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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN - FACULTAD DE

DERECHO Y DE CRIMINOLOGÍA

Alumno: Axel Yahír Escobedo Alonso

Matricula: 1943765

Materia: Derecho Corporativo

Maestro: Lic. Raúl Alfonso Cuellar Reyna

PIA: El impacto positivo del proceso conciliatorio en el Concurso


Mercantil

9° Semestre

San Nicolás de los Garza, Nuevo León, noviembre del 2022


Introducción

Recientemente el mundo sufrió una sacudida económica muy fuerte con la


llegada de la pandemia mundial COVID-19, quienes los mayores afectados fueron
las empresas, principalmente las pequeñas y medianas son las que llegaron a una
quiebra, quizá algunas simplemente cerraron sus puertas, y quizá otras entraron
en un concurso mercantil.

Un millón seiscientos mil negocios mexicanos cerraron de forma definitiva


entre octubre de 2020 y julio de 2021 en medio del COVID-19, reportó este martes
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El INEGI explicó que el 99.8% de los establecimientos mexicanos son


micro, pequeños o medianos, por lo que "tienden a presentar mayores cambios
con respecto a las grandes empresas" en sus ingresos, personal ocupado,
ubicación y cierres.

"Aunado a este comportamiento natural, la emergencia sanitaria derivada


de la pandemia por covid-19 llevó a los negocios a pausar sus actividades o
incluso a cerrar de manera definitiva", expuso el instituto.

La mayor cantidad de establecimientos que murieron ofrecían servicios


privados no financieros (38.16% del total), seguido del comercio con 29.88 % y
manufacturas con 25.69%.

Como vemos, la cantidad de empresas que llegaron a cerrar a incluso a una


quiebra fueron muchas, de esta manera, cuando existe un concurso mercantil, la
etapa de conciliación es de vital importancia, pues es aquí en donde la empresa
puede ser rescatada y que no llegue a la quiebra.
El procedimiento de la conciliación

Para entender de qué se trata la conciliación que es la etapa en donde nos


vamos a enfocar, necesitamos conocer cuál es su proceso, y para ello se dividirá
el estudio en 3, las cuales veremos a continuación:

1.- Designación del conciliador.

El conciliador puede ser designado por el Instituto, por el comerciante, y por los
acreedores reconocidos, los artículos 146, 147, 240 de la Ley de Concursos
Mercantiles establecen tres procedimientos para la designación y la sustitución:

a) Antes de que el conciliador sea designado por el Instituto, podrá ser


designado por la CNBV, por la autoridad concedente, así como por el
comerciante. El juez tiene la carga procesal de enviar copia de la sentencia
de concurso mercantil al Instituto y solicitar la designación del conciliador.
b) La designación del conciliador por el Instituto se hace siguiendo el
procedimiento aleatorio a que se refiere el título V de las Reglas de
Carácter General emitidas por el Instituto.
c) La remoción y sustitución del conciliador designado por el Instituto es
factible en los supuestos señalados en el inciso a) anterior, sin necesidad
de solicitarlo en forma incidental, ni tampoco estableciendo una causa de
responsabilidad del conciliador, bastando con la motivación de la sustitución
o remoción.

La función del conciliador, entre otras, será la de convencer al comerciante y a


los acreedores para firmar un convenio previo que permita mantener viable a la
empresa y con ello el liquidar los adeudos de los acreedores reconocidos.

2.- Términos en el procedimiento


El procedimiento de conciliación dura un plazo máximo de 185 días naturales a
partir de la última publicación de la sentencia de concurso en el Diario Oficial de la
Federación; término que puede prorrogase en dos supuestos: a) cuando el
conciliador o los acreedores reconocidos soliciten la prórroga del plazo, que será
hasta de noventa días naturales más; y b) cuando lo solicite el comerciante y el
90% de los acreedores reconocidos, se podrá prorrogar hasta por otros noventa
días naturales más.

De exceder los términos señalados en el párrafo anterior y previa la certificación


correspondiente se procederá a decretar la apertura de la etapa de quiebra, como
lo dispone la fracción II del artículo 167 de dicho ordenamiento.

3. Plazos

No se señala plazo alguno para que el conciliador, una vez designado,


comparezca al juzgado para aceptar y protestar su cargo, luego entonces
debemos de estar a la regla general establecida por el CC, que es de 3 días, sin
embargo, la LCM establece un plazo de 30 días naturales para el cumplimiento de
cualquier obligación a cargo del conciliador cuando no se establezca un plazo.

De la adopción del convenio

Continuando con este proceso, una de las ventajas que presenta es que en
la celebración del convenio se podrá pactar las modalidades de pago, o la
modificación quizá de intereses, o incluso se le puede hacer una quita.

Para logar la adopción del convenio, el conciliador se allegará de toda la


información necesaria para conocer la problemática de la empresa y así estar en
posibilidad de plantear alternativas de solución a la insolvencia; hecho lo anterior
procurará que el comerciantes y sus acreedores reconocidos lleguen a un
convenio, por supuesto, apegado a los términos de la ley concursal y durante el
procedimiento podrá: a) proponer la venta de activos improductivos y b)
recomendar la realización de estudios y avalúos que considere necesarios para el
logro del convenio, artículo 158 de la LCM.

Artículo 158.- El convenio se considerará suscrito por todos aquellos Acreedores


Reconocidos comunes, sin que se admita manifestación alguna por su parte, cuando el
convenio prevea con respecto de sus créditos lo siguiente:

I. El pago del adeudo que era exigible a la fecha en que surtió efectos la
sentencia de concurso mercantil, convertido a UDIs al valor del día de la
sentencia de concurso mercantil;
II. El pago de todas las cantidades y accesorios que se hubieran hecho exigibles
conforme al contrato vigente, desde la fecha de la sentencia de declaración de
concurso mercantil, hasta la de aprobación del convenio, de no haberse
declarado el concurso mercantil y suponiendo que el monto referido en la
fracción anterior se hubiera pagado el día de la sentencia de concurso
mercantil. Estas cantidades se convertirán en UDIs al valor de la fecha en que
se hubiera hecho exigible cada pago, y
III. El pago, en las fechas, por los montos y en la denominación convenidos, de
las obligaciones que, conforme al contrato respectivo, se hagan exigibles a
partir de la aprobación del convenio, suponiendo que el monto referido en la
fracción I se hubiera pagado el día de la sentencia de concurso mercantil y que
los pagos referidos en la fracción II se hubieran realizado en el momento en
que resultaran exigibles.

Los pagos a que hacen referencia las fracciones I y II de este artículo se deberán
hacer dentro de los treinta días hábiles siguientes a la aprobación del convenio,
considerando el valor de las UDIs del día en que se efectúe el pago.

Los créditos que reciban el trato a que se refiere este artículo se considerarán al
corriente a partir de la fecha de aprobación del convenio.

1.- Finalidad conservatoria de la empresa

La conciliación tiene como función primordial que se llegue a un convenio entre el


comerciante y sus acreedores reconocidos, convenio que debe tender a lograr la
conservación de la empresa del comerciante y evitar su quiebra.
A efecto de lograr el convenio más eficiente para las partes (deudora y
acreedoras) el artículo 151 de la LCM, impone al conciliador el deber de realizar
“los estudios y avalúos que considere necesarios”.

2.- Contenido y suscripción del convenio

En lo que respecta al contenido del convenio, este deberá considerar el


pago de los créditos contra la masa, prever reservas para el pago de las
diferencias que puedan resultar de las impugnaciones que se encuentran
pendientes de resolver y de los créditos fiscales por determinar e incluir el pago de
las obligaciones fiscales.

Para ser eficaz el convenio deberá ser suscrito por el comerciante y sus
acreedores reconocidos que representan más del 50% de la suma del monto
reconocido a la totalidad de los acreedores reconocidos más el monto reconocido
a aquellos acreedores reconocidos con garantía real o privilegio especial que
suscriban el convenio.

Para la celebración del convenio basta que el conciliador cuente con la


opinión favorable del comerciante y la mayoría necesaria de acreedores
reconocidos par la aprobación de la propuesta de convenio –50% de la suma del
monto reconocido a la totalidad de los acreedores reconocidos comunes más el
monto reconocido a aquellos acreedores reconocidos con garantía legal o
privilegio especial que suscriban el convenio— la cual pondrá a la vista de los
acreedores por un plazo de 10 días hábiles para que suscriban el convenio.
Transcurridos 7 días hábiles a partir de que venza el plazo de 10 días anterior, el
conciliador presentará al juez el convenio debidamente suscrito por el comerciante
y la mayoría requerida de acreedores reconocidos.

La importancia del convenio en el concurso mercantil

La ley de Concursos Mercantiles tiene una concepción y objeto orientador


amplio e incluyente, es pues una ley reconocida expresamente como de interés
público, así queda establecido en el primero de los artículos que la integran en el
que se determina que su objeto es regular el concurso mercantil, y para delimitar
su finalidad, literalmente explica que “Es de interés público conservar las
empresas y evitar que el incumplimiento generalizado de las obligaciones de pago
ponga en riesgo la viabilidad de las mismas y de las demás con las que mantenga
una relación de negocios”.

De tal descripción se desprende que los beneficios de su aplicación no sólo


trascienden a la satisfacción de necesidades de individuos y grupos sociales
específicos, sino la de todos los integrantes de la sociedad; de la misma manera,
se aprecia que la esencia del interés público no lo constituye solamente la
conservación de la empresa que enfrenta dificultades financieras, sino también su
viabilidad, así como la de todas las demás con las que mantenga una relación de
negocios, entendiendo por viabilidad de una empresa en crisis económica o
financiera, la capacidad que tiene para generar en un plazo razonable y bajo
ciertas circunstancias o condiciones, los recursos suficientes para hacer frente a
sus obligaciones de pago actuales y futuras.

La mayor parte del articulado de la Ley de Concursos Mercantiles, está


orientado a ordenar los procesos de reestructuración financiera que apoyan no
solo al comerciante que enfrenta y debe resolver problemas de esa índole, sino
también a un amplio espectro de interesados en el éxito de su esfuerzo, como son
sus proveedores, trabajadores, accionistas, clientes, autoridades fiscales, etc.

Para lograr su finalidad, la ley de la materia establece para el concurso


mercantil dos etapas sucesivas: la de conciliación y la de quiebra. La primera, la
conciliación, es la más relevante, porque es la que responde al objetivo central del
Derecho Concursal Mercantil, identificado por los legisladores como el:

Maximizar el valor de una empresa en crisis mediante su


conservación, con lo cual se protege el empleo de sus elementos
humanos, se evita la repercusión económica negativa a la sociedad,
producida por la pérdida de una empresa que le proporciona bienes
o servicios, y se recupera el esfuerzo empresarial que dicha empresa
representó para su titular.
La de conciliación es la etapa más propicia para que se materialicen los
criterios orientadores de la Ley de Concursos Mercantiles, tales como maximizar el
valor de una empresa, conservar el equilibrio entre el deudor y acreedores, inducir
el flujo de información relevante y, principalmente, adecuar los incentivos para
facilitar un arreglo voluntario entre los deudores y acreedores. También, es la más
trascendente porque su finalidad es lograr la conservación de la empresa del
Comerciante mediante el convenio que suscriba a sus Acreedores Reconocidos.

El marco jurídico con el que se cuenta, establece un procedimiento


concursal transparente, ágil, equitativo, que incentiva maximizar el citado valor
social de la empresa del comerciante concursado, privilegia conservarla en
operación y permite el flujo de información necesaria para la mejor toma de
decisiones. A él deben de acudir los comerciantes bajo criterios de transparencia
sobre sus operaciones y ánimo de resolver sus dificultades con respeto a los
derechos de todos aquellos a quienes afecten; por su parte, los acreedores
requieren colaborar en la construcción de una solución que, aun cuando no
satisfaga el ciento por ciento de lo originalmente pactado, haga posible la mejor
recuperación que la experiencia señala, se obtiene a través de la continuidad de
operaciones de su deudor, no de su quiebra y menos aún cuando no se obtiene la
enajenación del activo como empresa en marcha, sino que provoca el cierre
definitivo de actividades; en tal escenario destaca la confianza que puede
proporcionar a los interesados, la capacidad de los profesionistas registrados por
el Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles, para ofrecer
certeza de que la solución tomada en el campo de los negocios, constituye una
propuesta conforme a la máxima recuperación que puede ofrecer el concursado,
conservando su viabilidad.
Conclusión

Por lo menos 211 compañías, a nivel nacional tienen vigente un proceso


de concurso mercantil, de las cuales 137 no llegaron a un acuerdo o fueron
declarados en quiebra, 45 están en la etapa de conciliación y 29 en la etapa previa
de los procedimientos, señaló María Esther Sandoval Salgado, directora general
del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles (Ifecom).

Como vemos, muchas de las empresas no pueden llegar a un acuerdo en la


etapa de la conciliación y consecuentemente se van a la etapa de la quiebra
siendo la más destructiva porque se desmantelaría prácticamente.

Como hemos visto, la conciliación sirve para rescatar lo más que se pueda
de una empresa, salvarla de llegar a una quiebra y una posible desaparición de la
misma, que traerá la pérdida de muchos empleos, e incluso las deudas no serán
subsanadas del todo, teniendo así problemas no solo para el deudor, sino también
para todos los acreedores reconocidos.

Como conclusión considero que es mejor llegar a un buen acuerdo en la


etapa de la conciliación, quizá muchas de las veces los acreedores confían en sus
abogados y permiten que ellos lleven completamente todo el juicio, pero si tan solo
conocieran que se pueden llevar acuerdos de una manera alternativa siendo más
fáciles y que podría incluso ser un ganar-ganar tal vez muchas empresas
seguirían con vida, la conciliación permite que todos puedan obtener beneficios y
nadie salga perjudicado, de ahí que el legislador mexicano decidió anexar esta
etapa concursal porque la economía del país depende muchos de todas las
empresas y sobre todo de las familias mexicanas.

Bibliografía
Bucio Estrada, R. (2006). Concursos Mercantiles, Procesos y Procedimiento en México. México:
Editorial Porrúa .

Expansión. (21 de diciembre de 2021). Economía. Obtenido de Expansión:


https://expansion.mx/economia/2021/12/21/1-6-millones-de-empresas-en-mexico-
cierran-a-causa-de-la-crisis-por-el-covid

García Solís, F. (2005). Derecho Concursal Mexicano. México: Editorial Porrúa.

Nieblas Aldana, G. (2012). Derecho Concursal. México: Editorial Porrúa.

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