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Los textiles inteligentes son tejidos que tienen componentes electrónicos incorporados. Estos
componentes pueden incluir dispositivos como conductores, circuitos integrados, diodos
emisores de luz, baterías y hasta pequeñas computadoras. Tienen los dispositivos
electrónicos entretejidos de manera imperceptible, lo que les permite ser flexibles. Mientras
que algunas formas de textiles inteligentes se utilizan para fabricar ropa, también se pueden
usar para textiles destinados a diseño de interiores. Una faceta importante de la tecnología
se encuentra en el campo de la fibra trónica, la cual estudia cómo lograr la integración
completa de estos componentes electrónicos en las fibras textiles.
• Textiles inteligentes activos: estos van un paso más allá, ya que tienen la capacidad de
sentir, pero además reaccionan frente a una determinada situación. Son textiles con
memoria de la forma, camaleónicos, termorreguladores, que pueden almacenar calor,
absorber el vapor, etc.
• Textiles ultra inteligentes o muy activos: esta tercera generación de textiles no solo puede
detectar y reaccionar, sino que además se adaptan a las condiciones y estímulos del
medio.
Los ejemplos más claros de esta tecnología son los sensores y biosensores textiles
desarrollados para la medición de parámetros fisiológicos como electrocardiograma, pulso
cardíaco, respiración o parámetros físicos como presión, volumen o incluso la presencia.
Estos tejidos aprovechan fenómenos físicos, principalmente eléctricos, que una vez
captados, enviados y procesados pueden aportar los datos requeridos.
Como bien sabemos en una actividad deportiva es necesario un adecuado equilibrio entre
el calor generado por el cuerpo y el calor liberado al ambiente. Si el calor generado por el
cuerpo queda retenido en exceso, aumentará nuestra sudoración y temperatura corporal
hasta el punto que puede generarse una situación de estrés térmico. Por el contrario,
durante los períodos de inactividad generamos menos calor, por lo que necesitamos un
calor adicional para no sufrir un enfriamiento y evitar que se escape al exterior; ya que en
el peor de los casos podríamos llegar a presentar una hipotermia.
Estas microcápsulas pueden aplicarse en los tejidos y textiles una vez acabados, o bien
pueden introducirse directamente en las fibras textiles antes de conseguir el tejido final. La
capacidad de absorber calor, almacenarlo y liberarlo permite regular la temperatura de la
piel de manera continuada.
MATERIALES DE MEMORIA DE FORMA
En la práctica, una aleación con memoria de forma tiene por lo general la forma de un
resorte. El resorte es plano en condiciones bajo la temperatura de activación pero se alarga
por encima de ésta. Imaginemos un material de este tipo insertado entre capas adyacentes
de tejido. Si baja la temperatura y estos materiales alcanzan la temperatura de activación,
el espacio de aire encerrado entre las capas incrementa su volumen, aumentando así la
capacidad de aislamiento y protección contra el frío. Por el contrario, si hace calor el
sentido de la deformación de las capas es inverso y la bolsa de aire disminuye.
Diaplex es uno de los fabricantes que ha fabricado un “material inteligente” que reacciona
a una determinada temperatura de transición, Alcanzada esta temperatura se producen
vibraciones térmicas en la estructura de las moléculas de la membrana. Esto provoca la
creación de microporos que hacen que varíe automáticamente la permeabilidad del
material, permitiendo el paso del vapor de agua y del calor. Este tejido se ha utilizado
principalmente en trajes de esquí.
NANOTECNOLOGÍA Y MEMBRANAS
Hace ya unos cuantos años que la investigación textil nos ha ofrecido soluciones a la
aparente contradicción entre la impermeabilidad y una óptima transpiración. La
cooperación entre físicos, químicos y profesionales del textil condujo a la tecnología punta
del laminado, en base a las membranas de polímeros microporosas o hidrofílicas, y a los
textiles de uso técnico.
Como ejemplo de la primera de las técnicas tenemos uno ampliamente conocido por
todos nosotros. Son los tejidos Gore Tex con su membrana de doble componente y que
contiene más de 9 mil millones de microporos por cada 2,5 centímetros cuadrados. La parte
principal está constituida de politetrafluoretileno expandido (ePTFE) que se combina con
una capa oleofóbica que protege la membrana e impide la penetración de sustancias
contaminantes tales como aceites, cosméticos, repelentes de insectos o sustancias
alimenticias.
TEXTILES ELECTRÓNICOS
Mención especial merecen los textiles electrónicos, los cuales nacen de la unión de la
microelectrónica y el textil. Integran sensores y microchips que detectan y analizan estímulos
proporcionando una respuesta. Este tipo de desarrollo tiene varios nombres como e-textil,
textronics… y tiene gran aplicación en el campo de la salud pudiéndose controlar el ritmo
cardíaco del portador, la respiración, su temperatura, y un amplio abanico de funciones
vitales, alertando al usuario o al médico si se detecta algún problema. Algunos ejemplos
significativos y curiosos son:
• La Smart T-Shirt, compuesta por una red de fibras ópticas y conductoras que detectan las
heridas, su localización exacta y su naturaleza, gracias a unos sensores especiales pegados
al cuerpo y que transmiten la información en segundos.
• La LifeShirt, que recopila información de hasta 30 funciones vitales durante la rutina diaria
del usuario, tales como los datos cardiacos, pulmonares y físicos. También correlaciona
información conectada por dispositivos ópticos periféricos que miden presión arterial,
saturación de oxigeno en la sangre, temperatura principal del cuerpo, temperatura de la
piel… Varias empresas incluyen en sus catálogos prendas con sistemas de registro de
información vital, como Adidas, Numetrex, Zephyr y Polar.
No querríamos terminar sin hacer mención a los textiles ecológicos, aquellos que cuidan la
ecología y respetan el medio ambiente. Fiel a esta filosofía ecológica son los tejidos de la
colección de Patagonia, como el Tencel Lyocell (obtenido de la pulpa de eucalipto), el
cáñamo, el poliéster reciclado, el nylon reciclado, y la lana tratada sin cloro. Igualmente
Polartec, uno de los mayores fabricantes mundiales de tejido, ha añadido a su colección
de más de 300 tejidos diferentes una muestra de e-fiber. La tecnología Cocona se basa
en el carbón activado que se obtiene aprovechando los residuos de las cáscaras de
coco. Cada año se utilizan más de 20 mil millones de cocos que para cubrir las
necesidades de las industrias de la alimentación, cosmética, salud y filtrado. Los hilos de
Cocona y el carbón activado ofrecen excelentes propiedades de transpiración y secado,
control del olor corporal, y protección UV, gracias a su amplia y uniforme estructura de
poros.
Aunque los precios totalmente prohibitivos de algunas de estas prendas no han ayudado
a su introducción y aceptación en el mercado, otras de las que hemos visto están
totalmente asentadas o en camino de ello. En cualquier caso, lo que parece evidente es
que las empresas están utilizando cada vez más los tejidos inteligentes. Probablemente
ahora mismo lo hagan con unos objetivos de imagen, prestigio y posicionamiento
tecnológico, más que buscando abrir nuevas líneas de negocio, pero lo que es indudable
es que es cuestión de tiempo el que esta tecnología cada vez sea más accesible, y que
las empresas que quieran estar en vanguardia deberán estar bien situadas en la línea de
salida.
EVOLUCIÓN DE LOS TEXTILES INTELIGENTES
Los géneros textiles han sufrido grandes cambios a una velocidad impresionante y han
dado como resultado la aparición de los textiles inteligentes. La primera generación de
estos tejidos solamente puede detectar las condiciones medioambientales o sus estímulos;
mientras que la segunda generación incluye a los textiles que tienen la capacidad de
detectar y actuar frente a una determinada situación. Finalmente, la tercera generación
son los textiles ultra inteligentes, los cuales pueden detectar, reaccionar y adaptarse a las
condiciones y estímulos del medio.
Un textil ultra inteligente esencialmente consiste en una unidad, la cual trabaja como
cerebro, con capacidad cognitiva, que razona y reacciona; es la unión de diferentes
áreas de conocimiento para su desarrollo. En el futuro los textiles inteligentes se presentan
como la próxima generación de fibras, tejidos y productos que se producirán gracias a sus
enormes posibilidades y funcionalidades.
Los textiles están en constante desarrollo para obtener propiedades especiales que los
hacen aptos para aplicarlos en diferentes campos de la actividad humana e industrial,
desde la cirugía hasta los deportes de competencia, para la vestimenta de astronautas o
actividades de construcción. El objetivo es brindarnos mayor confort, vencer el frío u
olvidarnos del calor. Hay muchos otros campos en los que se pueden aplicar estas
innovaciones.
CONCLUSIÓN
Desde que nacemos, el tejido es nuestra segunda piel. La tela, un material confortable,
suave y cálido, cubre hasta un 90% de nuestro cuerpo durante nuestro ciclo vital.
Hasta hace relativamente poco tiempo, parecía que en la industria textil todo estaba
inventado, que la innovación solo pasaba por “la creatividad de la moda”. Ahora vemos
que no es así. Ante nosotros se abre un nuevo mundo aún por descubrir: las prendas
fabricadas con materiales tecnológicos son capaces de mejorar sus prestaciones,
dotándolas de nuevas funcionalidades.