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La bolsa de comercio es un mercado autorizado, donde los

comerciantes y los intermediarios contratan operaciones y


transacciones de compraventa de mercaderías, activos y derechos.

Generalmente, las bolsas de comercio son establecimientos de


carácter público o privado, dependiendo de la disponibilidad y
acceso por parte del público. A ellas, los agentes interesados en las
transacciones de bienes y servicios acuden con el fin de poder
vender, comprar o intermediar entre los interesados.
Características de la bolsa de comercio
 Deben ser establecimientos autorizados y regulados. Ya sea
por una comisión privada y propia o por los poderes públicos
de la Administración.
 Se puede realizar cualquier transacción mercantil que
suponga una negociación.
 Existe transparencia en la información (precios, cantidad…)
 Las transacciones son generalmente reguladas por el Código
Mercantil o Código de Comercio de cada país.
 Los mercados pueden ser públicos o privados, dependiendo
de la naturaleza y objetivo común de los agentes implicados
 Las bolsas de comercio pueden ser sobre la totalidad,
parcialidad o tipos de bienes concretos.
Ejemplo de bolsa de comercio
Con el tiempo, las bolsas de comercio se han ido tecnificando
y diversificando en la totalidad de bienes y servicios. A la vez
que se constituían bolsas especializadas en una determinada
bandeja de bienes y servicios.
Un claro ejemplo de bolsa de comercio son las bolsas de
valores. Estas son mercados financieros y de capitales donde
se ponen en común los títulos de empresas y deuda pública.
Todo ello, siendo su objetivo captar financiación, así como, los
inversores, obtener una rentabilidad o lucro.
Origen de la bolsa de comercio
Las bolsas de comercio surgen en la Edad Media (siglo XIII).
Como respuesta al intercambio y mejoras en el comercio por
parte de los comerciantes europeos. En ellas se reunían para
poner en común sus mercaderías y a la vez establecer
contratos mercantiles, con los que poder operar de forma
segura, facilitar las transacciones y darles legalidad a los
intercambios.
Las Bolsas de valores cumplen un papel muy importante en
una perspectiva económica. Al canalizar el ahorro hacia la
inversión, ponen en contacto a las empresas y entidades del
Estado necesitadas de recursos de inversión con los
ahorradores, y confieren liquidez a la inversión. De esta
manera los tenedores de títulos pueden realizarlos en el
mercado, obteniendo liquidez en atención a su precio de
comercialización, con relativa facilidad y, adicionalmente,
favorecen una asignación eficiente de los recursos.

Por otra parte, las Bolsas de valores están sujetas a los riesgos
de los ciclos económicos y sufren los efectos de los
fenómenos psicológicos que pueden elevar o reducir los
precios de los títulos y acciones a niveles que chocan con la
realidad y causan efectos posteriores perjudiciales para el
crecimiento económico e, incluso, para el grupo social de que
se trate, como sucedió con la crisis de 1929 y sus efectos en
los años siguientes en Estados Unidos y, en menor medida, en
Europa.

En la mayoría de los países es necesaria la aprobación de la


Comisión de Valores o del Organismo Supervisor de Valores
correspondiente, para que títulos o certificados privados
puedan ser negociados en la Bolsa. Las Comisiones de Valores
cumplen funciones de supervisión, regulación y control de
corredores, asesores de inversión, casas de bolsa, bolsas de
valores, empresas emisoras de valores, las calificadoras de
riesgo y las cajas de valores, entre otras entidades. En España,
los mercados de valores se encuentran bajo la supervisión de
la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que conforma
un eje nuclear del sistema conformado por la Ley del Mercado
de Valores de 1988, mantenido en el actual el Real Decreto
Legislativo 4/2015, de 23 de octubre, por el cual se aprueba el
Texto Refundido de la Ley del Mercado de Valores.
Las Bolsas de valores cumplen un papel muy importante en una
perspectiva económica. Al canalizar el ahorro hacia la inversión,
ponen en contacto a las empresas y entidades del Estado
necesitadas de recursos de inversión con los ahorradores, y
confieren liquidez a la inversión. De esta manera los tenedores de
títulos pueden realizarlos en el mercado, obteniendo liquidez en
atención a su precio de comercialización, con relativa facilidad y,
adicionalmente, favorecen una asignación eficiente de los recursos.
¿Qué clases de mercados de valores existen?

Los mercados de valores se clasifican en mercados primarios y


mercados secundarios. En los mercados secundarios se llevan
a cabo transmisiones derivativas de valores, es decir, relativos
a ulteriores transmisiones de valores ya emitidos y suscritos.
Se trata de un mercado esencialmente ágil en el que es
factible invertir y deshacer posiciones con facilidad. La Ley del
Mercado de Valores distingue varios mercados secundarios
oficiales: Las Bolsas de valores. El Mercado de Deuda Pública
representada mediante anotaciones en cuenta.
Los Mercados de futuros y opciones representadas mediante
anotaciones en cuenta.
Otros mercados de ámbito estatal que pueda crear el
Gobierno o de ámbito autonómico que puedan crear las
Comunidades Autónomas con competencia en la materia.
Además de estos mercados, denominados oficiales, la propia
Ley admite la posibilidad de la creación de cualquier mercado
o sistema organizado de negociación de valores u otros
instrumentos financieros que no tenga la consideración de
oficial, supuesto que exigirá la autorización del Gobierno o, en
su caso, de la Comunidad Autónoma, previo informe de la
Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Cada una de las Bolsas se encuentra administrada por una
Sociedad Rectora de la Bolsa de Valores, conformada como
sociedad anónima, y que tiene como objeto principal la
organización del funcionamiento de la Bolsa, así como la
titularidad de los bienes y derechos necesarios a tal fin. Se
trata de sociedades de capital variable, dividido en acciones
nominativas. Tradicionalmente, y hasta que el sistema vino
alterado

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