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Señor Jesús, que tienes a todos los niños entre tus predilectos, vamos a recorrer y
a meditar sobre tu camino de dolor, no tanto el que viviste hace siglos, sino el
que sigues viviendo hoy especialmente en los niños que sufren. Tú te has
identificado con nosotros los cristianos...
Oremos:
Señor Jesús, que tienes a todos los niños entre tus predilectos, vamos a recorrer
y a meditar sobre tu camino de dolor, no tanto el que viviste hace siglos, sino el
que sigues viviendo hoy especialmente en los niños que sufren. Tú te has
identificado con nosotros los cristianos, pero también, de manera especial con
todos los hombres que sufren. Tú sigues sangrando en las heridas de los
hombres y de las mujeres de hoy. Todos somos víctimas del sufrimiento pero
también somos culpables de que muchos sufran. Ayúdanos a reconocer nuestros
errores y sembrar amor en nuestro corazón. Amén.
El Papa Juan Pablo II nos dice: «Los niños no son una carga para la sociedad, no
son instrumentos para la ganancia; son miembros preciosos de la comunidad
humana, encarnan las grandes esperanzas y potencialidades de toda la
humanidad».
Oremos :
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Oremos:
Señor Jesús, cuando te han cargado la cruz, la has abrazado con cariño porque tu
amor te ayudaba a llevarla. Imaginamos que recordabas a tantos niños que cada
día tienen que cargar pesados ladrillos en las alfarerías; que tienen que arrastrar
enormes y pesas carretas con carbón mineral en las minas. Señor Jesús, te
pedimos perdón porque hemos inventado esclavos por todas partes, porque
cargamos a nuestros propios amigos y hermanos con tareas que nos
corresponden, porque nos olvidamos de ayudarles a llevar incluso su propia cruz.
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Oremos:
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Nos dice el Papa: «Son muchos los niños que están expuestos a padecer graves
traumas a causa de las tensiones que viven sus padres en el hogar y de la
destrucción de sus familias. La mayoría de las veces los adultos arreglan sus
problemas matrimoniales y se separan de manera egoísta sin pensar en sus hijos».
Oremos:
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Nos dice el Papa: "El recuerdo de millones de niños asesinados, los ojos tristes de
tantos de sus coetáneos que sufren cruelmente nos invitan a emplear todas las
vías posibles para salvaguardar o restablecer la paz, haciendo cesar los conflictos
y las guerras."
Oremos:
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Nos dice el Papa: "Además de los niños asesinados, quiero también recordar a los
mutilados durante los conflictos bélicos y a consecuencia de los mismos.
Finalmente, mi pensamiento se dirige a los niños sistemáticamente perseguidos,
violentados y eliminados durante las llamadas « limpiezas étnicas ».
Oremos: Una mujer quiso refrescarte con cariño y por eso se acercó a ti sin tener
miedo a los soldados y en el paño que usó quedó estampado tu rostro...
Jesús, queremos refrescarte en los hermanos que hoy sufren por el desprecio y la
injusticia
Que sepamos imitar su gesto de compasión y valentía. Que el dolor ajeno no nos
deje insensibles sino que nos llenemos de amor y solidaridad. Que consolemos a
los demás cuando sufren, viendo en ellos al Señor.
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Nos dice el Papa: "Existen además personas que no tienen escrúpulos en reclutar
niños para actividades criminales, especialmente para el tráfico de drogas, con el
riesgo, entre otras cosas, de quedar enganchados en el uso de tales sustancias."
Oremos:
Jesús ya no da más y se cae de nuevo. Los soldados lo tratan mal y nadie lo
ayuda .
Jesús, nosotros no entendemos tanto mal que hay en este mundo. ¿Por qué? Igual
que tú queremos estar al lado del que sufre. Y si nos cansamos de hacer el bien
queremos aprender de ti a levantarnos y seguir luchando.
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por
mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos. (Lc 23,27)
Nos dice el Papa: "Los niños han llegado incluso a ser blanco de los
francotiradores, sus escuelas destruidas premeditadamente y bombardeados los
hospitales donde son curados. Ante semejantes y monstruosas aberraciones
¿cómo no levantar la voz para una condena unánime?"
Oremos:
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Nos dice el Papa: "El futuro de los niños usados en la guerra está con frecuencia
marcado. Después de años de servicio militar, algunos son simplemente
licenciados y enviados a casa, y a menudo no logran reintegrarse en la vida civil,
Otros, avergonzándose de haber sobrevivido a sus compañeros, acaban cayendo
en la delincuencia o en la droga. - ¡Quién sabe los fantasmas que continuarán
turbando sus ánimos! ¿Podrán alguna vez desaparecer de sus mentes tantos
recuerdos de violencia y de muerte?"
Oremos:
Aunque caigamos muchas veces, el Señor nos perdonará por medio de la
Confesión.
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Oremos:
Señor Jesús, contigo también han hecho lo que hacen con los pobres: se han
llevado todo y te han dejado sin nada. En el mundo se da el contraste entre
millones de niños que mueren de hambre y miles de niños que comen hasta
reventar. Niños que no pueden asistir a la escuela mientras que muchos otros no
quieren aprovechar el estudio; niños que botan la comida y niños que escarban en
la basura para encontrarla.
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Nos dice el Papa: "A menudo los niños son enviados como avanzada para limpiar
los campos minados. ¡Evidentemente su vida, vale bien poco para quien se sirve
así de ellos!"
Oremos:
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Escuchemos la Palabra de Dios: «No hay amor más grande que el que da la vida
por sus amigos...»(Jn15,13 )
Nos dice el Papa: "La muerte deliberada de un niño constituye una de las
manifestaciones más desconcertantes del eclipse de todo respeto por la vida
humana."
Oremos:
Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a
otros, aceptar llenos de esperanza los sufrimientos de cada día y descubrir a
través de tu vida, buen Jesús, el verdadero sentido del sufrimiento y del amor a
todos los hombres.
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Nos dice el Papa: No son pocos los niños que acaban por tener como único lugar
de vida la calle: escapados de casa, o abandonados por la familia, o simplemente
privados para siempre de un ambiente familiar, viven precariamente, en estado de
total abandono, considerados por muchos como desechos de los que hay que
desprenderse.
Oremos:
María está de pie junto a la cruz donde muere su Hijo. En ese momento solemne,
Cristo nos la entrega como Madre. María, Madre nuestra, enséñanos a imitarte en
la aceptación por amor del dolor, para que Cristo sea conocido y amado.
Virgen María, nuestra Señora de la Soledad, acompáñanos para seguir junto a tí,
los dolores de Cristo. Danos tu esperanza, tu ternura y tu amor. Jesús, danos
esperanza de saber que siempre triunfa el amor y la Vida.
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.
Oremos:
Bendita sea la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores y
lágrimas de su Santísima Madre al pies de la cruz.