimar a los de!incuen-
de sólo un año. Las erupciones renovadas de violencia, como los ~ChQ~;lk~ tes»," y por los esfuerzos del régimen para aumentar el prestigio de la po-
muertos más en Florencia de octubre de 1925 «delante de los turistas» eran;.:~Ú: licia entre e! público. En 1937 se amplió de un solo día a siete el Día de la
inadmisibles, y se descubrió, además, que la tesis de Farinacci en sus 'estti;":~":i" Policía, que se celebraba una vez al añO. 68 Las SA se convirtieron inicial-
dios de Derecho era un plagio. Siguieron una serie de secretarios de! partida, mente en policía auxiliar en Prusia, pero se puso fin a esta práctica el 2 de
más dóciles que, aunque aumentaron el tamaño y el alcance del partidoj},~i:i':ii; agosto de 1933 69 y la policía no se enfrentó a más amenazas de absorción
subordinaron incuestionablemente al Duce y a la burocracia del Estad9?':}rM' por parte de los militantes de! partido. Sus agentes gozaron de una situa-
En e! capitulo siguiente abordaré de nuevo la tensión continuada entre l~,f~ ción de privilegio, estaban por encima de la ley como árbitros finales de su Ii
tendencia de Mussolini favorable a la normalización y sus episodios perió'";l~* propia forma de «justicia policial» ilimitada. I
dicos de radicalización.~(.t<.'''-., Mientras que la policia alemana estaba controlada más directamente
par dirigentes del Partido Nazi que ningún otro organismo tradicional de!
Estada, la policía italiana siguió estando dirigida por un funcionario, y su
camportamiento fue casi igual de profesional o partidista que con los go-
biernos anteriores. Ésta es una de las diferencias más profundas entre los

157
ANATOMíA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER
.;', .....
..,':

regimenes nazi y fascista.El jefe de la policía italiana durante la mayor par. -.--j:~~:~~"Un_(múmero asombroso) de profesionales de la protección de la infan-
te del periodo fascista fue el funcionario profesional Arturo Bocchini. Ba· . ,.::e.cansados de la pugna ideológica entre lo público y lo privado y entre
bíauna policíapolítica,la OVRA, pero elrégimen ejecutó a un número re, .,m"
':ló-¿~Drganismos religlOSOS
. y 1os lai
alCOS, que durante 1a Repurblilea casi. h abíla
lativamente pequeño de enemigospolíticos. :•...:alizado este sector, que volvíaya a la autoridad y la disciplina de los pa-
Otro instrumento crucial del Gobierno fue la judicatura. Aunque había _<~s tras la experimentación de Weimar, dieron la bienvenida al nazismo
pocosjueces quefuesen miembros del Partido Nazien1933/° la magistratu~ .
"en 1933 como un nuevo conuenzo.
• 75

I~ fa alemana eraya abrumadoramente conservadora. Había establecido Un


sólidoregistro de penasmásduras contra los comunistas que contra losna-
zis durante la década de '920. A cambio de una invasión relativamenteli-
mitada de su esfera profesional por los Tribunales Especiales y el Tribunal
delPueblo delpartido, los jueces integraron voluntariamente susasociacio_
-:::<.-De todas las tensionesquese produjeron durante el régimen fascista, la
.• Je con mayor facilidad y de manera más definitiva se zanjó fue el conflic-
.(".partido-Estado. El Estado nazi, en particular, gobernó vigorosamente
hasta,el final, en un rechazo consciente y decidido de cualquier asomo de
laquiebra de la autoridad pública que se habia producido en 1918.
l. nes en una organización nazi y aceptaron muy felices el poderoso P'tPel
que el nuevo régimen les asignó." Lajudicatura italiana cambió poco) ya
que la interferencia política habíasido la norma previamente con la mo- ACOMODACIÓN, ENTUSIASMO, TERROR
narquía liberal.Losjueces italianos sentían en general simpatía por el como
promiso del régimen fascistacon el orden público y la grandeza nacionaL" Elmodelo del Estado dual es incompleto en otra dimensión aún más cru-
Losprofesionalesmédicos (no estrictamenteparte del Estado pero esen. cial: no tiene en cuenta a la opinión pública. No bastacon estudiar cómo
cíales para el funcionamiento normal del régimen) cooperaron con el régi- ejerció su autoridad desde arriba un régimen fascista; hay que investigar
men nazi con sorprendente rapidez. La decisión de los nazis de mejorar la también cómo interactuó con los ciudadanos. ¡Apoyó una mayoría de la
pureza biológica de la «raza» (la cultura italiana era completamente distin- 'población a los regímenes fascistas consensualmente, inclusocon entusia~­
ta en este punto) contenía un componente de salud pública que gratificaba roo, o fueron obligados a someterse por la fuerza y el terror? Ha prevalecí-
a muchos profesíonales médicos. Durante mucho tiempo, los crueles expe- do el modelo del terror, en parte porque sirve de coartada para los pueblos
rimentos realizadoscon prisioneros por el doctor JosefMengele dieron una afectados. Pero la investigación reciente ha tendido a demostrar que el te-
impresión deformada de la medicina nazi. Lamedicina nazi no fue mero rror eraselectivo y que el consenso fue elevado tanto en la Alemania nazi
sadismo, aunque causase mucho sufrimiento. Se embarcó en una amplia como en la Italia fascista.
investigación de la salud pública básica. Los científicos alemanes fueron, Ninguno de los dos regímenes era concebible sin terror. Laviolencia
por ejemplo,los primeros que relacionaron concluyentemente el tabacoyel nazi fue algo omnipresente y sumamente visible después de '933. Loscam-
amianto con el cáncer," Mejorar la «raza» significaba también fomentar fa- pos de concentración no estaban ocultos y se quería que se conociesenlas
milias grandes, y los regímenes fascistas fueron particularmente activos en ejecuciones de disidentes." Lapublicidad de la violencianazi no significa,
el desarrollo de la ciencia demográfica al servicio del pronatalismo. Vere- sinembargo, que el apoyo al régimen fuese impuesto. Como la violencia se
mos en el capítulo siguiente que en Alemania, bajola presiónde la guerra, dirigíacontralos judíos,marxistas y marginados «asociales» (homosexua-
la mejora de la raza se convirtió en la esterilización de los «incapaces» y la les, gitanos, pacifistas, los congénitamente 10CM o impedidos y los delin-
eliminación de «bocasinútiles» (los mental e incurablemente enfermos), y cuentes habituales, grupos que muchos alemanes veían con buenos ojos
cómo se pasó de ahi al genocidio étnico. Losadministradores nazis estaban que desaparecieran), los ciudadanos se sentían a menudo más gratifica-
orgullosos de la meticulosidad científica y burocrática con que abordaban dos que amenazados por ella.El resto pronto aprendió a guardar silencio.
estas cuestiones, tan diferente de los desordenados pogromos eslavos, y re- Sólo al final, cuando los aliados y los rusos se aproximaban, cuando las au-
compensaron a los médicos y a los profesionales de la salud pública otor- toridades arremetían contra cualquiera que fuese acusado de derrotismo,
gándoles una amplia autoridad sobre ella.'. Muchos participaron volunta- dirigió el régimen nazi la violenciacontralos alemanes corrientes."
riamente en la «matanza medicalizada» /4 La pauta fascista italiana de violencia fue la contraria de la nazi. Mus-

158 '59

ANATOMíA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

solini derramó más sangre para llegar al poder que Hitler," pero su dicta- No cabe duda de que el terror era algo que aguardaba a los trabajado-
dura fue relativamente snave después de eso. La principal forma de res que ofrecían una resistencia directa. Fueron los cuadros de los partidos
para los disidentes políticos erala residencia forzosa en remotasaldeas comunista y socialista alemanes los que llenaron los primeros campos de
montañadel sur." Unos diez mil adversarios seriosdel régimen fueron en- concentración en 1933, antes que los judíos. Como los socialistas y los co-
carcelados en campos de concentración o en islas del litoral. El régimen munistas estaban ya divididos, no fue difícil para los nazis crear otra división
condenó a muertea sólo nueve opositores entre 1926 y 1940. 80 entre los trabajadores que seguían resistiendo y los que decidieron intentar
Pero debemos evitar el supuesto común de que la dictadura de Musso- vivir una existencia normal. La eliminación de las organizaciones obreras
lini fue más cómica que trágica. Su orden de asesinar a los hermanos Ros" autónomas permitió a los regímenes fascistas dirigirse a los trabajadores in-
selli en Francia en 1937, los elocuentes jefes del movimiento de resistencia dividual y no colectivamente." Los trabajadores, desmoralizados por la de-
democrática más importante, Giustizía e Liberta, junto con el tristemente rrota desussindicatos y partidos, prontoestuvieron atomizados, privados de
célebre asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti en junio sus lugares habituales de sociabilidad y temerosos de confiar en algaien.
1924, marcaron indeleblemente con sangre su régimen. Lajusticia fascista, Ambos regímenes hicieron algunas concesiones a los trabajadores, el
aunquevarios grados menos malévola que la justicia nazi, proclamó tercer instrumento de «contención» de Masan. No se limitarona silenciar-
no menor descaro la «subordinación de los intereses individuales a los co- los,como en las dictaduras tradicionales. Después de la toma del poder, los
lectivos»," y no debemos olvidar la crueldad impresionante de la conquis- sindicatos oficiales disfrutaron de un monopolio de la representación obre-
ta colonialitaliana. 8~ ra. El Frente del Trabajo nazi tenia que preservar su credibilidad prestando
Como en el caso del Tercer Reich, la violencia fascista estuvo dirigida realmente alguna atención a las condiciones de trabajo. El Tercer Reich,
selectivamente contra los «enemigos de la nación»: socialistas, eslavos que no olvidaba la revolución de 1918, estaba dispuesto a hacer absoluta-
ridionales o pueblos africanos que se interpusieron en el camino de la mente cualquier cosapor evitar el paroo las escaseces de alimentos. Cuan-
gemonía italiana en el Mediterráneo. Pudo por ello inspirar más aproba- 3' do la economía alemana se reanimó con el rearme, hubo incluso algunas
ción que miedo. subidas de salarios. Más tarde, durante la guerra, la llegada de trabajado-
La dicotomíapopularidad-terror es, evidentemente, demasiado rígida. res esclavos, que elevó a muchos obreros alemanes a la condición de amos,
Ni siquiera el nazismo se basó sólo en la fuerza bruta. Un descubrimiento proporcionó satisfacciones adicionales.
notable de la investigación reciente es el del escaso aparato policial que Mussolini estaba particularmente orgulloso de cómo se comportaban
cesitó para imponer su voluntad. La Gestapo recibía tantas denuncias lo, trabajadores bajo su Constitución corporativista. La Carta del Trabajo
ciudadanos fanáticos (o envidiosos) que podía arreglárselas con una (1927) prometió que los trabajadores y los patronos se sentarían juntos en
porción de aproximadamente un policía por cada 10.000 o '5. 0 0 0 _'",A.,,,,,!,,, una «corporaciónx por cada ramade la economíay olvidarían la lucha de
danos," muchísimomenos de lo que necesitaba la stasien la República clases al descubrir sus intereses comunes. Pareció algo muy impresionante
mocrática Alemana de posguerra. cuando en 1939 una Cámara de Corporaciones sustituyó al Parlamento.
Losaspectos más interesantes del asunto se sitúanentrelos dos ~ero estosórganoscorporativos estaban dirigidos en la práctica por los pa-
mas de coerción y popularidad. Podría ser instructivo considerar calmo 10' tronos, mientras que las seccionesde los trabajadores estaban separadas y
regímenes fascistas manejaron a los trabajadores, que eransin dudael,... ,:"q excluidas del lugar de trabajo."
tor más recalcitrante de la población. Es evidente que tanto el fasciSlllg \}18 La cuarta forma de «contención» de Masan (instrumentos integrado-
como el nazismo gozaron de cierto éxito en este campo, Según Too res) fue una especialidad de los regímenes fascistas. Los fascistas fueron lo,
son, la máxima autoridad sobre los obreros alemanes bajo el nazismo, maestros del pasado en la manipulación de la dinámica de grupo: el grupo
Tercer Reich «contuvo» a los trabajadores alemanes sirviéndosede cuat( J~venil, la asociaciónpara el tiempo de ocio y las concentraciones del par-
medios: el terror, la división, ciertas concesiones e instrumentos de inte' tido. La presión de los pares era particularmente poderosa en grupos pe-
gración, como la famosa organización destinada altiempo de ocioA1V 'lueños. Allí la mayoría patriótica avergonzaba o intimidaba a los in-
gor por la Alegría (Kraft durch Preude)." Conformistas haciéndoles mantener al menos la boca cerrada. Sebastian

160 161
ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

Haffner recordaba quesu grupode aspirantes a magistrados fue enviado) el) ¡ -~~c- El-réllÍlllennazi despertó también un entusiasmo popular considera-
el verano de 1933) a un retiro en el queestosjóvenes de cultura elevada) rna. bleenAlemania a mediados de la década de 1930. El pleno empleo, unido
yoritariamente no nazis, acabaron fundidos en un grupo mediante rnar, una larga serie de victorias incruentas en política exterior, elevaron el
chas, cantos, uniformes e instrucción. Resistirse parecía inútil: era seguro :púyo alas nazis muy por encima del 44por 100 inicial de las eleccionesde
que sólo podía conducir a la cárcely a poner fin a la soñada carrera profe_ ll1arZO de 1933. Aunque los alemaues refunfuñaban mucho por las restric-
sional. Finalmente comprobó) con asombro, que hasta él mismo alzaba el ciones Yescaseces, y aunque el inicio de la guerra en septiembre de 1939 se
brazo) provisto de W1 brazalete con la cruz gamada, en el saludo nazí.> recibió sombríamente,92 el culto a Hitler estaba exento de la crítica reser-
Estas diversas técnicas de control social tuvieron éxito. Mussolini dis- vada alos burócratas y a los funcionarios del partido.
frutó de amplio apoyo desde 1929 al menos hasta su victoria en Etiopia en Los regímenes fascistas tuvieron un éxito especial con los jóvenes. La
1936." El acuerdo con la Iglesia Católica fue decisivo para este apoyo. Los llegada fascista al poder lanzó una onda de choque que recorrió toda la so-
acuerdos de Letrán firmados por Mussoliniy por el Papa Pío Xl en febre_ ciedad llegando a todos los barrios y aldeas.Los jóvenes italianos yalema-
ro de 1929 pusieron fin a casi sesenta años de conflicto entre el Estado ita- n~ tuvieron que afrontar la destrucción de sus organizaciones sociales (si
liano y el Vaticano, con el reconocimiento mutuo y el pago por parte de procedían de familias socialistas o comunistas) y la atracción de nuevas
Italia de una indemnizaciónsustanciosa por la expropiación de tierras pa- formas de sociabilidad. La tentación de adaptarse, pertenecer y adquirir
pales en 1870. Italia reconoció al catolicismo romano como «lareligión de rango en las nuevas organizaciones fascistas juveniles y de ocio (que anali-
la mayoría de los italianos». El en otrostiempos anticlerical Mussolini, que zaré después más detenidamente) era muy poderosa." Unirse a sus escua-
había escrito una novela juvenil titulada La amante delcardenal y que, con dras unifonnadas y en marcha, sobretodo cuandoel fascismo aún eranue-
veintiún años, en un debate con un pastor suizo,le habíadado a Dios (sies vo, eraun medio de declarar la propia independencia frente a unos padres
que existía) cinco minutos para matarle," se había plegado en '925 a un aburridos y unos hogares burgueses agobiantes." A algunos alemanes e
tardío matrimonioeclesiástico con la que habíasido durante mucho tiem- itillianos jóvenesde logros por lo demás modestos les complacía prosperar
po su compañera, Rachele Guidi, y a bautizar a los hijos de ambos. Enlas aexpensas de otros." Elfascismo era, másplenamente que ningúnotro mo-
elecciones del 24 de marzo de 1929, el apoyo explícito de la Iglesia tuvo vimiento político, una declaración de rebelión juvenil, aunque fuese mu-
como resultado un 98 por 100 de votos favorables a la lista fascista de can- cho más que eso.
didatos (no había ninguna más) al Parlamento." El fascismo pagó a lalar- Difícilmente se podria esperar que las mujeres y los hombres reaccio-
ga un alto precio por la ayuda que prestó la Iglesiapara conseguir el con- nasen del mismo modo ante regímenes que consideraban una prioridad
senso: cuando la liebre del dinamismo fascista se agotó, la tortuga de la importante conseguir la vuelta de las mujeres a las esferastradicionales de
vida parroqnial católica y de la cultura católica pasó poco a poco a conver- las labores domésticas y de la maternidad. Algunas mujeres conservadoras
tirse en la base del Gobierno cristianodemócrata de Italia después de '945· aprobaban esto. Hitler obtuvo una cantidad considerable de voto femeni-
El otro ingrediente de la popularidad de Mussolini en el periodo me- no(aunquesea imposible cuantificarlo con precisión), y los investigadores
dio de su régimen fue la victoria sobre Etiopía en el verano de 1936, que han debatido encarnizadamente sobre si debería considerarse a las muje-
resultaría ser el último de sus éxitos militares. La aprobación popular del res cómplices o victimas de su régimen." Al final las mujeres eludieron los
régimen fascistaitaliano no empezó a disminuir hasta que la política exte- papeles que el fascismoy el nazismo proyectaban para ellas,menos por re-
rior expansionistade Mussolini empezó a cosechar derrotas. ElDuce nece- sistencia directa que, simplemente, por ser ellasmismas, ayudadas por la
sitaba demostrar que mantenía, una «relación especial con la historia», y sociedad moderna de consumo. Los estilos de vida de la era del jazz de-
eso le exigía mantener una política exterior dinámica. Pero, a partir de la mostraron ser más poderosos que la propaganda del partido. En la Italia
derrota de su fuerza blindada de «voluntarios»por los republicanos espa- fascista, Edda Mussolini y otras jóvenes modernas fumaban y exhibían un
ñoles y los voluntarios internacionales en Guadalajara, en las montañas si- estilo de vida independiente, como hacían las jóvenes en todas partes des-
tuadas al nordeste de Madrid, en marzo de '937, la política exterior aportó tinés de la Primera Guerra Mundial, al tiempo que participaban también
más humillación que prestigio al régimen de Mussolini." en lasinstituciones del régimen." La tasa de natalidad italiana no se elevó

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ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

por orden del Duce. Hitler no pudo mantener su promesa de retirar a las. graron habla algunos no judíos (Thomas Mann fue sólo el más fumoso). El
mujeres de la fuerza de trabajo cuando llegó el momento de la moviliza- físico Max Planck consiguió mantenerse activo en Alemania, defender cier-
ción total a causa de la guerra. to ámbito de independencia propia y de algunos de sus colegas, y no perder
A los intelectuales les resultó más tensa la relación con los regimenes el respeto de la comunidad científica internacional. 10] Hubo otros intelec-
fascistas que con los movimientos fascistas iniciales. Tenían buenas razo- tuales destacados (entre ellos el filósofo Martin Heidegger, el sociólogo Hans
nes para sentirse incómodos bajo la autoridad de antiguos combatientes . Preyer" y el jurista Carl Schmítt)?" que hallaron suficiente terreno en co-
callejeros que despreciaban a «los profesores que-examinan las cosas para"-··; mún con el nazismo para aceptar nombramientos oficiales. Dentro del ám-
petados detrás de sus gafas, idiotas que plantean objeciones absurdas a . " bito del compromiso, el acomodo y la reticencia silenciosa que adoptaron la
cada afirmación de la doctrina»." Mucho más aún porque estos regtmenes:; mayoría de los intelectuales, algunas posiciones aún siguen hoy sin estar
consideraban las artes y las ciencias no como un campo de creatividad H;.: claras: ¡saboteó el físico y Premio Nobel Werner Heisenberg el programa de
bre, sino como un recurso nacional sujeto al estricto control del Estado. energía atómica alemán desde dentro, como aseguró, o falló el programa
Como se suponia que los dirigentes tenían poderes mentales sobrehuma- porque no dispuso de financiación suficiente, porque se modificaron las
nos) los militantes fascistas preferían resolver las cuestiones intelectuales prioridades, por la ausencia de colegas judíos importantes corno Lise Meit-
por una reductio ad ducem:" ner y por el error de sobrevaloración del propio Heisenberg acerca de la
Los regímenes fascistas tenían también poder para recompensar a in-' cantidad de plutonio necesaria para operar una pila atómicai'"
telectuales dóciles y famosos con cargos y honores. Donde el régimen esta- Aunque el entusiasmo del público no fue nunca tan total como hablan
ba dispuesto a otorgar un margen notable de libertad de acción a los in- prometido los fascistas a sus aliados conservadores, la mayoría de los ciu-
telectuales) como en la Italia fascista, era posible una amplia gama de reac- dadanos de los regímenes fascistas aceptaron las cosas tal como eran. Los
ciones. Algunos críticos liberales y socialistas rechazaron totalmente casos más interesantes son los de la gente que nunca ingresó en el partido
régimen, afrontando la detención'"" e incluso la muerte,'?' y no tardó en y que incluso puso objeciones a ciertos aspectos del régimen, pero que se
unirse a ellos la eminencia liberal intocable Benedetto Croce; en el otro ex.. acomodó porque los éxitos de éste se correspondieron con algunas de las
tremo, un puñado de intelectuales auténticamente distinguidos, como ·el_: ' COsas que ellos querían, mientras que el resto de las alternativas les pare-
filósofo Giovanni Gentile,'?' el historiador Gioacchino Volpe y el demógra- cían peores. El eminente director de orquesta alemán Wilhelm Purtwan-
fa y estadístico Corrado Gini,"" ofrecieron un apoyo entusiasta. gler fue castigado después de la guerra por haber sido fotografiado junto a
Mussolini nunca necesitó tomar medidas serias respecto a la vida cul- Un Hitler radiante, pero, en realidad, sus relaciones con el régimen nazi
tural, porque la mayoría de los intelectuales aceptaron cierto grado de acoc . fueron complicadas. Nunca ingreso en el partido. Intentó en dos tensas en-
modo con su régimen, aunque sólo fuese parcial y esporádicamente. Res~,'{:¡:< trevistas personales convencer al Führer de que modificase su prohibición
pecto a los signatarios del «Manifiesto de los intelectuales» de Croce, qe-' de la música y los músicos judíos, Fue destituido de algunos de sus cargos
1925,podemos encontrar a noventa de ellos escribiendo para la oficialísim:f'". Como director por insistir en interpretar la música atonal de Hindemith.
Enciclopedia italiana en 1931.10 4 Cuando se exigió a los docentes universita~:;-';,~: Pero compartía las ideas nazis de que «la música surge de fuerzas profun-
rios un juramento de lealtad al régimen en el año académico de 1931-1932>:'; das y secretas arraigadas en el pueblo de la nación»...HJ. especialmente de la
no se negaron más que 11 de un total de 1.200."5 Sólo después de la 1egisJ¡'i'c, nación alemana. Consideraba inconcebible abandonar Alemania o aban-
ción racial de 1938, en la que me extenderé más en el próximo capítulÓ;,i¡t donar sus actividades musicales. Fue sin duda un personaje privilegiado
emigró un número significativo de intelectuales italianos. .,."" bajo el fascismo, porque, a pesar de que Hitler conocía sus reservas, enten-
Los intelectuales afrontaron una presión más intensa en la Alem~W.,~~~,:·, día también 10 suficiente de música como para darse cuenta de que era el
nazi. Los ideólogos nazis intentaron transformar el pensamiento, como·~~i.i~i¡;: mejor director de Alemania."
el caso de la física alemana, que debla suplantar a la «física judía» de Eipsfi1 ¡i! Aceptando acomodos de este género, los regímenes fascistas consiguie-
tein,'?" y el «cristianismo alemán», que debía purgar la doctrina cristiana,d~,¡~~\~ rOnConservar la lealtad de nacionalistas y conservadores que no estaban de
sus influencias judías. Entre el número sustancial de intelectuales que_~Jn!tS~i I
acuerdo con todo lo que estaba haciendo el partido.

164 \ _
"'';.

,,¡J
ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

LA ({REVOLUCIÓN~) FASCISTA ¡._}_~iT~étos, capacidad productiva, orden y propíedad. Obligar a los elemen-
[:;d2·.~6i:productivostradicionales de su país a someterse, quizás; transformar-
La retórica radical de los movimientosfascistas iniciales indujo a muchos 1 ';~;Y~~i<·sin duda; pero abolirlos, no. Los fascistas necesitaban el músculo de
observadores, entoncesy posteriormente, a suponerque,una vez en elpo-' -i~sos bastiones del poder establecido para expresar la vitalidad y la uní dad
der, los regímenes fascistas efectuarían cambios generales y fundamentales /"rertovadas de su puebloen el interior y en el escenario mundial. Los fascis-
en lasbases mismasde la vida nacional. Enla práctica, aunquees indiscu, :-_~tis'querian revolucionar sus instituciones nacionales en el sentido de que
tible que los regímenes fascistas realizaron algunos cambiosimpresionan. >.:querian impregnarlas de energía, unidad y voluntad, pero nunca se plan-
tes, dejaron prácticamente intactas la distribución de la propiedad y la je- tearon abolir la propiedad y las jerarquías sociales.
rarquía económica y social (lo que difería radicalmente de lo que se solía ,- Esa misión fascista de engrandecimiento y purificación nacionalexigía
entender desde 1789por la palabra «revolución»). I~s cambios más fundamentales en la naturaleza de la ciudadanía y en la
Hubo dos factores que limitaron el alcance de la «revolución» fascista. relación de los ciudadanos con el Estado que se planteaban desde las revo-
Poruna parte, ni los programas fascistas iniciales ni la retórica fascista, ni luciones democráticas de los siglos XVIII y XIX. El primer paso de gigante
siquiera en sus aspectos másradicales, habían condenado nunca la riqueza fue subordinar e! individuo a la comunidad. Mientras que el Estado liberal
y el capitalismo de una forma tan directa como podría sugerir una lectura se apoyaba en un pacto de sus ciudadanos para proteger libertades y dere-
precipitada." En cuanto a la jerarquía social, el principio de jefatura del chos individuales, el Estado fascista encarnaba el destinonacional, en cuyo
fascismo la reforzaba en la práctica, aunque el hecho de que propugnase la servicio alcanzaban su plenitud máxima todos los miembros de! grupo na-
sustitución de la agotada eliteburguesa por los «hombres nuevos» fascistas donal. Hemos visto que ambos regímenes hallaron algunos intelectuales
pudiese poner en cierto peligro las posiciones heredadas. Pero el puñado no fascistas distinguidos dispuestos a apoyar su posición.
de auténticos marginados fascistas se integró en su mayoría en las organi- En los estados fascistas, los derechos individuales no tenían ninguna
zaciones paralelas. existencia autónoma. El Estado de Derecho (el Rechsstaat, el État de droit)
El alcance del cambio fascista limitó, además, la desaparición de mu- se desvaneció, junto con los principios del procedimiento debido,por los
chos radicales durante el periodo de arraigo y de llegada al poder. Cuando que se garantizaba al ciudadano un trato equitativo en los tribunales de
los movimientos fascistas pasaron de la protesta y la agrupación de re- justicia y en los organismos del Estado. Un sospechoso absuelto por un tri-
sentimientos dispares a la conquista del poder, con sus correspondientes bunal alemán podía ser detenido de nuevo por agentes del régimen en la
alianzas y compromisos, cambiaron susprioridades, junto con sus funcio- puerta deljuzgado y enviado a un campo de concentración sin más trámi-
nes.Dejaron de interesarse tantopor agrupar a los descontentos y pasaron te legal." Un régimen fascista podia encarcelar, expoliar e incluso matar a
a centrarse másen movilizar y unificar energías nacionales parael resurgir sus habitantes a voluntad y sin limitación. Ante esta transformación radi-
yel engrandecimiento de la nación. Esto les obligó a incumplir muchas de cal de la relación de los ciudadanos con el poder público palidece todo lo
las promesas que habían hecho durante los primeros años de reclutamien- demás.
to fascista alos socialy económicamente descontentos. Losnazis en partí- Se sigue de ello, casicomo en un proceso de degradación, que los regí-
cular incumplieron las promesas que habían hecho a los pequeños campe- menes fascistas no contenían mecanismos mediante los cuales pudiesen
sinos y los artesanos, que habían sido el puntal de su base electoral, para los ciudadanos elegir a representantes o inflnir de algún otro modo en la
favorecer la urbanización y la producción industrial."? forma de gobierno. Losparlamentos perdieron poder, las elecciones se sus-
A pesar de hablar a menudo de «revolución», los fascistas no querían tituyeron por plebiscitos y ceremonias de afirmación, y se otorgaron pode-
unarevolución socioeconómica. Querían una «revolución del alma» y una res dictatoriales casi ilimitados a los caudillos.
revolución en la posición de su pueblo dentro de la jerarquía del poder Los fascistas afirmaban que la división y la decadencia de sus comuni-
mundial. Se proponían unificar, vigorizar y potenciar a su nación deca- dades se debían a la política electoral y, sobre todo, a los preparativos de la
dente, reafirmar el prestigio de la romanita, o del Volk alemán, o la hunga- izquierda para la guerra de clases y la dictadura del proletariado. Los fas-
ridad u otro destino de grupo. Consideraban que necesitaban para ello cistas no creían que las comunidades afligidas por estemal pudiesen unifi-

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ANATOMíA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

carse por el libre juego de unos intereses humanos armoniosos por natu.. y principios de "939, las Juventudes Hitlerianas ampliaron su porcentaje en
raleza) como habían creído los liberales. Había que unificarlos mediante el grupo de edad comprendido entre los diez y los dieciocho años del 1 por
U8
actuación del Estado, valiéndose de la persuasión y la organización si era 100 al 87 por 100. Cuando los ciudadanos de un Estado fascista salían al
posible, utilizando la fuerza en caso necesario. Era una tarea que exigíalo mundose encontraban con que el régimen controlaba tambiénsusactivida-
queel sociólogo francésÉmile Durkheim llamó «solidaridad orgánica», en desdurante el tiempo de ocio: el Dopolavoro en Italia y el Kraft durch Freu-
vez dela «solidaridad mecánica». Losregímenesfascistas contaban por ello de en Alemania.
con múltiples organismos para moldear a la ciudadanía y adaptarla a una De hecho, los regímenes 'fascistas intentaron rediseñar tan radicalmen-
comunidad integrada de duros y disciplinados combatientes. El Estado te las fronteras entre lo público y lo privado que casi desapareció la esfera
fascista se interesaba especialmente por la formación de la juventud, ha- privada. Según Robert Ley,jefe del Departamento de Trabajo nazi, en el Es'
ciendo todo lo posible por disponer del monopolio de esta función (una tado nazi no había más individuo privadoque el que estuviese dormido.:"
cuestión que provocó muchos conflictos entre los regímenes fascistas y la Para algunos observadores este esfuerzo por que la esfera pública devore
Iglesia católica). del todo a la privada es en realidad la esencia misma del fascismo.?" No hay
Los regimenes fascistas emprendieron la tarea de fabricar el hombre duda de que se trata de un rasgo fundamental en el que los regímenes fas-
nuevo y la mujer nueva (cada uno en su esfera). Los sistemas educativos cistas difieren profundísimamente del conservadurismo autoritario) y aún
fascistas tenían como tarea primordial crear a hombres y mujeres «nue- más del liberalismo clásico.
VOS») quefuesen al mismo tiempo combatientes y súbditos dóciles. Los sis- En esta visión de unidad nacional obligatoria no había margen alguno
temas educativos de los estados liberales, además de su misión de ayudar a para librepensadores ni parasubcomunidades autónomas independientes.
los individuos a desarrollar su capacidad intelectual, también se dedicaban Las iglesias, la masonería, los sindicatos o las asociaciones basadas en la
ya a formar a los ciudadanos. Los estadosfascistas podían valerse de las es- clase, los partidos políticos, todos ellos eran sospechosos de sustraer algo
tructuras y el personal del sistema educativo existente; bastaba con hacer delavoluntad nacional." Habíabasesen ello paraun conflicto intermina-
más hincapié en los deportes y en la formación fisica y militar. Algunas de ble con los conservadores además de con la izquierda.
las funcionestradicionales de las escuelas fueron absorbidas, sin duda) por' Losregímenesfascistas, en el cumplimiento de su misión de unificar a
organizaciones paralelas del partido,como los movimientos juveniles obli- lacomunidad dentro de una esfera pública omnipresente) disolvieron los
gatadas. Enlos estadosfascistas todos los niños debían apuntarse automá- sindicatos y los partidos socialistas. Esta amputación radical de 10 que ha-
ticamente a organizaciones del partido que estructuraban sus vidas desde bíasido la representación obrera normal) encuadrada como estaba en un
la infancia hasta la universidad. Cerca del 70 por 100 de los italianos de proyecto de plenitud nacional y de economía dirigida, alejó a la opinión
edadescomprendidas entrelos seis y los veintiún años de las ciudades nor-": pública menos que la pura represión militar o policial al estilo de las dicta-
teñasde Turín, Génova y Milánpertenecíana organizaciones juveniles fas- duras tradicionales. y) de hecho)los fascistas tuvieron cierto éxito en la ta-
116
cistas" aunquela proporción eramucho menor en el sur subdesarrollado. rea de reconciliar a algunos trabajadores con un mundo sin sindicatos ni
Hitlerestaba aún más decidido a apartar a los jóvenes alemanes de sus partidos socialistas, aquellos que sustituyeron voluntariamentela solidari-
cializadores tradicionales (padres, maestros) iglesias) y sus diversiones dad proletaria frente a los patronos capitalistas por la ídentidad nacional
pontáneas tradicionales. «Estos muchachos-explicó al Reichstag el 4 frente a otros pueblos.
diciembre de 1938-ingresan en nuestra organización a la edad de El tema de la degeneración cultural fue una cuestión tan importante
años y reciben por primera vez una bocanada de aire fresco; luego) para los fascistas que algunos autores lo han situado en el centro del deba-
tro años más tarde, pasan de la Iungvolk a las Juventudes Hitlerianas y te. Los regímenes fascistas procuraron todos ellos controlar la cultura na-
les tenemos durante otros cuatro años. Y luego estamos menos di,¡pt¡eS1tóS cional desde arriba) purificarla de influencias extranjeras y conseguir que
aún avolvera dejarlos en manos de los que crearon nuestras barreras "eaO'-'-'e' ayudase atransmitir el mensaje de unidady de resurgir nacional.Descifrar
se y de condición, y los incorporamos inmediatamente al partido, al Fre,ute\"I- los mensajes culturales de las ceremonias) las películas) las representacio-
delTrabajo, a las SAo alas SS...yasí sucesivamente»." Entrefmales nes y las artes visuales fascistas se ha convertidohoy en el campo de inves-

168
ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

tigación más activo sobre el fascismo.?' La «lectura» de la escenografía fas. 'cc-uc.ei(lSY empresarios italianos y alemanes se adaptaron bien a trabajar con
cista, aunque ingeniosa, no debería inducirnos a pensar que los regímenes regímenes fascistas, almenas los que se beneficiaban de los frutos de!
fascistas consiguieron establecer una homogeneidad cultural monolítica. rearme y la disciplina laboral y de! considerable papel que se les otorgaba
La vida .cultural en los regímenes fascistas siguió siendo un complejo mo- en la dirección económica. La famosa organización económica corporati-
saico de actividades oficiales, actividades espontáneas que los regímenes -vista de Mussolini, en particular, estaba dirigida en la práctica por empre-
toleraban e incluso algunas i1icitas. El 99 por 100 de las películas produci- sarios y hombres de negocios destacados.
das durante el régimen nazi era entretenimiento liviano sin contenido pro- Peter Hayes 10 expone sucintamente: el régimen nazi y el empresariado
pagandístico manifiesto (no es que el contenido fuese inocente, por su- tenían «intereses convergentes pero no idénticoss.:" Lasáreasde acuerdo in-
puesto ).123Unos cuantos artistas judíos protegidos aguantaron hasta fechas cluíantrabajadores disciplinados, contratos de armamento lucrativos y estí-
notablemente tardías en la Alemania nazi, y el director y actor abiertamen. roulos a la creación de empleo. Las áreas importantes de conflicto incluían
te homosexual Gustav Gründgens se mantuvo en activo hasta el final.l24 controleseconómicos del Cobiemo.Iímites al comercio yel elevado coste de
En ningún campo difieren más las propuestas de! fascismo inicial de lo la autarquía,la autosuficiencia económica con la que los nazis tenían la es-
que hicieron en la práctica los regímenes fascistas que en la política econó- peranza de superar las escaseces que habían hecho perder a Alemania la Pri-
mica. Éste fue el terreno en el que ambos caudillos fascistas hicieron más mera Guerra Mundial. La autarquía exigía costosos sustitutos (Ersatz) de
concesiones a sus aliados conservadores. De hecho, la mayoría de los fas- productos que antes se importaban, como e! petróleo y e! caucho.
cistas (sobre todo una vez que tuvieron e! poder) consideraban la política Los controles económicos perjudicaban a las empresas más pequeñas y
económica sólo un medio de conseguir los fines fascistas) más importan- a las que no participaban en el rearme. Las limitaciones al comercio crea-
tes, de unificar) expandir y dinamizar la comunidad.t" La política econó- ron problemas a elnpresas que habían obtenido anteriormente importan-
mica tendía a estar condicionada por la necesidad de preparar y desenca- tes beneficios con las exportaciones. El gran conglomerado químico 1. G.
denar la guerra. La política estaba por encima de la economía.:" Farben es un exce!ente ejemplo: antes de "933 había prosperado en e! co-
Se ha gastado mucha tinta debatiendo sobre si el fascismo representó . mercio internacional; después de "933, los directivos de la compañía se
una forma de capitalismo en situación de emergencia o un mecanismo adaptaron a la autarquía de! régimen y aprendieron a prosperar notoria-
ideado por los capitalistas mediante el cual e! Estado fascista (su agente) mente participando en el rearme alemán.:"
disciplinó la fuerza de trabajo de un modo que no era capaz de hacer nin- El mejor ejemplo de! gasto de sustitución de importaciones fue la Her-
guna dictadura tradicional. Hoy está muy claro que e! empresariado puso mann Goering Werke, creada para fabricar acero a partir de mineral de ca-
frecuentes objeciones a aspectos específicos de las políticas económicas lidad inferior y de lignito de Silesia. Los fabricantes de acero se vieron obli-
fascistas, en ocasiones con éxito. Pero la política económica fascista res- gados a ayudar a financiar esta operación, a la que plantearon fuertes
pondía a prioridades políticas, y no a la racionalidad económica. Tanto objeciones.?"
Mussolini 'como Hitler tendían a pensar que la economía podría someter- Los hombres de negocios tal vez no consiguiesen todo lo que querían
se a la voluntad de! gobernante. Mussolini volvió al patrón oro y revaluóla de la economía controlada nazi, pero lograron mucho más que los radica-
lira a noventa por libra esterlina en diciembre de 1927por razones de pres- les del Partido Nazi. En junío de "933, atto Wagener, un «viejo combatien-
tigio nacional) y pese a las objeciones de su propio ministro de Finanzas."? te» que se había convertido' en jefe de la sección de política económica del
El fascismo no fue la primera elección de la mayoría de los empresarios partido y que se tomaba lo suficientemente en serio su nacionalsocialismo
y hombres de negocios, pero la mayoría de ellos 10prefirieron a las posibles como para querer sustituir el «espíritu egoísta de beneficio de la persona
alternativas en las condiciones especiales de 1922 y 1933: el socialismo o un por e! esfuerzo común en interés de la comunidad», pareda probable que
sistema de mercado disfuncional. Así que aceptaron mayoritariamente la se convirtiese en ministro de Economía. Hermann Goering, el dirigente
formación de un régimen fascista y se acomodaron a sus exigencias, apar- nazí más próximo al empresariado, marginó habilidosamente a Wagener
tanda a los judíos de la administración y la dirección y aceptando onero- comunicándole a Hitler que había estado haciendo campaña dentro de la
sos controles económicos. Con e! tiempo, la mayoría de los hombres de ne- jefatura nazi para ese nombramiento. Hitler, que se enfureda ante la más

17 0 171
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ANATOMÍA DEL FASCISMO EL EJERCICIO DEL PODER

leve incursión en su autoridad para nombrar a ministros, le expulsó vidade la comunidad. Fue contrarrevolucionario, sin embargo, respecto a
partido y nombró para el cargo al doctor Kurt Scbmitt, director de Auranz. proyectos tradicionales de la izquierda, como las libertades individuales,
la mayor compañíade seguros deAlemania. los derechos humanos, el procedimiento debido y la paz internacional.
El radicalismo económico nazi no desapareció, sin embargo. Los En suma, el ejercicio fascista del poder se desarrolló a través de una coa-
cutivos de las empresas de seguros privadas nunca dejaron de combatir los lición compuesta por los mismos elementos en la Italia de Mussolini que
intentos de radicales nazis para sustituidas por mutualidades sin ánimo de en la Alemania nazi. Fue el peso relativo del caudillo, el partido y las insti-
lucrodentrode cadasector económico: el seguro «vólkisch». Losradicales tuciones tradicionales lo que diferenció un caso del otro. En Italia el Esta-
hallaron algunos nichos para las aseguradoras públicas en empresas de las do tradicional acabó imponiéndose al partido, principalmente porque
SS en los territorios ocupados y en el Frente del Trabajo, pero las asegura- Mussolini temía a sus propiosseguidores másmilitantes, a los ras localesy
doras privadas maniobraron con tanta habilidad dentro del régimen, que," a sus escuadristas. En la Alemania nazi el partido pasó a dominar al Estado
a algunos de ellos les disgustaba, que acabaron haciéndose con un 85 por ya la sociedad civil, sobre todo después del inicio de la guerra.
100 del mercado, incluyendo pólizas sobre el Berghof de Hitler, el Karinhall!: Los regímenes fascistas funcionaron como un epoxy: una amalgama
de Goering y las fábricas de trabajo esclavo de Auschwítz y de otros luga- ' de dos agentes muy distintos, el dinamismo fascista y el orden conserva-
res.?' La mayor parte de los radicales del movimiento nazi en el sector dor, coaligados por su hostilidad compartida hacia e1liberalismo y la iz-
económico dimitieron (como atto Strasser), perdieron influencia (como quierda, y por una voluntad compartida de no detenerse ante nada. para
Wagener) o fueron asesinados (como Gregor Strasser). Los «sindicalistas destruir a sus enemigos comunes.
integrales» italianos perdieron influencia (como Rossoni) o abandonaron
el partido (como Alceste de Ambris).
A cortoplazo, al hundirse laseconomíasliberales aprincipios dela dé-
cada de 1930, las economías fascistas pudieronparecer más capaces quelas
de lasdemocracias de realizar la dura tarea de reconciliar a laspoblaciones'
c~n unadisminución del consumo personalque permitiese una tasa supe-
flor de ahorro e inversión, sobre todo en el campo militar. Pero hoy sa-
bemos que nunca consiguieron alcanzar los índices de crecimiento de la
Eu~opa de posgu~rra, ni los de la de antesde 1914, ni inclusolos que consi-
guieron, voluntaria y tardíamente, algunas de las democracias con la mo-
vilización total en el periodo bélico. Esto hace difícil aceptar la definicióll'
del fascismo Como una «dictadura desarrollista» apropiada para naciones" I
de desarrollo industrial tardío." Los fascistas no querían desarrollar Ia; I"
economíasino prepararse para la guerra, aunquenecesitasen paraello ace~'_;~t; ,1
lerar la producciónde armamento. --c: I
Los fascistas tenían que hacer algo respecto a la segnridad social. En I
Alemania, los experimentos de la República de Weimar en ese campo ha.-,_>,> 1
bían resultado demasiado caros después de la Depresión de '9 29. Los naziS",:}", 1
los recortaron y pervirtieron mediante formas raciales de exclusión. PeiQi::;~:?
ningún régimen fascista intentó desmantelar la segnridad social públi~i#,j,
(como podrían haber hecho los simples reaccionarios). ',}':W¡
Elfascismo fue revolucionario en sus concepcionesradicalmente nt1~K~S':~~;~
vas de ciudadanía, de la forma en que los individuos participabanen. '

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:1
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A LARGO PLAZO: ¡RADICALIZACrÚN O ENTROPÍA?

Los regímenesfascistas no podían asentarse en un goce descansado del po-


der. El caudillo carismático habia hecho promesas espectaculares: unificar,
purificar y dinamizar su comuuidad; salvarla de la blandengueria del ma-
terialismo burgués, la confusión y la corrupción de la política democráti-
ca, y la contaminación de gentes y culturas extrañas; cortar el paso a la
amenaza de una revolución de la propiedad mediante una revolución de
los valores; salvar a la comunidad de la decadencia y la descomposición.
Había ofrecido soluciones drásticas para estas amenazas: violencia contra
los enemigos, tanto internos como externos; inmersión total del individuo
en la comunidad; purificación de la sangre y de la cultura; y las empresas
electrizantes del rearme y de la guerra expansionista. Había garantizado a
supueblo una «relación privilegiada con la historia».'
Los regimenes fascistas tenían que causar una impresión de empuje di-
námico (erevolucíón permanente» y para cumplir esas promesas. No po-
dían sobrevivir sin ese impulso resuelto y embriagador hacia delante. Sin
una espiral incesante y creciente de retos cada vez más audaces, los regí-
I
menes fascistas se arriesgaban a caer en algo parecido a.un autoritarismo
tibio.' Con ella, se dirigían hacia un paroxismo final de autodestrucción.
Los regimenes fascistas o parcialmente fascistas no es inevitable que
consiganmantener el impulso. Varios regímenes consideradosa veces fas-
cistas siguieron de forma deliberada el curso opuesto de amortiguar el di-
namismo. Se «normalizaron»... y se convirtieronpor ello en más autorita-
rios que fascistas.
Al dictador español Francisco Franco, por ejemplo, suele considerárse-
le fascista porque en su conquista armada del poder en la Guerra Civil es-
pañola contó con la ayuda directa de Mussolini y Hitler. De hecho, ayudar

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ANATOMíA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROPÍA?

a los republicanos españoles a defenderse de la rebelión de Franco después donal con un mínimo de agitación fascista, lo que eraclaramente su pre-
de julio de 1936 constituyó la primera cruzada antifascista y la más emble- ferencia, indiscutible después de 1942 y probablemente ya antes.
mática. Después de su victoria de marzo de 1939, Franco desencadenó una Después de 1945 la Falangese convirtió en una asociación incolora de
sangrienta represión en la que tal vez muriesen hasta 200.000 personas, e solidaridad cívica, a la que se aludia normalmente con el simple apelativo
intentó resguardar su régimen del intercambio económico y de la conta- de «el Movimiento». En 1970 se abolió incluso el nombre. Pero por enton-
minación cultural del mundo democrático.' Virulentamente hostil a la de" cesla España franquista hacia mucho ya que se habia convertido en un ré-
mocracia, el liberalismo, el laicismo, el marxismo y sobretodo la masone- gimen autoritario dominado por el Ejército,los funcionarios, los hombres
ría, Franco se unió a Hitler y Mussolini en abril de 1939 como signatario denegociosy empresarios, los terratenientes y la Iglesia, sin apenas colora-
del Pacto Anti-Comintern. Durante la Batalla de Francia, en 1940,se apo- ción fascistavisible."
deró de Tánger. Parecía deseoso de una mayor expansión territorial a ex" Portugal, cuyo régimen parlamentario de deficiente funcionamiento
pensas de Inglaterra y Francia y de convertirse en un «socio militarpleno había sido derrocado por un golpe militar en 1926, estaba gobernado des-
del Eje».' de principios de la década de 1930 por un retraído profesor de Economía
Pero cuando Hitler le presionó para que actuara, el cauto Caudillo de ideología católica integrista, Antonio de Oliveira Salazar. El doctor Sa-
gió siempre un precio demasiado alto por entrar en la guerra aliado del lazarse inclinó aún más que Franco por un cauto quietismo. Mientras que
Eje.Pocosdías después de entrevistarse con Franco en Hendaya, en la fron- Franco sometió el partido fascista á su control personal, en julio de 1934
tera francoespañola, e123 de octubre de 1940, Hitler le dijo a Mussolini que Salazar abolió directamente lo más próximo que tuvo Portugal a un movi-
prefería quele arrancasen treso cuatro muelas a tener quepasarotras nue- miento fascista auténtico, los nacionalsindicálistas de camisa azul de Roláo
ve horas negociando con aquel «cerdo jesuita».' Después del terrible baño Preto. Losfascistas portugueses, se quejaba Salazar, estaban «siempre enfe-
de sangre de 1936-1939, Franco quería orden y tranquilidad; el dinamismo brecidos,excitadosy descontentos [...], gritando, enfrentados con lo impo-
fascista se adaptaba mal a su temperamento reservado. sible: ¡Más! [Más!».? Salazar prefirió controlar a la población a través de
El régimen de Franco tenía un solo partido (la Falange), pero, sin «es- instituciones «orgánicas», tan poderosas en Portugal, como la Iglesia.
tructuras paralelas»,carecía de poder autónomo. Aunque creció hasta con- Cuando estalló la Guerra Civil en la vecina España en 1936, la autori-
tar con casi un millón de miembros durante el periodo de victorias alema- dad «orgánica» no erayasuficiente. EldoctorSalazar experimentó con un
nas de 1941-1942 y prestó un apoyo útil a la dictadura con su ceremonial, el «Nuevo Estados (Estado Novo) fortalecido con instrumentos tomados del
Caudillo no le permitió participar en la elaboración de la política ni en la fascismo, que incluíanuna organización laboral corporativista, un movi-
administración. miento juvenil (Juventud Portuguesa, o Mocidade Portuguesa) y un impo-
Como ya indicamos en el capítulo 2, el fusilamiento del carismático tente «partido único» ataviado con camisas azules, la LegiónPortuguesa/o
jefe de la Falange José Antonio Primo de Rivera al principio de la Litlenra Portugal rechazó el expansionismo fascista y se mantuvoneutral durante
Civil ayudó a Franco a establecer la preeminencia de las elites asentadas y la Segnnda Guerra Mundial y en todos los conflictos posteriores, hasta que
del Estado normativo. Traseso pudo explotar la multiplicidad de los decidió combatir al movimiento de independencia angoleño en 1961. El
dos de extrema derecha y la inexperiencia del sucesor de JoséAntonio, Ma- doctor Salazar, con la esperanza de ahorrarle a Portugal los dolores del
nuel Hedilla, para reducir aún más la influencia fascista. Sumergió hábil- conflictode clase,se opuso incluso al desarrollo industrial de su país hasta,
mente a la Falange dentro de una organización aglutinadora amorfa ladécada de 1960. Su régimen no sólo no erafascista, era «voluntariamen-
incluía a fascistas y monárquicos tradicionalistas, la Falange Española te no totalitario», prefiriendo dejar que aquellos de sus ciudadanos que se
dicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. Su jefe fue mantenían al margen de la políticapudiesen «vivir según la costumbre»."
condenado a «laimpotencia como un elemento decorativo del séquito En el otro extremo, la Alemania nazi fue la única que experimentó la
Franco».' Cuando Hedillaintentó reafirmar una autoridad independiente radicalización plena.Una guerra victoriosa de exterminio en el Estebrin-
abril de 1937, Franco mandó arrestarlo. La domesticación de la Palanze dóunalibertad de accióncasiilimitada al «Estado prerrogativo» y sus «ins-
hizo que le resultara más fácil a Franco dar a su dictadura la forma tituciones paralelas», liberadas de las limitaciones snbsistentes del «Estado

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ANATOMÍA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROpíA?

normativo», tal como existían. En una «tierra de nadie» compuesta de te- _,_~,,,_.vuu
ciclo de radicalización y normalización fue el que siguió al asesi-
rritorios conquistados en lo que había sido Polonia y las zonas occidente, del dirigente socialista Giacomo Matteotti." La primera reacción de
les de la Unión Soviética, los radicales del Partido Nazi se sintieron libres Mussolini al aludde críticas subsiguiente fue_una mayor «normalización»:
para materializar sus fantasías extremas de limpieza racial. La radicalizs, asignó en 1923 un ministerio crucial como el de Interior, con su supervi-
ción extrema Se mantienelatente en todos los fascismos, perolas circum, sión de la policía, a Luigi Federzoni, jefe del Partido Nacionalista, Tras va- .
tandas de la guerra, y particularmente de las guerras victoriosas de COn- cilar durante seis meses ante los ataques no sólo de la oposición democrá-
quista, le dan los medios de expresión más plenos. tica, sino también de algunosde sus aliados conservadores, aparentemente
No faltaban los impulsos radicalizadores en la Italia de Mussolini. El paralizado por la incertidumbre, el Duce se vio forzado por la presión de
régimen fascista, desgarrado entre los impulsosperiódicos de revigorizar a los radicales del partido (como vimos en el capitulo 3) a efectuar lo que
los viejoscamisas negras y el tirón normalizadorde los compañeros de vía- equivalia a un golpe de Estado preventivo el j de enero de '925, y a iniciar
je conservadores, siguió unatrayectoria irregular. Mussolinihabíapopula- un largo proceso que, con paradas y arrancadas) sustituyó el régimenpar-
rizado el término «totalitarismo» y continuó sazonando sus discursos con lamentario por lo que él llamó, con cierta exageración, un Estado «totali-
apelaciones grandilocuentes a la acción y con promesas de la revolución. tario». El nombramiento de uno de los militantes fascistas más intransi-
Perovacilaba en la práctica, inclinándose por uno ti otro extremo, dando gentes, Roberto Parínacci, como secretario del Partido Fascista pareció
rienda suelta a los radicales del partido cuando le parecía que su posición confirmar su intención de dejar que el partido marcase el ritmo, se ínfil-
de poder se beneficiaría de ello, pero frenándolos con mayor frecuen- trase en la burocracia y controlase la elaboración de la politica nacional.
ciacuandosu Gobierno necesitaba condicionesestables y un Estado indis- Cuando Mussolini destituyóa Farinacci en abril de 1926/4 poco más de
cutible. un año después, y lo sustituyó por e! meuos obstinado Augusto Turati
Mussolini, que había sido un jugador audaz durante la «toma de! po- (1926-1929), fortaleció de nuevo, sin embargo, el Estado normativo a ex-
den>, preferíó, corrio primerministro, la estabilidad a la aventura. La ten- pensas del partido. Fue en este punto, muy significativamente, cuando
denciaa la normalización que había aparecido por primera vez en 1921 con confió la policíaitaliana a un funcionario profesional, Arturo Bocchini, en
e!pacto de pacificación que propuso a los socialistas, habría de crecer con los vezde a un fanático del partido del estilo de Himmler. El funcionamiento
años,porla fuerza delas circunstancias además de porsu predilección per- de la decisiva fuerza policial según principios burocráticos (ascenso de
sonal. Como vimos en el capítulo 3, procuró, durante los dos primeros profesionales con experiencia por antigüedad, respeto a los procedimien-
años que siguieron a su toma de posesión del cargo en 1922, poner coto al tos legales al menos en casos no politieos) en vez de como parte de un Es-
aventurismo de! partido y al poder rival- de los ras afirmando la primacía
de! Estado. No quiso desafiar los amplios poderes que ostentaban la mo-
tado prerrogativa de poder arbitrario ilimitado, fue la divergencia más im-
portante del fascismo italiano respecto a la práctica nazi. I
narquía, la Iglesia y sus socios conservadores. La política económica de
Mussolini se atuvo durante esos primeros años a laspolíticas de laissez-fai-
En 1928 Mussolini destituyó al viejo militante sindicalista Edmondo
Rossoni dela jefatura de los sindicatos fascistas, poniendo fin a sus inten-
I
re de los regímenes liberales. Su primer ministro de Finanzas (1922-1925) tos de otorgarles una cuota real de la política económica y una represen- 1

fue el profesor de Economía (y activista del partido) Alberto de Stefani, tación equitativa junto con los directivos empresariales en un conjunto
que redujo la intervención de! Estado en la economía, redujo y simplificó único de organizaciones corporativas. Tras la marcha de Rossoni, el mo- I
los impuestos, dismínuyó e! gasto público y equilibró e! presupuesto. nopolio de la representación laboral de los sindicatos fascistas fue lo único 1
Comprometido no sólo con el libre comercio sino también con el ideal fas- que quedó de! «sindicalismo fascista». Los trabajadores y la dirección se
1,1
cistade estimular la energía productiva, enfureció, ciertamente, a algunos enfrentaron en organizaciones independientes y los representantes sindi- !
empresarios y hombres de negocios recortando gravámenes a la importa- cales fueron desterrados de/lugar de trabajo. La forma en que se desarro-
'1
ción como e! que protegía e! azúcar de remolacha nacional, que resultaba lló e! tan cacareado «Estado corporativo» de Mussolini equivalió a partir
muy cara. Peromostró,en general, «unatendencia indiscutible a favorecer de entonces, en la práctica, al fortalecimiento, bajo la autoridad de! Estado, ,'1
al mundo de los negocios»," del«poder privado» de los patronos."
11
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1ti1
ANATOMÍA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTRopíA?

El paso más decisivo de Mussolini hacia la normalización fue el p deraditealiIzanión tenían que haber surgido de abajo,"a través de iniciativas
Lateranense con el papado." Aunque este tratado había prohibido tod tomadas por subordinados irritados por emergencIa~ locales y convencí-
tividad política católica en Italia, sus consecuencias a largo plazo fu dos de que el Führer encubriría susexcesos como hablahecho con lo~ ase-
favorables para la Iglesia. El Papa Pío XI, que no era ningún demócr sinatos de Potempa. Esta postura se denominó, en los debates de la decada
sentía pocas simpatías en realidad por los partidos políticos católicos, p de1980, «estructuralismm>. .
firiendo mucho más concentrarse en lasescuelas y en la Acción Católic No necesitamos aceptar el absurdo del «estructuralism~» puropar,a re-
redde asociaciones obreras y juveniles quetransformarían la sociedad - conocer que, además de las acciones o las palabras del caudillo, los regu:'e-
de dentro." A partir de entonces (pesea un enfrentamiento con los fal1á~~~~'i::­ nes fascistas incluyen impulsos radicalizadores desde abajo que los dife-
cos fascistas que arremetieron en 1931 contralos programas de la juventl~~~-: ren
cian notoriamente de las dictaduras autoritarias tradicionales. He aludido
di it ió
católica), las organizaciones de base vinculadas a la Iglesia habrían des~.'~·". a al estimulo deliberado de las expectativas de mamismo, agl aci n, em-
brevivir al fascismo y sostener el prolongado predominio político de p&~¡¡,j¡¡ ;uje y riesgo que formaban parte del atractivo del fascismo, y que r~sulta­
guerra del Partido Demócrata Cristiano." Mussolini había retrocedidQ?Y' ba peligroso abandonar del todo porque se corr~a d riesgo de debiltar la
muchohacia el Gobierno autoritario tradicional, en el que la monarq~~~;:it;:­ principal fuente de poder independiente de las viejas elites de que el cau-
la patronal organizada, el Ejército y la Iglesia Católica disponían de gran'!;; dillo disponia. .
des áreas de responsabilidad autónoma independiente tanto del PartiaÓ;:Si. El partido y sus militantes eran en sí una fuerza poderosa para la ,'a.dl-
Fascista como del Estado italiano. ."1;,, calización continuada. Ningún régimen eraauténticamente fascista ~ln un
Mussolini probablemente prefiriese gobernar de ese modo al hacerse •.·.: movimiento popular que le ayudase a conseguir el poder, a mo~opol~zar la
mayor, perosabía que la generación másjovense sentiaimpaciente con',s#6:' actividad politica y a desempeñar un papel importante en la vida publica
régimen envejecido. «Estábamos equipados espiritualmente para seres:i~--~ con sus organizaciones paralelas después de llegar al poder. Ya sab~mos
cuadras de asalto-se quejaba el joven fascista Indro Montanelli en 1933~C:' qué graves problemas podía plantearle el partido al caudillo. Sus milit~­
pero el destino nos ha dado el papel de guardias suizos del orden estableci-." tes, curtidos en muchos combates, estaban sedientos de recompensas m-
do»." Ésa fue una de las razones de que en 1935 emprendiese el camIno clá- mediatas (puestos de trabajo, poder, dinero), que r,'clamaban de formas
sico «hada adelante» de un régimen fascista: una guerra de agresión eh que perturbaban la necesaria cooperación del caudillo con el orden esta-
Etiopia. Ya examinaré con más detalle luego" la espiral descendentede. blecido. Viejos camaradas del partido podian convertirse en nvales por el
aventura radicalizadora que signió: la «revolución cultural» de 1936-1938, . papel supremo si el caudillo fallaba. "
la guerra europea de 1940 y la República titere de Salo bajo ocupación nazi" Todos los caudillos fascistas, Hitler incluido, tuvieron problemas con
de 1943-1945. . el partido,como vimos en el capítulo anterior. Necesitaban mantenerlo
a raya, pero difícilmente podrían prescindir de él, ya que e~a su a;ma
principal en la rivalidad permanente que mant~nia con las.vleJas ehtes.
¿QUÉ IMPULSA A LA RADICALIZACIÓN? Hitler resolvió sus conflictos con el Partido NaZI con ~u rapidez y bruta-
lidadcaracterísticas, pero hayquetener en cuenta que ni siquieraél con-
Este breve repaso de las vacilaciones de Mussolini entre normalización t--:: siguió hacerlo sin tensión, y que no siempre tuvo un control perfecto y
radicalización parece indicar que es sólo el dirigente quien impulsa las co- , total de él.
sashacia adelante, una postura quepasó a conocerse como «intencionaliS~"> Tampoco Mussolini erareacio al derramamiento de san~e, com~ tes-
mo», y a debatirse, en la década de 1980. Pero es evidente que las in,"":::::
21
timonianlos asesinatos delos hermanos Rosselli y de Matteotn. Pero so~o se
tenciones del caudillo significan poco si los agentes de policía, los coman- s, atrevió a ejecutar a los lugartenientes del partido rebeldes en 1944, bajo la
dantes del Ejército, los magistrados y los funcionarios no están dispuesto~t bota alemana." A veces cedía ante ellos (por ejemplo, cuando abandonó su
a obedecer sus órdenes. Considerando al notoriamente indolente Hidet, ...! propuesta de un pactodepacificación con los socialistas, trascuatro mes~s
algunos investigadores se sintieron inclinados a proponerquelos impu1s_~~J;~t de estridente debate en el partido, en noviembre de 1921, y cuando asumió

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ANATOMÍA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN O ENTROPÍA?

el poder dictatorial en enero de 1925). Intentó con frecuencia canalizados .C '~_;~-ar_ysiempre


receló de sus colaboradores competentes... unaformade go-
como cuando en 1925 nombró secretario del partido a Farinacci, o com~ bernar que produjo más inercia que radicalización.
cuandodesviólas energías de otro ras poderoso, ltalo Balbo, hacia la Fuer- Fue la guerra la que aportó el impulsoradicalizador más claro del fas-
za Aérea y el Imperio africano. eismo. Aunque sería más exacto decir que la guerra desempeñó un papel
Hitler, de una formaparecida a Mussolini en su propio periodo de lais- circular en los regímenes fascistas. Los movimientos fascistas iniciales
sez-faire con Alberto de Stefani, nombró como primer ministro suyo de arraigaron en una exaltación de la violenciaagudizada porla Primera Gue-
Finanzas al conservador Lutz Graf Schwerin van Krosigk," Durante un rra Mundial, y hacer la guerra resultó esencial para la cohesión, la discipli-
tiempo el Führer dejó también la política exterior en manos de diplomar]. nay la energíaexplosiva de los regímenes fascistas. La guerra, una vez ini-
cos profesionales (con el aristócrata Constantin van Neurathcomo minis- dada, hacíaque fuese necesario imponermedidasmás extremas y hada, al
tro de Exteriores) y el Ejército en manos de militares profesionales. Pero en mismotiempo, que resultasen másaceptables parala población.Parece ser
el caso de Hitler el impulso de reducir el Estado normativo y ampliar el regla general que la guerra es indispensable para el manteuimiento del
'1 prerrogativa fue mucho más sostenido que en el de Mussolini. Controlaba tono muscularfascista (y, en los casos que conocemos, tambiénel motivo
1
¡ totalmente su partido y explotó los impulsos radicales de éste para su en- de su defunción).
r,1 grandecimiento personal frente a las viejas elites, y (después del baño de Parece claro que tanto Hitler como Mussolini eligieron deliberadamen-
II sangre ejemplar de junio de 1934) raras veces necesitó frenarlo. En contra tela guerra como un paso necesario paraalcanzar el pleno potencialde sus
;1:
~! de lo pregonado por la propaganda durante la guerra yde una imagen po- regímenes. Querían utilizar la guerra paraendurecer a la sociedad interna
I pular perdurable, la Alemania nazi no fue una máquina ronroneante y además de para conquistar espacio vital. Hitler le dijo a Goebbels que «la
bien engrasada. Hitler permitió a los organismos del partido competir Con guerra hizo que pudiésemos resolver toda una serie de problemas que no se
departamentos del Estado más tradicionales y nombró a lugartenientes podrían haberresuelto nunca en tiempos normales»."
leales para tareas que se solapaban y que les hadan enfrentarse entre ellos. Hitler buscó deliberadamente el enfrentamiento. ¡Quería la guerra?
Las luchas «feudalesv' consiguientes por la suprernacia dentro del partido A. I. P.Taylor aseguró en 1962 que en septiembre de 1939Hitler se tropezó
y del Estado y entre uno y otro alarmaron a los alemanes que estaban or- con una guerra que no quería, y que fue el primer ministro británico Ne-
gullosos del funcionariado tradicional independiente y excelentemente pre- ville Chamberlain el que tomó la decisión fatal de la guerra al prometer a
parado de su pais. Pritz-Dietlof, conde Van der Schulenburg, un joven ofi- Polonia una garantía militar en marzo de 1939." El revisionismo de Taylor
cial prusiano alque habíaatraído inicialmente el nazismo,se lamentaba en fue útil, porque obligó a efectuar un examen más detenido de los archivos.
1937 de que «elpoder del Estado, antes unificado, ha sido fragmentado en una Pero la conclusión más convincente es que, si bien Hitler puede que no de-
serie de autoridades diferenciadas; el partidoy lasorganizaciones profesio- sease en realidad la larga guerra de desgaste en dos frentes que al final tuvo,
nales trabajan en las mismas áreas y se superponen sin que haya ninguna probablemente quisiese una guerra local,brevey victoriosaen Polonia... o
división clara de responsabilidad». Temía «el final de un auténtico funcio- al menos la impresión pública de haberse salido con la suya mediante una
nadado y la aparición de una burocracia servil»." exhibición de fuerza. Todas las fibras del régimen nazi se habían concen-
Vimos en el capítulo anterior que Hitler, bohemio y perezoso, dedica- trado en la tarea de preparar a Alemania material y psicológicamente para
ba el menor tiempo posible a las tareas de gobierno, al menos hasta que es- la guerra) y no utilizaresa fuerza, en un momento u otro, produciría una
tallóla guerra. Proclamaba sus visiones y sus odios en discursos y ceremo- pérdida de credibilidad potencialmente mortífera.
nias y permitía a sus ambiciosos subordinados buscar el medio más radical Mussolini se sentía tan claramente atraído por la guerra como Hitler.
de materializarlos en una lucha darwiniana por la atención y la recompen- «Cuando se acabeEspaña, pensaré en otra cosa-le dijo a su yerno y mi-
sa.Suslugartenientes, que conocían muybien las ideasfanáticas de su cau- nistro de Asuntos Exteriores Galeazzo Ciano-i-. El carácter del pueblo ita-
dillo, «trabajaban en la dirección del Führer»,' que lo único que tenía que liano se debe moldear en la lucha»." Ensalzaba la guerra como única fuen-
hacer en realidad era arbitrar entre ellos. Mussolini, completamente dis- te del progreso humano: «Laguerra es para los hombres como la maternidad
tinto de Hitler por su entrega a la pesada tarea de gobierno, se negó a dele- para las mujeres»."

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ANATOMÍA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROpíA?
Menos de un ~ñ~ ~espués ~e convertirse en primer ministro, en ag~¡l.r importante de ritual público para la España franq~ista. La Francia derro-
to de 19 2 3, Mussolini hIZO su pnmer debut en política exterior con eliriet,' tada, bajo el régimen de Vichy de un héroe de la Prunera Guerra Mundial,
dente de Corfü, un.eje.mplo espectacular de bravuconería fascista. Después elmaríscal Pétain, dedicó mucha energía a la pompa militar y la exhibición
~e quebun general italiano y otros miembros de una comisión italianaq'ue patriótica. Pidió insistenteme~te a las aut~ri~~des na:is de ocupaci~n que
mte?ta a resolver una dísputa fronteríza entre Albania y Grecia fuesen permitiesen al pequeño Ejército del ArmIstICIO de Vichy desemp:nar.~n
asesinados, al parecer por bandidos griegos, Mussolini envió al Gobienio papel más importante en la defensa del suelo francés ante una invasion
grl~gO una lista de exigencias desorbitadas. Como las autoridades griegas aliada." Ni siquiera el quietista dictador portugués Salazar podía olvídar el
vacilaban,fuerzas italianas bombardearon y ocuparon la isla de Corfú. Imperio africano, queaportaba un apoyo económico y emotivo importan-
E~ Duce inició los.preparativos para invadir Etiopía en 1933-1934. Esa te asuEstado autoritario.
decisión fatídIc~ (le alineó Irrevocablemente con Hitler contra Inglaterray Pero hay una diferencia entre la glorificación que las dictaduras auto-
Prancía) se debió tanto a la necesidad de hacer revivír el dinamismo fastis! ritarias hacen de lo milítar y la entrega emotiva de los regímenes fascistas a
ta Como a los sueños imperiales nacionalistas tradicionales y el deseo de laguerra. Los autoritarios utilizaban la pompa militar, pero poco combate
venganza por la derrota de Italia por Etiopía en Adua en 1896. A principios real, para ayudar a sostener regímenes consagrados a la preservación del
de la década de 1930 el régimen fascistaitaliano se enfrentaba a una crisis de statu quo. Los regímenes fascistas no podíansobrevivir sin la adquisición
ide~tidad Llevaba. una década en el poder. Los Camisas Negras se estaban . activa deterritorio nuevo parasu «raza" (Lebensraum, spazio vitale), y eli-
ha~lendo complacientes y se habían abierto las filas del partido a todos los gieron deliberadamente la guerra agresiva para conseguirlo,· con el claro
arribistas, Muchos jóvenes se estaban haciendo mayores de edad sin cono- propósito de estimular el dinamismo de su población.
cimiento del periodo inicial heroico del fascismo y veían a los fascistas sólo Además, la radicalización fascista no era simplemente un gobierno de
como oportunistas que llevaban una vida tranquila y cómoda. . . guerra, Hacer la guerra radicaliza, claro está, a todos los regímenes, fascis-
. Má,s tarde~ cuando se aproximaba la guerra europea, aunque Mussoli- tas o no. Todos los estados exigen más de sus ciudadanos en época de gue-
m (a diferencia de Hitler) quería claramente un acuerdo negociado para rra, y los ciudadanos están más dispuestos, si creen que se trata de una
resolver l~ ~risis checa en 1938 y la crisis polaca en agosto de 1939, no sepo- guerra legítima, a hacer sacrificios excepcionales por la comunidad, e in-
día pernutir quedarse a un lado eternamente. Cuando Alemania parecfa cluso a prescindir de algunas de sus libertades. El aumento de la autoridad
estar apunto de conseguir lavictoria definitiva) entróprecipitadamente en del Estadoparece legitimado cuando el enemigo está a las puertas. Duran-
la guerra atacando a Francia el io dejunio de 1940, a pesar del precario es. te la Segunda Guerra Mundial los ciudadanos de las democracias acepta-
tado d~ sus Fuerzas Armadas. Es posible que, dado que tal vez compartí'. ron no sólo sacrificios materiales, como el racionamiento y el reclutamien-
se en CIerto grado la convicción de sus lugartenientes radicales de que.la to, sino también importantes limitaciones a su libertad, como la censura.
g~erra restauraría el espíritu original del fascismo," quizás pensase tam- En Estados Unidos,durante la Guerra Fría, unacorriente insistente de opi-
b~én que fortalecería su propio control. Sobre todo, había proclamado las nión quiso limitar de nuevolaslibertades, para poderderrotar al enemigo
VIrtudes marciales durante demasiado tiempo para mantenerse al margei( '- Comunista.
de una .vi~toria ap~rentemente fácil sin hacer el ridículo.> Los ataques~e,; Pero el gobierno de guerra bajo el fascismo no es lo mismo quela sus-
M~ssohm a Albania y a Grecia en el otoño de 1940 fueron necesaríos.asf pensión temporal y voluntaria de las libertades de las democracias. En los
nusmo, por razones de prestigio y para mantener la ficción de que estah~" regímenes fascistas en guerra, una minoría fanática dentro del partido o
librando su propia guerra, «paralela» a la de Hitler. No había ninguna fE, . delmovimiento puedesentirse con libertad para expresar un furor queex-
nalidad estratégica o económicavital en ningunade esascampañas. - - _ .-_-.>' cede notoriamente cualquier cálculo racional de interés. De este modo,
Hasta los regímenes autoritarios no radicalízados glorificaban lo 1l1~ volvemos a la idea de Hannah Arendt de que los regímenes fascistas se
tar: Franco, pese a su deseo de mantenerse al margen de la guerra, aprD~~:,i',/ construyen sobrela fragmentación de sus sociedades y la atomización de
cho la,oportunidad que le brindó la derrota de Francía en 1940 para OCU;,0!' sus poblaciones. Arendt ha sidocriticada acerbamente por convertir la ato-
par Tanger, COmo VImos antes. Los desfiles militares fueron una JOJ.!Jla".,:,::.;' mización en uno de los requisitos previos del éxito nazi." Perosu obra Los
'L't':i{
ANATOMÍA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO; ¿RADICALIZACIÓN o ENTROpíA?

origenes del totalitarismo, aunque expuesta en términos históricos, es más ..•·0cJr\il.clO en la primavera de 1933 con acciones callejeras de militantes del par-
unameditaciónfilosófica sobre laradicalización final del fascismo que una llamada «revolución desde abajo» que siguió inmediatamente a la
historia de sus orígenes. Aunque la fragmentación y la atomización de la de Hitler al poder. El nuevo régimen intentó canalizar y controlar
sociedad no sean muy útiles para explicar e! arraigo y la llegada al poder incidentes caóticosde identificación y destrozo de tiendas judíascon
del fascismo, la fragmentación y atomización del Gobierno fueron caracte~ oficial de un día el i de abril de 1933. Las leyes de Nuremberg del
rísticas de la última fase de éste} el proceso de radicalización. Enlos terr], septiembre de 1935} que prohibieron los matrimonios mixtos y priva-
toriosreciénconquistados, los funcionarios normales, los agentes del Esta- a los judíos de la nacionalidad alemana, elevaron la segregación a la
do normativo, fueron sustituidos por los radicales del partido, los agentes condición de políticade Estado." Siguióunapausa, motivada en partepor
de! Estado prerrogativa. Los procedimientos reglamentados de la burocra_ . eldeseo del régimen de presentar una cara positiva durante las Olimpiadas
cia dejaron paso a las improvisaciones incontrolables y desestructuradas de Berliu de1936. .
de militantes de! partido sin experiencia a los que se asignaban cargos de Cuando volvió a estallar la violencia callejera en noviembre de 1938 con
autoridad mal definidos sobre los pueblos conquistados. la quema de siuagogas y el destrozo de tiendas de la Kristallnacht, atizada por
Goebbe1s, 37 otras autoridades nazis intentaron canalizar esta acción de
las bases en una política de Estado más reglamentada de «arianización»
UN INTENTO DE EXPLICACIÓN DEL HOLOCAUSTO delos negocios judíos. «Estoyharto de estas manifestaciones-se quejó Goe-
ring dos días después de la Kristallnacht-. No es a los judíos a quienes per-
El ejemplo extremo de la radicalización fascista fue e! asesinato de los ju- judica, sino a mí, como la autoridad responsable de la coordinación de la
díos por parte de los nazis. Ninguna simple prosa puede hacer justicia al economía alemana [...J. La compañia de seguros pagará los daños, que casi
Holocausto, perolasversiones más convincentes sobre él tienen dos carac- no afectarán a los judíos; y; además, los artículos destruidos son bienes de
terísticas. Por una parte, además del odio obsesivo de Hitler a los judíos) consumo que pertenecen al pueblo [...J. No nos hemos reunido simplemen-
tienen tambiénen cuentaa los miles de subordinados cuya participación te para hablar más, siuo para tomar decisiones [...J, para eliminar a los ju-
en acciones cada vez más atroces contraellos hizo que la maquinaria fun- días de la economía alemana»." La segregación alcanzó supunto álgido con
cionase. Sin ellos} lasfantasías asesinas de Hitler no habrian pasado nunca la identificación de la población judía. Primero en la Polonia ocupada a fi-
de eso,fantasías. nales de 1939 y luego en e! Reich en agosto de 1941, todos los judíos tenían
La otracaracterística es el reconocimiento de que el Holocausto fueun quellevar una estrella de David amarilla cosida en e!pecho de su prenda más
proceso gradual en e! que se fue pasando de actos de poca importancia a exterior. Por entonces se había iniciado ya la fase siguiente, la expulsión.
otros más abyectos.> Lamayoría de los investigadores aceptan hoy que el La política de expulsión germinó en la mezcla de reto y oportunidad
ataque nazi a los judíosse desarrolló progresivamente. No surgió ni exclu- que significó la anexión de Austria en marzo de 1938. Esto aumentó e! nú-
sivamente de la violencia local desordenada de un pogromo popular ni mero de judíos de! Reich y dio a los nazis, al mismo tiempo, más libertad
exclusivamente de la imposición desde arriba de una política de Estado para tratarlos con dureza. El oficial de las SSAdolf Eichmann ideó en Vie-
criminal. Ambos impulsos se estimularon mutuamente en una espiral as- naun sistema mediante el cuallos judíosricos,aterrorizados por matones
cendente, de una forma propia de un «Estado dual». Los estallidos locales nazis, pagaban bien por permisos de salida) obteniéndose así unos fondos
de represión parapolicial por militantes del partido estaban estimuladas que podían aplicarse a la expulsión de los demás.
por el lenguaje de los dirigentes nazis y por e! clima de tolerancia de la vio- La conquistaalemana de la mitad occidental de Polonia en septiembre
lenciaque establecieron. El Estado nazi canalizaba, a su vez, las iniciativas de 1939 aportó más millones de judíos y una mano libre aún mayor para
iudiscipliuadas de militantes del partido en políticas oficiales aplicadas de tratar con ellos. El asesinato de gran númerode miembros de la elite mas-
una forma regulada. culina polaca y judía por unidades militares especiales (los Einsatzgrup-
La primera fase fuela segregación: marcar a los enemigos internos} se- pen) fue una parte integral de la campaña polaca, pero, para la población
pararlos de la nacióny privarlos de sus derechos como ciudadanos. Estose judía en general, e! objetivo final siguió siendo la expulsión.

186
ANATOMÍA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROPÍA?

El problema surgió, sin embargo, cuandojerifaltes nazis concretos in- con el asesinato de muchos varones judíos por razones de «seguridad»,
tentaron expulsar a sus judíos al territorio gobernado por otro. Muchos dejó paso en la Enropa oriental bajo ocupación nazi a una nueva política
funcionarios nazisconsideraban la zona ocupada de la antigua Poloniaun de exterminio total de todos los judíos, incluidos mujeres y niños, sigue
basurero ideal para deshacerse de los judíos, pero su gobernador, Hans siendo uno de los temas más acaloradamente debatidos en la interpreta-
Prank, quería convertir su territorio en una «colonia modelo» expulsando. ción del Holocausto. No es ni siquiera seguro el que debamos centrarnos
hacia el Este a los judíos polacos. Fue Frank el que logró el apoyo de Hitler enHitler o en sussubordinados situados sobre elterreno. Si nos centramos en
ypuso fin a la expulsión de judíos alemanes a Polonia." Hitler, el qne no exista el menor indicio de una orden explícita del Führer
Lasituaciónse complicó aún más con el proyecto de Himmler de rea- para la etapa final de aniquilación ha causado problemas a los «intencio-
sentar a unos quinientos mil alemanes étnicos de Europa oriental y del nalistas», probablemente sin razón. Ningún investigador serio duda de la
norte de Italia en tierras que habían estado ocupadas por los judíos y pola- responsabilidad básica de Hitler," El odio inflexible del Führer a los judíos
cos expulsados." Esta «partida de dominó»de movimientos demográficos era conocido por todos, y se le informaba regularmente de lo que estaba
engranados no tardó en producir un «atasco de tráfico» que algunos pla- pasando." Los administradores locales sabían que él «encubriría» sus ac-
nificadores raciales nazis pensaron aliviar, en la primavera y el verano de ciones más extremas. Es probable que emitiese algún tipo de orden verbal
1940 enviando judíos europeos a la colonia francesa de Madagascar." en el otoño de 1941, como respuesta a la campaña en marcha contra la
Los nazis teníanla esperanza de que la invasión de la Unión Soviética Unión Soviética: bien en la euforia del primer avancé' o, mas-probable-
en junio de 1941 haría aún más fácil la expulsión. Aunque la prevista con- mente, con la cólera quele causóel que no consiguiese tomar Moscúantes
quista rápida de territorio soviético pondríaen manos de los nazismillo- del invierno ni alcanzar la victoria en la Blitzkrieg de la que dependía toda
nes de judíos más, abriría también el inmenso territorio ruso al que se les la operación." Una teoría razonable reciente localiza la ordende Hitler en
podría expulsar. Esta esperanza hizo que la expulsión siguiera siendo la so- una alocución secreta a altos funcionarios del partido del 12 de diciembre
lución oficial nazi para el «problema judío» hasta finales de 1941. de 1941, como reacción a la entrada en la guerra de Estados Unidos y su
Pero estudios detallados de los territorios ocupados por los nazis en transformación en un conflicto de ámbito auténticamente mundial. Hitler
Polonia y en la Unión Soviética entre septiembre de 1939 y finales de 1941 estaría cumpliendo así la amenaza que había hecho en un discurso del 30
muestran cuantías sorprendentes de margen de libertad individual y de de enero de 1939, según la cual si la guerra se llegaba a hacer mundial, la
variación local entre los administradores nazis en su trato de los judíos. Al culpa sería de los judíos y lo pagarían (Hitler creía que los judíos controla-
tener que resolver por su cuenta y riesgoproblemas inesperadamente gra- ban la politica estadounidense). 48
ves de seguridad, suministros, posesión de la tierra y enfermedad, experi- Si desviamos la atención hacia los administradores situados sobre el te-
mentaron con todo tipo de iniciativas locales: guetización, trabajos forza- rreno, hemos visto cómo algunos de ellos habian cruzado ya, a finales del
dos y reasentamientos." En dos estados bálticos recién ocupados y en la verano de 1941, la líneaque separaba la matanza selectiva de varones adul-
Polonia oriental algunos administradores nazis cruzaron ya la línea tos del exterminio generalizado de toda la población judía. Esto no habría
agosto-septiembre de 1941, pasando de matar varones judíos por razones sido posible sin un odio criminal y extendido a los judíos, un punto en el
de «seguridad» al asesinato en masade poblaciones judías completas, que tiene razón el célebre y polémico libro de Daniel Goldhagen Los ver-
cluidos mujeres y niños, al parecer por iniciativa local (confiando, claro dugos voluntarios de Hitler. Pero la existencia de un odio asesino y genera-
está, en la aprobación de Berlín)." Vista desde esta perspectiva, la famo- lizado hacia los judíos no nos explica por qué se cruzó la línea en ciertos
sa reunión de dirigentes nazis de alto nivel bajo la presidencia del delegado lugares en ciertos momentosy no en otros.Losestudiosmásconvincentes
de Hirornler, Reinhard Heydrich, el 20 de enero de 1942 (la Conferencia presentan un procesodinámico de «radicalización acumulativa» en el que
Wannsee) parece más una coordinación posterior por parte del Estado" se magnifican los problemas, aumentan las presiones, desaparecen las in-
de iniciativas de exterminio locales queel inicio de unanuevapolítica hibiciones y se hallan argumentos legitimadores.
arriba. . Hay dos tipos de procesos que ayudan a explicar cómo llegó a tomarse
Exactamente cuándo y por qué la vieja politica de expulsión, salpícade, esa decisiónde matar a todos los judíos,incluidosmujeres y niños. Uno de

188
ANATOMÍA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROpíA?

ellos
.
es la serie de «ensayos generales), que sirvieron para reducir inh'b'
1 l~ t?,-,:,::,~. ,Aental conquistada al lejano interior soviético. Una emergencia impor-
cienes y aportaron personal adiestrado endurecido dispuesto a cualqu'
. . I~
l,-:!:-;,',;::~~~e fue la esc~sez de sum~~stros de víveres pa~a la fu~r~a inv~sora ale-
cosa. Pnmero VIlla la eutanasia de alemanes locos y enfermos incurabl I "X)riana . Los plamficadores militares alemanes hablan decidido alimentar a
que se inició el mismo dia que empezó la Segunda Guerra Mundial. La I :':<)ii:.fuerza invasora con los recursos de las zonas invadidas, con pleno cana-
teoría eugenésica nazi hacía mucho que había proporcionado una justifi~ I ': ,amiento de que eso significaba la muerte por hambre de las poblaciones
cación racial para librarse de las personas «inferiores". La guerra Ptopor- I "'jqcales. Cuando los suministros locales quedaron muy por debajo de sus
cionó una justificación más amplia para reducir la sangría que, con unos ¡ ':,~ectativas, se inició en la búsqueda de «bocas inútiles». En la tortuosa
recursos escasos) significaban las «bocas inútiles». El programa «T-4" mató I mentalidad de los administradores nazis, los judios y los gitanos plantea-
a más de setenta mil personas entre septiembre de 1939 y 1941) momento en ¡'bin también una amenaza para la seguridad de las fuerzas alemanas. Otra
que, debido a las protestas de las familias de las víctimas y del clero católi_ ,timergencia fue la que se creó con la llegada de trenes cargados de alerna-
co, se dejó el asunto en manos de las autoridades locales." A algunos de los ,nesétnicos a la espera de reasentamiento, para los que había que disponer
especialistas formados en este programa se les envió posteriormente al Este de espacio libre.
ocupado, donde aplicaron a los judíos sus técnicas de matanza en masa. En Los administradores nazis, enfrentados a estos problemas acumulados,
este caso hubo ya menos oposición. ~recurrieron a una serie de «soluciones intermedias»." Una fue los guetos,
El segundo «ensayo general» fue el trabajo de los Einsatzgruppen, los pero se demostró que eran incubado res de enfermedades (una obsesión
c.omandos especiales de intervención encargados de ejecutar a la elite polí- para los pulcros nazis) y una sangría para el presupuesto. El intento de ha-
oca y cultural de los paises invadidos. En la campaña polaca de septiembre cer que los guetos trabajasen para la industria de guerra alemana dio esca-
de 1939 ayudaron a eliminar a la intelectualidad polaca y a los altos funcio- sos resultados; sólo aportó otra categoría de bocas inútiles: los que eran in-
narios, lo que provocó cierta oposición dentro de la jefatura militar. En la capaces de trabajar. Otra «solución intermedia» fue el plan abortado) que
campaña soviética los Eínsatzgruppen recibieron la tristemente célebre hemos mencionado ya, de asentar en masa a judíos europeos en algu-
«Orden del comisario», es decir, la orden de matar a todos los cuadros del na zona remota como Madagascar, África oriental o el interior de Rusia. El
Partido Comunista, asi corno a la jefatura judia (los nazis consideraban fracaso de todas estas «soluciones intermedias» ayudó a que se abriera
que eran cosas equivalentes) y también a los gitanos. Esta vez el Ejército no paso una «solución final»: el exterminio.
puso ninguna objeción." Los Einsatzgruppen desempeñaron posterior- Las primeras ejecuciones en masa se hicieron mediante fusilamientos,
mente un papel importante) aunque no fuesen los únicos ni mucho me- un proceso que era lento, desagradable y psicológicamente duro para los
nos, en las matanzas en masa de mujeres y niños judíos que en el otoño de ejecutores (aunque muchos llegaron a inmunizarse). La búsqueda de téc-
1941 se iniciaron en algunas zonas ocupadas. nicas de matanza más eficientes condujo a la construcción de furgonetas
Un tercer «ensayo general), fue la muerte intencionada de millones de especialmente preparadas, Gaswagen, en las que se introducían los humos
prisioneros de guerra soviéticos. Fue con unos seiscientos de ellos con los del tubo de escape, una idea derivada de los camiones en los que se había
que las autoridades de ocupación nazis pusieron a prueba por primera vez gaseado con monóxido de carbono a los mentalmente enfermos en Polo-
el potencial para la matanza en masa del insecticida Zyklon-B en Auscb- nia en 1940. En el otoño de 1941 se construyeron treinta de estas furgonetas
witz el 3 de septiembre de 1941." Pero a la mayoría de los prisioneros de para el exterminio a gran escala de poblaciones judías de la Rusia ocupa-
guerra soviéticos los mataron simplemente a base de trabajo o de hambre. da." En la primavera de 1942 se adoptó una tecnología aún más rápida
En la segunda categoría de procesos que ayudaron a que se llegara a to- cuando se construyeron instalaciones de ejecución fijas en seis campa-
mar la «decisión de asesinan figuraron los bloqueos, emergencias y crisis mentos en el antiguo, territorio polaco. La mayoría de ellas siguieron utili-
que hicieron que los judíos se convirtieran en una carga aparentemente in- zando monóxido de carbono, pero algunas, sobre todo en Auschwitz, uti-
soportable para los administradores de los territorios conquistados. Un lizaron el Zyklon-B, más rápido y más fácil de manejar. Las fábricas de la
bloqueo importante fue el que no se hubiese conseguido conquistar Mos- muerte acabaron encargándose del 60 por 100 de los judíos asesinados por
cú, lo que impidió la expulsión prevista de todos los judíos de la Europa los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

190
ANATOMfA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROPÍA?

Losnuevos centros de matanza en masaindustrializada se construye- los que habían participado. El conocimiento dentro de Alemania de que se
ron lejos del alcance del Estado normativo alemán y de la ley alemana. Dos estaban haciendo cosas terribles a los judíos en el Este era «bastante gene-
(Auschwitz y Chelmno) estaban en el territorio polaco anexionado en ralizado»." Mientras la destrucción desordenada, como las roturas de es-
'939, y los otros cuatro (Treblinka, Sobibor, Majdanek y Belzec) estaban lo- caparates, las palizas y los asesiuatos de la Kristallnacht, no se produjera de-
calizados en antiguas tierras polacas conocidas ahora como el «General- bajo de las ventanas de sus casas, la mayoría de ellos dejaban que la
gouvernement»." Allí las autoridades militares compartían el poder con distancia, la indiferencia, el miedo a la denuncia y sus propios sufrimien-
funcionarios civilesqueeranen su mayoría militantes del partido. tos bajo los bombardeos aliados ahogaran las objeciones.
En las zonas conquistadas de Polonia y de la Unión Soviética, las orga, Al final, el nazismo radicalizado perdió incluso sus amarras nacionalis-
nizaciones paralelas, como el organismo del partido que requisaba las tie- tas. Hitler, cuando se disponía a suicidarse en su búnker de Berlín en abril
rras para redistribuirla entre los campesinos alemanes (el Rasse-und Sied- de1945, quería arrastrar con él a la naciónalemana en un frenesí final. Esto
lungshauptamt), tenían más libertad que en el Reich. Las SS crearon un era en parte un indicio de su carácter: para Hitlereratan inconcebible un
imperio económico-militar propio allí donde el Estado normativo apenas acuerdo de paz con los aliados como lo era para los propios aliados. Pero
tenía presencia.f En esa tierra de nadie, tanto la regularidad burocrática también tenia una hase dentro de la naturaleza del régimen: no segnir hacia
como los priucipios morales se dejaban fácilmente a un lado, y las necesi- delante eraperecer. Cualquier cosaera mejor que la blandura."
dades de la raza superior se convertían en el único criterio de actuación. E! -.
desprecio tradicional que inspiraban los Untermenschen eslavos a los na,
cionalistas alemanes intensificó la atmósfera permisiva. En aquel no Esta, LA RADICALIZACIÓN ITALIANA: ORDEN INTERNO, ETIopíA, SALO
do sin nombre,los fanáticos nazisteníanmano librepara materializar sus
fantasías de purificación racial másdementes sin la menor interferencia dc" La Alemania nazi en su paroxismo finales el único ejemplo auténtico has-
un lejano Estado uormativo. ta hoy de la etapa final de radicalización fascista. El fascismo italiano mos-
El fragmeutado sistema administrativo nazi dejó a los radicales com- tró también algunos de los signos de esas fuerzas que empujan a todos los
pletamente libres de control y permitió que se entregaran a sus impulsos" fascismos hacia el extremo.
más sombríos. El Pührer, que estaba por encima del Estado y fuera de él,' Vimosantes, en este mismo capítulo, cómo Mussolinise debatía entre
estaba dispuesto a premiar el espíritu de iniciativa en la selva de la admi-'." los deseos radicales de los ras y de los escuadristas y su preferencia perso-
nistración nazi de los territorios ocupados del E s t e . , , , ' nal por el orden y el predominio del Estado sobre el partido. Pero no podía
No se puede pensar que el régimen nazi asesinase a judíos para co111",: escapar de la imagen de sí mismo que había fomentado como héroe acti-
placer a la opinión pública alemaua. Tomó complejas precaucionespai'á:*' vista, y su lenguaje seguía estando coloreado por la imaginería revolucio-
ocultar esos actos al pueblo alemán y a los observadores extranjeros. En lotii!,' naria. No podía ignorar por completola necesidad que sus seguidores te-
documentos oficiales, las autoridades responsables se referían a la mat<U[~,~);::; nían de cumplimiento, ui las expectativas del público, que él mismo había
za de judíos con eufemismos como «Sonderbehandlung» ('manejo esp~.i?;;' fomentado, de triunfos espectaculares.
ciar) y emprendieron importantes operaciones para eliminar todo ra~_~?;:K;_:, En la década de 1930, tal vez con el objetivo ya mencionado de rejuve-
de ella, en un periodo en el que era difícil retirar del combate a hombre~;rr:~! necer a sus panzudos Camisas Negras, tal vez también bajo presión, para
material." Almismo tiempo,no se hizo ningún esfuerzo especial por marirr;,ttS: desviar la atención del pueblo de la mediocre situación económica de Ita-
tener el secreto oculto a los soldados alemanes que estabau en el frelltl;i;;¡t, liadurante la Depresión, Mussolini se embarcó en un periodo de una radi-
oriental, a muchos de los cuales se les ordenaba participar. Algunos sol calización de mayor alcance. A partir de 1930 había empezado ya a adoptar
dos y oficiales fotografiaron las ejecuciones masivas y enviaron las foto': Un tono más agresivo en política exterior, pidiendo el rearme y predicien-
sus familias y a sus novias." Muchos miles de soldados, empleados civile$ do que «el siglo xx será el siglo del fascismo»." Eu 1932 volvió a hacerse
técnicos destinados a los territorios ocupados del Este fueron testigos . Cargo personalmente delministerio deAsuntos Exteriores, y en 1933 de los
lares de las matanzas masivas. Muchos miles más oyeron hablar de ell rninisterios de Guerra) Marina y Aire. En 1934 estaba preparando en secre-

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ANATOMÍA DEL FASCISMO
A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROPÍA?

to una operación militar en Etiopía. Tomando como pretexto una


- escaramuza que se h abíla pro d UC1ido en diiciem b re d e 1934 en w:peque_ i"C"T7Ú'lo}'f. utilizado por el burgués educado, por e! más familiar y amistoso
na al-wal («tw> y evoi» en plural)." El saludo fascista sustituyó al apretón de
un remoto abrevadero del desierto cerca de la frontera sin delimitar e )
burgués. Se vistió de uniforme a los funcionarios y el Ejército em-
Etiopía y la Somalilandia italiana (hoy Eritrea), Mussolini lanzó sus ,mee
'/ ' eJercI_ pezó a desfilar con e! paso alto exagerado, que e! régimen denominó «pas-
tos contra Etiopía e!3 de octubre de '935,
so romano» para dejar claro que no estaba copiado de! paso de oca nazi.
~ras una campaña unilateral que exigió más esfuerzo italiano de 1
pero el paso más sorprendente de la radicalización fascista de la déca-
previsto, Mussolini pudo gritar victoria y proclamar al rey Victor ManUe°1
dade 1930fue la legislación discriminatoria contra los judíos, En julio de
III emperador de Etiopía el 9 de mayo de 1936. Desde e! balcón de sus ofi.
193 8 un «Manifiesto del racismo fascista» proclamó la nueva política, y
cmas del Palazzo Venezia de Rama, se enzarzó en un diálogo triunfal co l
. d a m ul' pronto le siguieron las leyes de septiembre y noviembre que prohibían los
emociona titu d : na
matrimonios mixtos, siguiendo las directrices de las leyes de Nuremberg
nazis, yexcluian a los judíos de! funcionariado y de las profesiones libera-
¡Oficiales, suboficiales, soldados de todas las fuerzas armadas del Estado de África y d ¡
, e . e fa· les. Uno de cada doce catedráticos universitarios tuvieron que abandonar
1la, annsas Negras de la Revolución, hombres y mujeres italianos de la patria y de todo el
mundo, escuchad! sUS cátedras. El físico Enrico Fermi, Premio Nobel, que no era judío, aban-
Nuestra e.spa~a relumbra~te hacortado todos los nudos, y la victoria africana perrna, donóvoluntariamente e! país y se fue a Estados Unidos al quedar privado
neceré en la historia de la patría completa y pura, una victoria como la que soñaron d. demuchos de los ínvestigadores que trabajaban con él.
, , h Y e
searon 1os 1egronanos que an caído y los que han sobrevivido...
Suele considerarse que los fascistas copiaron las leyes raciales nazis
El pueblo italiano ha creado el Imperio con su sangre. Lo fertilizará con su trabajo y 10
defenderá con sus armas contra cualquiera, sea el que sea. ¿Seréis dignos de él?
paracomplacer a Hitler durante e! periodo de alineamiento italiano con e!
Multitud: ¡Sí!61 Eje en política exterior." En Italia no habia habido prácticamente antise-
nútismo y su pequeña y antigua comunidad judia habia estado excepcio-
La Guerra de Etiopía proporcionó al Partido Fascista un «nuevo ímpul. nalIDente bien integrada. Como vimos en la introducción, Mussolini había
SO».62 En Italia fue' ocasión para un poquito de teatro nacionalista magis. tenido partidarios judíos e incluso íntimos colaboradores judíos en el pe-
tral: la entrega de las alianzas de oro de las mujeres de Italia, de la reina Ele- riodo inicial. En 1933 los editores judíos estadounidenses le incluyeron en-
na para abajo, para ayudar a pagar la campaña. Oficialmente fue la Milicia trelos «doce grandes adalides cristianos» de los judíos del mundo."
Fascista (MVSN) la que fue a combatir a Etiopía, La presencia de! partido Una investigación más detenida puede poner al descubierto tallos ita-
fue fuerte en e! territorio conqulstado. El Federale de! partido compartía el lianosen que podía injertarse un antisemitismo autóctono. Las políticas de
poder con e! prefecto y el comandante de! Ejército, e intentó regimentar discriminación racial hablan pasado a hacerse ya aceptables para los italia-
tanto a la población colonizadora como a los jóvenes etíopes a través de las nósen la colonia. Primero en Libia y luego en Etiopía, los militares italianos
organizaciones juveniles y de ocio fascistas. El régimen colonial permitió adoptaron tácticas de separación de los nómadas de sus animales y de! ali-
incluso una resurrección del squadrismo, hacía mucho ya desaparecido en mento y el agua. Su internamiento en masa parecía prefigurar su elimina-
Italia. En 1937, tras un intento de asesinato de! general Graziani, general- ción. En Etiopia las leyes prohibieron e! mestizaje (aunque lo hubo gene-
gobernador y virrey, militantes de! partido aterrorizaron a los habitantes ralizado y manifiesto). Ange!o De! Boca puede utilizar incluso la palabra
de Addis Abeba durante tres días y mataron a centenares de ellos." «apartheid» para lo que e! fascismo intentó incluir en Etiopía."
La emoción y e! esfuerzo de la guerra estuvieron acompañados de una Otro tallo era la ambigüedad de las actitudes católicas hacia los ju-
«revolución cultural» y un «salto totalitario» (svo/ta totalitaria) en Italia." díos. La tradición católica fue hostil al racismo biológico, lo que la honra.
Otro secretario de! partido activista, Achille Starace (1931-1939), dirigió LaIglesia insistía, por ejemplo, en que el sacramento de! bautismo impe-
una campaña para formar al «nuevo hombre» fascista instituyendo (;CO$- díaque e! converso fuese considerado ya judío, independientemente de lo
tumbres fascistas», «lenguaje fascista» y legislación racial. La «reforma de que pudiesen haber sido sus padres. El Papa Pío XI estaba intentando de-
las costumbres» sustituyó e! tratamiento formal y respetuoso de «usted» cidir si emitía o no una encíclica condenando el racismo biológico nazi
en 1939 cuando murió. Por otra parte, en la misa de Viernes Santo se

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'95
ANATOMíA DEL FASCISMO A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROpfA?

identificaba a los judíos como el «pueblo deicida» que había matado a ' lado de Hitler se estaba convirtiendo en un desastre, sectores del orden es-
Cristo. Las publicacionesde la Iglesia continuaron duranteun tiempo in-";::';; tablecido (militares de alta graduación, consejeros del rey, incluso algunos
creíblemente largo manifestando las formas más toscas de antisemitismO, fascistas disidentes) quisieron librarse de Mussolini y firmar una paz por
incluida la admisión de la antigua leyenda del asesinato ritual judío." La'. separado con los aliados. Poco después de que éstos desembarcasen en Si-
Iglesia no hizo pública ninguna objeción a las formas no biológicas de' cilia el ro de julio de 1943, unas horas antes del amanecer del 25 de julio el
discriminacióncontrajudíos en países católicos, como cuotas en las uni~:,i;~-' Gran Consejo Fascista aprobó por votación una resolución en la que se de-
versidades y limitaciones a la actividad económica/O En cuanto a los fas':':;' volvía al rey la autoridad plena. Esa misma tarde, Víctor Manuel destituyó
cistas laicos, había habido siempre antisemitas entre ellos. A algunos~_"';~' de su cargo al abatido Duce y le hizo detener.
como a Telesio Interlandi, se les dio espacio destacado en la prensa dele Esa detención ignominiosa debería haber puesto fin al carisma de Mus-
partido a partir de mediados de la década de 1930, antes incluso de la for.,t! solini, Sin embargo, el 12 de septiembre una audaz operación de comando
mación del Eje. alemana al mando del capitán de las SS atto Skorzeny le liberó de su
Es cierto que la nueva legislación fue en general impopular, y que en lit 'i cautiverio en la cumbre de la estación de esquí del Gran Sasso, al este
Croacia bajo ocupación italiana y en el sureste de Francia las autoridadesv de Roma. Hitler reinstauró al Duce como dictador de una república fascis-
italianas protegieron en realidad a los judíos." Cuando los alemanes em~,.:<:,: ta cuya capital estaba en Saló, en e! lago de Garda, junto a la ruta principal
pezaron a deportar judíos de Italia en 1943, pocos italianos colaboraron en:;:': hacia Alemania por e! paso de Brenner, La República Social Italiana nun-
esa tarea. Sin embargo, había habido suficiente apoyo a la legislación deF ca fue más que un títere alemán y merece poco más que una nota al pie
1938 como para que se aplicase con toda firmeza. Después de 1938 el régi.i';. en la historia." Pero nos interesa aquí porque, libre de la necesidad de apla-
men de Mussolini pasó de nuevo a atenerse a la política habitual. Cuando" car a la Iglesia, al rey y a la jefutura industrial y financiera de Italia, la Re-
empezó la guerra en septiembre de 1939, le dijo a Hitler que él no esta·}¡ pública de Saló volvió a los impulsos radicales de los primeros tiempos del
ba preparado. Cuando Mussolini entró finalmente en la Segunda Gueri(i fascismo.
Mundial, en el último momento posible, hacerlo no le proporcionó ni étii :. En Saló Mussolini se rodeó de algunos de los fanáticos de! partido que
botín de la victoria ni el aumento del entusiasmo popular que había pree.; quedaban y de unos cuantos oficialespro nazis. Jugaron la última carta que les
visto." La «guerra paralela» de Mussolini después de junio de 1940 preten)): quedaba: un nacionalsocialismo populista. El programa del nuevo Partido
dió demostrar que ocupaba una posición de igualdad frente a Hitler, pérc-' Republicano Fascista: de noviembre de 1943, pedía la «socializaciónx de
sólo cosechóderrotas y humillaciones que acabaron con la «relación privir ;#t aquellos sectores de la economíanecesarios parala autosuficiencia (ener-
legiada con la historia» del fascismo y con los últimos vínculos de afecto" gía, materias primas, servicios indispensables) y sólo dejaba en manos pri-
entre el pueblo italiano y el Duce. . "iji" vadas la propiedad que fuese fruto del ahorro y del esfuerzo personal. El
También los alemanes recibieron sombríamente la noticia de que h~{:_:!{:': sector público debía estar dirigido por comités de administración en los
bía empezado la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, los éxitos de f!i;:..~.,: que tendrían voz los trabajadores. Las explotaciones agrícolas improductí-
lerles llenaronde entusiasmo. Hicieronuna guerra más larga y la hicieró,;~f¡ln. Vas o no cultivadas serían ocupadas por los jornaleros que trabajaban en
con mayor resolución en 1939-1945, a pesar de que hubo mucho más sum{i.·~(, ellas. El catolicismo siguió siendo la religión de la república fascista, pero
miento de los civiles que en 1914-1918. Pero en Italia no tardó en estallar~,,;i;i muchos de los nuevos dirigentes no eran religiosos. La nueva república
globo de la emoción fascista. En una visión retrospectiva) la movilizad6 , .. te ' prometía gobernar a través de una asamblea que elegirían los sindicatos,
fascista resultó ser mas fácil que la movilización democrática. Church las asociaciones profesionales y los militares. Sin embargo, la República So-
pudo movilizar al pueblo británico con una promesa sincera de sólo 53 . cial Italiana de Saló nunca tuvo el poder necesario para poner en práctica
gre, sudor, esfuerzo y lágrimas. esas medidas. El efecto principal de su radicalización fue que su policía y
Losúltimos díasde Mussolini ofrecen otro caso de radicalización, a sus escuadras armadas se entregasen a una furia asesina en la guerra civil
que estuviese geográficamente limitada al norte en Italia. Cuando se italiana de 1944'1945.
evidente que la participación de Italia en la Segunda Guerra Mundial La República de Saló intentó también poner remedio a la desidia que

197
A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTROPÍA?
ANATOMÍA DEL FASCISMO
ri!iZi Ysoviético compartieron un rechazo del Estado de Derecho y del
se habla apoderado de! fascismo oficial en Italia. Reclutó nuevas fuer
mad d e . zaSar_ 'i'l]~focedimiento debido; los subordinaron ambos a los imperativos de la
. as e rascistas comprometidos para continuar la guerra contra los ;',l~istoria. Sin embargo) en otrosaspectos, ninguna radicalización fascista fue
aliados, Estaban compuestas principalmente por grupos voluntarios '<'';déntica a la forma estalinista, El fascismo idealizó la violencia de una for-
. CIma Escu~ drc
e! Dé .
r?n Torpedero, del príncipe Borghese, que combatía como
en ,irl'a distintiva, como una virtud propia de una raza dominante. y aunque
ti:rr~ firme y pr~nClpalmente contra la Resistencia." Los agentes de la Re- 'los agentes de las purgas de Staliu sabían que e! dictador los encubriría, e!
pública de Salo mtentaron también combatir la resistencia de la m ' :-'_~istema soviético carecía de la rivalidad engranada entre las organizaciones
dee Ios i al'ianos a tomarse en serio el antisemitismo. Fue por ento
os ít ayona
. :iparalelas del partido y las elites del orden establecido por ganarse el favor
c
uand o 1os rmhtantes
'1' e nces
fascistas efectuaron redadas de judíos y los interna_
. delcaudillo.
ron en .c~mpos don~e .los nazis tenían fácil acceso a ellos. Así fue como La guerra expansionista está presente en el núcleo básico de la radica-
cayó pnSI?nero, e~ diciembre de 1943, e! químico (y más tarde célebre es- .'lización. LaItalia fascista, en la medidaen que se radicalizó, lo hizo sobre
cntor) Pnmo Levi, quién acabó en Auschwitz," ,oda en el Africa oriental, conquistada en e! paroxismo final de la campa-
La Rep~blica de Salo intentó vengarse de los traidores a Mussolini den- "ña italiana. Elrégimen nazi alcanzó los límites extremos de radicalización
tro de! fascismo, Consiguió detener sólo a 1ll10S cuantos miembros d 1 euSU guerra de exterminio contrala Unión Soviética. En esasituación es-
Gran Consejo Fascista que hablan votado en contra del Duce e! 25 de julio pecialmente intensalos funcionarios nazisse sintieron libres para empren-
. ó ~
p~ro ejecut en Verona, en enero de "944, a cinco de ellos (incluido e! pro- der acciones másviolentas que las emprendidas en las campañas occiden-
pIO yerno de Mussolini, e! conde Ciano, que habla sido ministro de Exte- tales de "940, primero contra los enemigos del régimen, luego contra los
n?re~ de! régimen fascista). Aun así, toda la sangre derramada por la Re- aliados conservadores del fascismo y, finalmente, coutra los propios ale-
publlc~ de Salo fue de sólo unas gotas comparada con la que derramaron inanes, en un éxtasis de destrucción final."
los naZIS. Mientras que en los regímenes bélicos autoritaríos tradicionales e!
En abril d: "945, cuando se aproximaban ya los ejércitos aliados, los Ejército tiende a ampliar su control, como sucedió en e! Reich alemán du-
pocos partidarios que le quedaban a Mussolini se dispersaron. Los partisa- rante 1917-1918 Y en la España de Franco, e! Ejército alemán perdió e! con-
n?s le encontraron el 28 de abril escondido en la caja de un camión del trol de la política de ocupación en e! Este después de "94", como ya hemos
8
E¡érClt? alemán que.huía por la orilla occidental del lago de Como, y le ma- visto) frente a las organizaciones paralelas del Partido NazU Los radicales
taron) Junto con suJoven amante fija Clara Petacci y varios notablesfascis- del partido se sintieron libres para expresar sus odios y obsesiones de for-
tas. ~ol?aron lo~ cadáve~es en una gasolinera de Milán, después de que una mas que eranajenas a lastradiciones de los servicios del Estado. No se tra-
multit~(j resentida h~b:ese mutilado e! de! Duce. Hasta una generación ta simplemente aquí de un asunto de sensibilidad moral; algunos oficiales
despu~s. no se convertman en objetode peregrinaje sus restos, devueltos a y funcionarios se quedaron sobrecogidos por las acciones de las SS en los
la familia en 1957y enterrados en su pueblo natal de Predappio." territorios conquistados) mientras que otroslas aceptaron por solidaridad
de grupo o porquese habían endurecido." Era en cierta medidaun asun-
to de disputa territoriaL Sería inconcebible para una dictadura militar tra-
PENSAMIENTOS FINALES dicional tolerar las incursiones de milicias del partido sin formación cas-
trense en las esferas militares que permitió Hitler (e incluso Mussolini en
La ~tapa de .radicalización nos muestra al fascismo en su aspecto más dis-
Etiopía).
tintivo. SI bien cualqui~r régimen puede radicalizarse, la profundidad y la El libro Los origenes del totalitarismo, de Hannah Arendt, tan proble-
fuerza de! Impulso fascista de desencadenar violencia destructiva, incluso mático para las etapas iniciales de! fascismo, es útil aquí, Porque aquí en-
hasta e! extremo de la autodestrucción, lo diferencia de todos los demás. tramos en un campo en el que los cálculos interesados que se puede alegar
En esta última etapa no es posible la comparación: sólo llegó realmen- que regían la conducta tanto de los nazis como de sus aliados en circuns-
te a alcanz~rla 1111 régimen fascista. Un candidato tentador para la compa- tancias más normales del ejercicio del poder, no determinaban ya la políti-
ración ha SIdo la radicalización de la dictadura soviética de Stalin. Los ca-
199
ANATOMíA DEL FASCISMO
A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN O ENTROPIA.
.,
ca, En esta última etapa una minoría obsesíonada es capaz de llevar más embriagadores. Mussolini tuvo que dar un paso fatídico y entrar
odios más apasionados implacablemente hasta e! extremo y hasta ei ummo vez 'r
en la guerra en junio de 1940 porquela ausencia ' tade l
rascis a' t'd
VlC orla e
limíte de la experiencia humana, Hitler sobre Francia podria muy bien hacerle perder su control de! p~eblo
La liberación de restricciones permitió a un núcleo duro de los fanáti- italiano. Hitler nunca dejó de imaginar nuevas conquistas (la. India, las
cos del movimiento recuperar la posición dominante por encima de sus Américas), hasta que se suicidó en su asediado búnker de Berlín e! 30 de
aliados burgueses y llevar a término algunos de los proyectos radicales del abril de 1945. Los fascismos que conocemos parecen condenados a des-
principio, En los puestos destacados de! Imperio e! fascismo recuperó la t uirse a sí mismosen su precipitada y obsesiva carrera haciaadelante para
violencia directa de los primeros tiempos de squadrismo y de peleas calle- cumplir con esa«relación privilegiada con la historia» que les prometen a
jeras de las SAo No se debe caer en la tentación en esta etapa final de volver
sus pueblos.
a un modo sumamente persona1ízado de enfocar e! ejercicio de! poder en
los regímenes fascistas, con susideasdesacreditadas de matonesquesehan
apoderado de! Estado. El régimen nazi fue capaz de continuar la guerra
con una intensidad en aumento constante sólo con la complicidad conti-
nuada de los servicios de! Estado y de grandes sectores de los socialmente
poderosos.
La radicalización fascista no puede ser, por último, considerada una
forma racional de convencer a la gente de que debía entregarse del todo al
esfuerzo bélico, Condujo al Gobierno nazi a una espiral desenfrenada que
impidió en último término hacer la guerra de un modo racional, pues pasó
a desviar recursos vítales de las operaciones militares para emplearlos en e!
asesinato de los judíos. Finalmente, la radicalización niega incluso la na-
ción, que es supuestamente algo que figura en e! corazón mismo de! fas-
cismo. Al final, los fascistas fanáticos prefieren destruirlo todo en un paro-
xismo final, incluido su propio país, antes qne aceptar la derrota.
La radicalización fascista prolongada durante un periodo muy largo
no ha sido atestiguada nunca. Es incluso difícil de concebir. ¿Puede imagi-
narse que incluso Hitler pudiese mantener la presión en la vejez? Organi-
zar la'sucesión de un dirigente fascista senescente es otro problema in-
trigante pero) hastael momento,hipotético." Laformamásnormalde su-
cesión en un régimen fascista probablemente sea la caída en un autorita-
rismo tradicional. En ese punto puede haber una liberalización progresiva,
como en la España posfranquísta, o 'quizás una revolución (como en'el
Portugal postsalazarista), Pero la sucesión ordenada es claramente mucho
más problemática con el fascismo que con otras formas de gobierno, in-
cluso el comunismo. Elfascismo es)en un análisis final, desestabilizante.
A largo plazo, por tanto, no era en realidad una solución a los problemas
de unos liberales o unos conservadores asustados.
El resultado final fue que los regímenes fascistas italiano y alemán se
lanzaron ellos mismos por e! despeñadero en su búsqueda de éxitos cada

200
201
NOTAS

INTRODUCCIÓN

1.Friedrich Engels, prefacio de 1895 a Karl Marx, The Class Struggles in Prance
(1848-1850), en The Marx-Engels Reader, ed. Robert C. 'Iucker, 2 a ed. (Nueva York,
W W Norton, 1978), p. 571. 2. Alexis de Tocqueville, Democracy in Americe,
trad., ed. y con una introducción de Harvey C. Mansfield y Delba Winthrop (Chi-
cago, University of Chicago Press, 2000), p. 662 (vol. II, parte 4, cap. 6). 3. Geor-
ges Sorel, Reflections on Violence (Cambridge, Cambridge University Press, 1999),
Pp. 79-80. 4. Con «fascismo}¡ me refiero tanto al régimen, al partido y al mo-
vimiento italianos como al fenómeno general. 5.Véase Maurice Agulhon, Ma-
rianne au combat: í.imageríe et la symbolique républicaine de 1789 a 1880 (París:
Plamrnarion, 1979), pp. 28-29 Y.108-109, y Marianne au pouvoir (París, Seuil, 1989),
Pp- 77, 83· 6. Simonetta Palasca-Zamponi, Fascist Spectacle: The Aesthetics of
Power in Mussolini's Italy (Berkeley, University of California Press, 1997), pp. 95-99.
7· Mussolini había sido una personalidad destacada del ala revolucionaria del Par-
tido Socialista Italiano, era hostil al reformismo y miraba con recelo los acuerdos
y compromisos del ala parlamentaria del partido. En 1912, con s610 veintinueve
años de edad, le nombraron director del periódico del partido, Avanti. Fue expul-
sado del partido en el otoño de 1914 por la mayoría pacifista de éste, debido a que
propugnaba la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial. 8. Pierre
Milza, Mussolini (París, Fayard, 1999), pp. 174,176 Y189. Mussolini llamaba ya «fas-
cio» en 1911al grupo socialista local que él dirigía en Porlr. R. J. B. Bosworth, Mus-
soiini (Londres, Amold, 2002), p. 52. 9. Este término se explica en las pp. 13-15.
10. Tras la derrota de los ejércitos italianos en Caporetto en noviembre de 1917, un
gran grupo de diputados y senadores liberales y conservadores formaron un fascio
parlamentare di difesa nazíonale para conseguir que la opinión pública apoyase el
esfuerzo bélico. 11. La lista creció más tarde con añadidos oportunistas, cuan-
do figurar entre los fundadores (los sansepolcristi) pasó a resultar ventajoso. Ren-
zo De Pclice, Mussolini il rivoluzionario, 1883-1920 (Turin, Einaudi, 1965), p. 504.

293
NOTAS
NOTAS
zó Vichy y se exilió en Nueva York en 1940. la"~'
72. El plebiscito, el término de
república romana para designar una decisión tomada por votación popular, lo in~",
"dos en combate, la amistad de los jóvenes de las n~do-
catedrales de luz) héroes Cal d L d 't n France (París Aubier Montaígne,
trodujo en la vida política moderna la Revolución Francesa, Se propuso una con, d R éRémon es roues e ,
nes82,pp·4
desperta
) as». en R' nhaft B ating tñe Fascísts? The German Com-
sulta a todo el pueblo, pero no llegó a realizarse, cuaudo Luis XVI fue juzgado y 58 459 83Eve ose , e .. P
19 - ." .' -1 (Cambridge,CambridgeUmverslty ress,
ejecutado en 1792, y este tipo de votación aparece en la abortada Constitución de munists and Political violence; 1929 933 1 . . de 19 de revivir esta misma
1793. El general Napoleón Bonaparte le dio su forma moderna en 1800 al pedir 83) 8 F 1intento de Ernst No te en JunIO 86 l
19
id .1 d que 4· ue e . del
la violencia comuni o soviético (el «hecho asiático»)hi fue a
e comumsm
toda la población masculina que votase si o no a su asunción de poderes dictatn,
1 ea, a e . 1 . . fue sólo una respuesta, lo que IZO es-
riales como primer cónsul. El plebiscito contrasta con la preferencia liberal clásica provocación inicial a la que la VIO ~nCl~ nazi Alemania Charles S. Maier, The
de que vote una minoría de hombres ilustrados a representantes que compartiráií tallar la furiosa «polémica de los hlstonad;~s» en Nationai Identity (Cambridge,
el poder con el gobernante, Napoleón lo utilizó de nuevo para legitimar su adop"" Unmasterable Post: History, Holocaust, an erman P ter Baldwin Reworking the
ción del título de emperador Napoleón I, 10 mismo que hizo su sobrinu;Napoleón MA, Harvard Uníversity; Press, 1~~); P~n~?ri:b~e (~oston, Bea;on Press, 1990).
Ill, Hitler y Mussolini adoptaron inalterado el plebiscito napoleónico, 73. Véan- Past: Hitler, the Holocaust, and the lS Ofl t estión para el caso nazi es en
. 'cuidadosamente es a cu
se las ideas de [ürgen Kocha, a las que se opuso GeoffEIy, en las referencias bfblío- 85· Donde se examma mas T d Ordiriary Germans (Nueva
26
gráficas, en p. 4. Véanse también las teorías de «no contemporaneidad» analiza, ' A Jh Nazi Terror: The Gestapo, tews, an "
Enc . o nson, f 6. I blación alemana ordinana [..,] no per-
das en el capítulo 7, p. 244- 245. 74. José Ortega y Gasset, The Revolt of the York, Basic Books, 1999)· C . p. 22. «[ -l « terriblemente amenazadora para
Masses (Nueva York) Norton, 1957) (orig. pub. 1932). 75. R J. B. Bosworth. ibt 1 e te a la Gestapo ... como . .
CI la persona m TI 1 B k' Hitler' Consent and Coercion In
Italy; The Leastofthe GreatPowers: Italian Foreign Paliey Beforethe FirstWorldWar ella». Véase también Robert ~;lladteUY'. ae 'tln~ress 2~01) 86. Citado en Ian
(Cambridge, Cambridge UniversityPress, 1979). Para la relación entre la puesta al . (N va York Oxtor nrversr y ,. .
Nazi GermanyH ' 1 88 ue 36' Hubris
" (Nueva 'jior, ton 1999), p. 383. Los asesmos
k N orron,
día económica de Italia y la política, véase Richard A. Webster, Industrial Imperia- Kershaw; . tt er 1 9-19· . d t Hitler tomó posesión del cargo.
lísm in Ita/y, 1908-1915 (Berkeleyy Los Ángeles, The University of California Press, d fu on puestos en liberta en cuan o ( )
e Potempa er 11;' te1 íjahrshejte für Zeitgesehichte 5 1957,
1975). 76. Arno Mayer, The Persistence of the Old Regime: Burope fa the Great Véase Paul Kluke, «Der FaTI Potempa», ter M der. CentralEurotsean History 10
. h d B el «ThePotempa U f ,
~ss
War (Nueva York, Pantbeon, 1981). 77. Muchos alemanes de provincias esta- 297, y
pp, 279- YRic ar iJenise Detragiache, <di fascismo feminile da San Se-
han ofendidos por la libertad que las ciudades alemanas brindaban en la época de (1977), pp, 241-z54, 7(' ) St ia Contemporanea, 14:2 (abril de 1983),
Weimar a extranjeros, artistas rebeldes y homosexuales. Peter Gay, We,imar Cultu- polera alI'affare MatteottI 1919~1.92b5;" ~r. t P, seismo Women in Britain's Fascist
re: The Outsider as Insider (Nueva York, Harper & Row, 1968), es la descripción S " [ulie V. Gotthe ,remmts a . d ¡
pp. 211-250. egun . . ) ha por 100 de los candidatos e a
más rica del cambio radical se produjo en la vida cultural alemana después de 945 (Londres, Tauris, 2001 ,e b
19, Movement, 1923-1 . 1 f s istas inglesas les gusta a par-
19 y la reacción contraria que produjo. 78. Para las unidades de voluntarios Unión Británica de Fascistas eran mujeres ya a e ísmo (quien primero utilizó
ticularmente zurrar a as ~o .
agrupados en torno al general Kornilov, véase Orlando Figes, A People's Tmgedy: 1 munistas 88 7ias rasformt
., '18 6) era la domesticación politica de
A History of the Russian Revolution (Nueva York, Viking, 1997), pp. 556-562. la palabra fue el primer ministro DePdre¡tls e¡n . t7 a Aplicado por Giolitti a los so-
79. «La historia ha avanzado siguiendo la línea de menor resistencia. La época te- . . . incorporán o os a SIS em . ,
los partidos anttststema . dié 'al' tas reformistas parlamentarios e
volucionaria ha hecho su incursión a través de las puertas menos protegidas»; ' 1 fi . o los escm 10 en SOcl 1S •
cialistas, e tras ormlsm , 1" s (uno de los cuales era el JO-
Léon Trotski, «RetIections on the Course of the Proletarian Revolutíon» (1919),el- . 1 s sindicalistas revo uctonarto .
intransigentes, como o . apósito con los socialistas, se
tado en Isaac Deutscher, The ProphetArmed: Trotski 1879-1921 (Nueva Yofk, vín- ven Mussolini). Giolitri, después de conseguir su p,r ,
J

tage, 1965), p. 455· 80. Véase introducción, nota 30, para ese tipo de obras so- sinti6 tentado a probar el trasformismo con los fascistas.
bre Alemania. La teoría de que el curso de la historia alemana era una «vía
especiah>, cSonderwee; que encarnaba una propensión especial al fascismo ha sido
3. LA LLEGADA AL PODER
muy criticada últimamente. Para una revisión reciente véase Shelley Baranowskí,
«East Elbian Landed Elites and Germany's turn to Pascim: The Sonderweg Con-
troversy Revisited», European History Quarterly, 26:2 (I996), pp. 9-40. 81. The 1,
,
Aunque algunos escritores fascistas aseguran q ue de 50 .000 a 70,000
el rey Victor camisas
Manuelne-
III
20
Prelude, Book XI. 82. Brasillach, cuando estaba en la cárcel, aguardando la eje- b Rom a el 28 de octubre, y aunque
gras convergían so r e . . tificar su renuencia a bloquear
cución (febrero de 1945), escribió nostálgicamente sobre «la majestuosa brillantez . " t de una cifra de 100.000 para JUs
mencionarse mas ar . 1 unos 000 camisas negras es-
del fascismo universal de mi juventud... esta exaltación de millones de hc,mofl"c,..i;.:... la marcha, cálculos cuidadosos indican qu~ s~ o la ~~ana del 28 de octubre.
taban realrnente en su puesto a las puertas e ama

316
317

n
NOTAS NOTAS

El general Emanue1e Pugliese, al mando de la 16.a división de infantería est aClOna_ . 15.Emilio Genti1e, Storia delpartitofascista, 1919-1922: Movimento e miiizia (Bari, La-
da en Roma, tenía a su disposición 90.000 soldados de infantería curtidos 3 d terza, 1989), p. 202. 16. [ens Petersen calcula que se dio muerte a unos 10.000 y
ballert ,ooe
~a ena, más unos 11.000 policías. Tenía además la ventaja de disponer d fu que hubo 100.000 heridos en todas las formas de conflicto civil en Italia a princi-
bi l' d . e er-
zas len a lme~ta as y b~en armadas y de líneas interiores de comunicación y de pios de la década de 1920. Kolloquien des Instituts für Zeitgeschlchte, Der italie-
defensa. Antonino Répaci, La Marcia su Roma, nueva ed. (Milan Rizzoli 1972) nische Faschismus, p. 32. Adrian Lyttelton calcula que murieron en Italia de 5~O a
6 . . '"pp.
441 Y4 :~4~4.. 2. Martín Broszat en Kolloqmen des Instituts für Zeitgeschich_ 600 personas a causa de la violencia fascista sólo en 1921. Véase Lyttelton, «Fascism
te, Det itaíienische Faschismus: Probleme und Forsehungstendenzen (Munich, 01- and Violence in Post-War Italy: Political Strategy and Social Conflict», en Wolf-
den~ourg, 1983), pp. 8-9. Hay una breve relación bien informada en inglés en gang J. Mommsen y Gerhard Hirschfeld, eds., Social Protest, Violence and Terror in
Chnstopher Seton-Watson, Italy from Liberalism to Fascism (Londres, Methuen, Nineteenth and Twentieth Century Burope (Londres, Macmillan con Berg Publis-
1967), pp. 617-629. 3. Este desfile es el terna de muchasfotografías que preten, hers para el German Historical Institute, 1982), p. 262;véase también Iens Petersen,
den mostrar la «Marcha sobre Roma». Para los incidentes véase capítulo 3, pp. 129- «Violence in Italian Fascism, 1919-1925», pp. 275-299 (esp. pp. 286-294). 17. La
1:0. .4. El año V de la era fascista comenzaba así el 28 de octubre de 1927. Emi- descripción más reciente y más convincente sobre las causas, en modo alguno ine-
ha Gentile, The Sacralízation of Poíitícs in Fascist Italv (Cambridge MA Ha vitables, por las que Hitler fue hecho canciller es Henry A. Turner, Ir., Hítíers
U' . "/, , rvar.d
nrversrty Press, 1996), pp. 90-98. 5. Mabel Berezin, Making the Fascist Self: ThirtyDaystoPower (Boston.Addison-Wesley,1996). 18.Bullock, Hitler, pp. 253
The Poíitical CultureofInterwarItaly (Ithaca, NY, Comell University Press, 1997): Y 277· 19· Bracher et al., Die nationalsozialistísche MachtergreifUng, p. 93.
P? 80, 109,111,-112 Y150;.esta exposición se repitió en 1942 en e! vigésimo aniversa- 20. Luigi Salvatorelli y Giovanni Mira, Storia d'Itaíia nel periodo Fascista (Turín,
:10 (p. 197).-"ease t.amblén también Roberta Sazzival1i,«The Myth ofSquadrisrno Einaudi, 1964), pp. 137-138. Las elecciones siguientes del 6 de abril de 1924, con los
m the Pascist Regime», Iournaí of Contem~orary History, 35:2 (abril de 2000), fascistas en el poder, no se celebraron en condiciones normales, como ya veremos.
P~.131-150. 6. La obra en que se ha examinado con mayor lucidez la recupera- 21. Adrian Lyttelton, The SeizureofPower: Fascism in Italy, 1919-1929, znd ed. (Prin-
CIOn eur?pea después.de la Primera Guerra Mundial es Charles S. Maier, Recastin ceton, Princeton University Press, 1987), aún es el análisis más ilumin"ador. La fra-
Bourgeois Eur~pe (Princeton, Princeton University Press, 1975). 7. Harold f se aparece también en el título de la obra clásica de Bracher et al., Die nationalso-
Gordon, jr., Hitler ~nd theBeerHallPutsch (Prínceton, Princeton University Press, zialistiche Machtergreifung. 22. Stanley Payne, A History oi Fascism, 1914-1945
1972). 8. Fue mientras cumplía condena durante el año siguiente en la prisión (Madíson, University ofWisconsin Press, 1995), considera que los regímenes auto-
de L~n~sberg cuando Hitler escribió Mein Kampf (Mi lucha) y empezó a crear su ritarios «sirvieron más como una barrera contra el fascismo que como una induc-
propia Imagen mítica. 9· «Queremos tornar el poder legalmente. Pero lo que ción a él» (p. 312). Véase también pp. 250, 326, 395-396 Y 492. 23. Las obras
hagamos una vez que tengamos el poder, es asunto nuestro». Goering en el Reichs- relacionadas con este y otros movimientos que se analizan en este capítulo se enu-
tag, 5 de febrero de 1931, citado en Ian Kershaw, Hitler, 1883-1936: Hubris (Nueva meran, y con frecuencia se comentan, en las referencias bibliográficas.
York, Norton,1998), p. 7°4, n. 201. Hitler amenazó. durante un juicio en Leipzig el 24. Payne, History, p. 395. 25. Entre una fina capa de adornos fascistas se inclu-
25 de sel?tiémbre de 1930 que una vez en e! poder haría «rodar cabezas». Max Do- yen el título de Antonescu de «conducator», o caudillo. 26. No mucho antes,
marus, Hítíet's Speeche~ and Prodamations, 1932-1945 (Londres, l. B. Tauris, 1990), una huelga general de los sindicatos alemanes había frustrado el golpe de Estado
p. 244· 10. La media era de sólo ocho meses y medio. Karl Dietrich Bracher de Kapp en 1920. 27. El ejemplo más célebre fue Cesad Mari, el estricto yas-
Gerhard Schulz y Wolfgang Sauer, Die nationalsozialistische Machtergreijun; cético prefecto de Bolonia que no tolero desórdenes ni de socialistas ni de fascis-
(Frank~rt /Berlfn/Viena, Ullstein, 1962), vol. 1, p. 32. 11. Mientras los nazis y los tas. Mori, al que se dieron poderes extraordinarios sobre todo el agitado valle del
c~mull1~tas. e~an l?s partidos más jóvenes en 1932,el SPD era el que tenía la direc- Po en noviembre de 1921, intentó imponer e! orden, pero su propia policía fraterni-
ción mas VIeJa. Richard N. Hunt, German Social Democracy, 1918-1933 (Chicago, zó con los fascistas y se le trasladó y luego se le destituyó. Mussolini le envió más
Quadrangle, 1970), pp. 7'-72, 86, 89-91 Y 246. 12. Erich Mathias y RudolfMor- tarde a Sicilia a reprimir a la Mafia. Christopher Duggan, Fascism and the Mafia
sey, eds., Das~nde derParteien (Düsseldorf, Droste, 1960), aún sigue siendo sólido (New Haven,Yale University Press, 1989), pp. 122-124 Ypassim. 28. Juan J. Linz,
pa,ra las reacciones de los partidos políticos a la llegada de Hitler al poder. En in- «Crisis, Breakdown, and Reequilibration»,en Juan J. Linz y Alfred Stepan, eds., The
gl~s, Do.nna .Harsch, German Social Demoeracy and the Rise of Nazism (Chape! Breakdown of Democratíc Regimes (Baltimore, Iohns Hopkins University Press,
Hill, Ull1~ersItyofNorth CarolinaPress, 1993). 13.Corran Pischer, The German 1978), pp. 66, 70 Y78. 29. William A. Renzi, «Mussolini'a Sources of Financia1
Communists and the Rise of Nazism (Nueva York, S1. Martin's Press, 1991). Véase Support, 1914-1915, History, 56:187 (junio de 1971), pp. 186-206. 30. Kol1oquien
p. 177 para la huelga del transporte. 14. Kershaw, Hitler: Hubris, p. 368. des Instituts für Zeitgeschichte, Der italienische Faschismus, p. 62. Cf. el término

318 319
NOTAS NOTAS

comparable «compromesso autotítario» para las opciones de Mussolini en el íru- book (New Brunswick, NJ, Athlone, 2000). KIemperer es más conocido por su con-
portante artículo del difunto Massimo Legnani, «Systema di potere fascista, movedor diario en el que explica cómo soportó su condición de judío casado con
co dominante, alleanze sociali», en Angelo Del Boca et al.Jl regime fascista, pp. 4i8:-- una mujer no judía en Alemania. 41. La cifra oficial de muertos fue de 85, 50
426. 31. Capítulo 1, p. 61-62. 32. Hannah Arendt, Origins of'Iotalítaríanem, de ellos miembros de las SA, pero jamás será posible hacer un balance exacto.
segunda edición ampliada (Nueva York, Meridian Books, 1958), p. 375. 33. Kershaw, Hitler:Hubris, p. 517. 42. Véase capítulo 5, pp. 178-179. 43· Adrian
Henry A. 'Iurner; Big Business and the Rise of Hitler (Nueva York, Oxford Univer- Lyttelton, «Pascism: The Second Wavc», in Walter Laqueur and George 1. Mo~se,
sity Press, 1985), pp. 95-99, 113-115, 133-142, 188, 245, 279-281, 287, muestra que.Ia eds., InternationalFascism: 1920-1945 (Nueva York, Harper, 1966), pp. 75-100, rerm-
preocupación de la mayoría de los financieros y empresarios por el radicalismo presión de Ioumol of Contemporary History 1:1 (1966). 44. Pierre Milza, Mus-
e.conómi~o nazi aumentaron en 1932. 34. Federico Chabod, A History of Ita- sa/ini (París, Fayard, 1999), p. 307. 45. lbid., p. 33'. 46. Se incluyen e~tre
han Pascism (Nueva York, Howard Fertig, 1975), p. 43 (orig: pub. 1950). «El miedo ellos S~landra, Giolitti y el poderoso Corriere de La Sera de Milán, pero el Vatica-
puede ser también retrospectivo». 35. El KPD fue el único partido alemán cu- no y algunos industriales advirtieron que si se deponía a Musso~ni aumentarla el
y?S votos aumentaron sin interrupción desde diciembre de 1924 (9 por 100) a no- desorden. Seton-Watson, ltaly; pp. 653-657. 47. A este gesto mfructuoso le lla-
viembre de 1932 (17 por 100), época en que los votos del SPD habían caído desde maron la «secesión del Aventino», aludiendo a los representantes de la plebs roma-
un máximo de aproximadamente 30 por lOO en 1928 a aproximadamente Ull21 na que se refugiaron en la colina del Aventino en 494 a. C. ante la opresión patri-
por 100. 36. Roberto Vivarelli, en KoIloquien des Instituts für Zeitgeschíchte, cia. Divididos en socialistas, Popolari y algunos liberales, apelaron a un retorno a
Der italienische Faschismus, p. 49. VivareIli ponderó estos dos procesos mucho más la legalidad pero no fueron capaces de ponerse de acuerdo para ninguna actua-
por extenso en Ilfallimento del Liberalismo (Bolonia, II Mulino, 1981). La revisió:rt" ción. 48. Véase capítulo 3, pp. 116-117. 49. Véase capítulo 6, p. 226-~27.
más reciente de la relación entre el fascismo y la Italia liberal es Paul Cerner, «The 50. Una propuesta interesante para crear una categoría adicional, a medio cammo
Road to Fascism: An Italian Sonderweg?», Contemporary European Histcry; 2:2 entre conservadurismo y fascismo, de regímenes conservadores que aplastan los
(2002), pp. 273-295. 37. El gabinete de Hitler del 30 de enero de 1933, sólo.in- movimientos fascistas de base pero toman prestados algunos de sus instrumentos,
c~uía otros dos nazis: el ministro de Economía Walter Punk y el ministro del InÚ~:­ es Gregory J. Kasza, «Pascism from Above? Iapan's Kakushin Right in Compara-
flor Hermann Goering (un cargo vital, ya que controlaba a la policía; Goering era tive Perspective», en Stein Uge1vik Larsen, ed., Fascism Outside Europe (Bouleler,
también ministro-presidente del mayor Estado de Alemania, Prusia). El gabinete CO, Social Science Monographs, 2001), pp. 183- 23 2. Véase también a~tes, not.a ~2.
~e Mu~s~lini de130 de octubre de 1922 incluía sólo a otros tres fascistas, junto con 51. «Soy totalmente opuesto a cualquier tentativa de exportar el naclOnalsoClali~­
SIetemnustros de otros partidos (un liberal, un nacionalista, tres demócratas y dos mo». Hitler'sTable Talk, trad. Norman Cameron and R. H. Stevens (Londres, Wel-
Popolari [demócrata cristianos], dos militares y el filósofo Giovanni Centíle). denfeld y Nicolson, 1953), p. 490 (entrada correspondiente al 20 de mayo de 1942).
Mussolini, que se hizo cargo personalmente de los ministerios vitales del Interior 52. Robert O. Paxton, Vichy France: Old Guard and New Order,el znd ed. ~Nueva
y de Asuntos Exteriores, tenía más poder dentro de su gobierno al principio que York, Columbia Uníversity Press, 2001), pp. 267,325. 53. Fueron aproXlll1~a­
Hitler. Véase Lyttelton, Seizure, 96,457. 38. Fritz Tobias, Der Reichstagsbrand: mente 2.500 belgas los que sirvieron en la Légion Wallonie de Degrelle en RUSIa en
Legende und Wirklichkeit (Rastatt-Baden, Grote, 1962), y Hans Mornmsen, «The 1943 y 1944; unos 1.100 de los 2.000 enviados al frente en noviembre de 1943 u - n:
Re~chstag Pire a~d Its Politícal Consequences», en Hajo Holborn, ed., Repubíicta rieron entre ellos su comandante, Lucien Lippert. Martín Conway, Collaooration
Reich: The Makmg of the Nazi Revolution (Nueva York, Panthecn, 1972), pp. 129-:- in Bel;ium: Léon Degrelle and the Rexist Movement (New Haven, Yale University
222, y en Henry A. Turner Ir., Nazism and the Third Reich (Nueva York, Frankliri Press, 1993), pp. 220 Y244. 54. El único dirigente fascista europeo que comba-
Watts, 1972), pp. 109-150 (orig. pub., 1964). 39. Sebastian Haffner, DeJYing Hi- tió en persona en el frente oriental fue [acques Doriot, que acompañó a un~s
tler: A Memoir, trad. del alemán por Oliver PretzeI (Nueva York Farrar Straus and 6.000 franceses más en la semioficial Légion des Volontaires Contre le Bolchevis-
Giroux, 2002), hace una estremecedora descripción de estas esc~nas se~n el testi- me. Philippe Burrin, La derive fasciste: Doríot; Déat Bergery: 1933-1945 (París,
J

monio de un joven magistrado que más tarde emigró. 40. Victor Klempereo Seuil,1986), p. 431. 55. Véase capitulo 3, pp. 116-117, 56. [ohn R. Lampe,.Yu-
profesor de francés en Dresde, tomó notas regularmente de la degradación del goslavia as History: Twice There Was a Country, znd ed. (Cambndge, Cambndge
lenguaje nazi y las reunió en un texto que tituló LTI, Lingua tertii imperii, 'la len- University Press, 2000), p. 440. 57. Burrin, La Derive~asciste, .pp. 451-454, lla~a
gua del Tercer Imperio; la grandilocuencia inflada pero vacía que tanto estimab-an a los franceses ultras colaboracionistas corno Déat y Donot fascistas «secundarios
los propagandistas nazis y que no es ya algo específico del fascismo: Klemperer- o derivados» porque carecían del afán de expansión a través de la guerra co:nún a
The Language of the Third Reich: LTI, Lingua tertii imperü: A Philologist's Mussolini y a Hitler. 58. Véase capítulo 2, pp. 82-90. 59. Peter Baldwín, The

320 321
NOTAS NOTAS
a
Politics of Social Solidarity: Class Bases of the European Welfare State (Cambridge, t[üa (Roma, La Nuova Italia Scientíñca.acos), pp. 83,136 Y180. la. Una conclu-
Cambridge University Press, 1990). 60. Véase capitulo 3, 'pp. 120-121. 61. ~1.~;ión .instigada. por al~os,estudios c~~t~rales que examinan al campesinado sin
Una penetrante relación de las acciones de los conservadores en Italia en 1920-1922 I.:,~onslderar su influencia. Vease un análisis más completo en el capítulo 7, pp. 249-
en función de la disminución de alternativas es Paolo Farneti, «Social Conflict, 1~251. 11. Ernst Fraenkel, The Dual State (Nueva York, Oxford, 1941). 12. La
Parliamentary Fragmentation, Institutional Shíft, and the Rise of Fascism: Italy», i,~,coexistencia dentro del régimen nazi de una puntillosidad legalista con la ilegali-
en Juan J. Linz y Alfred Stepan, eds., The Breakdown of Democratic Regimes: Euro- ~"dad escandalosa nunca deja de asombrar. Todavía en diciembre de 1938 algunas
pe (Baltimore, Iohus Hopkins University Press, 1978), pp. 3-33. 62. «Esas fue- ~;Lvíctimas judías de la violencia individual y no autorizada nazi pudieron conseguir
ron las condiciones que hicieron posible la victoria fascista», escribe Adrian Lyt- I~--que ,la policía alema~a detuviera a sus agresores y que los tribunales alemanes les
telton, «pero no la hicieron inevitable) (Seizure, p. 77). Véase también Turner, lii..casngaran en el ?reClS0 momento en que estaba aumentando la violencia autori-
Hitler's Thirty Days. i'g\'zada contra los judíos. Como recordaba años más tarde un superviviente, «en el
~\t'Tercer Reich los crímenes no oficiales estaban prohibidos». Eric A. Iohnson, Nazi
~~-rerror: The Gestapo, fews, and OrdinaryGetmans (Nueva York, Basic Books, 1999),
4. EL EJERCICIO DEL PODER ~(pp. 124-125· 13. Ian Kershaw, Hitler 1936-1945; Nemesis (Nueva York, Norton,
l~r2000). p. 253· 14. La persistencia en la Alemania nazi de un «Estado normati-
1. Franz Neumann, Behemoth: The Structure and Practice oI National Socialism, ~)VO») no debería considerarse nunca que exonerase a todos sus funcionarios, que, en
1933-1944, and ed. (Nueva York, Oxford University Press, 1944), pp. 291 Y396-397. Ipa práctica (y especialmente despues de iniciarse la guerra), podían actuar tan
2. Karl Dietrich Bracher, The GermanDictatorship: The Origins, Struaure, and Ef- Ihruel y arbitrariamente como los órganos «paralelos». Véase, por ejemplo, Niko-
fects ofNational Sociulism, trad. del alemán de [ean Steinberg (Nueva York, Prae- ~~!'laus wachsmann, «"Annihilation through Labour": 'Ihe Killing of State Prisoners
ger,1970) (orig. pub. 1969), p. 492. 3. Martin Broszat, The Hitler State: The I;'in the Third Reich», four?al of Moder~ History 71 (septiembre de 1999),.pp. ~27­
Foundation and Development of the Internal Structure of the ThirdReich, trad. del W:~~628, 659. Se aportan también muchos ejemplos en Robert Gellately, Backing Hitler
alemán por Iohn W. Hiden (Londres, Longman.ccsr) (orig. pub. 1969), p. 57. .ff!! (Nueva York, Oxford University Press, 2001). La vieja diferenciación autoexculpa-
4. Hans Mommsen, «Zur Verschrank.ung traditionellen und faschistischen Püh- :I~~:toria entre el Ejército profesional «correcto» y la criminal SS ha sido también re-
rungsgruppe in Deutschland beim übergang von der Bewegungs zur System- ~J,~atida por Omer Bartov en las obras citadas en el capítulo 5, nota 79. 15.Sobre
phase», en DerNationaisozialismus und die deutsche Gesellschaft, ed. Lutz Nietham- 'WJa utilidad de la emergencia nacional para los dictadores, véase Hans Mommsen,
;,~)i'
mer y Bernd Weisbrod para el sesenta cumpleaños de Mommsen (Reinbeck bei 1,';«Ausnahmezustand als Herrschaftstechnik des NS-Regimes», en Manfred Punke,
Hamburg, Rowohlt, 1991),pp. 39-66 (citas de pp. 39, 40 yso). 5. «Sulle origini li,~d., Hitler, Deutschland und die Mtichte (Düsseldorf, Droste, 1976). 16. Emilio
del movimento fascista», Occidente, 3 (1954), p. 306, reimpreso en Opere di Gaeta- ~i:::pentile, «The Problem oí the Party in Italian Pascism», Journal of Contemporary
no Saívemíni; vol. VI: Scrittisul fascismo, vol. III (Turín, Giulio Einaudi, 1974), p. 1~:Jíistory,.I~:7 (abr~ de 1984): p~. 251-274. 17. Sigu~ sin estar claro lo que signifi-
439. Salvemíni hace hincapié aquí en las raíces múltiples y las etapas sucesivas del ~~::,can las iniciales, SI es que significan algo. Para trabajos sobre la OVRAy los orga-
fascismo. 6. Alberto Aquarone, L'organizzazione dello Stato totalitario (Turín, ~tilismos represores fascistas, véanse las referencias bibliográficas, pp. 269-270.
Einaudi. 1965), pp. 271 Y302. Era, dice Curzio Malaparte, burlonamente, «un Go- :'ir~8. El Istituto per la Ricostruzione Industriale, la sociedad de cartera del Estado
bierno liberal administrado por fascistas» (p. 247). 7.Wolfgang Schieder, «Der ~\;~eada para salvar industrias y bancos con problemas en enero de 1993.Véase Mar-
Strukturwandel der faschistischen Partei Italiens in der Phase der Herrschaftssta- jij:,GO Maraffi, Politica ed economica in Italia: Le vícende dell'impresa pubblica dagli
bilisierung», en Schieder, ed., Faschísmus als soziale Bewegung: Deutschland und 1'19nni Trenta agli anni Cinquanta (Bolania, Il Mulino, 199?). 19. Gentile, La vía
ltoliením Vergleich, 2.' ed. (Gotinga, Vandenhoeck und Ruprecht, 1983), esp. pp. 71 'fI.}italiano, P.l85: la «aceleración del proceso totalitario». Gentile no utiliza, sin em-
Y90. Estos temas los abordan de nuevo Iens Petersen y Wolígang Schieder en Ko- ill::?argo, el modelo del «Estado dual». 20. Doris 1. Bergen, Twisted Cross: The
lloquien des Instituts für Zeitgeschichte, Der italienische Fascismus: Probleme und 1;,(Jerman Christian Movementin the Third Reich (Chapel Hill, University of North
Forschungstendenzen (Munich, Oldenbourg, 1983). 8. Massimo Legnani, «Sis- It9arolina Press, 1996); para tres «teólogos [luteranos] inteligentes, bien intencio-
tema di potere fascista. bloceo dominante. a1leanze sociali: Contributo a una dis- ':lp.ados y respetables» cuyo nacionalismo les reconcilió con el régimen, véase Ro-
cussione», en Angelo Del Boca, Massimo Legnani y Mario G. Rossi, eds., 1lregime J1:,bert P.Ericksen, Theologians Under Hitler (New Haven, YaleUniversity Press, 1985)
fascista: Storia e storiografia (Bari, Laterza , 1995), pp. 4'4-445 (cita p. 415). :ll!{(~ita en p. 198). 21.Carl J. Friedrich y Zbigniew K. Brzezinski, Totalitarian Dic-
9. Emilio Gentile, La vía italiana al totalitarismo: 11 partitoe lostato nelregime fascis- 1~~9-torshiP and Autocracy, znd ed. (Nueva York, Praeger, 1965), cap. 6. 22. Para

I~'
1".':'',,
322 323
.!;.
..

JI
NOTAS NOTAS

un vivido ejemplo local de cómo los católicos alemanes rechazaron algunas prác- versity press, 1969). 34. Circular del 5 de enero de 1927, citado in Aquarone,
ticas nazis concretas que invadían el «terreno» parroquial sin desafiar al régimen L'organizzazione. pp. 485-488. 35. Véase la obra iluminadora de Victoria De
mismo, véase Ieremy Noakes, «The Oldenburg Crucifix Conflict», en Peter D. Sta- Grazia,The Cultureof Consent: MassOrganization of Leisure in Fascist Italy (Cam-
chura, The Shaping of the Nazi State (Londres, Croom Helm, 1978), pp. 210-233. bridge, Cambridge University Press, 1981). 36. Broszat, The Hitler State,
23· Martin Broszat tomó prestado el término médico alemán Resistenz para indi- pp. 218-219· 37. Gentile,La vía italiana, pp. 177, 179 Y183. 38. Martin Clark,
car un tipo de impermeabilidad negativa a la influencia nazi (como en el caso de Modern Italy, 1971-1982 (Londres, Longman, 1984). p. 237· 39· Broszat, Hitler
las iglesias, por ejemplo), que no debe confundirse con el tipo de oposición más State, pp. 199-201. 40. En las referencias bibliográficas, pp. 271-273, se revisa la
activa Widerstand, u oposición positiva. Para esta diferenciación, véase Ian Ker- literatura que trata de este punto controvertido. 41.R. J. B. Bosworth, The Ita-
shaw, 'DIe Nazi Dictatorship: Problems and Perspectives of lnterpretation (Londres, lian Dictatorship (Londres, Arnold, 1998), pp. 31, 81,comenta que ningún estudio
Edward Aruold, 1989), p. '5'. 24. A1f Lüdtke, en Herrschaft als sozialer Praxis, similar a Peterson, Limits, analiza la torna de decisiones en la Italia fascista y los lí-
Veroffentlichen des Max-Planck-Instituts für Geschichte #91 (Gotinga, Vanden- mites de las pretensiones de Mussolini de un control total. 42. El término lo
hoeck y Ruprecht, 1991),pp. 12-14,toma «apropiación» de Max Weber, Marx, E. P. inventó Max Weber, que diferenció entre autoridad burocrática, patriarcal y caris-
Thompson y Pierre Bourdieu. Yo la tomo de mi experiencia personal, pues cuan- mática, las dos primeras estables y basadas en la racionalidad económica, cada una
do tenia trece años ayudé a mis camaradas a convertir un programa de acampada a su manera, y la tercera inestable y al margen de cualquier estructura formal o ra-
de fin de semana de unos bien intencionados boy scouts en algo más parecido a El cionalidad económica. El carisma se apoya en la fama de un dirigente de poseer
señor de las moscas. 25. En las referencias bibliográficas, pp. 269-270, se men- poderes personales extraordinarios que deben reafirmarse constantemente ,con
ciona importante literatura sobre el fomento de las denuncias por parte de los re- resultados. Weber tomó el término de la palabra griega para el concepto cristiano
gímenes fascistas. 26. Geoffrey G. Giles, «The Rise of the NS Students' Asso- de gracia. Véase From Max Weber: Essays in Sociology, trad., ed., e introducción de
ciation», en Peter D. Stachura, ed., Shaping, pp. 160-185,Y Students and National Haus H. Gerth y C. Wright Milis (Nueva York, Oxford Uuiversity Press. 1946),
Socialism (Princeton, Princeton University Press, 1985),pp. 168, 175-186, 201Y228. pp. 79-80, 235-252Y295-296. 43. Funcionarios del Partido Fascista Italiano lle-
Hay abundante detalle en Helma Brunck, Die deutsche Burschenschaft in der vvei~ garon realmente a analizar los problemas constitucionales que planteaba la suce-
marRepublik und im Nationalsozialismus (Munich, Universitas, 1999). 27.véa- sión del Duce. Discutieron, por ejemplo, si el título pasaba con el cargo o pertene-
se más en capítulo 4, pp. 163-164Ycapitulo 6, pp. 179-181, 28. Tracy Koon, Re- cía personalmente a Mussolini. Gentíle, La via italiana, pp. 214-216. Sólo Hitler
lieve, Ohey, Fight: Political Socialization of Youth in Fascist Italy (Chapel HiII, podía evocar su propia sucesión. Véase Zítelmann, Selbstverstiindnis, pp. 393Y396.
University of North Carolina Press, 1985), p. 248, da ejemplos de los años de gue- ~H. Para los muchos admiradores estadounidenses de Mussolini en la década de
rra. Agradezco a Luciano Rebay sus recuerdos personales sobre este punto. 1920,véase Iohn P. Diggins, Mussolini and Fascism: TheViewfrom America (Prin-
29·Véase capítulo 4, pp. 146-147. 30. Michael Burleigh y Wolfgang Wippermann, ceton, Princeton University Press, 1972). Para admiradores británicos como Ocor-
TheRacialState: Germany 1933-1945 (Cambridge, Cambridge University Press, 1991). ge Bernard Shaw y el antiguo primer ministro David Lloyd George, y muchos
P.353, n. 1, aboga, convincentemente, por un estudio antropclógicamente más in.. otros europeos, véase Renzo De Pelice, Mussolini il Duce, vol. 1: Gli anni del con-
formado de cómo los regímenes fascistas interactuaron con los grupos socialesy senso, 1929~1936 (Turín, Einaudi, 1974), pp. 541-587. 45· Véase capítulo 4,
profesionales. 31, Hannah Arendt, Origins, pp. 389-390, 395, 398 Y 402. Ella pp. 149-151. 4 6. Los mejores estudios de la opinión pública en la Alemania nazi
atribuye «amorfia» a Franz Neumann, Behemoth. Broszat revivió el término en y en la Italia fascista se analizan en las referencias bibliográficas, pp. 275-277·Jo-
TheHitlerState. p. 346. Salvatore Lupo, Il fascismo: La politica in un regime totali- seph Nyomarkay, Charisma and Factionalism in the Nazi Party (Minneapolis, Urii-
tario (Roma, Donzelli, 2000), señala el «frenesí de movimiento perpetuo» de la. versity of Minnesota Press, 1967), sostienen que el Gobierno carismático impidió
Italia fascista, citando a Arendt (p. 30). 32. Esto puede explicar la curiosa vaci- a las facciones del partido unirse en una auténtica oposición. 47· Kolloquien
lación del rey y de los dirigentes políticos conservadores y liberales sobre si depo- des Instituts für Zeitgeschichte, Deritalienische Faschismus, p. 59· 48. El térmi-
ner o no de su cargo a Mussolini en junio de 1924 después del asesinato de Matteot- no se utilizó por primera vez en 1969 en Broszat, Hitler State, p. 294, Ylo desarro-
ti. Véase capitulo 3, pp. 129-131, 33. Iens Petersen llegaba al extremo de hablar lió más plenamente Peter Hüttenberger, «Natíonalsozialistische Polykratie», Ces-
de un sistema de facto de «controles y equilibrios» en la Italia fascista. Kolloquien chíchte und Gesellschaft, 2:4 (1976), pp. 417-472. Véase además a Hans Mommsen
des Instituts für Zeitgeschichte, Der italienische Faschismus, p. 25. El sistema nazi en muchas obras, entre ellas From Weimar toAuschwitz (Cambridge, Cambridge
estaba más claramente dominado por Hitler y los militantes del partido, Universlty Press, 1991),y Gerhard Hirschfeld y Lothar Kettenacker, eds., DerFüh~
ase Edward N. Peterson, The Limits of Hitler's Power (Princeton, Princeton rerstaat: Mythos und Realitat (Stuttgart, Klett-Cotta, 1981).Para comparaciones in-

324
NOTAS NOTAS

teresantes Philippe Burrin, «Politique et socíété: Les structures du pouvoir d 180 Y254, en la aspiración del régimen fascista de construir un Estado plenamente
l'Italie fasciste et rAllemagne ~azi~)~, Annales: Économies. Sociétés, Civilisations,a:; totalitario, aunque hasta él reconoce que se mantuvo «incompleto» en la práctica.
(1988), pp. 615-637. Para la aplicabilidad de este concepto a la Italia fascista vé El totalitarismo se aborda en el capítulo 7. 58. Adrian Lyttelton, Seizure, pp. 127
el debate iluminador de Kolloquien des Instituts für Zeitgeschichte Der '.ta'I" a~e y 273. 59. «Radicals» citado por Clark, Modern Italy, p. 259. Clark considera
. ' enlS-
cheFaschismus, sobre todo los comentarios de Iens Petersen y Wolfgang Schieder que este juicio es válido para las más altas instituciones políticas, pero que en la
49. Hans Mommsen utilizó por primera vez el término «dictador débil» en Bea ., Italia fascista había mucho más que era nuevo. 60. Véase capítulo 2, pp. 81-82.
tentum im DríttenReich (Stuttgart, Deutsche Verlags-Anstalt, 1966),p. 98, n. 26.;n 61.Véase capítulo 2, p. 84, Y capítulo 3, pp. 120-121. 62. La requisa de obras de
extensos escritos suyos posteriores sobre el sistema de gobierno nazi (Herrs_ arte en los territorios conquistados por los dirigentes nazis y por los museos na-
chaftssystem), Mommsen dejó claro que consideraba que Hitler poseía poder «ili, cionales alemanes proporcionó algo que hacer después de 1939al profeta místico
mitado» hasta un grado «raro en la historia», pero que loejerció de un modo caó- subempleado Alfred Rosenberg. Las rivalidades y la búsqueda de puestos en torno
tico que privó a la Alemania nazi de las principales características de un Estado a Rosenberg fueron un ejemplo clave en el desarrollo de la interpretación «poli-
decír.I
ecir, a capacildada para examinar opciones libremente y elegir racionalmente en- .cs crática» del Gobierno nazi. Véase Reinhard Bollmus, DasAmt Rosenbergund seine
tre ellas. Véase, por ejemplo, Mommsen en «Hitler's Position in the Weimar Sys~ Gegner: Zum Maehtkampf im nationalsozialistichen Herrsehaftssystem (Stuttgart,
tem», From Weimar to Ausehwitz (Princeton, Princeton University Press, 1991), Deutsche Verlags-Anstalt, 1979). 63. Véase capitnlo 3, p. '3'. 64. Emilio
pp. 67 Y75· Para la progresiva «Entstaatlichung» (perdida de «estatalidad») del sis- Gentile, Le origini dell'ideologia fascista (1918-1925), 2.a ed. (Bclonia, Il Mulino,
tema nazi, véase Mommsen, «Nationalsozialismus als vorgetauschte Modernisie. 1996), pp. 335-348 (el-arinacci e I'estremísmo intransigente»]. En inglés véase
rung», en Lutz Niethammer y Bernd Weisbrod, eds., DerNationalsozialismus und Harry Pornari, Mussolini's Gadfly: Roberto Farinacci (Nashville, TN, Vanderbilt
die deutsche Gesellschaft: Ausgewiihlte Aufsiitze (Reinbeck bei Hamburg, Rowohh, University Press, 1971). 65. Véanse las referencias bibliográficas, pp. 270-271.
1991), p. 409· 50. Ian Kershaw. Hitler 1889-1936: Hubris (Nueva York, Norton, 66. Hans Buchheim, «The SS-Instrument of Domination», en Helmut Krausnick,
19?9),.cap.13, «Working Toward the Fuhrer», pp. 527-591. 51. Rundsehau, la pu- Hans Buchheim, Martin Broszat y Hans-Adolf Iacobsen, eds., Anatomy 01the SS
blícación en lengua alemana de la Internacional Comunista, 12 de abril de 1933, ci- State, trad. del alemán por Richard Barry, Marian Iackson y Dorothy Long (Nue-
tado en [ulius Braunthal, History01the lnternatíonol, 1914-1943 (Nueva York, Pra- va York, Wa1ker,1968), pp. 127-301, un estudio del sistema policial nazi preparado
eger, 1967),vol. II, p. 394. 52. Karl Dietrich Bracher, Wolfgang Sauer y Gerhard para el juicio de un grupo de guardias del campo de exterminio de Auschwitz en
Schulz, Die nationalsozialistiehe Machtergreifung (Colonia y Opladen, Westdeut- 1963,continúa siendo el trabajo más autorizado. 67. Gellately, BaekingHitler;
cher Verlag, 1960), p. 219. 53. Una excelente introducción a las complejas acti- pp. 34-36, 87-89 Y258. 68. Ibid., p. 43. 69. Ibíd., p. 31. 70. Sólo uno de
tudes de los conservadores hacia Hitler y su fracaso en la tarea de controlarle es [e- los 122jueces pertenecientes a diversas secciones del Tribunal Supremo de Alema-
rerny Noakes, «Germen Conservatives and the Third Reich: An Ambiguous nia era socialdemócrata, y sólo otros dos eran miembros del Partido Nazi. La ma-
Relatíonship», en Martín Blínkhom, ed., Fascists and Conservatives (Londres, yoría de los jueces eran nacionalistas conservadores. Ingo Müller, Hitler's lustice:
Alíen and Unwin, 1990), pp. 71-97. 54. Albert Speer, justo cuando iniciaba su The Courts of the Third Reich, trad. Deborah Lucas Schneider (Cambridge, MA,
brillante carrera como-arquitecto de Hitler con el encargo de transformar las ofi- Harvard University Press, 1991), p. 37· 71.Lothar Gruchmann.justía im Dritten
cinas del vicecanciller en el cuartel general de la SA, recordaba haber desviado la Reich: Anpassungund Unterwerfung in der Ara Gtmnes; 2.a ed. (Munich,Olden-
vista de un gran charco de sangre seca que había en el suelo en el despacho de Her- bourg, 1990). 72. Guido Neppi Modona, «La magistratura e il fascismo», en
bert van Bose, un ayudante de Von Papen. Speer, Inside the Third Reich, trad. del Guido Quazza, cd., Fascismo e societa italiana (Turín, Einaudi, 1973),pp. 125-181.
alemán por Richard y Clara Winston (Nueva York,Macmillan, 1970),p. 53. 55.Un 73. Robert N. Proctor, The Nazi War on Caneer (Princeton, Princeton University
examen reciente de este complejo asunto es Gerd P. Ueberschar, «General Halder Press, 1999), muestra que la campaña antitabaco nazi pudo estar instigada al mis-
and the Resistance to Hitler in the German High Command, 1938-1940: European mo tiempo por la excelente investigación médica de Alemania y por la hipocon-
Hístory Quarterly, 18:3 (julio de 1988), pp. 32'-34'. 56. Norman Rich, Hitler's dria personal y la chifladura dietética de Hitler (era vegetariano y llamaba al caldo
WarAims, vol. II: TheEstablishment ofthe New Order (Nneva York, Norton,1974), de carne «té de cadáver»). 74.La frase «matanza medicalizada» está en Robert
p.p. 60 Y278. Ribbentrop estaba defendiendo con estos nombramientos su impe- Iay Lífton, TheNazi Doctors: Medical Kílling and thePsychology of Genocíde (Nue-
no contra el cuerpo diplomático por una parte y contra los agentes de su archirri- va York, Basie Books, 1986),p. 14.Véase también Michael Kater, Doctors Under Hit-
val Hirnmler por otra. 57. Arendt, por ejemplo (véase capítulo 7, nota 34). ler (Chapel Hill, University ofNorth Carolina Press, 1989). 75. Edward Ross
Emilio Gentile, sin embargo, insiste en La vía italianaal totalitarismo, pp. 67,136, Dickinson, The Polítics of German ChíldWelfare from theEmpire to theFederal Re-

326 327
NOTAS NOTAS

public (Cambridge, MA, Harvard University Press, 1996), pp. 204-220 (cita en Mussoíini, p. 62. 90. Esta votación se aproximó más a un plebiscito que algu-
p.211). 76. Gellately, BackingHitler, pp. vii, 51-67, 75, SO-S3 Y263. 77. Véase nas elecciones: los ciudadanos sólo podían votar «sir o «no» a toda la lista. Aun así,
capítulo 3, nota 77· 78. Véase capítulo 3. nota 16. 79. Eltexto clásico sobre participaron e189,63 por 100 de los que podían hacerlo y sólo 136.198 de ellos (2
esta experiencia es Carlo Levi, ChristStoppedat Eboli (Nueva York, Farrar, Straus, por 100) votaron «no». 91. Véanse las obras de MacGregor Knox que se anali-
1963). 80. Entre 1926 y 1943, el Tribunale Speciale per la Difesa Delia Stato in- zan en las referencias bibliográficas, pp. 278-279. 92. Marlis Steinert, Hitler's
vestigó 21.000 casos y condenó a unas 10.000 personas a la diversas penas de cér- War and the Germans (Athens, OH, Ohio University Press, 1977). 93. La pelí-
cel (Jens Petersen, Kolloquien des Instituts für Zeitgeschichte, Der italienische Fas- cula alemana Die Kinder aus Nr. 67 (Los niños del n.c 67) (1980) muestra sutil-
chismus, p. 32). Las cifras de condenados a muerte, que eran principalmente mente como los chicos y chicas de un edificio de apartamentos de clase obrera de
separatistas croatas y eslovenos, son de Petersen, confirmadas por Guido Melis en Berlín se adaptaron a la recientemente obligatoria Juventud de Hitler en la prima-
Raffaele Romanelli, ed., Storiadello stato italiano dall'unita a oggi (Roma, Donze, vera de 1933 bajo la múltiple influencia de la atracción, la presión de los pares, los
lli, 1995), p. 390. Sin embargo Italia tenía más de 50 campos prisión en 1940 M 45, valores de los padres y la coerción. 94. Las memorias de Melitta Maschmann,
e! mayor de los cuales estaba en Ferramonti di Tarsia, en Calabría. Véase Bos- AccountRendered (Londres, Abelard-Schunun, 1965) son elocuentes a ese respec-
worth, Dietatorship, p. 1, YI, Walston, «History and Memory of the Italian Con- to. 95. Un joven alemán confesaba: «Es realmente agradable poder pegar sin
centration Carnp», Historical]ournal, 40 (1997), pp. 169-183. 81.Paolo Ungari, que te peguen». Michael Burleigh, The Third Reich: A New History (Nueva York,
Alfredo Rocco e l'ideologia giuridica delfascismo (Brescia, Morcelliano, 1963), p. 64. Hill and Wang, 2000), p. 237.El breve ensayo imaginaría de Iean-Paul Sartre «Len-
Roceo, un compañero de viaje nacionalista, adoptó ya esta posición antes de 1914 fance d'un chef» evoca plausiblemente la trayectoria de un abusón adolescente
cuando era un joven profesor de Derecho. 82. Aunque Hitler se abstuvo de hasta el fascismo. 96. Para la inmensa literatura sobre éste y otros debates so-
utilizar gas tóxico en acciones de guerra, Mussolini utilizó contra libios y etíopes. bre las mujeres bajo el fascismo) véanse las referencias bibliográficas, pp. 272-275·
n
Véase Angelo Del Boca, 1 Gasdi Mussolini: fascismo e ilguerra d'Etiopia (Roma, 97. La joven sonriente de uniforme fascista con su cigarrillo en la cubierta de Vic-
Editare Riuniti, 1996). Mussolini encerró también en campos de concentración a toria De Grazía, How Pascism RuledWomen (Berkeley y Los Angeles, University of
tribeños senusis en Libia. Para otras obras sobre el imperio colonial italiano, California Press, 1992), muestra perfectamente esas ambigüedades. 98. M.
véanse las referencias bibliográficas. 83. Iohnson, Nazi Terror, pp. 46-47 Y 503- Carli, Fascismo intransigente: Contributo alta fondazione di un regime (Florencia,
504· Colonia, con tres cuartos de millón de ciudadanos (sin contar una población R. Bemporad e Fíglio, 1926), p. 46, citado en Norberto Bobbío, «La Cultura e il fas-
adicional de trabajadores extranjeros) tenía) en 1942, 69 agentes de la Gestapo. cismo», en Guido Quazza, ed., Fascismo e societa italiana (Turtn, Einaudi, 1973),
Para el importante papel que jugaron en la aplicación de las leyes nazis las denun- p. 240, n. 1. 99. Ibid., p. 240. 100. E. g., el médico y pintor Carlo Levi, cuyo
cias voluntarias, véanse las referencias bibliográficas, pp. 230-231. 84. Tim Ma- ChristStopped at Eboli, escrito durante su «confinamiento. en un pueblo de mon-
son} «The Containment of the Working Class», en Iane Caplan, ed., Nazism, Pas- taña del sur del país) es una de las obras maestras de la literatura italiana moder-
císm, and the Working Class: Essays by Tim Mason (Cambridge, Cambridge na. 101. E. g., los hermanos Rosselll, Giovani Amendola, y Piero Gobetti.
University Press, 1995) p. 238. 85. Giulio Sapelli, ed., La classe operaria duran- 102.Véase capítulo 1, nota 105. 103.Sandrine Bertaux, «Démographie, statístí-
te íí fascismo (Milán) Annali della fondaziorte Giangiacomo Peltrinelli, 20.0 año, que, et fascisme: Corrado Gini et I'ISTATJ entre Science et Idéologie», Roma Mo-
1979-1980), aborda esta cuestión para Italia. 86. Véanse las referencias biblio- derna et Contemporanea, 7:3 (septiembre-diciembre de 1999), pp. 571-598.
gráficas. 87· Sebastian Haffner, DefyingHitler (Nueva York, Farrar, Straus, Gi- 104. Gabriele 'Iuri, Il fascismo e il consenso degli intellettuali (Bolonia, Il Mulino,
roux, 2000), pp. 257 Y ss. Haffner escapó a Inglaterra en 1937y escribió sus memo- 1980), pp. 59 Y 63.Fascistas radicales protestaron por su presencia. 105·Bobbio,
rias un año después. 88. No era esta la opinión general en Italia durante los «La Cultura», p. 112. Tres de ellos colaboraron también en la Enciclopedia (Turi, Il
primeros veinte años que siguieron a la liberación, en que prevaleció una idea [ascísmo, p. 63). 106. Monika Renneburg y Mark WaIker, eds., Science, Techno-
poco exagerada de la resistencia Italia. Cuando Renzo De Felice defendió la tesis logy, and National Socialism (Cambridge, Cambridge University Press, 1994).
del consenso en Mussolini il Duce, vol. 1: Gli anni del consenso (Turfn, Einaudí, 107.[ohn 1. Heilbron, TheDíiemmasof an Upright Man: MaxPlanck asSpokesman
1974), provocó una violenta polémica. Los mecanismos fueron examinados por for German Science (Berkeley y Los Ángeles) University of California Press, 1~86?
Philip V. Cannistraro, La fabbricca del consenso: Fascismo e mass media (Bari, La- lOS. [erry Z. Muller, The Other God that Fai/ed: Hans Freyer and the Deradícaíi-
lerza, 1975),y los resultados verificados por Colarizi, L'opinione degli itatiani. Para zation of German Conservatism (Princeton, Princeton University Press, 1987).
la síntesis más reciente, véase Patrizia Dogliani, Italia fascista 1922-194 0 (Milén, 109. Carl Schmitt (1888-1985) sostuvo que las sociedades modernas complejas re-
SansonilRCS, 1999), cap. 3, «I'organizzazíone del consenso». 89. Bosworth, querían un «Estado total» capaz de tomar decisiones con eficacia. Un buen inicio

32S 329
NOTAS NOTAS

en esta extensa literatura es Richard Wolin, «Carl Schmitt, Political Existentialism Nazism. 127. Sergio Romano, Giuseppi Volpi et Tltaiie moderne: Financ~, in-
and the Tbtal State», en Wolin, The Terms of Cultural Criticism: The Frankfur~ dustrie et Etat de Tére giolittienne ala Deuxíéme Guerre Mondiale (Roma, Ecole
School, Existentialísm, Poststructurolism (Nueva York, Columbia University Press, frencaise de Roma, 1982), pp. 141-152; Jan S. Cohen, «The 1927Revaluation of the
1992), pp. 83-1°4. 110. Mark Walker, German National Socialism and the Quest Lira:' A Study in Political Economy», Economic History Review, 25 (1972), pp. 64 2
far Nuclear Power, 1939-1949 (Cambridge, Cambridge University Prese, 1989), de- Y654. 128. Peter Hayes, Industry and Ideology: I. G. Farben in the Third .~eich
fiende eso último persuasivamente: Thomas Powers, Heisenberg's War; The Secret (Cambridge, Cambridge University Press, 1987), p. 120. 129.Esta evolución se
History ofthe German Bomb (Nueva York, Knopf 1993), se inclina más por lo que analiza magistralmente en Hayes, Industry and Ideology. 130. Gerhard Th.
dice Heisenberg de un boicoteo. 111. Uno de los «Diez Principios de la Música Mollín, Montankonzerne und Dríttes Reich: Der Gegensatz zwischen Monopolin-
Alemana» enunciados cuando Goebbels creó la Reichsmusikkammer el 15 de no- dustrie und Befehlwirtschaft in der deutschen Rüstung und Expansion 193 6-1944
viembre de 1933. Purtwangler rechazó, sin embargo, los otros principios de que el (Gotinga, Vandenhoeck y Ruprecht, 1988), pp. 70 Y ss., 102 y ,ss. y 198 Y ss.
judaísmo y el atonalisrno eran incompatibles con la música alemana. 112. Véa- 131. Gerald D. Peldman, Allianz and the German Insurance Business, 1933-1945
se Robert Craft, «The Purtwangler Enigma», New York Review of Books, p:r6 (Cambridge, Cambridge University Press, 2001). Para los campos véase pp. 409-
(October 7, 1993), pp. 10-14 113. Véase introducción, pp. 18-19. 114. Véase 4 15. Orto Wagener aparece citado en su diario, Hitler ausNiichsteNohe, ed. Hen~:
introducción, nota 53. 115. Véase Gellately, Backing Hitler, sobre (justicia A. Turner, Ir. (Frankfurt, Ullstein, 1978), pp. 373-374· El fiel Wagener nunca dejó
policial» (pp. 5, 34-50, 82, 175 Y258). 116. Las organizaciones juveniles del Par- de creer, ni siquiera después de 1945,que los auténticos ideales «nacionalsocialis-
tido Fasdsta se extendieron por todo el país después de 1926, en que se unieron tas» de Hitler habían sido saboteados por Nazisten reaccionarios de su entorno
bajo elcontrol del ministerio de Educación en la Opera Nazionale Balilla ( llama- (p. xi). Para la repugnancia que inspiraba a Wagener el «sucio dinero», véase in-
da así por un joven que había muerto en la resistencia contra Napoleón). La ONB troducción, p. 19. 132. Jan S. Cohen, «Was Italian Pascism a Developmental
reclutaba chicos y chicas (por separado y en menor grado) desde los ocho años a Dictatorship?»,EconomicHistoryReview, znd series, 41:1 (febrero de 1988), pp. 95-
los dieciocho; podían empezar a los seis como «lobeznos». La ONB fue reorganí- 113, compara índices de crecimiento italiano. Para más sobre la interpretación del
zada bajo control del Partido Fascista en 1937como la Gioventü Italiana del Litto- fascismo como «dictadura desarrollista». introducción, nota 49, y capítulo 7, pp.
rio (GIL; e1líttorio, o lictor, era el funcionario que nevaba las fasces delante de los 245-246.
magistrados en las procesiones cívicas durante Imperio Romano). El GIL fue mi-
litarizándose progresivamente (para los chicos) con e1lema «Cree, Obedece, Lu-
cha», y fue obligatorio a partir de 1939. Los estudiantes universitarios pertene- 5. A LARGO PLAZO: ¿RADICALIZACIÓN o ENTRopíA?

cían a los Gruppi Universitaria Fascista. V éanse las referencias bibliográficas para
obras relevantes. 117. Ieremy Noakes y Geoffrey Pridham, eds., Nazism 1919- 1.Adrian Lyttetton, en Kolloquien des Instituts für Zeitgeschichte, Der italienische
1945, vol. 2: State, Economy, and Society, 1933-1939' A DocumentaryReader (Exeter, Faschismus: Probleme und Forschungstendenzen (Munich, Oldenbourg, 1983).p. 59·
University of Exeter Press, 1984), doc. #297, p. 417. 118. Karl-Heinz Iahnke y 2. Gíuseppe Bottai, (La rivoluzione permanente», en Critica fascista, novien:~re 1,
Michael Buddrus, Deutsche ]ugend 1933-1945: Bine Dokumentation (Hamburgo, 1926 citado en Alexander Nützenadel, «Paschismus als Revolution? Politische
VSA-Verlag, 1989), p. 15. 119. Citado en Arendt, Origins, p. 339. Ella le creyó. Spr:che und revclutionarer StH im Italien Mussoli~is», en ~hristof.Dipper, Lutz
120. Mabel Berezin, Making the Fascist Seif (Ithaca y Londres, Cornell University Klinkhammer y Alexander Nützenadel, eds., Europiitsche SoztalgeschlChte: Festsch-
Press, '1997). 121. Aqui es donde Rousseau, con su temor a las facciones, se rlftfür Wolfgang Schieder (Berlín, Duncker & Humblot, 2000), p. 37· Las palabras
convierte en un posible precursor remoto del fascismo. 122.Véanse las refe- recuerdan a 'Irotskí, pero Bottai, un antiguo escuadrista convertido en buró:rata,
rencias bibliográficas, p. 276-277. 123.Glenn R. Cuomo, ed.,National Socialist explicaba que la «revolución permanente) fascista, a diferencia de revoluclOnes
Cultural Policy (Nueva York, Sto Martfn's Press, 1995), p. 107. 124. Alan E. anteriores, significaba un cambio a largo plazo bajo la dirección del Estado. Jererny
Steinweis, «The Purge oE Artistic Lífe», en Robert Gellately y Nathan Stolrzfus, Noakes aborda este tema elegantemente para Alemania en «Nazism and Revolú-
eds.• Social Outsiders in Nazi Germany (Princeton, Princeton University Press, tion», en Noel O'Sullivan, ed.,Revolutionary Theoryand Political Reality), (Londres,
2001), pp. 108-109· 125. El análisis general más iluminador es Charles S. Maier, Wheatsheaf, 1983), pp. 73-100. Véase también el punto de vista de Arendt en el
eThe Economícs of Fascism and Nazism», en Maier, In Search of Stability (Cam- capítulo 5, p. 124. 3. Este término se define en el capítulo 7~ pp. 252-254·
bridge, Cambridge University Press, 1988). 126.T.W.Mason, «The Primacyof 4. Para una brillante interpretación de la España de Franco como fascista (al menos
Politics: Politics and Economics in National Socialist Cermany», en Ceplan, ed., hasta 1945) por su criminal espíritu vengativo, su búsqueda de la pureza cultural y

330 33
'
Illi
NOTAS NOTAS

su sistema económico cerrado, véase Michael Richards, A Time of Silence: Civil II!
220,249-250 Y278. 29· Galeazzo Ciano, Diary1937-1943 (Nueva York, Enigma,
Warand the Cultureof Repression in Francos Spain, 1936-1945 (Cambridge, Cam- 2002), p. 25 (entrada correspondiente al 13 de noviembre de 1937), 30. Bruno
'1
bridge University Press, 1998 ). 5. La biografía más reciente y más completa es Biancini,ed., DizionarioMussoliniano (Milán,Ulrico Hoepli, 1939), p. 88 (discur-
Paul Preston, Franco (Nueva York, Basic Books. 1994) (cita en p. 330). Prestan re- so ante el Parlamento de 26 de mayo de 1934). 31.Edward R. Tannenbaum da
trata a Franco, más de lo que lo hacen la mayoría de sus biógrafos, como activa- unos cuantos ejemplos en The Fascist Experience: ItalianSocíetyand Culture, 1922-
mente comprometido en su asociación con el Eje, al menos hasta 1942. 6. Ian 1945 (Nueva York, Basic Books, 1972), pp. 306, 329. 32. El tratamiento clásico,
Kershaw, Hitler1936-1945: Nemesis (Nueva York, Norton, 2000), p. 330. 7. Pres- Macgregor Knox, Mussolini Unleashed (Cambridge, Cambridge University Press,
tan, Franco, p. 267. 8. Stanley G. Payne, Fascism in Spain, 1923-1977 (Madison, 1982), atribuye la decisión exclusivamente a la belicosidad de Mussolini, aunque
University ofWisconsin Press, 1999), pp. 401, 451, Ypassim. 9. Antonio Costa Bosworth, Mussolini, discrepa, y afirma que Mussolini fue más cauto en 1939-1940
Pinto, Salazar's Dictatorship and European Fascism (Boulder, COI Social Science que la Italia liberal en 1911 y 1915, Y que le apoyó ampliamente la opinión pública
Monographs, 1995), p.161. 10. Antonio Costa Pinto, The BlueShirts: Portugue- italiana en su decisión de ir a la guerra (p. 370). 33. Robert O. Paxton, Parades
se Fascists and the New State (Boulder, CO, Social Science Monographs, 2000). and Polities at Vichy (Princeton, Princeton University Press, 1966), pp. 75-81,228-
11. Costa Pinto, Salazar's Dictatorship, p. 204 12. Roland Sarti, Pascism and the 237 Y321-343· 34· Véase capítulo 7, pp. 244-245. 35. Firmemente estableci-
Industrial Leadership in Italy, 1919-1940: A Study in theExpansion ofPrivate Power do hace una generación por Karl A.Schleunes, The Twisted RoadtoAusehwitz (Ur-
underFascism (Berkeley, University of California Press, 1971), p. 51. 13.Véase bana, University of Illinois Press, 1970), y Uwe Dietrich Adam, Judenpolitik im
capítulo 3, pp. 129-131. 14· Véase capitulo 4, pp. 155-157. Después de diez años dritten Reich (Düsseldorf Oraste, 1972),el desarrollo por etapas de la política nazi
en el ostracismo político, Parinacci volvió a la prominencia en la Guerra de Etio- antijudia sigue informando las síntesis más importantes: Saul Preidlander; Nazi
pía, donde se distinguió volándose una mano cuando pescaba con granadas. Si- Germany and thefews, vol. 1: The Years ofPersecution: 1933-1939 (Nueva York, Har-
guió manteniendo una relación de fácil familiaridad con el Duce, instandole siem- perCollins, 1997), y Peter Longerich, Politik der Vernichtung: Bine Gesamtdarste-
pre a un mayor radicalismo, hasta que se enfrentó con la desaprobación alemana llungder nationalsozialistische Judenverfolgung (Munich, Piper, 1998). 36. Hi-
en 1943· 15·Roland Sarti subtitula su libro (ver antes, nota 12) «A Study in the tler eligió la versión «menos inclusiva» que se le ofrecía. Friecliander, Nazi
Expansión of Prívate Power Under Pascísm», Una panorámica reciente del sindi- Germany and the Jews, vol. 1, pp. 148-149. 37. Véase introducción, p. 23·
calismo fascista es Adolfo Pepe, «TI sindacato fascista», en Angelo Del Boca Massí- 38. leremy Noakes y Geoffrey Pridham, Nazism: 1919-1945, vol. II: State, Economy;
mo Legnani y Mario D. Rossi, 11 regime fascista: Storiae storiografia (Bari, Laterza, and Society; 1933-1939 (Exeter, UniversityofExeter Press, 1984), p. 559· 39. Gotz
1995), pp. 220-43. 16.Véase capítulo 4, pp. 162-163· '7. Pío XI había acepta- AIy, «Iewish Resettlement: Reflections on the Prehistory of the Holocaust», p. 64,
do ya la disolución del problemático Partito Popolarede Dom Luigi Sturzo en YThomas Sandkühler, «Antí- Iewish Policy and the Murder of the Iewsin the Dis-
1926. Negoció una serie de concordatos con dictaduras europeas, incluida la Ale- trict of Galicia, 1941-42», pp. 109-111, en Ulrich Herbert, ed., NationalSocialist Ex-
mania nazi, por los que aceptaba la disolución de partidos católicos a cambio de la termination Policies: Contemporary German Perspectives and Controversies (Nueva
continuidad de Acción Católica y de las escuelas parroquiales. 18. Las obras York, Pischer, 1998). 40. La «vuelta a casa» de los alemanes étnicos del sur del
sobre las relaciones Iglesia-Estado en Italia están en las referencias bibliográficas. Tirol (o Alto Adigio) y de una serie de regiones de la Europa oriental, incluidos los
1? Citado en Ruth Ben-Ghiat, Fascist Modernities: Italy, 1922-1945 (Berke1ey y Los estados bálticos, Bukcvina, Dobrudja y Besarabia, había sido negociada con Mus-
Angeles, University of California Press, 2001), p. 13. 20. Véase capítulo 5, pp. solini y Stalin en 1939. La obra clásica es Robert 1. Koehl, RKFDV: GermanReset-
182-183,193-198. 21.Véase capítulo 4, pp. 150-151. '22. Véase capitulo 5, p. tlement and Population Policy, 1939-1945 (Cambridge, MA, Harvard University
198. 23.Schwerin von Krosigk siguió en el cargo hasta el final mismo, pero con Press, 1957).Véase también Gotz Aly, «Final Solutíon»: Nazi PopuIation Policy and
una autoridad menguante. 24. Robert Koehl, «Feudal Aspects of National So- the Murder of the European fews, trad. del alemán por Belinda Cooper y Allíson
cialism», American PoliticaI Science Review, 54 (diciembre de 1960), Pp- 921-933. Brown (Londres y Nueva York, Arnold, 1999), esp. cap. 5. Un resumen útil es Aly,
25. Ieremy Noakes y Geoffrey Pridham, Nazism 1919~1945, vol. 2: State, Economy «Iewish Resettlement», en Ulrich Herbert, ed., Extermination Poíícies. pp. 53-82.
and Society, 1933-1939: A Documentary Reader (Exeter; University of Exeter Press, 41. Aly, «Iewish Resettlement», pp. 61, 69 Y70, utiliza los términos «callejón sin sa-
1984), pp. 231-232. 26. Véase capítulo 4, nota 50. 27. The GoebbeIs Diaries; lida» y «política de dominó». La obra más autorizada sobre el plan de Madagascar
ed. Louis Lochner (Nueva York, Doubleday, 1948), p. 314 (entrada correspondien- es Megnus Brechtken, «Madagascar für dieluden»: Antisemitische Ideeund politis-
te al 20 de marzo de 1943). Hitler hablaba del tema judío. 28. A. J. P. Taylor, chePraxis, 1885-1945 (Munich, Oldenbourg, 1997). 42.Véase el importante tra-
Origins of the Second World War (Nueva York, Atheneurn, 1962), pp. 210-212, 216.., bajo nuevo reunido en Herbert, ed., Exrermination Policies. 43. Longerich, Po-
'-~'c>~

332 333
NOTAS NOTAS

litik der Verníchtung, pp. 369-410; Christian Dieckmann, «The War and the Killing chek, «The Extermination oí Iews in Serbia», en Herbert, Extermínation Poíicies,
of the Lithuanian Iews», en Herbert, Extermínation Poíícies, p. 231; Sandkühler, p. 181. 57. Hay ejemplos estremecedores en Goldhagen, Hitler's Willíng Bxecu-
«Anti-lewish Policy», pp. 112-13 44. La sugerencia de David Irving en Hítler's tioners. 58. Ian Kershaw, Popular Opinion and Dissentin the Third Reích: Ba-
War (Nueva York, Viking, 1977), pp. 12-13, de que Himmler fue responsable hasta varia 1933-1945 (Oxford, Clarendon Press, 1983), pp: 364-372 y 377-378; O. D. Knlka,
1943 ha quedado desacreditada. Irving se convirtió más tarde en un negacionista. «The German Population and the Iews», en David Bankier, ed., Probing the Depth
45· Gerald Pleming, Hitler and the Fínal Solutíon (Berke1eyy Los Ángeles, Univer, of German Antísemítísm (Nueva York, Berghahn, 2000), p. 276, lo considera de
sity of California Press, 1984), reunió pruebas abrumadoras sobre este punto. «conocimiento general». 59.Véarise Ias páginas de Hans Buchheim sobre «du-
46. Christopher R Browning, «The Euphoria of Victory and the Final Solution: reza y camaradería» en Helmut Krausnick, Hans Buchheim, Martin Broszat y
Summer-Fall icar», German StudiesReview, 17 (1994), pp. 473-481. 47. Philip- Hans-Adolf lacobsen, Anatomy o[the SS-State (Nueva York, Walker, 1968), pp. 334-
pe Burrin, Hitler and thelews:The Genesis of theHolocaust (Londres y Nueva York, 348. 60. Discurso del 23 de octubre de 1932;aparecen palabras similares en la
Edward Arnold, 1994). 48. Christian Gerlach, Krieg, Ernóhrung, VOlkermord: entrada «Fascismo» de la Enciclopedia italiana. 61.Hay pasajes en inglés de ese
Forschungen zur deutschen Vemíchtungspolitík ím Zweiten Weltkríeg (Hamburgo, discurso en Charles F. Delzell, ed., Meduerranean Fascism (Nueva York, Harper &
Hamburger Edition, 1998), cap. 2: «Die Wannsee Konferenz, das Schicksal der Row, 1970), pp. 199-200. n
62. Luigi Goglia y Fabio Grassi, colonialismo italia-
deutschen Iuden, und Hitlers politische Grundsatzentscheidung alle Iuden Euro- no da Adua all'impera (Bari, Laterza, 1993), p. 221. 63. Goglia y Grassi, Colo-
pas zu ermorden». 49. Michael Burleigh, Deathand Delíverance: «Euthanasia» niaíísmo, pp. 222 Y234. Véase también Nicola Labanca, «L'Arnministrazione colo-
in Germany c. 1900-1945 (Cambridge, Cambridge University Press, 1994) (núme- niale fascista: Stato, politice, e societá», en Angelo Del Boca, et al; JIregime fascista)
ros en p.160). L~ decisión se tomó realmente en octubre de 1939y se fechó antes, pp. 352-395· 64. Los términos son de Renzo De Pelice, en Mussoliní: JI Duce: 10
el i de septiembre, el día que empezó la guerra. Teniendo en cuenta que las auto- stato totalitario, 1936-1940 (Turín, Binaudi.rcsi), p.roo: para controversias en tor-
ridades locales mataron de hambre más tarde deliberadamente a los internos de no al principal biógrafo de Mussolini, véanse las referencias bibliográficas, p. 262.
los manicomios de Alemania y que se mató a los locos y a los enfermos incurables 65. Gabriella Klein, La Politica linguistica del fascísmo (Bclonia, I1 Mulino, 1986).
de la Europa oriental ocupada, el total alcanzó la cifra de unos 200.000 en 1945. 66. Los análisis más recientes y convincentes son Míchele Sarfatti: Mussolíni con-
50. Véase Helmut Krausnick y H. H. Wilhehn, Die Truppe des Weltanschauungs~ tragli ebrei: Cronaea delle leggi del 1938 (Turfn, Silvio Zamani Editore, 1994), y Gli
kríeges: Die Binsatzgruppen der Sicherheitspolizei und des SD, 1938-1942 (Stuttgart, ebrei nell'Jtalia fascista: Vicende, identita,persecuzíone (Turfn,Einaudi, 2000). Sar-
Deutsche Verlags-Anstalr, 1981). 51.Wolfgang Benz, Hermann GramI, y Her- fatti se detiene menos en una supuesta influencia nazi y más en las raíces italianas
mann Weiss, eds., Enzyklopitdie des Nationalsozíalismus (Stuttgart, Klett-Cotta, y el apoyo a las medidas antijudías de Mussolini que los tratamientos clásicos an-
1997), p. 815· 52. La frase «solución intermedia» procede de Gota Aly, «Iewish teriores, Meir Michaelis, Mussolíni and the lews (Nueva York, Oxford University
resettlement», p. 69. 53. Mathias Beer, «Die Entwicklung der Gaswagen beim Press, 1978), y Renzo De Pelice, The [ews in Fascist Italy: A Hístory (Nueva York,
Mord an den Iuden», Vierteijahrshefte für Zeitgesehieht, 35:3 (jnlio de 1987), pp. Enigma Books, 2001) (Italian ed., 1988). Sarfatti expone sus conclusiones breve-
4 03-418. 54· Los nazis dividieron la Polonia ocupada en tres partes en 1939: el mente en «The Persecution of the Iews in Fascist Italy», en Bernard D. Cooperman
tercio occidental, oficialmente rebautizado como la Warthegau, se incorporó al y Barbara Garvin, eds., The Jews of Ita/y: Memory and Identity (Bethesda, MD,
Reich. El tercio oriental 10 ocupó Stalin. El tercio restante, gobernado como un University Press of Maryland, 2000), pp. 412-424. 67. Iohn P. Díggíns, Musso-
feudo del Partido Nazi por el gobernador-general Hans Pranz, ni siquiera tenía liní and Fascism: The Viewfrom America (Prínceton, Princeton University Press,
nombre en polaco. Los nazis lo denominaron con el neologismo vagamente fran- 1972), p. 40. 68. Para el racismo manifiesto con que se desarrollaron las gue-
cés «Generalgouvernemems, 55. Alexander Dallin, German Rule in Russía: rras coloniales fascistas, incluido el intento de eliminar a poblaciones «inferiores»
1941-1945: A Study o[ Oeeupation Policíes, znd rev. ed. (Bonlder, CO, Westview enteras, véase Angelo Del Boca, «Leleggi razziali ne1l'impera di Mussclini», en Del
Press,1981) (orig. pub. 1957), es aún esencial para la administración y explotación Boca et al.,JIregime fascista, pp. 329-351, Ylas obras sobre el colonialismo italiano
por parte de las SS del territorio soviético conquistado. 56. Aktion 1005 era un citadas en las referencias bibliográficas, p. 278. 69. David 1. Kertzer, The Popes
programa para ocultar las huellas de los centros de exterminio cerrados de las zo- Against the Jews: The Vatican's Role in the Rise of Modern Antí-Semitísm (Nueva
nas ocupadas del Este, como el de Chelmno en septiembre de 1944. El trabajo co- York, Alfred Knopf 2001), reúne pruebas irrefutables de publicaciones del Vatica-
rrió a cargo principalmente de los últimos internos del campo, que fueron fusila- no, aunque va demasiado lejos al incluir algunos materiales no papales. 70. El
dos una vez terminada la tarea. Pero, a veces, hicieron este trabajo soldados Vaticano aprobó explícitamente la discriminación francesa de Vichy contra los ju-
alemanes, a los que se necesitaba desesperadamente en el frente. Walter Manos- díos en empleo y educación. Michael R. Marrus y Robert O. Paxton, VíchyFrance

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NOTAS NOTAS

and thelews (Stanford, CA, Stanford University Press, 1995),pp. 200-202. 71.Jo- y puedan aparecer «formas nuevas y p~rciahnente e~parentad~s ~e nacio~alis~o
nathan Steinherg, All or Nothing: The Axis and the Holocaust, '94'-'943 (Londres, autoritario» (pp. 496 Y 520). 6. Mirkc Tremaglia, que habla SIdo funcionario
Routledge, 1991). 72. Parece ser que el jefe de policía Bocchini le explicó a subalterno en la República de Salo de Mussolini en 1943-1945, fue elegido entonces
Mussolíni en junio de 1940 que 5610 los antifascistas estaban a favor de la guerra} presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento italia~o. ~un~ue es
porque pensaban que les libraria del régimen odiado. Claudio Pavone, Unaguerra cierto que algunos funcionarios de la República Federal de Aler.nanla, ~dU1d~ el
civile (Turtn, Bollati Boringhieri, 1991), p. 64. 73.Véanse las referencias biblio- canciller Hans-Georg Kiesinger, habían sido miembros del Partido Nazi en su JU-
gráficas, p. 279. 74. F. W. Deakin, The Six Hundred Days 01Mussolini (Nueva ventud, no habían seguido perteneciendo después de la guerra a un partido neo-
York, Anchor) 1966), pp. 44-45. El príncipe Borghese fue condenado a prisión en nazi y ningún partido neonazi había participado en el Gobier~o l~cal ni n~c~onal
1949 por sus acciones contra la Resistencia italiana} pero sólo pasó diez días en la en Alemania. 7. Véase el número especial de Pattems o!PreJudtce36:3 (Julio de
cárcel. Después de la guerra fue funcionario del partido neofascista italiano, el 2002) sobre grupúsculos de la derecha radical, agrupados -por Roger Griffin.
Movimento Sociale Italiano (MSI) del que se habla en el capítulo 6. 75. Primo 8. Martín A. Lee, The BeastReawakens (Bastan, Líttle, Brown, 1997)· 9· Nolte,
Levi, «The Art of Fiction, CXL», París Review, 134 (primavera de 1995), p. 202. ThreeFaces, pp. 421-423. 10. DietheIm Prowe, «"Classic" Fascism and the New
76. Sergio Luzzatto, 11 carpadi MUssolini: Un cadavero tra imaginazione, storia, e Radical Right in Western Europe: Comparisons and Contraste», ~ontemp~rary
memoria (Turín, Einaudi, 1998). 77. Las autoridades nazis mataron a todos los European History, 3:3 (1994); Piero Ignazí, Eestrema destra in Europa (Bolonia, I1
que intentaban rendirse, en una politica denominada «fuerza a través del miedo». Mulino, 2000). 11. Véase capitulo 6, pp. 120-121, Y capítulo 7, pp. 252-253.
Véase Antony Beevor, Berlín: The Downfall; 1945 (Londres, Viking, 2002), pp. 92-93 12. The Road to Wigan Pier (Nueva York, Berkeley Books, 1961), p. 176.Véase tam-

YU7; YRobert Gellately, BackingHitler, pp. 236-242. 78. Véase capítulo 5, pp. bién The Lion and the Unicorn (1941),citado in Sonia Orwell y IanAngus, eds., The
191-192- 79. Omer Bartov muestra cómo las duras condiciones y las intencio- Coílected Essays, fournalism, and Letters 01 George OrweR vol. III: My Country
nes genocidas de la campaña rusa dañaron al Ejército además de a las SS empu- Right or Left, 1940-43 (Nueva York, Harcourt Brace, 1968), p. 93· 13· La Repú-
jándolos a la brutalidad en Hitler'sArmy: Soldíers, Nazis and War in the ThirdReich blica Federal de Alemania (Alemania Occidental) ilegalizó todas las expresiones
(Nueva York, Oxford Vniversity Press, 1991) y The Bastern Front, 1941-1945: Ger- manifiestas de nazismo, pero permitió el pluralismo de partidos. Así que partidos
man Troops and theBarbarisationofWarfare,and ed. (Nueva York,Palgrave, 200l}. de la derecha radical que eran neonazis en todo rnenos en el nombre y el simbo-
80. Véase capítulo 4, nota 43. lismo existían legalmente, junto con una clandestinidad más abiertamente nazi.
La República Democrática Alemana (Alemania Oriental) sin e,mbargo, .só.10 per-
mitió que existiesen el Partido Comunista y el Partido de Umdad SOCIalIsta, de
6. OTROS TIEMPOS, OTROS LUGARES modo que no podía actuar abiertamente en su territorio ning~n heredero r:
chista del nazismo. Se alegaba que puesto que el nazismo se derivaba del capitalis-
1. Ernst Nolte, Der Fascismus in seiner Epoch (Munich, Piper, 1963), traducido mo, sólo podía existir en la Alemania Occidental. Véase [effrey Herf, Divi~ed .zv:e-
como Three Faces ofFascism (Nueva York, Holt, Rinehart and Winston, 1966), p. 4- mory: The Nazi Pastin the Two Germaníes (Cambridge, MA, Harvard University
2. Véase capítulo 2, nota 70. 3. Según Ian Kershaw; TheHitler Myth: Imageand Press, 1997). 14. Payne, History, P.500. 15.En las elecciones parlamentarías
Realityin the Third Reich (Oxford, Oxford University Press, 1987), pp. 221-222,mu- de 1992, la Lega Nord obtuvo casi e119 por 100 del voto norteño (~,6 por 100 del
chos alemanes culpaban personalmente a Hitler de sus sufrimientos en la prima- nacional) utilizando el resentimiento de los pequeños empresarios y tenderos
vera de 1945. 4. R. J. B. Bosworth, The Italian Dictatorship (Londres, Arnold; del norte por la carga social del sur italiano, expresado en términos que bordeaban
1998), pp. 28,]0} 61,67-68, 147,150,159,162,179 Y235,hace más hincapié que la ma- el racismo. Véase Hans-Georg Betz, «Against Reme: The Lega Nord», en Hans-
yoría en una incompatibilidad entre el consumismo individualista y la comunidad Georg Betz y Stefan Immerfall, eds., TheNew Politics 01me Right: NeoPop~ist Par-
obligatoria del fascismo. Victoria De Grazia, How Fascism Ruled Women (BerkeIey iies and Movements in Established Democracies (Nueva York, Sto Martín s Press,
y Los Angeles, University of California Press, 1992), pp. io, 15, Ypassím, muestra 1998), pp. 45-57. 16. Tom Gallagher, «Exit from the Ghetto: The Italian. Far
convincentemente cómo la cultura comercial consumista ayudó a subvertir la idea Right in the 1990S», en Paul Hainsworth, ed., The Politics of the Extreme Rtght
fascista de feminidad sumisamente domesticada. Véase también Stanley G. Paync, Prom the Margín to the Mainstream (Londres, Pinter, 2000), p. 7~. 17· Sta~ey
A History of Fascism, 1919-1945 {Madison, University of Wisconsin Press,1995J, Hoffmann, Le mouvement Poujade, Cahiers de la Pondation Nationale des Scien-
p. 496. 5. Payne, History, llegaba a la conclusión de que «elfascismo histórico es':': ces Politiques #81 (París, Armand Colin, 1956). 18.Además de los libros sobre el
pecífico nunca puede recrearse» aunque subsistan fascístas, en número reducido; Front National enumerados en las referencias bibliográficas, p. 291, véase Nonna

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