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Huérfano de padre desde los tres años, Porfirio Díaz ingresó en el Seminario de Oaxaca para seguir la carrera eclesiástica,

pero pronto cambió de opinión. Cursó luego estudios de leyes en el Instituto de Ciencias y Artes, donde fue discípulo del
futuro presidente liberal Benito Juárez, quien impartía derecho civil; en adelante sería seguidor suyo en lo político. El
Instituto fue clausurado por orden del presidente Santa Anna en 1854. Ese mismo año intervino en la Revolución de Ayutla
y apoyó al general Juan Álvarez para derrocar a Antonio López de Santa Anna.

Poco después, Porfirio Díaz ingresó en el ejército, y su carrera militar fue meteórica. En la guerra de Reforma (1858-1861),
conflicto civil en el que se enfrentaron conservadores y liberales, apoyó la causa liberal. La guerra concluyó con la victoria
de los liberales y llevó a la presidencia a Benito Juárez (1861); finalizada la contienda, Porfirio Díaz fue ascendido a general y
elegido diputado.

Apenas un año más tarde tomó de nuevo las armas contra la invasión francesa (1862-1863) y la coronación de Maximiliano I
(1864-1867) como emperador de México. Fue jefe de brigada en Acultzingo en abril de 1862 y ese mismo año participó en
la batalla de Cinco de Mayo al lado de Ignacio Zaragoza. En 1867 protagonizó una brillante acción militar en Puebla: tras
sitiar la ciudad, realizó un asalto sangriento y rápido contra las tropas del emperador Maximiliano, que se refugiaron en los
cerros de Loreto y Guadalupe. Sin perder tiempo, avanzó hacia la capital de la República y la tomó el 2 de abril de 1867,
hecho que fue de gran trascendencia militar, pues adelantó la caída del Imperio de Maximiliano y el triunfo de Juárez.

El prestigio y popularidad ganados en esta última campaña lo dejó en situación de optar a la presidencia; pero el Congreso
prefirió a Benito Juárez en 1867 y lo reeligió en 1871. En noviembre del mismo año Porfirio Díaz lanzó el llamado Plan de La
Noria, en el que se pronunciaba contra el reeleccionismo y el poder personal y a favor de la Constitución de 1857 y de la
libertad electoral; la sublevación fracasó y Díaz hubo de abandonar el país.

Juárez falleció en 1872, y una amnistía concedida entonces permitió a Díaz regresar a México. Tras la muerte de Juárez, la
presidencia recayó en Sebastián Lerdo de Tejada. Cuando en 1876 Lerdo de Tejada anunció su propósito de presentarse a la
reelección, Porfirio Díaz se rebeló de nuevo (Plan de Tuxtepec); esta vez consiguió expulsar a Lerdo de Tejada y accedió a la
presidencia.

El Porfiriato (1876-1911)

Un año después, en 1877, el Congreso lo declaró presidente constitucional. En este primer mandato (1876-1880), Porfirio
Díaz fue coherente con las ideas que había defendido: impulsó una reforma de la constitución en la que se introdujo el veto
expreso a las reelecciones presidenciales consecutivas, y, concluido su periodo, pasó el testigo al general Manuel González
(1880-1884). Durante el gobierno de González fue ministro de Fomento y gobernador de Oaxaca.

Finalizado el mandato de González, Porfirio Díaz presentó de nuevo su candidatura a la presidencia (la constitución sólo
vetaba las reelecciones consecutivas) y salió elegido. Tomó posesión del cargo el 1 de diciembre, y tres años más tarde
promovió una enmienda, que fue aprobada por el Congreso, al artículo 78 de la Constitución, la cual le acreditaba para una
nueva reelección; en 1890 promulgó una nueva reforma de dicho artículo para hacer posible la reelección indefinida, lo que
le permitió permanecer en el poder hasta 1911.

Huérfano de padre desde los tres años, Porfirio Díaz ingresó en el Seminario de Oaxaca para seguir la carrera eclesiástica,
pero pronto cambió de opinión. Cursó luego estudios de leyes en el Instituto de Ciencias y Artes, donde fue discípulo del
futuro presidente liberal Benito Juárez, quien impartía derecho civil; en adelante sería seguidor suyo en lo político. El
Instituto fue clausurado por orden del presidente Santa Anna en 1854. Ese mismo año intervino en la Revolución de Ayutla
y apoyó al general Juan Álvarez para derrocar a Antonio López de Santa Anna.

Poco después, Porfirio Díaz ingresó en el ejército, y su carrera militar fue meteórica. En la guerra de Reforma (1858-1861),
conflicto civil en el que se enfrentaron conservadores y liberales, apoyó la causa liberal. La guerra concluyó con la victoria
de los liberales y llevó a la presidencia a Benito Juárez (1861); finalizada la contienda, Porfirio Díaz fue ascendido a general y
elegido diputado.

Apenas un año más tarde tomó de nuevo las armas contra la invasión francesa (1862-1863) y la coronación de Maximiliano I
(1864-1867) como emperador de México. Fue jefe de brigada en Acultzingo en abril de 1862 y ese mismo año participó en
la batalla de Cinco de Mayo al lado de Ignacio Zaragoza. En 1867 protagonizó una brillante acción militar en Puebla: tras
sitiar la ciudad, realizó un asalto sangriento y rápido contra las tropas del emperador Maximiliano, que se refugiaron en los
cerros de Loreto y Guadalupe. Sin perder tiempo, avanzó hacia la capital de la República y la tomó el 2 de abril de 1867,
hecho que fue de gran trascendencia militar, pues adelantó la caída del Imperio de Maximiliano y el triunfo de Juárez.

Porfirio Díaz hacia 1867

El prestigio y popularidad ganados en esta última campaña lo dejó en situación de optar a la presidencia; pero el Congreso
prefirió a Benito Juárez en 1867 y lo reeligió en 1871. En noviembre del mismo año Porfirio Díaz lanzó el llamado Plan de La
Noria, en el que se pronunciaba contra el reeleccionismo y el poder personal y a favor de la Constitución de 1857 y de la
libertad electoral; la sublevación fracasó y Díaz hubo de abandonar el país.

Juárez falleció en 1872, y una amnistía concedida entonces permitió a Díaz regresar a México. Tras la muerte de Juárez, la
presidencia recayó en Sebastián Lerdo de Tejada. Cuando en 1876 Lerdo de Tejada anunció su propósito de presentarse a la
reelección, Porfirio Díaz se rebeló de nuevo (Plan de Tuxtepec); esta vez consiguió expulsar a Lerdo de Tejada y accedió a la
presidencia.

El Porfiriato (1876-1911)

Un año después, en 1877, el Congreso lo declaró presidente constitucional. En este primer mandato (1876-1880), Porfirio
Díaz fue coherente con las ideas que había defendido: impulsó una reforma de la constitución en la que se introdujo el veto
expreso a las reelecciones presidenciales consecutivas, y, concluido su periodo, pasó el testigo al general Manuel González
(1880-1884). Durante el gobierno de González fue ministro de Fomento y gobernador de Oaxaca.

Finalizado el mandato de González, Porfirio Díaz presentó de nuevo su candidatura a la presidencia (la constitución sólo
vetaba las reelecciones consecutivas) y salió elegido. Tomó posesión del cargo el 1 de diciembre, y tres años más tarde
promovió una enmienda, que fue aprobada por el Congreso, al artículo 78 de la Constitución, la cual le acreditaba para una
nueva reelección; en 1890 promulgó una nueva reforma de dicho artículo para hacer posible la reelección indefinida, lo que
le permitió permanecer en el poder hasta 1911.
Durante la década de los 70 del siglo XIX, nacieron en la localidad de Eloxochitlan, en el estado de Oaxaca, en México, los
hermanos Flores Magón, a los cuales se les pusieron los nombres de Enrique, Ricardo y Jesús. Fueron hijos de Teodoro
Flores y de Margarita Magón.

Pronto recibieron por parte de su padre, un militar con mucha experiencia en el campo de batalla, una educación política
basada en el comunismo, sin imposiciones y sin ningún tipo de ataduras.

A principios de la década de los 80 del siglo XIX, la familia se muda a la capital mexicana, en busca de unas condiciones
mejores de vida.

Mientras se encontraban realizando sus estudios, los Flores participaron en diversas revueltas estudiantiles en contra de la
reelección de Porfirio Díaz.

A principios de los años 90, los tres empezaron a trabajar en el periódico “El Demócrata”. Enrique lo hacía como ayudante
de imprenta, Ricardo como corrector de contenidos y Jesús como redactor. Unos meses más tarde se produjo una redada
en la redacción y como consecuencia de ella Jesús fue detenido.

Durante los 9 meses que Jesús estuvo en prisión el padre de los Flores Magón, Teófilo, muere.

A comienzos del siglo XX, los tres hermanos fundan un nuevo periódico con una fuerte línea política, al que pondrían el
nombre de “Regeneración”.

Unos meses después los hermanos fundan el diario “El hijo de Ahuizote”, que enseguida es clausurado por el régimen. Los
tres hermanos son detenidos en diversas ocasiones, hasta que en el año 1904 son expatriados.

Las ideas políticas que los Flores exponían en sus diarios eran muy avanzadas, y con una línea progresista que ni Venusiano
Carranza ni Francisco I. Madero, pudieron emular.

Durante la primera década del siglo XX, se puede decir que los Flores fueron unos de los principales pilares de la revolución
de México.
Ya en el exilio, Enrique y Ricardo fundaron el Partido Liberal Mexicano, que impulsaron desde Sant Louis, en Missouri, desde
donde organizaron diferentes huelgas e insurrecciones. Para ello, empezaron por la parte norte del país.

Pero Porfirio Díaz tenia un gran aliado en los Estados Unidos, Roosevelt, lo que le ayudó mucho a conseguir paliar la
revuelta en un principio.

Por esta época, Ricardo escribe diversos artículos en el periódico “Regeneración”, en colaboración con el pintor y
caricaturista mexicano José Guadalupe Posada.

En el año 1908 intentan una nueva revuelta, que no pudieron llevar a cabo por falta de recursos.

En el año 1913, y después de pasar unos años desterrado, Jesús regresa a México, donde continuaría su actividad
profesional

En el año 1917, Ricardo y Enrique son encarcelados en Los Ángeles, y el 21 de noviembre del año 1922, muere Ricardo en
los calabozos de Kansas, en los Estados Unidos, regresando Enrique a México un año después.

Jesús muere el 7 de diciembre del año 1930 en la Ciudad de México.

Enrique, que en el año 1933 había participado en la Liga Nacional Agraria, muere el día 28 de octubre del año 1954 en la
Ciudad de México.

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