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CON VERSACIÓN SOBRE TAXISTAS

~guíen
st es taxista por vocación? A veces creo que sí, por lo a
gu o que están en general. De repente, en medio del silencio, me
preguntan al encender un cigarrillo: ¿Quiere fumar uno de los
míos? Nunca lo rechazo. ¡Y cuántos hijos tienen los taxistas! Pero
dicen que les llega el dinero. Y cuántas preguntas indiscretas me
Jlacen. Respondo a casi todas. A veces estoy de mal humor y no
respondo a ninguna. Lo más gracioso es que con los taxistas no sa-
len conversaciones tontas. Todavía no sé por qué. Salen, a causa de
mi mano, conversaciones sobre incendios. Por lo que veo todos se
han quemado un poco, o al menos sus conocidos. Me dicen: duele
mucho. Ya lo sé. Además después de mi incendio he encontrado a
mucha gente que se ha quemado. Parece una costumbre.

EL MAR POR LA MAÑAN A

El mar. He dejado de ir a la playa por indolencia. y también por


impaciencia con el ritual necesario: caseta, arena pegada en toda
la piel. y tampoco sé ir a la playa sin mojarme el pelo. y al llegar
a casa hay que quitar la sal. • D h ho
l dl d una manera meJor. e ec '
Pero un día hab are e mar e a hablar del olor del mar que
creo que voy a emp~zar ahora. Voy
a veces me aturde.

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Tengo una conocida que vive en la Zona Norte 1
' o que no
excusa el no haber entra do nunca en e.] mar. Me quedé p
,, y 1e promct1,, que vendria
cuan do me 1o co11to. , a casa paraaslllada
en
. d l ~ p ,
en e1mar a 1as seis e a manana. ¿ or que? Porque es la horade
trar
la gran soledad del mar. Cómo explicar que el mar es llllfflro
seno materno pero que su olor es del todo masculino; amique
¿seno materno? Quizá se trate de la fusión perfecta de io.tt 111 .
lino con lo f cmcnino. A las seis de la mañana la espWBt--
blanca.

JAZMÍN

Después volveré al mar, siempre vuelvo. Pero he habl


fume. Me he acordado del jazmín. El jazmín es noc

mata lentamente. I"'ucho contra él, desisto porque si
perfume es más fuerte que yo, y me muero. Cuand
soy una iniciada.

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