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Artículo 3º — La presente normativa regula los deberes y derechos del personal
que integra el Servicio Civil de la Nación. Este está constituido por las personas
que habiendo sido designadas conforme lo previsto en la presente ley, prestan
servicios en dependencias del Poder Ejecutivo, inclusive entes jurídicamente
descentralizados.
Quedan exceptuados de lo establecido en el párrafo anterior:
a) El Jefe de Gabinete de Ministros, los Ministros, el Secretario General de la
Presidencia de la Nación, los Secretarios, Subsecretarios, el Jefe de la Casa
Militar, las máximas autoridades de organismos descentralizados e instituciones
de la Seguridad Social y los miembros integrantes de los cuerpos colegiados.
b) Las personas que por disposición legal o reglamentaria ejerzan funciones de
jerarquía equivalente a la de los cargos mencionados en el inciso precedente.
c) El personal militar en actividad y el retirado que prestare servicios militares.
d) El personal perteneciente a las Fuerzas de Seguridad y Policiales, en actividad
y retirado que prestare servicios por convocatoria.
e) El personal diplomático en actividad comprendido en la Ley del Servicio Exterior
de la Nación.
f) El personal comprendido en convenciones colectivas de trabajo aprobadas en el
marco de la Ley 14.250 (t.o. decreto 198/88) o la que se dicte en su reemplazo.
g) El clero.
Al personal que preste servicios en organismos pertenecientes a la Administración
Pública Nacional, y esté regido por los preceptos de la Ley de Contrato de Trabajo
Nº 20.744 (t.o. 1976), y modificatorias o la que se dicte en su reemplazo, se les
aplicarán las previsiones contenidas en ese régimen normativo.
En los supuestos contemplados en el párrafo anterior y en el inciso f), las partes,
de común acuerdo, podrán insertarse en el régimen de empleo público, a través
de la firma de convenios colectivos de trabajo, tal como lo regula el inciso j) de la
Ley 24.185 y de acuerdo con las disposiciones de dicha norma.
Tienen obligaciones contables en el nuevo código las personas humanas que son
“empresarios” o sea que explotan una empresa sin exigirse que posean un
establecimiento. Se ha definido a la “empresa” como la organización en la cual se
coordinan el capital y el trabajo y que, valiéndose del proceso administrativo,
produce y comercializa bienes y servicios en un marco de riesgo. Además, busca
armonizar los intereses de sus miembros y tiene por finalidad crear, mantener y
distribuir riqueza entre ellos. Es una organización con finalidad económica y con
responsabilidad social, generadora de productos y servicios que satisfacen
necesidades y expectativas del ser humano.
A nivel jurídico la empresa no tiene un estatuto propio por lo que debe atenderse
al régimen legal de sus diversos elementos descriptos, resultando de interés los
aportes del derecho tributario y del derecho laboral. La hacienda o fondo de
comercio, será su elemento objetivo en tanto puede ser objeto del negocio de
“transferencia” regido por la ley 11.867 lo que implica, cierta separación
patrimonial entre acreedores del “fondo” y acreedores personales de las partes. El
empresario será su elemento subjetivo, sea persona individual o jurídica, como el
sujeto que es titular de todas las relaciones jurídicas y responsable de ella en tanto
la organiza, dirige, explota y percibe sus resultados. un mismo empresario puede
tener varias empresas como unidades productivas independiente. Por su lado, los
trabajadores, estarán regidos por las normas laborales, previsionales y sindicales
respectivas. Cabe destacar que el nuevo Código establece importantes normas de
tutela de la empresa entre las que se destaca la no paralización de las empresas
que presten servicios públicos (art. 243). Históricamente, las funciones del
empresario pasaron de ser el suministrador del capital (teoría de Carlos Marx) a
otras: organizador de los restantes factores de producción, tomador de decisiones
dentro de la estructura empresarial, tomador del riesgo del negocio. Ahora bien,
cuando las funciones descriptas están fragmentadas entre distintas personas,
o cuando el empresario no aporta capital porque lo toma prestado de terceros,
cuando traslada el riesgo mediante múltiples instrumentos jurídicos (seguros,
opciones, derivados, etc.), y cuando traslada la organización económica y las
decisiones a asesores, mandatarios o empleados, ¿qué es lo que define al
empresario?. Lo que lo define es ser “el centro” de una serie de contratos
mediante los cuales la empresa adquiere su configuración. Por su parte, para el
derecho laboral lo que define al empresario es la “dirección y organización de la
empresa”. Al respecto dice la ley que es “quien dirige la empresa por sí, o por
intermedio de otras personas, y con el cual se relacionan jerárquicamente los
trabajadores, cualquiera sea la participación que las leyes asignen a éstos en la
gestión y dirección de la empresa” (art. 5º, segunda parte, LCT). También la ley
laboral reconoce al empresario la facultad de organizar económica y técnicamente
la empresa (art. 64 LCT), lo que implica las siguientes potestades: a) de
organización; b) de dirección; c) disciplinaria; d) de variar unilateralmente ciertas
modalidades del trabajo; y e) de denunciar sin causa el contrato de trabajo. Sin
embargo, téngase en cuenta que en derecho laboral no siempre la noción de
“empleador” se identifica con la de “empresario” ya que hay empleadores que no
revisten tal calidad. El concepto de “empresario” permite distinguir diversas
categorías o roles que pueden o no coincidir en una misma persona: a) el
empresario “de título”, que es el sujeto titular de la empresa y responsable por sus
obligaciones; b) el empresario “de gestión” que es quien dirige la empresa10; y c)
el empresario “de riesgo” que es el accionista o socio de la sociedad. Además,
debe tenerse presente la existencia de un empresario “indirecto”, como es el caso
de la persona física controlante de la sociedad titular de la empresa, sujeto a las
responsabilidades societarias (art.54 ley 19.550) y concursales (art.161 inc.2º ley
24.522) pertinentes.
En rigor, la “empresa” y el “establecimiento comercial, industrial o de servicios” no
son lo mismo porque el “establecimiento” es una parte de la empresa (hacienda o
sustrato material) y no el todo (que incluye personal, know how, etc.). Sin
embargo, como la ley habla del “titular” (elemento personal), debe entenderse que
se trata de do conceptos análogos y que la reiteración pretendió ser ejemplificativa
en el sentido de no dejar dudas de que el titular de un negocio debe siempre llevar
libros. La obligación contable pesa sobre el titular de un fondo de comercio, sea su
propietario, locatario, comodatario o que lo detente a cualquier título siempre que
tenga el control de los recursos y de sus resultados, o sea que lo explote. Tal
titularidad le da carácter de empresario.
En muchas ocasiones se concluye que para el desarrollo de un emprendimiento
comercial es necesario conformar una sociedad de responsabilidad limitada (cuya
abreviatura es “SRL”) o una sociedad anónima (cuya abreviatura es “SA”), entre
otras.
La decisión generadora respecto de la constitución de la sociedad comercial
mayormente radica en argumentos referidos a la limitación de responsabilidad
patrimonial toda vez que estas sociedades, ante el devenir de un problema
económico, se limitarán a responder a sus acreedores con el capital social
conformado por los bienes que sean propiedad de la empresa, dejando ileso el
patrimonio propio o personal correspondientes a los socios que integran las
últimas.
Ante esto debemos estar en conocimiento acerca de la existencia de excepciones
legales por las cuales el patrimonio personal de los socios que conforman una
sociedad debe responder por las deudas contraídas por la última.
Ante la existencia de una deuda impositiva la ley, previo procedimiento especial
que deberá realizar la AFIP, obliga a responder en forma solidaria a los directores,
gerentes y demás representantes de las personas jurídicas.
Así se establece en el art. 8 de la ley 11683.
La responsabilidad solidaria antes citada tiene una excepción que se configura
respecto a quienes demuestren debidamente a la AFIP que sus representados o
mandantes lo han colocado en la imposibilidad de cumplir con las obligaciones
impositivas.
Al respecto la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo sostuvo que
para que nazca la responsabilidad solidaria es necesario que:
a) el responsable haya incumplido sus deberes tributarios;
b) que el incumplimiento le sea imputable a título de dolo o culpa;
c) que el deudor principal no cumpla con la intimación administrativa previa;
d) que el Fisco tiene la carga de probar que el responsable ha desplegado una
conducta reprochable a título de dolo o culpa;
e) que la responsabilidad es subjetiva. No demostrada la conducta dolosa o
culposa, cabe considerar que ésta fue diligente.
Entonces para determinar la responsabilidad solidaria será necesario que la AFIP
inicie el denominado proceso de determinación de oficio en donde se le deberá
otorgar el derecho de defensa a la persona a la cual se intenta atribuir la
responsabilidad solidaria o personal.
Pero la solidaridad de los responsables en el cumplimiento de la deuda ajena (los
responsables de la sociedad) nace luego de tramitarse el proceso de
determinación de oficio contra el deudor principal (la sociedad) y, ante el
incumplimiento de su obligación de pago luego de notificado respecto de la
resolución de la AFIP y habiendo sido previamente intimado.
Entonces se deduce que no constituye un simple trámite declarar la solidaridad de
los miembros de la sociedad sino que es la consecuencia de un proceso en donde
se debe probar la culpabilidad del socio ante el incumplimiento de la empresa.
En efecto, si la conducta dolosa o culposa del socio a quien se lo quiere
responsabilizar solidariamente no se encuentra probada en el proceso, éste
quedará impune y el Órgano deberá limitarse a demandar solo a la sociedad por el
incumplimiento de las obligaciones tributarias.
El Fisco es quien deberá probar la culpa o dolo en la conducta de la persona a
quien se la pretende responsabilizar personalmente y para que así lo determine no
podrá resolver sobre lo atinente a la responsabilidad personal de los socios
valiéndose de presunciones y/o indicios toda vez que de así realizarlo el proceso
sería atacable por nulo.
Deberá probar que se incurrió en dolo o culpa tanto objetiva como subjetivamente,
es decir que no alcanza la imputación solamente probando que la conducta recae
dentro de lo estipulado en la norma sino, además, se deberá establecer que el
sujeto haya sido consciente, con voluntad, sabiendo y queriendo el resultado que
se le está imputando (la mora en el pago de la obligación tributaria de la empresa
como conducta dolosa) o que su conducta le pueda ser atribuida a título de
negligencia, por inobservancia de los deberes que se encontraban a su cargo
(conducta culposa).
Los beneficios vigentes para las micro, pequeñas y medianas empresas serán
extensivos a las formas asociativas conformadas exclusivamente por ellas.
b) Las provincias del norte argentino comprendidas dentro del Plan Belgrano;
El contrato de trabajo a plazo fijo durará hasta el vencimiento del plazo convenido,
no pudiendo celebrarse por más de cinco (5) años.
Art. 94. —Deber de preavisar - Conversión del contrato. —Las partes deberán
preavisar la extinción del contrato con antelación no menor de un mes ni mayor de
dos, respecto de la expiración del plazo convenido, salvo en aquellos casos en
que el contrato sea por tiempo determinado y su duración sea inferior a un mes.
Aquélla que lo omitiera, se entenderá que acepta la conversión del mismo como
de plazo indeterminado, salvo acto expreso de renovación de un plazo igual o
distinto del previsto originariamente, y sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
90, segunda parte, de esta ley.
En los casos del párrafo primero de este artículo, si el tiempo que faltare para
cumplir el plazo del contrato fuese igual o superior al que corresponda al de
preaviso, el reconocimiento de la indemnización por daño suplirá al que
corresponde por omisión de éste, si el monto reconocido fuese también igual o
superior a los salarios del mismo.
El despido sin causa del trabajador, pendientes los plazos previstos o previsibles
del ciclo o temporada en los que estuviere prestando servicios, dará lugar al pago
de los resarcimientos establecidos en el artículo 95, primer párrafo, de esta ley.
El trabajador adquiere los derechos que esta ley asigna a los trabajadores
permanentes de prestación continua, a partir de su contratación en la primera
temporada, si ello respondiera a necesidades también permanentes de la empresa
o explotación ejercida, con la modalidad prevista en este capítulo.
Con una antelación no menor a treinta días respecto del inicio de cada temporada,
el empleador deberá notificar en forma personal o por medios públicos idóneos a
los trabajadores de su voluntad de reiterar la relación o contrato en los términos
del ciclo anterior. El trabajador deberá manifestar su decisión de continuar o no la
relación laboral en un plazo de cinco días de notificado, sea por escrito o
presentándose ante el empleador. En caso que el empleador no cursara la
notificación a que se hace referencia en el párrafo anterior, se considerará que
rescinde unilateralmente el contrato y, por lo tanto, responderá por las
consecuencias de la extinción del mismo.
-Trabajo eventual:
-Período de prueba:
ARTICULO 2º —
"Artículo 92 bis. — El contrato de trabajo por tiempo indeterminado, excepto el
referido en el artículo 96, se entenderá celebrado a prueba durante los primeros 3
meses de vigencia. Cualquiera de las partes podrá extinguir la relación durante
ese lapso sin expresión de causa, sin derecho a indemnización con motivo de la
extinción, pero con obligación de preavisar según lo establecido en los artículos
231 y 232.
El período de prueba se regirá por las siguientes reglas:
1. Un empleador no puede contratar a un mismo trabajador, más de una vez,
utilizando el período de prueba. De hacerlo, se considerará de pleno derecho, que
el empleador ha renunciado al período de prueba.
2. El uso abusivo del período de prueba con el objeto de evitar la efectivización de
trabajadores será pasible de las sanciones previstas en los regímenes sobre
infracciones a las leyes de trabajo. En especial, se considerará abusiva la
conducta del empleador que contratare sucesivamente a distintos trabajadores
para un mismo puesto de trabajo de naturaleza permanente.
3. El empleador debe registrar al trabajador que comienza su relación laboral por
el período de prueba. Caso contrario, sin perjuicio de las consecuencias que se
deriven de ese incumplimiento, se entenderá de pleno derecho que ha renunciado
a dicho período.
4. Las partes tienen los derechos y obligaciones propias de la relación laboral, con
las excepciones que se establecen en este artículo. Tal reconocimiento respecto
del trabajador incluye los derechos sindicales.
5. Las partes están obligadas al pago de los aportes y contribuciones a la
Seguridad Social.
6. El trabajador tiene derecho, durante el período de prueba, a las prestaciones
por accidente o enfermedad del trabajo. También por accidente o enfermedad
inculpable, que perdurará exclusivamente hasta la finalización del período de
prueba si el empleador rescindiere el contrato de trabajo durante ese lapso. Queda
excluida la aplicación de lo prescripto en el cuarto párrafo del artículo 212.
7. El período de prueba, se computará como tiempo de servicio a todos los efectos
laborales y de la Seguridad Social."
-Aprendizaje y pasantías:
Artículo 1º — El contrato de pasantía regulado por el artículo 2º de la Ley Nº
25.013, denominado a los fines de la presente reglamentación contrato de
pasantía de formación profesional, es el celebrado entre un empleador privado y
un estudiante de 15 a 26 años que se encuentre desocupado y no tiene carácter
laboral.
El MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y FORMACION DE RECURSOS
HUMANOS, deberá aprobar los programas de formación profesional que elaboren
las empresas, visar cada contrato y asegurar el cumplimiento de su finalidad.
Art. 5º — Los empleadores que contraten bajo este régimen deberán tomar las
medidas necesarias para que la organización de la capacitación, el equipamiento
de la empresa, las técnicas a utilizar y las actividades a desarrollar sean de tal
naturaleza que permitan una satisfactoria formación del pasante.
Las normas de higiene y seguridad, aplicables a este contrato, serán las que rigen
para los trabajadores del establecimiento donde se lleve a cabo la pasantía.
El empleador deberá asegurar al pasante una formación metódica y completa, que
conduzca a la obtención de la formación profesional comprometida, confiándole
tareas que tengan relación directa con la capacitación prevista en el contrato.