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Introducción.-
¿Sabías que los científicos pueden reescribir el código genético de microorganismos como la
Escherichia coli para convertirlos en pequeñas fábricas vivientes de biocombustibles?
¿O que la levadura se puede reprogramar para obtener un medicamento contra la malaria llamado
artemisinina?
Estos son ejemplos de productos posibles gracias a la tecnología de ingeniería genética avanzada,
conocida como biología sintética, un término para el cual no existe una definición aceptada
internacionalmente.
Las aplicaciones de la biología sintética están avanzando más allá de la manipulación de los
microbios para producir ciertos químicos deseados. Se ha propuesto liberar organismos
genéticamente modificados en el medio ambiente con el fin de alterar permanentemente
poblaciones completas de especies para erradicar vectores de enfermedades, eliminar especies
invasoras, y ayudar a plantas y animales amenazados a aumentar su resiliencia.
“La biología sintética incluye a) el diseño y construcción de nuevas partes, dispositivos y sistemas
biológicos y b) el rediseño de sistemas biológicos naturales existentes para propósitos útiles”.
Synthetic biology.org
“La biología sintética es la ingeniería de los componentes y sistemas biológicos que no existen en
la naturaleza y la re-ingeniería de elementos biológicos existentes; está determinada por el diseño
intencional de sistemas biológicos artificiales, en preferencia que la comprensión de la biología
natural”. Synbiology Project
“La biología sintética es una forma emergente de ciencia e ingeniería que tiene como objetivo el
diseño y construcción de (nuevos) sistemas biológicos” 3rd International Conference on synthetic
biology
Vamos a hacer un repaso por la historia de esta joven disciplina, explicando las tres etapas
principales por las que ha pasado y los logros y los objetivos de cada una.
La biología sintética comenzó en los años 70, con el nacimiento y desarrollo de la ingeniería
genética y la biotecnología. Fue en esta primera fase cuando se modificó por primera vez un
genoma, creando así el primer Organismo Genéticamente Modificado (OGM). Este organismo era
la conocida bacteria Escherichia coli, cuyo genoma se manipuló para conseguir que produjera
insulina, eritropoyetina y anticuerpos monoclonales, entre otros.
La segunda fase o etapa de la biología sintética se dedicó a aplicar los conocimientos adquiridos
en ingeniería genética y biotecnología, para la producción y desarrollo de nuevos fármacos,
biocombustibles y alimentos genéticamente modificados.
Actualmente nos encontramos en la tercera fase. Hoy en día la biología sintética va encaminada a
la síntesis artificial de genomas completos, y se espera llegar a crear especies completamente
nuevas.
Una de las figuras más relevantes en el campo de la biología sintética es Craig Venter. Fundador la
empresa Celera, publicó el primer borrador del genoma humano al mismo tiempo que lo hicieron
los diferentes organismos públicos, como el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Además, Venter creó el instituto que lleva su nombre (Craig Venter Institute), que como veremos
es responsable de muchos de los grandes avances en el área de la biología sintética.
En 2010, Venter y su equipo consiguieron crear la primera bacteria sintética de la historia. Tras
más de quince años de trabajo, lograron fabricar el genoma completo de la bacteria Mycoplasma
mycoides. En este contexto, hay que entender que fabricar un genoma significa sintetizarlo por
partes in vitro a partir de sus componentes químicos básicos, y posteriormente ensamblarlo. El
siguiente paso consistió en eliminar el material genético de la bacteria Mycoplasma capricolum,
para utilizarla como “célula recipiente”.
El genoma mínimo
En 2016, Venter y su equipo (¿quién sino?) lograron otro importante hito, la creación del primer
genoma mínimo. El genoma mínimo se define como el número de genes estrictamente necesarios
para la supervivencia de un organismo. Dado que algunas plantas tienen unos cincuenta mil genes
y algunas bacterias solamente quinientos, el equipo de Venter se planteó cuál es el número
mínimo de genes que necesita una forma de vida independiente, por debajo del cual no podría
realizar todas las funciones básicas.
Para dar respuesta a esta incógnita, partieron de la bacteria sintética que habían creado años
atrás, Syn 1.0, cuyo genoma tenía 901 genes. A partir de ahí, fueron eliminando genes y
comprobando la supervivencia del organismo para determinar cuáles eran prescindibles, y así
consiguieron una bacteria con el genoma mínimo, llamada Syn 3.0, que tiene 473 genes
codificantes.
Es sorprendente comparar el genoma de Syn 3.0, con 473 genes, con el genoma natural más
pequeño conocido (perteneciente a la bacteria Mycoplasma genitalium) que cuenta con 525
genes, y ver lo cerca que están ambos en número de genes.
Para terminar, es importante entender que los conceptos de “célula mínima” y “genoma mínimo”
son puramente teóricos, se han creado para explorar los límites de la genética y comprender las
funciones de los genes esenciales, pero no se encuentran en la naturaleza.
El siguiente hito en la creación de vida artificial tuvo lugar en 2017, cuando un grupo de científicos
de varios países consiguió fabricar el primer genoma sintético de un organismo eucariota,
Saccharomyces cerevisae, al que se denominó Sc2.0. El genoma sintetizado es un 8% más pequeño
que el genoma natural de la levadura, ya que se han eliminado algunas regiones no codificantes
del genoma.
A pesar de estos cambios, al introducir los cromosomas artificiales en la célula receptora, los genes
contenidos en ellos se expresaron con normalidad. Esta capacidad de adaptación de los genes o
plasticidad sugiere que será posible realizar cambios al sintetizar genomas (buscando producir
ciertos compuestos, por ejemplo), y conseguir que sus genes se expresen en la célula receptora.
El genoma artificial rediseñado más largo con cambio de código genético incluido
El hecho de que una bacteria pueda utilizar tres codones menos en su código genético y aun así
ser funcional, pone de manifiesto que no son necesarios tantos codones sinónimos como se creía
hasta la fecha.
Tras repasar su historia reciente, podemos afirmar que la biología sintética es una de las disciplinas
que arroja resultados más prometedores y sorprendentes, y parece que en ella la única limitación
es la imaginación.
El potencial de la biología sintética es inmenso e inspirador, ya que esta disciplina puede llegar a
tener numerosas aplicaciones en distintos campos:
En ingeniería tisular, la biología sintética permite obtener nuevos biomateriales para prótesis y
trasplantes.
CRISPR-Cas9 es una herramienta personalizable que permite a los científicos cortar e insertar
pequeños fragmentos de ADN en áreas precisas a lo largo de una cadena de ADN. Imagen del
Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, Betheseda, MD, EE.UU.
La recolección insostenible del cangrejo herradura para utilizar su sangre con fines biomédicos
está llevando a la especie hacia su extinción. La sangre de estos animales se utiliza para detectar
contaminación bacteriana en los productos farmacéuticos. Pero un sustituto sintético se está
desarrollando para reducir la demanda de estos cangrejos en peligro de extinción. Asimismo, los
microbios y microalgas diseñados para producir alternativas a los ácidos grasos omega-3 podrían
disminuir la presión sobre las poblaciones de peces silvestres.
Partes biológicas
Dispositivos
Sistema
Partes Biológicas.- La biología sintética es una ingeniería que busca crear o recrear funciones
biológicas para implantar en materia viva.
Ventajas
Esto se realizará gracias a las tecnologías propias de este campo como son la creación de circuitos
genéticos y la ingeniería genética in silico.
El principio de precaución establece que cuando las actividades humanas puedan producir un
daño inaceptable científicamente plausible, pero impredecible, se deben tomar medidas para
evitar o disminuir ese daño.
Aplicación.- Esta disciplina está aplicada a: Ordenar la ingente cantidad de datos generados por
estudios genómicso y proteómicos. O bien a extraer información útil de ellos con el fin de
comprender el funcionamiento global de un sistema (circuito de genes, proceso celular complejo,
desarrollo de un organismo, etc.)
Algunas herramientas que utiliza: tener árboles filogenéticos, para saber según la secuenciación y
su ancestro común, para identificar por dónde ingresó a un determinado país por ejemplo una
nueva variante de la cepa DEN-3 de Dengue o de SARS-COV-2.
Otra herramienta utilizada es el convertidor de ficheros para organizar, clasificar, distribuir los
datos. Y analizador de secuencias para utilizar todas las variables útiles.
La importancia de la Bioinformática.-
También surgió por la necesidad de algoritmos para catalogar secuencias (analizar similitudes,
descubrir propiedades, funciones o estructuras.)
El ISCIII (Instituto de Salud Carlos III) dispone de una Unidad de Bioinformática (BU-ISCIII) desde el
año 2012, cuya responsable es la investigadora Isabel Cuesta y cuya labor es dar servicio a los
centros y unidades del ISCIII y desarrollar proyectos propios de invetsigación. Por ejemplo, su labor
en la investigación del SARSCoV2 está siendo fundamental, facilitando cuestiones tan relevantes
como la secuenciación del genoma del nuevo coronavirus y la automatización de test diagnósticos
Desarrollo de la Bioinformática
La bioinformática nació hace más de 50 años, a comienzos de 1960, con la aplicación de métodos
computacionales al análisis de la secuencia de proteínas. Su crecimiento fue ligado al desarrollo de
la Biología Molecular, el descubrimiento del ADN, y de los avances en computación. El concepto
que se tiene hoy en día de la bioinformática es algo distinto, ya que se considera una disciplina
emergente que se ha hecho necesaria para el manejo del enorme volumen de datos que generan
las nuevas tecnologías ‘ómicas’ (genómica, proteomica, metabolómica…), haciendo del concepto
de 'big data' un activo fundamental en la biomedicina actual.
Entre estas tecnologías, una de las que mayor relevancia ha tenido es la secuenciación de alto
rendimiento o secuenciación masiva, que se popularizo a partir del 2004 con la secuenciación del
genoma humano y que ha permitido obtener la secuencia genómica de muchos organismos
conocidos y desconocidos.
Entre los problemas más relevantes que se han visto beneficiados del desarrollo de la genómica y
de la bioinformática están, entre muchos otros, el estudio de las enfermedades raras de origen
genético; la identificación de las mutaciones asociadas a tumores; la identificación del patógeno
causante de un brote infeccioso o el descubrimiento de nuevos virus, como el SARS-CoV-2.
Permite la vigilancia genómica para conocer y saber qué medidas adoptar para evitar el ingreso de
variantes más agresivas a un determinado país
Nuevas disciplinas y salida profesional