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CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN A
1. Demanda
Mediante escrito del 30 de abril de 2008 (F. 1 a 8 c. 1), los señores Wilson de
Jesús Atehortúa Gallego y sus padres, María Rubiela Gallego Quintero y Jesús
Adolfo Atehortúa Zuluaga, por intermedio de apoderado judicial (F. 9 y 10 c. 1),
presentaron demanda de reparación directa contra la Nación y el Instituto
Nacional de Vías “INVIAS, para que se les declare patrimonialmente
responsables de los perjuicios ocasionados con la lesión física sufrida por el
primero, en el accidente de tránsito ocurrido el 30 de abril de 2006.
Por su parte, el INVIAS contestó la demanda para impugnar sus súplicas con
fundamento en la supuesta falta de legitimación en la causa por pasiva, en
tanto que adujo no tener ninguna responsabilidad en los hechos narrados en el
libelo petitorio, toda vez que el daño fue irrogado por el particular que conducía
el vehículo de placas EUT-333, esto es, el señor Miguel Martínez Carrascal,
dueño del carro, y el señor Rafael de Hoyos Núñez, conductor del automotor.
Agregó que el accidente no se produjo por falta de mantenimiento o
señalización, sino por la falta de precaución y la negligencia de los conductores
de los automotores, quienes infringieron varias normas de tránsito, por lo que
no actuaron con la prudencia y diligencia que exigía el desarrollo de la actividad
peligrosa (F. 127 a 136 c. 1).
4. Recurso de apelación
En auto del 1º de febrero de 2012 se corrió traslado a las partes para alegar de
conclusión y al Ministerio Público para rendir concepto en esta instancia (F. 356
c. ppal.).
En esta etapa, las partes y el Ministerio Público guardaron silencio (F. 357 c. ppal.).
III. CONSIDERACIONES
1. Competencia de la Sala
1
“En efecto, el artículo 3º de la ley 1395 [de 2010], modificó sustancialmente la forma de establecer
la cuantía en los procesos en los que se acumulan varias pretensiones; por lo tanto, a partir de la
entrada en vigencia de ese cuerpo normativo la cuantía de los procesos contencioso
administrativos que conlleven la acumulación de pretensiones, inclusive si son objetivas
(naturaleza o cuantía) o subjetivas (pluralidad de demandantes), se determinará a partir de la
sumatoria total de las mismas, sin restringir su aplicación a la acumulación subjetiva u objetiva,
toda vez que donde el legislador no distinguió no le es viable al intérprete hacerlo. Por lo tanto, la
forma de establecer la cuantía de un proceso contencioso administrativo, en virtud de la remisión
que efectúa el artículo 267 del C.C.A. a los preceptos del C.P.C., frente a las materias no reguladas
expresamente, será a través de la sumatoria de todas las pretensiones formuladas, adición que se
realiza tanto por el factor objetivo (clase o naturaleza de la pretensión) como subjetivo (número de
sujetos demandantes)” Consejo de Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, auto del 7
de diciembre de 2010, exp. 37.927, M.P. Enrique Gil Botero.
2
Suma que resulta de multiplicar 500 por el salario mínimo mensual vigente de 2008, es decir,
$461.500,00.
2. Ejercicio oportuno de la acción
3. Legitimación en la causa
Los señores Wilson de Jesús Atehortúa Gallego, María Rubiela Gallego y Jesús
Adolfo Atehortúa Zuluaga están legitimados en la causa por activa en tanto
adujeron ser damnificados con el daño. El primero en condición de víctima
directa y, los segundos, en razón del vínculo que los une con aquel, hechos
que fueron demostrados en el proceso, como se indicará más adelante.
4. Análisis de la Sala
3
Cfr. Consejo de Estado, Sala Plena Sección Tercera, sentencia del 28 de agosto de 2013, exp.
25.022, M.P. Enrique Gil Botero. La Corte Constitucional, en idéntico sentido, reconoció valor
probatorio a las copias simples en sentencia de unificación SU-774 del 16 de octubre de 2014,
M.P. Mauricio González Cuervo.
no fueron tachadas de falsas por las partes, y porque en relación con ellas se
surtió y garantizó el principio de contradicción.
4.1. El daño
ii) Copia simple de la historia clínica del paciente Wilson de Jesús Atehortúa
Gallego elaborada por el Hospital Pablo Tobón de la ciudad de Medellín, lugar
al que fue remitido el 8 de mayo de 2006. Al momento del ingreso, el paciente
presentaba: “fractura de fémur y pierna izquierda con pérdida de tejido en
pierna del 40% para manejo especializado en reconstrucción por parte de
ortopedia y cirugía microvascular” (F. 17 c. 1).
El paciente además llegó con un tutor externo en el miembro inferior izquierdo.
En el informe de ingreso se consignó: “paciente que el 1/05/06 sufre accidente
de tránsito en calidad de conductor de moto al colisionar contra un vehículo,
estuvo hospitalizado en hospital de Montería, requirió manejo en UCI por
inestabilidad hemodinámica, presentó fractura de fémur y tibia izquierda,
avulsión en pierna de tejido del 40%, ahora remiten para manejo por ortopedia
y cirugía estética” (F. 17 c. 1).
En otra de las páginas de la historia clínica del hospital Pablo Tobón se advierte
lo siguiente: “05/06/2006. Fractura cerrada y abierta G III B de tibia izquierda,
lesión vascular de MII que requirió reconstrucción. Salió del hospital el
30/05/2006 hoy viene a revisión. Aceptable estado general, consciente, heridas
del muslo y la pierna cubiertas con vendajes limpios, se destapan heridas
encontrando los sitios de los pines proximales con secreción seropurulenta en
escasa cantidad, los pines distales un poco erimatosos, las heridas de
fasciotomías medial en el muslo limpias, herida del muñón limpia” (F. 25 c. 1).
iii) Copia simple del acta de calificación de invalidez, elaborada por la Junta
Regional de Invalidez de Antioquia. En este documento se concluyó:
iv) Copia simple del informe técnico médico legal de lesiones no fatales,
elaborado por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses-Regional
Noroccidente-Seccional Córdoba. En este documento, elaborado el 19 de enero
de 2007, se puntualizó:
(…) Reviso resumen de atención médica del hospital Pablo Tobón Uribe
de Medellín, marcado con nombre y fecha 8-05-2006 (…) Conclusión:
mecanismo causal: contundente. Incapacidad médico legal: definitiva.
Setenta (70) días. Secuelas médico legales: deformidad física que afecta
el cuerpo, de carácter permanente. Perturbación funcional del miembro
inferior izquierdo de carácter permanente y perturbación funcional del
órgano de la locomoción de carácter permanente ” (F. 94 y 95 c. 1).
Ahora, la parte actora acompañó con la demanda dos fotos que obran a folio 65
del cuaderno uno, con el ánimo de acreditar el daño sufrido por el señor Wilson
de Jesús Atehortúa Gallego. La Sala se abstendrá de darle valor probatorio a
las imágenes mencionadas, en los términos del artículo 252 del Código de
Procedimiento Civil, pues como lo ha sostenido la Sala Plena de esta Sección 4,
las mismas son documentos privados que solo tienen poder suasorio en la
medida en que hayan sido ratificados. En el caso concreto, respecto de las
fotografías aportadas no existe certeza sobre la persona que las realizó, ni sobre
las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que fueron tomadas, por lo que
resulta imposible valorarlas como medio de convicción.
Los señores Jesús Adolfo Atehortúa Zuluaga y María Rubiela Gallego Quintero
sufren un daño en su condición de padres del señor Wilson de Jesús Atehortúa
Gallego, de conformidad con la copia auténtica del registro civil de nacimiento
del primero (F. 57 c. 1).
6
ANGARITA Barón, Ciro “La familia en la nueva Constitución”, Talleres Macroregionales sobre
Conciliación – Memorias, ICBF, Pág. 4 y 6.
probatorios, se produce por la intimidad del nexo que los reúne y por la facilidad
de aprehensión de la vinculación, en forma que permita valorar el hecho en
modo rápido y seguro, y casi dominarlo… Tanto más evidente es la prueba,
cuanto más grande es el número de los nexos, de las relaciones que tienen
lugar entre los varios datos, no solo sino también cuanto más estrecho,
positivo, definido, concreto es el ligamen que los une a todos conjuntamente”7.
La prueba del ligamen familiar produce evidencia del daño sufrido, dado que de
ella fluye o emerge, salvo prueba contraria, la conclusión lógica que un daño
padecido por uno de los miembros del núcleo genera una alteración o lesión en
los restantes integrantes. En otros términos, de la demostración del parentesco
(hecho conocido) es posible construirse un indicio que podría denominarse
cuasi necesario porque tiene la virtualidad, por sí solo, de generar un
convencimiento en quien efectúa la inferencia lógica, esto es, la afectación y el
padecimiento de los familiares del occiso o el lesionado (hecho desconocido) 8;
no obstante, se reitera, ese indicio admitiría prueba en contrario, de allí la
imposibilidad de calificarlo como necesario a plenitud 9.
4.2. La imputación
El día 30 de abril del presente año, siendo las 21:20 horas en la vía que
de Lorica conduce a Momil Km. 3+485 metros, altura Las Pampas, donde
colisionaron un vehículo tipo camioneta Toyota Hilux, modelo 1997, color
rojo dinamo perlado, de placas EUT-333, servicio particular, de
7
BRICHETTI, Giovanni “La evidencia en el derecho procesal penal”, Ed. Ediciones Jurídicas
Europa-América, Buenos Aires, 1973, pág. 40.
8
A nivel literario, dicha integración lógica de los hechos (antecedentes), con las pruebas
(validación y verificación) y la percepción de las mismas (interpretación e inferencia), quedó
plasmada por el escritor clásico Fedor Dostoiewski, en uno de los aparte de “Crimen y Castigo”:
“Los hechos no son todo, al menos, la mitad de la cuestión estriba en el modo como sepas
interpretar los mismos”. Obras Completas, Ed. Aguilar, Tomo II.
9
“Es aquel hecho que de manera infalible e inequívoca demuestra la existencia del hecho
investigado. El indicio preciso es lo que la doctrina denomina indicio necesario” PARRA Quijano,
Jairo “Manual de derecho probatorio”, Ed. Librería Ediciones del Profesional Ltda., 17ª edición,
Bogotá, 2009, pág. 631.
propiedad del señor Miguel Martínez Carrascal, C.C. (…), y conducida
por el señor Rafael Enrique de Hoyos Núñez, C.C. (…), 36 años de edad,
natural y residente en Momil, barrio San Antonio, analfabeta, conductor,
casado, el cual resultó ileso, contra un vehículo motocicleta, Susuki 185
de placas FCK-97, color azul, modelo 1993, conducida por el señor
Wilson Atehortúa Gallego, C.C. (…), 26 años de edad, soltero, letrado,
comerciante, residente en Lorica, corregimiento San Sebastián, quien
resultó herido, y se le diagnosticó fractura expuesta de tibia y peroné,
fractura de fémur izquierdo y trauma bascular (sic), siendo atendido en el
hospital San Vicente de Paul de Lorica. Observaciones: no se le tomó la
prueba de alcoholemia al señor Wilson Atehortúa Gallego, debido a las
lesiones que este presentaba. Así mismo, los vehículos quedan
inmovilizados y a su disposición en la estación de Policía de Lorica ” (F.
91 c. 1).
i) Fecha, lugar y hora del accidente: 30 de abril de 2006, a la altura del sitio
conocido como Las Palmas, en la vía Lorica-Momil (Córdoba), Km 3+485
metros, a las 21:20 horas.
vi) La vía no contaba con iluminación artificial o natural dada la hora del evento.
Por lo tanto, al momento del accidente no existía iluminación.
vii) La vía en el sitio del accidente no tenía demarcaciones.
viii) El motel Las Pampas se ubicaba al costado derecho del sitio del accidente,
a una distancia de 4,12 metros.
10
“En los casos a que se refiere el artículo anterior, el agente de tránsito que conozca el hecho
levantará un informe descriptivo de sus pormenores, con copia inmediata a los
conductores, quienes deberán firmarlas y en su defecto, la firmará un testigo. El informe contendrá
por lo menos:
Lugar, fecha y hora en que ocurrió el hecho.
Clase de vehículo, número de la placa y demás características.
Nombre del conductor o conductores, documentos de identidad, número de la licencia o licencias
de conducción, lugar y fecha de su expedición y número de la póliza de seguro y compañía
aseguradora, dirección o residencia de los involucrados.
Nombre del propietario o tenedor del vehículo o de los propietarios o tenedores de los vehículos.
Nombre, documentos de identidad y dirección de los testigos.
Estado de seguridad, en general, del vehículo o de los vehículos, de los frenos, de la dirección, de
las luces, bocinas y llantas.
Estado de la vía, huella de frenada, grado de visibilidad, colocación de los vehículos y distancia, la
cual constará en el croquis levantado.
Descripción de los daños y lesiones.
Relación de los medios de prueba aportados por las partes.
Descripción de las compañías de seguros y números de las pólizas de los seguros obligatorios
exigidos por este código.
En todo caso en que produzca lesiones personales u homicidio en accidente de tránsito, la
autoridad de tránsito deberá enviar a los conductores implicados a la práctica de la prueba de
embriaguez, so pena de considerarse falta disciplinaria grave para el funcionario que no dé
cumplimiento a esta norma.
El informe o el croquis, o los dos, serán entregados inmediatamente a los interesados y a la
autoridad instructora competente en materia penal.
El funcionario de tránsito que no entregue copia de estos documentos a los interesados o a las
autoridades instructoras, incurrirá en causal de mala conducta.
Para efectos de determinar la responsabilidad, en cuanto al tránsito, las autoridades instructoras
podrán solicitar pronunciamiento sobre el particular a las autoridades de tránsito competentes”.
ii) Como se dijo, uno de los testigos adujo que la causa probable del daño pudo
ser la existencia de un hundimiento en la vía, pero no quedó demostrado que
este existiera realmente, ni mucho menos las dimensiones o el diámetro en
caso de que efectivamente se apreciara en la carretera.
iii) El hecho de que la vía no contara con delimitación, sin duda alguna
constituye una falla del servicio atribuible a la Administración, por
desconocimiento del parágrafo primero del artículo 108 de la Ley 769 de 2002
(Código Nacional de Tránsito Terrestre vigente a la fecha de los hechos) 12, pero
no constituyó la causa adecuada o eficiente del daño. En efecto, en el caso
concreto la causa más próxima 13 y la causa adecuada 14 del daño confluyeron o
12
“PARÁGRAFO 1º. Las marcas sobre el pavimento constituyen señales de tránsito horizontales. Y
sus indicaciones deberán acatarse”.
13
“El fundamento de esta doctrina, que tuvo gran predicamento en Inglaterra, fue enunciado en el
siglo XVI por el filósofo Francis Bacon, en un conocido pasaje de las Maxims of law, quien sostuvo
que sería para el derecho una tarea infinita detenerse en las causas de las causas y las influencias
de unas sobre otras, en una concatenación interminable. Basta, pues, considerar la causa
inmediata –proximate cause– juzgando las acciones según esta última y sin necesidad de
remontarse a un grado más distante –too remote-. Habrá relación de causa-efecto –dice Marty- si
el hecho culpable ha precedido inmediatamente a la realización del daño”. GOLDENBERG, Isidoro
“La relación de causalidad en la responsabilidad civil”, Ed. Astrea, Buenos Aires, reimpresión,
2011, pág. 25.
14
“El concepto de causalidad adecuada implica, pues, el del regularidad, apreciada de conformidad
con lo que acostumbra a suceder en la vida misma. Es decir, para que exista relación causal,
según la interpretación que comentamos, la acción tiene que ser idónea para provocar el efecto
operado, tiene que determinarlo normalmente… A fin de establecer la vinculación de causa efecto
entre dos sucesos, es menester realizar un juicio retrospectivo de probabilidad, cuya formulación
es la siguiente: ¿la acción u omisión que se juzga era per se apta o adecuada para provocar
normalmente esa consecuencia?” GOLDENBERG, I. Op. Cit. Pág. 32 y 33.
concurrieron simultáneamente en cabeza del comportamiento activo del señor
Rafael de Hoyos Núñez.
Para la Sala es importante resaltar que no todas las circunstancias que anteceden
a la producción del daño son causas directas del mismo, como se plantea en la
teoría de la equivalencia de las condiciones16; es un sinsentido otorgarle igual
importancia a cada hecho previo a la producción del daño, pues lo relevante es
identificar cuál acción u omisión fue la causa determinante, principal y eficiente del
hecho dañoso. De lo contrario, se llegaría al absurdo de que la consecuencia o
daño, sería la sumatoria de todos los antecedentes, lo que generaría un retorno al
infinito.
15
Cf. Cámara Primera de Apelaciones de La Plata, Argentina, sentencia del 29 de octubre de 2009,
causa n.° 252.450, Gasparetto Ernesto / Pandolfi Cristian Antonio.
16
“Como lo indica su propia denominación, para dicha teoría todas las condiciones son del mismo
valor (equivalentes) en la producción del daño (Aequivalenztheorie). No cabe, por consiguiente,
hacer distinciones, todas son indispensables, de modo que si faltase una sola no habría acaecido.
Cada condición –se afirma- origina la causalidad de las otras y el conjunto determina el evento
causa causae est causa causati. Como la existencia de éste depende de tal punto de cada una de
ellas, si hipotéticamente se suprimiese alguna (condicio sine qua non) el fenómeno mismo
desaparecería: sublata causa tollitur effectus.
En consecuencia –sostiene von Buri-, dada la indivisibilidad material del resultado, cada una de las
condiciones puede considerarse al mismo tiempo causa de “todo” el desenlace final. Es suficiente,
pues, que un acto haya integrado la serie de condiciones desencadenantes del efecto dañoso para
que pueda juzgar que lo causó. Por lo tanto, se concluye, para la atribución de un hecho a una
persona es suficiente que ella haya puesto una de las condiciones necesarias para su
advenimiento”. GOLDENBERG, Isidoro. Op. Cit. Pág. 16.
Sobre el particular, la Sección en otrora oportunidad razonó acerca de la
importancia de la causalidad adecuada, como criterio jurídico para la identificación
de la acción u omisión a la que se le atribuye la producción de un daño 17:
Así las cosas, la Sala confirmará la decisión apelada porque se verificó una
eximente de responsabilidad consistente en el hecho determinante y exclusivo
de un tercero, en este caso, el comportamiento del señor Rafael de Hoyos
Núñez, conductor del automotor que atropelló al señor Wilson de Jesús
Atehortúa Gallego.
5. Condena en costas
El artículo 55 de la Ley 446 de 1998 –que modificó el artículo 170 del C.C.A.–
indica que solo habrá lugar a la imposición de costas cuando alguna de las
partes haya actuado con temeridad o mala fe; dado que ninguna procedió de
esa forma no habrá lugar a su imposición.
FALLA: