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“13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que
es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
15
Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Mateo 16:13-15 (RVR1960)
Para reflexionar y participar. Como grupo, tomen un espacio para mencionar algunas de las diferentes
opiniones que actualmente las personas tienen sobre Jesús.
En el desarrollo de nuestra fe, la respuesta a esta pregunta es el fundamento más importante y, por ende, es el
fundamento de la Iglesia y de la fe cristiana.
16 Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Mateo 16:16
Pedro supo quién era Jesús por revelación del Padre. Ante tal revelación, su respuesta fue: “Tú eres el Cristo,
Hijo del Dios viviente”. Pedro supo que Jesús era el Mesías y no solo aceptó esta verdad en su mente, sino que
fue una revelación para su vida. Esta verdad, que Jesús es el Hijo de Dios, es el corazón de toda la Biblia. Esto
es lo que la Biblia nos revela de Jesús: Él es el Mesías, el Hijo del Dios viviente y esta verdad transforma
nuestra vida.
1. ¿De dónde tomó Pedro el conocimiento de que Jesús es el Hijo de Dios? Mateo 16:17
2. Son muchas las personas que aceptan que Jesús es el hijo de Dios, ¿será suficiente una aceptación
intelectual de esta verdad, para recibir la salvación?
3. Jesús advirtió a sus discípulos de que en los tiempos finales vendrían muchos diciendo: Yo soy el Cristo.
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Mateo 24:5. ¿Qué le
contestaría a una persona que le consulta sobre alguien que alega ser “el Cristo”?
El título griego “Cristo” es equivalente al término en hebreo “Mesías”, los cuales significan “Ungido” o
“Enviado”. Pedro quiso decir que tú eres el Salvador que había sido profetizado siglos antes, tú eres el Mesías.
Millones y millones de seres humanos que han sido cambiados radicalmente, regenerados por la Palabra de
Dios y por el poder del Espíritu mediante la obra en el Calvario, han confesado y siguen confesando que Jesús
es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. La revelación que recibió Pedro no fue un descubrimiento humano sino
una revelación divina. Esta confesión es el cimiento de la Iglesia y solo es posible recibirla por revelación de
Dios. Si tenemos la revelación de quién es Jesucristo seremos transformados. Esta es la salvación.
“8 ¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón». Esta es la palabra de fe que
predicamos: 9 que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre
los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser
salvo”. Romanos 10:8-10 (NVI)
Ejemplos de Profecías
Hay decenas de profecías sobre el Mesías, pero en nuestro estudio veremos solo cuatro:
1. Génesis 3:15:
“Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará
la cabeza, y tú le golpearás[a] el talón”. Génesis 3:15 (NTV)
Esta es la promesa y la profecía más antigua sobre la venida del Mesías. El versículo implica que el Mesías
nacería de la descendencia de Eva y que heriría en la cabeza a la serpiente, es decir, destruiría el imperio de
Satanás mediante el sacrificio en la cruz y las heridas del cuerpo del Mesías cuando lo crucificaron.
2. Isaías 9:6-7:
“6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán
límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y
para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. Isaías 9:6-7 (RVR1960)
Este niño, el Hijo de Dios, e Hijo del Hombre, es hombre y Dios a la vez. Está investido del mayor honor y
poder. Su pueblo le reconocerá y le dará adoración mediante estos títulos: “Maravilloso Consejero, Dios
Fuerte, perpetuamente Padre, Príncipe de Paz”.
Es Admirable Él es digno de admiración y nadie se compara a Él.
Consejero. Conoce, desde la eternidad, los designios de Dios. Él es la Sabiduría del Padre. Él nos conoce
aún mejor que nosotros mismos. Sabe lo que es mejor para nosotros.
Es Dios Fuerte. Así como tiene sabiduría sin límites, tiene poder infinito. Puede salvar completa y
perpetuamente. No debemos tener temor de nada ni de nadie.
Es Padre eterno o perpetuamente Padre. Es decir, siempre actúa como un buen padre.
Es Príncipe de Paz. Su reino será un imperio de paz ilimitada. Como Rey preserva, ordena y crea paz en
Su Reino. Él es nuestra paz. Es Jehová Shalom, quien nos provee de todos sus beneficios, favores y
bendiciones.
El principado sobre su hombro. Esto es señal de autoridad y de dominio sin límites.
Para reflexionar y participar. A través de la historia se ha tratado de comparar a Jesús con algunos
personajes destacados, también se ha tratado de hacer estatuas y pinturas para representarlo a Él. ¿Qué opina de
estas comparaciones? A luz de Isaías 40:18 ¿Con quién compararán a Dios? ¿Con qué imagen lo representarán?
3. Isaías 61:1-3:
“El Señor DIOS ha puesto su Espíritu en mí porque el SEÑOR me ungió con aceite
para anunciar las buenas noticias a los pobres.
Me ha enviado a sanar a los afligidos,
a anunciar liberación a los prisioneros
y libertad a los presos.
2 Me eligió para anunciar el año en que el SEÑOR se mostrará favorable
y el día en que nuestro Dios se vengará.
Me eligió también para consolar a todos los que están tristes,
3 para darle al pueblo afligido de Sion
una corona
en vez de cenizas,
aceite de alegría
en vez de luto,
vestido de alabanza
en vez de espíritu triste.
Ellos serán llamados robles de justicia,
la planta gloriosa del SEÑOR.” Isaías 61:1-3 (PDT)
Este pasaje describe la unción del ministerio terrenal de compasión y poder que traería el Mesías. Su
ministerio se iba a manifestar con señales que autenticarían su misión:
Para reflexionar y participar. ¿De qué manera se ha cumplido en su vida esta profecía de lo que traería el
Mesías (Sanidad al corazón quebrantado, sanidad de opresión, salud integral y esperanza)
4. Isaías 53:1-12
Este pasaje presenta al mesías como nuestro sustituto y el que mejor describe los sufrimientos de Cristo. Fue
escrito 700 años antes de Cristo y lo presenta como nuestro sustituto, el cual llevó nuestro pecado sobre Él.
Leamos Isaías 53:4-10 (NVI):
4 Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido,
golpeado por Dios, y humillado. 5 Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él
recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados. 6 Todos andábamos perdidos, como
ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. 7
Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante
su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca. 8 Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte; nadie se preocupó
de su descendencia. Fue arrancado de la tierra de los vivientes, y golpeado por la transgresión de mi pueblo. 9 Se le
asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores, aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo
engaño en su boca.10 Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y como él ofreció su vida en expiación, verá su
descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor. Isaías 53:4-10 (NVI)
2. Sería despreciado.
3. Sería sometido a dolor físico y emocional.
4. Sería maltratado hasta desfigurar Su rostro.
5. Recibiría el castigo que nos correspondía a nosotros.
6. Llevaría la aflicción, el pecado y la enfermedad.
7. Como nuestro sustituto, sería herido, azotado, molido y afligido.
8. Sería como un cordero que iba a ser sacrificado.
9. No abrió Su boca, no opuso resistencia, ni se defendió.
10. Derramaría Su vida hasta la muerte para que otros tengan vida.
11. Sería puesto entre pecadores.
12. Su sacrificio tendría mucho fruto.
Para reflexionar y participar. Isaías 53:11 nos dice: “Verá el fruto de la aflicción de su alma y
quedará satisfecho”. ¿En su opinión valió la pena el sacrificio de Cristo? Comente.
NOTA: El término “hijo” se utiliza en la Biblia como sinónimo de “descendiente”. Así que la palabra puede
referirse a: hijo, nieto, bisnieto, descendiente, etc.
“Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo!”. Juan 1:29 (NVI)
En el Antiguo Testamento, todos los sacrificios que encontramos en la Ley de Moisés, todas las celebraciones
y todas las características del Tabernáculo apuntaban a Jesús. Él es el Cordero de la Pascua y el Cordero del
sacrificio por los pecados.
En cada sacrificio, el sacerdote ponía su mano sobre la cabeza del cordero y, en forma simbólica, le trasmitía
todas las culpas y los pecados del pueblo. Luego sacrificaba al animal para que muriera en lugar del pueblo.
Jesús llegó a ser el Cordero de Dios porque fue nuestro sustituto. Fue inmolado, es decir, sacrificado. Nosotros
merecemos la muerte por nuestros pecados, pero Jesús murió en nuestro lugar. Esto provoca una adoración
reverente en el pasaje de Apocalipsis 5:9. Al pensar en su gran amor, nosotros también nos conmovemos y
adoramos.
“Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste
sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación”. Apocalipsis 5:9 (NVI)
Para reflexionar y participar. ¿Qué piensa del hecho de que Jesús lo sustituyó en la cruz?
Si el pueblo de Israel esperaba al Mesías, ¿por qué la mayoría de los judíos rechazaron a Jesús?
Básicamente existen dos razones de porqué la mayoría de los judíos rechazaron a Jesús.
En primer lugar, debido a la historia de esclavitud política y social, los judíos se habían formado un falso
concepto del futuro Mesías. En vez de considerarlo como un restaurador espiritual y libertador del pecado
que traería el reino de Dios, primero en forma espiritual, ellos pensaban que el Mesías iba a ser un
libertador de la opresión del Imperio Romano que traería, de inmediato, un reino político.
En segundo lugar, confundieron la primera venida de Cristo con la segunda venida (esta segunda vez es donde
se va a establecer el reino de Dios). No entendieron que el proyecto de salvación de Dios, en Cristo, tiene dos
etapas: primero vendría el reino espiritual y luego, vendrá el reino visible. (Este tema del Reino de Dios, se
tratará en el curso de Fundamentos 4: Venga tu Reino.
Para reflexionar y participar. Comenten algunas de las razones por las cuáles en el siglo 21, algunas
personas rechazan a Jesús.
Oración
“Gracias Padre, por haber enviado a Tu Hijo Jesús para morir en nuestro lugar. Gracias por la salvación que hay en Cristo
Jesús, amén”.