El sistema político en sudafricana otorgaba privilegios a la minoría blanca y discriminaba a la población negra, que tenía menos derechos. El ‘apartheid’ segregaba a blancos y negros, que no podían compartir edificios y espacios públicos, como esta playa reservada únicamente para gente blanca. El apartheid fue un conjunto de leyes que establecían un sistema desigual y discriminaban a la población negra e india de Sudáfrica durante gran parte del siglo pasado. Este sistema político fue impulsado por los descendientes de los colonos europeos, que querían mantener sus privilegios frente a la población autóctona. El régimen se aplicó desde 1948 hasta principios de los 90. Bajo el régimen del apartheid, los negros no podían votar, debían vivir en zonas alejadas de los blancos (llamadas bantustanes), cobraban menos que ellos por el mismo trabajo y, si iban al colegio, debían ir a centros separados con peor nivel educativo. La segregación era tan extrema que blancos y negros no podían ser pareja o casarse, utilizar el mismo baño público, ir en el mismo autobús ni bañarse en las mismas playas, entre muchas otras restricciones.
➢ El apartheid, herencia colonialista
El colonialismo era un sistema político y económico mediante el cual un país conquistaba a otro para explotar sus recursos. Al igual que otros territorios africanos, Sudáfrica fue colonizada por varios países europeos. Primero llegaron los portugueses, que en el siglo XIV querían establecer rutas comerciales con la India. Del siglo XVII al XVIII, los holandeses establecieron una colonia en la actual Ciudad del Cabo, la capital de Sudáfrica. Los últimos en llegar fueron los británicos. A partir del siglo XIX se enfrentaron con los afrikáneres, los descendientes de los colonos holandeses, para controlar el territorio. Los británicos ganaron la guerra y firmaron un tratado de paz con los afrikáneres en 1902. Aquel acuerdo ya discriminaba a la población negra porque les prohibía votar y participar en las elecciones. Los descendientes de los británicos gobernaron en Sudáfrica hasta la llegada del Partido Nacional afrikáner, que consiguió el poder en 1948. Una parte del partido apoyaba las políticas del nazismo y querían mantener el poder de la minoría blanca. El Partido Nacional aprobó 317 leyes para legalizar el racismo hacia cualquier persona que no fuera blanca. Así empezó el sistema de segregación racial sudafricano, conocido como ‘apartheid’, que en la lengua afrikáans significa “separación”.
➢ La presión internacional, clave para acabar con el ‘apartheid’
Muchos países dieron la espalda a Sudáfrica a causa de sus leyes racistas. Las Naciones Unidas reclamaban el fin del apartheid, se bloquearon acuerdos económicos con Sudáfrica y se vetó su participación en los Juegos Olímpicos como medidas para presionar al gobierno afrikáner. El partido de Nelson Mandela, el Congreso Nacional Africano (CNA), organizó numerosas marchas y acciones de desobediencia civil. Al principio, Mandela apoyó la resistencia pacífica, pero más adelante apoyó las acciones violentas de algunos sectores del partido. Por ese motivo fue juzgado y condenado a cadena perpetua. Gracias a la presión internacional y a las negociaciones entre el presidente sudafricano y el CNA, el gobierno liberó a Mandela en 1990 y suprimió el apartheid en 1991. Ya como presidente, Mandela moderó su discurso y apostó por el diálogo y el entendimiento, lo que le valió el premio Nobel de la Paz en 1993. ¿De dónde proviene el asentado racismo que sufre Estados Unidos? La muerte George Floyd a manos de un policía en Minneapolis, cristalizó la indignación mundial contra el racismo. Una discriminación que en Estados Unidos se manifiesta desde hace 400 años, con el primer asentamiento de esclavizados en Jamestown. A sabiendas que Estados Unidos es una nación joven, los episodios de racismo comenzaron en la época en que los españoles llegaron a la Florida hace 500 años, pero más claramente, hace 400 con la fundación del primer asentamiento de esclavizados, por parte de los anglosajones, en Jamestown, Virginia. A medida que se iba construyendo la nación norteamericana, los terratenientes anglosajones estaban a favor de la esclavización. Les resultaba muy rentable comprar prisioneros africanos, para esclavizarlos y someterlos a trabajos pesados. Dicho panorama de sometimiento se exacerbó en 1861 y dio inicio a la Guerra de Secesión. Durante la presidencia de Abraham Lincoln, los estados del norte atacaron a los del sur para impedir la expansión de la esclavitud. Tras cuatro años de guerra civil, el norte le ganó al sur. La victoria trajo consigo la abolición de la esclavización, plasmada en la decimotercera enmienda de 1865, y la liberación de 4 millones de esclavizados.
➢ El resentimiento que prevaleció en los estados del sur
Un sentimiento de rencor se mantuvo presente en los blancos de los estados sureños de Estados Unidos. De manera que lo que antes era esclavitud mutó a la segregación, es decir, la separación de espacios, leyes y servicios para blancos y negros. Los negros estuvieron siempre relegados. Hasta mediados del siglo XX, dicha segregación era aceptada socialmente. Pero la indignación en la población afroamericana fue concentrándose, con tan buena suerte que encontró a un líder: Martin Luther King. El sueño de Martin Luther King de vivir en un país donde sus hijos tuvieran las mismas oportunidades que los blancos, se convirtió en una pesadilla. En 1968 fue asesinado, con apenas 39 años, por ser el líder del movimiento de los derechos civiles afroamericanos. Su corta edad no fue impedimento para trascender en la historia como el hombre valiente que puso su voz al servicio de una minoría racial. La lucha de Martin Luther King contó con el apoyo del presidente John F. Kennedy, asesinado en 1963, y de Lyndon B. Johnson, quien en 1964 firmó la Ley de los Derechos Civiles. Así se puso fin a la separación de negros y blancos en buses, colegios, hospitales, bares y toda suerte de espacios públicos. ➢ La violencia policial que afecta más a negros que a blancos Actualmente, los afroestadounidenses enfrentan un serio problema de violencia policial. De acuerdo con la organización Mapping Police Violence, el 24 por ciento de las muertes bajo custodia policial corresponde a ciudadanos afroamericanos, una cifra desproporcionada, teniendo en cuenta que el 13,4 por ciento de la población estadounidense es negra. Esta cifra de la violencia policial contra afroamericanos se enmarca en la Presidencia de Donald Trump, un mandatario que es criticado por exacerbar a la supremacía blanca y de discriminar a poblaciones negras, latinas, musulmanas, entre muchas más. Andrea Fernanda Ramos Castillo – 202042414