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SEMESTRE 2022-1
CLASE 2 : INTRODUCCIÓN
SEMESTRE 2022-1
El surgimiento de la física de partículas: hadrones y quarks
A principios de la década de 1930, la visión de los átomos del siglo XIX como las
partículas elementales indivisibles, habían sido reemplazadas por un grupo más
pequeño de partículas subatómicas: electrones, protones y neutrones. A estas hay que
sumar dos partículas eléctricamente neutras: el fotón ( 𝛾 ) y el neutrino ( 𝜈 ).
Posteriormente, se vino una avalancha de descubrimientos de muchas partículas
subatómicas, inicialmente en rayos cósmicos; y luego en experimentos con
aceleradores de partículas.
Los rayos cósmicos, que pueden dividirse convenientemente en dos tipos: primarios,
que son partículas de alta energía, en su mayoría protones, que inciden en la
atmósfera de la Tierra en todas las direcciones; y secundarios, que se producen
cuando las partículas primarias chocan con núcleos en la atmósfera terrestre, algunos
ellas llegan hasta el nivel del mar. Fue entre estos secundarios, donde se descubrieron
las nuevas partículas, principalmente utilizando un detector diseñado por C.T.R.
Wilson, llamado cámara de niebla.
Figura 1.2 Imagen de la cámara de niebla de la
formación de tres pares de electrones y positrones, que
se generan en una placa de plomo por fotones gamma
que caen desde arriba y se desvían en direcciones
opuestas en un campo magnético (Lawrence Radiation
Laboratory, Berkeley). De M.R. Wehr, J.A. Richards:
Physics of the Atom (Addison-Wesley, Nueva York
1984)
Una cámara de niebla es un entorno cerrado que
contiene vapor de agua superenfriado y supersaturado.
Cuando una partícula cargada de suficiente energía
interacciona con el vapor, lo ioniza.
Los iones resultantes actúan como núcleos de condensación, alrededor de los cuales se
forman gotas de líquido que dan lugar a una niebla. Al paso de las partículas se va
produciendo una estela o traza, debido a los numerosos iones producidos a lo largo de su
trayectoria. Estas trazas tienen formas distintivas (por ejemplo, la traza de una partícula
alfa es ancha y recta, mientras que la de un electrón es más fina y muestra evidencias de
ser deflectada).
Los muones son como electrones pesados y, así como los electrones y los neutrinos,
no interactúan a través de la fuerza nuclear (interacción fuerte) que mantiene unido el
núcleo. Los piones cargados con propiedades adecuadas se detectaron finalmente en
1947 utilizando emulsiones fotográficas que contenían un haluro de plata. La energía
de ionización depositada por una partícula cargada que atraviesa la emulsión provoca
la formación de una imagen latente, y los granos de plata resultantes del desarrollo
posterior forman un registro visual de la trayectoria de la partícula. El pión neutro se
detectó un poco más tarde, en 1950.
Por tanto, los piones y nucleones son ejemplos de hadrones, mientras que los
electrones, muones y neutrinos no lo son. Son leptones.
Un trabajo adicional utilizando cámaras de niebla para detectar rayos cósmicos
secundarios condujo al descubrimiento en 1947 por Rochester y Butler de nuevas
partículas, kaones, que, en contraste al descubrimiento de piones, fue totalmente
inesperado. Los kaones fueron reconocidos casi de inmediato como una forma de materia
completamente nueva, porque supuestamente tenían propiedades "extrañas“.
Al mismo tiempo, las cámaras de niebla fueron reemplazadas en gran medida por
cámaras de burbujas, un dispositivo más eficiente en el que las partículas cargadas se
detectaban por el rastro de burbujas que dejaban a lo largo de su recorrido a través de
un líquido sobrecalentado (es decir, cerca a su punto de vaporización).
A mediados de la década de 1960, seguía el descubrimiento de muchas más partículas
inestables y el modelo de quarks anterior tuvo un éxito considerable en la comprensión
de las propiedades de los hadrones observados, pero debido a que no se detectaron
quarks libres experimentalmente, inicialmente hubo un escepticismo considerable para
esta interpretación.
Ahora sabemos que hay una razón fundamental por la que los quarks no se pueden
observar como partículas libres pero en ese momento muchos físicos consideraban a
los quarks como una descripción matemática conveniente, en lugar de partículas
físicas. Sin embargo, la evidencia de la existencia de quarks como partículas reales
comenzó a surgir en 1969 a partir de una serie de experimentos análogos a los de
Rutherford y sus colaboradores, en los que los nucleones dispersaban haces de
electrones y neutrinos de alta energía. Análisis de las distribuciones angulares de las
partículas dispersas confirmaron que los nucleones eran en sí mismos estados ligados
de entes cargados puntuales, con propiedades consistentes con las pronosticadas en
el modelo de quarks, incluidas sus cargas eléctricas fraccionarias. Esta es
esencialmente la imagen actual, donde las partículas elementales son un pequeño
número de entes físicos fundamentales: los quarks, el electrón, los neutrinos, el fotón y
algunos otros que encontraremos, pero no nucleones.
El modelo estándar de la física de partículas
Tras el descubrimiento de los quarks, fue surgiendo gradualmente una teoría completa
"en principio" de partículas elementales, llamada modelo estándar. Su objetivo: explicar
todos los fenómenos de la física de partículas, excepto los debidos a la gravedad, en
términos de las propiedades e interacciones de un pequeño número de partículas
elementales, que ahora se definen como puntuales, sin estructura interna o estados
excitados.
La física de partículas se diferencia de la física nuclear en que tiene una sola teoría
para interpretar sus datos. Aquí nos restringimos a un breve esbozo del modelo
estándar.
Una partícula elemental se caracteriza, entre otras cosas, por su masa, su carga
eléctrica y su spín. Este último es un momento angular permanente que poseen todas
las partículas en la teoría cuántica, incluso cuando están en reposo. El spin no tiene un
análogo clásico y no debe confundirse con el uso de la misma palabra en la física
clásica, donde generalmente se refiere al momento angular de los objetos extendidos.
El valor máximo del momento angular de espín alrededor de cualquier eje es 𝑆ℏ (ℏ =
ℎ/2𝜋, donde ℎ es la constante de Planck y 𝑆 es el número cuántico de spin, o spin para
abreviar. Tiene un valor fijo para partículas de cualquier tipo (por ejemplo, 𝑆 = 1/2
para electrones) y los principios generales de la mecánica cuántica restringen los
posibles valores de 𝑆 a 0, 1/2, 1, 3/2, …
Las partículas con spin semi entero se denominan fermiones y aquellas con spin
entero se denominan bosones. Hay dos familias de fermiones elementales en el
modelo estándar: los quarks, que interactúan a través de fuerzas fuertes, y los que no
lo hacen, los leptones, que incluyen electrones, muones y neutrinos. Además, existe
una familia de bosones de spin 1, que actúan como portadores de fuerza en la teoría, y
una partícula de spin 0, llamada bosón de Higgs, que juega un papel clave en la
comprensión del origen de las masas de partículas elementales dentro de la teoría.
Para la interacción débil, estos son los bosones 𝑊 + , 𝑊 − y 𝑍 0 (como siempre los
superíndices denotan las cargas eléctricas) con masas de aproximadamente 80 a 90
veces la masa del protón. Para la interacción fuerte, los portadores de fuerza se
denominan gluones. Hay ocho gluones, todos los cuales tienen masa cero y son
eléctricamente neutros.
Además de las partículas elementales del modelo estándar, hay otras partículas
importantes. Estos son los hadrones, los estados ligados de los quarks. Los nucleones
son ejemplos de hadrones, pero hay varios cientos más, la mayoría de los cuales son
inestables y se descomponen por una de las tres interacciones. Por ejemplo, los piones
cargados 𝜋 ± se desintegran a través de la interacción débil con una vida media de
aproximadamente 10−8 s ( 𝜋 + → 𝜇 + + 𝜈𝜇 , 𝜋 − → 𝜇 − + 𝜈𝜇 ).
El pión neutro 𝜋 0 se desintegra a través de la interacción electromagnética con una
vida media de aproximadamente 10−17 s. La existencia de quarks se introdujo por
primera vez a partir de las propiedades de los hadrones.
Los quarks libres son de naturaleza inobservable. Para deducir propiedades de los
quarks se estudia los hadrones. Una analogía sería si tuviéramos que deducir las
propiedades de los nucleones estudiando exclusivamente las propiedades de los
núcleos.
Dado que los nucleones son estados ligados de quarks y los núcleos son estados
ligados de nucleones, las propiedades de los núcleos deberían, en principio, ser
deducibles de las propiedades de los quarks y sus interacciones, es decir, del modelo
estándar. Aunque ha habido algunos avances en esta dirección, en la práctica esto
está aún más allá de las técnicas de cálculo actuales y, a menudo, la física nuclear y
de partículas se tratan como dos temas casi separados.
La segunda razón es que para explorar la estructura de una partícula se requiere una
sonda cuya longitud de onda 𝜆 sea más pequeña que la estructura a explorar. Por la
relación de De Broglie 𝜆 = ℎ / 𝑝, esto implica que el momento 𝒑 de la partícula de
sondeo, y por lo tanto su energía, debe ser grande.
Por ejemplo, para explorar la estructura interna del protón usando electrones se
requieren longitudes de onda que son mucho más pequeñas que el radio del protón,
que es aproximadamente de 10−15 m. Esto a su vez requiere electrones de energías
que son más de 103 veces la energía en reposo del electrón, lo que implica
velocidades de electrones muy cercanas a la velocidad de la luz.
Por tanto, cualquier explicación de los fenómenos de la física de partículas
elementales debe tener en cuenta los requisitos de la teoría de la relatividad especial,
además de los de la teoría cuántica. Hay muy pocos lugares en la física de partículas
donde un tratamiento no relativista sea adecuado, mientras que la exigencia de un
tratamiento relativista es mucho menor en la física nuclear.
La construcción de una teoría cuántica que sea consistente con la relatividad especial
lleva a la conclusión de que por cada partícula cargada en la naturaleza, debe existir
una partícula asociada, llamada antipartícula, con la misma masa que la partícula
correspondiente. Esta importante predicción fue hecha por primera vez por Dirac como
consecuencia de las soluciones de la ecuación que postuló para describir los
electrones relativistas. La ecuación de Dirac para una partícula de masa 𝑚 y momento
𝒑 que se mueve en el espacio libre es de la forma
𝜕
ෝ 𝜓 𝒓, 𝒕
𝑖ℏ 𝜓 𝒓, 𝑡 = 𝐻 𝒓, 𝒑
𝜕𝑡
ෝ = −𝒊ℏ𝛁 es operador de
donde usamos la notación 𝒓 = 𝑥1 , 𝑥2 , 𝑥3 = 𝑥, 𝑦, 𝑧 , 𝒑
momento lineal.
El hamiltoniano fue postulado por Dirac como
ෝ + 𝛽𝑚𝑐 2
𝐻 = 𝑐𝜶 · 𝒑
2
1
∇ 𝑉 𝑟 =− 4𝜋𝑞𝛿 𝒓
4𝜋𝜀0
1 𝑞
La solución es el potencial electrostático 𝑉 𝑟 =
4𝜋𝜀0 𝑟
Se puede verificar que la solución de la ecuación de Klein Gordon con una fuente
puntual en el origen de coordenadas para el caso estacionario
∇2 𝑉 𝑟 − 𝜇2 𝑉 𝑟 = −𝑔2 𝛿 𝑟
𝑔2 −𝜇𝑟
es el potencial de la forma 𝑉 𝑟 = − ⅇ (Potencial Yukawa (1939))
4𝜋𝑟
(La solución con signo positivo en el exponente se descarta dado que diverge).
donde 𝜇 fue definido anteriormente y 𝑔, la llamada constante de acoplamiento, es un
parámetro asociado con cada vértice de un diagrama de Feynman y describe la
intensidad de la interacción, que se introduce convenientemente de modo que el
parámetro 𝛼𝑋
𝑔2
𝛼𝑋 =
4𝜋 ℏ𝑐
sea adimensional
𝑒2 1
Para las interacciones electromagnéticas 𝛼 = ≈
4𝜋𝜀0 ℏ𝑐 137
Las dos soluciones para la energía surgen de las dos soluciones de la relación
relativista masa-energía
𝐸 = ± 𝑝2 𝑐 2 + 𝑚2 𝑐 4 1/2
Se puede demostrar que los estados de energía negativa se comportan en todos los
aspectos como electrones cargados positivamente llamados positrones, pero con
energía positiva. Al positrón se le conoce como la antipartícula del electrón.
El descubrimiento del positrón por Anderson en 1933, con todas las propiedades
predichas, fue una verificación espectacular de la predicción de Dirac, al igual que el
descubrimiento mucho más tarde del antiprotón en 1955.
Aunque Dirac originalmente hizo su predicción para los electrones, el resultado es
válido para todas las partículas cargadas siempre que la partícula sea elemental o un
hadrón.