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RPBI

Hoy en día la pandemia por el virus SARS-CoV-2 genera una gran cantidad de
residuos peligrosos biológico-infecciosos (RPBI) en la atención hospitalaria, por lo
que se deben tomar medidas sanitarias que garanticen su correcto manejo y
eliminación para mantener la bioseguridad y los mínimos riesgos de contagio para
los profesionales de la salud, principalmente de los que atienden a pacientes con
COVID-19, y la población en general por estar expuesta a los RPBI hospitalarios
que pudieran tirarse de forma clandestina, y así evitar mayor número de contagios
accidentales.

“La pandemia ha generado una nueva normalidad en la cual ha sido necesario


adoptar medidas de bioseguridad en la población en general, como el equipo de
protección personal (EPP) y los métodos de limpieza, sanitización y desinfección
contra el virus SARS-CoV-2”, indicó el doctor Enrique Meléndez Herrada,
Académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la
UNAM, durante el webinar “Adecuado manejo de RPBI de pacientes con COVID-
19”, transmitido por Facebook Live.

El EPP genera residuos que deben tener lineamientos y cuidados especiales para
su eliminación, en especial con aquellos contaminados por pacientes infectados,
tanto en hospitales como en los espacios públicos. Las batas quirúrgicas, guantes,
caretas, googles, cubrebocas y punzocortantes, entre otros, son ejemplos de
materiales susceptibles de ser desechados y manejados como RPBI. De acuerdo
a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), se estima
que cada paciente contagiado de la COVID-19 en México produce al día un
promedio de 2 a 2.2 kilos de residuos.

En los hospitales su eliminación debe basarse en la NOM-087-ECOL-SSA1-


2002, la cual establece el envase que se debe usar para cada tipo de desecho,
para después guardarse en un almacén temporal y, posteriormente, una compañía
especializada los incinere. “No se deben exponer al medio ambiente ni
desecharlos en áreas ecológicas, el hacerlo es motivo de penalización por parte
de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente”, advirtió el especialista.

Por otro lado, explicó que, en caso de tener una persona infectada en casa, se
deben tomar medidas de aislamiento domiciliario, sanitizar los utensilios que utilice
y los muebles de baño con cloro u otros desinfectantes adecuados contra el virus
de COVID-19; la ropa personal y de cama del enfermo deberá ser tratada con
agua caliente, y es recomendable que el cuidador utilice EPP. “En el caso de los
residuos infecciosos, entre los que se incluyen aquellos que son de higiene y
posibles punzocortantes, deberán separarse del resto de la basura normal de la
casa, depositarse y amarrarse en una bolsa, desinfectarla por el lado exterior con
cloro diluido y etiquetarla como desecho de higiene para que los trabajadores de
limpia que se los llevan no se expongan a riesgos de infección”, señaló.
El especialista advirtió que para evitar la propagación de COVID-19 no se deben
tirar los cubrebocas, guantes y toallas desinfectantes en la vía pública, ya que son
una gran fuente de infección y un problema de contaminación ambiental.“A pesar
de esto, el uso de cubrebocas sigue siendo una de las barreras de protección más
importantes en la población al retener los aerosoles donde se presenta el virus”,
aseguró al presentar los resultados de un estudio publicado recientemente que
demostró que su uso puede ayudar a disminuir las consecuencias de la
enfermedad debido al efecto protector de la humedad que genera esta barrera,
pues en el tracto respiratorio se produce la proteína interferón que actúa contra
virus respiratorios.

En México, se cuenta con 6 empresas autorizadas registradas para el tratamiento


de RPBI en el sitio de generación, de las cuales 4 están ubicadas en la Ciudad de
México, una en el Estado de México y una en Tlaxcala. Juntas cuentan con una
capacidad máxima de tratamiento de 178,331.75 toneladas de RPBI (SEMARNAT,
2020).

La NOM-087-SEMARNAT-SSA1-2002 clasifica a los Residuos Peligrosos


Biológico-Infecciosos (RPBI) en cinco categorías que son las siguientes:
1.- Sangre y sus componentes sólo en su forma líquida
a.-Derivados no comerciales incluyendo células progenitoras, hematopoyéticas.

b.-Fracciones celulares o acelulares de la sangre (hemoderivados).

2.- Cultivos y cepas de agentes Biológico-Infecciosos


a.-Los cultivos generados en:

-Los procedimientos de diagnóstico e investigación.

-Producción y control de agentes biológico- infecciosos.

b.- Utensilios desechables utilizados para:

-Contener, transferir, inocular y mezclar agentes biológico-infecciosos.

3.- Patológicos
a.- Tejidos y órganos y partes que remueven o extirpan en necropsias, cirugías u
otro tipo de intervención quirúrgica, y que no se encuentren en formol.
b.-Muestras biológicas para análisis químico, microbiológico e
histológico, excluyendo orina y excremento.
c.-Cadáveres y partes de animales inoculados con agentes enteropatógenosen
centros de investigación y bioterios
4.- Residuos no anatómicos 
a.- Recipientes desechables que contengan sangre líquida.
b.- Materiales de curación empapados, saturados o goteando sangre o cualquiera
de los siguientes fluidos corporales:

Líquido sinovial

Líquido pericárdico

Líquido pleural

Líquido céfalo-raquídeo

Líquido peritoneal

c.- Material desechable que contengan esputo, secreciones pulmonares y


cualquier material usado para contener éstos de pacientes con sospecha o
diagnóstico de tuberculosis o de otra enfermedad infecciosa.
d.- Materiales desechables empapados, saturados o goteando sangres, o
secreciones de pacientes con sospecha o diagnóstico de fiebres hemorrágicas, así
como enfermedades infecciosas emergentes.
e.- Materiales absorbentes utilizados en jaulas de animales que hayan sido
expuestos a agentes enteropatógenos.
5.- Objetos punzocortantes 
a.-Incluye: tubos capilares, navajas, lancetas, agujas de jeringas desechables,
agujas hipodérmicas, de sutura, de acupuntura, de tatuaje, bisturí y estiletes de
catéter.

Siempre que hayan estado en contacto con humanos o animales o sus muestras
biológicas durante el diagnóstico y tratamiento.

b.- Excluye: todo material de vidrio roto utilizado en el laboratorio, el cual deberá


ser desinfectado o esterilizado antes de ser dispuesto como residuo de manejo
especial.

Con respecto a la clasificación de los establecimientos generadores de RPBI de


la NOM-087-SEMARNAT-SSA1-2002, se debe de considerar que de acuerdo a la
experiencia, es más representativo clasificar con base en el volumen de
generación:

Nivel I: menos de 25 Kilogramos por mes de RPBI


Nivel II: 25 a 100 Kilogramos por mes de RPBI
Nivel III: más de 100 Kilogramos por mes de RPBI

La Norma Oficial Mexicana NOM-087-SEMARNAT-SSA1-2002 contempla que se


deberá destinar un área para el almacenamiento temporal de los residuos
peligrosos biológico-infecciosos, además, deberán almacenarse en contenedores
metálicos o de plástico con tapa y ser rotulados con el símbolo universal de riesgo
biológico, con la leyenda Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos. 
El periodo de almacenamiento temporal estará sujeto al tipo de establecimiento
generador, como sigue:

Nivel I: Máximo 30 días.


Nivel II: Máximo 15 días.
Nivel III: Máximo 7 días.
En el caso de los residuos patológicos, humanos o de animales (que no estén en
formol) deberán conservarse a una temperatura no mayor de 4°C 

Actualmente existen 39 empresas autorizadas para la recolección y transporte


de RPBI con capacidad de 795 toneladas por viaje, 36 de almacenamiento
temporal y 18,867 toneladas de acopio.
Es importante mencionar que las mascarillas desechables tiene una vida útil
máxima de tres horas, sin embargo tardan años en degradarse, ya que están
fabricados con polietileno, el cual puede durar  más de un siglo en el medio
ambiente, lo cual ha venido causar un daño colateral a México y otros países.
Envasado y tratamiento
Para el almacenamiento y resguardo de residuos sólidos COVID-19 se
recomienda usar al menos dos bolsas, una dentro de la otra. Las bolsas deben ser
cerradas, no deben comprimirse con las manos, usar guantes desechables, debe
evitarse el acceso de mascotas o animales ferales a dichas bolsas. La bolsa
exterior deberá cerrarse herméticamente e identificarse de forma externa y clara
(por ejemplo, con cinta aislante o similar) – ROTULAR: COVID-19 y aislarse en un
recinto alejado y debidamente ventilado hasta que sean recolectados. Los
cubrebocas y guantes deberán ser cortados para que no pueda ser reutilizados.

Los hogares u organizaciones que no acostumbren separar los RSU y donde no


se registren casos positivos de COVID-19 procederán a su manejo conforme a lo
acostumbrado. Aun así, deben rociarlos con la “Solución ANTI COVID-19” para
minimizar los riesgos, embolsarlos y mantenerlos por cinco días antes de su
recolección, evitando malos olores y proliferación de plagas.

Se debe considerar el siguiente método para la preparación de “Solución ANTI


COVID-19”,

a) Con cloro doméstico: 1/3 de taza de cloro por 4 litros de agua o 4 cucharaditas
de cloro por un litro de agua.

b) Para superficies que podrían ser dañadas por el cloro, se puede utilizar una
concentración de etanol del 70%.

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