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LA CONSTITUCIÓN JERARQUICA DE LA IGLESIA

En la Iglesia forman la jerarquía aquellas personas que han sido investidas por Jesucristo de
una especial autoridad sagrada con el fin de enseñar, santificar, y guiar a los demás fieles
cristianos. La jerarquía en la Iglesia nace de la voluntad expresa de Jesucristo, según se lee en
los Evangelios:

a.- Jesús eligió a los doce Apóstoles (Mt 10, 1-4).

b.- Les confió misiones muy importantes: bautizar, predicar el Evangelio, etc. (Mt 18,19-20).

c.- Les designó “testigos” de su vida y de su resurrección (Lucas 24. 44-49; Jn 16, 26-27).

Los doce Apóstoles forman lo que se llama el Colegio apostólico, pues, como enseña el Concilio
Vaticano II. Cristo al instituir a los Doce “formó una especie de colegio o de grupo estable, y
eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él” (LG, n.19).

La jerarquía de la Iglesia cumple el oficio sacerdotal confiado por Jesucristo a los Apóstoles de
representarle a Él”. Su misión es “servir” a las necesidades de los fieles. La jerarquía de la
Iglesia tiene tres grados a los que se accede a través del sacramento del orden sacerdotal:
obispos, presbíteros, y diáconos.

LOS APÓSTOLES DESIGNAN SUCESORES


Cristo quiso expresamente que los Apóstoles tuvieran sucesores que llevaran a cabo las
misiones que confió a los Doce hasta el fin de los tiempos (Mt 28,19-20).
Si los Apóstoles no hubieran instituido sucesores suyos en la jerarquía y en el sacerdocio, la
Iglesia se habría extinguido con la muerte del último Apóstol y el mandato de Cristo habría
quedado desatendido. Es evidente, pues, que la misión encomendada por Cristo, que había de
realizarse “hasta el fin del mundo”, llevaba consigo la designación de otros varones apostólicos
que continuasen dicha misión, de generación en generación.

Los Apóstoles, al fundar nuevas comunidades cristianas, se preocuparon de poner al cuidado


de ellas un “representante” suyo. Leemos en los Hechos y en algunas cartas de San Pablo que
“imponían las manos” y ordenaban nuevos ministros que se llaman presbíteros y obispos
(Hechos 6,5; 13,23; 1 Timoteo 5,22). Después de muertos los Apóstoles se puede comprobar
cómo las distintas “iglesias” están guiadas por “obispos y presbíteros”.

Al igual que los Doce forman el “Colegio Apostólico” con Pedro a la cabeza, el conjunto de
todos los obispos del mundo presididos por el Papa, como sucesor de san Pedro, forman lo
que se llama el Colegio episcopal. Este carácter colegial se muestra con especial claridad
cuando se celebra un Concilio Ecuménico, el último de los cuales ha sido el Concilio Vaticano II,
clausurado en Roma en el año 1965.

Del conjunto de los textos evangélicos que nos hablan de las misiones encomendadas por
Jesucristo a los Apóstoles y a sus sucesores, se deduce que éstas pueden reducirse a tres:

A. ENSEÑAR : los Apóstoles y sus sucesores han de transmitir íntegramente la doctrina de


Jesucristo.
B. SANTIFICAR: han de administrar los medios de santificación, especialmente los
Sacramentos.
C. REGIR: con medidas adecuadas y con espíritu de servicio, han de velar para que se
cumpla todo lo mandado por el Señor.
EL PRIMADO DE PEDRO EN LA IGLESIA
A. Promesa del primado a Pedro: Fue también voluntad de Jesucristo poner al apóstol
Pedro al frente del Colegio apostólico para que fuera el jefe de la Iglesia como
“representante o vicario” suyo. El señor prometió el primado a Pedro veámoslo en
(Mateo 16,18-19).
B. Institución del Primado de Pedro: el mismo Jesús otorgó a Pedro el primado antes
prometido. Sucedió después de la resurrección de Jesucristo, cuando se apareció a los
Apóstoles en el lago de Genesaret (Juan 21,15-17). En estas palabras, la Iglesia ha visto
siempre a Jesucristo entregando el primado a Pedro.
C. El Primado pasó íntegro a los sucesores de Pedro: Los poderes que Cristo otorgó a san
Pedro, ¿cesaron con su muerte o han pasado a sus sucesores? La historia de la Iglesia
muestra que Pedro fue a Roma, ejerció allí el primado durante muchos años y en esa
ciudad derramó su sangre durante la persecución de Nerón. Sabemos también por
historia, que le sucedieron en la sede romana los papas Lino, Cleto, y clemente; y
conocemos la sucesión ininterrumpida de los 267 obispos de Roma (o Romanos
pontífices) desde San Pedro hasta el papa actual.
Los oficios específicos del Papa coinciden, en general, con las misiones especiales que
Jesús confió a San Pedro. En concreto, son los siguientes:
A. Ser el fundamento (la “Piedra”) sobre el que se asienta la Iglesia de Jesucristo.
B. El poder de las llaves, también llamado “poder de jurisdicción” (Mateo 16,13-18).
C. La misión de confirmar a todos los fieles de la Iglesia en la fe (Lucas 22, 31-32), o
sea, la misión de enseñar.
D. El poder de apacentar y dirigir a la Iglesia universal (Juan 21, 15-17).

ACTIVIDAD

1.- ¿Por qué es importante que la Iglesia cuente con una Jerarquía?
2.- ¿Cuáles son los grados de la Jerarquía de la Iglesia?
3.- ¿Cuál es la importancia que los Apóstoles hayan designados sucesores?
4.- ¿Qué piensas del pasó íntegro del primado a los sucesores de Pedro?
5.- ¿Quiénes integran el Colegio Apostólico y Episcopal?

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