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Cuando llegue con mezcalito, Isidro de inmediato lo
primero que me enseño fue el uso del prana con el chi
kung y unos pases mágicos chinos, yo no podía asimilar
aquello, me maravilla la gracia hermosa de los pases
mágicos chinos, Isidro me recordaba con sus platicas a Don
Juan, platicabamos horas de Taisha Abelar, los puntos
finos de sus libros los pases brujos, lo que no se dice sino
que se ve en energía, Isidro me empezó a sumergir de
nuevo en ese viejo interés perdido por la añoranza de ser
un guerrero, el problema es que la disciplina que Isidro
propone, es dura, ardua, don Juanesca, el mismo es la
muestra de las largas caminatas entre los cerros, la
disciplina de tomar sol, yo al principio le huía al sol,
aunque recuerdo que en mis clases de yoga se sugería que
las personas más avanzadas hicieran su yoga en el sol del
mediodía, ultimamente, he hecho la sadhana en el
mediodía, ayudado por la ganya y los resultados han ido
cristalizando más Qi y a la vez mi ver se está abriendo más,
aún no logro estar todo el tiempo en la consciencia
acrecentada, pero los lapsos que logro con las asanas del
mediodía me han ayudado bastante. Después de una clase
de yoga al mediodía lo más recomendable es un baño de
agua fresca de un día anterior o de un tambo para la
ocasión, se notara el trabajo de la energía solar en el
cuerpo y la percepción al cabo de pocos meses de practica
continua, de yoga, planta de poder, luz solar.
-Todo es sufrimiento