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César Corres
La contemplación de la flor.
1. Saludos. Bienvenida.
Todos: Adorémosle.
3. Reflexión:
Podemos hacernos una pregunta muy sencilla. Está bien creer en Dios con
todo el corazón, está bien esperar que nos ayude en las dificultades, está
bien sentir el deber de darle gracias. Todo está bien. Pero ¿lo queremos, de
verdad, un poco al Señor? ¿Pensar en Dios nos conmueve, nos maravilla,
nos enternece?
5. Ejercicio de oración:
Se pude seguir este ejercicio con la ayuda del audio que se encuentra en la
liga: http://www.ivoox.com/contemplacion-flor-audios-
mp3_rf_3439296_1.html
Contextualización
cuanto más desnuda y sin asideros sea dicha fe, mejor. Aquellos austeros
monjes de San Bruno no contaban con casi nada para su oración. Por eso
era más rica. Se valían de lo que estaba a su alcance: una vela, una flor, una
piedra, un recuerdo, un atardecer…
Preparación
(Nota: Es importante durar en cada paso lo más que sea posible, varios
minutos, hasta que lo que se propone en cada paso haya dado todo lo más
de sí. No importa cuánto nos lleve, ni si terminamos o no todo el ejercicio.
Más que mucho abarcar, debemos mucho ahondar. Se lee el paso
correspondiente y enseguida se deja a un lado la hoja guía para hacer lo que
dicho paso sugiere. Cuando dicho paso haya dado todo de sí, se lee el
siguiente paso en la guía, y así sucesivamente, hasta el final).
Para este período de quince días deberás repetir una vez este
ejercicio y después hacer una vez cada uno de los tres anteriores: “La
Oración (I)”, “La Oración (II)” y “La Oración (III)”.