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Guía para

el crecimiento
y desarrollo
de las parroquias
– Documento marco para la evangelización –

Delegación Episcopal de Evangelización y Misiones

de la Iglesia Española Reformada Episcopal (I.E.R.E.)

Marzo de 2023 – Versión 1


Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

0.1 - Introducción
Apreciado ministro, apreciada ministra:

El presente documento intenta sistematizar y ofrecer recursos para su implantación con


la intencionalidad de fomentar el crecimiento de tu parroquia o punto de misión.
Éste pretende ser un documento guía que proponga consejos e ideas de las que tal vez
puedas apropiarte, personalizándolas a la realidad de tu ministerio y tu entorno. En
ningún caso es un ‘libro de instrucciones’ ni una planificación que deba ejecutarse en su
contenido al 100%.

Ésta es su primera edición, y deseamos que con las aportaciones y correcciones que
reciba pueda llegar a ser un documento marco para orientar la tarea de evangelización
de las parroquias y puntos de misión de la Iglesia Española Reformada Episcopal.

El texto ha sido confeccionado por la Delegación Episcopal de Evangelización y


Misiones de la Iglesia Española Reformada Episcopal (I.E.R.E.).

Equipo de la Delegación:

 Rev. Enric Ainsa i Puig (Delegado episcopal) – Editor


 Rev. Dr. Duane Alexander Miller – Editor
 Erika Aguerri Gimeno
 Rubén Fonseca Estrada
 Rev. Stephen Phillips

A 14 de febrero de 2023

___

A modo de aclaración-.

El redactado del presente documento no usa lo que ahora se denomina ‘lenguaje


inclusivo’. Eso no significa que cuando se hable de ‘niño’, ‘hermano’, ‘ministro’, etc,
no se esté refiriendo también a ‘niña’, ‘hermana’, ‘ministra’, etc. Creemos que la
inclusión de hombres y mujeres en la IERE está más que defendida y fomentada, y es
ejemplo para otras denominaciones, por lo que hemos utilizado las formas clásicas de
género por ergonomía del texto. No obstante, siempre hay camino para mejorar en el
terreno de lo real, más allá de la superficialidad de las formas literarias.

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Título: Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias


Subtítulo: Documento marco para la evangelización
Autor: Delegación Episcopal de Evangelización y Misiones de la I.E.R.E.
Fecha: Marzo de 2023
Versión: 1
Aportaciones al documento: eym@anglicanos.es
Web de la Delegación: https://anglicanos.es/eym

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

0.2 - Visión
Muchas parroquias sienten que son demasiado pequeñas para tener realmente un
impacto en su comunidad o para reclutar nuevas personas y miembros. Sin embargo,
hay una serie de cosas que puedes hacer. El punto de partida es que tu parroquia
realmente quiera crecer. A menudo, al pastor le gustaría que la parroquia creciera, pero
si la congregación no tiene esta visión, es poco probable que suceda. Piensa también en
el liderazgo de tu parroquia:

1. Las parroquias en crecimiento generalmente tienen una declaración de visión


clara. Ésta debe ser una oración que identifique quién es la Iglesia y qué estás
haciendo en el mundo.
2. Las declaraciones de visión son útiles porque ayudan al liderazgo a decidir qué
hacer y qué no hacer. ¿Deberíamos organizar un coro? ¿Deberíamos tener un
servicio de ropa y comida? ¿Debemos centrarnos en la juventud? ¿Nos estamos
enfocando en las familias de toda la ciudad, o llegando a todas las personas en
nuestro vecindario…?
3. La declaración de visión debe nacer de la gente, no del pastor.

Una forma de comenzar a trabajar para crecer es preguntar a las personas que van a tu
parroquia por qué lo hacen. ¿Qué está funcionando en tu parroquia? ¿Música,
comunidad, adoración, transformación personal, esfuerzo social…? Averigua lo que
haces bien y concéntrate en hacerlo aún mejor. Aquí hay algunos pasos prácticos que
debes considerar:

1. ¿Tu parroquia quiere crecer? ¿Por qué o por qué no? ¿Cuál es la mejor manera
de tener algún tipo de conversación sobre esto?

2. Muchas personas juzgan una parroquia dentro de los cinco minutos de su


llegada. ¿Crees que tu parroquia lo cuidó bien? ¿Está ordenada y organizada?
¿Alguien ha saludado al nuevo visitante?

3. Muchas personas no están familiarizadas con el culto anglicano litúrgico. ¿Hay


un folleto que puedan seguir o alguien que pueda ayudarlos a hacerlo?

4. Al salir de la parroquia, ¿el visitante tiene una manera de mantenerse en contacto


o enterarse de los eventos de allí? ¿Hay alguien a quien puedan enviar mensajes
o llamar con preguntas?

A continuación te proponemos un esquema general que puede ayudarte en la definición


de una visión. No se trata de un esquema cerrado ni excluyente, pero puede ser una
buena metodología para revisar las áreas de las que carece tu parroquia, ver las que
puedes incorporar, y analizar las que ya existen:

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

Hasta ahora, nada de lo que hemos mencionado cuesta dinero o requiere programas
nuevos o especiales. Cuando las parroquias dicen que no pueden crecer porque no
tienen recursos, significa que están olvidando que la gente de la parroquia, y la Palabra
de Dios, y el movimiento del Espíritu, son los principales recursos de la Iglesia en todo
momento y en todo lugar.

El presente documento va a ir desarrollando y aportando propuestas a través de


los cuatro pilares de la vida eclesial, y de sus respectivos apartados:

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

0.3 - Índice
Página

0.1 – Introducción 3
0.2 – Visión 5
0.3 – Índice 7

1. Creer (Fe y formación) 9


1.1 – Catequesis infantil 11
1.2 – Catequesis de jóvenes 15
1.3 – Catequesis de adultos 19
1.4 – Meditaciones y Estudios bíblicos 23

2. Orar (Sacramentos y Cultos) 25


2.1 – Grupo de liturgia 27
2.2 – Ministerio de alabanza 33
2.3 – Escuela dominical 35
2.4 – Vigilias y ayunos 39

3. Servir (Servicios a la comunidad) 41


3.1 – Pastoral de enfermos 43
3.2 – Pastoral de necesitados 45
3.3 – Pastoral de mayores 47
3.4 – Pastoral de grupos de riesgo 49

4. Compartir (Predicación y expansión) 53


4.1 – Evangelización y testimonio 55
4.2 – Visitas a miembros 57
4.3 – Organización de eventos 59
4.4 – Misiones y ministerios 61

Pero al final, recuerda:

1. Puedes hacer estas cosas durante años y nunca agregar un nuevo miembro a la
parroquia. ¿Por qué?
2. La gente está acostumbrada a que las iglesias hagan cosas como éstas, necesitan
que se les diga por qué hacemos estas cosas. La respuesta es Jesucristo.
3. Al final, lo más grande que la Iglesia tiene para ofrecer es Jesucristo. Nunca
tendremos mejor música que la que está en la radio o más dinero para programas
sociales que el gobierno.
4. Por lo tanto, mantén a Jesucristo como lo principal. Haz saber a la gente cómo el
conocer a Jesús transformó tu vida, y que Él puede hacer lo mismo por ellos.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

1. Creer
(fe y formación)

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

1.1 - Catequesis infantil


Lo que se pretende en la catequesis infantil es plantar las semillas que ayudarán a los
niños en etapas posteriores de sus vidas a identificar el sentimiento de la confianza en
Dios como una parte indestructible de sí mismos y no tanto la memorización de datos y
nombres, que seguro que llegarán de manera natural con la práctica de la lectura de las
Sagradas Escrituras y la participación dentro de la vida de la comunidad conforme
vayan madurando. No obstante, la capacidad de los niños para memorizar versículos,
cantos y canciones es sorprendente, y serán sin duda un patrimonio que les quedará
como remanente en su futura madurez.

La realidad de la mayoría de las congregaciones es que dentro de los grupos de


catequesis infantil, nos encontramos con niños de distintas edades a los que debemos
atender de manera simultánea. Esta diferencia de edad hace que dentro de la misma
clase tengamos niños en diferentes etapas de desarrollo y con distintas capacidades de
comprensión de contenidos, lo que puede dificultar el trabajo del catequista.

Por otro lado, aunque el catequista sea una persona cualificada en cuanto a sus
conocimientos y apasionada de los niños, no suele ser un docente profesional y ante esta
situación de posible desigualdad dentro de su clase y contando con el tiempo limitado
del que dispone, es realmente importante que establezca un plan de acción a largo plazo
para la comprensión de ideas y la memorización de los datos básicos, así como su
realización con un enfoque lúdico del aprendizaje, puesto que esto permitirá a los más
pequeños una mayor receptividad. “Los niños y niñas no juegan para aprender, pero
aprenden jugando” (Jean Piaget).

Lo ideal es trabajar por trimestres o semestres conceptos clave abstractos (tales como el
Amor, el Perdón o el Pecado), reforzando las actividades lúdicas en pasajes de la Biblia
que tengan relación con esos conceptos que queremos trabajar. Este plan de acción será
explicado al rector y, si lo hubiera, al catequista responsable del grupo de jóvenes para
que el trabajo iniciado en la infancia se continúe y amplíe en la adolescencia. Por ello,
es de interés poder realizar una reunión de coordinación al inicio del curso entre los
responsables respectivos de los tres niveles de catequesis, cada uno en su grado de
profundización: catequesis infantil, juvenil y de adultos.

Una buena distribución de la clase sería:

 Con el fin de no perder tiempo, cuando los niños entren a la sala de catequesis,
el material que se va a utilizar ya debe estar preparado.
 Se explica lo que se va a hacer y se asignan tareas, por ejemplo los más
pequeños colorean y los mayores recortan o se hacen equipos formados por un
mayor y un pequeño para un juego, o cada pareja se aprende una estrofa de una
canción…
 Mientras se desarrolla la actividad, el catequista aprovecha para explicar de
manera sencilla y con ejemplos el concepto que se esté trabajando, permitiendo
la interacción en la conversación de los pequeños. Debemos recordar que el
papel del catequista es el de guía, y en ningún caso debemos hacer un juicio de
valor negativo sobre el niño por lo que nos cuente, pero aprovecharemos esa
información para reconducirlos hacia las respuestas que podemos encontrar en la

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Fe con frases como: “Lo que has expresado es una idea común, pero la Biblia
enseña…”; o “pero la confesión de la Iglesia es…”.

Los contenidos básicos de toda catequesis son las verdades de fe que los niños deben
conocer y saber:

 Dios Padre
o La Creación y la naturaleza humana
o La Antigua Alianza
o Los Diez Mandamientos
o El pecado
 Dios Hijo
o La Nueva Alianza
o La Redención
o Los credos
 Dios Espíritu Santo
o Las Sagradas Escrituras
 La Iglesia
o El Ministerio
o Oración y culto
o Los Sacramentos:
 El Santo Bautismo
 La Santa Eucaristía
o Otros ritos sacramentales
 La esperanza cristiana

A la hora de enseñar los fundamentos de nuestra Fe, el catequista puede utilizar


cualquier ocasión cotidiana para profundizar en el concepto que quiere transmitir. Aquí
van un par de ejemplos:

 La Trinidad: ¿Alguien conoce la planta llamada Cinta, Malamadre o Suegra-


Nuera? ¿Habéis visto cómo hace unos tallos largos, que son sus ‘hijos’, con
pequeñas raíces que crecen si tocan tierra? Ese ‘hijo’ es la misma planta que la
‘madre’, es exactamente igual, pero en cuanto se separa de ella es una planta
nueva, pero la misma savia corre por las dos plantas. La Trinidad es parecida a
esa planta, Dios Padre tiene un Hijo que es Jesús, que ‘tocó’ la Tierra y vivió
separado aquí, pero unido por la misma savia que es el Espíritu Santo, que forma
parte de Dios y de Jesús.
 La Resurrección: Películas de zombis, momias o vampiros, series, videojuegos,
disfraces… Aunque la ocasión perfecta para explicar la resurrección es la
celebración de Halloween, hoy en día hay tanto material con este tema –el de los
muertos vivientes o los no-muertos– que casi podemos aprovechar cualquier
estreno o noticia al respecto si encaja dentro del programa. ¿Quién sabe cómo se
mata a un zombi? ¿Y a un vampiro? ¿Están vivos? ¿Su cuerpo es como cuando
estaban vivos? ¿Por qué parecen vivos? Y Jesús, él también salió de la tumba,
¿se ha paseado como un zombi o una momia?, ¿su cuerpo estaba podrido?,
¿necesitó matar para vivir estando muerto?, ¿se le puede matar una vez
resucitado? La Resurrección de Jesús es distinta a la que nos cuentan para
asustarnos porque la de Jesús es una vuelta a la vida real y además es una
promesa para los que creemos en Él (se desarrolla la explicación acorde a la

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capacidad de los niños y teniendo cuidado, pues la inmadurez puede hacerles


desear esa promesa de vida eterna si la adornamos demasiado de bondades, para
huir de su día a día, en especial si están pasando por enfermedades o dificultades
personales).

Ante cualquier duda siempre es bueno que el catequista consulte con su pastor y con
otros catequistas para saber cómo han abordado esas cuestiones y qué resultados
obtuvieron.

Nota final:

Recuerda que para todos aquellos ministerios que tengan relación con menores de edad,
es necesario que la parroquia tenga actualizados los Certificados de Delitos de
Naturaleza Sexual de las personas que están al frente. Se trata de un Certificado que
permite acreditar la carencia o existencia de Delitos de Naturaleza Sexual que constan
en el Registro Central de Delincuentes Sexuales en la fecha en que son expedidos. La
Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, modificada por la Ley 26/2015
y la Ley 45/2015, de Voluntariado establece la obligación de que se aporten
Certificados Negativos del Registro Central de Delincuentes Sexuales para todos los
Profesionales y Voluntarios que trabajan en contacto habitual con menores. Es gratuito
y puede tramitarse con un certificado digital personal:
https://sede.mjusticia.gob.es/es/tramites/certificado-registro-central.

Recursos:
Si se desea tener un guión de preguntas-respuestas, una herramienta muy útil es el
‘Catecismo infantil de Westminster’, compuesto por 145 preguntas con sus respuestas,
además acompañadas de las citas bíblicas que las justifican. Puede bajarse desde este
enlace del portal de la Delegación:
https://www.anglicanos.es/eym/portal/catecismo-infantil-de-westminster/

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1.2 - Catequesis de jóvenes


En el ámbito de la catequesis juvenil, vamos a indicar tres aspectos generales: el
entorno, las formas y el contenido.

El entorno:

Por supuesto, todo entorno es bueno para comunicar las verdades de fe a los jóvenes,
pero sin duda hay algunos de ellos que favorecen la participación y la escucha activa.

1. Es importante que las reuniones se hagan en formato de mesa redonda, es decir,


que todo participante esté de frente al resto del grupo y, a poder ser, no hayan
barreras visuales entre ellos tales como una mesa grande. Conviene evitar la
distribución de sillas y personas que se asemeja a un aula educativa.

2. No siempre el despacho parroquial o la sala de reuniones es lo que más favorece


la participación, por lo que tenemos que estar abiertos a reunirnos en una
cafetería no ruidosa, en un parque-jardín tranquilo, etc. No importa que haya que
hacer una oración de un grupo reunido privadamente de forma pública: Dios usa
nuestros testimonios para tocar almas que nunca llegaremos a conocer.

3. La juventud agradece que desde la catequesis se organicen eventos especiales


que permiten salir del entorno cotidiano de sus vidas, tales como:
o realizar una excursión al mes o al trimestre: un sábado, con una mochila,
unos bocadillos para comer, y un billete de tren.
o hacer unas convivencias de 2 o 3 días: cuando el grupo ya está
cohesionado y el catequista considera que debe dar una inyección de
compromiso de fe a los jóvenes. Lo mejor es en un lugar que haya
servicio de comidas y habitaciones, un entorno de naturaleza y espacios
para jugar, reunirse, orar y celebrar.
o Realizar unos campamentos de verano de una semana: la logística es más
complicada porque requiere planificar viajes, comidas, permisos,
monitores, etc. Esta actividad es más propia a ser organizada como
planificación parroquial más general, en donde la comunidad ayude al
catequista en su preparación.
o No descartes hacer unos ejercicios espirituales con el grupo joven:
muchos adultos de hoy definen esa experiencia de juventud como de las
que más le han marcado para su vida madura de fe.

Las formas:

La juventud es una etapa en que la autoridad (familiar, educativa, afectiva) y la


seguridad (creencias, relaciones, mundo exterior) están puestas en crisis, por lo que se
aconseja que todas las reuniones vigilen los siguientes puntos:

1. La mayor parte del tiempo tiene que ser en forma de coloquio, donde los participantes
entablen diálogo con el grupo. El catequista presenta el tema principal y expone
brevemente cómo se define desde la fe, pero debe ser el grupo –bajo la guía y
supervisión del catequista– quien construya el relato.

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2. Es fundamental la actitud de escucha atenta por parte del catequista a cada


participación, respetando siempre al interviniente y enseñando a los demás a hacerlo.

3. El catequista debe estar atento a la cohesión del grupo y el sentimiento de hermandad


cristiana: en diez años ellos pueden llegar a ser el consejo parroquial de la
congregación.

4. El catequista debe detectar cuáles son los temas de interés y preocupación de los
miembros del grupo, y programar las sesiones en base a ello. Si se programa desde un
listado de verdades doctrinales, es más difícil aterrizar hacia las conversaciones sobre
las inquietudes del grupo; en cambio, si se inicia desde esas diversas inquietudes,
siempre podemos ascender a las verdades doctrinales.

5. El catequista de jóvenes no es un padre, un tutor o una autoridad: es un acompañante,


cercano y que valora las reflexiones que exponen todos. Tampoco es un sabio o un
superhéroe de la fe: si no sabe cómo responder a una inquietud expresada por algún
participante, puede perfectamente decir que lo reflexionará o lo preguntará, y que
responderá más adelante. La fe es un camino de búsqueda que dura toda la vida, no
un camino con un seguro de viaje.

6. Las experiencias personales son las que mejor llegan a la juventud. No hay que forzar a
ser explicadas; deben salir cuando la persona lo sienta. Y aunque al catequista le
puedan parecer triviales, para quien las explica siempre son vitales y desnudan un
poco su alma.

7. La catequesis no se reduce a los días de reunión, sino que tiene una amplitud mayor
durante esa etapa de formación juvenil: es muy bueno plantearse la posibilidad de
realizar puntualmente en tu parroquia cultos específicos sólo para jóvenes, con una
liturgia menos formal y más cercana que permita compartir momentos espirituales
entre sus miembros. Piensa igualmente en adaptaciones para ellos de celebraciones en
momentos del tiempo litúrgico especiales, tales como Semana Santa o Navidad: un
Jueves Santo con el lavado de pies, o una vigilia de Nochebuena pueden ser vividas por
los jóvenes desde una dinámica más creativa que la propia de los adultos.

El contenido:

1. Los temas importantes para los jóvenes suelen ser: los estudios o el futuro laboral, el
conflicto con los padres, las amistades, las relaciones afectivas con o sin amor, el ocio
festivo y las drogas, construir un legado con sus decisiones o ser uno más del montón,
el sentido de sus vidas, la imagen que muestran a los demás, la violencia gratuita o
institucional, etc. Son realidades de nuestra sociedad a las que debemos alumbrar con
la luz del Evangelio.

2. Es interesante construir desde esos ámbitos de inquietud, un talante basado en la


confianza de que Cristo guía sus vidas si ellos así lo aceptan. Por tanto, sea cual sea la
problemática que puedan tener en sus vidas, Cristo siempre estará con ellos. Por
tanto, es fundamental incidir en que deben interiorizar que son ellos individualmente
que tienen que buscar un encuentro vivo, real, personal con Cristo, y que –cuando Él lo
crea oportuno– Él siempre responde (Cf. Ap 3:20)

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3. Hay recursos de catequesis, y especialmente de definición de doctrina de la iglesia


anglicana en muchos sitios; también en el portal de la Delegación de Evangelización y
Misiones:
https://www.anglicanos.es/eym/portal/category/ministerios/catequesis-adultos/

4. No obstante, el mejor catecismo cristiano sistematizado que un joven puede


interiorizar es, sin duda, el Credo Apostólico (Símbolo de los Apóstoles). Cada
afirmación da para trabajar y profundizar en lo básico y fundamental de nuestra fe, y
es un patrimonio heredado que nos conecta con los primeros cristianos. Su
interiorización es una fundamentación sólida doctrinal, y en el período de juventud
asienta esas bases.

5. Los recursos digitales de las redes sociales, tales como vídeos, o ‘memes’, o viñetas,
tienen un gran potencial para llegar a comunicar una idea.

6. Las alabanzas cristianas con canciones de autores actuales, especialmente


latinoamericanos, confieren una fuerza juvenil potente a la experiencia de fe, que el
catequista no puede desperdiciar. Incluso aprovechar la oportunidad de asistir a algún
concierto cuando se produzca en alguna ciudad cercana a la parroquia.

Notas finales:

1. Enfatizamos la importancia del juego en el grupo de jóvenes y realizar dinámicas en las


que se consiguen objetivos pero también tienen enseñanza. Esto puede resultar muy
beneficioso con los jóvenes.

2. Hay que tener cuidado con que un líder no entienda que se debe caer en dar a los
jóvenes sólo lo que les divierte y no otros temas que les parecen más aburridos, pero
que necesitan. Es un error común de algunos líderes juveniles cuando se habla de
buscar sus inquietudes.

3. Una herramienta de gran calado es el ‘Curso Alpha para jóvenes’. Puedes obtener más
información en https://www.anglicanos.es/eym/portal/curso-alpha-para-jovenes/

4. Recuerda que para todos aquellos ministerios que tengan relación con menores de
edad, es necesario que la parroquia tenga actualizados los Certificados de Delitos de
Naturaleza Sexual de las personas que están al frente. Se trata de un Certificado que
permite acreditar la carencia o existencia de Delitos de Naturaleza Sexual que constan
en el Registro Central de Delincuentes Sexuales en la fecha en que son expedidos. La
Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, modificada por la Ley 26/2015
y la Ley 45/2015, de Voluntariado establece la obligación de que se aporten
Certificados Negativos del Registro Central de Delincuentes Sexuales para todos los
Profesionales y Voluntarios que trabajan en contacto habitual con menores. Es
gratuito y puede tramitarse con un certificado digital personal:
https://sede.mjusticia.gob.es/es/tramites/certificado-registro-central.

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1.3 - Catequesis de adultos


En España estamos acostumbrados a la palabra griega "catequesis", mientras que los
anglicanos en América Latina pueden estar más acostumbrados a la palabra latina
"discipulado". La palabra griega significa "bajo instrucción", mientras que la palabra
latina significa "aprendizaje". Cualquiera que sea la palabra que usemos, estamos
apuntando a algo similar. En 1 Corintios 3, San Pablo habla de los cristianos inmaduros
y maduros. Nuestro objetivo es formar cristianos maduros a través de la catequesis.

El Dr. Mark Durie, sacerdote anglicano y profesor en Australia, propone ocho objetivos
para los ministros comprometidos en la catequesis o el discipulado. Todo esto viene
directamente del ministerio de Jesucristo mismo. Aquí están los ocho puntos con una
breve descripción de cada uno:

Puntos troncales de la catequesis de adultos:

1. Amar y servir a Dios: Oración, lectura de la Biblia, adoración. Todo esto surge
y expresa la relación con Dios. El corazón de la fe cristiana no es el
conocimiento, como la Ilustración nos enseñaría falsamente. Queremos formar
corazones humanos, para que tengan hambre de Dios. ¿En qué se deleita el alma
y anhela el corazón? Debemos dirigirlos hacia Dios mismo, en su belleza,
verdad y bondad.
2. Seguir a Jesús y la imitación de Cristo: Esto requiere agilidad, obediencia,
fomento de disciplinas piadosas y formación del carácter. Debemos enseñar a la
gente a seguir el ejemplo de Jesús en su humildad y en su autoridad. ¿Tratamos
de modelar nuestra vida diaria según el modelo de Nuestro Señor? Cuando nos
enfrentamos a decisiones difíciles en la vida, debemos enseñar a la gente a
preguntarse: ¿qué haría Jesús?
3. Buscar el Reino primero por encima de todo, en cada área de la vida: Una
transformación de lo que el corazón desea. Esto a menudo significa dejar atrás
ciertas relaciones y aferrarse a relaciones que son más piadosas y buenas. El
tema principal sobre el que Jesús enseñó fue el Reino de Dios. Sólo mencionó
la palabra ‘iglesia’ dos veces en los cuatro evangelios. Debemos modelar y
enseñar que el Reino de Dios es nuestra prioridad en todas las áreas de nuestras
vidas: familia, trabajo, amigos, entretenimiento, descanso, etc.
4. Victoria espiritual sobre el mal: Vivir el llamado a la libertad, que incluye la
curación interior y la liberación. Esta enseñanza va en contra de la corriente de
nuestra cultura contemporánea. Pero los cristianos siempre han creído que hay
fuerzas espirituales malignas en el mundo que desean corromper las almas
humanas, y ésta es claramente la enseñanza de la Biblia. Debemos modelar y
enseñar que el cristiano maduro puede ser victorioso sobre estas fuerzas
espirituales malvadas en su propia vida y en la vida de los demás.
5. Vivir en sintonía con el Espíritu: El Espíritu Santo centra la identidad del
cristiano en Dios y su Reino. Debemos guiar a las personas a ese lugar donde
sus identidades se basan en el Dios Trino y no en otras cosas como la política,
el entretenimiento, la riqueza, la popularidad o cualquier otra cosa. Queremos
formar cristianos maduros que aspiren a la santidad, arrepintiéndose de sus
pecados cada vez que caigan en tentación, y capaces de distanciarse de eventos
y actividades pecaminosas. Buscamos el empoderamiento para la justicia y la
ministración, para que nuestros discípulos tengan fe en que Dios usará su
testimonio y evangelización para acercar a las personas a Él.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

6. Creer la verdad: Esto no es teológico sino pastoral. No estamos hablando de


doctrinas o dogmas. Queremos enseñar a la gente a creer la verdad sobre sí
misma. Muchas personas recibieron un falso sentido de sí mismas cuando eran
jóvenes. Volviendo al tema de la identidad, buscamos que tengan una
verdadera visión de quiénes son de acuerdo con la sabiduría y la providencia de
Dios.
7. Vida en comunidad: Seguir a Jesús nunca puede ser una búsqueda
individual. Somos personas en una comunidad de amor y servicio donde
podemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El objetivo más
profundo aquí es revelar la verdad de que no podemos amar a los demás sin ser
amados nosotros mismos. Vivimos en una sociedad cada vez más
individualista; la Iglesia rechaza esta visión de la humanidad.
8. La gracia del sufrimiento: Este es un aspecto clave de la imitación de Cristo.
Él fue capaz de sufrir de una manera que era redentora. Nuestro sufrimiento
también puede ayudar a redimir este mundo. Debemos ser modelos de esto, y
debemos enseñarlo. Estamos enseñando a la gente a no ser "cristianos cuando
hace buen tiempo". Tarde o temprano el sufrimiento y la prueba vendrán.
Debemos enseñar a la gente que esto es así, y que es parte de la vida cristiana.

Etapas progresivas a las que aspiramos en la catequesis de adultos:

1. Vivimos nuestras vidas desde un modelo cristiano.


2. Invitamos a la gente a pasar tiempo con nosotros y a observar nuestra vida
cristiana.
3. Invitamos a esas personas a aplicar este modelo a sus vidas.
4. Evaluamos su experiencia.
5. Cuando son maduros y confiables, los enviamos a hacer lo mismo.

Y así, nosotros, que una vez fuimos discípulos, hemos hecho discípulos. Fue lo
que Jesús hizo (Lc 10). Debemos seguir sus pasos y, como San Pablo, esperamos
formar cristianos maduros.

Doctrina catequética:

Además de tener un encuentro personal con Cristo y centrar todos los ámbitos de la vida
de un adulto en la figura de nuestro Redentor, es necesario fundamentar la vivencia de
fe del catecúmeno en las verdades que se definen a través de los textos que la Iglesia ha
desarrollado desde una visión teológica y guiada por el Espíritu Santo. Por ello, la
herramienta del catecismo es indispensable para una buena práctica catequética.

Algunos catecismos de adultos están disponibles en el portal de la Delegación:


https://www.anglicanos.es/eym/portal/category/ministerios/catequesis-adultos/

Catequesis matrimonial:

Sin entrar en detalles, hay tres problemas principales que enfrentan los matrimonios.
Estos deben discutirse antes del matrimonio si es posible, para asegurarse de que la
pareja entienda las expectativas del otro:

1. Dinero: ¿Cuánto dinero se debe ahorrar y cuánto se debe gastar? ¿Hasta qué
punto está bien ayudar a los miembros de la familia con sus fondos? ¿Cuál es el

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compromiso de la pareja en cuanto a dar a la iglesia local o a la misión? ¿Cómo


se repartirán las tareas domésticas?

2. Sexualidad: Para ambos miembros de la pareja ¿con qué frecuencia se espera o


se desea tener relaciones íntimas? ¿Qué creen cada uno sobre el control de la
natalidad y los tipos de control de natalidad? ¿Cuántos hijos le gustaría tener a
cada uno, y cuándo le gustaría tenerlos? Siempre hay razones para que una
pareja no tenga hijos, nunca hay un momento perfecto. ¿Qué tipo de educación y
cómo se implantará la formación cristiana a los hijos?

3. Familia: Casarse significa que se está formando un nuevo hogar. Ninguno de


los miembros de la pareja podrá pasar tanto tiempo con miembros de su familia
como lo hacía antes. Cada persona debe entender esto para que no se amargue o
moleste cuando sea necesario estar con la familia de la otra persona durante un
período de vacaciones o durante una fiesta.

Es importante, ante la celebración de un matrimonio cristiano, que los contrayentes sean


conscientes que Dios debe estar siempre presente en su relación como pareja. Eso no
sólo implica una vida de fe participativa y congregada en una parroquia como
matrimonio, sino también la visualización por parte de cada miembro de la pareja de
que todas las circunstancias y decisiones que se tomen como matrimonio van a estar
auxiliadas por Dios y deberán ser tomadas en el temor de Dios.

Un buen recurso es el ‘Curso Alpha’ para novios y matrimonios:


https://www.anglicanos.es/eym/portal/curso-alpha-para-novios/

Escuela dominical de adultos:

En algunos lugares es común tener Escuela Dominical no sólo para los niños, sino
también para los adultos. Esto puede hacerse antes o después del culto principal.

La Escuela Dominical brinda un lugar para que las personas compartan sobre su vida
espiritual y sus pensamientos sobre la religión y las Sagradas Escrituras con otros de
una manera que no es posible durante el servicio de Comunión. Puedes encontrar más
puntos sobre la Escuela Dominical para adultos en la sección ’1.4 – Meditaciones y
Estudios bíblicos’.

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1.4 - Meditaciones y Estudios bíblicos


Estudios bíblicos:

Es importante planificar para todo un curso el contenido de los estudios bíblicos, que
generalmente se realizan una vez por semana. Esta planificación puede enfocarse de
diversas maneras:

 Por temáticas diversas que abarquen las cuestiones de fe y vida cristiana.


En este primer caso, el estudio bíblico se centra más en fundamentar en la Palabra de
Dios aquellas actitudes y decisiones que todo cristiano debe asimilar. Hay recursos de
estudios bíbicos que desarrollan una dinámica para la mejor asimilación de principios
tales como el arrepentimiento, el bautismo, la necesidad de congregarse, etc. Sirva
como ejemplo el método llamado ‘La Espada’, en donde se organizan diez sesiones
semanales para implementar diez principios básicos de la espiritualidad cristiana:
https://www.anglicanos.es/eym/portal/metodo-de-estudio-biblico-la-espada/

 Por libros de la Biblia.


En este segundo caso, el estudio bíblico se centra más en una exégesis del texto y una
profundización intelectual de las circunstancias que envuelven el redactado, sin olvidar
nunca las aplicaciones a la vida del cristiano. Puedes tomar de Internet buenos análisis y
comentarios de libros o cartas de la Biblia, y desarrollarlos semanalmente en diversas
sesiones. Tienes diversos recursos en el apartado de biblioteca del portal de la
Delegación:
https://www.anglicanos.es/eym/portal/libros/

 Por la vida de Jesús y de los primeros cristianos.


En este tercer caso, el estudio bíblico se centra más en el ámbito biográfico y ministerial
de la personalidad estudiada. Puede tomarse alguno de los evangelios y estudiarse
fragmento por fragmento la vida de Jesús; o por autores según las epístolas (Pablo,
Juan, Santiago, Pedro…); o por la incipiente comunidad que se describe en Hechos de
los Apóstoles.

Hay la conveniencia pedagógica que los estudios bíblicos sean:

1. En un día diferente al domingo; mejor entre semana.

2. Al atardecer, antes de cenar, para permitir la mayor asistencia posible de los miembros
interesados, compatibilizándolo con la jornada laboral.

3. Que no duren más de una hora.

4. Que se guarde siempre un tiempo para la participación de los asistentes, ante la


exposición de quien realice este ministerio: las dudas, preguntas y visiones propias de
los oyentes suelen ser a menudo aportaciones para el grupo reunido, y muchas veces
instrumento del Espíritu Santo para infundir conocimiento de la Palabra.

5. Que se inicien y se finalicen con una breve oración.

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Meditaciones:

Hay una herramienta pastoral muy interesante y que ofrece mucho alimento espiritual y frutos
en la comunidad, que son las ‘Meditaciones’. Se trata de hacer una reflexión parecida a una
predicación, pero con un aire más íntimo y directo:

1. Buscar un espacio recogido y sin excesiva luz;

2. Organizar un grupo pequeño en número de asistentes;

3. Mantener un tono oral en la exposición, de proximidad, gozo, ensimismamiento;

4. Preparar la meditación en base a un texto bíblico;

5. Interpelar al oyente usando la segunda persona del singular (tú), en lugar del
plural (vosotros);

6. Buscar alcanzar la conciencia y el alma del oyente;

7. Explorar los sentimientos y las vivencias en la relación con Dios;

8. Que tenga una duración aproximada de treinta minutos;

9. Sin participación de los asistentes (simple escucha y meditación);

10. Iniciar y finalizar con una breve oración.

11. La frecuencia de las meditaciones puede ser mensual.

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2. Orar
(sacramentos y
cultos)

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2.1 - Grupo de liturgia


El servicio dominical-.

Si la parroquia cuenta con suficientes recursos humanos, es conveniente que el rector


forme un pequeño equipo para delegar en él el mayor número de actividades que a
continuación se indican. En este área de liturgia, no sólo es buena la delegación como
principio de participación de la comunidad en la vida sacramental, sino que
específicamente es un medio que Dios suele utilizar para despertar vocaciones
ministeriales entre los laicos. Veamos, pues, las principales indicaciones, sea que el
ministro cuente con un equipo o deba llevarlo solo:

La celebración dominical de la Santa Cena no es un hecho aislado de la vida parroquial,


sino que se trata de la culminación de todo el esfuerzo ministerial, de la máxima
expresión de comunión de la comunidad, de la materialización del trabajo pastoral de
toda la semana, de la plena exposición de todos los medios dedicados a la congregación,
del agradecimiento al Señor por permitirnos estar en nuestros ministerios. Es por ello
que la celebración dominical no puede tenerse como causa motora para el resto de
dinámicas eclesiales, sino que debe percibirse como resultado de los dones que los
líderes han recibido de Dios y que han sido puestos a trabajar durante la semana para
servir a las almas que les han sido encomendadas.

Es importante tener la visión que el Culto no empieza cuando el ministro dice ‘En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo’; ni siquiera cuando horas antes
preparó la liturgia, la predicación o el altar. El Culto dominical empieza el lunes. Es
durante toda la semana que en el trabajo pastoral del ministro y los líderes coordinados
por éste, se dedica tiempo y vida al servicio de las necesidades de la comunidad, desde
los diferentes ministerios de la parroquia. Trabajar la fe y la formación dando
testimonio; conocer las preocupaciones e inquietudes de los feligreses visitándolos o
llamándoles; ofrecerles apoyo de todo tipo (espiritual y material) bien dándoles
consuelo, consejo, bendición o simplemente ayudándoles en una gestión administrativa,
o llevándolos en coche a una visita médica, o informándoles de una oferta de trabajo…
Es por ello que el ministro debe poder disponer de unas horas diarias reservadas
exclusivamente al servicio de la comunidad, sea la necesidad que sea que tenga
cualquier feligrés, por muy humana y poco divina que parezca. A veces oímos decir o
decimos que los fieles son ‘cristianos de domingo’ porque sólo viven su fe el Día del
Señor: el ministro tampoco es un ‘ministro de domingo’. Sólo así es cuando se siente el
latido de la congregación y el ministro –que entonces es ‘uno de entre ellos’– puede
presentar ante Dios a la propia comunidad que él preside con conocimiento de causa, y
ponerla sobre Su Mesa para que esa comunidad presente sienta que sus vidas se
encarnan junto al misterio de la Eucaristía.

Hay diversas maneras de concretar esa presentación de la comunidad a la Mesa del


Señor:
1. Es efectivo enviar el sábado por la mañana un mensaje por la red social en que
se tenga un grupo de la parroquia, con un mensaje brevísimo que muestre que el
ministro los espera el domingo con ilusión, con mucha ilusión, y acompañar el
mensaje con una imagen de una cita bíblica alrededor del tema que va a
centrarse la homilía.

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2. Es bueno que unos días antes de la celebración, los que vayan a ser lectores
reciban por mensajería el texto que deben leer: eso les dará seguridad en la
lectura pública desde el atril, claridad en la alocución para mejor comprensión de
lo leído por parte de los asistentes, y una excusa menos para faltar a la
celebración. Conviene alternar a los lectores para que el máximo número de
hermanos se sientan participantes, pero siempre es bueno reforzar a los más
comprometidos en asistencia, dándoles las lecturas especialmente en fechas
señaladas o cuando hay visitas de ministros y hermanos de otras parroquias o del
obispo.

3. Justo al empezar la celebración, cuando el ministro sale al presbiterio, resulta de


gran efectividad hacer una pregunta a cada uno de los asistentes –la misma a
todos– para que pongan su respuesta en común en la asamblea: ‘¿Qué tal te ha
ido la semana?’, o ‘¿Qué te ha preocupado esta semana?’, o ‘¿Qué alegría has
tenido esta semana?’…
Esta dinámica toma muy poco tiempo (menos del que se pueda pensar y da más
de lo que se pueda imaginar) y permite que los asistentes hagan un pequeño
repaso a su semana para encontrar causas de petición o de agradecimiento para
presentar al Señor y entrar emocionalmente con mayor facilidad en la
celebración. Además permite no sólo que unos miembros sepan las inquietudes
de otros, sino que aprenden a compartir con el resto de hermanos sus
necesidades o preocupaciones, e intuyen que orarán unos por otros, y que
cuando otro día alguien le pregunte por una situación que expuso un domingo
anterior, descubrirá la dimensión de ser una comunidad que se cuida entre sus
miembros. Al final de la ronda de la pregunta, el ministro que preside indica que
todo lo expuesto, agradecimientos, preocupaciones, alegrías o deseos, son
presentados al Señor para que Dios se encarne en nuestras vidas, junto al pan y
al vino.

4. La liturgia y los textos estándares que hay en ella y que el ministro proclama
durante la Cena del Señor, son un instrumento impresionante para crear una
atmósfera de comunión entre los asistentes y Dios. Por eso hay que encarnarlos
también, en su recitación, de tal manera que si lo cree oportuno y se siente
inspirado por el Espíritu Santo, el ministro cambie o añada alguna expresión
para ligar el canon del Servicio a una situación específica de la comunidad, o al
tema principal que dio en el sermón, o a cualquier otra necesidad que detecte. Si
la predicación fue sobre cómo Jesús se perdió en el templo, para introducir el
Padrenuestro el ministro podría invocar a rezarlo diciendo: ‘Oremos como nos
enseñó ese niño travieso que sabía bien claro quién era su Padre’. O si la
predicación fue sobre la circuncisión del corazón, el ministro podría repartir la
comunión a cada congregante diciendo: ‘El Cuerpo y la Sangre de Cristo
circunciden tu corazón’. Principalmente se trata de mantener la liturgia viva en
cuanto se relaciona directamente con las lecturas, la predicación y la comunidad
presente en ese domingo.

5. Es importante cantar. Aunque se cante mal, aunque se cante flojo, es importante


cantar. Una canción de alabanza escuchada en un Culto, puede ser un salvavidas
para alguien que esté en una situación difícil. Hay muchos medios que nos
permiten cantar: un vídeo con voz y la letra escrita, o un karaoke sin cantante, o
un teléfono con un pequeño altavoz inalámbrico, o un PDF con la letra enviado

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

días antes, o una fotocopia por canción y que se guarda para otra ocasión… Los
cantos, himnos y alabanzas tienen que estar preferiblemente en consonancia con
el tema de la predicación. Es importante que el ministro confeccione un banco
de alabanzas (un listado a modo de cancionero) de aquéllas que más gusten a la
comunidad, y que escoja entre ellas como mínimo una de canto de entrada y otra
de canto de despedida, según el sentido global que desee imprimir al Servicio
dominical. Según el contenido de ese banco de himnos y alabanzas, se irá
también definiendo la propia espiritualidad única de cada parroquia: tal es su
importancia. (Véase también apartado 2.2 - Ministerio de alabanza).

6. Los niños no molestan: son absolutamente necesarios. Una parroquia que tenga
niños, debe implicarlos en diferentes momentos de la celebración; la Cena del
Señor no es un acto religioso para adultos, sino la fiesta de acción de gracias de
todos sus hijos reunidos en comunión. Los niños pueden llevar las ofrendas de
pan y vino al altar, e incluso retirar el cáliz y la patena ya recogidos por el
ministro. Los niños pueden pasar el cepillo: realmente es menos violento y más
efectivo que cuando lo hace un adulto. Los niños pueden expresar su alegría en
los cantos, sin necesidad de mantener las formas sociales de los adultos. Los
niños son integrantes necesarios de la celebración: véase apartado 2.3 – Escuela
dominical.

7. Antes de iniciar las intercesiones universales que la liturgia indica después del
ofertorio, es bueno solicitar a un hermano que haga una oración de intercesión
local, por la comunidad presente, y que lo haga desde el presbiterio junto al
ministro. La oración propia y directa del pueblo, del pueblo cercano y presente
que es la asamblea reunida, debe ser cuidada y valorada por el ministro. Si se
deja a la espontaneidad, es posible que muchas veces nadie participe con alguna
intercesión; por eso es bueno invitar por rotación a los miembros de la parroquia
a hacerlo físicamente junto al ministro.

8. Es muestra de gran cariño y dedicación, que el ministro observe todos los


elementos litúrgicos para la celebración dominical, igual que quien prepara una
perfecta mesa de Navidad para recibir a sus seres queridos: el altar ordenado y
con todos los ornamentos necesarios; el color litúrgico correspondiente, las
variables antifonales del Tiempo, y el revestimiento correcto; los bancos bien
preparados con las hojas necesarias; los cantos escogidos; las lecturas bien
señaladas en la Biblia del atril; los audios bien coordinados; la lista de avisos a
mano; el uso de la oración propia que se publica en la hoja dominical y que
refuerza la comunión a toda la diócesis… Cuando un ministro recibe a la
comunidad con todos los detalles bien preparados, la comunidad confirma que el
ministro los recibe con mucha ilusión.

9. En el momento de la absolución de pecados, es importante que el ministro


muestre algún signo externo de su recepción por parte de la comunidad cuando
es su turno recibirla: bien inclinado, bien de rodillas. El signo ayuda a educar en
la importancia del rito sacramental que el pueblo realiza. La comunidad debe
percibir claramente que el ministro, al igual que ella, necesita siempre del
perdón de Dios.

10. El rito de la paz es uno de los signos más hermosos de una comunidad reunida
ante el Señor: los abrazos, las breves conversaciones que provoca, los

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desplazamientos para llegar a todos, las sonrisas acogedoras… es sin duda un


momento de hermandad. Y es una gran ocasión para que el ministro baje del
presbiterio y se mezcle entre el Pueblo de Dios, con cercanía y humildad,
borrando cualquier atisbo de superioridad. A los niños les encanta chocar la
mano; a los adultos sentir que su ministro está junto a ellos en la fiesta del amor
y la reconciliación.

11. En cada celebración, la predicación es tal vez la mejor ocasión de alcanzar almas
y de dar sanación, así como de impartir pedagogía sobre la historia de amor y
salvación de Dios en cada uno de nosotros. La predicación debe tener ‘un
concepto y una consecuencia’: desvelar el concepto que se esconde en el
fragmento proclamado de la Palabra de Dios, y visualizarse en una aplicación
directa en la vida de los feligreses. Por eso es bueno el uso de anécdotas y
vivencias que luego sean llevadas a un plano sobrenatural; al fin y al cabo Jesús
usó de analogías y parábolas cotidianas de sus coetáneos para revelarnos las
verdades eternas. Debemos, pues, ‘deslumbrar a las mentes humanas con su gran
Dios’ misericordioso, y para ello la exposición homilética debe realizarse con
claridad, sencillez y pasión.

12. El momento de la consagración debe ser un momento solemne, que sin perder la
alegría de la celebración y la cercanía de la liturgia compartida, invoque a un
respeto profundo y agradecido. Por eso es importante realizarla en pleno
silencio, después que las últimas notas del ‘Santo’ se acallen y cuando hasta los
niños perciben que es momento de escuchar, de escuchar lo que Cristo nos va a
decir. La comunidad también percibe con gozo cuando el ministro hace una
parada interior, se concentra para vivir el misterio, e inicia con humildad y
pausadamente la consagración. La solemnidad no nace de una voz recia y con
tonadilla catedralicia, sino de una lectura con sentimiento, con emoción, con
pasión, como si fuese la primera vez que se lee.

En resumen, hay que reforzar el mensaje principal a transmitir, desde todos los ámbitos:
el mensaje del día anterior, las canciones, las lecturas que corresponden, la predicación,
las ‘morcillas’ introducidas en la liturgia… todo debe llevar al tema troncal que el
ministro haya decidido transmitir.

Dicen que ‘a Dios se le celebra en la misa y en la mesa’. Después de haber compartido


juntos la celebración de la Cena del Señor, hay un ‘ministerio’ que hermana y asienta
relaciones de comunión entre toda la congregación, como pocos en la vida parroquial:
se trata del ‘Ministerio del café’.
En muchas parroquias, a la salida del Culto, los asistentes se quedan hablando en la
puerta y muchos aprovechan para saludarse o comentar temas personales, pero en ese
entorno suelen ser relaciones superficiales y breves. Además, los más tímidos se quedan
enseguida sin interlocutor y se retiran a casa. En cambio, si después de la celebración se
invita a los asistentes a pasar al salón parroquial a tomar café, sentados todos cara a
cara, se establece un vínculo poderosísimo entre los miembros de la comunidad. Ese
hábito consigue que la congregación sepa que esa porción del domingo la va a dedicar a
alabar al Señor en el servicio y a tener un tiempo de encuentro y convivencia con el
resto de los hermanos. El ministro ya ha hablado mucho durante el Culto: ahora es el
momento en que el ministro no tiene que dirigir la reunión sino que está para servirles,
para prepararles el café y para atenderlos con alegría y fervor. Es un tiempo de acogida

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

que afianza y sorprende gratamente a los que están por primera vez (primeras visitas),
establece lazos de hermandad entre miembros que sólo se conocen de vista, y crea la
costumbre y el deseo de pertenencia. Finalmente da una motivación a la feligresía para
que invite a nuevos miembros a visitar la parroquia para celebrar la Santa Cena y el café
de después.

Este ‘ministerio del café’ también sirve de ocasión para celebrar los cumpleaños de la
membresía. Es fundamental que el ministro tenga en su agenda todos los cumpleaños y
que en los anuncios antes de finalizar el Servicio, haga mención de ello y bendiga a la
persona haciéndola subir al presbiterio. Después, en el café, la comunidad acaba
tomando la iniciativa y suele compartir un pastel con velas, o un pica-pica. Muchos
miembros no confesarán que les gusta que celebren públicamente su cumpleaños, pero
ciertamente les encanta. A menudo, la fecha de cumpleaños no coincide con el
domingo, por lo que es mejor buscar siempre el domingo más cercano. Pero en todo
caso felicitar a la persona el mismo día, en público a través del grupo de mensajería de
la parroquia. Esto produce una sensación de acompañamiento y comunión más allá de
los domingos.

Nota final:

En el portal de Evangelización y Misiones están disponibles diversas liturgias en


formato PDF para ser imprimidas: Oficio Matutino, Oficio Vespertino, Santa
Comunión, etc.
Enlace: https://www.anglicanos.es/eym/portal/category/ministros/liturgias/

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

2.2 - Ministerio de alabanza


¿Qué es la adoración?

El propósito de la Iglesia universal es glorificar a Dios. Ciertamente tenemos varias


actividades y ceremonias cristianas, y ciertamente la Iglesia tiene sus responsabilidades
seculares en el mundo. Pero al final del día, la pregunta central es: ¿estamos adorando a
Dios? ¿Le estamos glorificando? Puedes preguntarle a la gente de tu congregación: ¿por
qué estamos aquí? Muchas veces la respuesta tendrá que ver con el aprendizaje o el
servicio a la comunidad.
Pero la respuesta correcta es: “Estamos aquí para glorificar a Dios.”

 El culto cristiano implica alabar a Dios con música y con palabra, leer las
Sagradas Escrituras, orar y participar en varias ceremonias sagradas, como el
sacramento de la Eucaristía.
 El culto puede ser individual o colectivo.
 Las Sagradas Escrituras, especialmente en los Salmos, nos animan a participar
en ambos.
 Adoración es darnos a Dios, presentándonos como sacrificio vivo (Rm 12:1-2)

¿Por qué adoramos a Dios?

1. Dios es Creador (Ap. 4)


2. Él es el Señor (Sl 95:6)
3. Él es nuestro Redentor (Is 49:7)
4. Él es digno (Sl 29:1-2)

Puedes usar estos cuatro puntos para desarrollar enseñanza y reflexión para tu
congregación. Quizás puedas pensar en algunos puntos adicionales.

Adorando a Dios a través de la música en un ambiente comunitario

Como reza el Salmo 150: “¡Alaben al Señor con música!”. La música no es la única
manera que tenemos para alabar a Dios, pero por lo general es de las maneras más
conocidas e importantes. De alguna forma, la música tiene la capacidad de conectarnos
con Dios.

Puedes plantearte las siguientes acciones:

1. Crear un pequeño grupo musical (mejor con instrumentos como el órgano, la


guitarra, etc.) entre miembros de la parroquia que cante las alabanzas en los
servicios, invitando a que toda la comunidad también cante. Se requiere de un
hermano de la comunidad que sepa organizarlo musicalmente, y está enfocado
principalmente para la participación de los jóvenes.

2. Crear una pequeña coral que interprete en los servicios. Se requiere de un


hermano de la comunidad que sepa organizarlo musicalmente, y está enfocado
principalmente para la participación de los niños (coros).

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

3. Tener un altavoz en donde reproduzcas las canciones en los servicios: éstas


pueden ser con o sin voz del cantante. Puedes gestionarlo a través del Bluetooth
de tu teléfono móvil.

4. Tener una pantalla o proyector en donde aparezcan los vídeos de las canciones
en los servicios: éstos pueden ser con o sin voz del cantante, y con o sin la letra
de la alabanza (karaoke). Hay herramientas en Internet para poder bajarse los
vídeos de Youtube sin necesidad de tener luego conexión para reproducirlos. Si
preparas una presentación en PowerPoint, puedes gestionar las apariciones de las
diapositivas con un simple ratón inalámbrico.

5. Puedes investigar si hay en tu población algún grupo de Gospel, y contactar con


él para proponerle el uso del salón parroquial entre semana para sus ensayos, a
cambio de actuar en algún servicio puntual, especialmente en alguna festividad
litúrgica importante.

¿Cómo es tu congregación?

Al elegir música para un grupo diverso o mixto, es importante elegir canciones que sean
accesibles, es decir, que la canción sea fácil de aprender, esté en un buen rango para un
cantante promedio, y no tenga un vocabulario extremadamente complicado.

Además, deben ser relevantes. No cantamos canciones de celebración en un culto de


Viernes Santo, ni canciones de luto el día de Navidad. Si hay un determinado tema o
pasaje cristiano que estás estudiando durante la reunión, elige al menos una o dos
canciones que se relacionen con ese tema. (Véase también apartado 2.1 – Grupo de
liturgia).

Dispones de himnos propios de la IERE en el ‘Himnario Litúrgico’ (Himnario rojo) y


en los vídeos publicados en Youtube:
https://www.anglicanos.es/eym/portal/himnario/

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

2.3 - Escuela dominical


Muchas de las denominaciones eclesiales que tienen implantada la escuela dominical
entre sus actividades, suelen apartar a los niños de la celebración del culto en el
momento previo a las lecturas de la celebración, y permanecen en un espacio retirado
hasta casi al final del culto. Si bien es importante que los niños reciban una atención
especializada y tengan un entorno específico para su formación, evitando además que
puedan aburrirse con la predicación y permitiendo al conjunto de la comunidad adulta
un ambiente propicio para la escucha de la reflexión, este proceder implica diversas
privaciones injustificadas para con la comunidad infantil de una parroquia:

1. Es espiritualmente bueno para los niños que oigan la proclamación de las


lecturas de la celebración: la Palabra de Dios es eficiente incluso para aquellos
que no son capaces de entender plenamente todo su vocabulario; además, es
importante que respiren del ejemplo de los adultos en el respeto y la atención a
la escucha activa de la Palabra de Dios.

2. Es espiritualmente bueno para los niños que asistan y presencien el sacramento


de la Eucaristía, incluso si no participan de él: el sacramento no sólo tiene los
beneficios para el pueblo de Dios en el acto de recibir la comunión, sino que
también hay un beneficio espiritual en su celebración; además, es importante que
observen a los adultos en la participación del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de
tal modo que los niños lleguen a desear la futura participación plena como
miembros de igual derecho respecto al resto de la comunidad.

3. Si bien cada parroquia puede tener un programa a desarrollar durante todo el


curso en la escuela dominical, también es pastoralmente bueno evitar un
divorcio entre la escuela dominical y la misma celebración del servicio
dominical, por lo que recomendamos que el contenido de la predicación dirigida
a los adultos pueda ser adaptado e impartido por el responsable de la escuela
dominical a los niños. De este modo, incluso las familias (niños y adultos)
pueden llegar a compartir el tema principal en casa. Si, por ejemplo, el mensaje
principal del sermón para adultos es acerca del perdón, sería bueno buscar una
dinámica que acerque ese concepto a los niños de modo que les sea
comprensible y que les aporte una formación básica pero profundamente
grabada. Así, el mensaje central de ese servicio dominical llega toda la
comunidad: a los adultos que escuchan la homilía, y a los niños que asisten a la
escuela dominical. Aquello que los niños han aprendido puede materializarse en
un versículo, o un dibujo, o un recortable… que además puede ser presentado a
la comunidad adulta en la reincorporación de los niños a la asamblea de adultos.

Por todo ello, proponemos que se invite a los niños a la escuela dominical justo después
de la proclamación del Evangelio, y que se reincorporen al finalizar la predicación; pero
en cualquier caso, debe ser decisión del rector valorar –según la solemnidad y duración
de la liturgia empleada– cuál es el mejor momento para que retornen. La invitación a la
escuela dominical puede ir acompañada de una breve oración para que el Espíritu Santo
los asista en esta actividad, dando así muestras a la parroquia de la importancia que
tiene este ministerio. Acabada la predicación, puede recibirse a los niños y a la persona

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

responsable de la escuela dominical frente al altar, para que brevemente enseñen el


resultado de la actividad al resto de congregados.

Es importante tener especial cuidado con el bienestar espiritual del responsable de


la escuela dominical, pues como todo cristiano, él también necesita de la celebración
dominical: escuchar la Palabra de Dios proclamada en asamblea, escuchar la reflexión
que el predicador realice, compartir el signo de paz con el resto de hermanos, y
participar del sacramento. Es por ello que esta propuesta de temporización de la escuela
dominical no sólo evita que nuestros niños se pierdan todas esas riquezas espirituales,
sino que tampoco se las pierda el responsable de la escuela dominical. A tal efecto, sería
bueno que o bien se grabase o bien se pasaran las notas de la homilía al responsable de
la escuela dominical: no debemos olvidar la importancia de la formación infantil en la
fe, pero tampoco de la persona que lleva ese ministerio.

Los resultados son que los niños aprenden a saber estar en la celebración, se
familiarizan con la liturgia, se sienten parte de la comunidad de adultos con su propio
espacio, aprenden las canciones básicas como ‘Santo es el Señor’ o las oraciones
troncales como el ‘Padrenuestro’, participan trayendo las ofrendas al altar en el
ofertorio, incluso pasando el cepillo. Para ellos, la celebración de la Cena del Señor
se convierte en una fiesta alegre y participativa: se sienten parte importante de la
comunidad.

Es fundamental que el rector de la parroquia mime este ministerio, por lo que se


aconseja que programe los temas de la predicación con suficiente antelación para
comunicárselos al responsable de la escuela dominical, así como que se preocupe de
hacerle llegar la grabación o el extracto de la homilía. Invertir en los niños es evitar el
absentismo cuando sean adolescentes y jóvenes; es evitar que nuestra parroquia
envejezca.

En la escuela dominical, lo importante no es que aprendan el catecismo de memoria: eso


es más propio de la ‘catequesis infantil’ (apartado 1.1). Lo que es fundamental en la
escuela dominical es que ésta se centre en dar contenido a los niños en forma de valores
cristianos, y –por encima de todo– en inculcar la necesidad inexcusable de tener y
mantener una relación personal, íntima y sana con Cristo.

Material para realizar en la escuela dominical, disponible en:


https://www.anglicanos.es/eym/portal/category/ministerios/escuela-dominical/

Notas finales:

Nos hemos enfocado en la escuela dominical para niños. En partes de la Comunión


Anglicana es común tener una escuela dominical para adultos. Si el lector desea saber
más sobre el tema, véanse los apartados ’1.3 – Catequesis de adultos’ y ’1.4 –
Meditaciones y Estudios bíblicos’.

Recuerda que para todos aquellos ministerios que tengan relación con menores de edad,
es necesario que la parroquia tenga actualizados los Certificados de Delitos de
Naturaleza Sexual de las personas que están al frente. Se trata de un Certificado que
permite acreditar la carencia o existencia de Delitos de Naturaleza Sexual que constan
en el Registro Central de Delincuentes Sexuales en la fecha en que son expedidos. La

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, modificada por la Ley 26/2015
y la Ley 45/2015, de Voluntariado establece la obligación de que se aporten
Certificados Negativos del Registro Central de Delincuentes Sexuales para todos los
Profesionales y Voluntarios que trabajan en contacto habitual con menores. Es gratuito
y puede tramitarse con un certificado digital personal:
https://sede.mjusticia.gob.es/es/tramites/certificado-registro-central.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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2.4 - Ayunos y vigilias


“La palabra ‘ascetismo’ proviene del griego ‘askesis’ que significa práctica, ejercicio
corporal y, más especialmente, entrenamiento atlético. Los primeros cristianos lo
adoptaron para significar la práctica de las cosas espirituales, o ejercicios espirituales
realizados con el propósito de adquirir los hábitos de la virtud.” (NewAdvent.org)

Los ayunos y las vigilias son dos de las principales formas de práctica ascética que
existen hoy en día en España y en todo el mundo. Con el ayuno disciplinamos nuestros
cuerpos y mentes, absteniéndonos de comer por un período de tiempo, y al mantener
una vigilia nos abstenemos de dormir. Ambas prácticas ascéticas se pueden practicar
personalmente o en comunidad. Nos centraremos en la vida de la comunidad.

En la Biblia encontramos varios ejemplos de personas que ayunan:

1. Hay un ayuno para el arrepentimiento y la purificación espiritual, como vemos


en Esdras 8:21. Este tipo de ayuno se puede realizar antes de un evento espiritual
importante como el bautismo, la confirmación o la ordenación. Del mismo
modo, si una persona ha cometido un pecado grave, puede decidir ayunar para
expresar su arrepentimiento. Un ejemplo de este ayuno se puede encontrar en 1ª
Samuel 7.

2. Hay un ayuno para pedir salvación en un momento de gran necesidad. Israel


ayunó cuando se enfrentó a la guerra (1ª Samuel 7) y el rey David ayunó cuando
supo que su hijo estaba enfermo (2ª Samuel 12:16). En Hechos 13 encontramos
a los primeros cristianos ayunando mientras buscan la guía de Dios para tomar
decisiones cruciales para la Iglesia primitiva. No sabemos cómo o por qué
funciona esto, pero ayunar y mantener la vigilia parecen liberar un gran poder
espiritual para ayudarnos a escuchar a Dios y recibir su ayuda. En esta tradición,
ayunar antes de seleccionar un nuevo ministro para una parroquia u obispo para
una diócesis es encomiable y saludable.

3. Finalmente, el ayuno y otras prácticas ascéticas, están asociadas con el luto,


como vemos en 1ª Crónicas 10:12.

La palabra ‘vigilia’ tiene muchos significados. En nuestro contexto nos referimos a


abstenerse del sueño, y quizás de otras cosas, para interceder o prepararse por un motivo
particular. Esto puede implicar leer las Escrituras, algún otro libro espiritual, oración
silenciosa, canto, meditación, etc. Las vigilias cristianas más comunes se llevaban a
cabo en las noches antes de ciertos días santos, especialmente la Pascua. Pero las
vigilias también se pueden llevar a cabo en retiros o por los mismos motivos que el
ayuno anterior.

Los ayunos y las vigilias no son las únicas prácticas ascéticas de la Iglesia, pero son –en
términos de anglicanismo hoy en día– las más comunes. En cuanto a los detalles del
ayuno, hay varias tradiciones locales. En general, sin embargo, el ayuno significa ir sin
comer, pero no sin beber, por un período determinado. Algunos cristianos sólo beben
agua; otros también beben otros líquidos, como zumo o leche. Hay ejemplos de

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

personas que ayunan sin agua en el Antiguo Testamento (Esdras 10:6), pero hoy en día
no es recomendable.

Algunos cristianos enseñan erróneamente que el ayuno (y otras prácticas ascéticas)


pertenecen al Antiguo Pacto, y no a los cristianos de hoy. Nuestro Señor Jesús
claramente esperaba que su pueblo ayunara, y nos dio instrucciones sobre cómo hacerlo
de una manera saludable y honorable (Mateo 6:16-17) una vez que hubiera ascendido al
cielo (Mateo 9:14-15). Los profetas del Antiguo Pacto denuncian el ayuno cuando no se
lleva a cabo con el espíritu correcto (Isaías 58:3, Zacarías 7:4-6), pero nada de eso
significa que el ayuno y otras devociones ascéticas deban evitarse.

También debemos añadir unas palabras sobre la abstinencia, que también es una
práctica ascética. Esto refiere a renunciar a algo placentero por un período de tiempo. Se
ha vuelto común en las iglesias protestantes de hoy para en Tiempo de Cuaresma: la
gente se abstiene del chocolate, del alcohol, de las redes sociales, o –como en algunas
iglesias ortodoxas– de la carne. Hay ejemplos de esto en la Biblia (Daniel 10:3), y se le
denomina habitualmente ‘ayuno parcial’.

En cualquier caso, no hay ningún beneficio en preguntar si una forma de devoción


ascética es mejor que otra. El ministro de la Iglesia de Cristo será consciente de todas
ellas y comprenderá que, ya sea que se usen individual o comunitariamente, son
elementos importantes que pueden bendecir y edificar al Pueblo de Dios.

Grupo de oración:

Sin duda, la creación de un grupo de oración que ejercite estas prácticas mencionadas,
es un pulmón para la parroquia, intercediendo por:

 el crecimiento numérico de la membresía;


 la madurez de la comunidad;
 los ministerios que se desarrollan, para acertar en las acciones y actividades
pastorales;
 la salud física y espiritual de los feligreses;
 las necesidades puntuales de los congregantes.

También es interesante usar alguna estrategia para hacer saber que hay un grupo que ora
por la parroquia, que lo hace por cada miembro de ella, y que expone a Dios las
necesidades particulares que se les haga llegar. En muchas comunidades utilizan la
‘Caja de Dios’: un pequeño buzón en el que los que lo desean (nominal o
anónimamente) dejan una nota con las peticiones de intercesión para que sean elevadas
el día en que el grupo de oración se reúne para orar.

Puedes encontrar este recurso en:


https://www.anglicanos.es/eym/portal/la-caja-de-dios/

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

3. Servir
(servicios a la
comunidad)

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

3.1 - Pastoral de enfermos


Las personas que están enfermas a menudo necesitan atención pastoral. En muchos
casos, las personas enfermas pueden necesitar que se las visite en su hogar o incluso en
un hospital. Además, muchas personas que sufren de alguna enfermedad pedirán una
visita pastoral, incluso aunque no asistan fielmente a ninguna iglesia antes de su
enfermedad. En otras palabras, este tipo de visita pastoral puede proporcionar un
momento para compartir la fe cristiana con personas que pueden no conocerla bien.

Otro tipo de visita pastoral es a los ancianos que solían visitar fielmente una
congregación, tal vez durante décadas, pero que ya no pueden hacerlo. Cuando
visitamos a estas personas, les estamos mostrando que no han sido olvidadas, y que la
parroquia todavía las valora.

Podemos señalar cuatro puntos clave para ayudarnos a comprender la importancia de la


pastoral de los enfermos.

1. Sustento: A veces se da el caso de que una persona de fe fuerte puede perder su


fe cuando enferma, especialmente si se trata de una enfermedad duradera o algo
particularmente doloroso o trágico, como una enfermedad grave en una persona
joven que estaba sana. El pastor fiel ayudará a esa persona a continuar en su fe.
Esto no significa que el ministro sea capaz de explicar por qué Dios está
permitiendo que esto suceda. De hecho, uno debe ser muy cauteloso en esta área,
y es mejor sufrir junto a la persona en lugar de tratar de explicarle la razón de su
sufrimiento.

2. Redención: En 2ª Corintios 1:5, leemos: “Porque así como compartimos


abundantemente los sufrimientos de Cristo, así también abunda nuestro consuelo
por medio de Cristo”. De hecho, es un misterio para nosotros, pero la Iglesia nos
ha enseñado a través de los siglos que hay una cualidad redentora en el
sufrimiento. Es decir, nuestro sufrimiento puede ser ofrecido a Dios como una
petición por alguna causa, pueblo o problema. El ministro puede preguntar al
enfermo cómo su sufrimiento, unido al de Cristo, puede llevar a la redención del
mundo.

3. Orientación: Hay una cualidad misteriosa en el sufrimiento. Puede abrir el


corazón humano a verdades que podría no escuchar en otros momentos. Los
modos del ministerio de orientación pueden considerarse, de un extremo a otro,
o bien un continuo dar consejos, o bien escuchar y reflexionar. La forma de guía
que da consejos, busca llevar a la persona con problemas a tomar sus decisiones
en consonancia con los valores y la sabiduría que se encuentran en las Sagradas
Escrituras y afirmados por la Iglesia a lo largo de los siglos. Otra forma de guía,
intenta llevar a la persona con problemas a una situación en la que mejorará su
alma y su salud física después de la recuperación.

4. Conciliación: El ministerio pastoral a los enfermos y moribundos es claramente


un tiempo para que una persona se arrepienta de sus pecados y reciba la
absolución. El ministro debe preguntarle a la persona si le gustaría hacer una
confesión de pecados, ya sea al ministro o en silencio a Dios, y luego leer un

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

versículo –como 1ª Juan 1: 9– asegurándole que su confesión ha sido aceptada


por Dios. Un ministro ordenado puede pronunciar una absolución.

Algunos puntos acerca de la filosofía sobre las visitas pastorales a los enfermos:

Para el presbítero ordenado, es bueno incorporar el rito sacramental de la unción de los


enfermos. Este rito no es muy largo y se puede hacer al principio o al final de la visita,
según el mejor criterio del presbítero.

Si el obispo no tiene por norma suministrar a los presbíteros aceite de unción bendecido
para tales visitas, el presbítero puede bendecir y usar unas gotas de aceite de oliva de la
propia cocina de la persona, si la visita se realiza en un hogar. De lo contrario, conviene
llevar una cantidad muy pequeña de aceite de oliva de tu propia casa para la visita. Las
tiendas religiosas romanas disponen de pequeños frascos para transportar ese aceite. La
cantidad requerida es muy pequeña.

También es una buena ocasión para ofrecer la recepción de la Comunión, haciendo así
extensible la asamblea dominical de la congregación a esa persona enferma que no ha
podido asistir con el resto de hermanos a la Santa Cena del Señor.

Las oraciones y fórmulas diferirán según la tradición y costumbres locales. Es preferible


llevar una estola al realizar este rito, si es posible. Invita a la persona ungida o a un
familiar o amigo a hacer una lectura de los Salmos.

Para la visita de enfermos en centros de atención a personas (públicos y privados) como


son hospitales o residencias de ancianos, es aconsejable ir vestido con la ropa clerical
para evitar problemas e inconvenientes en el acceso a la visita: ahorra muchas preguntas
y explicaciones, e interpela a los usuarios. Es importante llevar encima el certificado de
‘Ministro de Culto’ emitido por el Ministerio de la Presidencia, ante cualquier
eventualidad con la autoridad del centro o policial. (Véase el apartado 3.3 – Pastoral de
personas mayores).

En conclusión, invita a la fe y la fortalece, ora por la recuperación y prepara el alma


para la eternidad.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

3.2 - Pastoral de necesitados


Recogida y reparto de ropa y alimentos:

Ropa

1. Ante todo hay que decir que para realizar esta actividad no es necesario disponer
de un gran almacén. Se puede recibir una o varias bolsas de ropa, y ver para qué
usuario o familia es idónea y llamarla para que la recoja. Así, la ropa es
circundante y no colapsa espacio.

2. Cuando se recibe ropa, debe solicitarse que se entregue en muy buen estado y
limpia. Si algún donante no cumple con estas premisas, debe indicársele que no
traiga más ropa y que la lleve a otros sitios que sí la aceptan en mal estado o
sucia.

3. Muchos usuarios que reciben ropa, luego son los primeros en traer la que ya no
usan sus hijos porque éstos han crecido.

4. Hay muchos donantes que son externos a la parroquia y que aprovechan los
‘cambios de armario’ de temporada para llevar ropa buena.

5. La ropa que después de un tiempo no sale, puede entregarse a entidades que la


reciclan.

Alimentos

1. Los alimentos que se reciban, deben ser no perecederos, y es conveniente


proceder con un reparto también circundante para evitar caducidades y
ocupación innecesaria de espacio.

2. Su recogida es más difícil y suelen ser los miembros de la misma parroquia los
que más participan.

3. En aquellas actividades o celebraciones que la parroquia organiza a lo largo del


año, puede pedirse a la congregación que realice a modo de ‘pago de entrada’ un
kilo de algún alimento no perecedero (arroz, pasta, legumbres…).

4. Algunas tiendas de alimentos están dispuestas a donar productos para obra


social, por causa de la fecha de caducidad o por otros motivos. Visitar esas
tiendas que están cerca de la parroquia para solicitarles apoyo, también es una
manera de hacerse visible, aunque no acepten participar. Para estos tipos de
alimentos perecederos, el reparto debe ser casi inmediato.

Relación con otras instituciones:

Conviene que el rector de la parroquia o responsable del área de pastoral de necesitados


tenga establecidas relaciones con otras entidades de servicios sociales dentro del ámbito
territorial afecto:

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1. Área social del Ayuntamiento


2. Área social de la Comarca
3. Cruz Roja de la zona
4. Caritas de la zona

Este tipo de contactos permite derivar situaciones de emergencia o simplemente aportar


soluciones rápidas a personas angustiadas. Además, es una vía de visibilidad de la
parroquia en los órganos civiles de gobierno.

Apoyo a gestiones administrativas:

Muchas veces, las personas que necesitan los servicios sociales carecen de los
conocimientos y medios para realizar gestiones con la Administración. La parroquia
puede ser un gran punto de referencia para ayudarles a presentar una instancia, escribir
una reclamación, solicitar una cita telefónica o por Internet (a Inmigración, a la Policía,
a la Seguridad Social, al médico, etc).

1. Requiere de un voluntario de la congregación que pueda dedicar unas horas a la


semana a atender las peticiones.
2. Con un ordenador, una impresora y conexión a Internet es suficiente.

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3.3 - Pastoral de personas mayores


Si hay dos actitudes básicas para la pastoral de mayores, éstas son: cariño y paciencia. A
menudo son miembros que se congregan individualmente, con hijos y nietos ocupados
en sus tareas del mundo, y sienten cierta soledad que ven reconfortada los días de
reunión eclesial, en la comunión de la congregación. Sus conversaciones suelen ser
largas, y muchas veces están deseosos de compartir su opinión desde la experiencia que
les ha dado la vida civil y de fe: no debemos ni obviar esa sabiduría, ni hacerlos sentir
que ya no son útiles.

Hay que estar atento, por tanto, en contactarlos el día que no asisten a la parroquia, para
saber si han tenido algún percance y mostrar el interés por su estado, especialmente de
salud. No suelen ser excesivamente partícipes en las dinámicas de las actividades
(formativas, cúlticas, etc.) pero no por eso deben ser aisladas y dejar de pensar en ellas
para que realicen alguna acción esas las actividades.

Cuando no asisten a la parroquia, es importante visitarlas:

1. En casa: la llamada de teléfono es la mejor manera para concertar una visita en


el domicilio de la persona mayor; crea las circunstancias para que se acepte la
propuesta, con cualquier excusa (tomar un té o café, etc.). También es una buena
ocasión para llevarle la comunión, por si la desea recibir. Las visitas no deben
ser largas, para no fatigarlos: la simple visita, aunque sea breve, comunica a la
persona mayor tu interés y preocupación por ella.

2. En el hospital: los ministros tenemos el derecho de acceder a un centro de


hospitalización sin necesidad de ser invitados por el paciente o por su familia.
Independientemente que el hospital tenga un capellán romano, no sólo estamos
autorizados a visitar a nuestros feligreses sino incluso a atender a otros que
puedan estar interesados. Es conveniente siempre gestionar con delicadeza el
trato con el personal sanitario para que el acceso al paciente sea posible,
especialmente en un Estado que ‘de facto’ no respeta la aconfesionalidad
descrita en la Constitución Española; incluso la autoridad policial a veces puede
llegar a negarnos ese derecho constitucional. Por tanto, ‘mejor con miel que con
hiel’. También tenemos que estar bien atentos a las instrucciones que el personal
sanitario nos pueda indicar, para el correcto funcionamiento de su servicio y
seguridad de los pacientes.

3. En la residencia de ancianos: nuestro amor por los hermanos tiene que superar
nuestras incomodidades a la hora de entrar en un asilo: olores, lamentos, escenas
deprimentes… y mostrar siempre una sonrisa, un saludo, una caricia. Durante la
visita al miembro de nuestra parroquia, nos encontraremos con otros usuarios
que estarán contentos de saludarnos y de compartir algunas palabras. Si tu
ministerio te lo permite, plantéate a dedicar un par de horas a la semana a visitar
la residencia de ancianos que hay en tu entorno, y conocer a los usuarios. Como
en el hospital, tenemos ese derecho como ministros religiosos: es conveniente
solicitar una reunión con la dirección del centro y comunicarles que vas a ir de
visita para dedicar un tiempo a escucharlos y confraternizar. Muchos de estos
centros también tienen un capellán romano, pero eso no puede ser excusa por

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

parte de la dirección porque tu visita no es para celebrar un servicio cúltico, sino


para dar calor y consuelo a los internos, a título individual.

En general, en los centros de atención a personas (públicos y privados), es aconsejable ir


vestido con la ropa clerical para evitar problemas e inconvenientes en el acceso a la
visita. Ahorra muchas preguntas y explicaciones, e interpela a los usuarios. Es
importante llevar encima el certificado de ‘Ministro de Culto’ emitido por el Ministerio
de la Presidencia, ante cualquier eventualidad con la autoridad del centro o policial.

En la parroquia, es importante saludarlas también al final del encuentro:

Preguntarles sin rubor:

 si les ha gustado la predicación;


 si han estado cómodos con las canciones;
 si han pasado frío o calor;
 si vendrán el próximo día;
 si necesitan algo en particular.
 preguntarles por los nietos, si tienen.

Nuestra fe es también herencia de los que nos precedieron en ella. Si Dios lo permite,
también nosotros llegaremos a ser ancianos.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

3.4 - Pastoral de grupos de riesgo


Es importante que la parroquia sea un centro de referencia de cohesión social en el
barrio o pueblo en el que esté incardinada, sobre todo como testimonio del amor de
Cristo, y para ello la realización de actividades a colectivos con riesgo de exclusión
social es una de las mejores herramientas. Un don recibido de Dios (a través de nuestros
padres, de nuestros profesores…) que podemos dar gratis es la educación.
Cuando se inicia una actividad educativa, no hay que desanimarse si la participación
inicial es baja. Se puede empezar con clases individuales y pasar a grupales en los
siguientes años. Todas las acciones a continuación expuestas, no requieren de dinero
sino de tiempo y dedicación. Tal vez esté mejor enfocado pedirle a Dios, mejor que
medios económicos, que nos regale tiempo para dedicar a las personas.

Todos los materiales educativos indicados en este apartado se pueden encontrar en el


portal de la Delegación de Evangelización y Misiones:
https://www.anglicanos.es/eym/portal

Clases de repaso y refuerzo escolar:

La mayoría de los niños de inmigrantes tienen la carencia del apoyo de sus padres en las
tareas escolares y para acceder a clases de repaso extraescolares, tanto por falta de
formación como por la barrera del idioma.

1. Se necesita/n voluntario/s de la congregación que puedan dedicar unas horas a la


semana a ayudar a los niños con los deberes.

2. Es conveniente dividir a los niños en dos grupos con horarios o salas diferentes:
Primaria y ESO. Pueden llevarse diversos niveles dentro de cada grupo.

3. El apoyo consiste en revisar la agenda escolar de cada niño y ayudarle a hacer


los deberes que tenga, organizándole el tiempo, explicándole lo que no entiende
y resolviéndole dudas de vocabulario o de comprensión del ejercicio a realizar.
Se trata de crear una sala para las tareas escolares, con apoyo de un profesor.

4. Debe tenerse un formulario de inscripción de cada niño en donde figure la


autorización paterna al menor, y los datos de contacto del tutor en caso de una
urgencia.

5. El rector debe tener al día el certificado penal de delitos sexuales de cada uno de
los voluntarios.

6. Es interesante tener agendada la fecha de cumpleaños de cada niño, para


felicitarlo el día que venga más cercano a su cumpleaños, y hacer una pequeña
oración por él delante del resto de niños. Si es posible, incluso prepararle un
pequeño regalo.

Clases de español para inmigrantes adultos:

Entre los inmigrantes de origen no hispanohablante, se encuentra sobre todo el colectivo


de mujeres que no pueden abrirse a la sociedad porque no han tenido que trabajar fuera

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

de casa, a diferencia de sus maridos. Esta barrera les complica la integración y la


creación de ligámenes afectivos con personas de fuera de su comunidad cultural o
religiosa, favoreciendo la creación de getos y una actitud cerrada hacia el resto de la
sociedad.

1. Se necesita/n voluntario/s de la congregación que puedan dedicar unas horas a la


semana a enseñar el idioma.

2. Según las necesidades, pueden establecerse dos grupos diferenciados: los que
necesitan el idioma para ir a comprar, hacer las tutorías escolares, o incluso
dirigirse mínimamente a la Administración; y los que quieren mejorar el idioma
para realizar el examen del Instituto Cervantes del nivel A2, que es el requerido
para poder aspirar al proceso de nacionalidad.

3. Para el grupo básico: pueden fotocopiarse fichas de diferentes escenas (en el


colegio, en el mercado, de viaje…) y aprender vocabulario y expresiones.

4. Para el grupo de A2: existe un librito de texto que enseña en base a la estructura
del examen y usa el mismo modelo de ejercicios con que se evalúa al alumno. El
librito es el ‘DELE A2’ de la Editorial Edelsa; su compra por parte de la
parroquia representa una pequeñísima inversión que es amortizada por un uso
continuado durante varios años y para muchos alumnos.

5. Los exámenes son convocados por el Instituto Cervantes varias veces a lo largo
del año. Cada alumno debe inscribirse cuando crea que está al nivel necesario, y
mejor si el profesor lo ha recomendado. Los derechos de examen son muy caros
para ellos, y si un alumno suspende, debe dejar pasar varias convocatorias antes
de volver a presentarse.

6. Es interesante organizar un pequeño ágape con los alumnos, en fechas previas a


los descansos de Navidad, Semana Santa y verano. Durante las clases se crea un
ambiente distendido que invita a realizar esta actividad, haciendo que los
alumnos traigan cada uno algo de comer o beber de sus casas: no tiene por qué
ser una carga económica para la parroquia.

Clases de examen de cultura para nacionalidad:

Una de las maneras de romper prejuicios, es ayudar a los inmigrantes a realizar los
exámenes para la consecución de la nacionalidad. Se les comunica que no son
rechazados sino que queremos recibirlos y dejarlos participar de nuestra sociedad,
“porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Cf. Ex 22:21). Los
inmigrantes de origen hispanohablante no necesitan realizar el examen de idioma A2, y
requieren de muy pocos años de residencia legal para iniciar el proceso, pero tienen que
realizar un examen de cultura que se denomina CCSE (Conocimientos Constitucionales
y Socioculturales de España). Para el resto de inmigrantes, no sólo deben superar el
examen de idioma sino que además el tiempo de residencia legal tiene que ser muy
superior, sobre los diez años. A parte de estos requisitos, tanto unos como otros deben
demostrar autosuficiencia económica y enfrentarse a muchísima burocracia con la
Administración, y esperar una resolución que normalmente llega bastante más tarde de
los plazos legalmente establecidos por el propio Estado.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

1. Se necesita/n voluntario/s de la congregación que puedan dedicar unas horas a la


semana a enseñar los CCSE.

2. Los exámenes son convocados por el Instituto Cervantes varias veces a lo largo
del año. Cada alumno debe inscribirse cuando crea que está al nivel necesario, y
mejor si el profesor lo ha recomendado. Los derechos de examen son muy caros
para ellos, y si un alumno suspende, debe dejar pasar varias convocatorias antes
de volver a presentarse.

3. Es interesante organizar un pequeño ágape con los alumnos, en fechas previas a


los descansos de Navidad, Semana Santa y verano. Durante las clases se crea un
ambiente distendido que invita a realizar esta actividad, haciendo que los
alumnos traigan cada uno algo de comer o beber de sus casas: no tiene por qué
ser una carga económica para la parroquia.

4. Existe un manual de contenidos que enseña y desarrolla las preguntas y


respuestas en base a la estructura del examen. El manual está publicado en
abierto por el Instituto Cervantes, en formato PDF.

Cursos de Competencia N2 (consecución de la ESO) para jóvenes e inmigrantes:

Sin duda, una de las armas más importantes que tenemos para evitar el agravamiento de
la marginalidad, es la educación. Los jóvenes pueden ser más conflictivos y
desesperanzados si no tienen una salida laboral, y muchas veces esa situación proviene
por haber desaprovechado en su momento el tiempo escolar. Puede ser un hermoso
ministerio de la parroquia ayudar a darles una segunda oportunidad. Del mismo modo,
la mayoría de los inmigrantes no pueden convalidar sus estudios, y llegan sin que se les
reconozca ni siquiera los estudios más básicos.

1. Se necesita/n voluntario/s de la congregación que puedan dedicar unas horas a la


semana a enseñar los contenidos troncales.

2. Cada Comunidad Autónoma gestiona los exámenes libres para conseguir la


titulación equiparable a la ESO; suelen ser dos convocatorias al año. Este
programa se denomina ‘Competencias N2’ y se centra sólo en las principales y
más básicas asignaturas. Los temarios suelen estar disponibles en abierto, en
formato PDF.

3. La consecución de N2 permite a la persona incorporarse al mercado laboral con


más cualificación, y sobre todo le abre la puerta para realizar otros estudios
superiores.

Otros:

Hay otras acciones más especializadas que una parroquia puede plantearse si tiene los
recursos humanos suficientes o establece contactos con otras organizaciones. En el caso
de apoyo a personas con alcoholismo o drogodependencia, si el entorno de la parroquia
está marcadamente situado en ese ambiente, sería bueno intentar impartir o dejar en uso
las instalaciones parroquiales a grupos de apoyo tales como ‘Alcohólicos Anónimos’.
La filosofía de AA está basada desde la fe, y las parroquias deberíamos ser principales
receptores de ese tipo de reuniones organizadas por personal cualificado.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

Nota:

Hay material educativo disponible en el portal de la Delegación:


https://www.anglicanos.es/eym/portal/material-educativo-para-cursos/

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

4. Compartir
(predicación y
expansión)

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

4.1 - Evangelización y testimonio


Ser visible en Internet

Para dar testimonio hay que tener visibilidad, pues “una ciudad asentada sobre un monte
no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre
el candelero” (Mt 5:14-15).

 Pocas personas hoy en día asisten a la iglesia que está más cerca de su hogar. En
España esto es especialmente importante ya que hay pocas iglesias protestantes
y muy pocas iglesias anglicanas.
 Algunas personas pueden asistir a tu parroquia porque un amigo los invitó o
porque está cerca de su casa.

 Pero a menudo las personas que vienen nuevas, es porque trataron de encontrar
una iglesia protestante o una iglesia anglicana en particular. Esto significa que
debes ser visible, y hoy eso significa que necesitas ser visible en Internet.

 Formas de ser visible:


1. Tener una página de Facebook actualizada. Las parroquias no son
personas, por lo que tu parroquia no debe tener el perfil de una persona,
sino de una empresa u organización.
2. Crear un blog sencillo. Este es el tipo de sitio web más fácil de mantener
y un blog básico es gratis. Sin embargo, si alguien busca “anglicanos en
[tu ciudad]”, es probable que aparezca tu blog. Tu blog deberá tener la
dirección postal y los horarios de servicio, y un correo electrónico o
número de teléfono para consultas.
3. Asegúrate de que la información en la web nacional esté actualizada
(https://www.anglicanos.es/#iglesias).
4. Asegúrate de mantener toda la información de inicio de sesión y
contraseñas en un lugar central. Algún día la parroquia tendrá un
reverendo diferente y él debería poder continuar actualizando estas
páginas.
5. Un blog antiguo con noticias e imágenes antiguas no es atractivo. Le dice
a la gente que tu parroquia no está bien administrada y tiene un mal
liderazgo. Es mejor no tener ningún sitio web o página de Facebook que
tener uno malo.

Se pueden encontrar recursos informáticos en este enlace:


https://www.anglicanos.es/eym/portal/category/ministros/informatica/

Utilizar los portales de información públicos

Es conveniente que informes por escrito de los horarios y datos de contacto a diferentes
organismos:

 Ayuntamiento
 Oficina de turismo
 Prensa local

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

 Páginas de Facebook específicas de tu región


 Agenda de actos de la Delegación de Evangelización y Misiones
(https://www.anglicanos.es/eym/portal/eventos/ - eym@anglicanos.es)

Campañas de evangelismo

 Para la realización de acciones directas, véase el apartado ’4.3 – Organización de


eventos’.

 Para formar a miembros de la comunidad sobre cómo compartir el Evangelio,


téngase diferentes herramientas tales como ‘Los 3 círculos’, la cual se halla
disponible en el portal de la Delegación de Evangelización y Misiones:
https://www.anglicanos.es/eym/portal/los-3-circulos/

 Impresión de flyers para su distribución. La IERE pone a disposición de sus


parroquias la posibilidad de solicitar ediciones limitadas:
https://www.anglicanos.es/eym/portal/flyer-de-la-i-e-r-e-para-evangelizar-desde-
las-parroquias/

 El difundir ‘de boca en boca’ por parte de los feligreses, es el mejor método para
atraer nuevos miembros a la parroquia.

 La participación de diversos miembros de la comunidad en campañas civiles


solidarias con un distintivo propio y evidente de la parroquia.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

4.2 - Visitas a miembros


Las visitas a los domicilios de los hermanos de la comunidad y de simpatizantes de la
parroquia no es una tarea ajena a las funciones del pastor. De hecho, el apóstol Pablo
nos indica que es una tarea complementaria a las reuniones comunitarias: “y cómo nada
que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas”
(Hechos 20:20). Además, una de las mayores riquezas de las iglesias reformadas es que
no suelen existir miembros desconocidos que asistan a la parroquia. Hablamos del
concepto divino de ‘familia’ en las relaciones de los hermanos congregantes, como hijos
de un mismo Padre.

Habitualmente no solemos tener la ocasión de hablar individualmente y con la intimidad


pastoral requerida con cada uno de los miembros. Y si bien agendar con ellos un
encuentro en las dependencias parroquiales es una opción, a menudo el encuentro en el
entorno hogareño del feligrés permite una conversación más distendida que permite
frecuentemente florecer situaciones de crisis o de angustias espirituales. No es un
tiempo de ocio ni todo lo contrario, tampoco es un tiempo de consejería bíblica intensa.
Más bien es un tiempo de puesta a disposición, de escucha, de exhortación y oración.
También es un tiempo que refuerza los ligámenes entre la parroquia y el feligrés, a
través de la persona del ministro o de quien lleve este ministerio.

La principal preocupación del visitador debe centrarse en el bienestar espiritual de quien


es visitado, con independencia que se congregue en nuestra parroquia o –incluso– sea o
no creyente. Es por lo que no se trata de buscar la manera de convencerle para que
venga a tu parroquia, sino de la salud del alma que se visita y del consuelo pastoral que
puedas ofrecerle.

En las visitaciones, es importante:

 Presentarse avisando previamente, nunca por sorpresa

 Planificar la duración de la visita y anunciarla al visitado cuando se agende el


encuentro

 Agradecer siempre el hecho de ser recibido

 Despreocupar al visitado por el posible estado de su casa o lo que pueda


ofrecerte para tomar

 Mantener una actitud siempre conciliadora y pacificada

 Tener conciencia constante de que realizas la visita ‘representando’ a Cristo

 Evitar hablar de conflictos con otros miembros de la parroquia; en todo caso


ofrecer mediación

 Vigilar de no reconfortar al visitado más con las experiencias personales tuyas


que con la Palabra de Dios

 No obviar momentos puntuales de oración

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

 Si crees que puede haber algún conflicto de malas interpretaciones, realiza la


visita con tu cónyuge u otro miembro de la parroquia

 No permitas que la mayoría del tiempo transcurra la conversación con temas


triviales o mundanales

 Planifica previamente las diferentes etapas que tendrá el encuentro, para poder
enfocar mejor el objetivo

 Explora con delicadeza posibles preocupaciones, incomodidades o luchas por las


que esté atravesando el visitado

 Para finalizar, usa siempre una cita bíblica preparada de antemano o improvisada
según las circunstancias de la conversación mantenida, “porque la palabra de
Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra
hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb 4:12).

Si un hermano prefiere no recibirte en casa, no hay que forzar la situación para no


incomodar a nadie. Pero generalmente, estas visitas son muy apreciadas y refuerzan los
vínculos entre el pastor y los miembros de la parroquia.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

4.3 - Organización de eventos


¿Cuáles son algunos eventos especiales que tu parroquia puede hacer para atraer nuevos
miembros potenciales? Aquí hay algunas ideas que no son costosas o difíciles, aunque
requieren planificación:

1-. Películas y palomitas de maíz: Hoy en día es fácil encontrar un proyector y una
pantalla asequibles, o un televisor grande con entrada de vídeo de ordenador. Puede ser
una gran excusa para recibir a familias locales con niños, proyectando películas y dando
palomitas de maíz. El presupuesto para ello es muy bajo. Requiere:

 Informar a la gente del vecindario sobre el evento


 Que la congregación invite a amigos y vecinos
 Un pastor o líder para dar una breve bienvenida y compartir brevemente acerca
de la parroquia
 Asegurarse de dar la bienvenida a las personas que vienen al evento

2-. Organizar una conferencia académica y religiosa: Encuentra un experto local


para que venga a hablar sobre un tema que sea interesante para la población local.
Requiere:

 Un honorario para el orador


 Que la gente de la congregación invite a amigos y vecinos
 Un pastor o un líder para dar la bienvenida a las personas y compartir
brevemente acerca de la parroquia

3-. Centrarse en los hombres: ¿Sabías que si los hombres van a la iglesia, sus familias
enteras generalmente también irán? Además, es probable que sus hijos continúen yendo
a la iglesia como adultos. Pregúntate: ¿qué podemos hacer para centrarnos en los
hombres?

 Una barbacoa mensual con un breve devocional


 Un viaje de campamento o de alguna actividad lúdica
 Una excursión por uno o dos días

4-. Hay muchas otras opciones: Dependerán de los dones que tengan los miembros de
la parroquia:

 Escuela Bíblica de vacaciones


 Excursiones con jóvenes durante el curso
 Campamentos y colonias de verano
 Clases de música (canto, instrumentos musicales, etc.)
 Sesiones de cine y debate
 Club de lectura
 Impartir clases de idiomas
 Proporcionar algún servicio social:
(Véase apartado 3.4 – Pastoral de grupos de riesgo)
- Clases de repaso y refuerzo escolar
- Clases de español para inmigrantes adultos

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

- Cursos de Competencia N2 (consecución de la ESO) para jóvenes/inmigrantes


- Recogida y reparto de ropa y alimentos

 Concurso literario anual, en donde en la ceremonia de entrega de premios se


recoja 1 kg de comida a cada asistente en concepto de entrada, para aprovisionar
el banco de alimentos parroquial:
- Establecer las bases del concurso, un jurado, un calendario y los premios a
repartir
- Difundir el concurso entre miembros, amigos y vecinos
- Difundir en los medios de comunicación locales la iniciativa
- Sopesar la posibilidad de hacer una edición impresa de tirada corta (hay
imprentas muy económicas a tal efecto) con la totalidad de las obras
presentadas, para su posterior venta y financiación de los servicios sociales de la
parroquia

Se pueden encontrar recursos para estas actividades en


https://www.anglicanos.es/eym/portal

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

4.4 - Misiones y ministerios


Sin duda, es tarea y responsabilidad del rector ayudar a descubrir los llamados
particulares y generales de los miembros de su parroquia. Para ello, es necesario como
mínimo cuatro elementos:

1. Orar: Pedir al Señor que haga ver a cada miembro el propósito de Dios por el
que se encuentra en tu comunidad. No todo feligrés tiene por qué sentirse
llamado a un ministerio, pues tal vez sea el propósito de Dios que simplemente
asista a tu parroquia para ser reforzado en la fe. Pero esta necesidad debe estar
en la lista de peticiones de la oración personal de un ministro que se dedica al
cuidado de las almas que Dios le ha puesto bajo su ministerio. Igualmente, es
bueno orar en aquellas ocasiones que se haga comunitariamente, para
concienciar a la comunidad de la importancia de descubrir el llamado divino.

2. Sembrar: Si no se interpela a los miembros, si no se habla a la comunidad de las


necesidades ministeriales, si no se predica sobre el servicio a la Iglesia de Cristo,
es muy difícil que se avive el llamado de los miembros.

3. Descubrir: Estar atento a los dones que Dios ha puesto en cada miembro de la
congregación y que pueden ser necesarios en la vida de la parroquia. De igual
modo, es importante estar atento a los deseos que Dios ha puesto en el corazón
del feligrés, porque como reza el dicho: “Dios no elige a los capacitados, sino
que capacita a los elegidos”. Puede darse el caso, por ejemplo, que alguien sepa
programar páginas web, pero tal vez esté cansado de hacer eso en su trabajo, y
solicitarle que lo haga para la parroquia puede ser un peso gravoso para la
persona. De igual modo, si alguien que no sabe hacerlo desea colaborar con esa
tarea, sería conveniente poner los medios para que aprenda y pueda realizarla.

4. Apoyar: Hasta una parroquia pequeña puede, de vez en cuando, apoyar a una
misión ya existente con dinero y, como ya se ha mencionado, con oración.
Quizás estamos hablando de un misionero adentro del país, o bien podría ser
alguien haciendo obra misionera en el extranjero. Ser parte del equipo de apoyo
para esa persona puede animar mucho a la congregación local, porque así se le
hace pensar en el impacto que tiene como comunidad local en otras partes del
mundo. Cuando el misionero pueda, visitará tu congregación para compartir
sobre su ministerio, algo que anima a la evangelización y la oración.

Llamados particulares:

Todo miembro puede ser llamado a desarrollar un ministerio particular durante un


tiempo y en la época durante la que se congrega en tu parroquia. Se tratará de un
ministerio particular para la vida de la comunidad que presides, sirviendo así al
conjunto de la Iglesia universal. No importa la edad. Los principales son:

 Catequista
 Escuela dominical
 Animador musical
 Lector

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

 Monaguillo/Acólito
 Evangelista
 Responsable de liturgia
 Presencia digital (web, redes sociales)
 Recepción y seguimiento de primeras visitas
 Dirección de los tiempos de oración y meditación
 Atención a grupos específicos (niños, jóvenes, parejas, ancianos)
 Área social (enfermos, necesitados, riesgo de exclusión social)
 Responsable-editor de publicaciones

Si la parroquia es pequeña, posiblemente no tengas más remedio que abarcar –como


ministro– la mayoría de los ministerios más indispensables para el funcionamiento de la
comunidad. Pero también es fundamental aprender a delegar; y confiar que, aunque
todos podemos equivocarnos con la responsabilidad asignada a una persona en
concreto, todo caminar es un aprendizaje y toda delegación es un empoderamiento para
quien acepta la asignación. Así, la membresía se implica más y se siente miembro vivo
y útil de la comunidad, y permite que puedas dedicar tiempo a la creación de otros
ministerios de los que carezca tu parroquia.

Recuerda que para todos aquellos ministerios que tengan relación con menores de edad,
es necesario que la parroquia tenga actualizados los Certificados de Delitos de
Naturaleza Sexual de las personas que están al frente. Se trata de un Certificado que
permite acreditar la carencia o existencia de Delitos de Naturaleza Sexual que constan
en el Registro Central de Delincuentes Sexuales en la fecha en que son expedidos. La
Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, modificada por la Ley 26/2015
y la Ley 45/2015, de Voluntariado establece la obligación de que se aporten
Certificados Negativos del Registro Central de Delincuentes Sexuales para todos los
Profesionales y Voluntarios que trabajan en contacto habitual con menores. Es gratuito
y puede tramitarse con un certificado digital personal:
https://sede.mjusticia.gob.es/es/tramites/certificado-registro-central

Llamados generales:

Todo miembro puede ser llamado a desarrollar un ministerio que traspase la


temporalidad y la localización de su pertenencia a tu parroquia. Son llamados generales
que implican la planificación de un cambio de vida para servir a la Iglesia de Cristo en
cualquier parte del mundo. Este tipo de vocaciones son, como las anteriores, un
termómetro de la salud espiritual y del crecimiento que Dios realiza en tu parroquia. El
modelo de vida del ministro y sus acciones, palabras y omisiones, tienen que transmitir
siempre y en todo momento que vale la pena dedicar activamente la vida al servicio de
Dios. Los principales son:

 Predicador: lector seglar


 Ministerio ordenado: diácono y/o presbítero
 Misionero: local y/o internacional (individual o como matrimonio-familia)
 Teólogo

Estos llamados deben ser serenos (sin emergencias ni prisas), desarrollados en el


corazón de la comunidad, y con el acompañamiento personal del rector. El

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

discernimiento de este tipo de llamados es una tarea difícil, pero está en manos del
Espíritu Santo hacer que se lleven a cabo. Los llamados no siempre son directos del
Señor a la persona que así lo expresa; también pueden ser efectuados a través del rector
o de otra persona de la comunidad, y eso debe ser respetado y fomentado.

Es aconsejable, si no tienes experiencia en el ámbito de envío de misioneros, que ante


un llamado así de un miembro de tu parroquia, lo pongas en conocimiento de un
responsable de misiones de la IERE, y te dejes aconsejar en cómo proceder y las etapas
a construir. No se trata sólo de conseguir financiación para el envío: se requiere oración,
formación, preparación, logística, y coordinación tanto para el miembro que salga al
campo de misiones, como para el conjunto de la parroquia que lo envía: la misión no es
un viaje de voluntariado en vacaciones; hay mucha labor, peligros y responsabilidad en
este ministerio.

Del mismo modo, tanto para los futuros predicadores como para los llamados a realizar
los estudios teológicos, la IERE tiene el Centro de Estudios Anglicanos (CEA) con un
responsable que podrá orientar tanto en los estudios que se pueden cursar dentro del
CEA como de los centros formativos más idóneos para los niveles que no se imparten
en el CEA.

Ante una vocación para la ordenación, una vez sondeada por el rector y trabajada con la
persona y el consejo parroquial, debe comunicarse al obispo diocesano quien indicará
cómo proceder, pues será él quien finalmente y llegado el momento tenga que discernir
si el llamado es tal y ordenarla.

Un llamado universal:

Hay un llamado que compete a todo cristiano, con independencia de su estatus y nivel
de participación en la Iglesia de Cristo: es la ‘Missio ad gentes’, o lo que es lo mismo,
todo cristiano –donde quiera que se encuentre– ha de buscar ante todo promover la
evangelización. Todo creyente es un misionero que debe hacer llegar el Evangelio al
entorno cotidiano en el que Dios le ha puesto, y alcanzar a otros para que éstos, a su
vez, sigan extendiendo la Buena Nueva.

Este llamado debe estar presente en la mentalidad de todo ministro, y debe ser llevado
por éste a la conciencia de los miembros de su comunidad. Se trata de hacer discípulos
que a su vez hagan discípulos. Por este mandato de Cristo (cf. Mt 28:19), el Evangelio
debe llegar a todos los pueblos y naciones del planeta que aún no han sido alcanzados.

Véase el apartado 4.1 – Evangelización y testimonio

Adoptar un pueblo no alcanzado (o pueblo fronterizo):

¿Qué significa adoptar un pueblo no alcanzado? Significa que una iglesia o diócesis se
compromete en hacer lo posible para que el Evangelio llegue a ese pueblo. Los
elementos claves son:

1. Entender qué es un ‘pueblo’: Una agrupación étnica o sociológica


significativamente grande de individuos que se perciben a sí mismos como
afines entre sí.

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Guía para el crecimiento y desarrollo de las parroquias

2. Identificar un pueblo fronterizo (no alcanzado): Un grupo de personas que no


tiene una comunidad indígena de cristianos creyentes con números y recursos
adecuados para terminar de evangelizar a su propia comunidad sin más ayuda
externa o transcultural.

3. La meta: ver el establecimiento de un movimiento de evangelización y misión


fuerte y creciente entre aquel grupo de personas. La iglesia o diócesis
adoptadora acuerda apoyar este trabajo con oración y finanzas, además de una
mayor participación según lo dirija el Señor. La diócesis y delegación misionera,
trabajadores de campo, socios nacionales, etc., deben tener los recursos y el
equipo necesarios para comenzar a llevar adelante el proceso de plantación de
iglesias.

4. Adopción: Una adopción ocurre cuando una iglesia hace un compromiso a largo
plazo para ayudar a evangelizar y discipular a un pueblo específico. El Espíritu
Santo debe guiar la adopción. La adopción continúa hasta que la iglesia (y
aquellos con los que están trabajando como una agencia misionera) vean un
movimiento eclesial evangelizador y en crecimiento establecido dentro de ese
grupo, sea el tiempo que esto tome.

Más información en:


https://www.anglicanos.es/eym/portal/alcancemos-un-pueblo/

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