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LAS VIUDAS DE LOS JUEVES.

Claudia Piñeiro.

Quienes tienen la posibilidad y los recursos económicos para mudarse a un barrio privado en las
afueras de la Ciudad de Buenos Aires creen que nada les puede pasar, que pagan su seguridad y la
tienen garantizada. En los Altos de la Cascada se podría decir que ocurre algo semejante: las familias
que se mudan allí tienen vidas cómodas y resueltas dentro del propio barrio: escuela bilingüe,
campo de golf, canchas de tenis, espacios verdes, enormes jardines y espacios sectorizados con el fin
de que el diseño de las casas respeten cierta estética.

El control hacia quienes ingresan al barrio es estricto, afuera y muy cerca del barrio hay una villa
miseria que se amplia día a día con el correr del año 2001, uno de los momentos históricos más
críticos para la política y la economía de Argentina.

Dentro del barrio Virginia se encarga de vender casas, lleva un recuento de las familias que han visto
afectadas sus economías y han debido abandonar Altos de la Cascada, pero también de los que
llegan. La llegada del Tano es una de las más ruidosas: empresario con personalidad imponente,
respetable y excelente jugador de tenis.

Viven también en el barrio otros vecinos, a todos los alcanza la crisis y es la actitud que toman frente
a la realidad que viene a romper su burbuja el detonante de la obra: mientras algunos la aceptan
como irremediable caída, otros la oocultan (el barrio vive pendiente del “qué dirán”, de las
apariencias) y cuando el dinero se agota, la realidad aprieta, el hambre amenaza desde afuera… las
decisiones que se toman pueden ser desesperadas como un manotazo de ahogado.

Leo.queteleo.

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