Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VOLUMEN Xl.lll
•t
EN LA AMERICA ESPAÑOLA
DURANTE EL PERIODO COLONIAL
Tur
i
*
/
1
0^
4.2-
EL REGIMEN DE LA TIERRA EN LA AMERICA
ESPAÑOLA DURANTE EL PERIODO COLONIAL
UNIVERSIDAD D E SANTO I) O M 1 N 60
IKIíl
fio
JOSE M. OTS CAPDEQUI
Catedrático de la Univeraidad da Sevilla
El régimen de la tierra
en la
América Española
durante el período colonial
1946
(W
<■6
X
“/</ conlar, o medir las tierras por
4 montones, comento como otras machas ór
denes en la Española; porque el sustento de
sus naturales, i después de los Españoles
<? que la poblaron hasta que huvo trigo fue
G» una raíz cjuc llaman yuca,... Dcstas raízes
se hazian las sementeras mas útiles i assi
<! dieron en su labor los Españoles, i para
M . .' ello pedían i se les repartían tierras”.
Antonio de León I’inei.o. Tratado de las Con
firmaciones Reales. (Parte II. Capitulo XXIII).
t/>
O
P
k\
ADVERTENCIA PRELIMINAR
J. M. O.
1:^1
8 José M. OTS CAPDEQüf
isa
30 JOSÉ M. OTS CAPDEQUÍ
iKiq
IW
40 JOSÉ M. OTS CAPDEQUÍ
ISlíl
IiSmI
EL RÉGIMEN DE LA TIERRA EN HISPANOAMÉRICA 49
Real Cédula de 1591, “de que todas las vezcs que el Rey,
o el Virrey o Gobernador, que le represente, le parecie
se conveniente, pueda compeler, i obligar a los poseedo
res de tales tierras, o estancias, a que parezcan a exhibir,
i mostrar los títulos, i mercedes que tienen dellas... i
mandar que de nuevo se revean i remidan tas que dixe-
ren tener concedidas, compradas, o compuestas... para
que dexandolas y haciéndoles bueno todo lo que pare
ciere que poseen i ocupan legítimamente, se les quite
lo que a buelta dello hubieren usurpado, i todo se apli
que al Fisco”, (id.)
Frente a este rigor, entendía Solórzano que se de
bía admitir como título justo, la prescripción por pose
sión y cultivo durante cuarenta años “o tanto tiempo,
que se pueda tener por largo”.
Antonio de León Pinelo confirma estas mismas
noticias y además alude al problema de que los abusos
que se habían cometido de hecho en torno al problema
de la tierra, muchas veces habían repercutido en contra
de los indios, a los cuales el Estado Español quería pro
teger como cultivadores, no ya sólo por un interés hu
manitario sino por un interés de tipo político, económi
co y fiscal, porque al Estado lo que le importaba era in
corporar de hecho al indio a la obra general de la coloni
zación realizada por España en estos territorios.
Dice Antonio de León Pinedo: “introduxose en las
Indias desde los arbitrios generales —acordados en tiem
pos de Felipe II—; i por este, demas de tas que se com
pusieron, por no estar los títulos tan justificados, resul
to el hallarse muchas tierras valdias, que como Realen
gos, se fueron vendiendo a los que mas devan por ellas”.
Añade este autor que “por tas muchas tierras que por
estos tres títulos se repartieron, particularmente en Nue
va España, sintieron los Indios algún perjuizio en las
suyas; siendo desde los principios lo mas encargado, que
no se diessen, ni vendiessen en perjuizio de tercero, ni
daño de los naturales... Para esto se ordeno al Virrey
de Nueva España, i por la misma razón al del Perú, i a
sus Governadores, que no vendiesse tierras algunas sino
a pedimiento del Fiscal, i con acuerdo de la Junta de
70 JOSÉ M. OTS CAPDEQUÍ
época, los escribanos del siglo XVI y del XVII, y aún del
XVIII, eran tales escribanos porque habían comprado
la escribanía con su dinero, ya que se trataba de oficios
públicos enajenables; no eran gentes que tuvieran for
mación técnica; podían tenerla pero no todos la tuvie
ron. Por el hecho de ser escribanos no hay que suponer
ya que tenían una técnica especial, pues muchas veces
escriben verdaderos disparates, por su desconocimiento
del derecho.
Creo, pues, en consecuencia de todo lo expuesto,
que valía la pena de dedicar la atención que hemos de
dicado al estudio de este problema de los censos y de las
capellanías en función con el régimen de la tierra.
i
IKIül
IiSm
VIII
3. Vid. la nota 2.
4. Lf.y XL—Los mismos [el Emperador don Carlos y la Emperatriz
Gobernadora] en Valladolid a 20 de noviembre de 1536.—Que se tome po
sesión de tas tierras repartidas dentro de tres meses y hagan plantío penas-
de perderlas.
Todo los vecinos y moradores a quien se hicieren repartimientos de
tierras sean obligados dentro de 3 meses que fueren señalados, a tomar po
sesión de ellas, y plantar todas las lindes y confines que con las otras tie
rras tuvieren de sauce y arl>olcs. siendo en tiempo, por manera, que deinas
de poner la tierra en buena y apacible disposición, sea parte para aprove
charse de la leña que hubiere menester, pena de que pasado el término, si
no tuvieren puestas las dichas plantas, pierdan la tierra, para que se pue
da proveer, y dar a otro qualquicra poblador, lo cual no solamente haya
lugar en las tierras, sino en los pueblos y zanjas que tuvieren y hubieren
en los límites de cada ciudad o villa.
EL RÉGIMEN DE LA TIERRA EN HISPANOAMÉRICA 171
VI. —Si por los procesos, que se deben haber formado para
las ventas y composiciones no confirmadas desde el año de 1700,
constare no haberse medido ni apreciado los tales realengos, co
mo se tiene entendido ha sucedido en algunas Provincias, se
suspenda el despachar su confirmación hasta tanto que esto se
execute; y según el más valor que resultare por las medidas y
avalúos, deberá regularse el servicio pecuniario, que ha de pre
ceder a la confirmación.
Advertencia................................................................................. 5
Anexos